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25 de mayo del 2022

Eduardo Sáez y Lucas Muñoz

Escuela de Periodismo

Historia social del siglo XX

La historia como biografía: Eric Hobsbawm y el siglo XX

Para comprender las guerras del siglo XX, debemos entender y conocer las revoluciones y
conflictos que le precedieron. Es por eso que, mediante este texto analizaremos los conflictos del
siglo pasado desde el punto de vista de Eric Hobsbawm a través de Historia del siglo XX del mismo
autor y La historia como campo de batalla de Enzo Traverso.

En 1789 y 1793, el inicio de la revolución francesa y el reinado del terror podrían entenderse como
antecedentes de la revolución bolchevique en Rusia: Ambas surgieron por una necesidad de
libertad frente a la opresión de las clases dominantes, pero, a la par, terminaron volviéndose lo
opuesto: Regímenes totalitarios y opresores. La revolución francesa estalló por el hambre de
poder político de la burguesía, llevando a que las personas se unieran y organizaran para luego
concluir con un golpe de estado por parte de Napoleón Bonaparte, iniciando un régimen
conservador y totalitario. Así mismo, la revolución rusa comenzó por el descontento de un pueblo
pobre en busca de justicia e inspirado por ideas socialistas que crecían en Europa, acrecentado por
la posición bélica que tomó el Zar, sin votaciones ni consultas populares. Concluyendo con la
creación de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), que, si bien surgió como un
modelo que esperaba ayudar al pueblo en su búsqueda de igualdad, se volvió un sistema
sanguinario y opresivo.

El imperialismo surge con la motivación de las entonces potencias europeas como la búsqueda de
nuevos mercados. Inglaterra, Francia y el entonces imperio Austrohúngaro iban tras nuevos
recursos que explotar, sin importar el daño eco-cultural que generara a su paso. En esta búsqueda
por recursos, se generó una gran tensión entre las alianzas, por el deseo de obtener los mismos
territorios y materias.

El siglo XX inició con grandes crisis y destructoras guerras que ponían en jaque la economía
europea y mundial: la Primera Guerra Mundial, la gran depresión, La Segunda Guerra Mundial, la
lucha entre las dos superpotencias (Estados Unidos y la URSS). Y desde el punto de vista de
Hobsbawm, hubo tres transformaciones que marcaron al siglo:

1. El desmoronamiento del paradigma eurocéntrico como núcleo de poder.


2. La globalización como nueva forma de unidad, los países dejan de entenderse como
una economía territorial y se vuelven una complicación para las actividades
transnacionales.
3. La transición de las antiguas formas de relaciones sociales y una total disociación entre
generaciones del pasado y del presente, que, potenciado por la instauración del
sistema neoliberal a nivel occidental y avances tecnológicos, trajo como consecuencia
una individualización asocial de las personas.

Sobre este último punto, Hobsbawm postula que “El mundo se ha transformado de tal forma que
cada día, cada hora y en todos los hogares la población común dispone de más información y
oportunidades de esparcimiento de la que disponían los emperadores en 1914. Esa tecnología
hace posible que personas separadas por océanos y continentes puedan conversar con sólo pulsar
unos botones y ha eliminado las ventajas culturales de la ciudad sobre el campo”. (Hobsbawm,
1994, p. 22). Si bien, lo que principalmente marcó al siglo XX fueron los conflictos bélicos, también
fue una época de cambios, avances tecnológicos, procesos sociales positivos y emancipaciones. El
autor entiende a este siglo como un tríptico: Una época de catástrofe (1914-1945), una época de
oro (1950-1970) y una era de descomposición, incertidumbre y crisis (1980-1990). Es imperativo
mencionar, que en palabras de Enzo Traverso “El siglo XX ha sido su vida y admite, con total
honestidad, su dificultad para disociar la historia de la autobiografía”. (Traverso 2011, p. 39)

Según Said y Traverso, el pensamiento de Hobsbawm se caracterizaba por su


occidentalocentrismo, ya que, a pesar de criticar las estructuras de poder y al eurocentrismo,
consideraba a América Latina y a países de diversas partes del mundo que han sido abatidos por
dictaduras como países sin identidad propia, ´pueblos sin historia´ que solamente han conocido
dinámicas derivadas del modelo industrial y técnico-científico de occidente. “La representación de
las sociedades no occidentales como lugares de una historia ´derivada, no original´ es un ´punto
ciego´ (blindspot) totalmente sorprendente en un investigador que se ha distinguido por haber
criticado el eurocentrismo de la historiografía tradicional y estudiado las ´tradiciones inventadas´”
(Traverso 2011, p. 50).

Así también, nunca criticó ni condenó al régimen genocida de Stalin y la herencia que dejó en el
mundo entero, considerando inevitables las bajas que dejó el horror estalinista, dándonos a
entender su carácter autoritario y antirrevisionista. “Hobsbawm, quien, entre los muchos rostros
del comunismo a lo largo del siglo XX, elige legitimar el peor, el más opresor y coercitivo. El
estalinismo nacido en el corazón de la guerra civil española, su comunismo nunca ha sido
libertario. En el fondo, siempre ha sido un hombre de orden, una suerte de comunista Tory”
(Traverso 2011, p. 67)

Luego de un análisis extenso a los textos mencionados, hubieron ciertos temas que nos llamaron
la atención. Ya que, si bien podemos rescatar su mirada detallista sobre la historia occidental del
siglo pasado, parece ignorar o no mencionar procesos sociales importantes sucedidos en el mismo
siglo de lugares como América del sur y África, dándonos a entender su visión limitada sobre
países que no son del primer mundo, como también su opinión sesgada sobre los modelos
socioeconómicos que existen en estos. Además de su falta de criticismo a regímenes de izquierda,
su visión sobre el estalinismo no se compara con la visión que tiene sobre el nazismo. Sobre este
último, tiene un análisis complejo y amplio; en cambio, su opinión sobre el comunismo de Stalin,
parece ser una resignación a los hechos ocurridos y no hay una crítica real.
Bibliografía

1. Hobsbawm, E. J. (1994) Age of extremes: The short twentieth century, 1994-1991. London:
M. Joseph.
2. Traverso, E. (2011) L´histoire comme champ de bataille: Interpréter les violences
du  XXe  siècle. París: Editions La Découverte.

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