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Sinopsis
Índice
¿Busca una explicación sobre la naturaleza del universo apta para todos los públicos?
Los libros de divulgación científica pretenden acercarse al gran público y, por eso, deberían
utilizar un lenguaje asequible y directo.
Sin embargo, ¿está cansado de tener que abandonar la lectura de un libro de divulgación
porque sus explicaciones son demasiado confusas o técnicas?
Si es curioso, pero no experto; si le gustaría aprender más sobre el átomo, las galaxias, el
tiempo o la teoría de la relatividad, pero no encuentra un libro asequible, 225 preguntas es
el libro que estaba buscando. Una obra amena con la que:
o Entenderá las noticias más actuales sobre las ondas gravitacionales o la partícula de Dios.
o Sondeará las entrañas del átomo y viajará hasta los cúmulos de las galaxias.
o Comprenderá los últimos avances científicos en cosmología o física cuántica.
o Obtendrá respuestas claras a las preguntas concretas que siempre quiso saber, pero nunca se
atrevió a plantear.
o Podrá afrontar cualquier otro libro de divulgación científica.
Además, los entusiastas de las fórmulas matemáticas que quieran profundizar en el tema
disfrutarán de las páginas con desarrollo matemático que se presentan a lo largo del libro.
El autor de 225 preguntas, Mariano Abril, es lector habitual de lib
inmensa cantidad de variantes explicativas que ponen énfasis en las ideas-
elementos que forman parte de cada saber disciplinario, no habiendo un abordaje
del tema que contemple al mismo en su totalidad. Es decir que la articulación
sociedad-naturaleza es vista desde cada óptica específica y no desde la
en que al ser el ambiente un bien común, es utilizado sin pagar por el. Se trata
simplemente de que en una economía de mercado, las cosas que no tienen dueño
no tienen precio, y por lo tanto no son apreciadas. En consecuencia, esta corriente
lo que hace, es ponerle un precio o un dueño a todo, y dejar que el mercado
defina un nivel de degradación ambiental óptimo. Sus análisis giran en torno a
los problemas de externalidades (Baumol & Oates, 1988), el principio costos-
beneficios (Maler, 1974), y tasas de extracción de recursos (Hotelling, 1931).
Como se dijo al principio de este capítulo, la particularidad que tienen todas estas
corrientes es su carácter netamente disciplinario. Cada una de ellas incorpora a lo
social o lo natural, según sea el caso, dentro de las tradiciones de estudio de cada
rama de la ciencia. Además, en las variantes sistémicas, que son muchas, queda
el hombre incorporado como un componente más del todo, de la "verdad
sistémica". Esta línea de pensamiento que para la explicación ambiental tiene su
origen, por un lado en el concepto ecológico de ecosistema y por otro en el
desarrollo de la cibernética, encuentra un nicho adecuado en las teorías
funcionalistas de la antropología, sociología y economía . Se llega a una
interpretación ontológica de la realidad asentada en una única definición, en
donde naturaleza y sociedad son solo partes componentes de una realidad mayor
que las engloba y define sus principios por igual . En síntesis, naturaleza y
sociedad son explicados en base a las mismas leyes, conceptos y mecanismos.
Naturaleza y Cultura
Dado que el hombre es sociedad y naturaleza, podemos afirmar que todas las
porciones de naturaleza son incorporadas de alguna manera al sistema de pensar
y actuar de los hombres organizados socialmente . El hombre posee, tanto
atributos biológicos como culturales. En el se manifiestan tanto la evolución
biológica como la cultural. Entonces, si bien existe en el hombre una unidad
entre naturaleza y cultura, es necesario establecer que estos son ordenes
diferentes. Por lo tanto, esta unidad está caracterizada por una doble condición,
una articulación entre entidades cualitativamente diferenciadas.
Al respecto, Lévi-Strauss, buscando algunos criterios más claros que los clásicos
conceptos de instintivo y aprendido, para poder establecer la diferencia entre el
orden natural y el cultural, postula a las leyes como atributos de la naturaleza,
siendo de alcance universal e incluyendo a los distintos casos particulares. En
cambio, la cultura transcurre en base al empleo de reglas aplicadas para cada caso
particular, es decir que perteneciendo al dominio institucional son privativas de
cada grupo humano. En palabras de Lévi-Strauss (1993:41): "Esta ausencia de
reglas parece aportar el criterio más seguro para establecer la distinción entre un
proceso natural y uno cultural...La constancia y la regularidad existen, es cierto,
tanto en la naturaleza como en la cultura. No obstante, en el seno de la naturaleza
aparecen precisamente en el dominio en que dentro de la cultura se manifiestan
de modo más débil y viceversa. En un caso, representan el dominio de la herencia
biológica; en el otro, el de la tradición externa...En todas partes donde se presenta
la regla sabemos con certeza que estamos en el estado de la cultura...Sostenemos,
pues, que todo lo que es universal en el hombre corresponde al orden de la
naturaleza y se caracteriza por la espontaneidad, mientras que todo lo que está
sujeto a una norma pertenece a la cultura y presenta los atributos de lo relativo y
lo particular".
Por lo tanto, en este estudio se explica cada fenómeno de acuerdo a los principios
y categorías que lo definen. Sol