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2.1 La Familia Cuna de Sentidos - L. Grandal
2.1 La Familia Cuna de Sentidos - L. Grandal
Palabras clave:
Introducción
¿QUÉ ES LA FAMILIA PARA EL PSICOANALISIS?
Mi aporte se tratará de ceñir a transmitirles algunos conceptos desarrollados
por psicoanalistas que trabajan con dispositivos familiares.Uno de esos conceptos
es el de “aparato psíquico familiar”, el cual según sus hipótesis funciona siempre
como “matriz de sentidos”.
Como segundo propósito abordaré que especificidad puede tomar esto en la
clínica con adolescentes.
Pienso y sugiero que para la formación de un analista, se dedique o no a
trabajar con niños y adolescentes o con dispositivos grupales o individuales, es
imprescindible conocer y abordar en profundidad:
a) la clínica y las teorizaciones sobre ¿qué es un niño para el
psicoanálisis?.
b) ¿qué es un adolescente para el psicoanálisis?. (Pues considero
que no se trata de una cuestión etarea, sino de detenerse en las
operaciones constructivas del aparato psíquico vinculadas a lo
originario puberal en su segundo tiempo.)
Ahora le agregaría a éste “imprescindible” para la formación de
un analista, mas allá de que nos adediquemos a trabajar con
dispositivo grupal o individual,
c) El conocimiento de las formulaciones sobre el “aparato
psíquico familiar” y sus “funciones”.
Ante todo quiero mencionar una frase de R. Kaés del año 1986 que nos
dice: “Lo que se transmite es lo que queda en suspenso en la transmisión
misma…”.
F. André-Fustier y F. Aubertel, quienes se dedican en la clínica a la
atención de grupos familiares, encabezan el artículo dónde desarrollan sus
hipótesis sobre éstos temas, con dicha frase.
Una nota del artículo hace notar que en francés, la expresión, en souffrance
se utiliza para significar “en espera” en suspenso. Souffrance también es utilizada
en el sentido de sufrimiento.
(1) Gran diccionario Salvat. Ed. S.A. Barcelona. 1992. Linaje: m. Etnol.
Conjunto de individuos que desciende de un antepasado común unidos entre sí por lazos
de parentesco. Toda persona posee un linaje patrilineal y matrilineal. / humano.
Conjunto de todos los descendientes de Adán.
Kaés considera eso suspendido, como exceso traumático, manteniendo a
cada sujeto de la familia en la imposibilidad de apropiarse subjetivamente, de
algo que está sostenido en lo grupal, fuera de su psique y que igual lo afecta. A
esto lo llama “lo ineluctable”. Sería: …un mensaje inconsciente transmitido sin
transformación de generación en generación; la descendencia e incluso algunos
descendientes pueden llegar a ser sus depositarios obligados, agentes sin
saberlo de un destino implacable. (1´) El sufrimiento familiar, según este autor
sería manifestación de un fracaso de la metabolización, del proceso de
simbolización transmitido generacionalmente, con un exceso de angustias de
derrumbe. La defensa mas habitual es la de una prohibición de pensar, siendo
éste, el trabajo de pensamiento, correlativo al reconocimiento de la pérdida y al
trabajo de duelo.
Retomando el planteo anterior, (insisto en que trabajemos o no con
dispositivos grupales en terapia familiar) , leer el trabajo de estos autores me ha
puesto en cuestión muchas categorías, presupuestos y lógicas de pensamiento que
habitan y estructuran mi hacer y mi pensar como psicoanalista.
Me dedico a trabajar con niños y adolescentes. Permanentemente me
encuentro en situación de entrevistas con padres, con los padres y el hijo o hija en
cuestión, otras veces con otros familiares o personas a cargo sin mencionar otros
actores como docentes u otros profesionales que intervienen en la crianza y la
educación que suelen llegar a tener gran protagonismo, impregnando nuestro
dispositivo supuestamente “individual” de una curiosa situación de colectivo
grupal, familiar, social, con el cual operamos todo el tiempo, generamos
transferencias pero no pensamos demasiado específicamente como opera esto en
la cura o como podrían mejorar nuestras intervenciones si no quedaran totalmente
en ese campo, del lado de la improvisación y la intuición.
Ellos plantean que:
Estos autores citan al maestro José Bleger, quién en los años 70 hablaba de
formaciones no integradas al psiquismo individual que son depositadas en todo
vínculo y vueltas a poner en juego en todo grupo, las que provendrían de restos
de vínculos simbióticos primitivos no elaborados, no solo con la madre sino con
la familia, el entorno social y cultural. Estas formaciones eran planteadas por
Bleger como parte de la subjetividad de todo sujeto, teniendo que permanecer
mudas, clivadas, para que puedan garantizar una cierta estabilidad del Yo. Estas
formaciones psíquicas no integradas serían grupales y simultáneamente soporte
de la subjetividad, de un espacio y vida intrapsíquica.
Esa articulación que marca Ruffiot, creo, opera como punto de oscilación
de dos ilusiones constitutivas de la condición de sujeto: -… la ilusión individual
que sostiene la fantasía de una autoproducción de sí, y de una autarquía de la
vida psíquica.(5) y
-… la ilusión grupal, en las que se sostienen mutuamente sus sujetos
imaginándose coincidir en un espacio perfectamente complementario y en una
causalidad de engendramiento recíproco. (5´)
( 3) Ibid. pág. 125.
(12) Kaés. R. El grupo y el sujeto del grupo. Elementos para una teoría
psicoanalítica del grupo. Amorrortu editores. Buenos Aires. 1995.
( 4) Ibid. pág. 125.
( 5) Ibid. pág.131.
( 5´) Ibid. Pág. 128. (Planteo desarrollado más ampliamente en: Missenard. A y
otros. Lo negativo. Figuras y modalidades. Amorrortu Editores. Bs. As. 1991.
Kaës R. “El pacto denegativo en los conjuntos trans-subjetivos”. Pag. 130 a 169)
Ilusiones encadenadas la una a la otra; sujeción fundamental que este
aparato psíquico familiar tiene como función posibilitar, en un incómodo e
imperfecto equilibrio, dónde el malestar del lazo social no puede estar ausente, en
cualquiera de sus versiones posibles. Antes de avanzar referiré un material
clínico:
Este trabajo está escrito hace más de 13 años. Me fue relatado por la
analista que tenía en tratamiento a la madre del jovencito que murió. Esta analista
abandonó la profesión. Nunca pudo sobreponerse. Se sintió responsable y lo
adjudicó a su falta de herramientas y a una visión del análisis que no contemplaba
ni lo intersubjetivo ni lo transgeneracional. Después descubrió que en el curso del
análisis estaba cursando en ella un Ca. de mama.
Sobre el síntoma.
.
BIBLIOGRAFIA.