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[6.1] Presentación
6 TEMA
Bienestar Laboral y Organizaciones Saludables
Ideas clave
6.1. Presentación
Para estudiar este tema lee atentamente las Ideas clave que se presentan a
continuación.
Comenzamos recordando el concepto de salud dictado por la OMS como «El estado de
bienestar físico, psíquico y social completo y no meramente la ausencia de
enfermedad». En este sentido, la prevención de riesgos laborales, desde una visión
integral ha de ir dirigida no solo a prevenir los riesgos, sino a fomentar a largo
plazo la Salud integral (social, psicológica y física) de las personas que
trabajan en una organización. Por eso, debemos ir a un paradigma positivo de
salid laboral más que de mera prevención o protección ante el riesgo.
Los contextos y particularidades del trabajo, así como las características individuales de
cada trabajador, nos llevarán de manera inevitable a un condicionamiento de la
respuesta afectiva de éste hacia los distintos diferentes aspectos de su labor. Por ello,
debemos tener presente que todos los componentes psicosociales transcienden de
una u otra forma en el individuo; lo que hará que pueda percibir una situación como
estresante o no o bien, que no sea capaz de superarla por su capacidad de adaptación
y/o tolerancia a estos estímulos.
A través de esta teoría podemos establecer cómo hay toda una serie de factores que
originan satisfacción e insatisfacción. Por lo tanto, hemos de tener claro que los
factores denominados motivadores van a llevar a los individuos a tener actitudes
positivas al trabajo, lo que se traduce en a sentirse satisfecho; por el contrario, la
desmotivación va a generar sentimientos opuestos como la insatisfacción, ira o
disgusto.
Llegados a este punto, debemos especificar que respecto a los denominados factores
higiénicos, cuando están presentes no producen satisfacción pero su ausencia si genera
insatisfacción. Por ello, podemos afirmar que la prevención de la denominada
insatisfacción laboral solo se puede evitar o disminuir a través de los factores higiénicos
cuando esta exista; sin embargo, no pueden determinar la satisfacción, ya que ésta
estaría determinada por los factores intrínsecos o motivadores.
Por todo ello, debemos tener claro que cuando estemos hablando de satisfacción o
insatisfacción no solo responden a estas condiciones de trabajo, sino también a la
madurez afectiva y social del individuo, determinada por los factores personales.
» Con la frustración, las personas pueden reaccionar al no poder alcanzar las metas
que se habían propuesto. La conducta queda frustrada cuando una persona se halla
motivada para alcanzar un objetivo y tropieza con un obstáculo que le impide
alcanzarlo.
Los efectos negativos que produce sobre el trabajador la falta de motivación, se reflejan
en su vida laboral y social. Esto lleva consigo una disminución de la calidad y cantidad
de trabajo, un aumento del absentismo y un deterioro en las relaciones tanto laborales
como familiares.
La satisfacción laboral puede medirse a través de sus causas, sus efectos o cuestionando
directamente a la persona afectada. Por ello, existen diferentes tipos de métodos y casi
todos coinciden en interrogar de una u otra forma a las personas —hay que tener en
cuenta lo que dice el mismo trabajador sobre diversos aspectos de su trabajo—.
o Satisfacción general.
o Satisfacción extrínseca.
o Satisfacción intrínseca.
Las características principales de una empresa sana son las que se detallan en la
siguiente tabla:
Las acciones de la empresa, en cada una de las áreas, están guiadas por
planes y estrategias bien definidas y tendentes al logro de las finalidades.
Las finalidades de sus puestos, así como su interrelación, son conocidas con
claridad y por lo tanto la energía se canaliza al logro de los objetivos
organizacionales.
Las ideas se exponen sin miedo a la crítica y son tomadas en cuenta sin
importar el nivel de donde provienen.
Llegado a este punto, se hace necesario reflexionar sobre la enfermedad que acecha
a una empresa y que puede presentarse en cualquier momento; sin embargo, parece
existir una predisposición en los momentos de crisis, debido a su proceso natural de
desarrollo.
» Si la empresa sobrevive a esa fase, comienza otra etapa que clama por unos
parámetros definidos, una estructura, una organización o una
legislación interna. Hay que ordenar el desorden, legitimar la autoridad, definir
funciones y respetar la división del trabajo, hay que planear el futuro, no sólo vivir el
presente.
Sin embargo, en esta fase se presenta un peligro distinto. Precisamente porque está
en juego la definición de la autoridad, puede surgir la lucha por el poder, abierta o
encubierta, y que genera ansiedad, miedo, guerra interna. Un escenario caótico con
la formación de subgrupos antagónicos, rumores, intrigas, escisiones, temor al
riesgo y a la definición, a la responsabilidad y al compromiso; además de
inseguridad sobre la sobrevivencia individual y de grupo; posibilidad de deserción,
miedo, paranoia, etcétera.
» Cuando la empresa ha logrado superar estas dos etapas, llega por fin a la madurez,
que implica orden, claridad, estructura, finalidad, consolidación,
seguridad. El precio por llegar aquí es perder un poco de espontaneidad, de
flexibilidad, de vitalidad; ya que todo está legislado, reglamentado, presupuestado.
Según el comité mixto formado por la OIT y la OMS, «los factores psicosociales
consisten en interacciones entre, por una parte, el trabajo, el ambiente y las
condiciones de organización, y por la otra, las capacidades del trabajador, sus
necesidades, su cultura y su situación personal fuera del trabajo, todo lo cual; a través
de percepciones y experiencias, pueden influir en la salud, el rendimiento y la
satisfacción en el trabajo».
El tiempo y las molestias que se toman las personas para elegir el ámbito físico en el
que van a vivir, así como la cantidad de consideraciones que tienen en cuenta en esa
elección hace pensar que los individuos le dan a estas cuestiones bastante importancia.
Aspectos tales como las dimensiones de la ciudad en que vivimos, su ubicación, su
entorno, los equipamientos y servicios de que dispones, así como las características de
nuestra vivienda constituyen aspectos de fundamental relevancia a la hora de elegir una
ciudad u otra, un barrio u otro, una vivienda u otra.
Las expectativas y las necesidades de los individuos acerca de las características del
entorno de la empresa (ubicación, tamaño, etc.) son básicamente parecidas a las que
tenemos en la elección de nuestra vivienda. Pero a la hora de trabajar, la posibilidad de
elegir una empresa que responda a nuestras expectativas se ve coartada aún en mayor
medida. Parece que, incluso con un cierto margen de maniobra, normalmente
trabajamos donde podemos, no donde queremos.
El contemplar las necesidades del ser humano a este nivel supone una concepción
global de las relaciones que se establecen entre el entorno y el ser humano. Según
ciertos autores, la empresa no debería ser ajena a los condicionantes que determinan la
calidad de vida de los trabajadores, por lo que, en la fase de diseño, se deben tener en
cuenta las limitaciones y las exigencias del comportamiento, de las necesidades y de los
deseos humanos.
Los aspectos que vamos a considerar en este capítulo, como factores que pueden
tener algún tipo de incidencia sobre ciertas dimensiones psíquicas y
sociales del trabajador, son los siguientes:
El tamaño de la empresa
El que una empresa sea grande o pequeña no constituye un aspecto problemático, por
sí mismo. Sin embargo, existen ciertas características que parecen asociadas a un
determinado tipo de empresas, según su tamaño, y que parecen resultar fuente de
problemas.
Por ejemplo, en las grandes empresas —más de 500 trabajadores— es más probable
contar con una mayor organización de los servicios de prevención que en las pequeñas;
lo que conlleva una mayor preocupación por la prevención en las grandes empresas que
en las pequeñas empresas. También se constata que en las grandes empresas se facilita
una mayor formación a los trabajadores en todos los aspectos.
En esta línea, las grandes empresas tienen una mayor estabilidad en el empleo, unas
mayores posibilidades de promoción o de cambiar de trabajo o departamento dentro de
la empresa y suelen contar con mayor frecuencia que los de las pequeñas empresas con
ciertos servicios sociales (guardería, transporte a cargo de la empresa, etc.).
Los trabajadores de las entidades pequeñas manifiestan, en general, que cuentan con
una menor autonomía para decidir y un mayor control de su trabajo en comparación
con los de las grandes empresas.
En las pequeñas empresas, las tareas que se realizan, en general, son más variadas, el
trabajador pone en juego más capacidades diferentes y realiza trabajos con más
sentido, de modo que percibe su trabajo como algo importante. Además, el hecho de
que haya un número deducido de trabajadores facilita un trato más personalizado,
con lo que se dan mejores condiciones para que los trabajadores se sientan gratificados,
reconocidos.
Habitualmente, la empresa tiene muy en cuenta esa imagen social que proyecta por
varios motivos:
La empresa que se preocupe de su imagen deberá tener en cuenta que uno de sus
principales recursos para vender esa imagen son sus propios trabajadores; en el sentido
de que, si están satisfechos con su empresa, será un hecho que irán difundiendo en la
sociedad.
La ubicación de la empresa
El que una empresa esté situada en una ciudad distinta a la de origen del
trabajador supone para éste un desplazamiento y, tal vez, el de su familia. Esta
situación provoca la aparición de una serie de sucesos que pueden tener una influencia
muy estresante, como puede ser el alejamiento de personas con las que se mantenían
lazos afectivos, establecimiento de nuevas relaciones, problemas de adaptación a otra
sociedad, problemas generados por la adquisición de una nueva vivienda, etc.
Cuando el centro de trabaja está lejos de la vivienda del trabajador, éste debe invertir
una gran cantidad de tiempo y dinero en desplazamientos, con las consiguientes
molestias que origina esta situación (problemas de tráfico, tiempos de espera y
transporte, incomodidad, etc.). En otras situaciones, el centro de trabajo condiciona la
presencia de una vivienda cercana y se mantiene lejano a lugares de ocio que
igualmente origina el mismo tipo de molestias.
Otro aspecto relativo a la ubicación del centro de trabajo es su relación con el medio
circundante —tales como iluminación solar, orientación, contacto con el exterior o
espacios abiertos—, sin olvidar la dimensión estética del entorno.
Cuando hablamos del lugar de trabajo como factor psicosocial, nos estamos
refiriendo a aspectos como el espacio disponible para cada trabajador, la
distribución y el acondicionamiento del espacio para ese trabajo, los
equipamientos sociales, etc.
Un acondicionamiento espacial que, sin embargo, no está reñido con los aspectos
estéticos del lugar. Ciertos aspectos decorativos, como el color, influyen tanto en al
ánimo como en el bienestar visual del trabajador. Asimismo, en esa disposición espacial
se debe buscar la máxima comodidad.
Por último, en la planificación del lugar de trabajo no deben olvidarse ciertos servicios
que satisfagan algunas necesidades, como pueden ser comedores, restaurante, espacios
para el ocio el descanso, y otros servicios sociales como son las guarderías.
La actividad de la empresa
Lecturas
En la presente guía aparecen reflejadas las buenas prácticas para mejorar el bienestar
laboral en las empresas.
Accede al artículo a través del aula virtual o desde la siguiente dirección web:
https://ibermutua.es/wp-
content/uploads/2015/04/Dossier_Bienestar_Laboral_06.pdf
Más recursos
Vídeos
Vídeo que ofrece programas de salud laboral y bienestar para que tus empleados sean
más felices, saludables y productivos, de forma que tu empresa aumenta su
competitividad.
Accede al vídeo a través del aula virtual o desde la siguiente dirección web:
https://www.youtube.com/watch?v=g4DZfPOEIKk
Bibliografía
D’Cruz, P., Noronha, E. (2013). Breathers, releases, outlets and pauses: employee
resistance in the context of depersonalized bullying. The Qualitative Report, 18(72), 1-
24.
Test
6. La adaptación implica:
A. Modificar las necesidades de uno mismo en función de la realidad exterior.
B. Adaptar la realidad exterior a la manera de ser y a las necesidades de uno mismo.
C. Las dos respuestas anteriores son correctas.
9. La fijación es:
A. Es la acumulación excesiva de energía imposibilitada para encontrar
expresión.
B. Es la prolongación de algún tipo de acción exenta de valor adaptativo.
C. Es el retorno a conductas más tempranas y menos maduras, propias de un
estadio anterior del desarrollo de la persona.