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Este documento describe una escena erótica entre una pareja. La mujer baila sensualmente para el hombre usando lencería, lo que enciende su pasión. Comienzan a tener relaciones sexuales apasionadas y repetidas, expresando su amor y deseo el uno por el otro. Después de varios orgasmos, quedan agotados pero continuando acariciándose y besándose tiernamente.
Este documento describe una escena erótica entre una pareja. La mujer baila sensualmente para el hombre usando lencería, lo que enciende su pasión. Comienzan a tener relaciones sexuales apasionadas y repetidas, expresando su amor y deseo el uno por el otro. Después de varios orgasmos, quedan agotados pero continuando acariciándose y besándose tiernamente.
Este documento describe una escena erótica entre una pareja. La mujer baila sensualmente para el hombre usando lencería, lo que enciende su pasión. Comienzan a tener relaciones sexuales apasionadas y repetidas, expresando su amor y deseo el uno por el otro. Después de varios orgasmos, quedan agotados pero continuando acariciándose y besándose tiernamente.
12 - Wattpad Sonríe con picardía llevándome a la cama doble con sábanas blancas.
—Espera aquí, necesito unos minutos —susurra.
—Te voy a...
—Unos minutos —me interrumpe con un leve beso.
Entra al baño y a los pocos segundos oigo el sonido de la ducha.
«Vueltas y vueltas»
Me quedo en bóxer sirviendo el trago que me llevo a la cama. El
miembro endurecido se dibuja por encima de la tela mientras bebo el contenido del vaso.
«Necesito que salga ya o entraré a embestirla en ese jodido baño»
—Rachel...
Los músculos se me contraen acelerándome el pecho cuando sale con
una bata abierta de encaje blanco la cual deja ver el corset que le llega a mitad del abdomen y las pequeñas bragas del mismo material.
—¿Eso también lo compraste para mí? —pregunto perdido en la imagen
que me ofrece.
Mi ego se eleva cuando asiente encendiendo el estéreo con el
control a distancia.
—Ven —le muestro como me tiene bajando elástico del bóxer.
Pero ella cierra los ojos moviéndose despacio, disfrutando las
notas de la canción que eligió y esta vez la ansiedad me ha dejado quieto detallando lo que hace.
La caminata lenta me embelesa con el inicio del baile sensual. Es
: la primera vez que baila directamente para mí siendo nosotros y no niego que lo quería hace mucho.
Avanza tres pasos tocando la figura de sus caderas, el piercing del
ombligo le brilla en medio del erótico sube y baja que le hace soltar la bata.
Se toca los labios antes de desplazar las manos por su cuello
acariciando el corset mientras yo paso la yema de los dedos a lo largo del falo endurecido que reposa en mi abdomen conteniendo las ganas de agitar la mano sobre él cuando se da la vuelta.
Fijo la vista en el hilo que se pierde en su trasero. Mantiene el
baile y de espaldas suelta el corset jugando con las tiras de las bragas. Gira nuevamente dibujando las aureolas de lo que más me gusta.
Duele ansiar tanto, pero lo que hace distrae, ese constante
contoneo que se sincroniza con cada pieza de su cuerpo bailando mejor que una nórdica y mejor que todas las mujeres que me ofrecieron ayer.
Mi corazón empieza a desbocarse con los impulsos que me gritan que
vaya por ella, la tome y la folle a lo bruto.
—Ven...
Acaricio el glande manchado de los jugos que no he parado de soltar
y la agitación me hace mirar al techo buscando el control que nunca ha sido algo propio en mi naturaleza.
Viene a mí hundiendo las rodillas en la cama, iniciando un
recorrido de besos a lo largo de mis piernas hasta llegar a la ingle que levanto ansioso enredando los dedos en su cabello.
—Solo a mí me bailas, solo a mí me piensas —dejo claro.
Sube apoderándose de mi boca con decisión desatando un jadeo por
parte de los dos mientras las bragas se vuelven nada en mis manos al romperlas antes de abrirle las piernas sobre mi regazo sin medir nada a la hora de ensartarla en mi polla.
«¡Joder!» Su canal me aprieta, el sudor me recorre y de la nada
: todo se va oscureciendo con el balanceo que me va poniendo violento. Se me va nublando la vista y coacciono sujetando su cara con una fuerza que ni yo mismo puedo contener.
Intento levantarme queriendo embestirla contra la pared,
pero sus piernas me acorralan apaciguando el impulso.
—Te amo mucho —susurra envolviendo mi muñeca en sus dedos—
Relájate y deja que te lo demuestre.
Paso saliva con el diestro beso que me recalca todo lo que
siente, cosa que me hace sujetarle los pechos reclamándolos como míos.
—Lo necesito Rachel... Estoy tan...
Su canal sube y baja a lo largo de mi polla con saltos que
la hacen gemir arañando mis hombros.
—¿Qué necesitas? —musita— ¿Esto?
Me cabalga uniendo nuestras bocas, besándome con
lengüetazos y mordidas que me hacen ansiarla más, que hacen que mi polla crezca en el delicioso coño que nunca dejare de llenar.
—¿Te complace? —gruño— ¿Te gusta satisfacer a tu marido?
—Si...
Saber que la estoy y me está complaciendo tensa mi
mandíbula. Me tiene al borde desde que la vi con ese vestido rojo. Mi glande palpita dentro de ella con el balanceo y sujeto sus caderas negándome al derrame, pero el que lance movimientos tan expertos desata el desbordamiento de mis jugos en menos de nada.
Es la primera vez que sucede tan rápido, la espesa humedad
: me asegura lo largo del derrame y siento que no he soltado ni un gramo de la carga.
Chupeteo su cuello, sus ojos se oscurecen apoyando las
manos en mis pectorales y es ella la que ahora se mueve con violencia estrellándose una y otra vez, de arriba abajo, de un lado a otro haciendo magia con las caderas en tanto sus fluidos me untan... Me tensa todo otra vez erizándome la piel, el bamboleo de sus pechos, el que no pierda el contacto visual...
Disfruto la fricción de su piel con mi piel. La imagen de
su coño recibiendo mi polla, aún estando embarazada la recibe toda, siempre la ha hecho, pese a lo dura, grande y gruesa. Monta diestramente en el miembro adornado con las venas que se hinchan con las ganas.
Quiere resistir, sin embargo, su canal se resiste soltando
las contracciones previas al orgasmo.
La llevo contra la cama negándole la dicha, dejando mi
brazo bajo su nuca y una mínima parte de mi polla dentro de ella, tortura carnal que la contonea y es mi forma de hacerle entender lo que siento cada que me pone a esperar.
—Por favor —jadea.
—¿Qué?
—Dame más.
Susurro en su oído todas las perversiones que quiero
hacerle, describo con detalle cómo la voy a llenar, cómo la voy a despertar todas las mañanas. Eso la hace arañarme y mordisquearme los labios con la mitad de mi miembro dentro.
Pero lo estipulado juega en mi contra con el roce de su
: mano en mis bíceps. El anillo de casada me grita que es mi mujer, que he conseguido lo que otros no pudieron y termino entrando de un todo con estocadas brutales que ella disfruta moviéndose abajo cuando le recuerdo porqué somos lo que somos.
No me importa que sus uñas me abran la piel, por el
contrario, las marcas son el detonador del segundo derrame el cual se acompasa con su orgasmo y no me aparto, me quedo sobre ella besándola por largo rato.
La follo las veces que me apetecen despertando el libido de
la Rachel que me gusta, de la que aclama y se me sube encima en busca de su propio placer. No sé ni cuantas veces entro y salgo de ella, cuantas veces me monta, cuantas veces nos besamos.
Solo sé que no hay distancia entre los dos.
Los rayos solares me toman con ella jadeando de medio lado.
El agotamiento nos gana por un momento, pero pese a eso no dejo de tocarla, de saborearla, yo a ella y ella a mí. Besos somnolientos, chupetones perezosos. :