DIMENSIÓN
MENSAJE
MENSAJE DE MONSEÑOR
DE FAMILIA FABIO
MONSEÑOR FABIO
El diálogo matrimonial
Pbro. Aarón Muñoz Lomelí
María de Lourdes Cruz Niño
Hilario Laguna Caballero
Equipo Coordinador Arquidiocesa-
no de Pastoral Familiar
E
l diálogo matrimonial es un
tema que toca el corazón del
matrimonio, porque abarca
todo lo que somos: cuerpo, alma,
espíritu, afectos, sentimientos.
La amenaza al matrimonio el
día de hoy es justamente el diálo-
go, porque existen muchos factores
que lo convierten en uno de los bie-
nes más escasos. Hoy solo se da un
intercambio informativo, conver-
san superficialmente, se informan
de lo que hicieron el día de hoy,
qué harán mañana, cómo les fue
en esto o en lo otro. Es un diálogo
impersonal en el que ninguno abre
realmente el corazón, podemos dar
12
una información, pero otra cosa es
hablar de lo que tenemos en nues-
tra intimidad, lo que sentimos, go-
zamos o sufrimos; esto lo podemos
guardar tranquilamente y hablar
del apostolado que realizamos, de
lo que pasa con los hijos, etc., pero
no entregamos lo nuestro; y cuando
no se cultiva el verdadero diálogo,
se puede llegar a una relación fría,
intrascendente.
¿Por qué a la mayoría
de los matrimonios les
es tan difícil el diálogo
matrimonial?
Pueden ser causas culturales como:
la presión de un trabajo agobiante,
un ambiente de hipersensualismo y
sexualismo, la presión de los hijos,
la diferencia en la psicología del
hombre y la mujer, un ambiente
machista entre otros.
Todos tenemos el tiempo muy
ocupado, pero para tener un diá-
logo efectivo es importante tomar
en cuenta lo que establece el Papa
Francisco en Amoris Laetitia,136 -
138:
El diálogo es una forma privile-
giada e indispensable de vivir,
expresar y madurar el amor en la
vida matrimonial y familiar, pero
supone un largo y esforzado
aprendizaje. Todos tenemos dis-
tintas maneras de comunicarnos
usando un lenguaje con códigos
diferentes. La forma de pregun-
tar y responder, así como el
tono utilizado, el momento que
se vive y otros factores pueden
condicionar la comunicación.
Darse tiempo de calidad que
consiste en escuchar con pa-
ciencia y atención, hasta que el
otro haya expresado todo lo que
necesita, en lugar de comenzar
a dar opiniones o consejos. Mu-
chas veces uno de los cónyuges
no necesita una solución a sus
problemas, sino ser escuchado.
Tiene que sentir que sea percibi-
da su pena, desilusión, miedo,
ira, esperanza, sueños, pero no
siempre sucede así.
Es necesario desarrollar el hábi-
to de dar importancia real
al otro. Valorar su persona,
reconocer que tiene dere-
cho a existir, a pensar de
manera autónoma y a ser
feliz. Es posible reconocer
la verdad del otro, el va-
lor de sus preocupaciones
más profundas, incluso
detrás de las palabras agre-
sivas. Tratar de ponerse en
su lugar e interpretar el
fondo de su corazón, de-
tectar lo que le apasiona,
y tomar esa pasión como
punto de partida para pro-
fundizar en el diálogo.
NOVIEMBRE 2020