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Universidad Autónoma de

Nuevo León

Facultad de Ingeniería Mecánica y Eléctrica

Estudio del Trabajo

Ing. José Nicolas Rodríguez

Resumen Capitulo #7:


“Registrar, examinar e idear”

Nombre: Jaime Hernández Del Mercado


Matricula: 1745235
Carrera: IEA
Hora: M-6
Grupo: 003
Salón: 4113

FEBRERO-JUNIO 2021, SAN NICOLAS DE LOS GARZA, N.L.


INDICE
Capitulo #7: “Registrar, examinar e idear" ......................................................................................... 3
1. Registrar los hechos ................................................................................................................ 3
2. Examinar con espíritu crítico: la técnica del interrogatorio .................................................... 4
3. Concepción del método perfeccionado .................................................................................. 6
Bibliografía .......................................................................................................................................... 7
Capitulo #7: “Registrar, examinar e idear"

1. Registrar los hechos

El registro constituye esencialmente una base para efectuar el análisis y el examen


subsiguientes; no es un fin en sí mismo. Puede hacerse en dos etapas: primero, un
croquis o un gráfico rudimentarios, para determinar si los datos reunidos son útiles;
después un diagrama o un gráfico más elaborados y precisos que podrán servir
para un informe o una presentación.

La forma corriente de registrar los hechos consiste en anotarlos por escrito, pero,
desgraciadamente, este método no se presta para registrar las técnicas
complicadas que son tan frecuentes en la industria moderna. Así es, especialmente,
cuando tiene que constar fielmente cada detalle ínfimo de un proceso u operación.
Para describir exactamente todo lo que se hace, incluso en un trabajo muy sencillo
que tal vez se cumpla en unos minutos, probablemente se necesitarían varias
páginas de escritura menuda, que requerirían atentos estudios antes de que el lector
pueda tener total seguridad de que asimiló todos los detalles.

Para evitar esa dificultad se idearon otras técnicas o «instrumentos» de anotación,


de modo que se pudieran consignar informaciones detalladas con precisión y al
mismo tiempo en forma estandarizada, a fin de que todos los interesados las
comprendan de inmediato, aunque trabajen en fábricas o países muy distintos.

Entre tales técnicas, las más corrientes son los gráficos y diagramas, de los cuales
hay varios tipos uniformes, cada uno con su respectivo propósito, que se describirán
sucesivamente en este capítulo y en los siguientes. Los diagramas sirven para
indicar el movimiento y/o las interrelaciones de movimientos con más claridad que
los gráficos. Por lo general no llevan tantas indicaciones como éstos, y sirven más
bien para completarlos que para reemplazarlos.

Para hacer constar en un cursograma todo lo referente a un trabajo u operación


resulta mucho más fácil emplear una serie de cinco símbolos uniformes que
conjuntamente sirven para representar todos los tipos de actividades o sucesos que
probablemente se den en cualquier fábrica u oficina. Constituyen, pues, una clave
muy cómoda, que ahorra mucha escritura y permite indicar con claridad
exactamente lo que ocurre durante el proceso que se analiza. Las dos actividades
principales de un proceso son la operación y la inspección.
2. Examinar con espíritu crítico: la técnica del interrogatorio

La técnica del interrogatorio es el medio de efectuar el examen crítico sometiendo


sucesivamente cada actividad a una serie sistemática y progresiva de preguntas.
Las cinco clases de actividades registradas en el diagrama pueden clasificarse en
dos grandes categorías:

• Aquellas en que le sucede efectivamente algo a la materia o pieza objeto del


estudio, es decir, se la trabaja, traslada o examina;
• Aquellas en que no se la toca y está, o bien almacenada o bien detenida en
una espera.
• Actividades de «preparación» para que la pieza o materia quede lista y en
posición para ser trabajada. En el ejemplo de la figura 25 pertenecen a este
grupo la carga y transporte del motor al taller de desengrase, su transporte a
los bancos de limpieza, etc.
• Operaciones «activas», que modifican la forma, composición química o
condición física del producto. En el ejemplo, son las operaciones de
desmon tar, limpiar y desengrasar. Algunas de estas operaciones son
«claves». Sin embargo, el desbarbado de una pieza fabricada constituye una
operación « activa » pero no « clave », ya que no se efectuaría si no hubiera
fabricación.
• Actividades de «salida», como sacar el trabajo de la máquina o del taller. Lo
que es «salida» para una operación puede ser «preparación» para la
siguiente, como, por ejemplo, el transporte entre operaciones desde la
desengrasadora hasta los bancos de limpieza. Otros ejemplos: colocar
piezas en un almacén o cartas en una bandeja de «salida»; inspeccionar
artículos acabados.

Como puede verse, a las actividades de preparación y salida pueden corresponder


los símbolos de transporte e inspección, pero las operaciones activas pueden
representarse únicamente con el símbolo de operación. Es evidente que el ideal
consiste en lograr la mayor proporción posible de operaciones activas, puesto que
son las únicas que hacen evolucionar el producto de su estado de materia prima al
de artículo acabado. Esas son las actividades «productivas»; todas las demás, por
necesarias que sean, pueden considerarse «no productivas», entre las cuales los
almacenamientos y esperas, que de hecho inmovilizan un capital cuya inversión en
otra cosa podría ser provechosa. Otra posibilidad consiste en examinar, en primer
lugar, la necesidad de las operaciones claves. Si algunas de éstas pueden
eliminarse, las operaciones activas no clave y las no productivas que están
asociadas con ellas serán eliminadas automáticamente.
En la primera etapa del interrogatorio se pone en tela de juicio, sistemáticamente y
con respecto a cada actividad registrada, el propósito, lugar, sucesión, persona y
medios de ejecución, y se le busca justificación a cada respuesta.

Las preguntas de fondo son la segunda fase del interrogatorio: prolongan y detallan
las preguntas preliminares para determinar si, a fin de mejorar el método empleado,
sería factible y preferible reemplazar por otro el lugar, la sucesión, la persona y/o
los medios. En esta segunda fase del interrogatorio (después de haber preguntado
ya, a n propósito de cada actividad registrada, qué se hace y por qué se hace), el
investigador pasa a averiguar qué más podría hacerse, y por tanto, qué se debería
hacer. En esa forma se profundizan las respuestas que se habían obtenido sobre el
lugar, la sucesión, la persona y los medios. Combinando las dos preguntas
preliminares y las dos preguntas de fondo de cada tema (propósito, lugar, etc.) se
llega a la lista completa de interrogaciones, es decir:

PROPOSITO:

• ¿Qué se hace?
• ¿Por qué se hace?
• ¿Qué otra cosa podría hacerse?
• ¿Qué debería hacerse?

LUGAR:

• ¿Dónde se hace?
• ¿Por qué se hace allí?
• ¿En qué otro lugar podría hacerse?
• ¿Dónde debería hacerse?

SUCESION:

• ¿Cuándo se hace?
• ¿Por qué se hace entonces?
• ¿Cuándo podría hacerse?
• ¿Cuándo debería hacerse?

PERSONA:

• ¿Quién lo hace?
• ¿Por qué lo hace esa persona?
• ¿Qué otra persona podría hacerlo?
• ¿Quién debería hacerlo?
MEDIOS:

• ¿Cómo se hace?
• ¿Por qué se hace de ese modo?
• ¿De qué otro modo podría hacerse?
• ¿ Cómo debería hacerse ?

Esas preguntas, en ese orden, deben hacerse sistemáticamente cada vez que se
empieza un estudio de métodos, porque son la condición básica de un buen
resultado.

3. Concepción del método perfeccionado

Al utilizar las preguntas en el orden en que figuran en este capítulo, a saber, el


siguiente:

• ¿Qué se debe hacer?


• ¿Dónde se debe hacer?
• ¿Cuándo se debe hacer?
• ¿Quién lo debe hacer?
• ¿Cómo se debe hacer?

se puede tener una idea bastante atinada de las deficiencias de la operación


presente y de las posibilidades de que surja un nuevo método perfeccionado. En
muchos casos, sin embargo, la solución no es tan evidente y es posible que haga
falta hacer investigaciones en otro lugar. Por lo tanto, no es prudente adoptar
precipitadamente soluciones antes de investigar esas otras esferas conexas. Por
ejemplo, una simplificación del diseño del producto o la utilización adecuada de las
materias primas puede ahorrar considerable tiempo en las operaciones. Otras
cuestiones relacionadas con la disposición o con la manipulación apropiada de los
materiales pueden producir igualmente el mismo efecto. Por este motivo, los
especialistas en el estudio del trabajo deben conocer todo el conjunto de técnicas
disponibles para crear un nuevo método perfeccionado. A estas cuestiones se hace
referencia en la tercera parte de este libro. Con el tiempo, y con la práctica en el
empleo de la técnica del cuestionario, el especialista en el estudio del trabajo adopta
una actitud inquisitiva en busca constante de la eficiencia. Una vez concluida la fase
de creación de un nuevo método, se registra en un diagrama correspondiente. Esto
permitirá incorporar entradas al resumen del número total de actividades que se
realizan con ambos métodos, los ahorros de distancia y tiempo que cabe esperar
conseguir con el cambio y los posibles ahorros de costos resultantes.
Bibliografía

• George Kanawaty, 1996, “Introducción al Estudio del Trabajo”


Cuarta Edición (revisada), Ginebra Oficina Internacional del Trabajo

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