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Camila Contreras 5to A

Las células madre y su papel en la


diferenciación celular
El proceso de formación de nuevas células es posible debido a la existencia de
cierto tipo de células llamadas células madre, las cuales tienen la capacidad de
generar uno o más tipos de células diferentes y estas se caracterizan por su
facilidad a la hora de dividirse indefinidamente. Las mismas se encuentran tanto en
embriones como en organismos adultos, siendo algo complicadas de diferenciar en
uno o más tipos.

Fundamentalmente, en los mamíferos solamente el cigoto y las células


embrionarias jóvenes son totipotentes; es decir, pueden dar origen a todos los
tipos de células de un organismo adulto; mientras que en las plantas, todas las
células que forman parte de las regiones meristemáticas (son tejidos que se
multiplican activamente para formar el crecimiento y especialización) son
totipotentes a lo largo de su vida.

No obstante, gracias a los avances científicos más recientes han permitido alterar
células animales diferenciadas para que puedan ser totipotentes.

Para hondar más en el tema, se debe tener en consideración qué es la totipotencia,


y esta puede definirse como la potencia celular máxima, que le confiere a la célula
la capacidad de dirigir el desarrollo total de un organismo. Esto sucede si el núcleo
de una célula es idéntico al de un cigoto, es decir, la totipotencia se observa en la
capacidad del cigoto de dar origen a cada tipo de célula del adulto. Para saber si
había totipotencia en las células de cierto estado del desarrollo de un organismo se
llevaron a cabo varios experimentos en los años 50´s, la mayoría hechos por
Robert Briggs y Thomas King con la rana leopardo; en ellos encontraron que los
núcleos celulares de la blástula pueden dirigir el desarrollo de renacuajos
completos. Prácticamente, el procedimiento llevado a cabo en estos experimentos
era la clonación, que se basa en la transferencia nuclear a un ovocito (gametocito
hembra que participa en la reproducción) enucleado.

De modo similar, las células madre embrionarias, provienen del cigoto y pueden
dar origen a todas las células del organismo, así como a las estructuras necesarias
para llevar a cabo la formación del embrión, la placenta y el cordón umbilical, por
lo que se les considera totipotentes. Las células derivadas de la blástula (estado
temprano del desarrollo embrionario en los animales) en cambio, son
pluripotenciales ya que tienen la capacidad de dar origen a los diferentes tipos
células presentes en el organismo.
Es importante señalar que en la inmensa mayoría de los organismos pluricelulares,
las células son diferentes y se derivan de una sola célula inicial o cigoto después
de la fecundación, debido a la diferenciación celular que hace posible que una
célula no especializada dé lugar a los diferentes tipos de células que forman el
cuerpo. Por ejemplo, las células musculares, células del hígado, células del
sistema nervioso, entre otras.

Con respecto a lo antes mencionado, la diferenciación celular produce


modificaciones en la expresión de los genes de las células, lo que les permite a
estas adquirir la morfología y las funciones de un tipo específico de células que las
hace diferentes a estas otras células del organismo. A medida en que avanza este
proceso, ciertos genes se expresan mientras que otros se reprimen; ello ocurre
gracias a distintos mecanismos de regulación de la expresión genética de las
células; así, en cada célula diferenciada se expresarán sólo ciertos genes y ella
adquirirá determinadas funciones.

Lo más importante al hablar de las células madre es destacar sus grandes


beneficios en el área médica, como lo es el trasplante alogénico de Células
Progenitoras Hematopoyéticas (CPH) de un donante a un paciente, ya sean las
mismas tomadas de la médula ósea, de la sangre periférica o de la sangre del
cordón umbilical. Estos trasplantes son un recurso terapéutico aceptado, utilizado y
con buenos resultados para personas que padezcan de lesiones de la médula
espinal, diabetes tipo 1, enfermedad de Parkinson, esclerosis lateral amiotrófica,
enfermedad de Alzheimer, enfermedad cardíaca, accidente cerebrovascular,
quemaduras, cáncer y osteoartritis.

En definitiva las células madre pueden tener el potencial de crecer hasta


convertirse en tejido nuevo para su uso en trasplantes y medicina regenerativa,
revolucionando la medicina como la conocemos.

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