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El falso evangelio de la autoestima

2 Timoteo 3:1,2

El cristianismo, en las manos de algunos dirigentes de iglesias que se acomodan al que


busca, se ha convertido en un movimiento de “logre lo que quiera” en lugar de ser un
movimiento de “abandó nelo todo”.

El verdadero cristianismo (Mateo 16:24,25).

Las palabras duras de Jesús

La esencia del cristianismo (Lucas 9:23-26).

En el original griego “negarse” significa “rehusar asociarse con”.

En Mateo 10:32 Jesus hablaba de confesarle como Señ or y Salvador.

Mateo 10:37,38…

En el tiempo de Jesú s la gente asociaba una cruz con una cosa y solo con una cosa: una
cruz era un instrumento de muerte.

Mateo 10:39…

El verdadero evangelio de la Biblia

Tiene que ver con perder la vida.

Esta es la verdad fundamental del cristianismo que la Biblia confirma repetidas veces.

Marcos 10:17-22
Lucas 9:57-62

Jesus fijó la norma como negació n propia total.

Lucas 14:26…

Hasta nos puede costar la vida (Lucas 9:24; 14:27).

Juan 12:24,25…

Es un mensaje difícil de creer porque la negació n de uno mismo es muy dura. Pero
resulta que es la verdad.

La puerta angosta
“La humanidad quiere gloria. Queremos salud. Queremos riquezas. Queremos felicidad.
Queremos que se satisfagan todas nuestras necesidades, que nos rasquen todas nuestras
minuciosas comezones humanas. Queremos vida sin dolor. Queremos corona sin la cruz.
Queremos la ganancia sin el dolor. Queremos que las palabras de la salvación cristiana
sean fáciles…”

El sufrimiento hizo perfecto al autor de nuestra salvació n (Hebreos 2:10).

Durante el sermó n del monte, Jesú s amonestó a sus seguidores (Mateo 7:13).

“Estrecha” es algo muy, muy reducido.

La misma enseñ anza aparece en Lucas 13:23,24.

Hay que tomar en cuenta el costo

Lucas 14:28-30

Si usted va a venir a Cristo, va a tener que tomar en cuenta el costo. ¿Lo ha tomado en
cuenta?

Lucas 14:31,32

En Lucas 14:33 Jesú s martilla el punto.

Cp. Mateo 13:44,45

La total entrega es la esencia de la salvació n.

¿Cómo tener satisfecho al cliente?

Nadie va a querer ser creyente en tales circunstancias, a menos que el Espíritu Santo
esté obrando en su corazó n.

No podemos reinventar el evangelio para hacerlo a nuestra medida, para nuestra


comodidad y conveniencia.

“Entregar medio mensaje es casi peor que no entregar nada.”

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