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CORAZON DE HIELO

Hace tiempo que sabemos hasta qué punto nuestro bienestar físico y
psicológico puede desgastarse por efecto de la soledad, y que la expresión de
afecto es el principal modo de crear conexiones que nos vinculen a los otros
más allá de las relaciones formales. 

Sin embargo, muchas personas tienen problemas a la hora de expresar


afecto, y adoptan una actitud distante de forma automática e involuntaria a
pesar de que una parte de ellas mismas pide lo contrario. 

¿Por qué ocurre esto? Como prácticamente todos los fenómenos psicológicos,
no hay una sola explicación, ya que hay varias vías que conducen al mismo
resultado, dependiendo del camino que ha recorrido cada persona a lo largo de
su vida. Sin embargo, hay causas muy comunes a este fenómeno que
repercute tanto en las relaciones de pareja, y a continuación veremos una
de ellas.

 Artículo relacionado: "La lucha de poder en las relaciones de pareja"

Los problemas a la hora de expresar afecto

La mente humana es un cúmulo de contradicciones, y por eso somos capaces


de preferir una opción a otra de forma teórica a la vez que a la práctica
hacemos lo contrario. Esto pasa, por ejemplo, al postergar las visitas al dentista
o al saltarse las sesiones de gimnasio que estamos pagando, y ocurre también
en la faceta emocional de nuestras vidas.

Sabemos que conectar afectivamente con alguien es algo agradable, y a


pesar de ello hay mucha gente que en su día a día prefiere evitarlo,
rechazando invitaciones a salir, huyendo de los abrazos intensos, renunciando
a conocer gente que muestra interés, o incluso mostrando una actitud distante
con la familia que no puede ser explicada por conflictos importantes.
Este curioso fenómeno ha sido abordado por un equipo de investigadores
estadounidenses liderados por Anna Luerssen. Partieron de una hipótesis
inicial: que, a la hora de gestionar las relaciones de pareja, cada individuo
está movido por uno de dos objetivos prioritarios que se excluyen
mutuamente. 

Estos objetivos son por un lado desarrollar una relación satisfactoria y, por el
otro, minimizar el riesgo a la sensación de rechazo. En general expresar
afecto genera bienestar, pero si se interpreta que este afecto no es
correspondido, puede aparecer un sentimiento de vulnerabilidad y de tener
poco valor que daña la autoestima.

Luerssen y los suyos entendían que alguien con una baja autoestima tenderá a
mantenerse más a la defensiva en sus relaciones amorosas, y que por eso,
anticipando el alto riesgo de sufrir rechazo, será más fácil que renuncie a la
idea de tener una relación muy íntima y satisfactoria.

 Quizás te interese: "Vacío emocional: cuando nos falta algo que no


podemos explicar"

El experimento

Para esta investigación, el equipo de Luerssen contó con la participación de 60


parejas que fueron cuitadas en un laboratorio de Psicología. Allí, se separó a
los miembros de cada pareja y se ofreció un rol a cada uno de ellos: una
persona sería "el hablante" y la otra, "el que escucha".

A los participantes que debían hablar se les pidió que eligiesen tres piropos
o cumplidos que decir a sus parejas. A las personas que los recibían, además
de pedirles que escucharan sin ofrecer ninguna respuesta, se les dijo que su
pareja había elegido hablar acerca de "cosas que me gustan mucho de mi
pareja" a partir de una lista de posibles temas. De este modo, creerían que los
piropos eran algo espontáneo.
Después de esta fase, ambos miembros de la pareja rellenaron unos
cuestionarios acerca del modo en el que la actividad les había hecho sentir, se
sometieron a una prueba para recoger datos acerca de sus niveles de
hormonas en ese momento, y los "hablantes" rellenaron un cuestionario
diseñado para medir su autoestima.

El poder dañino de la vulnerabilidad en la pareja

Según los resultados obtenidos, las personas con menos autoestima


tendían a ofrecer cumplidos menos afectuosos y a manifestar un mayor
malestar producido por el experimento.

Los niveles de progesterona, una hormona segregada en mayores


cantidades ante conductas afectivas y vinculadas con el apego, tampoco
subieron de manera significativa en estas personas, tal y como suele ocurrir
con la mayoría de gente. De hecho, tanto las personas "oyentes" de las parejas
con poca autoestima como aquellas vinculadas a parejas con buena
autoestima sí experimentaron esa subida repentina en los niveles de
progesterona. Por otro lado, los "hablantes" con menos autoestima tendían a
creer en menor grado que su pareja se beneficiase de sus cumplidos

¿Cómo se interpreta esto? Todo parece indicar que las personas con menos
autoestima están mucho más orientadas a la meta de evitar el sentimiento
de rechazo, y que las acciones que las exponen a este tipo de peligro causan
un malestar que no es compensado por el bien que se cree que se está
haciendo; de ahí la idea sesgada de que la otra persona se beneficia poco de
los cumplidos a pesar de que las pruebas hormonales indiquen lo contrario.

Buena parte de la solución a este tipo de problemas afectivos y relacionales,


pues, pasa por trabajar la autoestima y construir una idea de uno mismo (un
autoconcepto) realista y desacomplejado. Así, todo el mundo saldrá ganando.

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