Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
auI BlBtlOTtCA
... 'ANT~ne
CARRiLLO ROREf
Derecho Administrativo
POR
GABINO FRAGA
PROFESOR EMÉRITO DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL DE MÉXICO, EX
MINISTRO DE LA SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN, :,1JEM
BRO FUNDADOR DEL INSTITUTO DE ADMINISTRACIÓN PÚBLICA DE
MÉXICO, MIEMBRO TITULAR DEL INSTITUT INTERNATIONAL DES
SCIENCES ADMINISTRATIVES, MIEMBRO DE NÚMERO DE LA ACADEMIA
MEXICANA DE JURISPRUDENCIA Y LEGISLACIÓN, EX MIEMBRO DE LA
COMISIÓN INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS, MIEMBRO DE
LA CORTE PERMANENTE DE ARBITRAJE
REVISADA Y ACTUALIZADA
POR
MANUEL FRAGA
PROFESOR TITULAR DE DERECHO ADMINISTRATIVO
DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL DE MÉXICO
40" edición
EDITORIAL PORRÚA
AY. REPÚBUCA ARGENTINA 15
MtXICQ,2000
Primera edición, 1934
Derechos reservados
ISBN 970-07-0752-0
IMP~ EN MÉXICO
pRlNttD IN MEXICQ
BIBLiOTECA
.... 'ANTONI~ CARRILLO
R.OREr PRÓLOGO
\
Escribo estas notas cuando ha transcurrido más de un año de la muerte del autor de esta
obra, mi padre, el señor doctor Gabino Fraga.
He asumido la responsabilidad de esta edición, porque el "Derecho Admi
nistrativo" de Fraga ha sido por casi 50 años obra de texto en numerosas Fa cultades y Escuelas de
Jurisprudencia en nuestro país y de amplia consulta en España y en Latinoamérica, y estudiantes y
profesores la siguen solicitando des pués de que se agotó en muy breve plazo la vigesimosegunda
edición, de fe brero de 1982.
En los últimos meses se han introducido trascendentales reformas en diversas de
las materias de que trata este volumen, en especial en lo que toca a las atri buciones del Estado y a la
organización de la Administración Pública, así como a la responsabilidad de lo que ahora se
llama "servidores públicos".
He ocupado por 25 años la misma cátedra que mi padre tuvo en la Facultad Nacionai de
lurisprudencia de la Universidad Nacional de México. Es natural que haya conocido su
pensamiento y su estilo. Por eso, después de meditarlo mucho, entendí que esta vigesimotercera
edición debería conservar ambos -peno samiento y estilo-, sin más modificaciones que las impuestas por
las reformas a los artículos 25, 26 y 28 constitucionales y otras leyes
conexas. Es posible que dada la gran cantidad de reformas que se han llevado a cabo
pueda yo haber incurrido en alguna omisión.
Recientemente se han celebrado bajo el patrocinio de muy respetables institu ciones, como El
Colegio Nacional y otras más, coloquios y mesas redondas acerca de esas reformas, que conservan la
estructura del Estado Mexicano como una democracia social y un régimen de Derecho, 'Y han erigido en
concepto cardinal, la rectoría del Estado y la pkmeación de la actividad administrativa r
sectoria lización.
Dudé mucho, por eso, si debería modificar sustancialmente el apartado e) del
numeral 6 del Capítulo l, que se tiuda "Atribuciones del Estado para susti tuirse total o
parcialmente a la actividad de los particulares, o para combinarse con ellá en la salisfacción
de una necesidad colectiva". Finalmente me resolví a no hacerlo, pues se
trata de una cuestión de la. mayor trascendencia acerca de la que no me
atrevería a exponer cuál habría sido el pensamiento de Fraga,
desde el punto de vista jurídico y no de técnica administrativa, pues· don
Cabina Fraga concibió su obra como una exposición sistemática del
Derecho Administrativo Mexicarw y no de la
Ciencia de la Administración Pública, disciplioo que en
4 PRÓLOGO
nuestro país cultivan muchos estudiosos, de los (¡/le tal rez los más
entusiastas trabajan r!l. el Instituto Nacional de la Administración Pública, y en los institutos
que existen ya en diversas Estados de la República. 11e
respetado celosamente este pensamiento del autor. por lo
que, insisto, este libro sigue siendo exclusiva mente una obra de Derecho,
como el doctor FraKa lo quiso desde 1933.
No ha terminado e/ procese de renovación (/t nuestro Derecho Administrativo y es
posible que en los próximos años nuevas normas surjan en campos que mi padre reconocio
ya que requerían modernización y sistematización. Yo solamente he modijicado lo que el
Poder Legislativo, en leyes promulgadas por el Presi dente de la República, tanto de
jerarquía constitucional como ordinarias, han incorporado a nuestro orden
jurídico.
Deseo, por último, expresar mi agradecimiento por los homenajes que a la memoria de
Cabino Fraga se rindieron en México y en el extranjero con motivo de su muerte y, con
autori;wción de su autor, he -incluido en la parte final de este libro, la
Conferencia que en septiembre de 1982, apenas unas semanas
después del fallecimiento de mi padre, leyó ante el Instituto
citado, el doctor Antonio Ca. rrillo Flores, que profesó amistad muy
estrecha con él y que conocía muy a fondo su pensamiento.
Continuando con lo expresado en las anteriores ediciones, manifiesto que el Poder Legislativo
sigue, a través de importantes normas legales, desarrollando y complementando las
modijicaciones hechas a los ya mencionados artículos cons titucionales y los
dirersos aspectos de la Rectoría del Estado y de la Economía Mixta; como. entre
otras disposiciones, la aprobación hecha por el Congreso de la Unión el día de ayer (J
las reformas a la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal, en sus artículos 45, 46,
47, 48, 49 y 50 y la derogación de sus artículos 49 bis, 51, 52, 53, 54, 55 y 56 de la
misma, para el efecto de definir
las relaciones del Poder Ejecutivo. con las entidades paraestatales.
(Publicación D. O. pendiente.) Igualmente, se siguen elaborando muy amplios
estudios y opio niones al respecto,
Es de hacerse notar que a estas fechas el Poder Legislativo ha emitido dispo siciones legales
muy importantes como la Ley Federal de las Entidades Paraesta tales, donde concretamente Si'
regula la organización, [uncionamienu, y control de las mismas (D. O. de moyo 14, 1986), Y
a la vez, la disposición que adiciona
el Art. 13 di' la /,I'y Orgánica de la Administración Pública Federal, la cual ha tenido mucha
trascendencia jurídica, pues se determina que tratándose de
los decretos promuigatorios de las leyes o decretos expedidos por el Congreso de la Unión sólo
requieren. el rcjrendo del Secretario de Gobernación. (D. O. de 26 de diciembre de 1985.)
MANUEL FRAGA
Por otra parte " como última noticia sobemos que el Poder
Ejecutivo ha propuesto al H. Congreso de la
Unión ampliar la Le" de la Administración Pública creando
una nueva Secretaría de Estado que en su caso se llamaría Secretaría de
Desarrollo Social. Esto todavía no aparece en Diario Oficial para detallar su
existencia legal " facultades.
Hasta el momento, se puede decir que continúan por definirse muchos aspec tos
relacionados con la administración, competencia, facultades, etc. del Departa mento del
Distrito Federal, que le dan ahora un carácter diferente, por lo que sólo se
agrega a esta edición la NOTA a pie de página en el capítulo VI del Tí tulo Segundo (pág.
190).
México, D. F., 25 de enero de 1997.
MANUEL FRAGA.
MANUEL FRAGA.
DERECHO ADMINISTRATIVO
LIBRO PRIMERO
NOCIONES PRELIMINARES
CAPÍTULO I
LAS ATRIBUCIONES DEL ESTADu
24 DERECHO ADMINISTRATIVO
En efecto, dicho concepto no excluye, sino por el contrario se
como pagina con las nociones de poder y de servicio público, ya
que si la ley otorga la atribución al Estado es por una parte en
razón de que tal otor gamiento se hace porque el Estado puede
proceder en forma distinta' de como proceden los particulares en
sus mutuas relaciones y por la otra, porque sólo el propio Estado
puede prestar servicios que, o bien exceden de las posibilidades
de la iniciativa privada, o bien no tienen un carácter remunerativo
pero que de todos modos son indispensables para satisfacer las
necesidades públicas.
Ninguna de las funciones que la doctrina asignaba al concepto de
servicio público queda sin cubrir por la noción de atribución, en
la inte ligencia de que ésta, además, no está determinada por el
régimen que la norma sino que, por el contrario, ella es la que
determina el régimen jurídico que le conviene.
Examinando algunas de las citadas consecuencias atribuidas al
con cepto de servicio público, puede comprobarse fácilmente la
afirmación que se contiene en el párrafo anterior.
Así se dice que la característica del régimen jurídico de los
agentes públicos debe inspirarse en la necesidad de asegurar el
funcionamiento regular y continuo del servicio público que tienen
encomendado (Jeze, op. cit., pág. 11); que la idea de servicio
público está en la base de todas las reglas del régimen jurídico
que se llama régimen del dominio público y del de los dineros o
fondos públicos (op, cit., pág. 12); que cuando se habla de un
trabajo sobre un inmueble para un servicio público rigen reglas
especiales, entre las que se encuentran las relativas a la expropia
ción y ocupación temporal de propiedades particulares; que los
actos jurídicos relativos a los servicios públicos son actos
jurídicos de derecho público, actos administrativos; que la
responsabilidad del patrimonio y de los agentes de un servicio
público está sujeta también a reglas espe ciales; que solamente los
contratos que interesan al funcionamiento mis mo de los servicios
públicos son contratos administrativos sujetos a un régimen
especial, y finalmente, que todas las reglas de organización y
funcionamiento de un servicio público son modificables en
cualquier mo mento por las leyes y reglamentos, de acuerdo con
las necesidades del interés general.
Pues bien, la noción de atribución implica las mismas
consecuencias, ya que, según diremos en su lugar oportuno, un
régimen especial, el de de recho público, es exigido en la
organización y funcionamiento del Estado, en tanto que éste
tiene atribuciones diversas de las que corresponden a 10fl"
particulares y que deben realizarse por medios de que
éstos no disponen.
PODER SOBERANO, SERVICIO PÚBLICO Y ATRIBUCIÓN 25
CAPÍTULO I
LAS FUNCIONES DEL ESTADO
14. Las funciones del Estado y su relación con las atribuciones del
mismo.-15. La teoría de la división de Poderes.-16. El punto de vista formal y el punto
de vista material en la clasificación de las funciones.-17.
La teoría de las
funcio
nes en relación con la teoría del acto jurídico.-18. El acto jurídico, el hecho
jurídico y el acto materiaI.-19. Clasificación de los 'actos jurídicos por razón del efecto
jurídico que producen.-20. Clasificación de los actos jurídicos por razón del elemento
voluntad.
27118
LAS FUNCIONES DEL ESTADO 29
que no nacen del contrato, sino que provienen de la ley y que, por
lo mismo, constituyen situaciones jurídicas generales.
Pues bien, esto demuestra que en carla caso hay necesidad de
exami nar la naturaleza de las diversas situaciones que se
originan a consecuen cia de un acto jurídico para poder
determinar la clase del acto que puede variarlas o extinguirlas.
En los casos que antes dejamos citados, la ley no podrá variar el
objeto del trabajo, el lugar en que se ha de prestar; el derecho
del mu tuante de exigir la devolución del capital prestado o el
derecho al cobro de los intereses; pero sí podrán modificarse por
disposiciones legales posteriores los derechos de los contratantes
respecto a la duración de la jornada de trabajo, a los descansos, a
las responsabilidades, a la vía o forma de juicio que haya de
seguirse, porque en todos estos casos no hay ataque a los
derechos que puedan considerarse como formando parte del
patrimonio de los intervinientes.
Determinados los caracteres del orden jurídico y de las
situaciones que lo integran, es ya posible pasar al estudio de la
clasificación de los actos jurídicos por razón del efecto que
producen.
Desde este punto de vista, la doctrina ha agrupado a los actos jurí
dicos en las siguientes categorías:
a) En primer lugar, y siendo las situaciones jurídicas generales
una parte del ordenamiento jurídico existente, se encuentran los
actos que crean, modifican o extinguen una situación jurídica
general.
Estos actos constituyen, dentro de la' terminología jurídica
tradicio nal, el llamado derecho objetivo o simplemente el
derecho, pues el tipo de esta categoría de actos es la ley. (Duguit,
op. cit., 1. 1, pág. 222 Y Bonnard, op, cit., pág. 35.)
Duguit llama a estos actos "actos-regla", dando a entender con
esta designación que ellos constituyen normas de carácter general
y abstracto. Jéze (op, cit., 'pág. 25) los designa simplemente
"actos creadores de
situación jurídica general, legislativos o reglamentarios". b) En
segundo lugar, y en relación con la otra situación que inte gra el
orden jurídico, aparece el acto que crea, modifica o
extingue una situación jurídica individual.
Como ejemplo de esta segunda categoría de actos jurídicos, se
señala en primer lugar el contrato, ya que en él la determinación
de las pero sonas que se obligan, el objeto de la obligación, la
extensión de ésta, etc., se fijan por mutuo acuerdo de las partes y
siempre de una manera concreta. El principio de que la voluntad
de las partes es la suprema ley en los contratos significa
precisamente que todos los elementos que en ellos concurren se
determinan por las intervinientes.
34 DERECHO ADMINISTRATIVO
CAPÍTULO II
LA FUNCION LEGISLATIVA
21. La función legislativa desde el punto de vista formal.-22.
La función legis lativa formal en el derecho positive- mexicano.- 23. Valor
jurídico del acto Ir gislativo formal.-24. Actos administrativos en forma de
ley.--25. Clasifica ción de las leyes por razón de su autoridad fonnal.-26.
Las leyes orgánicas.-- 27. Consecuencias del carácter
formal de las leyes en lo que se refiere a su vigencia.
que las separe de las ordinarias, ya que al igual que éstas, son
elabora das por el Poder Legislativo constituido siguiendo el
procedimiento nor mal consagrado en el
citado artículo 72 de la Constitución.
De tal manera que por este concepto las leyes llamadas orgánicas y
las reglamentarias tienen la misma autoridad formal que las leyes
ordina rias, sin que haya razón para darles preeminencia sobre estas
últimas.
Es cierto que algunos preceptos constitucionales, entre los cuales
pueden citarse los contenidos en los artículos r, 31,
fracción In, y 73, fracción IV, base 4,\ y fracción XXIV,
consignan la denominación de ley orgánica y que muchas leyes
llevan esta denominación; pero ello no pro porciona base para
concluir que la ley orgánica tiene una autoridad for mal mayor que
la ordinaria, pues es tanto como afirmar que aquélla está sujeta en su
formación a un procedimiento más complicado que la última, lo cual
no podrá demostrarse con los textos constitucionales.
Lo más que puede admitirse para no destruir la terminología, es
considerar a las leyes orgánicas y a las reglamentarias como especies
dentro del género "leyes ordinarias", y aplicar respectivamente esas
deno minaciones a las normas que regulan la formación y
funcionamiento de órganos del Poder público o que concretan y
desarrollan bases estable cidas en la Constitución.
Pero tanto en el primer caso, en que la denominación se atribuye por
el objeto de la ley, como en el segundo, en que la norma parte de
otra de un grado superior a la cual concreta y desarrolla, no puede en
contrarse más que diversidad de contenido, pero no diversidad de
forma con las leyes que emanan del Poder Legislativo ordinario y
que ni orga nizan autoridades ni desarrollan bases constitucionales,
sino que son formuladas en uso de una facultad general.
Se dice, por otra parte, que hay una categoría de leyes cuya calidad
de supremas es reconocida por el artículo 133 constitucional, al
decir: "Esta Constitución, las leyes del Congreso de la Unión que
emanen de ella y todos los tratados que están de acuerdo con la
misma, celebrados y que se celebren por el Presidente de la
República, con aprobación del Senado, serán la ley suprema de toda
la Unión. Los jueces de cada Estado se arre glarán a dicha
Constitución, leyes y tratados, a pesar de las disposiciones en
contrario que pueda haber en las Constituciones o leyes de los
Estados."
Sin embargo, la redacción misma del precepto da idea muy clara de
que su alcance es el de resolver el conflicto entre las leyes federales
y las leyes locales que pudieran contradecirlas; pero no el de
establecer una categoría especial de leyes
emanadas de la Constitución oponiéndolas a leyes que no emanen de
ella, pues el sistema de ésta es que todos los aetos de los poderes
públicos tengan su fuente en la propia Constitución.
LA FUNCIÓX LEGISLATIVA 41
CAPÍTULO 111
LA FLNCI0N LECISLATI\ A
(Continuación.)
CAPÍTULO IV
LA FUNCION JURISDICCIONAL
35. ¿
34. La función judicial. Punto de vista formal y punto de vista material.-
Constituye una actividad de orden jurídico?-36. Diferencias con la fun
ción administrativa.-37. La función jurisdiccional y la teoría del acto jurídí co.-
38. Elementos que pueden utilizarse para caracterizar a la función jurisdic
cional. El motivo.-39. La finalidad de la función.-40. El carácter de cosa
.
juzgada.
LA FUNCIÓN JURISDICCIONAL 47
evoca el órgano que la realiza, debiendo, por lo tanto, reservarla para cuando
se haga alusión a su aspecto formal.
Para definir la función que es objeto de este capítulo, prescindiendo del
órgano encargado de ella y atendiendo sólo a la naturaleza intrín seca del acto
en que se concreta y exterioriza, o sea la sentencia, es nece sario resolver las
siguientes cuestiones: a) ¿constituye la función juris diccional una función de
orden jurídico? b) ¿constituye una función diferente de la administrativa? c) en
caso afirmativo, ¿cuáles son los elementos que caracterizan la función
jurisdiccional?
_ 35. Se ha llegado a negar a la función jurisdiccional el carácter de actividad
de orden jurídico porque se dice que en ella el Estado no realiza ni un acto de
voluntad ni crea una situación jurídica, que son los dos elementos fundamentales
del acto jurídico.
Se afirma que no hay acto de voluntad sino una simple operación de la
inteligencia que se resuelve en un silogismo, "cuya mayor es la regla legislativa
de derecho; la menor, la comprobación de la especie concreta sometida al juez
y la conclusión, la decisión de este último". (Laband, op. cit., 1. 1I, pág. 514.)
Se dice que la sentencia no aporta modificación alguna al orden jurídico,
porque se limita a fijar el derecho que había sido discutido o contrariado. En
otros términos, se afirma que la sentencia judicial no es atributiva, sino
simplemente declarativa de derechos.
Las afirmaciones anteriores no pueden sostenerse si se tiene un con
cepto completo del. acto jurisdiccional.
Si se reduce el carácter de éste a una simple operación lógica y a una simple
declaración de derechos, no se explica por qué en esa misma operación y esa
misma declaración cuando son realizadas por un par ticular no tienen los mismos
efectos que cuando se realizan por el Estado.
Esto hace suponer que existen otros elementos que no concurren cuando
un particular interviene.
y en efecto, cuando el Estado decide jurisdiccionalmente un conflicto de
derechos no se limita a determinar si éstos existen sino que además, como una
consecuencia del reconocimiento de su existencia provee al res peto de ellos por
medio de un acto emanado de la voluntad, acto que, aunque realizado ,dentro de
las normas legales produce una modificación en el orden jurídico
puesto que hace concreta y actual la garantía jurí dica que en términos
abstractos consagra la ley para los derechos de la naturaleza del que está a
discusión. Así, cuando se discute la validez de un acto jurídico por haber sido
ejecutado sin sujeción a la ley, aunque un particular por medio de un simple
silogismo puede llegar a la conclu sión de que aquel acto está viciado, tal
conclusión no llega a afectar la
48 DERECHO ADMINISTRATIVO
nota.).'
La existencia de la función jurisdiccional obedece a un proceso
his tórico de diferenciación que ha llegado a separar objetivamente una esfe ra
de actividades del Estado que pueden precisarse cuantitativamente como
formando 'parte de la función administrativa, de otra esfera que
•
50 DERECHO ADMINISTRATIVO
se ha sustraído de las manos de la Administración ¡para
entregarse a los tribunales.
Esto nos llevaría a pensar que sólo es posible caracterizar a la fun
ción jurisdiccional por el órgano que la realiza. Sin embargo,
existen, además del elemento orgánico, algunos otros caracteres
externos que se paran, aunque no de modo radical, la función
jurisdiccional de la fun ción administrativa.
37. Si nos atenemos a la clasificación tripartita de los actos jurí
dicos por razón del efecto de derecho que originan, resulta que
como ya hemos visto, la función legislativa comprende los actos
creadores de si tuaciones jurídicas generales y corno más adelante
veremos la función administrativa comprende los actos creadores
de situaciones jurídicas individuales y los actos condición; de tal
manera que dichas funciones agotan todos los actos jurídicos, no
dejando ninguna categoría para la función jurisdiccional.
Entonces, surge la pregunta, ¿cómo puede caracterizarse con
sustan tividad propia esta función?
La contestación a esta pregunta ha sido motivo de positiva
dificul tad dentro de la teoría de los autores que siguen con todo
rigor la clasi ficación tripartita.
Por nuestra parte creemos que la función jurisdiccional se caracte
riza, no precisamente por el efecto jurídico que origina, ya que
ese efecto jurídico puede ser el mismo que el de las funciones
legislativa y ad ministrativa, sino por el motivo y por el fin de la
propia función ju risdiccional.
Duguit combate este modo de pensar al decir que "el criterio de
fin no puede intervenir cuando se trata de determinar las
funciones jurídicas del Estado ... Que el Estado ejercite la
función legislativa, la función ad ministrativa o la función
jurisdiccional, persigue siempre el mismo fin; pero estos actos
tienen un carácter interno diferente que se debe defi nir... " (op,
cit., 1. II, pág. 235.)
Sin embargo, el propio Duguit se contradice cuando más adelante
afirma: "no hay acto jurisdiccional sino cuando el agente
interviene para resolver una cuestión de derecho. .. Si su fin es
tomar una decisión que implique la solución previa de una
cuestión de derecho, no hace un acto jurisdiccional; no lo hace
más que si interviene, al contrario, para resolver una cuestión de
derecho" (pág. 314). "Yo respondo, sigue el mismo autor, que
diciendo que la decisión del Juez es la consecuencia lógicamente
necesaria de la solución dada a la cuestión de derecho, se
establece un carácter material del acto jurisdiccional, puesto que
la vo luntad del agente no aparece con el mismo carácter que en
un acto jurí-
LA FUNCIÓN JURISDICCIONAL
51
dico ordinario y sobre todo en un acto administrativo: que, por
otro lado, el fin que determina la voluntad del juez aparece
también con un carácter particular... " (págs. 321 y ss.]
38. Dijimos en el párrafo anterior que la función jurisdiccional
sólo puede caracterizarse por "U motivo y por su fin, es decir,
por el ele~ento que provoca dicha función y por el
resultado que con ella se persigue.
La función jurisdiccional supone, en primer término y a
diferencia de las otras funciones, una situación de duda o de
conflicto preexistentes; supone generalmente dos pretensiones
opuestas cuyo objeto es muy va riable. Ellas pueden referirse a un
hecho, actitud o acto jurídico que se estimen contradictorios con
un derecho o una norma legal, o a un estado de incertidumbre
sobre la interpretación, alcance o aplicación de una norma o de
una situación jurídica.
De aquí se desprende que si el antecedente o motivo de la función
jurisdiccional es un conflicto de derecho que no puede dejarse a
las partes resolver, el primer elemento del acto jurisdiccional
consiste en la decla ración que se haga de la existencia de tal
conflicto.
Esa declaración requiere un procedimiento especial previo en el
cual hay un debate contradictorio y audiencia de pruebas y
alegatos de las partes contendientes, habiéndose llegado a pensar
que el procedí miento, con sus formalidades especiales, constituye
un elemento del acto jurisdiccional.
Indudablemente que, desde un punto de vista político, el procedi
miento constituye una garantía para las partes en conflicto (Const.
Fed., artículo 14); pero esto de ninguna manera autoriza a
concluir que la esencia del acto jurisdiccional se encuentra en las
formas procesales. Son múltiples los casos en los que el acto
administrativo tiene que realizarse después de un procedimiento
organizado en forma similar al procedí miento judicial y sin
embargo, en dichos casos no se altera la esencia jurídica del acto
final que se realiza, el cual sigue caracterizándose por el efecto de
derecho que produce.
Hay que advertir además que el acto jurisdiccional está
constituido únicamente porTa sentencia y no por los actos previos
del procedimiento que, aunque implican determinaciones
judiciales, solamente constituyen condiciones sucesivas
para el desarrollo del proceso, y una colaboración de parte
de los litigantes para conocer y defender sus respectivas pre·
tensiones.
Así las cosas, el primer elemento a que nos venimos refiriendo o
sea la declaración de la existencia del conflicto, constituye un
acto que por sí solo no tiene ningúnearácter jurídico, puesto
que, como hemos dicho ano
52 DERECHO ADMINISTRATIVO
tes, hasta ese momento no hay más que una simple operación
lógica de formulación de un silogismo en el que la mayor está
representada por la norma o situación jurídica que se pretende
afectada, la menor por el hecho, estado o situación, que se estima
contrario a aquélla, y la conclu sión, por la declaración de si
existe o no tal contradicción.
39. Si ahora se considera la finalidad de la función jurisdiccional,
se llega a conocer el otro elemento que la caracteriza.
La función jurisdiccional está organizada para dar protección al
de recho, para evitar la anarquía social que se produciría si cada
quien se hiciera justicia por su propia mano; en una palabra, para
mantener el orden jurídico y para dar estabilidad a las situaciones
de derecho (Const. Fed .• Art. 17).
Si esto es así, la función jurisdiccional no puede limitarse a
declarar que hay una situación de conflicto pues a esa conclusión
puede llegar cualquier particular sin que ni en este caso, ni en el
de que conozca una autoridad, se satisfagan los fines a que se
acaba de hacer alusión. La sentencia debe como consecuencia
lógica de la declaración que contiene completarse con una
decisión que haga cesar el conflicto y que ordene restituir y
respetar el derecho ofendido.
Esa decisión constituye el otro elemento esencial del acto
jurisdiccio nal; forma un todo indivisible con la declaración, pero,
a diferencia de ésta, sí produce un efecto de derecho, según lo
hemos demostrado antes al referirnos a opiniones que niegan el
carácter jurídico al acto juris diccional.
El efecto de derecho que produce la decisión varía según el objeto
de la controversia.
Así, por ejemplo, el objeto de ésta es la regularidad de un acto
creador de situación jurídica general, de un acto creador de una
situación jurídica individual, o de un acto condición, y si la
declaración resuelve que existe la irregularidad, la decisión
consecuencia lógica de aquélla, ,priva de efectos al acto irregular
produciendo un efecto jurídico ya que extingue para el futuro una
situación que venía produciendo hasta ese momento
consecuencias de derecho. Ahora bien, como los actos jurídicos
no pueden ser suprimidos, sino por otros de la misma naturaleza
la de cisión tendrá que revestir para operar la privación de efectos
referida la misma naturaleza del acto al cual se aplica.
40. Otra consecuencia se deriva también de la finalidad del acto
jurisdiccional.
Si esta es la de hacer respetar el derecho, de darle estabilidad, el
acto con que trate de satisfacerse ese propósito debe tener el
mismo carácter fijo y estable. Esa fijeza. y estabilidad sólo se
logran dando a
LA FUNCIÓN ADMINISTRATIVA
53
la sentencia fuerza definitiva e irrevocable, presumiendo que en
ella está contenida la verdad legal.
La legislación positiva ha satisfecho esta exigencia estableciendo
en favor de la sentencia, una vez que contra ella se han agotado
todos los recursos, la presunción absoluta de verdad que no
admite prueba en contrario, dándole la autoridad de cosa juzgada,
res judicata pro ueritate, pro lege habetur.
CAPÍTULO V
LA FUNCION ADMINISTRATIVA
41. La función administrativa. Punto de vista formal y punto de vista mate
rial.-
42. La función administrativa definida por su finalidad.-43. La función administrativa ¿
consiste simplemente en la ejecución de las leyes?-44. Otras definiciones basadas en el
fin.-45. La función administrativa como
criterio de acción del Estado.-46. La función
administrativa dentro de las teorías del acto jurídico.-47. Deficiencias de la teoría
tripartita.
CAPÍTULO VI
LA FUNCION ADMINISTRATIVA
(Continuación.)
respecto de extranjeros en caso de guerra; las medidas de guerra fuera del territorio
nacional y la declaración del estado de sitio, excluyendo las medidas de ejecución.
Sin embargo, se tiende actualmente a elimi nar la idea de actos de gobierno como
una categoría especial que impide se sometan al control jurisdiccional, pues se
piensa que si este control no existe es porque se trata de actos que sólo se realizan
entre los Poderes del Estado o entre Estados diferentes. (Vedel, op. cit., pág. 307.)
Para poder precisar conceptos, creemos necesario indicar que el Po der
Ejecutivo puede apreciarse bajo un doble aspecto: como Gobierno o Poder
político y como Poder administrativo.
El Ejecutivo, como Gobierno o Poder político se define por la situa ción que
guarda dentro del 'Estado, con relación a éste y a los demás Poderes en que se divide
el ejercicio de la soberanía.
La situación del Ejecutivo como Poder administrativo se define por la relación
con la ley que ha de aplicar y ejecutar en casos concretos. Pues bien, en su carácter
de gobernante, al Ejecutivo, como repre sentante del Estado, corresponde realizar
los actos de alta dirección y de impulso necesarios para asegurar la existencia y
mantenimiento del pro pio Estado y orientar su desarrollo de acuerdo con cierto
programa que tienda a la consecución de una finalidad determinada de orden
político, económico o, en general, de orden social. Los actos que con tal fina
lidad realiza el Poder Ejecutivo son los que constituyen los actos de gobierno.
Sin embargo, la admisión de su existencia no debe entenderse como la admisión
de una nueva categoría distinta de las tres que hemos estu diado, pues el elemento
nuevo que se encuentra en los actos de gobierno, y que es su finalidad, no afecta la
naturaleza jurídica de los actos admi nistrativos en cuyas formas aquéllos se
manifiestan.
Por su parte, el acto político se caracteriza, bien porque procede de un Poder
con su carácter de órgano político en sus relaciones con los demás Poderes o
entidades estatales, bien porque por medio de él se afecta un derecho político de los
ciudadanos.
Así, por ejemplo, cuando el Ejecutivo propone a la Comisión Per manente la
convocatoria a sesiones extraordinarias, cuando nombra Secre tarios de Estado,
cuando designa en los términos constitucionales Minis tros de la Suprema Corte de
Justicia, está realizando actos políticos, obrando como órgano político, pues sólo
con este carácter puede intervenir en el funcionamiento y en la integración de los
Poderes públicos. Sin em bargo, los actos que así ejecuta son
sustancialmente actos administrativos, y lo que les da un sello
especial es el elemento formal de emanar de un órgano político.
66 DERECHO ADMINISTRATIVO
También se consideran dentro de nuestro derecho, como actos
poli ticos, aquellos por virtud de los cuales se afectan, como antes
dijimos, derechos políticos de los ciudadanos.
En este caso, los actos que producen ese resultado conservan su
ca rácter administrativo o legislativo, y la circunstancia que les da
su fiso nomía especial, que es la esfera en que se realizan, es una
circunstancia externa que no alcanza a afectar la esencia de los
propios actos. Sobre esta categoría de actos políticos, nos
remitimos a los que adelante expon· dremos al hacer el estudio de
los derechos políticos.
CAPÍTULO VII
LAS FUNCIONES EN LA CONSTITUCION MEXICANA
68 DERECHO ADMINISTRATIVO