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SOCIOLOGÍA GENERAL para Sociología y otras carreras - 2021

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TRABAJO PRÁCTICO Nº 3

Textos:

- Zeitlin, I., Ideología y teoría sociológica, Amorrortu, Bs. As., 1970, Cap. 8: “Orientaciones
filosóficas” y Cap. 9: “De la filosofía social a la teoría social”.

- Giddens, A., El capitalismo y la moderna teoría social, Labor, Barcelona, 1994, Cap. 2: “El
materialismo histórico” (páginas 57 a 65).

- Tarcus, H., “Introducción. Leer a Marx en el siglo XXI”, en Antología Karl Marx, S. XXI,
2015, Apartado 8 (páginas 30 a 34).

Presentación

A continuación les presentamos un apunte sobre la primera parte de los contenidos de la


Unidad 3. Como pueden ver en el Programa de la materia, el contenido de la Unidad 3 es
presentado de la siguiente manera:
Contexto, enfoques y conceptos básicos en los clásicos de la sociología. Karl Marx y
la concepción materialista de la historia. Emile Durkheim y la explicación del hecho
social. Max Weber y la comprensión de la acción social.

En esta Unidad buscamos presentarles un análisis acerca de cuál era, según tres sociólogos
clásicos (Karl Marx, Max Weber y Emile Durkheim), el objeto de estudio de la sociología y la
perspectiva teórica, epistemológica y/o metodológica a partir de la cual abordan dicho objeto
de estudio. Mientras para Weber el objeto de estudio de la sociología eran las acciones
sociales y para Durkheim la sociología debía estudiar los hechos sociales (como veremos
en la clase siguiente), Marx entendía que el objeto de estudio de la sociología eran las
relaciones sociales. Y específicamente, las relaciones sociales de producción en el
capitalismo. En tal sentido, los textos obligatorios de esta clase presentan un marco general
para comprender la mirada de Marx (1818-1883) sobre las relaciones de producción en el
capitalismo y, fundamentalmente, la perspectiva sociológica desde la cual analizar dichas

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relaciones sociales: la concepción materialista de la historia1.
Una vía a través de la cual podemos responder la pregunta acerca de cuál era, para Marx, el
objeto de estudio de la sociología y la perspectiva de análisis para abordarlo, está ligada a
su concepción sobre el hombre. Retomando un postulado iluminista, Marx entendía que el
hombre era un ser perfectible pero sus potencialidades de desarrollo se encontraban
completamente limitadas por las relaciones de producción capitalistas (ver pág. 98-103, cap.
8, Zeitlin).2 Ahora bien, tanto el hombre como las relaciones sociales de producción en las
que éste se encontraba debían ser analizadas empíricamente3. El hombre, en Marx, es
analizado en términos materiales, empíricos (ver pág. 112-113, cap.9, Zeitlin). Y esto vale
tanto para el hombre como para las relaciones sociales de producción en las cuales se
encuentra inserto. Este punto es central para entender la perspectiva desde la cual el autor
afirma que la sociología debe abordar su objeto de estudio, ya que la misma es construida
en diálogo y oposición con la filosofía idealista. Según Marx la filosofía idealista
(fundamentalmente la filosofía hegeliana) aborda sus temas de estudio mediante
abstracciones conceptuales que, inevitablemente, acarrean la producción de
generalizaciones (ver pág. 57-58, cap. 2, Giddens). Así, por ejemplo, el Hombre (o el
Espíritu Humano en Hegel) es un concepto abstracto y universal. Para Marx, las ciencias
sociales no deben pensar a través de ideas generales u abstracciones universales, sino que
deben analizar empíricamente a los hombres y las condiciones materiales de producción en
las que se encuentran (ver pág. 60-65, cap. 2, Giddens y pág. 15-17, introducción, Tarcus).
En buena medida, es a partir de esta distinción establecida por Marx entre una teoría de la
praxis y un análisis abstracto de las Ideas, que podemos comenzar a comprender lo que se
conoce como la concepción materialista de la historia (ver pág. 21-24, introducción,
Tarcus).
Sin embargo, la concepción materialista de la historia no será elaborada únicamente en
diálogo y distinción con la filosofía idealista, sino que el positivismo -en tanto perspectiva a
partir de la cual las ciencias naturales sostuvieron la producción de conocimientos sobre los
fenómenos empíricos y la construcción de leyes generales sobre su desarrollo (tal vez el
ejemplo más claro de esto sea la física newtoniana)- constituye otro polo de diálogo y
distinción a partir del cual es posible comprender mejor la construcción del materialismo
histórico. El punto central del debate que Marx estableció con dicha perspectiva radica en
que, según él, el positivismo estudiaba lo empírico tal y como lo encontraba dado en un

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Para tener una serie de datos generales sobre la vida de Marx y el contexto sociohistórico en que desarrolló su
obra, recomendamos revisar la presentación de la Guía de Teóricos que está subida en el Campus.
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Valdría la pena relacionar esta preocupación de Marx con el contexto en el cual, según Nisbet, surge la
sociología (Unidad N°2). Específicamente con el desarrollo de la Revolución Industrial y la emergencia de
algunos de los temas sociológicamente relevantes que ella despertó en dicho contexto: nos referimos a la
situación de la clase trabajadora.
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Con el término empírico se hace referencia a aquellos elementos de la realidad que están ligados a la
experiencia material, concreta. Estos elementos son plenamente observables y, debido a ello, están sujetos a la
experimentación científica.
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momento del desarrollo histórico (ver pág. 104-105, cap. 8, Zeitlin). Si las ciencias sociales
estudiaran al hombre y las relaciones sociales de producción tal y como la encuentra dadas
en un momento del desarrollo histórico, podrían concluir que su estado actual es el que las
define. Y, como dijimos anteriormente, el hombre que Marx veía tenía negadas sus
potencialidades de desarrollo por las condiciones sociales de producción en las que se
encontraba inserto. Concluir que el hombre es eso (tal y como el capitalismo lo muestra)
sería un error. Lo mismo vale para las relaciones sociales de producción: ellas son el
producto de un desarrollo histórico y por lo tanto son modificables a partir de la acción del
hombre. En suma, Marx veía que el método de las ciencias naturales permitía abordar lo
empírico (y esto era un valor distintivo respecto a la filosofía idealista) pero lo afirmaba a
partir del estado en el que lo encontraba dado. De lo que se trataba, para Marx, era de
negarlo. Solo negando las relaciones sociales de producción capitalistas el hombre liberaría
sus verdaderas potencialidades de desarrollo humano.
Ahora bien, la pregunta que se impone es cuál es la herramienta teórica y metodológica que
le permite a Marx elaborar su propia perspectiva de análisis. Herramienta que le permita
enfocarse en lo material (lo empírico) sin definirlo a partir de su estado presente (es decir,
negándolo). Esa herramienta será la dialéctica (ver la pág. 104, cap 8, Zeitlin). A riesgo de
simplificar extremadamente el argumento -pero sabiendo que esto es apenas un esquema a
partir del cual orientar la lectura de los textos obligatorios de la unidad- podríamos decir que
la dialéctica es una herramienta que permite pensar la realidad a partir de sus
transformaciones, sus cambios. Herramienta que Marx retoma de la filosofía hegeliana,
aunque para darle un sentido inverso al que le había dado Hegel (ver pág. 108-111, cap. 9,
Zeitlin). Para Marx la historia tenía un desarrollo dialéctico: se desarrolla a partir de la
consecución de fases de estabilidad, inestabilidad y la posterior generación de una nueva
estabilidad (que a su vez será negada en una subsiguiente fase de inestabilidad). En su
propio desarrollo la historia resulta negada. Cada etapa del proceso histórico es la negación
de las etapas pasadas, lo cual no implica la absoluta supresión de dicha fase ya que algo
del pasado se conserva (superado, negado) en el presente. En suma, el materialismo
histórico -en tanto perspectiva a partir de la cual analizar los fenómenos sociales- debe
contar con una herramienta que le permita dar cuenta de los cambios sociales. Para así,
justamente, mostrar su carácter histórico.
Para finalizar creemos necesario señalar que, a diferencia de Durkheim y Weber, Marx no
escribió un texto dedicado íntegramente a explicar su perspectiva epistemológica o la
estrategia metodológica que debía seguirse para analizar empíricamente el objeto de
estudio de la sociología. Estos temas han sido reconstruidos por distintos autores a partir de
la extensa producción de Marx. Sin embargo cabría la pena resaltar que el estudio de los
fenómenos sociales tenía, para Marx, un único sentido: su transformación. Y por lo tanto su
perspectiva de análisis sobre los fenómenos sociales se encuentra guiada por la posibilidad

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de elaborar una filosofía de la praxis que transforme la realidad.

La guía de preguntas o pautas de lectura de los textos del TP serán brindadas por
cada docente en las clases virtuales sincrónicas de cada comisión de Trabajos
Prácticos.

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