Música Patrimonial Del Ecuador

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Descubre tu Patrimonio. Preservemos nuestro futuro.

Planes de manejo, un
instrumento de gestión y participación, Música Patrimonial del Ecuador.

El documento parte desde la definición de Patrimonio inmaterial, la UNESCO


menciona que: “Comprende los valores culturales y los significados sociales
contenidos en la música y las artes del espectáculo; el lenguaje y la literatura; las
tradiciones orales, la toponimia, los festivales, los ritos y las creencias; el arte
culinario y la medicina tradicional, entre otros”. Igualmente, sus definiciones
sobre la tradición oral y el arte popular: “Las expresiones culturales que se
transmiten de generación en generación, por medios no escritos ni gráficos,
componen la tradición oral. El arte popular y las técnicas de producción
ancestral también se comunican por otros medios: música, danzas, canciones,
costumbres y grupos artesanales”

Las expresiones de los colectivos sociales se dan en el plano de la diversidad y


las diferencias como elementos básicos del patrimonio cultural, en donde la
interculturalidad y, sobre todo, la identidad se está dinamizando dentro del
marco de la globalización y la modernidad. La consecución de políticas
culturales permite un mayor conocimiento, promoción y desarrollo de la música
popular tradicional como factor importante de dicha identidad, cuyos referentes
históricos vienen y se constituyen de expresiones culturales vivas.

El reconocimiento de las diferencias y diversidades culturales implica la defensa


del patrimonio, nos aporta a la comprensión del fenómeno cultural practicado
por diversas identidades coexistiendo en el marco de una misma realidad social
excluyente, aspecto que reformula permanentemente los conceptos de lo
“popular-tradicional”.

Como sugiere el antropólogo ecuatoriano Patricio Guerrero: Hoy más que antes
emergen e insurgen con fuerza distintas diversidades de género, regionales,
étnicas, políticas, religiosas, ecológicas, generacionales, sociales, así como
movimientos contraculturales, “subculturas”, “minorías”, que toman la palabra y
cuestionan la existencia de una visión homogenizante de la vida, a un modelo
civilizatorio que impuso una forma única de hacer humanidad, y reivindican su
derecho a ser reconocidos, valorados y respetados en su diferencia
Tantas músicas encontramos cuantas diversidades coexisten. Podemos hablar de
una identidad sonora para cada grupo socialmente diferenciado, en donde lo
étnico juega un rol importante, aunque no único.

El surgimiento de expresiones artísticas musicales generadas desde la Colonia


dentro de procesos interculturales, posteriormente denominadas “nacionales”, no
son evidenciadas como tales sino luego de las tres primeras décadas del siglo
XX, cuando luego de haberlas calificado de nativas, criollas, etc., los medios de
comunicación de ese entonces, la radio principalmente, comienzan a identificar
así, en primer lugar, a los distintos géneros musicales surgidos con una
vinculación territorial nacional; y, segundo, bajo criterios ideológicos de
apropiación de una identidad cultural mestiza, negada hasta ese entonces a la
naciente clase media surgida en el marco del liberalismo.

Los instrumentos musicales andinos, principalmente los de viento, cuyo origen


se remonta a las culturas prehispánicas, están relacionados a rituales y
ceremonias del calendario agrícola y el sistema festivo dentro de la cosmovisión
andina, momentos claves como las cosechas del maíz, correspondientes con el
Inti Raymi, son un ejemplo de ello. La quena, cuyo rastro más lejano lo
encontramos en elaboraciones cerámicas arqueológicas dentro del área cultural
de Bolivia, Perú y Ecuador, ha sido quizá el instrumento más visible y simbólico
de la actual cultura musical latinoamericana, principalmente andina. Por todos es
conocido el proceso de difusión urbana de la quena en América Latina,
aproximadamente desde la década del setenta del siglo XX, donde grupos
musicales, unos relacionados con la canción social y otros con el folklore,
promovieron el uso de este instrumento sea como solista virtuoso o junto a otros
conformados a manera de grupo de cámara.

Los instrumentos de cuerda, por otro lado, son parte de un proceso de


apropiación de las culturas coloniales latinoamericanas hacia instrumentos
musicales europeos principalmente renacentistas, en la medida de
refuncionalizarlos a una identidad básicamente mestiza. Son parte de una gestión
y desarrollo tecnológico asimilado en la época colonial, donde los instrumentos
de cuerda traídos por la cultura española reflejaban el gran desarrollo
constructivo de los instrumentos musicales del renacimiento.
Al agrupar dichos instrumentos, en parte como exigencia estética de las cortes,
se comienza a desarrollar la orquestación y con ello los primeros compositores
de música secular promueven una búsqueda de nuevos timbres y sus posibles
combinaciones. Los instrumentos se juntan dentro de esa función social
cortesana y aparecen las primeras orquestas con instrumentos que conjugaban
las cuerdas, el viento y la percusión. Los instrumentos melódicos se organizaban
de acuerdo a la tesitura de la voz humana: soprano, contralto, tenor y bajo. Esta
carrera concluirá dentro de muchos años, en el siglo XVIII, particularmente en
Mannheim, lugar excepcional para la configuración de la orquesta sinfónica en
el clasicismo.

Con el surgimiento de los movimientos artísticos latinoamericanos de la canción


social en la década del setenta, donde se da una revalorización de las culturas
musicales andinas, principalmente, en el Ecuador, aparecen grupos folklóricos
de música y danzas indígenas integrados por mestizos. Poco después, se produce
en las comunidades imbabureñas y otavaleñas, sobre todo, el aparecimiento de
formatos grupales con sus propias características.

- OBJETO DE ESTUDIO
Música patrimonial del Ecuador

- EPISTEMOLOGICO
Historia
Musicología
Etnografía
Antropología

- METODOLOGIA
Tipo investigativo
Método descriptivo

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