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DEL PRIMER BATLLISMO AL TERRISMO

“El 31 de marzo de 1933 pasaría a la historia política uruguaya como una fecha clave, verdadero mojón que marcaría el
inicio de una nueva época breve, que cambiaría hombres e instituciones.
Pondría temporalmente fin a uno de los esfuerzos más serios y buscados por la sociedad uruguaya: el de la
democratización modernizadora que en un clima de diálogo permitió afianzar y consolidar la paz alcanzada - a un alto
precio - en 1904.”
JACOB, R. (1983), “El Uruguay de Terra, 1931-1938”

“Los uruguayos de la ‘generación del centenario’ tuvieron más de un motivo para sentirse optimistas respecto del país
en que vivían y mirar orgullosos el pasado más inmediato por la tarea realizada.
En las tres primeras décadas del siglo XX se había desarrollado un efectivo proceso de democratización política,
modernización social y afirmación institucional, amparado en las ventajas comparativas obtenidas por una economía
agropecuaria en el marco de una situación internacional favorable. Lo alcanzado no tuvo parangón en América Latina y,
en el clima de confianza y relativa prosperidad al que contribuyeron los avances sociales, los progresos materiales y los
triunfos deportivos, muchos creyeron vivir en la ‘Suiza de América’, como algún deslumbrado observador extranjero nos
calificó. Hacia 1930 esa visión idealizada fue puesta a prueba.”
NAHUM, B.; COCCHI, A.; FREGA, A.; TROCHÓN, I. (1988), Crisis política y recuperación económica. 1930- 1958.

1-Compara lo afirmado por los historiadores Nahum, Cocchi, Frega y Trochón con lo que plantea Jacob

“Pero vino primero la revolución de marzo y muchas ilusiones pasaron a mejor vida; eran ilusiones tontas y los tontos
siguen aún lamentando su muerte. Algo pudimos ver de lo que realmente éramos (...) En el fondo nada había cambiado.
Pero alguna cosa sutil, inefable, se había roto.”
Juan Carlos Onetti, “Periquito el Aguador”, 1940.

“1- el Uruguay de las tres primeras décadas de éste siglo, signado por la experiencia del llamado “primer batllismo” se
asoció fuertemente con un orden simbólico de índole democrático y reformista, entre cuyas notas más distintivas
destacamos, además de las ya señaladas: la primacía urbana, el cosmopolitismo, el orgullo de la “excepcionalidad
nacional en América Latina, el legalismo, la exaltación de los valores de la seguridad y de la hiperintegración, el
optimismo, cierto “sentido hedonista” de la convivencia, etc.
2-todo ese orden simbólico comenzó a distanciarse paulatinamente de la realidad de la sociedad uruguaya a medida que la
crisis económica internacional de 1929 se hizo sentir en el país, con todas sus secuelas de diversa índole;
3-esta dislocación -más o menos profunda- del universo simbólico democrático y reformista fue a la vez aprovechada y
estimulada –directa o indirectamente por aquellos actores sociales y políticos promotores de la ofensiva golpista, los que
incluso poco a poco comenzaron a ofrecer los barruntos de una alternativa en ese plano, un nuevo imaginario colectivo
que permitiera a la sociedad uruguaya reconocerse en el advenimiento
de una etapa y un proyecto nacional renovados.
...
Nos interesa ahora detenernos en ciertos aspectos de esa confrontación polarizada en el terreno de lo simbólico asediado y
de lo imaginario alternativo que signaron el proceso previo a la crisis institucional de 1933: el cuestionamiento global al
modelo reformista, la exacerbación del dualismo campo ciudad, el brote xenófobo y su enfrentamiento al cosmopolitismo,
la crisis fuertemente vinculada del legalismo y de la conciencia de la “excepcionalidad uruguaya””

CAETANO, G., “Del primer batllismo al terrismo: Crisis simbólica y reconstrucción del imaginario colectivo”

2- -Analiza e interpreta el texto de Onetti, ¿Qué ilusiones pasaron a mejor vida?, ¿ qué se había roto?
3-¿Qué es un orden simbólico o un imaginario colectivo?
4-¿Qué características formaban el orden simbólico batllista y que orden simbólico alternativo se planteó tras la crisis?

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