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Ascenso y caída de la ciudad de Mahagonny

Sergio Sánchez – 1ºD


He elegido como espectáculo musical la puesta en escena realizada por La Fura dels
Baus y Pablo Heras-Casado de la ópera de Kurt Weill y Bertolt Brecht “Ascenso y caída
de la ciudad de Mahagonny”, estrenada el 30 de septiembre de 2010 en el Teatro Real.
Fue la primera nueva producción que estrenó el Teatro Real desde que Gerard Mortier
asumiera su dirección artística. La he elegido por 3 razones:
La primera como pequeño tributo a Gerard Mortier, que falleció el 9 de marzo de este
mismo año.
La segunda porque estaba interesado en hacer un trabajo sobre una puesta en escena
moderna de una ópera, ya que siempre comentas -Inma- que la dirección escénica de
las óperas está evolucionando en los últimos años, y me apetecía investigar un poco el
tema. Dentro de las opciones de puesta en escena modernas de ópera el único nombre
que me puede sonar ahora mismo es el de La Fura dels Baus. Además, desde que he
entrado en la escuela no dejo de escuchar a la gente hablar sobre esta compañía de
teatro, y me apetecía acercarme a una de sus propuestas.
La tercera es que el libreto es de Brecht. Desconocía que Brecht hubiera escrito una
ópera, le tengo encuadrado en el Teatro épico, y siendo él una figura del teatro que me
resulta muy interesante, me llamó mucho la atención que hubiera escrito óperas.
Ascenso y caída de la ciudad de Mahagonny trata sobre una ciudad en la que reina la
depravación, un lugar fundado por asesinos y gente corrupta, donde la justicia está
comprada y “el hombre solo vale por el dinero que posee”.
Constituye una sátira al capitalismo y a la sociedad de la época, pero no ha perdido un
ápice de actualidad, por lo que lo es también de la nuestra. Es también una ópera que
satiriza a la ópera. Brecht dijo que la obra ataca a la sociedad que necesita las óperas de
un cierto tipo. En Weimar, las óperas se habían llenado de ritual y vaciado de sustancia,
y esta obra trataba en parte de desinflar la arrogancia pomposa de la ópera tradicional.
Con este fin, varios temas tradicionales de ópera son subvertidos y llevados a lo
grotesco; el amor se transforma en objeto de consumo, y la ley está manejada por
criminales, etc.
La ópera impactó en su estreno y se percibió como un manifiesto de fuerte crítica social
y política, incomodando a muchos, siendo, de hecho, prohibida por el régimen nazi.
Quizás debería haber elegido una ópera más clásica con una puesta en escena moderna,
puesto que ésta es una ópera moderna desde su concepción, pero no he podido
resistirme a esta mezcla de La Fura y Brecht.
El género al que pertenece Ascenso y caída de la ciudad de Mahagonny es ópera.
La ópera es un drama cantado con acompañamiento instrumental que se representa en
un espacio teatral ante un público. El drama se presenta usando elementos típicos del
teatro, tales como escenografía, vestuario y actuación. Sin embargo, la letra de la ópera
-llamada libreto- se canta en vez de ser hablada. Los cantantes son acompañados por
un grupo musical, que en muchas ocasiones puede ser una orquesta sinfónica completa.
La ópera surge en Italia a comienzos del siglo XVII. El antecedente más significativo lo
encontramos en el "entremezzo", que eran pequeñas actuaciones musicales que se
desarrollaban en los intermedios de los dramas teatrales. Estos intermedios gustaban
mucho al público de la época, tanto que incluso iban al teatro a ver el entremezzo más
que la propia obra. Cada vez van cobrando más importancia y haciéndose más largos,
hasta que se confirman como un nuevo género. La primera ópera de la que tenemos
noticia es "Dafne", de Jacobo Peri, estrenada en 1597, pero esta obra no se conserva en

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su totalidad, ya que algunos fragmentos se han perdido. En 1600 se estrenan dos
versiones de "Eurídice", una del mismo J. Peri y otra de G. Caccini.
Pero será en 1607 cuando C. Monteverdi cree "Orfeo", que se confirmará como la
primera gran ópera debido a que va a cumplir con todos los requisitos de la ópera que
se desarrollará en años posteriores. Esta obra, será tomada como referencia por todos
los compositores que le sucederán. El propio Monteverdi creará otras óperas que
alcanzarán una gran fama como "La coronación de Popea" y "El retorno de Ulises”. Este
género fue tomando mucha importancia en toda Italia, y se exportó a toda Europa,
creando distintos géneros debido a las variaciones introducidas en cada país.
La producción de la ópera funcionaba con las prácticas adoptadas con la creación de los
teatros públicos en el siglo XVIII.
A lo largo del siglo XIX y relacionadas directamente con los cambios estructurales de la
ópera, las formas de producción irán modificándose aunque muy lentamente. A finales
del siglo XIX, el director escénico deberá supeditarse al director musical, que tiene
mucha más relevancia. El cantante principal decidía su vestuario, sus movimientos, la
forma de actuar, etc. como vimos que sucedía también en el teatro.
Pero gracias a teóricos como R.Wagner y A.Appia, se fue fraguando un cambio, que
aunque lento, no ha para parado.
Hoy en día la ópera ha evolucionado, y si bien es cierto que no lo ha hecho tanto como
otros géneros, ha habido cambios en su estética, en la temática, en la concepción del
personaje, etc. Se entiende como un todo, una unidad, en la que la obra de teatro tiene
tanta importancia como la música.

El libreto de Ascenso y caída de la ciudad de Mahagonny está escrito por Bertolt Brecht
y la música pertenece a Kurt Weill.
Bertolt Brecht fue un dramaturgo alemán nacido en Augsburgo, Baviera, en 1898.
Comenzó en Múnich sus estudios de Literatura y Filosofía en 1917, a los que añadiría
posteriormente los de Medicina. Durante la I Primera Guerra Mundial comenzó a
escribir y publicar sus obras. Desde 1920 trabajó como dramaturgo y director de
escena. En 1924 se trasladó a Berlín, donde trabajó como dramaturgo a las órdenes de
Max Reinhardt en el Deutsches Theater; posteriormente colaboró también en obras de
carácter colectivo junto con Elisabeth Hauptmann, Erwin Piscator y Kurt Weill.
En 1926 comenzó su dedicación intensiva al marxismo y estableció un estrecho
contacto con Karl Korsch y Walter Benjamin. Con su ópera “Ópera de tres centavos”,
1928, obtuvo el mayor éxito conocido en Alemania hasta la época.
Será en 1930 cuando comience a tener más que contactos con el Partido Comunista. El
28 de febrero de 1933, un día después de la quema del Parlamento alemán, Brecht
comenzó su camino hacia el exilio en Dinamarca.
En 1941, después de haber pasado por varios países europeos, acabó dando el salto a
Estados Unidos, donde permaneció seis años, viviendo de guiones para Hollywood. En
1947 se llevó a la pantalla Galileo Galilei, con muy poco éxito. A raíz del estreno de esta
película, el Comité de Actividades Antinorteamericanas le consideró elemento
sospechoso y tuvo que marchar a Berlín Este en 1948.

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En Berlín, junto con su esposa Helene Weigel, fundó en 1949 el Berliner Ensemble, y se
dedicó exclusivamente al teatro.
Cabe destacar su prosa breve de carácter didáctico y dialéctico. La base de toda su
producción es, ya desde los tiempos de Múnich, una posición antiburguesa, una crítica
a las formas de vida, la ideología y la concepción artística de la burguesía, poniendo de
relieve al mismo tiempo la necesidad humana de felicidad como base para la vida.
Con su dedicación al marxismo, esta postura se hizo mucho más radical y pasó de hacer
referencia a un individuo aislado, a enmarcarse en el ámbito del conjunto de la
sociedad: el individuo autónomo aniquilado por el capitalismo consigue nuevas
cualidades dentro del colectivo
La posición opuesta la representan las figuras maternales junto con el colectivo
revolucionario y los dialécticos. El desarrollo literario de Brecht, está influido por la
Biblia de Lutero, la obra de Shakespeare y la Antigüedad Clásica, así como por el teatro
asiático y la filosofía china.
Brecht entiende la filosofía como la doctrina del buen comportamiento, una categoría
que resulta fundamental en su obra. En este sentido entiende sus textos como intentos
progresivos de provocar asombro, reflexión, reproducción y cambios de actitud y de
comportamiento en el espectador. Para ello utiliza el conocido efecto de
distanciamiento, que no debe ser entendido sólo como una técnica estética, sino como
una medida social. Sus intentos dramáticos más radicales de carácter pedagógico y
político son “La medida”, “La excepción y la regla” y “Los horacios y los curaciacios”; en
ellos se pone de relieve una fuerte separación entre escenario y espectador.
Con la llegada del nacionalsocialismo todos estos intentos revolucionarios perdieron
sus motivos sociales. En el exilio, Brecht escribió sin publicarlas algunas de sus piezas
más conocidas, entre ellas “Madre Coraje y sus hijos”, 1939. Con sus análisis sobre el
fascismo tomó parte activa en la lucha antifascista.
Condicionado por la situación social, tras 1945 trabajó sólo en obras de carácter
didáctico, olvidando sus experimentos de los primeros años.
Fue, sin duda alguna, uno de los dramaturgos más destacados e innovadores del siglo
XX.

Kurt Weill fue un compositor alemán, nacido en Dessau, en 1900.


Estudió en Dessau y en Berlín, donde fue discípulo de Humperdinck y de Busoni.
Después de escribir obras de cierto éxito, experimentó la influencia del jazz, simplificó
el registro y se dedicó a componer para el teatro expresionista. De su encuentro con
Bertolt Brecht surgieron composiciones magistrales, como La ópera de los tres cuartos,
1928, y Ascenso y caída de la ciudad de Mahagonny, 1930. Expulsado de su patria por
los nazis a causa de su origen judío, se refugió en París, donde compuso Los siete
pecados capitales en 1933. Residió luego en Londres y más tarde en Estados Unidos,
donde se instaló definitivamente con su esposa, Lott Lenya. Fue autor así mismo de
varias comedias musicales.
Murió cuando estaba trabajando en una versión musical de Huckleberry Finn, de Mark
Twain, un mes después de cumplir los cincuenta años.

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A pesar de no haber logrado la popularidad de “Ópera de tres centavos”, “Ascenso y
caída de la ciudad de Mahagonny” se ha representado en teatros de todo el mundo, y
sigue representándose hoy en día.
Después de su estreno en Leipzig en 1930, se presentó en Berlin en 1931 en el Theater
am Schiffbauerdamm. Otra producción fue presentada en enero de 1934 en
Copenhague en el Det ny Theater.
El resto de producciones dentro de Europa esperaron hasta el final de la Segunda
Guerra Mundial, algunas de las más notables fueron en enero de 1963 en Londres y en
Berlín en 1977.
Otras producciones importantes en Europa a partir de 1980 incluyen una producción
en 1986 por la Scottish Opera en Glasgow, una producción de 1990 en Florencia por el
Maggio Musicale Fiorentino, y otra en octubre de 1995 y 1997 en la Ópera de París.
No se presentó en los Estados Unidos hasta 1970, con una producción recortada en el
Off Broadway. La versión completa se presentó en el Yale Repertory Theater, en
Connecticut, en 1974.
En 1979 se representó en el Metropolitan Ópera y en 1989 la Ópera de Los Ángeles
presentó la ópera bajo la dirección de Kent Nagano.
En 2007 la Ópera de Los Ángeles volvió a representarla, con una producción dirigida
por John Doyle y James Conlon. Esta producción fue grabada y editada en DVD y en
2009 ganó los premios Grammy a “Mejor álbum clásico" y “Mejor Grabación de
Ópera”.

La propuesta escénica de La Fura dels Baus ha prescindido de su, al parecer, habitual


derroche de elementos audiovisuales y mecánicos.
Lo más llamativo probablemente sea que han convertido el desierto en el que
transcurre la obra en un vertedero, alegoría de la marginalidad, de los desechos
humanos que crea la sociedad capitalista.
Sin embargo, lo más destacable, por las críticas que he podido leer y por las pocas
imágenes que he logrado ver, es la dirección de actores.
Sin ser ningún experto en ópera, más bien todo lo contrario puesto que sólo he visto
Tosca, y en clase -no en directo-, he visto una gran diferencia entre las dos obras a nivel
interpretativo.
Los actores-cantantes de Ascensión y caída de la ciudad de mahonny interpretan sus
papeles como si de una obra dramática se tratara.
Ni siquiera parecen el mismo género, si hubiera visto imágenes de esta obra antes de
saber que era ópera, probablemente no la hubiera identificado como tal.
También creo que, a parte de la interpretación, se juega mucho más con la expresión
corporal, con momentos más cercanos a la danza que al teatro o a la música, elementos
que no vi en Tosca.

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Por último, decir que aunque es lo típico que se suele decir, me ha gustado hacer este
trabajo -de verdad-, y tengo muchas ganas de ver la ópera, y de hecho, si no logro
encontrarla en internet, lo más seguro es que esta semana me la compre en DVD para
verla.

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