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Eduardo Martínez de la Fe
10 mayo, 2021
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4 minutos
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La Estación de Luz Extrema (SEL) es una instalación láser destinada a producir un láser
con 100 petavatios (PW) de potencia máxima (un petavatio equivale a mil billones de
vatios), objetivo que está previsto alcanzar dentro de dos años.
Una vez completado, el láser será el más poderoso de la Tierra, con una potencia 10.000
veces superior a la de todas las redes eléctricas del mundo combinadas y con una intensidad
10 billones de veces superior a la de la luz solar.
Esta tecnología se basa en el hecho de que el vacío en realidad nunca está vacío: es como
un estanque lleno de pares de electrones y positrones (partículas de materia y antimateria)
que ocasionalmente emergen a la superficie (existencia), aunque se aniquilan entre sí tan
pronto como se forman.
Un láser podría intervenir en ese proceso y separar las partículas de materia y antimateria
antes de que colisionen. A continuación, puede conseguir que ambas emitan rayos gamma y
generen más electrones y positrones. Ese aluvión de nuevas partículas y radiación podría
detectarse cuando adquiere la densidad suficiente.
El láser habría conseguido así crear partículas y antipartículas como si hubieran surgido de
la nada: demostraría que la luz puede arrancar partículas de materia y antimateria del
espacio vacío, un fenómeno conocido como «romper el vacío».
Se trata de una operación muy difícil de repetir que el nuevo láser facilitará, porque creará
directamente y medirá las propiedades cuánticas del vacío, aquí en la Tierra.
Science explica al respecto que el nuevo láser podría poner en marcha una nueva forma de
acelerar partículas, tanto para la física de altas energías como para usos médicos.
Aunque todavía falta un tiempo para llegar a esa meta, los progresos conseguidos hasta la
fecha son bastante esperanzadores.
Materia y energía
Las armas nucleares ya han demostrado que es posible convertir la materia en grandes
cantidades de calor y luz, pero hacerlo al revés, convertir calor y luz en materia, es mucho
más difícil: será lo que logre el asombroso láser que se gesta en un laboratorio especial de
China.
Conseguirlo demostrará que la materia y la energía son intercambiables en cualquier
dirección, como había expuesto Einstein en su famosa ecuación.
El milagro tecnológico será obra de la luz amplificada por emisión estimulada de radiación,
más conocida como láser: funciona estimulando electrones que emiten fotones en una
corriente de luz con una longitud de onda específica.
Cambio de rumbo
Los pulsos láser pueden potenciarse aumentando su energía o también acortando su
duración. Los esfuerzos tecnológicos se han centrado en el pasado en aumentar la energía
de los láseres.
Los científicos de China han optado por acortar el tiempo de pulso y en esa línea han hecho
progresos que, probablemente, le permitan alcanzar el objetivo pretendido: abrir al mundo
una nueva rama de la física, llamada fotónica nuclear, llena de potencialidades tecnológicas
todavía inimaginables.
Referencias
Recent Progress on the Shanghai Superintense Ultrafast Laser Facility (SULF) at SIOM.
Xiaoyan Liang, Yuxin Leng, Ruxin Li, and Zhizhan Xu. OSA High-brightness Sources and
Light-driven Interactions Congress 2020 (EUVXRAY, HILAS, MICS). OSA Technical
Digest (Optical Society of America, 2020), paper HTh2B.2.
DOI:https://doi.org/10.1364/HILAS.2020.HTh2B.2
The 1 PW/0.1 Hz laser beamline in SULF facility. Zongxin Zhang et al. High Power Laser
Science and Engineering, Volume 8, 2020, e4. DOI:https://doi.org/10.1017/hpl.2020.3
La antimateria
en el interior
del protón
Además de los tres quarks «de valencia», los protones también
contienen antiquarks de vida efímera. El experimento SeaQuest ha
determinado que un tipo concreto de ellos es más abundante que
el resto.
Robert Gast
Representación artística del «mar» de quarks, antiquarks y gluones en el interior del protón. [Daniel Domínguez/CERN]
En el interior de los núcleos atómicos, algunas formas de antimateria
parecen ser más comunes que otras. Eso es al menos lo que acaba de
concluir un equipo internacional de físicos tras veinte años de cuidadosas
mediciones con átomos de hidrógeno, cuyo núcleo está formado por un
solo protón.
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Para ello, los investigadores dirigen haces de protones contra dos blancos:
uno con hidrógeno líquido y otro con deuterio, un isótopo del hidrógeno
cuyo núcleo contiene un neutrón además del protón habitual. Cuando los
protones del haz tienen la energía adecuada, un quark presente en un
nucleón puede interaccionar con un antiquark presente en otro, tras lo
cual uno y otro se aniquilarán. Entre otras partículas, dicho proceso puede
acabar generando pares de muones y antimuones, réplicas pesadas del
electrón y del positrón, respectivamente.
Robert Gast