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César Vallejo
Información personal
Nombre de
César Abraham Vallejo Mendoza
nacimiento
Nacimiento 16 de marzo de 1892
Santiago de Chuco, La Libertad, Perú.
Nacionalidad peruana
Información profesional
Ocupación Poeta, ensayista, narrador,periodista y educador
Familia
Firma
La “bohemia trujillana” o Grupo Norte, 1916. Vallejo es el cuarto de los sentados, de izquierda a derecha. Atrás de él, Antenor
Orrego.
En 1934 se casa por lo civil con Georgette. Por entonces termina de escribir otra de sus
obras teatrales: Colacho Hermanos o presidentes de América, sátira contra los gobiernos
latinoamericanos sumisos al imperialismo yanqui, pero que ningún editor se animó a
publicar. También le rechazan otro libro de ensayos que quiso dar a la prensa:Contra el
secreto profesional. Entre 1935 y 1936 escribe varios cuentos: El niño del carrizo, Viaje
alrededor del porvenir, Los dos soras y El vencedor, bocetos narrativos que serían
publicados años después de su muerte.
Al estallar la Guerra Civil Española en 1936, colabora con fervor en la fundación del
Comité Iberoamericano para la Defensa de la República Española y de su vocero, el
boletín Nueva España. Le acompaña en esa labor Pablo Neruda. En diciembre de dicho
año viaja por unos días a España, pasando por Barcelona y Madrid, preocupado por el
desarrollo de los acontecimientos. En julio de 1937 vuelve por última vez a España para
asistir al Congreso Internacional de Escritores Antifascistas.
Visita Barcelona, Valencia, Jaén y el frente en Madrid. De vuelta a París, es elegido
secretario de la sección peruana de la Asociación Internacional de Escritores. Entre
septiembre y noviembre escribe sus últimas composiciones líricas de Poemas
humanos y España, aparta de mí este cáliz; así como el drama de tema incaico La piedra
cansada.
Muerte en París[editar]
A inicios de 1938 trabaja como profesor de Lengua y Literatura en París, pero en marzo
sufre de agotamiento físico. El 24 de marzo es internado por una enfermedad desconocida
(después se supo que fue la reactivación de un antiguo paludismo que sufrió de niño) y
entra en crisis el 7 y el 8 de abril. Fallece una semana más tarde, el 15, un viernes santo
con llovizna en París, pero no un jueves, como se cree que vaticinó en su poema «Piedra
negra sobre una piedra blanca». Se le realiza un embalsamamiento. Su elogio fúnebre
estuvo a cargo del escritor francés Louis Aragon. El 19 sus restos son trasladados a la
Mansión de la Cultura y más tarde al cementerio de Montrouge.
Después de treinta y dos años de reposar en el cementerio Montrouge, el 3 de abril de
1970 su viuda Georgette Vallejo traslada sus restos al cementerio de Montparnasse,
escribiendo en su epitafio:
He nevado tanto para que duermas.
Obra[editar]
Vallejo abarcó prácticamente todos los géneros literarios: poesía, narrativa (novelas y
cuentos), teatro y ensayo. Se debe también mencionar su copiosa labor periodística
(crónicas y artículos).
Poesía[editar]
Los poemarios de esta etapa son de publicación póstuma, labor que realizó la viuda del
poeta, englobando los textos bajo el título común de Poemas humanos (París, julio de
1939). Aunque hay que señalar que España, aparta de mí este cáliz, ya había sido
ordenado por el mismo Vallejo en forma de libro individual y fue publicado meses antes, en
enero, en España.
El título de Poemas humanos fue impuesto a sugerencia de Georgette Vallejo, quien
afirmó haber leído en una libreta de apuntes de Vallejo que éste tenía planificado un libro
de "poemas humanos", aunque sin mayor especificación. La ambigüedad de esta
afirmación ha llevado a diversos críticos y editores a considerar arbitraria dicha imposición.
Posteriormente, Georgette Vallejo dividió los llamados Poemas humanos en dos bloques
titulados Poemas en prosa (19 poemas) y Poemas humanos propiamente dichos (76). Así
aparecieron en la Obra poética completa, Francisco Moncloa Editores S.A., 1968. Según
Georgette, los primeros fueron escritos entre 1923 y 1929, y los segundos entre 1931 y
1937. Otros editores no han estado de acuerdo con esta división y han preferido mantener
en un solo cuerpo todos los poemas póstumos de Vallejo, a excepción deEspaña, aparta
de mí este cáliz.
Aunque estos poemas tratan algunos temas recurrentes del autor, muestran claras
diferencias respecto a su obra poética anterior. Lo primero que se nota, en el plano formal,
es su retorno a los ritmos conocidos, al menos en buena parte de los poemas, así como el
abandono de la experimentación del lenguaje, que había sido la nota predominante
en Trilce. En esta nueva fase de su poética su lenguaje es pues más accesible para el
lector común. El poeta buscaba precisamente acercarse más al pueblo.
Se considera que uno de los factores que más influyó en este cambio de rumbo de su
poesía fue su adhesión al marxismo, pensamiento que coincidía con algunas de las
preocupaciones que lo habían acompañado a lo largo de su vida.
Si bien la nota reiterativa en estos poemas sigue siendo la insatisfacción del poeta ante la
vida y el pertinaz dolor de vivir; sin embargo, esta vez trae consigo una nota de esperanza.
Ella radicaría en su fe en la unidad de todos los hombres. En Poemas humanos el poeta
se abandona con seriedad o patetismo exacerbado al dolor humano y nos obliga a pensar
en las angustias y esperanzas de todos aquellos que con el estómago vacío no tienen ni
siquiera una piedra en que sentarse. La obra está llena de paralelismos y oposiciones. Usa
el lenguaje de la conversación cotidiana, por eso parece que el yo poético conversa con un
amigo o un obrero. Hay fuertes exclamaciones en la estructura lingüística, quiere
dramatizar su poesía. Presenta un humanismo esencial, literatura social y revolucionaria.
España, aparta de mí este cáliz, escrito en 1937 y publicado en 1939, compendia los
versos más intensos y hondos que escritor alguno haya llevado a cabo sobre la guerra civil
en ese país. La visión de la España combatiente había conmovido a Vallejo, por lo que su
poética estuvo al servicio de la causa. Consta de 15 poesías y se considera el testamento
poético de Vallejo.
En los versos que dan nombre al poemario, se manifiesta una prueba premonitoria de su
amor por España y su miedo por la derrota de la que consideraba la causa justa.
Narrativa[editar]
En la narrativa de Vallejo también se aprecia su progresión ideológica.