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Taller de Homilética PIBBSM

Ps. Luis Martínez

Introducción a la Oratoria

• ¿Qué es la oratoria?

La oratoria el arte de hablar con elocuencia.

• ¿Qué es la retórica?

La retórica es una disciplina que proporciona las herramientas y técnicas para expresarse de la
mejor manera posible, de modo que tanto el lenguaje como el discurso sean los suficientemente
eficaces para deleitar, persuadir o conmover.

La retórica es la teoría, la oratoria es la práctica.

1. Hablar en público
2. Problemas financieros
3. Muerte
4. Soledad
5. Alturas
6. Insectos
7. Aguas profundas
8. Oscuridad
9. Enfermedad
10. Volar
11. Elevador
12. Autos
13. Perros
14. Escalar

Mayores miedos para 2 grupos de encuestas en 1973 y 2010.

Debemos prepararnos para comunicarnos bien

Porque de la misma manera que nos preparamos para saber leer y debemos aprender
gramática, que es la ciencia que estudia los componentes de una lengua y sus reglas, también
deberíamos prepararnos para comunicarnos bien en público, ya que ser algo que tendremos
que hacer en muchas instancias de nuestra vida.

Si lees la Biblia y desconoces de historia universal, si no conoces los contextos, podrías no llegar
a entender a profundidad ciertos aspectos de pasajes de las Escrituras. ¿Por qué los romanos
ejercían poder sobre los judíos en la época de Jesús? O leyendo este texto sobre Atenas: Era
conocida por sus antiguas tradiciones religiosas y sus ritos ancestrales adorando a sus
antepasados, a héroes, a los muertos y dioses diversos. Además, los atenienses tenían días
festivos y otros nefastos, creían en presagios y poseían templos y lugares de culto. Por
consiguiente, “La ciudad de Atenas y su territorio están cubiertos de templos y capillas; los hay
para el culto de la ciudad, para el culto de las tribus y para el culto de las familias. Cada casa es
un templo, y casi en cada campo hay una tumba sagrada”. Nos da una dimensión diferente para
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entender por qué el espíritu de Pablo de enardecía en Atenas (Hechos 17:16), y cómo predicaba
la fe en un único Dios una de las ciudades más politeístas de la tierra.

De igual manera, si compartes la Palabra de Dios y no sabes expresarte, si no tienes


entendimiento y control de tu expresión no verbal, si no conoces principios básicos de
comunicación, vas a tener muchas dificultades para que el mensaje llegue bien a la persona o
personas a quienes predicas.

Tenemos en la Biblia ejemplos de personas con gran capacidad de expresarse:

Apolos (Hechos 18:24-28), Pablo, Pedro, Juan el Bautista. Y el mayor exponente fue Jesús, que
se enfrentó públicamente a cientos de fariseos, predicó a multitudes, siempre llegando su
mensaje como él quería que llegue.

Entonces, formarnos en oratoria, como formarnos en gramática, en historia universal, en cultura


general, es algo bueno si lo entendemos como lo que es, parte de nuestra labor de estar
preparados para servir a Dios.

Es necesario aclarar algunos puntos:

- Ni la oratoria, ni el conocimiento de historia o de lenguas, o cualquier otro saber, tiene


poder en sí mismo, sino que en la obra de Dios es el mensaje del evangelio el que tiene
poder y quien obra es el Espíritu Santo. No debemos confiarnos ni apoyarnos en estas
habilidades como nuestros pilares de la predicación, sino que la Palabra de Dios ha de
ser el soporte y fundamento de nuestro compartir y predicar, estos conocimientos
deben ser recursos que faciliten nuestro servicio. Por ejemplo, estoy compartiendo un
mensaje basado en las Escrituras, que doctrinalmente es sano, pero quizá mis gestos
han sido confusos, o he leído un versículo a una velocidad muy rápida, estos aspectos
pueden ser pulidos y corregidos.
- Y hay que tener mucho cuidado porque nuestro corazón es engañoso y perverso, y
nuestro ego puede querer tomar terreno al vernos comunicar efectivamente o recibir
una felicitación (bien intencionada de un hermano). Para esto cito al Pastor Luis
Martínez: “Ante una felicitación, ante una situación en la que el ego quiere inflarse, la
respuesta es: Toda la gloria sea para Dios”. Esa debe ser siempre nuestra actitud. Somos
siervos(as).

En conclusión, es necesario ir mejorando y formándonos para la gloria de Dios, es necesario


vencer en Cristo nuestros temores, en particular el hablar en público como lo hizo Moisés,
pero debemos recordar que nuestra confianza no debe estar jamás en los conocimientos
que vayamos adquiriendo y que cuando nos presentemos ante Dios no debemos llegar
jamás de manera pretenciosa con algún conocimiento o habilidad que entendamos
tenemos, sino que debemos seguir el ejemplo de Pablo descrito en Filipenses 3:7-10, para
que no sea nuestra justicia sino la justicia de Cristo la que sea hallada en nosotros.
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Ps. Luis Martínez

La Correcta Predicación de la Palabra de Dios


(Desde la perspectiva de la Biblia: ¿Cómo anunciar el testimonio de Dios?)

1. El cuidado que debemos observar respecto a la Predicación de la Palabra de Dios


(Basado en 1Corintios 2: 1-5)

- De lo que no se trata o de lo que no debe ser nuestra predicación:


a. No debe estar basado de ninguna manera en tu sabiduría o “tu capacidad intelectual
de saber interpretar las Sagradas Escrituras. (Ver 1Cor. 2:1)
b. Nunca creer que podemos persuadir a los hombres con nuestras palabras,
sentimientos y elocuencia humana
c. No debemos menospreciar las profecías, las verdades bíblicas por un conocimiento
humanista.

- Lo que sí debemos considerar y obedecer


a. Estar plenamente persuadidos de que hemos sido llamados a ser instrumentos
santos de la voluntad de Dios nuestro Padre Santo aquí en la tierra.
b. Aprender a vivir plenamente en total sujeción al Señorío de Cristo y a su perfecta
obra en la cruz.
c. Considerar plenamente nuestra incapacidad humana y de lo puntual que sería
aprender a vivir siempre bajo el temor de Dios.
d. Tener siempre en claro que la obra es de Dios y no de nosotros, y que nuestro deber
es ser los instrumentos limpios y dispuestos para Dios.

2. Considerar que nuestra competencia en la predicación realmente provenga de


Dios y no de nosotros. (2Cor. 3: 4-6)

3. Nuestras vidas como ministros de la Palabra de Dios debe estar sujeta


completamente a una vida perfecta en Cristo (madura) para que la Palabra de Dios
no sea estorbada por nuestras debilidades y pasiones humanas. (2Cor. 4:1-7)

4. Debemos comportarnos como dignos del Evangelio manteniéndonos firmes en un


mismo espíritu, combatiendo unánimes en la fe. (Fil. 1:27-30)

5. Procurar siempre renovarnos y vestirnos de todo el amor de Dios que es Cristo


Jesús en nosotros. (Fil. 3: 7-16)
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Ps. Luis Martínez

Pasos Sencillos Para Realizar Un Bosquejo


Sé que al principio Hacer Un Bosquejo es una tarea ardua, nadie ha dicho que esto es fácil. Es
fácil si quieres ser solamente un predicador más, pero si lo que quieres es Predicar fielmente la
Palabra de Dios, hazlo con todo tu corazón. “Procura con diligencia presentarte a Dios
aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la Palabra de
Verdad” 2. Timoteo 2:15 (1-7)
El Bosquejo
El Bosquejo es, en otras palabras, Un Diseño. Es organizar en un papel todas nuestras ideas, en
el caso de la predicación es todos los conceptos que ya hemos leído y meditado del pasaje
bíblico, organizarlos de manera que ya estén listos para dar nuestra predica, por supuesto que
en él, ponemos las ideas principales de nuestro mensaje.
Lo primero será siempre la comunión personal con Dios y su Palabra
Para empezar, nunca debemos abrir la Biblia y tratar de buscar un texto o un pasaje que se me
ocurra y que a mi parecer puede dar resultados. Debemos considerar con mucha oración las
necesidades que observo entre la grey del Señor y sobre eso debo buscar la ayuda que necesito
de tal forma que el mensaje, enseñanza o prédica sea una obra de Dios por medio de mi vida.
1. Determina el pasaje bíblico de tu estudio. Como un buen ejemplo, tomemos Efesios 1:3-14.
Tenemos que saber, donde comienza y donde termina una idea o un pensamiento. Es decir, para
que entiendas un pasaje, debes leer todo el contexto.
2. Determina cual es la idea central de este pasaje. Para ello, debes leer las veces que sea
posible el pasaje, con papel y lápiz a la mano. Cada vez que lees el pasaje, vas a percibir la
repetición de ciertas palabras que giran en torno al punto central. Anota cuáles son esas
palabras, por ejemplo:
▪ “La voluntad de Dios” vv. 5, 9,11
▪ “Para alabanza de su gloria” vv. 6, 12, 14
▪ “En Cristo” vv. 3, 4, 6, 7, 9, 10, 11, 12, 13
▪ Entonces habiendo hecho esto, podrías resumir esta declaración como la idea central: “Dios
está haciendo todas las cosas en base al consejo de su voluntad en la Persona de Cristo y a
través de Él para la alabanza de su gloria”.

3. Lo que debes saber para determinar el bosquejo. Debes recordar que el bosquejo de tu
mensaje como el mensaje mismo, debe reflejar la manera de pensar del autor, y no lo que
nosotros pensamos, Qué es lo que Dios nos enseña en el pasaje.

4. Diseña tu Bosquejo. Luego que ya has hecho una lectura y meditación minuciosa del pasaje
bíblico, y le has orado al Señor, comienza haciendo las divisiones del bosquejo. Las divisiones
son las secciones principales de un discurso. Las divisiones son tan esenciales porque:
▪ Las divisiones promueven la claridad y la unidad de pensamiento. Es por ello que la
estructura tiene que ser lógica, clara y precisa. Que cada punto quede claro para tus
oyentes.
▪ Las divisiones te ayudan a tratar el tema de manera adecuada.
▪ Las divisiones te ayudan a recordar las partes principales de tu mensaje. Sabes, cuando yo te
mencioné en otro artículo que sería buena idea escribir tu mensaje, es para que vayas
familiarizándote con él, para que lo practiques, pero no para que lo leas a tu público, para ello
es el bosquejo. Este puede ser tan sencillo, a tal grado que lo puedes tener escrito en una
pieza pequeña de papel, de manera que no distraiga a tu audiencia pero a la vez lo suficiente
como para que te sirva de guía y para que te ayude a recordar las partes principales. Un
ejemplo del diseño de tu mensaje sería:
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Ps. Luis Martínez
Título del Mensaje:
Introducción:
Cuerpo del Mensaje:
I. Primera División de tu Mensaje
A. Subdivisión
B. Subdivisión
II. Segunda División de tu Mensaje
A. Subdivisión
B. Subdivisión
III. Tercera División de tu Mensaje
A. Subdivisión
B. Subdivisión

Aplicación: (la aplicación muestra la relevancia de las escrituras en la vida diaria de los oyentes)
Recuerda que, como predicadores, debemos en primer lugar aplicar la palabra en nosotros
mismos. Ahora, no necesariamente se debe hacer solo en este punto la aplicación, también se
puede aplicar en cada división del mensaje.
Conclusión: Aquí lo que haces es, enfatizar, reafirmar, establecer o finalizar aquello que ya ha
sido declarado en el mensaje, con el objetivo de, hacer patente a los oyentes el principal objetivo
del mensaje.

Cursos gratis de Oratoria

De la Universidad de Washington (subtitulado)


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Universidad Autónoma de Barcelona


https://bit.ly/3sAGKuB

UNAM
https://bit.ly/3bR8h46

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