Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
net/publication/268375481
CITATIONS READS
0 4,556
1 author:
Cristobal Gastó
University of Barcelona
229 PUBLICATIONS 7,507 CITATIONS
SEE PROFILE
Some of the authors of this publication are also working on these related projects:
All content following this page was uploaded by Cristobal Gastó on 05 April 2015.
Cristobal Gastó1
Universidad de Barcelona
Resumen
Los recientes progresos en neurociencias han sido asombrosos, especialmente
en el campo de los trastornos afectivos y de la esquizofrenia. En los últimos diez
años se ha acumulado gran cantidad de información sobre tres importantes áreas:
los estudios de neuroimagen, los estudios que demuestran alteraciones funciona-
les neuroendocrinas asociadas a anomalías en determinados neurorreceptores
(especialmente 5-HT) y, finalmente, las bases moleculares del mecanismo de
acción de los fármacos antidepresivos. El objetivo de este artículo es revisar estos
aspectos de indudable importancia teórica para el clínico que debe valorar y tra-
tar a determinados pacientes afectivos.
PALABRAS CLAVE: depresión, trastornos del estado de ánimo, técnicas de neuroima-
gen, serotonina, fármacos antidepresivos.
Abstract
Recent progress in brain science has been remarkable, especially with regard
to advances in the area of neuroscience of affective disorders and schizophrenia.
Particularly in the past decade, there have been many important discoveries about
three major areas in this field: neuroimage, neuroendocrine studies of dysregula-
tion of some neuroreceptors (especially 5-HT) and signal transduction in the brain
as well as the mechanisms of antidepressant drugs. The purpose of this paper is
to review those advances in neuroscience in mood disorders which are theoretical
relevant to the clinician who must assess and treat depressed patients.
KEY WORDS: depression, mood disorders, neuroimage techniques, serotonin,
antidepressant drugs.
Introducción
En los últimos diez años se ha acumulado gran cantidad de información sobre las
bases biológicas de diversas enfermedades mentales. Los hallazgos más consistentes
Enfermedades de la neurotransmisión
Tabla 1
Resumen de las hipótesis monoaminérgicas (5-HT, NA, DA) en los
trastornos afectivos
Existen evidencias contrastadas de niveles bajos de MHPG urinario, de concentraciones bajas de 5-HIAA en
LCR y elevaciones de las catecolaminas en LCR en algún subgrupo de pacientes depresivos
No existe una correlación entre la latencia bioclínica de los antidepresivos y sus acciones neuroquímicas
inmediatas
222 GASTÓ
Neuroimagen
— Estudios estructurales
Tamaño ventricular
Atrofia Cortical
Alteraciones Subcorticales
— Estudios funcionales
Se han identificado reducciones del flujo sanguíneo focal mediante SPECT utili-
zando captadores marcados radiactivamente (xenon 133, etc.). Las zonas con menor
captación en pacientes depresivos han sido el lóbulo frontal (Austin, Dougall y Ross,
1992; Lesser et al., 1994; Sackeim et al., 1990; Schlegel et al., 1989), parietal
(Austin et al., 1992; Lesser et al., 1994; Sackeim et al., 1990; Schlegel et al., 1989),
temporal (Austin et al., 1992; Edmondstone et al., 1994; Lesser et al., 1994) y gan-
glios basales (Austin et al., 1992). Igualmente, se han detectado incrementos del
flujo regional en el lóbulo temporal derecho (Amsterdam y Mozley, 1992) y lóbulo
frontal izquierdo (Uytdenhoef et al., 1983). En el trabajo de Lesser et al. (1994), que
combinaba SPECT y RM, se constató una reducción bilateral orbitofrontal, en regio-
nes temporales y parietales.
Los estudios de flujo regional durante la realización de pruebas cognitivas (ver-
bales, visuales, etc.) han demostrado un hipofuncionalismo en áreas discretas cere-
brales. Philpot et al. (1993) observaron en pacientes depresivos sometidos a un
paradigma de fluencia verbal una reducción del flujo sanguíneo en regiones tem-
porales, parietales y ganglios basales. Recientemente, Elliot et al. (1997), utilizando
la técnica del PET y el paradigma de la Torre de Londres, apreciaron en un grupo de
sujetos depresivos una disminución de la activación en la región cingulada y en el
estriado, que los autores interpretaron como resultado de una alteración funcional
fronto-estriatal.
Finalmente, Bremmer et al. (1997) examinaron el metabolismo cerebral regional
en depresivos que recaían mediante la técnica de deplección de triptófano. La
deplección de triptófano indujo un descenso del metabolismo en la corteza pre-
frontal dorsolateral, orbitofrontal y tálamo.
Estudios postmortem
Tabla 2
Variaciones del flujo sanguíneo y metabolismo cerebral regional en pacientes
depresivos
Autores Año
Descenso metabolismo
Buschsbaum et al. 1984
Baxter et al. 1989
Hurwitz et al. 1990
CORTEZA Martinot et al. 1990
PREFRONTAL Ebert et al. 1991
Austin et al. 1992
Biver et al. 1994
Mayberg et al. 1994
Tabla 3
Modificaciones del metabolismo cerebral en pacientes depresivos inducidas por el
tratamiento antidepresivo
Autores Año
Fármacos antidepresivos
Inversión de los déficits de flujo sanguíneo Rubins et al. 1994
Privación de sueño
Incremento del metabolismo y flujo Ebert et al. 1991, 1994
sanguíneo en: cingulado, amígdala, Wu et al. 1992
corteza orbitofrontal e hipocampo
Ritmos circadianos
la existencia de una anormal modulación de este reloj biológico por parte de los sis-
temas de neurotransmisión. La alteración biológica de la temporalidad interna (un
concepto que fue intuitivamente desarrollado por los psiquiatras fenomenólogos)
daría lugar al complejo de síntomas prototípicos de la melancolía: (1) despertar pre-
coz, con incremento súbito de la consciencia vigil; (2) variación diurna del humor;
(3) ciclicidad (circularidad) de la enfermedad, y (4) estacionalidad.
Las manipulaciones experimentales de los ritmos biológicos, particularmente en los
pacientes cicladores rápidos (un subgrupo de evolución tórpida de bipolares), demues-
tra que la privación cuasi-completa de sueño, induce una rápida y global mejoría del
cuadro clínico. En estos enfermos se han descrito tres anomalías de los sistemas cir-
cadianos: (1) pérdida de la amplitud (temporalidad) de los ritmos endógenos; (2)
avance de ciertos ritmos, y (3) ciclos de sueño-vigilia de 48 horas asociados al viraje
melancólico-maniaco. Este último fenómeno sucede también en sujetos normales
cuando están sometidos a un experimento de aislamiento de indicadores externos.
Diversos tipos de experimentos sugieren que la desincronización de estos relojes inter-
nos, ponen en marcha la patofisiología afecta, en sujetos predispuestos a la enferme-
dad. Un apoyo adicional a esta hipótesis es la mejoría clínica experimentada mediante
fototerapia de los pacientes con un trastorno afectivo estacional (Wirz-Justice et al.,
1986). Aunque la mejoría parece transitoria, el indicador externo de "luz" adminis-
trado regularmente se supone modifica un patrón circadiano desincronizado. La pér-
dida de la temporalidad interna, acoplada a indicadores externos, se acompaña de
variaciones metabólicas características, tales como la liberación pulsátil de hormonas.
al., 1994; Atlas, 1994). Recientemente, García-Sevilla et al. (1996) investigaron los
niveles de receptores de imidazolina en plaquetas de pacientes depresivos y en los
cerebros de víctimas de un suicidio. Los autores detectaron un incremento de la
inmunorreactividad tanto en plaquetas como en cerebro postulándose una hiper-
regulación de los receptores de imidazolina en plaquetas y una sub-regulación en
los cerebros de sujetos suicidas. Se ha postulado que estos receptores modulan la
expresión del transportador de NA en las neuronas presinápticas (locus ceruleus)
(Shores et al., 1994). En este sentido, Ordway, Widdowson y Smith (1994) observa-
ron un marcado incremento de autorreceptores alfa-2 en el locus ceruelus de suici-
das. Consecuentemente, se ha planteado la existencia de un incremento anómalo
de la actividad de los receptores de imidazolina y de los alfa-2-autorreceptores en la
patogénesis de la depresión mayor.
Deplección de monoaminas
— Receptores serotoninérgicos
Los estudios electrofisiológicos del grupo de Blier han puesto de manifiesto que
la administración crónica de antidepresivos aumenta la neurotransmisión serotoni-
nérgica en diversas regiones cerebrales mediante una desensibilización de los auto-
rreceptores y/o una hipersensibilización de los receptores postsinápticos. Así,
encontraron los siguientes resultados: (1) el tratamiento crónico con antidepresivos
tricíclicos induce una hipersensibilización de los receptores 5-HT postsinápticos sin
alterar la de los autorreceptores, y (2) el tratamiento crónico con ISRS e IMAOs
induce una desensibilización de los autorreceptores sin alterar la sensibilidad de los
receptores postsinápticos.
Los efectos de los fármacos antidepresivos sobre los receptores 5-HT1 son poco
concluyentes. No existen estudios sobre el "binding" para estos receptores 5-HT en
cerebros de suicidas con depresión que mantenían tratamiento antidepresivo. La
mayoría de trabajos al respecto son de carácter funcional o electrofisiológicos: (1)
estudios funcionales sobre los autorreceptores 5-HT1A presinápticos somatodendrí-
ticos indican que la inhibición crónica de la recaptación disminuye su estado fun-
cional; (2) por el contrario, no se observan cambios en el autorreceptor terminal de
la rata; (3) se ha encontrado que la actividad (en relación con las propiedades elec-
trofisiológicas) en las regiones cerebrales en las que abundan los receptores 5-HT1A
post-sinápticso, tales como el hipocampo, muestra una respuesta aumentada des-
pués del tratamiento antidepresivo crónico.
Los estudios de "binding" en cerebro de ratas de los receptores 5-HT1 tras tra-
tamiento antidepresivo también son contradictorios. Por una parte, el tratamiento
crónico con ISRS disminuye los lugares de fijación de los receptores 5-HT1 (Maj y
Moryl, 1992). En contraste con Stockmeier et al. (1992), Hayakawa et al. (1993)
encontraron que el tratamiento repetido con TEC provoca una sobre-regulación de
los recptores 5-HT1A post-sinápticos en el cerebro de rata. Por otra parte, Lund et
al. (1992) y Welner et al. (1989) hallaron que el tratamiento crónico con desipra-
mina o amitriptilina provocaba en cerebros de ratas un incremento del "binding"
de los receptores 5-HT1A postsinápticos.
232 GASTÓ
Receptores 5-HT2A
Uno de los cambios más estables observado en diversos estudios después del tra-
tamiento antidepresivo es el fenómeno de retro-regulación o reducción de la densi-
dad de los receptores 5-HT2A, empleando tanto mediciones de radioligandos
tritiados (técnicas de "binding"), como pruebas funcionales. Sin embargo, no todos
los inhibidores de la recaptación de serotonina muestran una retro-regulación y dis-
minución de los receptores 5-HT2A utilizando técnicas de "binding" (Fraser et al.,
1988). Destaca también que los antagonistas 5-HT2 (ketanserina y ritanserina), así
como los agonistas 5-HT2 (DOM, DOI) también retrorregulan la respuesta de los
receptores 5-HT2. Ni los antagonistas ni los agonistas 5-HT2 son antidepresivos con-
trastados, lo cual indicaría que el fenómeno de retrorregulación de estos receptores
no es imprescindible para el efecto antidepresivo.
En contraste, el tratamiento antidepresivo en ratas incrementa la respuesta de
los receptores 5-HT2 (Green y Heal, 1985), aumentando también la TEC la densidad
de estos receptores (Green, 1986).
Un aspecto importante final es la necesidad de determinar la importancia de la
retrorregulación del ß-adrenorreceptor, observada en muchos (pero no en todos) los
fármacos antidepresivos (especialmente los ISRS), sobre los cambios adaptativos en
los receptores serotoninérgicos.
En resumen, y en base a estos estudios, parece que el tratamiento antidepresivo
prolongado con antidepresivos disminuye el funcionalismo de los receptores 5-HT2,
lo que explicaría la disminución de los efectos de los estímulos aversivos mediados
por los receptores 5-HT2 (Deakin y Graeff, 1981), al tiempo que aumenta la res-
puesta de los receptores 5-HT1A post-sinápticos. Estos receptores podrían estar
implicados en la activación de los sistemas protectores frente a los estímulos aversi-
vos mediados por los receptores 5-HT2. La potenciación de este efecto protector se
ve incrementado por una atenuación de los mecanismos de receptor (autorrecep-
tores somatodendríticos 5-HT1A) que inhiben la función neuronal serotoninérgica.
Existen numerosos estudios clínicos (ver revisión de Delgado et al., 1992) dise-
ñados para valorar la función de los receptores de monoaminas utilizando sondas
farmacológicas, en que se ha evaluado la función serotoninérgica. Así, diversos
estudios indican una capacidad del triptófano intravenoso para aumentar la secre-
ción de prolactina (PRL) tras tratamiento antidepresivo, respuesta utilizada como
reflejo de la función de los receptores 5-HT1. El tratamiento crónico con los antide-
presivos desipramina, amitriptilina, fluvoxamina, IMAOs, clomipramina, carbamaze-
pina y sales de litio aumentan dicha respuesta. En contraste, los antidepresivos
atípicos bupropion, mianserina y trazodona no provocan este efecto. La incapacidad
de la trazodona y la mianserina de aumentar esta respuesta se debe probablemente
a sus propiedades como antagonistas de los receptores 5-HT post-sinápticos. En nin-
guno de estos estudios el grado de incremento de PRL se correlacionó con la evo-
lución del tratamiento.
En conclusión, estos hallazgos sugieren que el tratamiento crónico con varios
antidepresivos posee la capacidad de aumentar la actividad serotoninérgica pre o
post-sináptica. Ello implicaría modificaciones en la función de los receptores 5-HT1A
Bases biológicas de los trastornos del estado de ánimo 233
Tabla 4
Alteraciones neuroendocrinas asociadas al sistema 5-HT en la depresión
— Receptorres noradrenérgicos
Tabla 5
Alteraciones de la función 5-HT en los trastornos afectivos
— Receptores dopaminérgicos
Tabla 6
Alteración de la función noradrenérgica en la depresión
AMPT: alfa-metil-ptirosina
MHPG: 3-metoxi-4-hidroxifenilglicol
GH: hormona del crecimiento
(*): receptores alfa2-presinápticos
El gen que determina la síntesis del SERT está clonado y parcialmente secuen-
ciado. Está localizado en el cromosoma 17q 11.2 y se estima que tiene una homo-
logía de secuencia con el de la rata de un 92% (Lesch et al., 1993). El análisis de la
variabilidad existente en el gen del transportador de serotonina ha desvelado hasta
el momento la existencia de dos polimorfismos diferentes, es decir, dos zonas del
gen para las que existen variantes o alelos diferentes en la población general:
(1) Polimorfismo 1: es un polimorfismo del tipo VNTR (número variable de repe-
ticiones en tandem), es decir, consiste en un número fijo de pares de bases (17 en
este caso) que se repiten n veces en tándem. Esta variación, descrita por Lesch et al.
(1994), se encuentra localizada en el segundo intrón del gen (en una zona que, por
tanto, no se traduce a proteína pero que podría afectar a la expresión del gen).
Cuando se analiza esta región del gen se observa que en la población general pue-
den existir individuos con 9, 10, 11 ó 12 veces repetido ese "cassete" de 17 pares
de bases.
Recientemente, se ha asociado la presencia de la variante 9 a trastorno unipolar
(Ogilvie, Battersby y Bubb, 1996) y de la 12 a trastorno bipolar. Sin embargo, exis-
ten también trabajos en los que se descarta tal asociación. La existencia de asocia-
ción se calcula analizando si alguna de las formas posibles del gen se encuentra, de
forma significativa, más frecuentemente en el grupo de enfermos que en la pobla-
ción control.
(2) Polimorfismo 2: Se ha descrito también un nuevo polimorfismo en el gen del
transportador de serotonina. Este polimorfismo es especialmente interesante por-
que está localizado en la zona del promotor del gen y las dos variantes posibles
determinan una expresión y regulación diferencial del gen. El polimorfismo se
genera a partir de la deleción de una zona de 44 pares de bases localizada en la
región promotora. En la población general existe, pues, una variante "larga", sin la
deleción, y una variante "corta", que es la que contiene la deleción. Las frecuencias
de las dos variantes rondan el 60 y el 40%, respectivamente, a nivel poblacional. Se
ha podido comprobar a nivel experimental que la actividad basal de la variante larga
es aproximadamente 3 veces superior a la de la variante corta, lo cual se traduce, al
menos a nivel de linfoblastos, en la síntesis de mayor o menor número de trans-
portadores de serotonina (Fañanás y Gutiérrez, 1997).
Lesch et al. (1996) han publicado recientemente un interesante estudio en el que
encuentran una fuerte asociación entre la variante corta del gen y rasgos de perso-
nalidad ansiosa. En el caso concreto de los trastornos afectivos también se ha des-
crito la existencia de una asociación entre el alelo corto y trastorno unipolar y
bipolar. Sin embargo, el análisis en muestras españolas de pacientes con trastorno
bipolar y controles descarta la existencia de esa asociación a pesar de que se observa
un exceso de la variente corta en pacientes respecto a controles.
Proteínas
turbidométrico. Tanto en los pacientes depresivos (0,84 mg/dl frente a 0,75) como
en los pacientes bulímicos (0,86 mg/dl frente a 0,66) se encontraron niveles de
AGP significativamente elevados en relación al grupo control. Por el contrario, en
las pacientes anoréxicas no se hallaron diferencias significativas (0,63 mg/dl frente
a 0,66). En lo referente a la correlación entre los niveles de AGP y la Bmax y Kd
de los receptores plaquetarios de IMI-H3 ésta sólo se produce con la Kd en los
pacientes bulímicos pero no en los depresivos ni en el resto de los grupos (anoré-
xicas, grupos control). Al igual que el grupo de Nemeroff, también observaron
una correlación positiva entre la AGP y los niveles de cortisol post-TSD en los
pacientes depresivos. Sin embargo, en contraste con dicho trabajo, no se encon-
tró una correlación entre la AGP y la severidad de la depresión (puntuación total
en la HDRS), y se estableció una correlación positiva entre la AGP y la edad en el
grupo de pacientes depresivos. Un hallazgo novedoso de este grupo fue el que
los pacientes depresivos que no respondían a los diferentes tratamientos antide-
presivos (n=10; AGP=1,07 mg/dl) presentaban unos niveles iniciales de AGP sig-
nificativamente más elevados que los que sí lo hacían (n=39; AGP=0,79 mg/dl).
Además, todos los pacientes depresivos (tanto los respondientes como los no res-
pondientes) mostraban una reducción significativa en los niveles de AGP después
del tratamiento (0,84 mg/dl frente a 0,75 mg/dl), siendo este dato especialmente
significativo en los no respondientes (1,07 mg/dl frente a 0,71 mg/dl). La ausen-
cia de correlación entre los niveles de AGP y los parámetros de los receptores pla-
quetarios de IMI-H3 no excluiría el papel de la AGP como modulador del transporte
de serotonina, ya que podría darse sin alterar el número de receptores y en los
estudios en que se halla una disminución de los receptores de IMI-H3 en pacientes
depresivos podría ocurrir que no se hubiese removido del medio de incubación
toda la AGP. Si por el contrario la AGP es un modulador endógeno del transporte
de serotonina que afecta al número de receptores o a la afinidad, la ausencia de
correlación podría deberse a que los valores del receptor de IMI-H3 refleje más el
punto de unión a los receptores que el punto del transporte de serotonina. A este
respecto, sería útil determinar también la correlación con los receptores de
PAROX-H3 que son más específicos del punto de transporte. Otra explicación sería
que un isomorfo específico de la AGP estuviera elevado en el plasma de los
pacientes depresivos y fuera el que modulara específicamente los receptores de
IMI-H3 y de PAROX-H3 y la recaptación plaquetaria de serotonina. Esta heteroge-
neicidad de la AGP explicaría también el que esta proteína se encuentre elevada
en la esquizofrenia y en múltiples enfermedades físicas sin que se encuentren alte-
raciones de los receptores de IMI-H3.
Como conclusión se puede afirmar que estos dos trabajos constataron una ele-
vación de la concentración de la AGP en los pacientes con un trastorno depresivo
mayor, en comparación con controles sanos (aunque también en pacientes bulími-
cos), y la existencia de una correlación positiva de la AGP con los valores de cortisol
post-TSD. Evidenciaron también que una mayor elevación de la AGP implicaría una
mayor severidad del trastorno depresivo o bien una peor respuesta al tratamiento.
Por el contrario, no se demostró el posible papel de la AGP como modulador endó-
geno específico del transporte plaquetario de serotonina ya que en ninguno de los
Bases biológicas de los trastornos del estado de ánimo 239
estudios se encontró una correlación de los niveles de AGP con los receptores pla-
quetarios de IMI-H3.
Con posterioridad a estos trabajos Young (1995), en una comunicación presen-
tada a la APA, observó que en los pacientes depresivos existía una correlación posi-
tiva entre los niveles de AGP y la edad, coincidiendo sus resultados en este respecto
con los del grupo de Healy, y divergiendo de los del grupo de Nemeroff. Además,
encontro unos niveles significativamente más elevados en los depresivos recurren-
tes que en los que no lo eran.
Sistema inmunitario
células supresoras citotóxicas (células T). Estas células que median la inmunidad tisu-
lar están ampliamente implicadas en enfermedades autoinmunes. Maes et al.
(1993) detectaron una activación anómala de los receptores (CDT+CD25+) de célu-
las T en depresivos frente a controles, sugiriendo la existencia de un proceso "infla-
matorio" subyacente.
En sucesivos estudios se ha postulado que la depresión mayor se acompaña de
anomalías en la respuesta inmunitaria-inflamatoria (Maes et al., 1995). Los depresi-
vos parecen presentar, en comparación con los controles, concentraciones elevadas
en plasma de antagonistas de los receptores para la interleucina-1 (IL-1-RA) (Maes
et al., 1995).
Como una serie de recientes trabajos han demostrado, existe una interrelación
entre circuitos inmunoneuroendocrinos y áreas límbicas (Haas y Schavenstein,
1997). La aplicación de IL-1b en ventrículos cerebrales reduce la afinidad de los
receptores mineralcorticoides en hipocampo e incrementa la actividad del eje hipo-
fiso-adrenal que induce profundas modificaciones de las respuestas al estrés, y la
actividad comportamental (De Kloet et al., 1994; McEwen y Sapolsky 1995).
Aunque los estudios controlados de depresivos y sistema neuro-inmunitario son
complejos, sus resultados sugieren la existencia de una alteración sistémica de los
mecanismos reguladores de la respuesta tisular (inflamatoria) y reguladores mono-
aminérgicos límbicos frente a factores externos (p.ej., stress) y/o internos (p.ej.,
metabólicos) en la depresión.
Localización cerebral
Referencias
Abas, M.A., Sahakian B.J. y Lewy, R. (1990). Neuropsychological deficits and CT scan changes
in elderly depressive. Psychological Medicine, 20, 507-520.
Agren, H., Reibring, L., Hartzig, P., Tedroff, J., Bjurling, P., Hornfeldt, K., Andersson, Y.,
Lundquist, H. y Langstrom, B. (1991). Low brain uptake of l-[11 C] 5— hydroxytryptophan
in major depression: A positron emission tomography study on patients and healthy
volunteers. Acta Psychiatrica Scandinavica, 83, 449-455.
Amsterdam, J.D y Mozley, P.D. (1992). Temporal lobe asymmetry with iofetamine (IMP) SPECT
imaging in patients with major depression. Journal of Affective Disorders, 24, 43-53.
Arango, V., Ernsberger, P. y Manzuk, P.M. (1990). Autoradiographic demonstration of
increased serotonin 5-HT2 and ß-adrenergic receptor binding sites in the brains of suicide
victims. Archives of General Psychiatry, 47, 1038-1047.
Atlas, D. (1994). Identifying clonidine-displacing substance. Science, 266, 462-463.
Bases biológicas de los trastornos del estado de ánimo 245
Austin, M.P., Dougall, N. y Ross, M. (1992). Single photon emission tomography with 99 mTc
- exametazime in major depression and the pattern of brain activity underlying the
psychotic/neurotic continuum. Journal of Affective Disorders, 26, 31-44.
Axelrod, J. y Reisine, T. (1984). Stress hormones: their interaction and regulation. Science,
224, 452-459.
Baldwin, R.C. (1993). Late life depression and structural brain changes: a review of recent
magnetic resonance imaging research. International Journal of Geriatric Psychiatry, 8, 15-23.
Banki, C., Bissette, G., Arato, M., O'Connor, L. y Nemeroff, C. (1987). CSF Corticotropin-
releasing factor-like inmunoreactivity in depression and schizophrenia. American Journal
of Psychiatry, 144, 873-877.
Barbaccia, M.L. y Costa, E. (1989). Modulation of serotonergic transmission by novel putative
endocoids: Its impact in psychiatric research. En E. Costa (ed.), Neurochemical
Pharmacology (pp. 197-210). Nueva York: Raven Press.
Baxter, L.R., Phelps, M.E., Mazziotta, J.M., Schwartz, R.H., Gener, R.H., Selin, C.E. y Sumida,
R.M. (1985). Cerebral metabolic rates for glucose in mood disorders studied with positron
emission tomography and (F-18) fluoro-deoxy glucose (FDG). Archives of General
Psychiatry, 42, 441-447.
Baxter, L.R., Schwartz, J.M., Phelps, M.E., Mazziota, J.C. y Guze, B.H. (1989). Reduction of
prefrontal cortex glucose metabolism common to three types of depression. Archives of
General Psychiatry, 46, 243-250.
Beats, B., Levy, R. y Förstl, H. (1991). Ventricular enlargement and caudate hyperdensity in
elderly depressive. Biological Psychiatry, 30, 452-458.
Bench, C.J., Friston, K.J., Brown, R.G. y Scott, L.C. (1992). The anatomy of melancholia-focal
abnormalities of cerebral blood flow in major depression. Psychological Medicine, 22,
607-615.
Benkert, O., Wetzel, H. y Szegedi, A. (1993). Serotonin dysfunction syndromes: a functional
common denominator for classification of depression, anxiety and obsessive-compulsive
disorder. International Clinical Psychopharmacology, 8 (suppl 1), 3-14.
Biver, F., Goldman, S., Delvenne, V., Luxen, A., De Maestelaer, V., Hubain, P., Mendlewicz, J.
y Lotstra, F. (1994). Frontal and parietal metabolic disturbances in unipolar depression.
Biological Psychiatry, 36, 381-388.
Bottiglieri, T., Hyland, K., Laundy, M. y Godfrey, P. (1992). Folate deficiency, biopterin and
monoamine metabolism in depression. Psychological Medicine, 22, 781-876.
Briley, M., Langer S.Z. y Raisman, R. (1980). Tritiated imipramine binding sites are decreased
in platelets of untreated depressed patients. Science, 209, 303-305.
Brinkschulte, M., Gaertner, H.J. y Schied, H.W. (1980). The binding of amitriptilyne and
perazine to plasma proteins of patients and healthy subjects. Naunyn Schmiedeber's
Archives of Pharmacology, 311, R74.
Buchsbaum, M.S., DeLis,i L.E., Holcomb, H., Cappelletti, J., King, A.C., Johnson, J., Hazlett,
E., Dlowling-Zimmerman, S., Post, R.M., Morihisa, J., Carpenter, W., Cohen, R., Pickar, D.,
Weinberger, D.R., Margolin, R. y Kessler, RM. (1984). Anteroposterior gradients in
cerebral glucose use in schizophrenia and affective disorders. Archives of General
Psychiatry, 41, 1159-1166.
Buchsbaum, M.S., Wu, J., Delisi, L.E. y Holcamb, H. (1986). Frontal cortex and basal ganglia
metabolic rates assessed by positron emission tomography with [18F] 2-deoxyglucose in
affective illness. Journal of Affective Disorders, 10, 137-152.
Bunney, W.E. y Gulley, B.L. (1978). The current status of research in the catecholamines
theories of affective disorders. En E. Usdin y A. Mandell (eds.), Biochemistry of Mental
Disorders (pp. 83-93). Nueva York: Marcel Dekker.
246 GASTÓ
Caldecott-Hazard, S., Guze, B.H., Kling, M.A., Kling, A. y Baxter, L.R. (1991). Clinical and
biochemical aspects of depressive disorders: I. Introduction, classification and research
techniques. Synapse, 9, 251-301.
Cervera-Enquix, S. y Rodríguez Rosado, A. (1994). Depression and monocyte dysfunction: a
follow-up-study. European Psychiatry, 9, 293-298.
Coffey, C.E., Figiel, G.S., Djan, W.T. y Wainer, R.D. (1990). Subcortical hypertensity on
magnetic resonance imaging: a comparison of normal and depressed elderly subjects.
Journal of Psychiatry, 147, 187-189.
Coffey, C.E, Wilkinson, W.E. y Weiner, R.D. (1993). Quantitative cerebral anatomy in
depression: a controlled magnetic resonance imaging study. Archives of General
Psychiatry, 50, 7-16.
Coppen, A., Prange, A., Whybrow, P.C. y Noguera R. (1972). Abnormalities of indolamines in
affective disorders. Archives of General Psychiatry, 26, 474-478.
Cheetham, S.C., Crompton, M.R., Katona, C.L. y Horton R.W. (1990). Brain 5-HT1 binding
sites in depressed suicides. Psychopharmacology, 102, 544-548.
Cheetham, S.C., Katona, C.L. y Horton, R.W. (1991). Post-mortem studies of
neurotransmitter biochemistry in depression and suicide. En R. Horton y C. Katona (eds.),
Biological Aspects of Affective Disorders (pp. 190-221). Nueva York: Academic Press.
Churchill, C.M., Priolo, C.U., Nemeroff, C.B., Ranga, K. Krishnan, R. y Breitner, J.C.S. (1991).
Occult subcortical magnetic resonance findings in elderly depressives. En E. Murphy y
G. Alexopoulos (eds.), Geriatric Psychiatry (pp. 201-214). Nueva York: John Wiley.
D'Hont, P., Maes, M., Leysen, J.E. y Gommeren, A. (1994). Binding of 3H-paroxetine to
platelets of depressed patients: seasonal diferences and effects of diagnostic
classification. Journal of Affective Disorders, 32, 27-35.
Davis, J.M., Koslow, S.H., Gibbons, R.D., Maas, J.W., Bowden, C.L., Casper, R., Hanin, J., Javaid,
J.I., Chang, S.S. y Stokes, P.E. (1988). Cerebrospinal fluid and urinary biogenic amines in
depressed patients and healthy controls. Archives of General Psychiatry, 45, 705-717.
Deakin, W.J.F. y Graeff, F.G. (1991). 5-HT and mechanisms of defense. Journal of
Psychopharmacology, 5, 305-315.
Delgado, P.L, Charne, D.S., Price, L.H., Aghajanian, G.K., Landis, M. y Heninger, G.R. (1990).
Serotonin function and the mechanism of antidepressant action: Reversal of
antidepressant-induced remission by rapid depletion of plasma tryptophan. Archives of
General Psychiatry, 47, 411-418.
Delgado, P.L., Price, L.G., Miller, H.L. y Salomon, R.M. (1991). Rapid serotonin depletion as a
provocative challenge test for patients with major depression: relevance to antidepressant
action and the neurobiology of depression. Psychopharmacological Bulletin, 27, 321-330.
Delgado, P.L., Price, L.H., Heninger, G.R. y Charney, D.S. (1992). Neurochemistry. En E.S.
Paykel (eds.), Handbook of Affective Disorder (pp. 219-253). Nueva York: Guilford Press.
Delgado, P.L., Price, L.H., Miller, H.L. y Salomon, R.M. (1994). Serotonin and the neurobiology
of depression effects of tryptophan depletion in drug-free depressed patients. Archives of
General Psychiatry, 51, 865-874.
DeLisi, L.E., Karoum, F., Targum, S., Byrnes, S. y Wyatt, R.J. (1983). The determination of
urinary 3-methoxy-4-hydroxy-phenilglycol excretion in acute schizophreniform and
depressed patients. Biological Psychiatry, 18, 1189-1196.
Dolan, R.J., Calloway, S.P. y Mann, A.H. (1985). Cerebral ventricular size in depressed
subjects. Psychological Medicine, 15, 873-878.
Dolan, R.J., Calloway, S.P., Thacker, P.F. y Mann, A.H. (1986). The cortical appearance of
depressed subjects. Psychological Medicine, 16, 775-779.
Drevets, W.C. y Raichle, M.E. (1992). Neuroanatomical circuits in depression: implications for
treatment mechanisms. Psychopharmacological Bulletin, 28, 261-274.
Bases biológicas de los trastornos del estado de ánimo 247
Duman, R.S., Heninger, G.R. y Nestler E.J. (1997). A molecular and cellular theory of
depression. Archives of General Psychiatry, 54, 597-606.
Ebert, D., Feistel, H. y Barocka, A. (1991). Effects of sleep deprivation on the limbic system
and the frontal lobes in affective disorders: a study with Tc-99m-HMPAO SPECT.
Psychiatry Research and Neuroimaging, 40, 247-251.
Ebert, D., Feistel, H., Barocka, A. y Kaschka, W. (1994). Increased limbic flow and total sleep
deprivation in major depression with melancholia. Psychological Research, 5, 1901-1909.
Edmondston, Y., Austin, M.P. y Prentices, N. (1994). Uptake of 99mTc — exametazine shown
by single photon emission tomography in obsessive compulsive disorder compared with
major depression and normal controls. Acta Psychiatrica Scandinavica, 90, 298-303.
Elliot, J.M. (1991). Peripheral markers in affective disorders. En R. Horton y C. Katona (eds.),
Biological aspects of affective disorders (pp. 95-144). Nueva York: Academic Press.
Elliott, R., Baker, S.L., Rogers, R.D. y O'Leary, D.A. (1997). Prefrontal dysfunction in depressed
patients performing a complex planning task: a study using positron emission
tomography. Psychological Medicine, 27, 931-942.
Ellis, P.M. y Salmond, C. (1994). Platelet imipramine binding reduced in depression?. A
meta-analysis. Biological Psychiatry, 36, 292-299.
Ernsberger, P., Meeley, M.P., Mann, J.J. y Reis, D.J. (1987). Clonidine binds to imidazole
binding sites as well as alpha-2-adrenoceptors in the ventrolateral medulla. European
Journal of Pharmacology, 134, 1-13.
Fañanás, L. y Gutiérrez, B. (1997). Etiopatogenia: genética. En E. Vieta y C. Gastó (ed.),
Trastornos Bipolares (pp. 39-72). Barcelona: Springer-Verlag Ibérica.
Ferrier, I.N. y Perry, E.K. (1992). Post-mortem studies in affective disorder. Psychological
Medicine, 22, 835-838.
Freeman, A.M., Stankovic, S.M.I. y Bradley, R.J. (1993). Tritiated platelet imipramine binding
and treatment response in depressed outpatients. Depression, 1, 20-23.
Fujikawa, T. y Yamawaki, S. (1994). Magnetic resonance imaging in patients with affective
disorder: relationship to silent cerebral infarction. Japanese Journal of Clinical Medicine,
52, 1175-1179.
García Sevilla, J.A., Escriba, P.V., Sastre, M. y Walzer, C. (1996). Immunodetection and
quantitation of imidazoline receptor proteins in platelets with major depression in brains
of suicide victims. Archives of General Psychiatry, 53, 803-810.
García-Sevilla, J.A., Guimon, J., García Vallejo, P. y Fuster, M.J. (1986). Biochemical and
functional evidence of supersensitive platelet alpha-2- adrenoceptors in major affective
disorder: effect of long-term lithium carbonate treatment. Archives of General Psychiatry,
43, 51-57.
García-Sevilla, J.A., Udina, C., Fuster, M.J., Álvarez, E. y Casas, M. (1987). Enhanced binding
of [3H] (-) adrenaline to platelets of depressed patients with melancholia: effect of long-
term clomipramine treatment. Acta Psychiatrica Scandinavica, 15, 150-157.
Goodwin, G.M., Austin, M.P., Dougall, N., Ross, M., Murray, C., O'Carroll, R.E., Moffoot, A.,
Prentice, N. y Ebmeier, K.P. (1993). State changes in brain activity shown by the up take
of 99mTc-exametazine with single photon emission tomography in major depression
before and after treatment. Journal of Affective Disorders, 29, 245-255.
Gur, B.H., Skolnick, B.E. y Gur, R.C. (1984). Brain function in psychiatric disorders II. Regional
cerebral blood flow in medicated unipolar depressives. Archives of General Psychiatry, 41,
695-699.
Haas, H.S. y Schavenstein, K. (1997). Neuroimmunomodulation via limbic structures. The
neuroanatomy of psychoimmunology. Progress in Neurobiology, 51, 195-222.
Healy, D., Calvin, J. y Whitehouse, A.M. (1991). Alpha-1-acid glycoprotein in major depressive
and eating disorders. Journal of Affective Disorders, 22, 13-20.
248 GASTÓ
Hurwitz, T.A., Clark, C., Murphy, E., Klonoff, H., Martin, W.R.W. y Pate, B.D. (1990). Regional
cerebral glucose metabolism in major depressive disorder. Canadian Journal of Psychiatry,
35, 684-688.
Iny, L.J., Pecknod, J. y Surany, E. (1994). Studies of a neurochemical link between depression,
anxiety, and stress from 3H-imipramine and 3H-paroxetina binding on human platelets.
Biological Psychiatry, 36, 281-291.
Jacoby, R.J., Dolan, R.J., Levy, R. y Baldy, R. (1983). Quantiative computed tomography in
elderly depressed patients. British Journal of Psychiatry, 143, 124-127.
Jacoby, R.J. y Levy, R. (1980). Computed tomography in the elderly III. Affective Disorder.
British Journal of Psychiatry, 136, 270-275.
Jacoby, R.J., Levy, R. y Bird, JM. (1981). Computed tomography and the outcome of affective
disorder: a follow up study. British Journal of Psychiatry, 139, 288-292.
Kishimoto, H., Takazu, O., Ohno, S. y Yamaguchi, T. (1987). 11C-glucose metabolism in
manic and depressed patients. Psychiatry Reviews, 22, 81-88.
Koslow, S.M., Maass, J.W. y Bowden, C.L. (1987). CSF and urinary biogenic amines and
metabolites in depression and mania: a controlled univariate analysis. Archives of General
Psychiatry, 40, 999-1010.
Krishnan, K.R., McDonald, W.M. y Doriaiswamy, A.M. (1993). Neuroanatomical substrates of
depression in the elderly. Euroean Archives of Psychiatry and Clinical Neuroscience, 243,
41-46.
Kronfol, Z., Silva, J. y Greden, J. (1983). Impared lymphocyte function in depressive illness.
Life Sciences, 33, 241-242.
Kronfol, Z., Nasrallah, H.A., Chapman, S. y House, J.A. (1985). Depression cortisol
metabolism and lymphocytopenia. Journal of Affective Disorders, 9, 169-173.
Kronfol, Z., House, J.D. y Silva J. (1986). Depression urinary free cortisol excretion and
lymphocyte function. British Journal of Psychiatry, 148, 70-73.
Kronfol, Z. y House, J.D. (1989). Lymphocyte nitrogenics immunoglobulina and complement levels
in depressed patients and normal controls. Acta Psychiatrica Scandinavica, 80, 142-147.
Langer, S.Z. y Raisman, R. (1983). Binding of 3H-imipramine and 3H-desipramine as
biochemical tools for studies in depression. Neuropharmacology, 22, 407-413.
Lapin, I.P. y Oxenkrug G.F. (1969). Intensification of the central serotoninergic processes on a
possible determinant of the thymoleptic effect. Lancet, 1, 132-136.
Lawrence, K.M. Falowski, J., Jacobson R.R. y Horton, R.W. (1993). Platelet 5HT uptake sites
in depression: concurrent measures using 3H-imipramine and 3-H-paroxetine.
Psychopharmacology, 110, 235-239.
Leonard, B.E. (1995). Stress and the immune system: Immunological aspects of depressive
illness. En B.E. Leonard y K. Miller (eds.), Stress, the Immune System and Psychiatry
(pp. 114-136). Nueva York: John Wiley.
Lesch, K.P. (1994). Organization of the human serotonin transporter gene. Journal of Neural
Transmission, 95, 157-162.
Lesch, K.P., Aulack, C.S. y Wolozin, B.L. (1993). Regional brain expression of serotonin
transporter mRNA and its regulation by reuptake inhibiting antidepressants. Molecular
Brain Research, 17, 31-35.
Lesch, K.P., Gross, J. y Franzek E. (1996). Primary structure of the serotonin transporter in
unipolar depression and bipolar disorder. Biological Psychiatry, 37, 215-223.
Lesser, I.M., Mena, I., Boone, K.B. y Miller, B.L. (1994). Reduction in cerebral blood flow in
older depressed patients. Archives of General Psychiatry, 51, 667-686.
Lewis, A.D. y Mc. Chesney, C. (1985). Tritiated imipramine binding distinguishes among
subtypes of depression. Archives of General Psychiatry, 42, 485-488.
Bases biológicas de los trastornos del estado de ánimo 249
Li, G., Regunathan, S., Barrow, C.J. y Eshraghi, J. (1994). Agmatine: an endogenous
clonidine-displacing substance in the brain. Science, 263, 966-969.
Lyson, K. y Mc Cann, S.M. (1992). Involvement of arachidonic acid cascade pathways
in interleukin-6-stimulated corticotropin-releasing factor release in vitro.
Neuroendocrinology, 55, 708-713.
Maes, M., Cosyms, P., Maes, L., D'Hondt, P. y Schotte, C. (1990). Clinical subtypes of unipolar
depression: part 1. A validation of vital and nonvital clusters. Psychiatry Research, 34, 29-41.
Maes, M., De Ruyter, M., Hobin, P. y Suy, E. (1986). The dexamethasone suppresion test, the
Hamilton depression rating scala and the DSM-III depression categories. Journal of
Affective Disorders, 10, 207-214.
Maes, M., Delanghe, J., Scharpé, S. y Meltzer, H.Y. (1994). Haptoglobin phenotypes and gene
frequences in unipolar major depression. American Journal of Psychiatry, 151, 112-116.
Maes, M., Meltzer, H.Y. y Scharpe, S. (1993). Relationships between lower plasma L-tryptophan
levels and immune inflamatory variables in depression. Psychiatry Reviews, 49, 151-165.
Maes, M., Meltzer, H.Y. y Stevens, W. (1994). Multiple reciprocal relationships between in
vivo cellular immunity and hypothalamic pituitary-adrenal axis in depression.
Psychological Medicine, 24, 167-177.
Maes, M., Minner, B., Suy, E., Vandervost, C. y Raus, J. (1991). Coexisting dysregulations of
both the sympathoadrenal system and hypothalamic-pituitary-adrenal axis in
melancholia. Journal of Neural Transmission, 85, 195-210.
Maes, M., Sharpé, S. y Bosmans, E. (1992). Disturbances in acute phase plasma proteins
during melancholia: additional evidence for the presence of an inflammatory process
during that illness. Progress in Neuropsychopharmacology and Biological Psychiatry, 16,
501-515.
Maes, M., Smith, R. y Scharpe, S. (1995). The monocyte-T lymphocyte hypothesis of major
depression. Psychoneuroendocrinology, 20, 111-116.
Maes, M., Stevens, W.J. y Declerck L.S. (1993). Significantly increased expression of T-cell
activation markers (interleukin-2 and HLA-DR) in depression: further evidence for an
inflammatory process during that illness. Progress in Neuropsychopharmacology and
Biological Psychiatry, 17, 241-255.
Maes, M., Vandoolaeght, E., Ranjan, R. y Bosmans, E. (1995). Increased serum interleukin-1
—receptor— antagonist concentration in major depression. Journal of Affective
Disorders, 36, 29-36.
Mann, J.J., Stanley, M. y Mc. Bride, P.A. (1986). Increased 5-HT2B and adrenergic receptor
binding in the frontal cortices of suicida victims. Archives of General Psychiatry, 43, 954-95.
Martinot, J.L, Hardy, P., Feline, A., Huret, J.D., Mazoyer, B., Attar-Levy, D., Pappata, S. y
Syrota, A. (1990). Left prefrontal glucose hypometabolism in the depressed state: a
confirmation. American Journal of Psychiatry, 147, 1313-1317.
Mayberg, H.S., Lewis, P.J., Regenold, W. y Wagner, H.N. (1994) Paralimibc hypoperfusion in
unipolar depression. Journal of Nuclear Medicine, 35, 929-934.
Mc. Ewen, B.S. y Sapolsky, R.M. (1995). Stress and cognitive function. Current Opinion in
Neurobiology, 5, 205-216.
Meltzer, H.Y. y Arora, R.C. (1988). Platelets markers of suicidality. Annals of NY Academy of
Sciences, 487, 271-280.
Mod, L., Richmer, Z., Magyar, I., Arago, M., Alfoldi, A. y Bady, G. (1986). Serum DBH activity
in psychotic vs nonpsychotic unipolar and bipolar depression. Psychiatry Research, 10,
331-333.
Moore, R.Y. (1983). Organization and function of a central nervous system circadian
oscillation: the suyprachiasmatic hypothalamic nucleus. Federation Proceedings, 42,
2783-2789.
250 GASTÓ
Nathan, K.I. y Schatzberg, A.F. (1994). Mood disorders. Review of Psychiatry. Washintong:
American Psychiatric Press.
Nemeroff, C.B., Owens, M.J. y Bissette, G. (1988). Reduced corticotropin relasing factor binding
site in the frontal cortex of suicide victims. Archives of General Psychiatry, 45, 577-579.
Nemeroff, C.H.B., Krishnam, R.R., Blazer, D.G., Knight, D.L., Benjamin, D. y Meyerson, L.R.
(1990). Elevated plasma concentrations of alpha-1-acid glycoprotein, a putative
endogenous inhibitor of the tritiated imipramine binding site in depressed patients.
Archives of General Psychiatry, 347, 337-340.
Nobler, M.S., Sockeim, H.A. y Prohownik, I. (1994). Regional cerebral blood flow in mood
disorders. III Treatment and clinical response. Archives of General Psychiatry, 51, 884-897.
O'Brien, J.T., Desmond, P., Ames, D. y Schweitzer, I. (1996). A magnetic resonance imaging
study of white matter lesions in depression and Alzheimer's disease. British Journal of
Psychiatry, 168, 477-185.
Ogilvie, A.D., Battersby, S. y Bubb V.J. (1996). Polymorphism in serotonin transporter gene
associated with susceptibility to major depression. Lancet, 347, 731-733.
Ollat, H., Parvez, H. y Parvez, S. (1990). Membrane binding sites of antidepressants. Biogenic
Amines, 7, 107-126.
Ordway, G.A., Widdowson, P.S. y Smith, K.S. (1994). Agonist binding to alpha-2
adrenoceptors is elevated in the locus coeruleus from suicide victims. Journal of
Neurochemistry, 63, 617-624.
Pacholczyk, T., lakely, R.D. y Amara, S.G. (1991). Expression cloning of a cocaine and
antidepressant-sensitive human noradrenaline transporter. Nature, 350, 350-354.
Park, S.B., Cooll, J.T., McShane, R.H. y Young, A.H. (1994). Tryptophan depletion in normal
volunteers produces selective impairments in learning and memory. Neuropharmacology,
33, 575-588.
Pearlson, G.D. y Leroff, A.E. (1981). Computerized tomographic scan changes in manic-
depressive illness. Lancet, ii, 470.
Pérez, F., Rosel, P., Menchón, J.M. y Navarro, M.A. (1994). Depresión melancólica y receptores
plaquetarios de imipramina. Psiquiatría Biológica, 2, 57-64.
Philpot, M.B., Banerje, S., Needham-Gennett, H., Costa, D.C. y Ell, P.J. (1993). 99m Tc -
HMPAO single photon emission tomography in late life depression: a pilot study of
regional cerebral blood flow at rest and during a verbal fluency task. Journal of Affective
Disorders, 28, 233-240.
Piletz, J.E., DeMet, E., Gwitsman, E. y Hularis, A. (1994). Disruption of circadian MHPG
rhythmicity in major fepression. Biological Psychiatry, 35, 830-842.
Post, R.M., DeLisi, L.E., Holcomb, H.H., Uhde, T.W., Cohen, R. y Buchsbaum, M.S. (1987).
Glucose utilization in the temporal cortex of affectively ill patients: positron emission
tomography. Biological Psychiatry, 22, 545-553.
Potter, W.Z., Grossman, F. y Rudorfer, M.V. (1993). Noradrenergic function in depressive
disorders. En J.J. Mann y D.J. Kupfer (eds.), Biology of depressive disorders. Part A. A
systems perspective (pp. 1-27). Nueva York, Plenum Press.
Potter, W.Z. y Linnoila, M. (1989). Biochemical classification of diagnostic subgroup and
D-type scores. Archives of General Psychiatry, 46, 269-271.
Rabins, P.V., Pearlson, G.D. y Aylward, E. (1991). Corticol magnetic resonance imaging changes
in elderly impatients with major depression. American Journal of Psychiatry, 148, 617-620.
Ramos Brieva, J.A., Cordero Vilafofila, A. y Ayuso Mateos, J.L. (1987). Distinct quality of
depressed mood: an attempt to develop an objective measure. Journal of Affective
Disorders, 13, 2421-248.
Rapoport, S.I. (1990). Integrated phylogeny of the primate brain, with special reference to
human and their diseases. Brain Research Reviews, 15, 267-294.
Bases biológicas de los trastornos del estado de ánimo 251
Redmond, D.E., Katz, M.M., Maas, J.W., Swann, A., Casper, R. y Davis, J.M. (1986).
Cerebrospinal fluid amine metabolites. Archives of General Psychiatry, 43, 938-947.
Rosenberg, R., Vorstru, S., Anderson, A. y Bolwing, T. (1988). Effects of ECT on cerebral blood
flow in melancholia assessed with SPECT. Convulsive Therapy, 4, 62-73.
Roy, A., Pickar, D., Linnoila, M. y Pofter, W.K. (1985). Plasma norepinephrine in affective
disorders. Relationship to melancholia. Archives of General Psychiatry, 42, 1181-1185.
Rubins, E., Sackeim, H.A., Nobler, M.S. y Moeller, J.R. (1994). Brain imaging studies of
antidepressant treatment. Psychiatry Annals, 24, 653-658.
Sackeim, H.A., Prohowni, I. y Moeller, Jr. (1990). Regional cerebral blood flow in mood
disorders I: Comparison of major depressives and normal controls at rest. Archives of
General Psychiatry, 47, 60-70.
Sapolsky, R.M., Zola-Morgan, S. y Squire, L.R. (1991). Inhibition of glucocorticoid secretion by
the hippocampal formation in the primate. Journal of Neuroscience, 11, 3695-3704.
Scott, Alf, Dougall, N., Ross, M., O'Carroll, R.E., Riddle, W., Ebmeier, K.P. y Goodwin GM.
(1994). Short-term effects of electroconvulsive treatment on the uptake of 99 mTc-
exametazime into brain in major depression shown with single photon emission
tomography. Journal of Affective Disorders, 30, 27-34.
Schlegel, S., Aldenhoff, J.B., Eissner, D., Lindner, P. y Nickel, O. (1989). Regional cerebral
blood flow in depression: association with psychopathology. Journal of Affective
Disorders, 17, 211-218.
Shima, S., Shikano, T. y Kitamura, T. (1984). Depression and ventricular enlargement. Acta
Psychiatrica Scandinavica, 70, 275-277.
Shimada, S., Kitayama, S. y Lin, C.l. (1991). Cloning and expression of a cocaine-sensitive
dopamine transporter complementary DNA. Science, 254, 576-578.
Shores, M.M., Szot P. y Veith R.D. (1994). Desipramine-induced increase in norepinephrine
transporter mRNA is not mediated via alpha-2 receptors. Molecular Brain Research, 27,
337-341.
Stein, M., Miller A.H. y Trestman, R.L. (1991). Depression and the immune system. En R. Ader,
D.L. Felton y N. Cohen (eds.), Psychoneuroimmunology (pp. 897-929). Nueva York:
Academic Press,.
Thase, M.E., Frank, E. y Kupfer, D.J. (1985). Biological processes in major depression. En E.E.
Beckham y W. Leber (eds.), Handbook of depression (pp. 816-913). Homewood IL:
Dorsey Press.
Thase, M.E. y Howland, R.H. (1995). Biological processes in depression: An updated review
and integration. En E.E. Beckham y W.R. Leber (eds.), Handbook of depression. Nueva
York: The Guilford Press.
Uytdenhoef, P., Portelange, P. y Jacquy, J. (1983). Regional cerebral blood flow and lateralised
hemispheric dysfunction in depression. British Journal of Psychiatry, 143, 128-132.
Veith, R.C., Lewis, N., Linares, O.A., Barnes, R.F., Raskind, M.A., Villacres, E.C., Murburg,
M.M., Ashleigh, E.A., Castillo, S., Perskind, E.R., Pascually, M. y Halter, JB. (1994).
Sympathetic nervous system activity in major depression basal and desipramine - induced
alterations in plasma norepinephrine kinetics. Archives of General Psychiatry, 51,
411-422.
Weizman, R., Laor, N. y Podliszewski, E. (1994). Cytokine production in major depressed
patients before and after clomipramine treatment. Biological Psychiatry, 35, 42-47.
Wever, R.A. (1986). Characteristics of circadian rhythms in human functions. Journal of
Neural Transmission, 21, 323-373.
Wirtz-Justice, A., Bucheli, C., Grow, P. y Kielholz, P. (1986). Light treatment of a seasonal
affective disorder in Switzerland. Acta Psychiatrica Scandinavica, 74, 193-204.
252 GASTÓ
Wu, J.C., Gillin, J.C., Buchsbaum, M.S., Hershey, T., Johnson, J.C. y Bunney, W.E. (1992).
Effect of sleep deprivation on brain metabolism of depressed patients. American Journal
of Psychiatry, 149, 538-543.
Yates, M., Leake, A. y Candy, J.M. (1990). 5-HT2 receptor changes in major depression.
Biological Psychiatry, 27, 489-496.
Young, R.C. (1995). Alpha-1-acid glycoprotein and age in major depresion. Comunicación a
la Reunión de la APA.
Zubenko, G.S., Sullivan, P., Nelson, J.P. y Belle, SH. (1990). Brain imaging abnormalities in
mental disorder of late life. Archives of Neurology, 47, 1107-1111.