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¿Cómo influye el fenómeno migratorio Venezolano en Cúcuta Departamento de Santander?

Astrit Romero Guerrero., Martha Guzmán Gaviria., Yovanna Jiménez., Yony Alveiro López., y
Christian Daniel Porras.
Estudiantes Programa de estudio en psicología. Politécnico Grancolombiano

Carlos Toro1

Introducción

A continuación, se detalla en el presente trabajo el Impacto socioeconómico generado por la

informalidad comercial de los ciudadanos venezolanos en Cúcuta Departamento de Santander, la

cual en la última década se ha incrementado la migración sin precedentes, está teniendo impactos

significativos en las áreas receptoras, particularmente pronunciados por las difíciles condiciones

socioeconómicas de los migrantes, como consecuencia, la migración está poniendo presiones

significativas en las instituciones, los sistemas de provisión de servicios, el mercado laboral y las

dinámicas sociales de las áreas receptoras, Las áreas con alta concentración de migrantes y retornados

como proporción de su población local registran impactos más significativos en todos los sectores

evaluados, poblaciones específicas, como los trabajadores no calificados y los usuarios de los

hospitales y escuelas públicas, están siendo afectadas de forma desproporcionada, ya que son quienes

compiten directamente con los migrantes por oportunidades de trabajo y acceso a servicios toda esta

situación nos genera muchos conflictos en la sociedad receptora como se menciona anterior mente

genera colapsos, conflictos pobreza en diferentes campos de la sociedad y al país en general .

Elementos de diagnóstico del caso de estudio del conflicto a abordar.

Según lo evidenciado en el siguiente trabajo se puede decir que en la ciudad de Cúcuta se

encuentran 93 mil venezolanos de los cuales el 69,4 % tenían entre 18 y 30 años.

En educación se puede precisar ciertas características que afectan a esta población, Los

1 Filiación institucional del Docente, habilidades de negociación y manejo de conflictos.


estudiantes no podrán graduarse de bachillerato a menos que sean regulares. Hay una mayor

demanda educativa con insuficiencia en la oferta; en el tema de la salud se puede precisar que

Quienes no están afiliados a salud solo pueden acceder a servicios de urgencias. Los

hospitales tienen déficit de capacidad operativa y presupuestal. en lo relacionado con el

mercado laboral se puede decir que La mayoría participa en el mercado informal, en la

seguridad son vulnerados ya que Falta de leyes con enfoque de derecho; se presenta

Desconocimiento sobre roles y competencias de las instituciones, La poca información sobre

el acceso a la justicia se asocia con la judicialización y el temor a ser deportados. A esto hay

que sumarle los brotes de xenofobia que les afecta a diario.

Existe acompañamiento por parte de organizaciones sociales en violencia basada en

género y protección infantil.

Análisis de los elementos para avanzar hacia el estudio de las causas del conflicto.

Se pretende utilizar los siguientes elementos para avanzar hacia las causas del conflicto:

responder holística, coordinada e integralmente; esto es, adoptar respuestas multisectoriales

(sociales, sectoriales y económicas), multipoblacionales (orientadas a la población migrante y

receptora) y multitemporales (de corto, mediano y largo plazo). Esto implica usar un enfoque

de desarrollo territorial de áreas receptoras, dando respuesta no solo a impactos del proceso

migratorio, sino además a déficits de desarrollo preexistentes en las regiones de recepción,

promoviendo la reducción de desigualdades y la absorción de migrantes. Se busca mitigar

los impactos negativos en la población local, esto implica apoyar a quienes han sido

afectados negativamente por la migración, ayudándolos a conservar sus trabajos y mantener

sus niveles de vida. Para esto, se requiere implementar programas que permitan reforzar el
sistema de protección social, generando mecanismos de apoyo para las poblaciones

potencialmente impactadas (como mejorar las capacidades laborales de los trabajadores

potencialmente desplazados por migrantes). Dar un tratamiento homogéneo: esto significa,

dar igualdad de oportunidades para migrantes y nacionales, evitando potenciales brotes de

xenofobia y exclusión. Monitorear el proceso migratorio: lo que permite ajustar las políticas

públicas en el tiempo, a medida que los impactos del proceso migratorio evolucionan.

Pregunta de investigación

¿Cómo influye el fenómeno migratorio Venezolano en Cúcuta Departamento de Santander?

Objetivos

Objetivo general

Analizar Cómo influye el fenómeno migratorio Venezolano en Cúcuta Departamento de

Santander.

Objetivos específicos

✔ Conocer cuáles fueron los acontecimientos políticos y económicos que sirvieron como primer

punto de inflexión para la situación migratoria venezolana.

✔ Analizar porque la migración venezolana en Colombia ha causado crisis en todos los

sectores.

✔ Proponer una posible solución donde existan condiciones para el desarrollo de una vida

normal y posibilidades de un futuro próspero.


Justificación

Según el Diario el país (22/03/2019), Cúcuta, el epicentro de la emergencia migratoria de

Venezuela, por Fernando Mudarra Y Orlando Ortiz, informan. Este punto de la geografía colombiana

es el epicentro de la entrada de población venezolana en los últimos años. En Colombia existen ocho

pasos fronterizos oficiales, tres de ellos en el departamento de Norte de Santander, de los cuales el

principal es el puente Simón Bolívar, ubicado en Villa del Rosario de Cúcuta. Del total de la

población migrante que ingresa por los puestos fronterizos terrestres, el 94% entra por aquí, lo que

hace que sea el punto de paso más transitado de todo el territorio colombiano.

Cúcuta es el municipio que concentra al mayor número de población migrante que ingresa al

departamento de Norte de Santander: el 58,6% del total. Por Villa del Rosario entran diariamente

alrededor de 35.000 personas, de las cuales un 89% corresponde a población pendular, es decir, que

ingresa y regresa a Venezuela bien en el mismo día o máximo en los dos o tres días siguientes para

abastecerse de alimentos, medicinas y/o visitar a familiares. El resto, un 11%, no retorna a Venezuela,

sino que son migrantes con vocación de permanencia o en tránsito hacia otros países, especialmente

Ecuador y Perú. Además, hay que anotar que en Norte de Santander existen más de 74 trochas [pasos

fronterizos informales] cuyo flujo migratorio se desconoce, lo que hace que las cifras oficiales queden

realmente subvaloradas.

Lo visto en esta visita merece ser contado; y no se trata de tomar postura respecto al debate

internacional sobre la situación política de Venezuela. Lo analizo desde el punto de vista de una ONG

que está actuando frente a una crisis humanitaria motivada en parte por la falta de solución política y

diplomática, y que crece, se complica, y mantiene a millones de personas en una situación de

auténtica emergencia. Porque esto es lo que realmente nos interesa, que la ayuda llegue a quien más

lo necesita sin que se instrumentalice políticamente.


Para describir la situación que se vive en el departamento de Norte de Santander, y concretamente

en Cúcuta, habría que utilizar dos palabras: dimensión y gravedad. Respecto a la primera, estamos

asistiendo a uno de los mayores flujos forzados de personas que existe actualmente en el mundo.

Según las estimaciones de la ONU, a finales de 2018 ya habían salido 3,4 millones de venezolanos y

venezolanas de su país. Una cifra cercana a la que está produciendo el conflicto armado en Siria, y

superior a la que se genera desde Sudán del Sur o Etiopía. Y lo más grave, se espera que en 2019

salgan otros dos millones, elevando la cifra a 5,3 millones de personas desplazadas.

El número actual de migrantes y refugiados provenientes de Venezuela se encuentra distribuido

principalmente entre países latinoamericanos. En el caso de Colombia, según cifras de su propio

Gobierno, en enero de 2019 había casi 1,2 millones viviendo en diferentes ciudades del país. El

destino más deseado es Bogotá, pero muchos de ellos se quedan en Cúcuta o Villa del Rosario

(ciudad colindante) para estar más cerca de los familiares que dejaron atrás o, simplemente, porque

no tienen información ni medios para buscar otros destinos dentro o fuera de Colombia.

Este número de personas ha impactado de manera evidente en el día a día de este territorio y

transformado su actividad y dinámica. En estos momentos, según el Grupo Interagencial sobre Flujos

Migratorios Mixtos (GIFMM) de Cúcuta, del que forman parte 45 organizaciones de desarrollo —

entre ellas Ayuda en Acción— y agencias de Naciones Unidas, diariamente se sirven 20.000 comidas

calientes en la red de albergues y centros de atención distribuidos por la zona. Se han tenido que

reforzar igualmente los servicios de atención médica primaria, vacunación, planificación familiar,

acceso a agua potable y duchas, espacios seguros para niños y niñas, así como los puntos de

orientación e información para personas que llegan caminando con lo puesto, en muchos casos sin

saber hacia dónde dirigirse. Nuestra organización forma parte de este esfuerzo, atendiendo

diariamente a 800 personas —especialmente niños, niñas y ancianos— cuyas necesidades

alimenticias cubrimos en un comedor ubicado en el barrio José Bernal (una de las principales zonas

de asentamiento de población venezolana en Cúcuta), manteniendo dos puntos de información e


hidratación a los llamados caminantes en las rutas más concurridas y promoviendo acciones que

mejoren la convivencia y la integración de la población migrante. Todo ello gracias a la alianza con la

Corporación Scalabrini y al apoyo financiero de la Agencia Española de Cooperación Internacional

para el Desarrollo (AECID).

La situación es cada vez más grave. Unido a la población que ya ha salido de Venezuela y malvive

como puede en Norte de Santander, se calcula que 2.000 personas más entran diariamente a Colombia

con intención de no regresar a su país. Esta cifra disminuyó a comienzos de año por las expectativas

de cambio en la situación política interna de Venezuela. Sin embargo, en las últimas semanas ha

vuelto a aumentar considerablemente y, según Naciones Unidas, se espera una nueva avalancha

debido a las consecuencias provocadas por los cortes de energía eléctrica y agua. Además, el perfil de

estas personas es cada vez más vulnerable. De ser una población principalmente compuesta por

adultos (hombres y mujeres) buscando fuentes de ingresos que les permitan enviar dinero a sus

familiares, ahora llegan también familias enteras con menores de edad o mujeres solas embarazadas

después de haber caminado durante muchos días desde ciudades limítrofes, la cercana Valencia o

desde Caracas.

La realidad de estos migrantes se ha visto además agravada por el cierre de los pasos fronterizos,

que solo se abren unas horas al día para que transiten personas enfermas o escolares venezolanos que

acuden a colegios colombianos. La falta de pasos oficiales habilitados les empuja a utilizar alguna de

las veinte trochas informales que conectan con la cercana ciudad de San Antonio del Táchira en

Venezuela. Pasar por estos senderos supone exponerse a la extorsión y vejaciones infringidas por los

grupos que los controlan, entre los que se encuentran actores armados ilegales, clanes dedicados al

narcotráfico, guerrilleros o simples delincuentes. No olvidemos que algunas trochas están en la región

del Catatumbo, donde los acuerdos de paz no han tenido ningún efecto para frenar la actividad

relacionada con el narcotráfico, el robo de hidrocarburos, las extorsiones, los secuestros y asesinatos

o la instalación de minas antipersona.


Ahora lo normal es que las personas que las cruzan hayan tenido que dejar como pago a estos

grupos todo su dinero o cualquier cosa de valor que lleven consigo como ropa, zapatos o teléfonos.

Llegan en la más absoluta pobreza; sin maleta, sin haber comido en días, con los pies destrozados y

absolutamente desorientados. También se ha convertido en práctica habitual agredir sexualmente a

mujeres y niñas o reclutar a los más jóvenes para engrosar las filas de estos grupos delictivos. Es un

hecho que estos cruces irregulares han incrementado los riesgos asociados a la trata de personas, sin

que lamentablemente exista información fiable al respecto.

Asimismo, está creciendo el número de personas en situación migratoria irregular. De los más de

un millón de migrantes venezolanos actuales, un 41% ya está en esa situación por haber superado el

tiempo de permanencia en Colombia o por haber entrado sin autorización. Se trata de personas que en

muchos casos no tienen documentación por no haber podido pagar un pasaporte antes de salir o que

no han obtenido ningún tipo de permiso al entrar. Entre este grupo se encuentran también

colombianos y colombianas que migraron a Venezuela en los años 80 y 90, que “compraron” una

identidad venezolana, cambiaron en muchos casos su nombre y llegan ahora a un país que no les

reconoce. Y es especialmente grave la situación de los niños y niñas apátridas que han nacido en

suelo colombiano pero que no por ello adquieren la nacionalidad.

En definitiva, Cúcuta, Norte de Santander, Colombia y toda América Latina enfrentan una crisis

migratoria de una dimensión y una gravedad espeluznante. Es necesario atender a un colectivo de

personas enorme tanto en Colombia como en otros países de la región y seguir prestando alivio a los

que siguen llegando, cada vez en condiciones más extremas. Sin obviar las consecuencias que esta

llegada masiva está teniendo desde el punto de vista de la convivencia, provocando actitudes de

rechazo en los países de recepción. En el caso colombiano, este fenómeno crece y en Cúcuta es más

que evidente. Una ciudad y una zona que históricamente ha acogido a desplazados internos por el

conflicto armado —que también necesitan de acompañamiento y cobertura de necesidades—, ve

cómo la ayuda se destina en la actualidad a los que vienen de fuera.


Una ciudad que ha vivido de la frontera, formal o informal, asiste a una caída en picado de su

actividad económica. Los sentimientos de rechazo crecen y se trasladan ya no solo a los albergues o

los comedores, sino a los barrios donde se asientan esos miles de venezolanos que llegaron hace

meses, a los colegios donde están escolarizados sus hijos y, en general, a cualquier ámbito de la

sociedad. Una situación que convierte el flujo migratorio venezolano en una emergencia humanitaria

que requerirá más atención para el que llegó, para el que sigue llegando y para el que lo recibe,

durante bastantes más años de lo que estimábamos.

Según concejo de Bogotá 20/06/2019, La migración Venezolana se considera un conflicto laboral,

debido a que es uno de los principales factores que determina el bienestar de los ciudadanos

migrantes en cualquier contexto. Sin embargo, y dada la situación de informalidad laboral que

tradicionalmente se presenta en Colombia, la explotación laboral de ciudadanos extranjeros se ha

convertido en una tendencia que viene afectando las condiciones laborales de unos y otros.

Es evidente que la migración masiva de venezolanos se ha prestado para que desde algunos

sectores económicos se incremente la contratación de ciudadanos venezolanos bajo condiciones

salariales y contractuales inferiores a las establecidas en el contexto nacional. Dada esta situación, se

ha presentado un desplazamiento de mano de obra nacional por la venezolana, dando lugar a un

incremento del desempleo e, indirectamente, de la xenofobia por esta razón.


Referencias
https://www.hrw.org/es/report/2018/09/03/el-exodo-venezolano/urge-una-respuesta-

https://www.wola.org/analysis/responding-exodus-venezuelas-migration-refugee-crisis-

and Refugee Crisis as Seen From the Colombian and Brazilian Borders. Washington:

crisis migratoria sin precedentes. New York. 2018. Disponible en

http://concejodebogota.gov.co/migracion-venezolana-problematica-y-retos/cbogota/2019-06-

20/164105.php

https://bogota.gov.co/mi-ciudad/integracion-social/migracion-venezolana-en-bogota

https://elpais.com/elpais/2019/03/19/planeta_futuro/1552999963_663150.html
HUMAN RIGHTS WATCH. El éxodo venezolano. Urge una respuesta regional ante una

RAMSEY, G; SÁNCHEZ-GARZOLI, G. Responding to an Exodus: Venezuela’s Migration

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seen-colombian-brazilian-borders/> Acceso en: 20 mar. 2021.


https://s3.amazonaws.com/semanaruralvzla/documentos/1580138964_infografIacUcutapdf

file:///C:/Users/hp/Downloads/Banco%20Mundial_MigracionDesdeVenezuelaAColombia

%20(3).pdf

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