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Documento Rector UNES
Documento Rector UNES
Autoridades
Soraya El Achkar
Rectora
Aimara Aguilar
Vicerrectora de Desarrollo Académico
Antonio González
Vicerrector de Creación Intelectual y Vinculación Social
Frank Bermúdez
Secretario
1
PRESENTACIÓN
Aunque la UNES es una institución muy joven, su nacimiento está vinculado con
décadas de luchas populares e institucionales. Los principios, conceptos y valores
que aquí se presentan provienen de esas luchas que conjugan experiencias
diversas: las del activismo social y político por los derechos humanos, con el
debido acompañamiento a familiares y víctimas de abusos policiales; las de los
militantes por la construcción de una sociedad más justa; las de policías que se
enfrentaron al viejo modelo policial y no dejaron de creer que era posible dignificar
su profesión; las de funcionarias y funcionarios públicos comprometidos con su
pueblo, que facilitaron procesos de reforma policial; las de académicas y
académicos e intelectuales vinculados orgánicamente con los sectores populares;
entre otras. Esos principios, conceptos y valores están plasmados aquí como
testimonio de encuentros, acuerdos y suma de voluntades en torno a la
transformación de la realidad en el campo de la seguridad ciudadana.
CAPÍTULO I:
ASPECTOS DEL CONTEXTO MUNDIAL Y NACIONAL
En este capítulo se exponen los procesos de democratización y los desafíos para
la seguridad en América Latina; el desafío que constituyen las prácticas violentas,
el fenómeno de la seguridad y las percepciones, así como los factores
generadores de la violencia, las consecuencias del problema y la expresión de la
voluntad política del Gobierno Bolivariano para asumir el tema con
responsabilidad.
2
CAPÍTULO II
MISIÓN, PROPÓSITO, VISIÓN Y OBJETIVOS DE LA UNES
En este capítulo se presenta la misión, la visión de la Universidad Nacional
Experimental de la Seguridad y se enumeran los objetivos normados en el
Reglamento Orgánico de la institución.
CAPÍTULO III
BASES FILOSÓFICAS, POLÍTICO-PEDAGÓGICAS DE LA UNES
En este capítulo se describe el enfoque político-pedagógico de la Universidad
Nacional Experimental de la Seguridad haciendo énfasis en: i) la dimensión
política de la educación; ii) la educación a lo largo de toda la vida; iii) leer el mundo
para cambiarlo; iv) el poder protagónico del pueblo; v) el pensamiento crítico; vi) el
pensamiento glocalizado; vii) la integralidad; viii) la dialogicidad y ix) la
transdisciplinariedad, x) el enfoque de género; xi) el enfoque de derechos; xii) la
sociedad ecosocialista; xiii) la ética universal; y, finalmente, se explica una
estrategia educativa centrada en la construcción de ciudades educadoras, es
decir, ciudades seguras.
“Estamos saldando una deuda de 200 años. Es nuestra manera de celebrar la ruta de la
nueva independencia patria”
3
CAPÍTULO I
ASPECTOS DEL CONTEXTO MUNDIAL Y NACIONAL
4
las riquezas naturales; entre otras. Los conceptos de “orden” y “estabilidad
pública” eran parte del discurso de dominación y se reflejaba en lo concreto en
una utilización de los organismos de seguridad para el logro de estos fines.
Este nuevo marco de relaciones y entendimiento de la lógica, que afecta los temas
vinculados a la seguridad ciudadana, no puede ser entendido sin considerar que
un “signo de los tiempos” que vivimos está constituido por las transformaciones
profundas en todos los órdenes de la vida social. Transformaciones que nos
invitan a recrear las claves de interpretación de la realidad, romper con esquemas
preconcebidos y rígidos de análisis y, desde esa apertura de visión, situarnos en la
problemática de la formación en las áreas de seguridad pública.
5
de democracia desde la participación y protagonismo popular–, aunado a la
visibilización de las demandas y experimentos democráticos liderada por los
movimientos sociales y desde espacios de resistencia al neoliberalismo) que
vivimos en América Latina desde mediados de los años 80, la institucionalidad de
los cuerpos de seguridad ciudadana en la región no se ha vista fortalecida por
procesos efectivos de profesionalización y revalorización social. Más allá de
experiencias aisladas, ésta se ha sumido en graves deterioros que afectan no
solamente su credibilidad pública sino su capacidad efectiva de cumplir con el
mandato para el que fueron creadas: servir y proteger al pueblo. Hechos de
corrupción, uso desproporcionado de la fuerza y vinculación con diversas formas
delictivas son prácticas frecuentes de las instituciones policiales en todo el
continente, y todo esto en el marco de ambientes de creciente descontento por la
situación de inseguridad y el rol de la policía. Venezuela no es la excepción.
Tomando como referencia el tema policial, estudios realizados para el año 2007
daban cuenta del nivel de rechazo social a la institución policial en Venezuela, que
superaba el 81% en la valoración negativa por parte de la población (Interlaces,
2007).
Una vez iniciado el siglo XXI en América Latina, procesos populares y nuevos
gobiernos han cuestionado el neoliberalismo y planteado la necesidad de
democratizar las democracias del continente, subrayando la búsqueda de la
justicia social. En la concepción de los temas de la seguridad ciudadana, sin
embargo, no se ha producido el nacimiento de un nuevo modelo acorde con los
tiempos de cambios políticos y sociales. Las enormes presiones sociales por los
efectos de la inseguridad (que muchas veces alimenta los llamados "populismos
punitivos"), así como la limitada producción intelectual en el campo de las luchas
contrahegemónicas sobre los temas de la institucionalidad de la seguridad, han
demorado el nacimiento de una visión alternativa, que se materialice en políticas
públicas con protagonismo popular.
6
sociedad capitalista y su incidencia en la violencia y situación de inseguridad. La
UNES asume el desafío de identificarse como un espacio contrahegemónico,
entendiendo que históricamente hemos carecido de un discurso y que nuestras
propias construcciones están atravesadas por el mismo contexto que se nos
impone. Este doble carácter invita a la sospecha y la revisión crítica y autocrítica
de nuestro quehacer.
El desafío de la violencia
El reciente estudio sobre seguridad ciudadana y derechos humanos elaborado en
conjunto por la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los
Derechos Humanos (OACNUDH), el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia
(UNICEF) y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) da cuenta
de que Latinoamérica representa la región más violenta del mundo:
En las Américas se verifican algunos de los índices más altos del mundo de
crimen y de violencia. La tasa de homicidios cada 100.000 habitantes, que es un
indicador universalmente aceptado para medir el nivel de violencia en una
determinada sociedad, sin perjuicio de sus constantes alteraciones, alcanzó el
25.6/100.000 promedio en América Latina. En comparación con esta cifra, la tasa
en Europa se registró en 8.9/100.000, mientras que para la región del Pacífico
Occidental se ubica en 3.4/100.000, y en Asia Sur Oriental 5.8/100.000. No
obstante, si el análisis se enfoca solamente en los sectores de ingresos medios y
bajos de la población, la tasa promedio de homicidios en las Américas se eleva a
27.5/100.000 (CIDH 2009).
7
(no necesariamente de primera necesidad) entre la población, producto de los
procesos de empobrecimiento y aumento de la desigualdad; la expansión del
fenómeno delictivo con nuevas y complejas formas que corroen a las instituciones
de control (narcotráfico, contrabando, tráfico de armas, etc.); la debilidad de las
instituciones educativas para aportar procesos de formación sustentados
coherentemente en un marco axiológico compartido; la falta de respuestas
estructuradas y sistemáticas a las necesidades de las poblaciones más
vulnerables (especialmente la juventud); y el carácter clasista e ineficaz del
sistema de justicia penal, entre otras razones.
8
mi espacio y mi condición social. De allí el fenómeno de los “barrios” como
territorios excluidos de la ciudad formal, con menor acceso a los servicios y
derechos que el que existe en las “urbanizaciones”, muchas veces vistos por las
élites socioeconómicas y las capas medias como la fuente de la inseguridad, lo
que fortalece el ciclo de la criminalización de la pobreza.
1 El sentimiento de inseguridad es entendido como el sentido subjetivo de desprotección y el temor a ser víctima del delito, así como la probabilidad
real de ser objeto de alguna agresión, hurto, robo u homicidio (Briceño-León y Zubillaga, 2001; Sozzo, 2008).
2 Aunque todos los sectores sociales sienten temor a la violencia, son los sectores de mayores ingresos y menos victimizados los que lo sienten en
superior proporción. Esta ausencia de correlación entre percepción y victimización por estrato social se explica, al menos, por dos razones. La primera
es el uso político del problema de la inseguridad por parte de la oposición político-mediática. La segunda es el temor que las capas de ingresos medios
y altos sienten por el protagonismo político de los sectores populares, a los que estigmatizan como delincuentes.
9
delitos violentos, en particular los homicidios. Entre 1988 y 2008, la tasa nacional
de homicidios por cien mil habitantes se multiplicó casi por 5, y la tasa de robos de
vehículos, que es un delito en el que media la violencia, se multiplicó por 3, en un
período similar.3
Casos conocidos de homicidios por cada cien mil habitantes 1989 - 2009
número de delitos por cada 100mil habitantes
60
50
40
30
20
10
0
89
90
91
92
93
94
95
96
97
98
99
00
01
02
03
04
05
06
07
08
09
19
19
19
19
19
19
19
19
19
19
19
20
20
20
20
20
20
20
20
20
20
años
Hom icidio
Fuente: Defensoría del Pueblo. Dirección de Análisis e Investigación en Derechos Humanos, a partir de la información
suministrada por el CICPC, así como de las proyecciones y estimaciones de población emanadas del INE a partir del censo
2001.
La misma encuesta devela que en la mayoría de los casos de violencia existía una
relación entre víctima y victimarios, bien porque se conocían o bien porque
compartían espacios. En el 36,51% de los homicidios denunciados y en el 66,36%
de las lesiones personales, las víctimas conocían al victimario en hechos que, en
la mayoría de los casos (61,57% de los homicidios y 67,23% de las lesiones
personales), ocurrieron en el lugar de habitación de las víctimas (INE, 2009).
3Según los datos del CICPC, el robo de vehículos presentó una tasa de 37 robos por cada 100 mil habitantes en 1989 y aumentó en 2009 a 103 por cada 100mil
habitantes. Ver gráficos en anexos.
10
En un 62,07% de los casos, las víctimas de homicidios son hombres entre 15 y 44
años de edad (INE, 2009). La información no está desagregada por grupos de
edad más reducidos, que permitan conocer la victimización específica de los
jóvenes (de 18 a 30 años) y adolescentes (12 a 17 años), pero estudios previos
sugieren que es éste el principal sector victimizado. Lo que sí revela la Encuesta
es que los principales victimarios se encuentran en el grupo de entre 15 y 24 años
de edad (INE, 2009).
Pese a los retos que complejizan el abordaje del problema, existe voluntad política
en el Estado venezolano para comprenderlo y transformarlo, así como datos
suficientes que permiten caracterizaciones básicas sobre las cuales construir
propuestas.
11
Factores generadores de la violencia
Andrés Antillano (2009) explica que en una sociedad de clases se distribuyen de
manera desigual e injusta, tanto los medios de producción y los bienes materiales4
como la protección frente al delito y la represión ilegítima del Estado. Por ello, en
sociedades desiguales los pobres son tres veces víctimas: i) víctimas de las
condiciones de exclusión y de las injusticias sociales que conducen a algunos al
delito; ii) víctimas del delito, al estar menos protegidos, más vulnerables y
expuestos a distintos riesgos; y, finalmente, iii) víctimas de las políticas injustas
con que se pretende enfrentar el crimen (represión legítima, discriminación), pero
realmente sólo sirven para perpetuar el orden de cosas dominantes.
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a) El fracaso o la crisis de las formas tradicionales de integración social y de los
mecanismos de socialización
6 Fundación Escuela de Gerencia Social (FEGS) con datos del INE. Consulta en línea de la Base de Datos Social. Disponible en:
http://www.gerenciasocial.org.ve/bases_datos/gerenciasocial/Index.htm. Entre 1998 y 2008, según la misma fuente, el desempleo juvenil ha oscilado,
en el primer semestre de 2003, con 32,1%, y ha tenido su pico más bajo en el segundo semestre de 2008, con 13,6%.
7 A lo largo del periodo la cifra ha variado y ha tenido su pico más alto de desempleo en el contexto de la crisis política generada por el golpe de Estado
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Los valores y metas que por un lado promueve nuestra sociedad, basados en el
éxito económico y el prestigio social (de carácter simbólico); y, por otro, las
opciones materiales y los medios legítimos para alcanzarlos, no están distribuidos
equitativamente. Las brechas existentes entre expectativas y medios son también
expresión de la desigualdad. En esta perspectiva, la exclusión social opera sobre
el delito y la inseguridad, al negarles a los más pobres, sobre todo a los jóvenes y
mujeres de nuestros barrios, vías legítimas y factibles para lograr reivindicaciones
materiales y simbólicas. A este respecto no es pequeño el papel de los medios de
comunicación, como agentes de socialización de modelos de consumo y de
violencia, que orientan la acción y las expectativas de determinados sectores de la
población (Antillano, 2009).
Los factores situacionales son condiciones presentes que, sin ser causa directa,
crean oportunidades y favorecen los riesgos de ocurrencia de hechos violentos o
delitos. Entre estos factores se pueden señalar algunos claramente presentes en
las parroquias más empobrecidas: los déficit de alumbrado, una alta disposición
de alcohol y drogas y su consumo irracional, la existencia de bandas locales
vinculadas con hechos delictivos, la alta disposición y posesión de armas de
fuego, el caos y descontrol vehicular (en particular en vehículos motorizados) o los
déficit de infraestructura y espacios públicos de uso frecuente por la comunidad.
Resulta pertinente, sin embargo, aclarar que, aunque estos factores están
presentes en estas parroquias, su presencia debe explicarse en procesos más
amplios que conectan con relaciones de poder y lucro que trascienden a la propia
localidad. Muchas de estas parroquias no producen armas, ni drogas, ni licor. Su
producción y comercio ilegal tiene actores ajenos al territorio, que facilitan su
presencia en el municipio o la parroquia.
8Sozzo (2008) introduce las tácticas comunitarias de prevención del delito como tácticas que apuntan a factores que están a medio camino entre
condiciones estructurales y factores situacionales asociados.
14
Un ejemplo de estos factores es la disposición y posesión de armas de fuego. No
existen datos públicos, confiables y actualizados sobre el número de armas de
fuego, legales e ilegales, que existen en el país. Sin embargo, tanto los datos
disponibles, de 2003, como los indicadores indirectos del problema expresan una
situación de suma gravedad. El tema del desarme, de hecho, es objeto de una
Comisión Presidencial de reciente creación.9
Según datos de 2003, una (1) de cada 5 personas en Venezuela tenía un arma de
fuego. Con un total de 5.000.000 de armas10 para una población que entonces
tenía 25.673.550 habitantes, la tasa de armas de fuego por cada cien mil
habitantes era, según esos datos, de 19.475,71. El 60% del total de armas del
país serían, entonces, ilegales.
Situación Número de %
armas
Armas permisadas (legales) 1.500.000 30
Armas represadas o en trámite para su 500.000 10
adquisición
Armas Ilegales 3.000.000 60
Total de armas en Venezuela 5.000.000 100
Fuente: Registros del Darfa, citado en Elizabeth de Omelas: “Cinco millones de armas sueltas andan en el país”.
El Universal. Caracas, 23.11.03.
9 La Comisión Presidencial para el Desarme fue juramentada el 13.05.11, en un acto en el Teatro Teresa Carreño. En el acto, el Ministro del Poder
Popular para Relaciones Interiores y Justicia informó que la UNES será la institución responsable de dirigir las investigaciones que defina la Comisión.
Esta tarea será adelantada por el del Vicerrectorado de Creación Intelectual y Vinculación Social.
10 La situación podría ser mucho peor. Por declaraciones del entonces Ministro del Poder Popular para Relaciones Interiores y Justicia, Jesse Chacón,
se conoció que en 2006 existían cerca de 6.000.000 de armas. Dado que no se presentó de manera desagregada, se trabaja con los datos del 2003.
Otras declaraciones especulativas de diputados o activistas políticos señalan cifras superiores a las 10.000.000 de armas.
15
reflejan una muy alta correlación entre armas de fuego y estos delitos, y permite,
además, inferir un alto número de armas en situación de ilegalidad, en
correspondencia con los datos citados del 2003 (60%).
Según los datos oficiales analizados por el Centro de Estudios Sociales (CES), el
delito de porte ilícito de armas viene creciendo de manera sostenida desde 2004.
16
el espiral de la violencia de al menos dos maneras. Una de ellas ocurre cuando la
ofensora o el ofensor, sin consecuencias por su acción, no es desestimulado en su
práctica y, por el contrario, encuentra en la impunidad un estímulo positivo. La otra
ocurre cuando las personas o comunidades ofendidas o violentadas, ante la
ausencia de justicia y reparación, desconocen a las instituciones que no le dan
respuesta y legitiman acciones de violencia privada o violencia policial, que son
contrarias a los derechos humanos.
En cuanto a las políticas de prevención, que son de carácter mucho más amplio y
abarcante, destacan los esfuerzos y los logros en materia de política social y de
inclusión en el marco del proceso bolivariano. Por otra parte, Venezuela carece de
mecanismos institucionales eficaces de justicia restaurativa que, al margen del
sistema penal, ofrezcan en el ámbito comunitario servicios de resolución temprana
y pacífica de los conflictos y eviten que conflictos interpersonales de menor
envergadura escalen a conflictos que degeneren en violencia delictiva. La
ausencia de mecanismos de resolución pacífica de conflictos que precautelen la
violencia permite que quienes ejerzan, de facto, poder en la comunidad, escuela,
familia y grupos logren imponer su voluntad frente a los otros en conflicto,
independientemente de que les asista o no el derecho, la razón o la justicia.
17
discriminadora en materia de seguridad ciudadana son modos de construcción de
la igualdad y la justicia social.
El temor a que los seres queridos y la propia persona sean víctimas de la violencia
y el delito (lesiones, pérdida de propiedades, la muerte, entre otros), condiciona y
produce cambios en los modos de vida de la población. Entre ellos, el abandono
de espacios públicos y el repliegue a los espacios privados (los espacios públicos
son entonces ocupados por actores vinculados con la violencia), así como el temor
y hasta hostilidad hacia otros sectores.
Como mostró la Encuesta de Victimización 2009, la violencia afecta más a los más
pobres, que suelen ser los que tienen menos protección por parte del Estado (en
políticas de prevención y control). Las consecuencias de la violencia refuerzan los
patrones de empobrecimiento y desigualdad, pues sus víctimas empeoran sus
condiciones y posibilidades de salir de la pobreza.
18
más cárceles). Ello, a su vez, debilita la institucionalidad democrática y
compromete la orientación incluyente y de justica social del proceso de cambios
que viene viviendo el país.
El primer paso del Gobierno Bolivariano de cara a atender este tema fue el
Decreto con Fuerza de Ley N° 1453 de Coordinación de Seguridad Ciudadana,
publicado en la Gaceta Oficial N° 37318 de fecha 6 de noviembre del 2001, que
tiene por objeto regular la coordinación entre los órganos de seguridad ciudadana,
sus competencias concurrentes y cooperación recíproca entre dichos organismos,
especialmente ante situaciones que requieran asistencia conjunta y participación
compartida de ellos. La coordinación de la seguridad ciudadana vista como una
obligación del Poder Público, para resolver las situaciones que constituyan
amenaza, vulnerabilidad o riesgo para la integridad física de las personas y sus
propiedades, implica unificar criterios en cuanto a los procesos educativos de los
integrantes de los órganos de seguridad, tal como lo establece el artículo 5° del
mencionado Decreto – Ley.
19
de conocer la vinculación de la policía con la cotidianidad de la sociedad. La
participación masiva de diversos actores de la sociedad venezolana, sin distingos,
aportó los elementos que permitieron construir el gran mapa de la situación policial
venezolana. El país identificó con estos estudios las falencias existentes en temas
tan disímiles pero a la vez tan vinculados como estructuras organizativas
policiales, marcos jurídicos regulatorios, regímenes disciplinarios, criterios y
procesos de formación policial, presupuestos y recursos, modalidades de
prestación del servicio policial, atención a víctimas, control interno o externo, entre
otros aspectos.
El tercer paso importante fue la decisión del presidente Hugo Rafael Chávez Frías
de crear la Misión Alma Mater (2007), cuyo objetivo es crear e impulsar una nueva
educación universitaria, abierta a todos y todas y dirigida a servir al pueblo
venezolano. La misión cuenta con un carácter solidario que se refleja en los
procesos de generación, transformación y socialización de conocimiento
pertinente a nuestras realidades y retos culturales, ambientales, políticos,
económicos y sociales, en el marco de la transformación del país. De modo que
bajo el paraguas de Alma Mater se crea la Universidad Nacional Experimental de
la Seguridad (UNES) que, además, en el año 2008 aparece conformando el
Sistema Integrado de Policía, según consagra el Decreto con Rango y Fuerza de
Ley Orgánica del Servicio de Policía y del Cuerpo de Policía Nacional Bolivariana.
20
Todos estos antecedentes dan paso a la creación formal de la UNES el 13 de
febrero el año 2009 (Gaceta Oficial Nº39.120), lo que ha marcado un nuevo hito
en la historia de la seguridad venezolana y, partiendo del concepto integral de la
seguridad ciudadana consagrado en la Constitución del 99 (Art. 55), que radica en
la protección de las personas frente a situaciones que constituyan amenaza,
vulnerabilidad o riesgo a su integridad física, sus propiedades, el disfrute de sus
derechos y el cumplimiento de sus deberes, la UNES asume no sólo la formación
de los Cuerpos de Policía sino también del Cuerpo de Investigaciones Científicas,
Penales y Criminalísticas; el Cuerpos de Bomberos y Bomberas; el Cuerpo de
Protección Civil y Administración de Desastres y la formación de los
Penitenciaristas.
21
La creación de la UNES se inscribe en un proyecto de país que toma como base
los postulados recogidos en la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela, la cual define una perspectiva para entender la seguridad, en la cual la
concurrencia y la participación protagónica del pueblo son dos componentes
esenciales; razón por la cual los procesos de aprendizaje en la UNES están
fundamentados en la creación intelectual, la sistematización de las prácticas y
problemas de seguridad (en los contextos nacional, regional y local), en el
intercambio de saberes y en la participación activa de educadores y discentes.
UNES busca lograr la profesionalización y dignificación de la labor de los órganos
de seguridad del Estado en pro de la garantía efectiva de derechos para todas las
personas.
22
CAPÍTULO II
MISIÓN, PROPÓSITO, VISIÓN Y OBJETIVOS DE LA UNES
Misión
La Universidad Nacional Experimental de la Seguridad, creada en el marco de la
Misión Alma Mater, con personalidad jurídica y patrimonio propio, y con funciones
de formación integral, creación intelectual y vinculación social, estará al servicio
del pueblo venezolano, en un proceso permanente de formación profesional y
desarrollo integral de quienes conforman los órganos de seguridad ciudadana. La
Universidad Nacional Experimental de la Seguridad es de carácter civil, lo cual se
expresa en sus autoridades, dirección, modelo de gestión, personal, cultura,
régimen disciplinario, instalaciones, equipamiento y dotación de acuerdo con sus
requerimientos.
Propósito
El propósito de la Universidad Nacional Experimental de la Seguridad se expresa
a través de la generación, transformación, integración a la práctica social y
divulgación del conocimiento para la formación de los hombres y mujeres
integrantes de los cuerpos de seguridad ciudadana, con sentido ético,
transparentes, confiables, eficaces, abiertos a la participación popular, a la
contraloría social, a la rendición de cuentas, y al servicio del pueblo venezolano,
ajustados al cumplimiento de los derechos y libertades ciudadanas, que
contribuyan al desarrollo integral y soberano de la nación.
Visión
La Universidad Nacional Experimental de la Seguridad garantiza la calidad
académica y el compromiso social, sustentada en los valores de confiabilidad,
transparencia, eficacia y participación, orientados por su sentido ético hacia el
respeto de los derechos humanos, libertades ciudadanas y la resolución de los
problemas de seguridad del pueblo venezolano. Sirve como centro de referencia
nacional, regional e internacional, con amplio reconocimiento por los estudios en el
campo de la seguridad; y la calidad e impacto de su gestión en la formación
integral de las y los discentes, la creación intelectual y la vinculación social.
23
escala nacional, regional e internacional.
Objetivos
a) Formar a las funcionarias y los funcionarios de la seguridad ciudadana como
mujeres y hombres profesionales, con profunda sensibilidad social, para proteger
a las personas y sus derechos, promover la convivencia y velar por el bien común,
comprometidos con el cabal cumplimiento del ordenamiento jurídico y con el
desarrollo soberano de la patria, sobre la base de la ética socialista.
24
CAPÍTULO III
BASES FILOSÓFICAS Y POLÍTICO-PEDAGÓGICAS DE LA UNES
25
los espacios legítimos y formales de intercambio, comunicación y expresión de la
ciudadanía con los órganos del Poder Público, para gobernar y compartir
responsabilidades en la gestión pública. Para el sujeto popular, la participación
protagónica se constituye en elemento fundamental para el ejercicio del poder en
diferentes instancias, y a través de diversos mecanismos institucionales para la
creación del autogobierno comunal. Por un lado, estos mecanismos institucionales
y sociales deben tensar y superar la democracia procedimental propia de la
sociedad capitalista. Por otro, en términos generales el socialismo como proceso
debe cuestionar y diferenciarse de la esencia autoritaria de las relaciones de poder
del capitalismo en lo económico, lo político, la pareja, lo generacional y el género,
entre otros.
11 Freire, Paulo. 1996. Pedagogía de la autonomía saberes necesarios para la práctica educativa.
12 Chávez, Hugo. 2004. Taller de alto nivel “El nuevo mapa estratégico”.
26
encargados de cumplir y hacer cumplir la ley, sino lograr esto a través del
fortalecimiento del protagonismo y el poder popular.
La filosofía que sustenta el modelo educativo UNES parte de una visión del ser
humano como sujeto político inacabado y, por ende, la educación es a lo largo
de toda la vida. El ser humano jamás deja de educarse, porque nunca deja de
preguntarse, nunca deja de encontrar nuevas respuestas, nunca deja de rastrear
ni de asombrarse frente a la novedad que le interpela. Así, siempre está
aprendiendo y no necesariamente en ambientes escolarizados sino en el barrio, la
ciudad, la nación, los grupos a los que pertenece, las fiestas, los rituales, las
prácticas culturales, los partidos políticos, las relaciones que sostiene, los libros
con los que se tropieza y decide leer o en su práctica social o política.
Sería impensable que un ser así –programado para aprender– inacabado pero
consciente de su inacabamiento y por eso mismo en permanente búsqueda,
indagador, curioso de su entorno y de sí mismo en y con el mundo y los demás; y
por histórico, preocupado siempre por el mañana, no se hallase, como condición
necesaria para estar siendo, inserto, ingenua o críticamente, en un incesante
proceso de formación (Freire, 1996).
Todas las personas, en todas las etapas de su vida, están aprendiendo. Ya Paulo
Freire (1996) lo decía: “no es posible ser humano sin hallarse implicado, de alguna
manera, en alguna práctica educativa”. Entendemos que el ser humano es un
aprendiz permanente, porque es esencialmente un sujeto inconcluso y, desde su
inconclusión, se aproxima a los conocimientos que, habiendo construido, se
reinstituyen o se deconstruyen a partir de su experiencia vital, para asirse de otros
que le permiten resignificar la vida cotidiana, los conceptos, las prácticas y el sí
mismo.
27
Leer el mundo es un proceso de decodificación de los símbolos, de los discursos
que circulan de forma dominante y de las representaciones sociales que están
históricamente instaladas, de modo que se pueda re-escribir o codificar una nueva
historia desde la certeza que da saber que los cambios, aún siendo difíciles, son
realmente posibles.
Me gusta ser persona porque cambiar el mundo es tan difícil como posible. La
relación entre la dificultad y la posibilidad de cambiar el mundo suscita la cuestión
de la importancia del papel de la conciencia en la historia, la cuestión de la
decisión, de la opción, la cuestión de la ética y de la educación y de sus límites”
(Freire 2001).
Leer el mundo es atreverse a examinar eso que nos pasa a diario, por eso no se
trata de un análisis en abstracto, con categorías genéricas, sino que se hace a
partir de la vivencia de todos los días, los pensamientos propios, las relaciones,
las estructuras, las creencias, los mitos, lo que se nos presenta como sentido
común pero que oculta esencias.
28
influir sobre las acciones y decisiones de los otros. Por ello, el poder no es
esencialmente el ejercicio de la prohibición, es un ejercicio de la seducción, la
inducción, sugestión, negociación. Estas relaciones aparecen en todos y cada uno
de los ámbitos en los cuales nos movemos, de modo que se naturalizan, y esas
formas cotidianas, en las que no fijamos nuestra mirada, forman parte de una
técnica específica del poder, son parte constitutiva del instrumental del cual el
poder echa mano para llevar a cabo, con éxito, su ejercicio.
29
En UNES se asume que la educación, la creación intelectual y la vinculación social
se hace desde un pensamiento glocalizado. Un mundo globalizado a pasos
acelerados convoca al reconocimiento de la diversidad que nos nutre como género
humano, superando las barreras de la superstición, el prejuicio y los anacronismos
chauvinistas, sin que ello signifique la pérdida de las identidades propias,
construidas como acervo cultural de nuestros pueblos desde las vivencias locales.
La glocalidad, entendida como forma de resistencia social ante la globalización de
corte neoliberal que nos impusieron con fuerza, es una invitación a vernos en la
dialéctica de lo cercano (local) y lo lejano (global), sin que esa tensión degenere
en minusvaloración de uno u otro componente de la relación. En términos
educativos, asumir la glocalidad implica para la UNES entender la lógica de la
formación, tomando en cuenta los grandes debates y procesos que se gestan a
nivel regional o mundial en el campo de la seguridad, las búsquedas de soluciones
a los problemas que en esta área afectan al género humano (las diversas formas
de la violencia, el crecimiento del delito transnacional, las redes informáticas como
vía para la acción criminal, la permeabilidad de las fronteras de los Estados
Nación para el contrabando en sus diversas formas, entre otras problemáticas) y
la posibilidad de enriquecernos en el intercambio de saberes con actores que
debaten y construyen, en sintonía, sobre los mismos problemas y necesidades
que, en nuestro contexto, nos afectan a nivel local.
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que un método, es una postura frente al proceso de aprender-enseñar y frente a
los sujetos: “unos enseñan, y al hacerlo aprenden y otros aprenden, y al hacerlo
enseñan” (Freire, 1993).
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desde un enfoque de género. Para el modelo educativo que impulsa la UNES, el
respeto a la diversidad de hombres y mujeres, en su condición de seres humanos
iguales en dignidad y derechos es fundamental. Por esta razón, las prácticas
educativas deben apuntalar ese reconocimiento a la diversidad e igualdad en que
convergen ambos seres, eliminando toda práctica que, sobre la base de
postulados sexistas o discriminatorios, afecten el igual desarrollo de los procesos
educativos por parte de educadores y educadoras, discentes o cualquier otra
práctica social que desde la universidad se genere. Para el código ético UNES,
cualquier persona que asuma una postura sexista, machista, clasista, racista o de
cualquier otra índole, se constituye en un transgresor o transgresora de la
naturaleza humana. Tal como lo plantea Paulo Freire (2009): “cualquier
discriminación es inmoral y luchar contra ella es un deber, por más que se
reconozca la fuerza de los condicionamientos que hay que enfrentar”.
13 Ley Orgánica de Educación. República Bolivariana de Venezuela, Gaceta Oficial N° 5929 del 15 de agosto del 2009.
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organismos de seguridad– que reduzcan las vulnerabilidades y empoderen a la
población más afectada por la violencia y la inseguridad, este derecho debe
interpretarse como articulado con el resto de los derechos humanos garantizados
en la CRBV y los tratados internacionales de derechos humanos. Es por ello que
lo entendemos, también, como seguridad de los derechos, desde un enfoque
holístico en función de la protección de la dignidad de las personas y los pueblos,
sin discriminación.
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sociedad venezolana –sobre la condición de ser Venezuela un país diverso,
amazónico, andino y caribeño, en permanente tensión y contradicción por su
condición petrolera– tiene en términos simbólicos un bagaje de códigos y
referentes que acompañan el potencial de problematización ecológica y un
sendero para la afirmación de una ética del cuido.
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popular. En ese sentido, asumimos los lineamientos que emanan del Plan Simón
Bolívar, a propósito de la creación de una nueva ética socialista:
La construcción de un Estado ético, vale decir, de una nueva ética del hecho
público. Un Estado de funcionarios honestos, eficientes que más que un altar de
valores exhiban una conducta moral en sus condiciones de vida, en la relación con
su pueblo y en la vocación de servicio que prestan a los demás. Un Estado del
cual se sienta parte el ciudadano. El Estado está llamado a ser el espacio ético por
excelencia… (Plan Nacional Simón Bolívar 2007)
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descentrarse y situarse en el mundo del cual necesariamente forma parte. En
términos de Paulo Freire (2009):
...estar en el mundo significa necesariamente estar con el mundo y con los otros.
No es posible estar en el mundo sin hacer historia, sin ser hecho por ella, sin hacer
cultura, sin tratar su propia presencia en el mundo, sin soñar, sin cantar, sin hacer
música, sin pintar, sin cuidar de la tierra, de las aguas, sin usar las manos, sin
esculpir, sin filosofar, sin puntos de vista sobre el mundo, sin hacer ciencia o
teología, sin asombro ante el misterio, sin aprender, sin enseñar, sin ideas de
formación, sin politizar.
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El concepto de Ciudad Educadora, de origen freiriano, es definido por Moacir
Gadotti (2002) de la siguiente manera:
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BIBLIOGRAFÍA
Freire, Paulo. 1975. Acción cultural para la libertad. Buenos Aires: La Aurora.
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Freire, Paulo. 1996c. La importancia de leer y el proceso de liberación. Madrid:
Siglo XXI.
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