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LA HORMIGA VANIDOSA Y EL PERRO AGRADECIDO

Cierto día, la hormiga vio pasar un perro con tres zapatos de distinto color…

- ¡Uy qué oso!, que mal vestido y harapiento se ve usted, ni afeitado se le ve, me parte el
corazón ver un animal en sus condiciones, por favor perro, desaparezca de mi vista, dijo la
hormiga.

- Lo siento, doña hormiga, excúseme si la he molestado, busco en el camino un zapato que


ya no use nadie y algo de comer -, contestó el perro.

Desde ese día la hormiga, jamás a nadie volvió a juzgar, arrojó al río su ligereza para
hablar, al viento su vanidad y volvió a ver, mirando con el corazón a los demás.

De pronto, el perro se quitó los zapatos, cuando a una hormiguita que le faltaba una pata
vio, entonces no comió, ese día su corazón también se alimentó y al creador, millones de
gracias dio.

NUESTRA QUERIDA GARI

Mi mascota, o mejor dicho un miembro más de la familia, es una divertida y loquita lorita
llamada Gari. Al principio mi familia y yo pensábamos que era lorito, pero luego resultó
siendo una lorita.

Gari es un poco caprichosa, le encanta tomarse su tiempo. Por las mañanas la que se
encarga de darle de comer es mi mamá, por el hecho de levantarse primero. Y finalmente
por las tardes la tarea de alimentarla recae en mí. Durante el día, todos la consentimos, si no
soy yo, es mi mamá y sino papá.

Los únicos que podemos jugar con Gari, y tocarla, somos mamá y yo, por el contrario mi
papá la mezquina un montón, pero ella jamás se deja tocar por él, inmediatamente lo
picotea, en ocasiones llega hasta cortarlo. Pero aun así mi papá la sigue queriendo.

Tengo un pensamiento acerca de que los animales pueden reaccionar y accionar contra
nosotros, en algunos casos causándonos algún daño, en su mayoría físicos, pero hay que
tener en cuenta que la culpa no es del animal, sino nuestra, ya que sin querer podemos
hacer algo que los molesta.

Gari es de esos animales que tienen un carácter especial, ya que de pronto podemos jugar
con ella y divertirnos con sus monadas, pero también hay momentos en los cuales no. Al
igual que yo, un día me puedo levantar de buen humor y al siguiente no. Gari también es así
y no por eso nos enojamos, sin dudas Gari es tan parecida a nosotros, como nosotros a ella.

Gari forma parte de nuestras vidas y personalmente digo que es una bendición. ¡Te
queremos Gari!
Fin

Goofy
Goofy llegó a mi casa un 15 de enero hace tres años. Tenía dos meses de nacido. Mi madre
lo rescató cuando estaba deambulando por la calle. Ella se enterneció y nos dio una
sorpresa.

Goofy es un pastor alemán, es robusto, de color negro con manchas blancas, tiene las orejas
puntiagudas y abiertas hacia adelante, sus ojos son de color almendrados. Se ha convertido
en una gran compañía para nuestra familia, sobre todo para mí. Desde que ingresó a ser
miembro de la familia (yo lo considero un hermano menor) hemos vivido aventuras y nos
ha traído muchas alegrías.
En cierta ocasión, cuando tenía seis meses ocurrió que accidentalmente dejamos la puerta
de la calle abierta y Goofy salió de la casa. Yo creí que ya lo habíamos perdido, no dormía,
no comía, estaba desesperado.

Lo busqué tres días, puse fotos en todos los postes de mi barrio, hasta que por fin una
vecina lo trajo. Nos dijo que su hija se había enamorado de mi perrito cuando lo vio en la
calle y que se lo había llevado a su casa, pero lo tuvo que devolver porque mi “hermanito”
lloraba todas las noches.

A los siete meses aprendió a traernos objetos cada vez que se lo pedíamos, fui entrenándolo
poco a poco. Tanto es nuestro cariño que al cumplir un año Goofy le hicimos una fiesta, fue
fenomenal. Mi hermana hizo la decoración con imágenes de mascotas de las películas que
hemos visto. ¡Un éxito total! Goofy recibió regalos de mi familia y de mis amigos que lo
querían y lo engreían cada vez que llegaban a casa.

Lo he cuidado mucho, es por eso que cuando tuvo trece meses lo inicié en el mundo de los
concursos de mascotas. El primer año quedamos en tercer puesto. Desde entonces nos
prometimos tanto Goofy como yo que haríamos todo lo posible para alcanzar el primer
lugar en el próximo certamen.

Y así fue, al año siguiente, no solo lo cuidé, sino que le enseñé a realizar piruetas como
pasar saltando por el orificio de un aro, hacerse el muertito, proteger de malhechores (esto
se me vino a la mente al darme cuenta que esta raza de perros son los preferidos para
convertirse en policía canino).

Creo que es a mí a quien Goofy quiere más. Una muestra es que cada vez que llego de la
escuela no solo menea la cola como lo hace con el resto de la familia, sino que salta, me da
lenguazos y hace piruetas.

Pero criarlo no ha sido tan fácil, exigía mucha responsabilidad de mi parte, ya que fui yo
quien prometió a mamá cuidarlo. Entre los cuidados que le doy está por ejemplo el de
evitar ciertos alimentos.

Ya desde pequeño, su veterinaria me dio las siguientes recomendaciones:

 Alimenta a tu cachorro 4 veces al día, ya cuando sea adulto reduce a 1 o 2 veces.


 Siempre ten un plato limpio con abundante agua para cuando tenga sed
 Sácalo a pasear con correa para que se ejercite.
 Dale un lugar abrigado para dormir.
 Mantén a tu perro siempre con su correa con identificación, de manera que si sale a
la calle sepan que tiene dueño.
 No tengas a tu mascota en espacios reducidos, húmedos o amarrados durante
muchas horas.
 Llévalo periódicamente al veterinario. De esa manera tendrá al día sus vacunas y se
detectarán enfermedades e infecciones.
 Hazle cariño y juega con él. Eso hace que ambos lo pasemos muy bien.
He puesto en práctica esos consejos y puedo decir que siento que mi mascota, “mi
hermanito menor” es feliz cuando está conmigo. En realidad yo no sé cómo pueden existir
seres insensibles que no saben cuidar a sus mascotas o en todo caso usan a los animales
para sus propios beneficios, en vez de darle cariño y calidad de vida.

Sé que algunos dueños los desamparan, los dejan en la calle, no les dan cobijo y a veces los
ponen en riesgo de morir. No se dan cuenta que tal como ocurre con una persona que vive
circunstancias similares en su vida, las mascotas sufren de estrés y hasta llegan a cambiar
su comportamiento debido a los maltratos que reciben.

Particularmente a mí me rompe el corazón sólo saber que las mascotas son sometidas a
maltratos que en muchas ocasiones las llevan a la muerte.

Si tienes una mascota, ya sea un perrito (como mi Goofy), gato, hámster, pollo, conejo,
gallina, cerdito, caballo, etc…, trátala bien.

Ellos se merecen toda de nuestra atención y cuidado. Goofy ahora ya es un perro adulto,
pero seguimos jugando y divirtiéndonos todos los días.

De seguro continuarán mis anécdotas con él y yo estoy muy contento de saber que tenemos
mucho camino que recorrer. Y que día a día mi mascota me enseña a valorarla y ser mejor
persona.

Fin

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