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SOCIEDAD ANONIMA: EL DIRECTORIO.

El directorio es el órgano de administración de las SA que puede estar integrado por uno o más directores que
son designados por la asamblea, pudiendo en algún caso también ser designados por el consejo de vigilancia.
A diferencia de lo que ocurre en otros tipos sociales, en las SA la administración está bien separada de la
representación. La representación legal de la SA le corresponde al presidente del directorio y en su caso, por
ausencia o impedimento de éste, le corresponderá al vicepresidente. El estatuto puede autorizar que la
representación de la sociedad esté a cargo de uno o más directores, pero en ningún caso se desplaza la
representación que la ley le otorga al presidente del directorio. Si el directorio es plural (integrado por más de
un director) debe actuar colegiadamente o sea que para tomar decisiones deberán reunirse y votar. El
estatuto puede determinar la cantidad de directores que deberán elegirse o delegar este punto en la
asamblea, en cuyo caso en el estatuto deberá consignarse el mínimo y el máximo de integrantes del directorio
a designar. Cada director puede ser reelegido indefinidamente pero el plazo de duración del cargo debe estar
establecido en el estatuto y la ley lo que hace es establecer un plazo máximo que es el de 3 ejercicios (que no
es lo mismo que tres años). En caso de silencio del estatuto se entiende que los directores fueron elegidos por
el máximo legal. Al vencimiento del plazo los directores deberán permanecer en su cargo hasta ser
efectivamente reemplazados o reelegidos, lo cual significa que al momento del vencimiento del cargo del
director no es que tiene que abandonar inmediatamente sus tareas, sino que deberá permanecer en su cargo
hasta que la nueva asamblea de accionistas lo reelijan o designe a su reemplazante. El estatuto puede prever
la designación de directores suplentes: la regla general es que no es obligatorio designar directores suplentes,
salvo para aquellas sociedades que prescinden de la sindicatura para las cuales si es obligatoria la designación
de directores suplentes porque en aquellas sociedades en donde existe sindicatura son los integrantes de la
sindicatura los que deben designar a los reemplazantes de los directores en caso de que haya una vacante,
ahora en aquellas sociedades que prescinden de la sindicatura, como no existe esta posibilidad, se les exige
que ya tengan designados directores suplentes que asumirán la titularidad en caso de que el director titular
deje su vacante por cualquier motivo. La mayoría de los directores debe tener domicilio real en la República
Argentina. Puede haber directores que residan en el exterior, pero la mayoría de ellos debe tener domicilio
real en la república, pero todos los directores ya sea que residan en argentina o en el exterior deben constituir
un domicilio especial en argentina a los efectos de todas las notificaciones que se le deban cursar. Al asumir el
cargo los directores deben prestar una garantía para responder por eventuales daños y perjuicios, por
ejemplo, por una mala gestión y es el estatuto el que debe establecer la naturaleza y clase de la garantía que
los directores deben prestar, la que no podrá consistir nunca en la entrega de acciones de la compañía que
administran. Lo más común es que se contrate un seguro de caución que es por un monto determinado y si el
director ocasiona daños y perjuicios cuya cuantía es mayor a lo que lo cubre la póliza del seguro deberá
responder por la diferencia con su patrimonio.
En cuanto a los distintos sistemas de elección de directores vamos a ver que tenemos en primer lugar (la más
común) que los directores se eligen por mayoría absoluta de la asamblea ordinaria art. 234 2) y dentro de esta
forma tenemos la posibilidad de hacerlo a través del voto acumulativo previsto en el art. 263 de la ley. El
segundo sistema es la elección por categoría o clases de acciones prevista en el art. 262 y la tercera sería la
elección de directores por el consejo de vigilancia, siempre y cuando esté previsto en el estatuto.
El sistema de elección de directores por mayoría absoluta de la asamblea ordinaria no presenta demasiados
inconvenientes. En relación con el sistema de voto acumulativo hay que tener en cuenta que el sistema de
voto acumulativo es para ejercer solo dentro de una asamblea ordinaria, con lo cual está subsumido dentro
del primer sistema de elección de directorio. El voto acumulativo es un derecho inderogable que confiere la
ley a todo accionista con lo cual el estatuto no podría prohibirlo ni tampoco es necesario que esté previsto en
el estatuto para que se pueda ejercer. El objetivo del voto acumulativo es que la minoría tenga una
representación en el directorio y puede aplicarse para la designación de directores suplentes y además para la
elección de integrantes del consejo de vigilancia. El procedimiento a seguir que está establecido en el art. 263
de la ley general de sociedades. El accionista que desee votar a través de este sistema de voto acumulativo lo
tiene que notificar a la sociedad con una anticipación no menor a tres días hábiles a la celebración de la
asamblea en forma fehaciente y tiene que individualizar las acciones con las que va a ejercer este derecho.
Una vez que un accionista elige este sistema los restantes accionistas, aunque no hayan notificado que van a
hacer uso del voto acumulativo lo mismo quedan habilitados a votar a través de este sistema. Lo que no se
puede hacer es decir bueno algunas con algunas acciones voto con el sistema acumulativo y con otras hago un
voto ordinario como siempre, eso no se puede hacer: es decir si yo elijo votar a través del sistema de voto
acumulativo tengo que destinar todas mis acciones a ese sistema. Cada accionista que vote acumulativamente
va a tener una cantidad de votos igual a la que resulte de multiplicar los votos que tendrían normalmente por
el número de vacantes a elegir y en este caso podrá distribuir esa cantidad de votos en varios candidatos o
acumularlos en un número de candidatos que no exceda un tercio de las vacantes a llenar. Vamos con un
ejemplo para que se entienda: supongamos que tenemos una SA con 100.000 acciones distribuidas entre
dos accionistas: el accionista A y el accionista B y tenemos un directorio con tres vacantes a cubrir. En el
sistema común el accionista A y el accionista B van a la asamblea. El accionista A tiene 70 mil acciones y
cada acción le otorga un voto y el accionista B tiene 30 mil acciones y cada acción le concede un voto.
Entonces ocurre que yendo a una asamblea sin haber elegido el sistema de voto acumulativo: el accionista
que tiene 70 mil votos me va a ganar a mí en los tres candidatos que elija porque yo tengo 30 mil votos. Si el
accionista B que es el minoritario decide votar acumulativamente podrá en cambio designar un director.
Entonces dijimos que teníamos tres vacantes a cubrir, en este caso un tercio es una vacante y en esa
vacante va a concentrar todos sus votos, los que se van a computar multiplicando el número de acciones de
las que es titular (es decir 30.000) por el número de directores a elegir (3): ello le otorga 90.000 votos para
poder votar acumulativamente. De esa manera el directorio se va a terminar integrando por dos vacantes
elegidas por el accionista A que es el mayoritario que tiene 70 mil votos y un representante del accionista B.
El accionista B va a lograr designar un director en una de las vacantes. Cabe aclarar que el accionista que no
desee o no le convenga a votar acumulativamente votará por el sistema ordinario para todas las vacantes y
no puedo dividir las acciones algunas vacantes por sistema ordinario y otras acumulativamente: o todo
ordinario o todo acumulativo. Recuerden que el voto acumulativo solo puede ejercerse en un tercio de las
vacantes a llenar y entonces los dos tercios restantes siempre deben votarse por el sistema común. Uno de
los aspectos a tener en cuenta en el voto acumulativo es que cuanto mayor sea la cantidad de vacantes a
cubrir mayor serán las posibilidades de los accionistas o grupos minoritarios de acceder a cargos en el
directorio que de lo contrario, a través del sistema ordinario, no llegarían ni siquiera a cubrir una sola
vacante.
El el segundo sistema para elegir directores es el de elección por categoría o clase de acciones, previsto en el
art. 262. Básicamente es cuando existan diversas clases de acciones: el estatuto puede prever que cada clase
de acción elija uno o más directores, a cuyo efecto también en el estatuto se reglamentará la elección como va
a ser. Hay que hacer una asamblea por cada clase de acciones. La remoción de los directores elegidos por
clase de acciones se hará por la asamblea de accionistas de esa misma clase, lo que quiere decir que un
director elegido por una clase de acciones no puede ser removido por otra clase de acciones.
El tercer sistema, que es el sistema de elección por medio del consejo de vigilancia, está en el art. 281. En este
caso el estatuto es el que debe conferir expresamente esta facultad al consejo de vigilancia y establecer la
reglamentación y la revocabilidad de los directores designados por el consejo de vigilancia que se hará por
asamblea ordinaria. Lo distintivo de este sistema de directores elegidos a través del consejo de vigilancia es
que la remuneración de ellos va a ser fija, a diferencia de los directores elegidos a través de otros sistemas y la
duración de los cargos de esos directores se puede extender hasta cinco años en lugar de tres ejercicios.
En relación a la remuneración de los miembros del directorio tenemos que ver el art. 261. Este art. lo que nos
dice es que el estatuto puede fijar cuál va a ser la remuneración del directorio y de los miembros del consejo
de vigilancia, pero en su defecto la remuneración la fija la asamblea o el consejo de vigilancia. Además,
establece cuál es el monto máximo que pueden cobrar en concepto de remuneración los directores y
miembros del consejo de vigilancia y dice qué por todo concepto (incluidos sueldos y otras remuneraciones
por funciones técnico administrativas) no pueden exceder el 25% de las ganancias. Esto implica que para que
los directores y miembros del consejo de vigilancia cobren una remuneración, previo tiene que haber
ganancias en el ejercicio. Este monto del 25% se va a limitar al 5% cuando no se distribuyan dividendos a los
accionistas y se va a ir incrementando proporcionalmente a medida que se vayan distribuyendo ganancias
hasta alcanzar el 25%. Los directores pueden realizar funciones técnico administrativas y en caso de que esto
ocurra se pueden exceder los límites prefijados por el 261. Esto obviamente debe estar fundado y en ese caso
se les puede pagar la remuneración en exceso de los límites establecidos por el 261. Para que esto ocurra
tiene que haber una decisión expresa de la asamblea de accionistas que debe incluir este punto dentro del
orden del día a tratar. La función de los directores nunca se presume gratuita, se presume que es
remunerada.
Las prohibiciones e inhabilidades para desempeñar el cargo del director está en el art. 264. No pueden ser
directores quienes no puedan ejercer el comercio, quienes hayan sido condenados con accesorias de
inhabilitación para ejercer cargos públicos, aquellos que han sido condenados por delitos de hurto, robo,
defraudación, cohecho, emisión de cheques sin fondos, delitos contra la fe pública y delitos cometidos dentro
de sociedades. En todos estos casos hasta diez años después de cumplida la condena. Además, no podrán ser
directores los funcionarios de la administración pública cuyo desempeño se relacionen con el objeto de la
sociedad y hasta dos años después del cese de sus funciones en la administración pública.
En relación con la delegación de funciones del directorio, el principio general está contenido en el art. 266 que
establece que el cargo de director es personal e indelegable. El art. 270 establece la posibilidad de que el
directorio designe gerentes generales o especiales, sean directores o no, revocables libremente por decisión
del directorio (en este caso no interviene la asamblea) en quienes sólo podrán delegar se funciones ejecutivas
de la administración, o sea ejecución de decisiones que tomen los directores. Tienen la misma responsabilidad
que los directores y su actuación no excluye la responsabilidad de los directores, quienes nunca se van a
desligar de responsabilidad. Las facultades del gerente básicamente son de una administración ordinaria pero
nunca de una administración extraordinaria ni de actos de disposición, así que carece de facultades de
representación de la sociedad salvo que sea apoderado, en cuyo caso se actúa como apoderado que no es lo
mismo: si la sociedad le otorga poder a alguien para hacer algo tiene que actuar dentro de los límites del
poder no tiene que ver con su cargo.
En el 269 se da la posibilidad de organizar un comité ejecutivo. El comité ejecutivo básicamente lo que tiene a
su cargo es únicamente la gestión de los negocios ordinarios de la sociedad y puede ocuparse de cuestiones
relacionadas con los empleados de la empresa, contabilidad, de impuestos, trámites bancarios, trámites ante
autoridades administrativas, etc. La constitución del comité ejecutivo tiene que estar prevista en el estatuto y
el directorio debe controlar la actuación del comité ejecutivo porque en ningún caso el directorio se desliga de
responsabilidad.
En cuanto al funcionamiento del directorio cuando es plural tiene que actuar colegiadamente y el 267 dice es
que el directorio cuando es plural debe reunirse como mínimo cada tres meses. A diferencia de la asamblea, el
directorio es un órgano permanente, en cambio la asamblea no es un órgano permanente: solo se reúnen los
accionistas cuando son convocados y en cambio el directorio, en principio, tiene la obligación de reunirse
como mínimo cada tres meses. El estatuto es el que debe reglamentar la constitución y el funcionamiento del
directorio. En ningún caso el quórum puede ser inferior a la mayoría absoluta de sus integrantes para tomar
decisiones. Esto lo determina el art. 260. Los directores deben actuar con la lealtad exigida en el art. 59 que es
aplicable a todos los administradores de todo tipo social. Cuando un director tenga interés contrario a la
sociedad o porque se está tratando un tema en el cual se vea involucrado de algún modo, deberá hacérselo
saber al directorio y a los síndicos y abstenerse de intervenir en el tratamiento de ese tema. Las decisiones que
tome el directorio en general son impugnables por nulidad cuando violen la ley y el estatuto o el reglamento o
afecten el interés social o aprueben un acuerdo que beneficia exclusivamente al grupo de control (por
ejemplo, a los accionistas mayoritarios). Si bien el régimen de impugnación de resoluciones está previsto en la
ley exclusivamente para las asambleas, esto es una creación doctrinaria y es una cuestión controvertida que lo
tienen que ver en algún manual.
En relación con la prohibición de contratar con la sociedad que pesa sobre los directores el art. 271 nos dice
que los directores pueden celebrar con la sociedad contratos siempre y cuando sean de la actividad en que la
sociedad opere y siempre que estén celebrados en condiciones de mercado. Esto quiere decir que estos
contratos tienen que estar comprendidos dentro del objeto de la sociedad, o sea que no sean notoriamente
extraños, y además que deben concertarse en condiciones de mercado, con lo cual no pueden, si es un acto
oneroso, tener un precio demasiado bajo ni un precio demasiado alto en comparación con lo que suele ocurrir
en el mercado. Los contratos que no reúnan esos requisitos únicamente van a poder celebrarse con la previa
aprobación del directorio o de la sindicatura si no existe quórum en el directorio. De esas operaciones hay que
avisarle a la asamblea y si la asamblea desaprueba los contratos ya celebrados, los directores o la sindicatura
en su caso, van a ser responsables solidariamente por los daños y perjuicios ocasionados a la sociedad por ese
contrato que no cumplía con estas condiciones. Los contratos que se celebren en violación a lo dispuesto en el
271 y que no fueran ratificados por la asamblea son nulos sin perjuicio de la responsabilidad que les cabe a los
directores o a la sindicatura.
En relación con las actividades en competencia con la sociedad que puedan realizar los directores, lo que nos
dice el 273 es que los directores no pueden participar ya sea por cuenta propia o de terceros en actividades en
competencia con la sociedad, salvo que la asamblea los autorice expresamente, sin perjuicio de que en su caso
se puede incurrir en la responsabilidad del art. 59, o sea que los directores respondan solidaria e
ilimitadamente por los daños que ocasionen a la sociedad sus actividades en competencia.
Respecto de la renuncia de los directores el 259 establece que el director renunciante debe presentar su
renuncia ante el directorio y el directorio deberá aceptar esa renuncia en la primera reunión que se celebre
siempre que: la renuncia del director en cuestión no afecte el funcionamiento regular de la sociedad y que no
fuere dolosa o intempestiva, lo cual deberá dejar constancia el directorio en el acta de aceptación de la
renuncia, de lo contrario el renunciante deberá continuar en sus funciones hasta tanto éste se pronuncie la
asamblea de accionistas sobre su renuncia.
La designación de los directores puede ser revocada por la asamblea y no es necesario justa causa. Asimismo,
cualquier accionista puede demandar la remoción judicial de uno o varios directores, pero para ello si es
necesario previamente tratar la cuestión de manera interna en la sociedad. Lo que deben hacer en caso de
que sea por mala administración denunciar la mala administración, invocar las causas y probarlas. En este caso
lo que nos indica la norma de remoción que se ve en 234 inc. 2) es que básicamente lo que tenemos que hacer
es agotar la vía interna societaria antes de iniciar una acción judicial.
En relación con la responsabilidad de los directores siempre está aplicable el art. 59 porque es la regla general
para todos los administradores de todos los tipos sociales, pero en el caso de las SA tenemos una norma
específica que es el 274 que nos que los directores van a responder ilimitada y solidariamente frente a la
sociedad, los accionistas y los terceros por el mal desempeño de su cargo. También responderán por violación
a la ley, al estatuto, al reglamento cuando exista y por cualquier daño producido por dolo, abuso de facultades
y culpa grave. Un director puede llegar a desligarse de responsabilidad si se le asignan al director, en forma
personal funciones determinadas y que esto esté establecido en el estatuto, en el reglamento o en una
asamblea posterior y que esta decisión se haya inscripto en el registro público. Es decir, yo puedo tener un
director de finanzas y entonces cualquier inconveniente, problema, cualquier mal desempeño de las funciones
de otro director en las cuales no haya asuntos de finanzas involucrados el director de finanzas no va a ser
responsable siempre que la asignación de esas funciones esté en el estatuto, reglamento, decisión
asamblearia y que se haya inscrito en el registro. Recuerden que la inscripción en el registro otorga publicidad
y oponibilidad a terceros, con lo cual tampoco podría venir un tercero a decirme que no sabía que este
director no se ocupaba de este asunto.
En relación con las acciones de responsabilidad podemos clasificarlas en acciones sociales y acciones
individuales. Las acciones sociales van a corresponder a la sociedad con lo cual la decisión de iniciar una acción
corresponde a la asamblea y la consecuencia que va a tener será la remoción del director y también puede ser
iniciada por cualquier accionista que se hubiese opuesto a la aprobación de la gestión del director en
cuestiones por mal desempeño. Las acciones individuales son las del 279 y corresponden a los accionistas o a
los terceros, quienes van a actuar en representación de sus propios intereses, no de la sociedad. El 274 lo que
nos indica es la eximición, extinción de la responsabilidad de los directores y entonces va a quedar exenta de
responsabilidad el director que participó en la deliberación de la resolución o la conoció, pero deja constancia
expresa de su protesta y notifica al síndico antes de ser denunciados, porque una vez denunciados se toma
como que lo hacen a propósito para desligarse, en este caso quedarían eximidos de responsabilidad. En
general y siempre y cuando no haya alguna acusación puntual de mala administración, la responsabilidad de
los directores se extingue por aprobación de su gestión o por renuncia expresa o transacción resuelta en
asamblea. Una vez que la asamblea se reúne y aprueba la gestión del directorio significa que hasta ese
ejercicio que se está tratando el directorio queda a salvo. También puede ser que renuncien expresamente a
iniciar acciones porque están seguros de que no hubo mala administración o que hagan alguna transacción
resuelta en asamblea.

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