Está en la página 1de 9

Universidad Nacional de La Plata Marcela Ginestet. Ficha de Cátedra.

2018 (Revisión 2021)


Facultad de Humanidades y Historia de la Educación General
Ciencias de la Educación (PUEF/Materias optativas otros profesorados)

Ciudad medieval, centro de intercambios y de producción (manufacturas y saberes)

Desde fines del Imperio Romano y durante la llamada Alta Edad


Media las ciudades perdieron su vitalidad cultural, aunque algunas Ver ficha de cátedra
de ellas se mantuvieron como sedes episcopales y centros “Formación de la sociedad
administrativos, aisladas entre sí. La ruralización de la sociedad cristiano feudal”
desplazó el centro cultural de las ciudades a los monasterios, a los (Ginestet, 2018).
palacios itinerantes de los reyes (sobre todo con Carlomagno) y a
las grandes cortes señoriales.

A partir de los siglos XI y XII se dan una serie de profundas transformaciones en el occidente cristiano,
una aceleración en el ritmo agrícola y un aumento del excedente que dio impulso a nuevas
relaciones e intercambios comerciales y a un notable auge urbano.

Según Le Goff la gran expansión del


sector rural que desde fines del siglo
X y el siglo XI amplió el área
cultivada, diversificó los cultivos
alimenticios (cereales y leguminosas)
y aumentó la productividad de la
tierra con el arado asimétrico (con
ruedas y vertedera) y la rotación
trienal de los cultivos, contribuyó al
ritmo del crecimiento: explosión
demográfica, auge comercial,
revitalización urbana y, con ella, el
desarrollo artesanal, la división del
trabajo y la diversificación de los
grupos sociales (Le Goff, 1974, 1956-
1986) (Anderson, 1985).

Junto con estos notables progresos,


cuya evolución no fue simultánea y
tuvo una gran diversidad según la
región de la cristiandad europea, se
destacan los avances técnicos para la
producción agraria, en especial el
molino hidráulico, utilizado como
molino harinero y en la producción
de manufacturas en el ámbito
urbano (Le Goff, 1974) (Anderson, 1985).

Por lo tanto, el desarrollo agrícola y el excedente que generó, abrió las puertas a la renovación
comercial y al desarrollo tecnológico (motorizado por los saberes prácticos orientados a fines
concretos). Ya sea por rutas terrestres en caravanas, por vías fluviales o marítimas, renovando
1
Universidad Nacional de La Plata Marcela Ginestet. Ficha de Cátedra. 2018 (Revisión 2021)
Facultad de Humanidades y Historia de la Educación General
Ciencias de la Educación (PUEF/Materias optativas otros profesorados)

antiguos centros comerciales o desplazando e impulsando nuevos, la actividad comercial en este


período se destaca fundamentalmente por los productos de lujo provenientes de Oriente y los que el
mundo europeo ahora puede ofrecer: paños de lana de altísima calidad y productos de primera
necesidad como sal, cereales, hierro y más adelante, vino. Además, en este mercado permanente de
productos, se regulaba una gran variedad de operaciones de cambio (por la diversidad de monedas) y
comienzan las primeras transacciones de crédito.

La vitalidad del ritmo económico estimuló la fundación de nuevas ciudades y propició el renacimiento
de muchas ya existentes, al compás del comercio se multiplican las ciudades y aglomeraciones
(Pirenne, 1925-1970). Desconocemos los detalles del poblamiento de las primeras ciudades, pero no
olvidemos que “el auge de estos enclaves urbanos no puede separarse de la levadura agrícola que
los rodea” (Anderson, 1985). Pobladas en un principio por escasos artesanos y comerciantes, éstos
aumentan considerablemente impulsados por la expansión económica y comercial y el empuje de la
construcción se vuelve “irresistible”.

La estrecha aglomeración en las


ciudades medievales, en las que
torres, iglesias, palacios aparecen
“oprimidos” por las viviendas de
varios pisos y las callejuelas, está
más acentuada en las pinturas (Le
Goff, 1974).

La catedral domina y vela sobre la


ciudad. Domina sobre los pecados y
también es orgullo y protección de
ricos burgueses (Duby, 2007)

Fuera y dentro de las murallas hay


jardines, huertos y viñedos. Pero en
muchas ciudades hay hacinamiento,
basura, malos olores y excrementos
en las callejuelas sin orden (Sennett,
1994).

La muralla “acoge los tesoros de la


ciudad, lugar de acumulación de
riquezas, depósito, la puerta (…) es
un punto de conjunción de dos
mundos, la ciudad y el campo”.
Aunque ciudad y campo eran dos
mundos muy diferentes, ambos
conformaban un “todo único” (Le
Goff, 1974). Fleurs, ciudad medieval fortificada. Guillaume Revel, L’Armorial d’ Auvergne,Boubonois, Forez. BNF, Paris.

Si bien las murallas de las ciudades acogen una pequeña parte de la población global medieval,
mayoritariamente campesina, es en las ciudades, libres de la servidumbre feudal, donde comienzan a
desarrollarse innovaciones escolares (Petitat, 1982). Porque las ciudades, cada una en diferente grado,

2
Universidad Nacional de La Plata Marcela Ginestet. Ficha de Cátedra. 2018 (Revisión 2021)
Facultad de Humanidades y Historia de la Educación General
Ciencias de la Educación (PUEF/Materias optativas otros profesorados)

conquistaron o compraron franquicias o libertades ya sea a los señores, a los obispos o a los reyes y,
liberadas de los lazos feudales, lograron su autonomía administrativa y judicial.

Se desarrollan entonces como un nuevo conjunto de relaciones y grupos sociales, según Pirenne
“forman un cuerpo, una universitas (…) una [comunidad]…” con una marcada organización
corporativa. Coinciden los historiadores en señalar la diferencia de las ciudades medievales (germen de
la cultura occidental) con las ciudades de los antiguos imperios, de Asia o las del Imperio romano,
debido a la autonomía corporativa y política (Pirenne, Anderson, Petitat, Le Goff). Un patriciado urbano,
compuesto en su mayor parte por un grupo restringido de mercaderes y artesanos enriquecidos y en
algunas ciudades del norte de Italia también por miembros de la nobleza, ejerce el poder municipal
junto con las principales corporaciones de grandes mercaderes y artesanos y, más adelante, las grandes
fortunas de la banca. Así, “el modelo de gobierno municipal variaba de acuerdo con el peso relativo de
la actividad ‘manufacturera’ o ‘mercantil’ de las respectivas ciudades” (Anderson, 1985), pero se
evidencia la unión de los intereses económicos comerciales y los poderes políticos. En todas partes a
partir del siglo XII y XIII el poder municipal estaba en manos de un grupo muy restringido de familias.

El mundo de los oficios en las ciudades no es homogéneo, se subdivide en artes menores y artes
mayores y, es a éstas últimas (las artes mayores) que se asocia el poder político municipal. Había oficios
considerados despreciables aunque necesarios como el carnicero, el barbero, por el contacto con la
sangre. En el interior de cada comunidad de oficios podemos distinguir los maestros, la más alta
jerarquía; oficiales y un gran número de aprendices. Por debajo de todos ellos y sin gozar de beneficios y
en lo más bajo de la escala social, se encuentra un número importante de jornaleros.

Ver Ficha de Cátedra:


La práctica del oficio, ya sea el comercio o la producción de manufacturas y la
Meschiany, Talia y Sorá,
Carlos (2018) “Talleres
defensa de los intereses económicos, impulsó formas asociativas profesionales
artesanales en la sociedad que reglamentaban su organización: los gremios y/o corporaciones. Entre la gran
feudal” cantidad de funciones que ejercían, se destaca el “espíritu corporativo” de
defensa ante la competencia, limitando las compras de materia prima (y con ello
limitando la producción de manufacturas de cada taller artesanal), el número de
aprendices y oficiales y jornaleros que podía tener cada taller artesanal. Al
mismo tiempo el gremio controlaba la calidad y el precio de los productos.
Debemos tener en cuenta que los gremios y/o corporaciones estaban
dominados por los miembros más poderosos del oficio, quienes, para defender
sus privilegios económicos y políticos (participación en el poder municipal), con
el tiempo hicieron de los oficios una práctica hereditaria.

Ver Ginestet, Marcela (2016) “Historia de


la Educación General. Representaciones y
diálogos con y entre imágenes”, Ginestet,
M. (coord), Meschiany, T. (comp) Historia
de la Educación. Culturas escolares,
saberes, disciplinamiento de los cuerpos.
La Plata, Edulp.
3
Universidad Nacional de La Plata Marcela Ginestet. Ficha de Cátedra. 2018 (Revisión 2021)
Facultad de Humanidades y Historia de la Educación General
Ciencias de la Educación (PUEF/Materias optativas otros profesorados)

Saberes en tiempos y espacios urbanos

Desde el siglo XII la ciudad no sólo fue centro de consumo y de intercambios, la mayoría de ellas se
convirtieron en centro de producción de manufacturas y producción de bienes culturales y centro de
difusión, o, como tan bien lo expresó Le Goff en su libro Los intelectuales en la Edad Media,

“Las ciudades son las plataformas giratorias de la circulación de los hombres, cargados
de ideas así como de mercaderías, son los lugares de intercambio, los mercados y los
puntos de reunión del comercio intelectual. En el siglo XII (…) los productos raros, los
objetos de precio llegan del Oriente, de Bizancio, de Damasco, de Bagdad, de
Córdoba; junto con las especias, la seda, llegan los manuscritos que aportan al
Occidente cristiano la cultura grecoárabe. (…) Dos zonas principales de contacto que
reciben manuscritos orientales son Italia y más aún España. (…) A través de sus obras
los árabes transmiten a los cristianos las palabras cifra, cero, álgebra, al mismo tiempo
que suministran el vocabulario comercial: aduana, bazar, gabela, cheque…”

La libertad de movimiento, de producción y de disponer de sus bienes de los habitantes de las


ciudades (éstos eran los burgueses), otorgó las condiciones para la producción de saberes y de “saber
hacer” corporativos autónomos de los poderes feudales.

Consideramos la ciudad medieval como un centro de comercialización y como centro de


producción: producción de manufacturas y producción de saberes (saberes prácticos,
marginales y saberes eruditos, hegemónicos).

Los saberes prácticos, el de los artesanos, constructores, etc. (las llamadas por Aristóteles
“artes mecánicas”), “se transmiten a través del aprendizaje, de patrón a obrero, de maestro
a discípulo, de acuerdo con procedimientos empíricos y orales (…) en la práctica concreta”,
en el estar haciendo (Verger, 2001), en la copia. El “aprendizaje” corporativo, basado en un
contrato entre el maestro y tutor (Sennett, 2009) y resultaba difícil escapar de las condiciones
de trabajo impuestas por el maestro (Petitat, 1982).

Escuelas del ábaco, o escuelas municipales, se desarrollaron en las ciudades destinadas a los
hijos de los comerciantes; en las que se enseñaban determinados saberes con una
funcionalidad concreta, la práctica del oficio.

Los otros saberes, saberes eruditos, considerados saberes hegemónicos, se validaban en la


“autoridad” de los antiguos, en la “autoridad” de los libros de los antiguos tanto cristianos
como la filosofía anterior al cristianismo, en general en latín (Verger, 2001).

Los saberes prácticos

Según el historiador Carlo Cipolla, el estímulo a la enseñanza tuvo su momento decisivo entre los
siglos XI y XII con el crecimiento de las ciudades y el desarrollo de una sociedad de comerciantes y

4
Universidad Nacional de La Plata Marcela Ginestet. Ficha de Cátedra. 2018 (Revisión 2021)
Facultad de Humanidades y Historia de la Educación General
Ciencias de la Educación (PUEF/Materias optativas otros profesorados)

artesanos y el nacimiento de una compleja división del trabajo. Hasta ese momento, en la alta Edad
Media europea el modo tradicional de aprender “el arte de escribir” era en las abadías, pero el
impulso comercial de las ciudades llevó a que a mediados del siglo XII se abrieran las primeras
escuelas públicas en Gante y en Ypres1 (aunque en permanente conflicto con la Iglesia que tenía el
monopolio de la enseñanza). No se requería la enseñanza tradicional de la Iglesia en latín, sino que
los hijos de los burgueses supiesen “tener el registro de los negocios y de los débitos” (Cipolla, 1983).
La educación que se otorgaba en estas escuelas era sobre todo una cultura práctica, basada en la
escritura en lengua vulgar o vernácula y la aritmética, con un fin concreto, práctico.

La escritura está muy unida a las necesidades a las que responde. La utilización de la
letra cursiva responde al “movimiento económico, social e intelectual” de los siglos XII y
XIII y a las necesidades comerciales. “La regla de oro del mercader” es: “escribirlo todo,
escribirlo enseguida y bien”, “antes que se haya ido de la mente”.

Jacques Le Goff (1986) Mercaderes y banqueros. Buenos Aires, Eudeba.

Las lenguas vulgares desplazaron en el ámbito mercantil al latín (que continuó siendo la lengua de la
cultura erudita): el italiano, el alemán en las ciudades hanseáticas, para comunicarse entre los
mercaderes, las actas comerciales y los libros de cuentas.

Antes del renacimiento urbano europeo las escuelas y la enseñanza de la escritura estaban limitadas
casi por completo a la esfera religiosa. A partir del auge urbano se inicia una “secularización” de la
escritura (Petitat, 1982).

Fue en el Norte de Italia, donde la antigua educación laica logró sobrevivir, donde las escuelas
municipales recuperaron su lugar. Según algunas fuentes a principios del siglo XIV “en Florencia
había entre 8.000 y 10.000 niños y niñas (aproximadamente el 25% de la población total)
aprendiendo a leer y escribir en lengua vulgar y unos 1.000 a 1.200 niños que aprenden el ábaco y la
aritmética en seis escuelas. Sin embargo, no todas las ciudades del norte de Italia tenían el nivel de
Florencia en la que por un documento de 1313 era común que un artesano supiese “escribir, leer y
hacer cuentas”, en cambio en Venecia, a mediados del siglo XV su población era masivamente
analfabeta (Cipolla, 1983). Si bien estos números parecen importantes, Petitat nos advierte que
antes de entrar a la escuela se realizaba una selección social, de modo que la casi totalidad de los
alumnos pertenecían a familias dedicadas al comercio a mediana y gran escala.

“La enseñanza del cálculo comienza con el empleo de instrumentos prácticos que sirven al
escolar, luego al financista y al comerciante para calcular. Son el ábaco y el tablero. (…) A
partir del siglo XIII se multiplican los manuales de aritmética elemental”, algunos de gran
importancia para la contabilidad y la matemática.

Fueron los árabes quienes difundieron al mundo cristiano las matemáticas y el empleo de
las cifras árabes, (de origen hindú), que, junto con la introducción del cero, fueron las
grandes innovaciones tanto para el comercio como para el cálculo en general y la
geometría. Jacques Le Goff (1986) Mercaderes y banqueros. Buenos Aires, Eudeba.

1
. Centros de producción textil de alta calidad y de comercialización en el noroeste de Europa.
5
Universidad Nacional de La Plata Marcela Ginestet. Ficha de Cátedra. 2018 (Revisión 2021)
Facultad de Humanidades y Historia de la Educación General
Ciencias de la Educación (PUEF/Materias optativas otros profesorados)

Estas escuelas destinadas casi fundamentalmente a los hijos de los comerciantes en su mayoría se
encontraban en la Toscana (Italia) y Flandes. Junto con los “manuales de comercio”, los pequeños
tratados de contabilidad, ejercicios de cálculo y escritura testimonian el impulso que la creación de
barreras aduaneras, el control de los oficios, las ferias y el desarrollo internacional de los bancos
italianos (Verger, 2001), dieron a otros saberes destinados a una práctica comercial y administrativa.

La difusión de saberes prácticos, el auge del comercio y producción


urbana, estimularon el progreso técnico: molino de agua, de viento, las
técnicas de extracción mineral.

La división del trabajo y la necesidad de regular el trabajo manufacturero


en horas ciertas y precisas, favorecieron la invención de los relojes
mecánicos a fines del siglo XIII. Para el siglo XIV la construcción de relojes
mecánicos, pertenecientes a las comunas, se expandió en las grandes
ciudades dando origen a la laicización del tiempo.

La enseñanza no estaba organizada en una división en grados; el alumno frecuentaba estas escuelas
durante un tiempo y de acuerdo a sus necesidades. Se aprendía a resolver los problemas concretos
que planteaban fundamentalmente la práctica del comercio y, en menor medida, el “aprendizaje”
artesanal. Este inicio de escolarización transmitía fundamentalmente un saber para las actividades
comerciales, los saberes específicos de la producción de manufacturas (ya sea fabricación de vidrio,
productos de hierro, cuero, tintoreros, etc) se realizaban en el taller artesanal, de maestro a
aprendiz.

Ese aprendizaje corporativo artesanal tenía un carácter patriarcal: a través de un contrato (primero
oral y con el tiempo escrito) entre el maestro y el padre o tutor del aprendiz, se establece el precio y
la duración del aprendizaje, los deberes. (Ver Ficha de Cátedra: Meschiany, Talia y Sorá, Carlos
(2018) “Talleres artesanales en la sociedad feudal”). Si bien el contrato en principio era transitorio,
en la práctica se “eternizaba”, ya sea por no contar con el dinero suficiente para instalarse en su
propio taller o debido a “la mala voluntad” de maestros y jurados en otorgar la maestría a los
candidatos que no eran hijos de maestros (Petitat, 1982). De todo ello resultó una relación
conflictiva en los oficios entre maestros y aprendices y jornaleros y el establecimiento de artesanos y
pequeños talleres independientes.

Los saberes eruditos

“El siglo XIII es el siglo de las universidades, porque es el siglo de


las corporaciones. En toda ciudad en que exista un oficio
que agrupe un número importante de miembros, éstos
se organizan para la defensa de sus intereses, con la
instauración de un monopolio en su provecho. (…)”
Jacques Le Goff, Los intelectuales de la Edad Media.

6
Universidad Nacional de La Plata Marcela Ginestet. Ficha de Cátedra. 2018 (Revisión 2021)
Facultad de Humanidades y Historia de la Educación General
Ciencias de la Educación (PUEF/Materias optativas otros profesorados)

Como dijimos más arriba, a partir del siglo XII hubo un desplazamiento de los centros de difusión de
saberes y conocimientos de los monasterios a las ciudades. Ya vimos los saberes prácticos que en
algunas ciudades comienzan a otorgarse para la formación del mercader. Sin embargo, como vimos
también más arriba, la enseñanza en la Alta Edad Media (hasta el renacer urbano) era una enseñanza
fundamentalmente eclesiástica que se otorgaba en las abadías o monasterios y en las escuelas
catedralicias urbanas para la formación del clero (y sobre todo el alto clero). Transmitida en latín (la
lengua de la Iglesia: de las sagradas Escrituras, del culto, de los sacramentos) comprendía un corpus
general basado en las siete artes liberales (para el siglo XI y XII superado y reducido a gramática y
lógica o dialéctica) y la “ciencia sagrada” (la Biblia y las interpretaciones de la verdad divina revelada
y propagada en los escritos de los llamados “Padres de la Iglesia”.

La autoridad medieval se sostenía a partir de las siete artes


liberales, en contraposición a las “artes mecánicas”,
consideradas marginales. Esta división de origen griego,
desacreditaba las habilidades y saberes técnicos que implicaban
“un trabajo manual y contacto inmediato y degradante, incluso
servil, con la materia”, como también “las disciplinas que
tuvieran como finalidad satisfacer las ambiciones puramente
mundanas y el gusto (…) por el lucro” (Verger, 2001).

Las siete artes liberales se organizaban en el trívium: gramática,


retórica, dialéctica y el quadrivium: aritmética, música,
geometría, astronomía.

Enseñanza de la geometría. Iluminación, 1309-1316, Paris, Francia


Autor desconocido. British Library. Los intelectuales medievales
buscaban entender los principios geométricos y armónicos con los
que Dios habría creado el Universo.

A partir del siglo XII, con la expansión agrícola y el auge urbano, se produjo un renacimiento de las
escuelas episcopales como centros de formación del alto clero. Algunas escuelas ya existentes
comienzan a ser reconocidas y a recibir un gran número de estudiantes por el prestigio de sus
maestros, quienes se destacaban en alguna de las artes liberales, ya sea gramática (gramática latina),
lógica o dialéctica.

Este renacimiento del siglo XII (fruto de los intercambios comerciales y la circulación intelectual) fue
estimulado por la herencia greco-árabe, transmitida a la cristiandad por los musulmanes y
principalmente a través de España, gracias a los traductores. En su gran mayoría judíos, serán los
“pasantes” del legado científico del árabe al latín y, sobre todo, de “un espíritu” científico, de un
método opuesto a la autoridad dogmática de los antiguos, basado en la observación y la experiencia.
7
Universidad Nacional de La Plata Marcela Ginestet. Ficha de Cátedra. 2018 (Revisión 2021)
Facultad de Humanidades y Historia de la Educación General
Ciencias de la Educación (PUEF/Materias optativas otros profesorados)

Es en las escuelas urbanas, de las que Abelardo (un maestro de la dialéctica) será uno de los
representantes más brillantes, donde comienza a construirse la (auto)conciencia de un nuevo oficio
profesional y nuevos artesanos: el oficio escolar scolares y magistri de donde van a nacer las
universidades y los universitarios (Le Goff, 1983). De todos modos, no es el único origen. Y es en el
medio urbano que se construyen como profesionales diferenciados de los claustros de los
monasterios.

La ebullición intelectual, de maestros y estudiantes, la necesidad de independizarse del poder de las


escuelas catedralicias (quienes otorgaban la “licentia docendi” –permiso de enseñar- a los maestros)
generaron la emergencia de las Universidades o de las corporaciones universitarias, en tanto
“creaciones históricas originales” (no se inspiraron en modelos precedentes). Organizándose como
corporaciones de enseñanza (ya sea de maestros o de estudiantes como Bologna) lograron afirmar
su fuerza y obtener su autonomía de los poderes religiosos y civiles, al mismo tiempo, y en tanto es
una institución diferente, adquieren el monopolio de la enseñanza.

[Las Universidades medievales] “se convirtieron en centros privilegiados de un saber


que se va configurando como digno de reconocimiento social (…), un saber con sus
propias leyes, que son fijadas con todo detalle. (…) este mercado único de la docencia
transformó las universidades medievales en centros de estudio de carácter
internacional, en cuyo interior los hombres y las ideas podían circular rápidamente. El
llamado método escolástico dejará huellas imborrables en la cultura europea, y es
indudable que para entender a muchos filósofos modernos, empezando por
Descartes, hay que remontarse a los textos de aquellos autores a los que ellos
combatían ardorosamente.”
Paolo Rossi (1998) El nacimiento de la ciencia moderna en Europa.
Barcelona, Crítica.

Paolo Rossi se refiere a las universidades como “mercado único”, es decir, a la configuración de una
identidad propia a partir de un universalismo cristiano y cultural, basado en estudios compartidos y
en el latín como lengua de reconocimiento social (Verger, 2001).

Como corporaciones universitarias adquirieron privilegios (no sin grandes luchas) que las
distinguieron de las corporaciones artesanales: de jurisdicción (no se regían y sus miembros
tampoco, por los tribunales correspondientes), de excepción (de impuestos), derecho de huelga y
secesión, de autonomía: contratar maestros, dictar su propio estatuto, libertad de enseñanza,
organización y duración de los estudios (Verger, 2001) y el monopolio de la concesión de los grados
universitarios (surge así una nueva figura, la del graduado), el otorgamiento de la “licentia docendi”.
Al mismo tiempo que surge un nuevo sujeto de transmisión, con las universidades se constituye un
sujeto de aprendizaje con derechos.

8
Universidad Nacional de La Plata Marcela Ginestet. Ficha de Cátedra. 2018 (Revisión 2021)
Facultad de Humanidades y Historia de la Educación General
Ciencias de la Educación (PUEF/Materias optativas otros profesorados)

A mediados del siglo XIII el papado les otorgó protección y validez universal, como studium generale,
pero hacia fines de la Edad Media muchas universidades, ante la necesidad de formar las elites
religiosas y administrativas, comienzan a quedar bajo la tutela del rey, de sus parlamentos y algunos
de sus profesores recibían su paga de las autoridades reales o principescas.

Marcela Ginestet
Historia de la Educación General (PUEF/Materias Optativas)

Bibliografía de referencia

Anderson, Perry (1985) Transición de la Antigüedad al feudalismo. México, Siglo XXI.

Cipolla, Carlo (1983) Educación y desarrollo en occidente. Barcelona, Editorial Ariel.

Le Goff, Jacques (1956-1986) Mercaderes y banqueros. Buenos Aires, Eudeba.

Le Goff, Jacques (1957-1965) Los intelectuales en la Edad Media. Buenos Aires, Eudeba.

Le Goff, Jacques (1974) La baja Edad Media. Madrid, Siglo XXI editores.

Le Goff, Jacques (1974) “La ciudad como agente de civilización; C. 1200-C. 1500”, en Cipolla, Carlo
(coord.) Historia económica de Europa. Vol. I La Edad Media. Barcelona, Editorial Ariel.

Le Goff, Jacques (1983) Tiempo, trabajo y cultura en el Occidente medieval. Madrid, Taurus.

Le Goff, Jacques (1999) La civilización del occidente medieval. Barcelona, Paidós.

Petitat, André (1982) Production de l’ école – Production de la société. Genève, Librairie Droz S.A.

Pirenne, Henri (1925-1970) Las ciudades medievales. Buenos Aires, Ediciones Nueva Visión.

Riché, Pierre, Verger, Jacques (2013) Maîtres et élèves au Moyen Âge. Paris, Hachette Pluriel.

Sennett, Richard (1994) Carne y piedra. El cuerpo y la ciudad en la civilización occidental. Madrid,
Alianza editorial.

Verger, Jacques (2001) “Gentes del saber (en la Europa de finales de la Edad Media)”. Madrid,
Editorial Complutense.

También podría gustarte