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Así te quiero recordar ¡Ricardo, el consentido que cambió mi vida!

Un
hombre excepcional que no acepta un NO como respuesta, para él las cosas son
vistas con fe y como bendiciones de Dios por muy grandes que parezcan. Un ser
sencillo, humilde y con un corazón desbordado en amor, muchas veces me
pregunto ¿de dónde sale tanto? La única persona que he conocido en mi vida que
no le gusta pelear. Me ha enseñado que las cosas se conversan, se aceptan los
errores, se corrigen y se sigue hacia adelante. Una persona decidida al momento
de tomar sus decisiones por muy locas que parezcan, las mantiene en el tiempo.
Detallista en cantidades industriales y desordenado como el no pueden existir dos
porque sino el mundo explotaría de tanto desastre, pero se exige a él mismo sin
importar el sacrificio y el esmero que se necesite, se juega todo por lograr sus
sueños y lo que quiere.

Doy gracias a Dios por colocarte en mi camino, por enseñarme el propósito


de vivir con una sonrisa sin importar las circunstancias que se esté viviendo.
Gracias por cada risa, consejo, abrazo, apapacho y malcriadez que tienes para mí
cuando estoy por debajo de mi tamaño natural. Sé el sacrificio que haces a diario
por hacerme feliz y no me alcanzará la vida para agradecer tanto bien. Eres una
escuela, contigo aprendo cosas sin importar la hora, el momento o el lugar. Eres la
persona con la que siempre soñé estar, él que controla mi carácter por muy bajo
que esté. Cada día te esfuerzas para que internalice que no todo es malo, no todo
es angustia, agonías y zozobras, ciertamente hay razones y motivos por los cuales
debemos esforzarnos para ser mejores cada día sin llevar el pasado en el hombro.
Y sí, estoy llorando al escribir esto, pero no puedo contener las ganas de hacerlo,
siempre te sales con las tuyas y descubres en mí los más profundos y sinceros
sentimientos y sé que sabes que es así. ¡GRACIAS INFINITAS MI GORDO!

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