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Toby, es un perro de raza grande el cuál fue abandonado en un barrio de Bogotá, sé que como

él hay más perros, que desde pequeños fueron deseados, pedidos, regalados, para ser
cuidados, amados y dotados de varias de sus necesidades para luego los dueños ver como
crecen y comen cada vez más... los integrantes de la familia dejan de verlo como prioridad y
deciden dejarlo solos en casa, los perros lloran en soledad, se sienten atrapados en cuatro
paredes, y los que no tienen la misma suerte, son dejados en terrazas o balcones, con hambre,
frío e incluso en espacios tan pequeños que se llegan a sentir claustrofóbicos, por lo que
empiezan a ladrar y a ladrar. El dueño no se ve como el culpable, sólo piensa en lo “molesto”
que es su mascota, le pregunta a sus familiares si desean tenerlo o a sus amigos y al no recibir
respuestas, lo abandonan en cualquier lugar; de la nada ese animal que sentía tener un lugar al
que conocía y distinguía por su olor o por tener alimento y agua, se vuelve en un lugar con
bastantes aromas, con mucha gente, con un espacio demasiado amplio que simplemente
desconoce y empieza a caminar y a caminar con la idea de encontrar nuevamente ese olor tan
peculiar que tenían sus amos.

En el caso de Toby, fue un perro que se encontraba solo y perdido en las calles, ¿desde hace
cuánto? No se sabe, pero aún olía bien y se encontraba en buen estado físico, aún me
pregunto si será fue que se les escapo a los dueños o si simplemente fue abandonado y
echado a la suerte.

Ese perro se encariño fácilmente de Yesmith, mi madre, quien se encontraba en la calle


rumbo a su trabajo y de la nada un perro quien es hoy en día llamado como Toby, la siguió
por varios minutos, robándole la atención de ella, y ahí es cuando su suerte cambio, pues
ahora no estaría más solo ni sería ignorado por los transeúntes, ella lo dejo en un conjunto
residencial, para que los celadores le cuidaran y el perro tuviera un punto de referencia por si
alguien llegase a preguntar por él, al salir Yesmith del trabajo decide ir a ver si alguien había
ido por el perro pero aun el seguía ahí; decide ponerle una soga para sacarlo a que haga sus
necesidades y se encuentra con un señor el cual va acompañado de dos perros y Yesmith
decide preguntarle si había visto a ese perro antes o si sabía algo del dueño, ya que se
encontraba por la calles solo y sin dueño a lo que el señor le comenta, que uno de sus dos
perros fué adoptado ya que de igual manera, lo encontró en la calle perdido en el barrio, y el
siempre lo ha sacado a pasear en el barrio y nunca nadie le ha reclamado por el perro,
entonces le dijo el hombre de manera descepcionada que no se matara tanto por encontrar a l
dueño, ya que lo más probable es que el pobre animal fuera abandonado.
Al día siguiente ella después de haber hecho pública por Facebook la situación del animal y
de haber preguntado de quien era el perro decide dárselo a un familiar de ella, quien vio la
publicación y al ver las fotos siente gracia por él, así es como ella decide tomar un taxi,
recoger al perro y llevarlo a la casa de su primo, quien si estaba dispuesto a tener una
mascota, sabiendo las implicaciones de tener una mascota: tiempo, paciencia, estabilidad
económica suficiente para darle una cama, vacunarlo y comprarle los medicamentos.

Y así es como Toby fue de los afortunados que en poco tiempo volvió a tener una casa y una
familia.

Por otro lado, me da alivio saber que cada vez son más las personas que dejan de ver a las
mascotas como un cargo o estorbo, hoy en día son las personas las que sienten necesidad de
la compañía de un canino o de un gato, entre otros animales; gracias a entidades como el
Instituto Distrital de Protección y Bienestar Animal, quienes son las responsables de hacer
campañas en varios barrios para que las mascotas de las personas puedan obtener vacunas,
desparasitantes e incluso identificación de micro chips, la cual permite que el encuentro de un
perro y sus amos llegue a ser más fácil gracias a un número de identificación con el que ellos
cuentan y así las autoridades sabrán los datos del lugar en el que vive la mascota.

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