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que se emplea para probar o demostrar una proposición o bien, para convencer a alguien
de aquello que se afirma o se niega”
Esta definición recoge los rasgos centrales del discurso argumentativo: Su doble carácter
demostrativo y persuasivo, con la salvedad que las demostraciones que contiene están
subordinadas a la intención de convencer.
El discurso argumentativo podría definirse, entonces, como género discursivo, cuya
intención comunicativa es persuadir al receptor de la validez o invalidez de un
planteamiento o punto de vista sobre una determinada materia.
Lo que se busca, por lo tanto, es la adhesión del destinatario, procurando inducir, rebatir o
reforzar ideas y creencias. En este sentido, la influencia que aspira a ejercer sobre los
receptores es de carácter ideológico.
La argumentación como estrategia discursiva está presente en el habla oral y en textos
escritos, en diferentes contextos y en distintos ámbitos del quehacer humano: Cada vez que
defendemos nuestro punto de vista en situaciones de carácter familiar o formal; cuando
intentamos demostrar, por ejemplo, que una medida disciplinaria es injusta o cuando un
profesional procura convencer a la gerencia de los beneficios que le reportaría invertir en
su proyecto, etc.
Asimismo, puede presentarse bajo la forma de diálogo o como discurso monológico, con un
emisor único. Cualquiera sea el caso, el receptor juega un rol preponderante en la
estructuración del discurso. Se trate del par con quien se interactúa, la audiencia para la
que se enuncia o un lector que se presupone, es siempre el factor que debe ser persuadido
para lograr el efecto que se espera. Refiriéndose a este aspecto Barthes señala que requiere
pensar el mensaje en función de su destino, según el humor de aquel cuya adhesión se
desea lograr.
En la medida que el receptor o receptores tienen la opción de decidir con plena autonomía
si adhieren a los planteamientos del emisor o no lo hacen, e incluso tienen libertad para
rebatir sus argumentos, la relación entre ambos es simétrica.
Este tipo discursivo también está presente en los alegatos judiciales y en aquellas formas
de discurso dialógico asociadas al debate.
• La Retórica
Esto se traduce, desde el punto de vista del desarrollo temático, en el carácter de los
argumentos que se presentan y en el modo cómo se disponen, es decir, su ordenamiento.
Por otra parte, a nivel del cómo – el mensaje- se expresa en la función poética del lenguaje,
en el uso de ornamentos que embellezcan y le otorguen mayor fuerza a lo que se dice:
Figuras literarias, expresiones enfáticas, recursos paralingüísticos, etc. La dinámica corporal
y la gestualidad también se asocian a la intención persuasiva.
• Elementos estructurales del discurso argumentativo
Si bien La retórica de Aristóteles define un conjunto más amplio de operaciones en la
construcción de un discurso argumentativo, los elementos mínimos indispensables de este
género discursivo son:
Los datos objetivos: Por ejemplo, estadísticas sobre el número y carácter de los delitos para
demostrar el aumento de los robos con violencia; evolución del ingreso per cápita, en un
período de tiempo dado, como indicador de desarrollo de un país; distribución del ingreso
en los distintos segmentos de la población para probar la inequidad social, número de
viviendas básicas construidas, como testimonio de la preocupación social del gobierno, etc.
Apelación a los valores. Se invocan verdades morales para defender un punto de vista. Por
ejemplo, se denuncian los anticonceptivos, porque interfieren con la fecundación y por
ende, con el desarrollo de la vida.
Ejemplo
Fuente:
https://www.preunab.cl/clases/clase-7-discurso-argumentativo-y-discurso-publico/
Consultado: 7 de abril de 2021.