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Música y la poesía en el contexto actual.

Para los pueblos indígenas, la música, además de ser una expresión de su rica y
ancestral cultura, es una oportunidad de que ésta, sus tradiciones y su lengua
sobrevivan al olvido y el desuso.
La música es parte fundamental de la cultura, en ella no solo se albergan melodías
y letras, también está contenida la identidad y se plasman mundos de manera
poética. A través de instrumentos, voces y letras se crean y se transforman
realidades en otras más simples o complejas, según sea el caso.
Para los pueblos indígenas, la música, además de ser una expresión de su rica y
ancestral cultura, es una oportunidad de que ésta, sus tradiciones y su lengua
sobrevivan a la tendencia del olvido y el desuso.
En ese sentido, la música potencializa los esfuerzos contra el fenómeno de la
muerte de las lenguas, ya que se trabaja de manera colaborativa por ella, su
majestuosidad se logra gracias a las escuelas musicales comunitarias, donde se
forman músicos, compositores y maestros que replican estos conocimientos. Por
ello, la música guarda un importante lugar en la comunidad.
La Música Indígena es la expresión musical de tradiciones culturales, religiosas y
celebraciones populares. Originalmente se usaba el tambor, la flauta, el caracol y
el tun. En la época colonial los indígenas le añadieron algunos instrumentos
musicales traídos por los españoles, como la guitarra, el arpa, la chirimía o el
violín al grupo de instrumentos que ya poseían, logrando desarrollar obras
musicales muy ligadas a la vida cotidiana y que también forman parte de su
religiosidad.
¿Es la literatura un instrumento de la música o la música un instrumento
de la literatura?
La relación entre la música y la literatura ha sido de las más antiguas y
provechosas colaboraciones que se han producido entre las distintas
manifestaciones del arte. La poesía nació unida con la música, canciones y rimas
se emplearon primeramente para que se recordaran los comportamientos de la
sociedad. La música y la literatura han estado ligadas desde la época de los
trovadores los cuales ligaban la poesía con la música.

Las relaciones que poseen ambas corrientes artísticas se centran en paralelismos,


mutua influencia y similitudes, generando una simbiosis mágica que nos ayuda a
ver de una forma más estética el mundo en el que vivimos. 
Ejemplos de música

La chilena
La chilena es un género musical que nació de la mezcla entre la música traída por
los marineros chilenos (principalmente la Cueca chilena) y la música tradicional
mestiza de la región sureña de México. Surgió específicamente en la zona que
hoy comprende la Costa Chica de Guerrero y la Costa Chica de Oaxaca, en los
distritos de Jamiltepec, Juquila y Puchutla. Con el tiempo, el género musical se
expandió por todo el territorio cultural de ambos estados.
La Chilena se fue difundiendo mientras se incorporaba, asimilaba y reinterpretaba
a las influencias de ritmos y armonías de orígen mestizo, indígena y afromestizo.
De esta manera se regionalizó y se convirtió en un tipo de son muy particular,
volviéndose una tradición dentro de diversos pueblos de la Costa Chica: mixtecos
de la costa, amuzgos de Guerrero, afromestizos, chatinos de Oaxaca, entre otros.
Además de todo esto, la chilena también se vio influenciada por la música de la
zona llamada “Tierra Caliente”, comprendida entre los estados de Michoacán y
Guerrero, principalmente por “Son Calentano”.
El son huasteco 
El son huasteco es un estilo de son mexicano originado en la región Huasteca.
Data del siglo XIX y fue influenciado de rasgos musicales españoles, africanos e
indígenas.
La presencia del son en México se remonta a la época virreinal según el
investigador Manuel Álvarez Boada "La música popular en la huasteca
veracruzana" [1985].
La pirekua
La pirekua es un canto tradicional de las comunidades indígenas p’urhépechas del
Estado de Michoacán (México) interpretado por hombres y mujeres. La diversidad
de sus estilos resulta de la mezcla de influencias africanas, europeas y
amerindias, y se han observado variaciones regionales en 30 de las 165
comunidades p’urhépechas existentes. La pirekua, que se canta por regla general
con un ritmo lento, puede presentar también estilos no vocales utilizando ritmos
diversos como los sones (3/8) y los abajeños (6/8). 

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