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Universidad Abierta Para Adultos

Santiago, R.D.

Nombres y Apellidos
Evelyn Alexandra Cabreja Sánchez

Matricula
201808300

MATERIA
PSICOLOGIA EDUCATIVA 2

Tarea
Unidad 7

Facilitador/a
Laura Persia, M.A.
Santiago, R.D
Después de consultar la bibliografía señalada (Libro básico: Psicología
Educativa de Anita Woolfolk) y otras fuentes de interés científico para la
temática objeto de estudio, se aconseja que realices la siguiente actividad:
1. Elabora un diario de doble entrada sobre la manera en la que las
características de los profesores, sus planeaciones y sus métodos de
enseñanza influyen en el proceso de enseñanza-aprendizaje, según lo visto en
la unidad.
DIARIO DE DOBLE ENTRADA
Características de los Algunas de las primeras investigaciones sobre la
profesores eficaces enseñanza efectiva se concentraron en las
características personales de los profesores. Los
resultados revelaron algunos aspectos acerca de tres
características de los maestros:

Claridad: Los maestros que ofrecen presentaciones y


explicaciones claras suelen lograr que los estudiantes
aprendan más y los califiquen de manera más
positiva.

Calidez: Algunas investigaciones han revelado que la


evaluación del entusiasmo que manifiestan los
profesores por su materia está correlacionada con la
mejoría en el rendimiento de sus alumnos, en tanto
que la calidez, la amabilidad y la comprensión parecen
ser los rasgos del profesor más relacionados con el
agrado que sienten los alumnos por él y por la clase
en general.

Conocimientos para la enseñanza


El conocimiento es la característica que define la
pericia. Los profesores expertos cuentan con sistemas
de conocimiento detallados para comprender los
problemas de la enseñanza. Por ejemplo, cuando un
profesor novato enfrenta las respuestas incorrectas de
los estudiantes en exámenes de matemáticas o
historia, todas ellas parecerían iguales: erróneas.
La planeación
Para planear de manera creativa y flexible, los
profesores necesitan diversos conocimientos: sobre
los intereses y las capacidades de los estudiantes; de
la materia que enseñan; de formas alternativas de
enseñanza y evaluación de la comprensión; del
trabajo grupal; de las expectativas y limitaciones de la
escuela y la comunidad; de cómo aplicar y adaptar los
materiales y los libros de texto; y de la manera de
convertir todos estos conocimientos en actividades
significativas. Los planes de los profesores novatos en
ocasiones no funcionan porque carecen de
conocimientos acerca de los estudiantes o de la
materia.

Está dispuesto a aprender


El primer rasgo de un buen docente podría parecer
paradójico a simple vista, pero como afirmaba el
educador y político venezolano Luis Beltrán Prieto
Figueroa: “No puede ser educador quien ha perdido la
capacidad de aprender”.
La enseñanza dista mucho de ser un método único y
rígido al cual todos sin distinción deben adaptarse, ya
que el entendimiento se da a través de métodos
variados y divergentes.
Un buen docente debe entender esta verdad profunda
y estar dispuesto a replantear sus esquemas, variar
sus metodologías y sobre todo a aprender de su
propia experiencia de enseñanza.
No descuida la propia formación
Así como los conocimientos se actualizan, un buen
docente ha de plantearse retos de crecimiento que le
impidan anquilosarse en sus métodos y en su
abordaje de lo que enseña.
Debería ejercitar la investigación tanto como dedicar
buen tiempo a la preparación de sus lecciones, pues
nada es más desalentador que un docente poco
interesado o poco instruido en su materia.
Transmite su pasión por el aprendizaje
El poeta irlandés William Butler Yeats decía que
la educación no era llenar un cubo, sino encender
un fuego. Con ello quería decir que un docente ha de
ser un propagador, un estímulo, que inspire a sus
educandos en los caminos del aprendizaje, y no un
simple repetidor de información. Un alumno bien
educado será aquel que salga del aula con las ganas
y las herramientas para entender más sobre el tema
que estudia.
Posee el don de la palabra
Más que nada en el mundo, la herramienta de un
profesor es lo que dice. Por ende, ha de tener
facilidades verbales que le permitan expresarse no
solo correctamente, sino de distintas maneras en caso
de que necesite variar su abordaje del tema en
cuestión. No siempre tendrá el mismo tipo de oyentes,
después de todo.
Cuenta con buenas reservas de paciencia
La comprensividad es clave a la hora de construir un
puente comunicativo entre un docente y sus alumnos.
No todos aprenderán de la misma manera, ni tendrán
las mismas capacidades, ni los mismos talentos, ni las
mismas condiciones familiares. Un buen docente ha
de ser generoso con su atención y con el tiempo que
requieran sus estudiantes para entenderle.
Es entusiasta y entregado
La docencia es un oficio que rinde tarde sus frutos.
Eso no debería desalentarle. Por el contrario, el
docente ha de poseer una confianza innata en el
sentido de trascendencia de su labor, pues sólo con el
tiempo la educación se hace evidente; pero cuando lo
hace, por encima de muchas cosas, se hace notar.
Posee entereza y autoridad
Esto no significa que debe ser un padre castigador o
una especie de dictador en el aula. Todo lo
contrario, ha de saber ganarse el respeto de sus
alumnos a partir de convertirse en un vínculo positivo
y un modelo a seguir.
Es humilde.
Alardear de los títulos obtenidos o ampararse en el
cargo que se ocupa es un pobre método para adquirir
el respeto y una mala manera de plantear un vínculo
docente.
Los alumnos no están allí para satisfacer el ego del
profesor; en todo caso para aprender a lidiar con el
propio. Un buen docente ha de ser accesible y
amable, no hace falta estar siempre sobre un
pedestal.
Valora y estimula la creatividad
No siempre un examen escrito será la mejor forma de
medir el aprendizaje. No siempre lo que pone el libro
será la enseñanza más útil de una sesión.
Un buen docente no olvida que para adquirir
información están los libros y las bibliotecas: a la clase
se va a incorporar una dinámica de pensamiento, que
bien ha de contemplar la creatividad, la originalidad y
la capacidad de reflexión, por encima de la
memorización de datos duros.
Es intuitivo y observador
Los detalles, como dice el proverbio, lo son todo. Un
buen docente sabe cuándo aproximarse a un alumno
distante, cuándo exigirle mayores resultados a uno
flojo y cómo evaluar a un grupo de personas de muy
distinto potencial.
Se trata de apreciar los procesos individuales de
aprendizaje sin perder la noción de conjunto y de
natural competición. Un docente ideal debe saber de
sus alumnos mucho más que su expediente de notas.
Planeaciones de La planeación educativa se encarga de especificar los
enseñanza fines, objetivos y metas de la educación. Gracias a
este tipo de planeación, es posible definir qué hacer y
con qué recursos y estrategias. 

La planeación educativa implica la interacción de


diversas dimensiones. Por ejemplo, desde el aspecto
social, hay que tener en cuenta que la escuela forma
parte de una sociedad y, como tal, los cambios que
experimente la trascenderán.

De acuerdo a la dimensión técnica, la planeación


educativa debe considerar el uso de la tecnología en
la pedagogía, mientras que en cuanto a su dimensión
política, debe atender a los marcos normativos
existentes.

Por otra parte, la planeación educativa se desarrolla


en una serie de pasos. La primera etapa es el
diagnóstico, donde se vinculan las necesidades
educativas, las condiciones de aprendizaje y los
factores externos que afectan al proceso educativo.

El paso siguiente es el análisis de la naturaleza del


problema, que supone la comprensión integral de la
complejidad de la realidad educativa. 

La planeación continúa con el diseño y la evaluación


de las opciones de acción. Lo que hace la planeación
es tratar de anticipar el resultado de las posibilidades
consideradas, a fin de seleccionar la más acorde para
el cumplimiento de los objetivos.

Una vez elegida la acción o las acciones a seguir,


llega el momento de implantación, que es la puesta en
marcha del planteamiento educativo. Finalmente, es el
turno de la evaluación, donde se establecen balances
para analizar el éxito del proceso y sus resultados. 

Métodos de enseñanza - La necesidad de la planificación y el uso de


aprendizaje estrategias docentes que potencien aprendizajes
reflexivos y una educación para afrontar los cambios,
la incertidumbre y la dinámica del mundo actual, se
fundamenta en la actualidad, entre otros aspectos por:
el crecimiento vertiginoso de la información y la
infinitud del conocimiento humano;
el acelerado avance de las Tecnologías de la
Información y las Comunicaciones;
la proyección del aprendizaje a lo largo de toda la
vida, lo cual pone al docente ante la necesidad de
preparar a los estudiantes para que puedan aprender
por sí mismos y sean capaces de dirigir su propio
aprendizaje, a través del dominio consciente de sus
recursos para generar estrategias y definir, emplear y
evaluar los procedimientos necesarios para resolver
problemas, atendiendo a las condiciones del medio y a
las suyas propias;
los nuevos modos de aprender, basados en el
descubrimiento y la participación, con sistemas más
flexibles, que permitan incorporar las herramientas
tecnológicas para la búsqueda de información y
compartir problemas, proyectos y tareas en la vida
cotidiana.
Al abordar el estudio de las estrategias docentes y los
métodos de enseñanza-aprendizaje se requiere desde
el inicio la precisión conceptual, debido a la falta de
criterios unánimes en su conceptualización desde las
ciencias pedagógicas. Al respecto, es preciso
considerar algunas de sus acepciones brevemente y
explicar el significado que se le otorga a cada uno de
ellos, sin pretender agotar la diversidad de posiciones
al respecto.
En la literatura se pueden encontrar las
denominaciones siguientes: estrategias de enseñanza,
estrategias de aprendizaje, estrategias de enseñanza-
aprendizaje, estrategias o técnicas didácticas,
estrategias docentes, entre otras, las cuales se utilizan
indistintamente. Ello obedece a que sus fronteras son
difusas y en ocasiones pueden ser utilizadas con
múltiples significaciones. Además, en no pocas
oportunidades se tiende a la utilización de palabras
como táctica, técnica, procedimiento, etc., para hacer
referencia a las estrategias, lo que trae como
consecuencia disímiles problemas de interpretación.
Las anteriores consideraciones hacen que sea
necesario precisar las relaciones que se establecen
entre estrategia y táctica. La consulta en la bibliografía
especializada1 sobre el particular permite arribar a las
siguientes consideraciones:
Las estrategias son consideradas a un nivel macro o
global; mientras que las tácticas se instauran en una
dimensión micro o específica.
El término estrategia alude al empleo consciente,
reflexivo y regulativo de acciones y procedimientos –
de dirección, educación, enseñanza o aprendizaje,
según el caso– en condiciones específicas.
Las tácticas suelen verse como procedimientos para la
consecución de una finalidad.
Una táctica es un procedimiento específico que se
aplica y que tributa a todo el proceso, a la estrategia
en general.

BIBLIOGRAFIA
https://www.caracteristicas.co/buen-docente/
https://sites.google.com/site/lalaqueenplaneacion/investigacion/c-planeacion-de-la-
ensenanza
http://www.humanidadesmedicas.sld.cu/index.php/hm/article/view/127/81

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