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Esfuerzos y Contribuciones Marxistas para La Historiografia Mexicana
Esfuerzos y Contribuciones Marxistas para La Historiografia Mexicana
marxistas para
la historiografía mexicana
INI~ODUCCI~N
IZíAPALAPA 5 1
iulio-dlciembr? de 2001 * Investigador del instituto de Investigaciones Dr. José Maiia
pp. 2.39-256 LUIS Gra
Jorge Castaneda Zavala
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sentido de casi toda revolución del siglo todos aquellos que llegasen a tomar ac-
xx,impregnaron la interpretación histó- titudes parecidas, es decir, de los en--
rica de Alfonso Teja a b r e y Rafael Ra- gos sociales, los enemigos del pueblo.
mos Pednieza. Dichas características Bajo esos parámetros y con la lectu-
se identincaron con el discurso marxis- ra de las restringidas obras marxistas
ta de los bolcheviques de la Revolución en circuiación al inicio de los años trein-
Rusade 1917, acontecimientoenelcual ta,3Alfonso Teja Zabre encontró en el
la movilización social encontró como factor económico la causa, el argumento
punto de apoyo un cambio radical en la imprescindible para construir su visión
forma material de vida y. en parücular, histórica: al respecto, e n una obra men-
en el reconocimiento de las masas tra- ciona: "...nuestra tendencia de interpre-
bajadoras como actores y sujetos sus- tación requiere ser económica,realista,
ceptibles de educar para una transfor- vitaiista, lógica, racional. pragmática,
mación integrai. diaiéctica*VejaZabre, 1933: 9). F'arUen-
En forma similar a la experiencia do de dicha interpretación, identificada
rusa y muchas veces gracias a una como marxista, el autor la considera una
coincidencia casual, la urgencia de in- metodología aceptable para enlazar la
terpretación del presente y del pasado reciente experiencia revolucionaria con
en los arios de la reconsúucción nacional su realidad.
mexicana encaraba el dilema de tomar No se trata de una simple aplicación
en cuenta la amplia influencia ideo- del método marxista, del materialismo
lógica de las masas trabajadoras, en histórico. Su m n a m i e n t o sigue varios
este caso de campesinos. En esa diná- pasos. Rimero menciona que Marx "de-
mica, hacia la décadade los arios veinte riva la historia principaimente de la eco-
el grupo gobernante en México, los so- nomía", y después puntualiza que se
norenses. comprendió la necesidad de pueden considerar además otros elemen-
hacer caminar a la par de las políticas tos como la geograña y otorga una im-
publicas de carácter económico la inclu- portancia singular ai factor ideológico
sión de un nuevo factor ideológico: el We]a a b r e , 1933: 54-55), el cual es de
sentimiento revolucionario campz~ino.~ especial relevancia al identificarse con
El punto de conciliación de este dilema las masas campesinas impulsoras de
se centró en entender a la Revolución la Revolución Mexicana. Llama la aten-
como un enfrentamiento de clases. pero ción la afirmación de que cuando se uti-
no de clases diametralmente opuestas lizan de forma destacada los factores
en la producción de la riqueza social, geogáilcos e ideológicos ello signiñca un
sino unidas contra la injusticia represen- uso no dogmático del marxismo.'>Dicha
tada por las "clases sociales abusivas advertencia hace evidente cómo este au-
-ricos aristócratas porflristas", que tor comprendía la trascendenciade esta
habían sido los enemigos a vencer, y de ideologia para su época.en comparación
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con otras comentes del pensamiento. de la población. Mas para Teja Zabre.
Pero mas que rehusar un dogmatism0 en México, esta humanización no se
hace una interpretación hiinda, que in- efectúa por medio de la rexolucion pro-
cluye el sentido nacionailsta de las ma- letaria y el socialismo: la experiencia
sas campesinas mexicanas y de la propia mexicana le demostraba la posibiiidad
Revolución can una amaigama de tér de lograrla con las masas campesinas,
minos marxistas, lo cual da sustento a sus actores principales en eilasveía que
un singular análisis histórko que pa- “la fuerza motriz de la historia no es
rece contraponeme al darwinismo &ai mas que el hombre viviente, con sus as-
del porfinsmo. No es el proletariado, m piraciones y finalidades, sus impulsos
mucho menos la industria, el nuevo voluntarios, sus pensamientos y sus pa-
sujeto del quehacer histórico social y siones”, conjugadosen unión de las de-
matenal, para Teja Zabre, éste sena la más clases y sectores sociales: los obre-
lucha de clases iidereada por las masas ros. los patrones y los gobernantes para
campesinas contra el hambre, la injus- formar la sociedad mexicana revolucio-
ticia y los malos gobiernos. naria (Teja Zabre, 1933 48-49).
Junto a esta mterpretacion histórica Esta toma de distancia con respecto
daba inicio la crisis capitaiista mundial al fnandsmo “dogmático” le sirvió de base
conocida como la Gran Depresión, por para conceptuar una nueva educación
lo que el fortalecimiento económico y el cívica y, más especificamente. otra his-
apoyo popular al gobierno en la urns toria patria. Esta ultimadebería ser uno
h m que tanio la intelechiaüdad progre- de los vehículos principales para alcan-
s l s t a ~ o a l g u n o s o t r o s s e c t o r e s ~ ~zar los objetivos revolucionariosen Mé-
tales como los sindicatos y las organi- XICO: “...la historia debe renovarse, en
zaciones campesinas. aceptaran y con- s u fase didáctica o e x o h , porque ian-
sideman como un nuevo parad- el bién cambian lasnormas esenciales de
corpusideohjgico y los avances materia- la pedagogia y los requerimientos de la
les de la patria de los sovieisy el sociaiis- ensenanZa histórica como fuente de ci-
mo.Lavidasodaiylaíonnadegobiemo vismo” Creja Zabre, 1933 54). Gran
en la u r n ee convirtieron en un impar- parte de las obras de Teja Zabre fueron
tante referente para todo juicio politico iibms de texto para la impartición de Ia
y de posibilidades materiales para en- histoiia en las escuelasde educación ele-
frentar las necesidades socides de una mental. De esa forma lograba unir una
manerano tan rapaz como la demosh- nueva vision histórica con la educación
da por el sistema capitaiista. Todo ese cívica y hacía evidente. ante la pobla-
panorama permitió r e f o m el criteno de ción, que si la existenda &al dependía
que el IIII1IíLiBmo era una @a para la de la economía, el mismo futuro podM
humanización de la sociedad, una sali- ser moldeado cuando los mexicanostu-
da a las penas ancestrales de la mayona vieran una conciencia humana de su
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menos explicar con base en los hechos Regresemos ai momento en que Ra-
cómo acontece la retroalimentación de mos Pedruaa publicó s u experiencia
la lucha de clases y de la ec0nom.a en la URSS. Al principio recibiófelicitacio-
en la sociedad capitalista. Así, el con- nes del KM, mas un año después este
cepto de lucha de clases pierde todo partido cambia radicalmente su apre-
referente con el marxismo, aunque pre- ciación y lo tacha de traidor: la razón
tende hacerlo pasar como tai. radicó en que Ramos Pedrueza tomó
Por otro lado, valora la vida de los una postura acorde con la del gohierno
personajes históricos como un producto mexicano en torno a la valoración de
natural de la lucha de clases, pero, a Emiliano Zapata." Su posición sobre el
diferencia de Teja Zabre, no conside- excepcional generai morelense partía de
ra.relevantes lascondiciones economicas adjudicarle igual grado de origen e im-
que definieron su existencia y, en cam- portancia social a la ley de agraria de
bio, adJu&cael devenir de cada pwsona-
1915y ai Pian de Ayala (Ramos m e -
je a la conüontación social por símisma,
za 1941: 68).la primera nacida en un
suponiendo de antemano la existencia
remansocan;uicistayla~dacreada
de las causas económicas que originan
al fragor explosivo de las masascampe-
la confrontación. Ello es claro cuando
sinas por d e s e lasbasesdel latifundis
expiica los sucesos y rasgos distinti-
mo. Bajo ese criterio, Uegó a hermanar
vos que envolvieron las vidas de Benito
tales enunciados políticos después de
Jutmzy FranciscoJavier Mina (Ramos
circunscribirlos sin diferencias, en un
Pedrueza, 1932: 4 0 y 1937 35). Siob-
mismo plano, dentro de la revolución
servamos los textos que escribe sobre
democrático burguesa iniciada en 1910.
estas personalidades.vemos que él hace
de la confrontación social un sinónimo, Paralograr tal postulado, acepta la exis-
sinacotacionw, delaluchadeclases. Sin tencia de las clases sociales. pero con
achmción algüna sobre el tema, no ofre la posibilidad de reguiar los conflictos
ce un desarrollo histórico de las formas Aqui encontramos cómo el uso del con
de producción de los bienes y servicios cepto de lucha de clases, por la lucha
que garantice la vida y reproducción de de clases en si misma, tiene el derrotero,
ki sodedad. Lo6 personajes Uegm a vivir la posibilidad, de Ajar como meta la rc-
en sociedades ad hoc para cada uno de conciliación social. En cambio, la pers-
eilos. y si luchan por causas sociales o pectiva de los comunistas de esa épora
económicases porque de su interior na Consideraba a la ley carrancista un pa
ció hacerlo ask de ahí se concluye que Iiatwo y hasta una deformación y eii-
Francisco Jawer Mina transcunió de gaño al objetivo zapatista de derrotar y
lucha en lucha gracias a su perspicacia eliminar a la hacienda, símbolo y ramn
por encontrar el lugar adecuado para material del latiíundismo.
desarrollar sus ideales (Ramos Pedrue- Las obras de este autor fueron crea
za, 1937) das en su contacto estrecho con la ense-
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miento nuevo? No, cuando mas pare- tivamente superado, por lo que sánchez
ciera que los hechos de los últimos años Vtuquez insiste en su interpretación
-la desaparición formal del primer país histórica como el desarrollo de los prin-
sociaiista, la casi “extinción” de los se- cipios manistas ante los retos del Esta-
guidores intelectuales marxistas do de bienestar, del capitalismo de las
confirmaran el interés de hacer nuevas décadas de los años sesenta a ochenta.
lecturas de las múltiples corrientes de cuando la lucha de clases tampoco ten-
ese pensamiento. Este autor formula, dna para muchos intelectuales las ca-
impiícitamente, el cuestionamiento de racterísticas que los mismos principios
la desvinculación entre teoría y práctica marxistas sostenían.
”marxista” evidente durante el último Los estudios históricos marxistas
cuarto de siglo. desde los años cincuenta del siglo xx
Sus postulados manifiestan la nece- hasta el presente han tenido la virtud
sidad de entender aqueiia contradidón. de encontrar y enfocar su atención en
irresuelta y en continua profundiza temas antes escasamente tratados; tal
ciónn.de considerar la valida y hasta la es el caso de la estética. las formas del
eficacia del materiaüsmohistórico para pensamiento, la sexualidad. la cultura,
la postulación y la practica de un pro- las formas del Estado, etcétera.I2 Es
yecto-sistema social alternativo al capi- posible que la cosecha haya sido abun-
talismo. Sánchez Vázquez, aunque es dante, mas la calidad dudosa, toda v a
continuador de las inquietudes expues que tales estudios provocaron una con-
tas por Roces, se enfrenta con mayor fusión progresiva para entender el papel
dramatismo a un trabajo intelectual que que puede jugar el uso de categorías
parece no tener salidas satisfactonas. marxistas. No es que en cada análisis.
realidades capaces de concretar en la monografia y todo tipo de trabajo his-
práctica postulados teóricos. toriográflco se pretenda redescubrir “la
En el planteamiento de Sánchez verdad absoluta”, encontrar cosas nue-
Vázquez, como en el de Roces,faltaponer vas y de trascendencia teórica o leyes
en primer plano a la lucha de clases cienaficas. El problema radica en tener
como el principal foco de atención histó- claridad conceptual sobre una corriente
rica. o por lo menos ésta es algo mera- del pensamiento, y que en confron-
mente tácito. Pareciemser que los reque- tación con otras se pueda enriquecer el
rimientos de explicación del presente conocimiento - e n generai el humano
habían cambiado. En un principio, la y en particular el histonográíic- res-
existencia de la u~tss y de la situación pecto ai tema aquí tratado. Sánchez
mundial en generai hwía suponer que Vázquez ha estado inmerso en esa di-
el tiempo de conikmar los mecanismos námica. Al guaique Roces, no hace del
económicos. estructurales y superes- uso del mandsrno un instrumento im-
lructuraies del capitalismo estaba rela- provisado; por el contrario, al valorar
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