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FACH-UNLPam 1
[...] Un fontanero no necesita escribir sobre cañerías […] pero el investigador científico quizá sea
el único, entre todos los que desempeñan un oficio o profesión, que está obligado a presentar un
informe escrito de lo que hizo, por qué lo hizo, cómo lo hizo y lo que aprendió al hacerlo. La
palabra clave es reproducibilidad. Eso es lo que singulariza a la ciencia y a la redacción científica.
Así pues, el científico no solo tiene que “hacer” ciencia sino también “escribirla”. Una mala
redacción puede impedir o retrasar la publicación de un trabajo científico excelente, y a menudo lo
hace.
El objetivo de la investigación científica es la publicación. Las personas, cuando comienzan sus estudios de
posgrado, no son juzgados principalmente por su habilidad en los trabajos de laboratorio o profesional, ni
por su conocimiento innato de temas científicos amplios o restringidos, ni, desde luego, por su ingenio o su
encanto personal; se los juzga y se los conoce (o no se los conoce) por sus publicaciones. Un experimento
científico, por espectaculares que sean sus resultados, no termina hasta que esos resultados se publican; en
el caso de las experiencias didácticas, ocurre lo mismo, si no se registran por escrito y se dan a conocer
quedan en la intimidad del aula. En palabras de Ana Teberosky (2007):
La autora señala que escribir en el ámbito académico “es una actividad de construcción del texto propio, a
partir de textos ajenos (intertextualidad), que da lugar a un producto final fruto del desarrollo de distintas
posiciones enunciativas” (p.17). Esas posiciones pueden asumir la tarea de compilador, de autor, de editor.
En la comunicación académica, el emisor es integrante de esa comunidad; los lectores son otros miembros
que juzgan y evalúan el texto y a su autor/a. Así, el lector configurado en el texto académico es alguien que
entiende sobre el tema y, por lo tanto, el desarrollo discursivo debe convencer de la validez de lo escrito y
eso involucra también el modo de la escritura. El contexto académico y las tradiciones generadas en el
ámbito imponen los cánones para decidir qué es apropiado y qué no lo es. La finalidad del discurso es
argumentar, convencer, persuadir y posicionarse respecto de discursos ajenos que se han manifestado sobre
el tema o problema abordado. En general, se utiliza el medio escrito aunque tenga una versión leída.
En cuanto al contenido, es factible encontrar: un razonamiento, un estudio empírico, una experimentación,
una revisión teórica, etc. Se usa el adjetivo “proposicional” para caracterizar un discurso que concierne a
pensamientos, actores o estados de cosas en el mundo fuera del texto. La explicación y la argumentación
constituyen las formas de organización textual típicas.
Particularidades del texto académico. Domínguez-Forte- Moro. FACH-UNLPam 2
Presentaremos a continuación una clasificación posible que ordena los géneros en dos grupos: géneros
escolares y géneros profesionales.
GÉNEROS ESCOLARES
Texto Escrito para ser Escrito para ser Escrito para ser leído Tipo de
escuchado visto y actividad
Destinatario
escuchado académica
Monografía
Examen parcial
presencial o
domiciliario.
Comisión ad Tesis de licenciatura Título de
hoc /maestría /doctorado grado
Título de
posgrado
Un tribunal Examen oral Defensa Tesis Finalización
de estudios
de grado y
posgrado
Particularidades del texto académico. Domínguez-Forte- Moro. FACH-UNLPam 3
GÉNEROS PROFESIONALES
Texto Escrito para ser Escrito para ser Escrito para ser leído Tipo de actividad
escuchado visto y escuchado académica
Destinatario
Los textos académicos, además, de las particularidades señaladas cumplen con las condiciones o
propiedades de textualidad que la lingüística ha sistematizado para definir qué se entiende por
texto.
Constitutivas: relacionadas con la estructura del texto y con la pragmática (uso) del texto.
Regulativas: propiedades que contribuyen a mantener la expectativa del lector a lo largo del texto.
La intencionalidad
Se refiere a la intención comunicativa del hablante o escritor. Al iniciar una activ idad de redacción se
recomienda definir el propósito del escrito. Deberíamos preguntarnos ¿qué quiero conseguir con mi texto?,
¿cómo deseo que reaccionen mis lectores?, ¿qué quiero que hagan con mi texto?, ¿cómo puedo formular en
pocas palabras mi propósito?, etc.
La aceptabilidad
El receptor tiene la potestad de aceptar o no un texto, en función del tema y de cómo se ha desarrollado el
acto comunicativo, del atractivo y utilidad que tenga el asunto para el lector.
La informatividad
Todo texto debe contener información: datos, versiones de fuentes personales o bibliográficas y todo tip o de
información que dé veracidad al texto. La información que entrega un texto es la referencia al mundo.
La situacionalidad
Se refiere a todos aquellos factores o circunstancias que intervienen en todo acto comunicativo. Los textos
se encuentran condicionados por una situación extra verbal concreta, es decir, por las circunstancias
que rodean el acto comunicativo.
La intertextualidad
Enlaza todos aquellos factores que hacen depender el uso adecuado de un texto en relación con otros textos.
De esta propiedad depende la inclusión del texto en un género.
Propiedades regulativas
La eficacia
Un texto es más o menos eficaz según el esfuerzo que el emisor procure para ser claro en su realización
comunicativa.
La efectividad
Un texto será más o menos efectivo según la impresión en el receptor que genere.
Particularidades del texto académico. Domínguez-Forte- Moro. FACH-UNLPam 6
La adecuación
Un texto será más o menos adecuado si hay equilibrio en el uso que se hace de un tipo de texto y en el modo
en que se respetan las normas de la textualidad en ese texto.
La finitud
Implica que todo texto tiene límites, a diferencia del lenguaje como sistema, que es de extensión indefinida.
Bibliografía