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Materiales / Ciencias Sociales

Philippe Corcuff

Las nuevas socioLogias


Construcciones de la realidad social

,
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Versión de Belén Urrutia

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El libro universitario
,, Alianza Editorial

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I
BiBLI OTECA MC;ONAL
T itulo c rrgmal : Índice
Les fl ollvelfes so cio tog tes , La realite sociate en co ns truc tíon pu blica d o po r
Editions NATHAN. París

Introd ucción 9

\ . Algunas oposiciones clásicas de las ciencias soci ale s . . _.. .. . _ 11


1. La he rencia de la fil osofia _._ _..•. .. 12
Resen- ad<» ~ ~ derec hos . El coraenido de: esta ob~ ~I.i prol egl<io por la Ley. que esta- 1.1 Idea lismo y materi alismo __..•. . . 12
1.2 Sujet o y objeto .. _. .•.. .. ... _ . 13
blec e pen a s de pll sión y 10 multa s. adefn.U de las cOfTespo nd ienles inde mnizac iones po r da ños
y pc!Juiclos. papl q uienes repr odu jeren. plagiaren. drsrnbuyeren o comunicare n pubhcamenle.
, 2. El princip io de la soc iolog ía: lo cole ctivo y lo individu al . 15
en lodo o e n parte . una obra luere na , art ística o cie ntífica. o su rrans fonnació n. mterprc tac ióu
o ejecución artisnc a fij ada en cualquier npc de: sopo rte: o comunic ada a trav és de: cualq uier
medio. sin la prece puv a auton zac tón. ¡ 2. 1 La valoriza ción de lo colectivo en Ém lle Dur kheim .
17 2.2 El ind ividua lismo me todológico
3. Hacia una prob lemática ccnstructivista
- .
.
16
17
19

2. Es tructuras soc iales en las interacc iones _ . 23


1. Un pionero muy actual: No rbert Elias . 23
I.l Las cien cias sociales: entre el compromiso y el distan -
ciamien to _ 24
1:1 1995 by Eduic ns NAT HA.~ . Par15 1.2 Superar la oposición entre ind ividuos y sociedad . 24
e De la tra d ucc ión: Belén Urru na 1.3 Formas d e in terdependencia. márgenes de libe rtad y
e Ed. cast.: Alianza Edito rial. S_A,. Madrid, 1998 estructuras de la personalida d : . 26
Calle Juan Ignacio Lucadc Tena. 15; 28027 Madrid; tel éf 91 393 88 88 1A Interdependencia o interacción _ . 29
ISBN: 84-206-5729-8 1.5 La historicidad y las trampas evo luc ionistas . 29
Depósi to legal: M, 35.934';1998 2. El constru ctivisrnc esrrucruralis ta de Pie rre Bourdieu . 30
Impreso en Femández Ciudad, S. L. Catalina S~¿, 19. 2800 7 Madrid 2. 1 Un consrructivismc estructu ral ista _ 31
Pnnted in Spain 2.2 Dos noc iones clave : hab ítus y ca mpo __ . 32

5
l a s n ue va s sociot o gi a s Índic e
2.3 La di mensión sim bó lica del orde n so cial . 35 1.1 La clase como formaci ón hist órico-socia l 72
2.4 Una soc io logía de la acció n: la lógica de la prác tica 36 1.2 Desa rro llos y debates . 74
2.5 Una sociología reflex iva . 38 2. Luc Boltan s ki y la obje tivación de los gru pos 75
2.6 El peso de term ina nte de las es tructu ras objetivas . 39 2.1 De la cri tica de l sustanc ialismo a la historia de un grupo
3. Desarroll os críticos del constructivismo cs tructura lista 40 social: el caso de los cuadros e n Fran cia . 76
3. 1 Estructuras de dominación y prá ticas populares: las cues- 2.2 Denu ncias y co nstruc ción de gru po s . 78
tio nes de Cl aude Gri gnon y Jean-C laude Passe ron .0 3. La categorizaci ón social . 79
3.2 La plas tic ida d de las es tructu ras: la soc io logia de las 3. 1 La actualidad de la herencia durkheimíana: Mary Douglas 79
crisis política s de M ichel Dobry . .3 3.2 Al ain Desrosieres. Laure nt T h éven ot y las categorí as
4. La teoría de la estructuración de Anthony Giddens . 45 socíopro fesionales . 81
4 . 1 La dua lidad estructura l .. 45 4 . Nuevos tra baj os sobre los grupos y las categorías .. 82
4.2 La co m pe te nc ia de los actores : conc ie ncia prác ti ca 4 . 1 Ale ssa ndro Pizzomo y la c uestión de las identidades 82
y conciencia discursiva .. .6 4 .2 El en foque ge n ético .. 83
4 .3 Las consec ue ncias no inte ncionales de la acc ión 47
4.4 C ritica del evo lucionismo . 48 5. Individuos plur ales . 85
4 .5 Sis tema, integració n soci al e integración sistémica o lo
micro rea bsorbido po r lo macro .. l. Erving Goffman y la organización de la exp erienc ia 86
49
2. La socio log ía de la experiencia de Francois Du bet .. 89
3. Inte racciones en las estru ctu ras soc ia les .. 51 3. 10n Elste r y las problemáticas del yo múltiple . 91
l . La construcción social de la realida d de Pe tcr Be rger y Tho- 4 . La noci ón de repertorio . 92
mas Lucktna nn . 52 1 5. La di ve rsi dad de regímenes de ac ci ón e n Luc Bo ltans ki y
Laure nt Th évenot . 94
1. 1 Un constructivismo feno meno lógico: la apo rtación de ~
Alfre d Sc hütz . 52 5.1 La justif ica ción púb lica . 94
1.2 La sociedad corno realidad objetiva y subjetiva 54 5.2 O tro s regíme nes de acci ón accesi bles a un mi sm o in dio
2. La soc iología cogn itiva de Aaron V. Cicou rel 57 vid uo . 98
2.1 El punto de part ida etno metodo lógico . 57
2.2 La sociología cogn itiva .. Co nc lusión . 10 1
59
2.3 Nuevos pue ntes e ntre lo miero y lo macrosocial .. 60 Notas . 105
3. La sociología de la cie nc ia y la técnica de Mi c hel Ca llon y Bib liografía . 115
Bruno Lato ur . 62
3. J El programa fue rte en la soc iología de la cie ncia . 62
3.2 La construcci ón social de los hech os científ icos .. 63
3.3 Traducción. desplaz a mientos y redes .. 64
3.4 Interrogantes . 66
4 . 10n Elster, los límites de la racionalidad individualis ta y el
ce me nto de la socieda d . 68

4 . Co nstrucción de gru po s y ca tegorización social .. 71

--
6
1. Una ob ra de referen cia : La f ormación de la clase ob rera en
Inglaterra, de Edwar d P. Thompso n .. 72

¡
Introducción

¡
1 ¿Cuá les son los co nceptos que ha n ocupado a la socio logí a duran-
te los años ochenta y principios de los noventa?
1
,.,'
~
¿Qué d irecciones han tomado los sociólogos y có mo han uti-
liz ado las a po rtaciones de otro s autores'? Part e de la reali dad
podria j ustificar una eva luación pesimista : mul tiplicidad de para-
!, digmas y referencias teóricas, rivalidad en tre esc uelas, hiper esp e-
, cial izac i ón de las subdisci p linas , re lativa ausencia de de bates, etc .
A veces podríamos preg untarnos si rea lmente es tamos an te una
discip lina científ ica o ante la me ra yux ta posición de orientacio-
nes y trabajo s extremadame nte dispare s. Pero este no es más que
un aspecto de la realidad el que induce una cierta iner cia del tra-
baj o y de l debat e científicos , que no es el más interesan te par a el
futu ro. Al mi smo tiem po se han manifestado co nvergencias in édi-
tas , aunque no siempre claramente percibida s, entre investigacio-
nes que tien en puntos de partida y recursos co nceptuales muy dife-
rentes. Así, los soc ió logos más imaginativos inten tan por diversos
medios superar las antinomias clásicas (como material/ ideal, obj e-
tivo /subjetivo , co lectivo/ind iv idual o macro/mi cro), que s i bien

--
son p arte in tegrante de la socio logía, en la actualidad tienen un
papel poco product ivo. Contra estas opos ic iones, cada vez más
9

.-
In trod uccr ón

estéri les, se ha ido dibujado un nu evo es pa cio de Inter rogantes -


pro~ lemas q~e a':lui dcnomin~mos con5..truclh' i5~O social. pues l~
1. Algunas oposiciones clásicas
real idad soc ia l h en de a cc ns iderurse cons lrUlda ( y no natural o
dada de un a vez pa ra siem pre ). Con es te fin, se han propues to
de las ciencias sociales
nuevas lecturas de los autores clás icos. se ha d iscutido la ob ra de
otros a uto res 'y.se .han explorado nuevos cam pos de invcst igac ión.
Por. lo tanto , S I bien el ám bito de la socio log ía contem po ránea . ,~
esta fragmentado. se puede identifica r pe rspectiva s co munes
entre los soció log os en movimiento . ';1
"
Es este co nj unto de aportacio nes -s-dif crcntcs en muchos se n-
tidos. pero que p lantean una se rie de problema s semejantes-e, y,
so bre todo. sus marcos conceptuales do: re ferencia lo que denom i-
namos aq uí nuevas sociologias . Po r lo tan to. sera necesario exa-
I
m inar alg unos intercambio s intcrdi sci p linarios que han cont ribui-
do ~ a limentar ~ s ta pro blem ática renovació n: entre la sociología y
·l.
la t iloso fla. asr com o entre la sociolog ía y las otras cienc ias del
hombre y de la soc iedad (c ienc ia po lítica. histo ria. etnología. eco-
no m ía . ling ülsnca. psi colog ía. etc .'. A l s itu am os en un ám bito
do nde la idea de rigo r cient ífi co tiene sentido . hemos pasado por
alto intencio nadamente esc ritos que quizá se au tcproclarnen nue- Desd e sus comienzos. las cie ncias sociales se debaten con un a
vo s, pero que est án más próximos al art iculo de tipo periodí st ico se rie de pares de co nceptos como material/ideal , objetivo/subjeti-
que a las ex ige nci as prop ias d e las ciencias soc iales. Por lo vo o col ee n vo/ind ividu al. Estos paircd concepts, co mo los de no-
de más, si bien hem os intent ado iden tif icar las líneas principa les, minan Reinhard Bend ix y Bennett Ber ger ", tiende n a hacern os
nu estro tra bajo no tiene pret ension es de cx hausnvidad . Esta ob ra ver el m undo social de m anera d icotó m ica e invitan a los investi-
aspi ra a ser una in vit ac i ón a la lectura de: textos importantes y una ga do res a co locarse de un lado (lo col ectivo co ntra lo ind ividual o
guía en esta lectu ra. no a sustituirla . lo subjetivo cont ra lo objetivo ). Ahora bien. la re peti c ión y la so -
-El itinerario propuesto ' en es te libro por las di fere ntes mane- lidificación de es tas forma s de pensar bi narias resu ltan catastr ófi-
ras de descri b ir, co mprender y expl ica r los unive rsos socia les está cas pa ra la comprensión y la explicac ió n de los fenó me nos soci a-
de sti nado pri nci pa lment e a estud iantes de l prime r ciclo, as í como les com plejos. Los plant eamie ntos const ructiv istas qu e vamos a
a pro fesores e: investigadores de cie nci as so ciales. No obsta nt e. el presentar en los ca pítulos sigu ientes tratan precisamente de SUPl:-
p lan teamiento pedagóg ico de la obra la hará igualmente acces ible rar est as oposiciones y de concebi r j untos as pec tos de la rea lidad
a todos aq ue llos que busquen pa utas de análisis para desci frar el que tradic ional mente se cons idera ban antagó n icos. Con d io .
m undo en que vive n. a unq ue - hay que reco rdarlo-e- las hcrra- aportan pistas para eliminar de los de bates científi co s toda una
mientas y los resu ltados de las ciencias sean siem pre provisio na- serie de falsos p rob lemas. En cuanto a la o posición entre las ma-
les. crosoci ologias. que se interesa n por las unidade s soc ia les más
grandes (como la ma croeconom la en la eco nom ía ). y las mi croso-
ciolog ias, que se refi eren a las unidades soc ia les más peq ueñas

--
(como la m icroecon o m ía en la ccono mla j . ti ene un esta tus un

10
,

I
J
tanto diferente en las d iscu siones soc io lógicas contempo ráneas.

-'-
11
l as nueva s so ctolcqia s 1. Algunas o postcto nes clá sicas de Las cten ctes sociales
Por el momento , pa rece más dudosa la deseable su peración de tendríamos, de un lado, una «superestructu ra» (la «conciencia so-
dic ha antino mia . Desde lueg o, se han propuesto p istas, pero és tas cia l»), cu ya s raíce s en hundiri an en una «infraestru ctu ra» (la «es-
deben conso lida rse y co m p letars e, y e l debate ha de profund izar- trucrura econ ómica»). Este tipo de enfo que desem peñó un papel
se. importante en los años 1950-1970. cuando el de ba te en to rno al
marxismo, que hoy ha perd ido re levanc ia, tuvo co nsecuencias im-
portantes pa ra la s c ienc ias sociales. No obsta nte, la op os ició n in-
1. La herenda de la filosofia fraestructura/su perestructura, que react iva pa res más antiguos en
la filo so fia como ese nc ia/aparie nc ia, o rea lidad/ apariencia, s igue
La socio logía es en buena medi da resultado de tradi cion es fi los ó- tenien do im pact o en nuestras d iscip linas en la forma binaria de
fica~ de las que ha co nse rva do ciertos rasgos conceptua les, en oponer una rea lidad «verdadera» (m ás «dura» y «determi nante»)
parti cu lar las oposicio ne s tradi cion ales ent re id eali smo y materi a. a una rea lidad más «superficial » o «il usori a» (más «fa lsa» y «de-
lis mo , sujeto y o bj eto. La co ns ulta d el ve nerable Vocabulai re te rminada» ).
techn íque el critique de la p hilosophie, de André Lalande- , puede Hay que señalar as im ismo que las ciencias sociales ha n p re-
ser útil pa ra em pe zar a identificar es ta herenc ia. se nc iado rec ientemente ap licaciones menos mecan icistas y ec o-
no mic ist as de M arx, a pa rti r de escritos su yos más co m plejos
como las Tesis sobre Feuerbach ( 1845), donde Marx, critica ndo
1. 1 Idealismo y materialismo a l mismo tiempo los materia lismos y los ide alismos an teriores,
inten ta su perar la pol aridad. Esta es la vía segu ida por el soció lo-
En la tradición filosó f ica, el ideal ismo (consiste en red ucir toda go estado un ide nse Da vid Rub instein, que, leyen do de otra ma ne-
existe~ c !a al pensami ento » (ibid., pp. 43 5-536), mient ras qu e el ra a Marx y es tablec iendo para lelos co n la última filosofia de
maten ahsmo es la «doctrina según la cu al no ex iste más sustancia Ludwig Wi ttgenstei n ( 1889-1 95 1> , ha prop uesto pistas para aba n-
que la.materia» (p. 59 1). A su vez , la oposición entre las ide as y la dona r las op os iciones clásicas. En 13 antropol ogía, Maurice Go-
matenu fre cuentemente se asocia a o tros pares de co nceptos de lier, in ic ialmente inscrito en una inspiración marxi ana, ha retle-
como cue rpo/es pí ritu o real/idea l. xionado sobre «la pa rte idea l de lo real »: «Toda relación social, del
Karl Marx (I 8 18- 1883) retomó la d istinci ón filosófica entre tipo que sea, incl uye una pa rte ideal. una pa rte de pen sami ent o, de
el materia lismo y el idealismo en el ámbito del anális is histórico represen tacion es; estas rep resentacion es no son sólo la for ma que
af irmando una determinada forma de materialis mo qu e, en algu - reviste la relación para la co nciencia, sino que forman parte de su
no s de sus textos - los más simp lificado res . pe ro los más comen. contenido»; de esta fo rma. ( el pensamiento ya no aparece como un
ta~(~s p<!r sus ep ígo nos -, toma un carácter mecan ici sta y econo- , nivel sepa rado de los ot ros nive les». <do que no imp lica que en la
nuc rsta. As í ocurre especi al mente co n e l sig uiente pá rrafo de l reali da d todo sea idea l» ni que las represe ntaciones de los actores
pró logo a 13 Co ntribución a la critica de la economía politica pertenezcan necesariamen te a la conc iencia". Las per specti vas
(1859): « En la pro ducción social de su vida , los hom b res con. consrructivis tas se inscriben en una vía convergente.
trae n determinadas relac iones necesa rias e indepen dientes de su
volunta d ; relac io nes de producció n, qu e co rresponden a una de -
term inad a fase de de sarrollo de sus fuerzas product ivas mat eria- 1. 2 Sujeto y objeto
les. El conj unto de estas relaciones de producción form a la es -
tructura económica de la socieda d, la base rea l so bre la que se Otro planteam iento cl ásico de la filosofía enfrenta un suj eto a un
levanta la supe res truc tu ra jurídi ca y política y a la que correspon- m undo de obj etos. Como más frecuentemen te se ide nt ifican estas

-'-
den determin ad as formas de co nc iencia soc ia l»:'. Po r lo tanto. dos nocion es es en oposic ión . Las defi nicio nes da das de la noción
-i'2 13
Las nuevas soci ologías 1. Alg un as oposlcio nes clásicas de las cien cias sociales

de obj etivo' nos revelan una serie de variaciones semánticas que riorlpráctico. Asi pue s, el objet ivismo es una ~o~a de ~elación
han ido sed imentándose en los usos filosóficos, tale s como: con el objeto soc iológico que tiende a dar le a pnon , espe cl~l~en ­
--« Opuesto a subj etivo (en el sentido de aparen te. irrea l): que te a causa de una po sición exterior que ignora los uso.s pracucos
constituye un obj eto, una reali dad qu e subsiste en sí m ism a, es que lo constituyen. una cierta esta bilida d y homogenei dad. ~omo
decir, con independe ncia de todo co nocimiento o idea ». algo que estuviera co locado delante de u~? Por el contrano~ la
--« O puesto a subjetivo en el sen tido de ind ividua l. Vá lido postura su bje tivista ado ptaría sobre la aceren los pu ntos de vista
para todos, y no só lo para talo cual ind ividuo». de los sujetos que actúan. . . .
-e-edndependicnte de la voluntad. co mo los fenómenos fisi- Media nte esta s dos de fi nici o nes crí ticas, e l objet ivi smo y el
ces». subjetivismo aparecen en las c ie nc ias soc i~ l es co mo enf?qu es
-c-cOp uesto a su bjetivo (en el sentid o de consc iente. mental) susce pt ibles de asoc iar más o meno s ex plícitamen te dos niveles
[...] el m étodo objetivo es el de la observación exterior» y, por lo de anál isis: de un a parte. universo s co ncep tua les opuestos que
tant o, va dirigido al (mundo obje tivo o exteri or» (en oposició n al dan cuenta de lo s fe nóme nos soci ales desde pu nto s de partida
«interio r. ). difere nte s (p rim ací a del mund o o bjetivo o del suj eto) y, de o.tra,
So n ev identes aquí una serie de rami f icacion es semánticas de las di feren tes po sturas q ue adopta el invest iga do r ante e l ob~c t.o
los p aired co ncepts ya menci onados o de otros (como ind ivi- socio lógico que intenta co ns truir. El obj et ivi srno y e l subj et i-
dual/colect ivo, vol unta rio/ invo luntario, co nsc iente/i nconsc iente, vism o rep res entan do s po los del aná lis is sociológico?, e n la
int erio r/ex te rior) . pr oducc ión co rriente de las cie ncias sociales . h~y. tra bajo s q.ue
En general. lo s usos sociológicos se inscriben en la histori a de se co nte n ta n con yux taponer lo s en foques objerivis tas y subje-
los usos fil osófico s que les preced ieron. Examinaremos aquí dos ~ tivi sta s.
g ran des categorías que han sido objeto de ataqu e por parte de los !I., Sin embargo , a los soc iólogos que tratan de sa lir de los cami-
investig adores de las ciencias soc iales e n busca de otra vía. Pierre nos tri llados. se les plant ea un dobl e objetivo: 1) en el pl ~~ co n-
Bourd ieu , en su doble critica del obj etivis mo y del subjetivis mo. ~ ceptual, dar cuenta de las relaciones en tre los aspectos o bJ e.t~vos y
da dos de f iniciones suc esivas de objetivis mo en Le sens p rati-
, subje tivos del mundo soc ial y 2) en cuanto a la ~on~t~cclon del
que'>:
l . El objetivismo «prete nde establece r regularidades objetivas .•,
'.
obj eto socio lógico, esta blec er vía s de co murucac rcn entre e l
punto de vis ta exterio r del observador ~ las form~s en que los ac -
(estruc turas , leyes. sistemas de re laciones. etc.) , independientes tores pe rciben y viven lo que hacen mi en tras actuan. El segundo
de las co nciencias y vol u ntades ind ivid uales» (p. 44 ). De un lado. punto exige una reflexividad sociológica por part e del estudlO.s.o,
tenemos regularidades. es tructuras e. implícitamente. lo cotecti- pues debe integr ar en su co nstrucción del objeto una refl exi ón
ve y lo exterior, y, de otro, conciencias. voluntades. individuos y. so bre su relac ión co n el objeto.
por tanto. lu interior. En esta perspe ctiva. el objetiv ismo a firm a
la primacía de lo objetivo en el análisis de los fenómeno s soc ia les
y e l subjetivismo la superio ridad de lo subjetivo. 2. El principio de la sc cíotoqía:
2. «E l objetivismc con cibe el mundo social co mo un espe ctá- lo colectivo y lo individual
culo q ue se le o frece a un observador que adopta un punto de vista
sobre la acc ión y qu e, tras lada ndo al objeto los principi os de su Si , co mo acabamos de ver, la socio logía ha heredad o u na serie de
re lación co n el objeto, hace como si éste estuviera destinado ex- p a íred concepts de la filo sofia, de sde sus primero s momen tos.ha
clusivamente a su conoc imi ento.» En esta def inició n se oponen estado marcada espec ialme nte po r la opo sició n entre lo colectivo
más o menos exp lícitamente observador. espectáculo y conoci- y lo ind ividual, la so ciedad y el individuo. Para ilustr~ este deba-
mien to exterior/teórico a actor. acción y conocimiento inte-
14
te recurrente, nos detendremos en la soc iología de Ernile Durk-

-'-
15
Las nuevas scct o toqtas 1. Algunas opos i ci ones clá si cas de La s ciencias s oci ales
heim ( 1858~ 19 17) Y en lo que hoy se denomina «ind ivid ualismo lectur as de Francois H éran y Bemard Lacroix. Pero es tas nuevas
metodo lógico ». lecturas no bo rra n la tendencia de Durk.heim al predomini o de [o
co lec tivo y de la so cied ad en re lación con sus compo nentes indi-
vid uales .
2.1 La vaLorizadón de Lo colectivo en Émite Durkheim

Para el Durkheim de Las reglas de l método sociológ ico', lo co- 2. 2 El i ndivid ua lismo metodológico
lectivo (o lo soc ial) - a d ife renc ia de lo ind ividual, que es el ám -
bita de la psicol ogía- es tá en la base de la propia definición de El acento que la soc iología durkheim iana pone so b re lo colectivo
soc io logía. Lo social co ns tituye una entidad específ ica : «La so- ha susc itado rea cciones en el sentido de que es necesario tener
cieda d no es una sim ple suma de individuos, sino que e l siste ma má s en cuenta los ele mentos individu ales. Esta reacció n ha toma -
formado por s u asociaci ón representa una realidad que tiene ca- do una form a radica l en lo que Raymond Boudon y utro s denomi-
racterí st icas propias». Esta sociedad, que «s obrepasa infinitamen- nan ac tua lmente «ind ivid ua lismo metodo lógico ». Esto s soció lo-
te al individuo en e l tiempo y en el espac io» , está «en cond icio nes gos parten de la cri tica de lo que ca lifican de «sociolog ismo» y
de imponerle las formas de actuar y de pensar que ha consag rado «holism o» (q ue considera el todo antes que s us parte s); esto es ,
con su aut oridad » (pp. 10 1- 102 ). De ahí la siguiente reg la del so - cuestionan el «po stulado según e l cual el individuo , al ser pro-
ciólogo: «La ca usa determinante de un hecho social ha de bu scar- duct o de las estructuras soc iales , puede se r pa sado por alto en el
se entre los hechos soc ia les que le ant eceden y no en los estados an áli aisv". Por e l contrario, el individuali smo metodol ógico
de la co nc ienc ia ind ividual » (p . 109 ), definiéndose así e l hecho ,~ en unc ia que «para explicar cualquier fenóm eno social -ya per-
soc ial : «Toda manen! de actuar, establecida o no , susc eptible de
ej ercer sobre el individuo una presión exterior; o bien, que es tá
·• ten ezca a l ámbito de la demografi a, de la cienc ia política , de la
socio log ía o de otra cienc ia soc ia l-c-, es ind ispensable recons-
ge nera lizada en una so ciedad. dada, po seyendo una ex iste ncia truir las motivaciones de los individuos implicados en dicho fe-
propia, indep endiente de sus mani festa ciones individua les» (p. , nómeno y co nside rarlo resu ltado de la suma de los co mporta -
14 ). Por tanto, para Durk.heim, lo colectivo también rem ite d irec-
lamente a la idea de presio nes exte riores que se imponen a los in-
· mie nto s indi vi du al es dictado s por esas mot ivac iones. Y esta
po sic ión es vá lida ind ependi entem ente de la forma del fenó me -
dividuos y a un ámbito de validez, en el espac io y en el tiem po , no que haya que explicar, d e si se trata de un a singularidad o u na
qu e va mu cho más a llá de las concienci as indiv iduales, lo que le regularidad es tadístic a , de si se tradu ce en un conj unto de dat os
permite tomar una co nsiste nc ia independ iente de los ind ividuos cua litativos o cuant itat ivos , ere.e". Así pu es, los ind ividuos se
qu e lo compo nen. Tambi én va asoc iado a un p unto de vista obj e- co nsidera n los átomo s bási cos del aná lisis de los procesos so-
tivista : «Nuestro prin cipi o fundame nta l: la real idad de los hechos c ia les y el co lectivo un mero resultado de las ac tividades indi vi-
soc ia les» (pró logo a la 2.;> edició n, p. xx iii). d ua les, median te efec tos de agregació n y comp os ició n. Así ,
Es necesario re lat ivizar es ta lectura tradi cional y rápida . «co mo los fenóme nos soc ia les sie mpre son co mp uestos de
Co rno la mayoría de los auto res , Durkheim no nos ha legado una ac tos, e l sociólogo deb e rel acio narlos co n los ac tos ind ividua les
obra homogénea qu e no deje ma rgen más que para una sola inter- que los compone n» !". El he ch o de que la ec o nom ía (más en su
pretación. En sus escritos ca be ha llar igua lmente elem entos de vers ión neoclásica en tomo al paradigm a del mercado ) se pr e-
una orientación más cons truc tivis ta, esto es, de un enfoque de los sen te co mo la disc iplina de re fere nc ia hace que esta metodo lo-
proceso s sociales de o bjetivación y so lidificaci ón de la realidad, gía parezca «tradic io na l». La socio log ía indiv idualista comparte
sin detenerse en una postura obje tivista que se limitari a a registrar co n ella el po stu lado de la racional idad de los actores ; por es ta
un ( hec ho objetivo» dado. Esta es (a vía que han ex plorado las razón, sus adversarios hab lan a veces de «s ocio log ia lib eral» (en
-iT 17

J
Las nueva s socio logias 1. Algunas opcs tcíco es clásicas de las cie nctas sociales

el se ntido de lib erali smo econó m ico y de su horno oeconomicus


c m peñ~ d o en cálc u lo s de cos te- bene f icios ). No obsta nte , hay 3. Hacia una problemática constructivista
q ue sena lar que las o bras de Raymond Boudon frecuentemente
s~n m.ás CO?1'plcj as qu e u,:a aplicaci ón es tricta de est o s p rinci- Lo qu e de nomina mos prob lem áti ca constructivista no deb e cons i-
pIOS sisternanc os y ex clus ivos. dera rse un a nu eva escuela o corriente homogénea. Se trata m ás
. En I~ opos ició n ritual de lo colectivo y lo individual lo que bien de un conj unto de pro blemas e inte rr og ant es en los qu e tra-
es ta pa rt icularmente en j uego es la dificu ltad de las ciencias so-
c i~lc.s para co nce.b ir la coproducción de las part es y del to do . El
ps ic ólogo Jean ~ la g~ t ( 1896- 1980) ya tra tó de plan tear este pro-
blema h~ce algun tie m po en sus re flexi o ne s soc io ló gic as: « El
tod ? social no es ni la reun ión de elementos preexistentes n i una
entidad nueva, s ino un siste ma de rel acion es ca da una d e las cua-
I
,
"f
baj an estu diosos m uy difer entes en cuanto a sus trayectorias inte-
lectu ales, recursos conc eptuales, m étod os o re laciones con el tra-
bajo em p íric o. Tras el térm ino co ns tr uctiv ismo enc ontramos más
bien un p arecido de f amilia , en la exp resió n de Wittgenste in ,
entre lo s diferent es au tores y sus a portaci on es qu e u na teoría
comú n. No obstante, pese a di fer en cias muy reales, cabe ide ntifi-
les e ngendra, en tanto que relaci ón , una trans form ación de los tér- :i" car ciert as convergenc ias, cuy a formul ac ión sintética vam os a in-
m ino s que in tegra n di cho s iste m a» 11. El f il óso fo -econ omi sta ~ tentar a continuac ió n, an tes de preci sar las aportacio nes de cada
Jean- Pierre Du puy ha re fo nnulado recientem ente esta cues t ión en
un a lectura muy het erodox a de la historia del liberal ismo econ ó-
m ico qu e le lleva a la idea de la «code tenn inaci ón de l todo y de
f,,. autor.
En una perspectiva constructivista. las reali dades sociales se
conciben como construcciones históricas y cotidianas de actores
las p art es» : «El tod o sig ue s iendo resultad o de la com po sición 1'.1 individuales y co lectivos . Este entreveramien to de construcc iones
de s us e lementos, pero , a s u vez , éstos de pende n de l todo . No se p lurales, individual es y col ec tivas , al no su rg ir ne cesariamente de
tra ta de una relaci ón de deducc ión , s in o de determinaci ón ci rcu- un a vo lu ntad clara, tiende a esca par del co ntro l de los diferentes
lar» !", La s problemáticas que hemos denominad o constructiv is- actores presentes. La palabra co nstrucciones remite a la vez a los
ras se han enfrentado de di versas m aneras a este desafio , q ue su- product os (m ás o me no s durad eros o temporal es ) de el a bo raci o-
po ne un de sp lazam ien to del objeto mismo de la sociolog ía: ni la nes anteriores y a los procesos en curso de ree stru cturac ión . Así
soc ie ~ ad n i los ind iv id uos, conce bidos como entidades se para- pues, la historicidad constituye una id ea fundamental para los
das, sm o las relaciones entre los individuos (en se ntido amp lio, constructivis tas en tres sentidos : 1) el mundo social se co nstruye
y no solamente las interac ciones ca ra a ca ra), así como los uni - a p artir de precon strucc íones p asadas; en este puma se sigu e a
versos objetiva dos qu e crean y que les sirven de ap oyo en tanto Marx : «Los hombres ha cen su prop ia historia, pero no la hacen
q~e so n e lem~n tos cons tituy entes de los indi vidu os y de los fe- arb itrariamente , en las condiciones elegidas por ell os. sino en las
nom eno s SOCiales al mism o tiemp o. Po r lo demás, el individua- condicio ne s directamente da da s y heredadas de l pasado»!". 2)
lismo metodológico no so lame nte pasa por alto la d im ensión in- Las form as soc iales pasadas son re producida s, ap ropi ad as, des -
tersubjetiva (l as rel ac io nes en tre ind iv iduos) de la rea lidad plazada s y tran sfo rmadas al tiempo que s e inve ntan otras, en la
soc ia l, s ino tambi én, com o seña la el fil ó sofo M ichae l Sandel en p ráctica y la int eracción (cara a cara. pe ro tamb i én te lefón ica,
su crít ica a los su pues tos ind ivid ua listas de l lib er al ismo ameri - ) ep isto lar, etc.) de la vida cotidiana de los actores . Y 3) esta heren-
~anoJ. J, su dimen s ión in trasubjetiva , es to es , la p luralí da d de i cia y es te tra bajo cotid iano ab ren un campo de pos ibilidades para
id en tidades qu e cons tituyen un m ismo individuo , s us mú ltiples el f uturo, como observa el f ilósofo Jean Ladri ére: «La acción, en
pe rs?na lida des. A si pues, al co ntrario qu e el ho lismo y el indivi - tanto qu e h istórica, se sedimenta y se obje tiva en un a exte riorida d
dualt s~o ,. I ~s nuevas socio log ías tienen una conce pción p lu ral que pe sa sobre lo exi ste nte como un constreñimi ento ineludible y

--
de los indiv iduo s. co m o p roductos y p rodu ctores de diversas re- que, no obstante, le ab re un futuro real»!". En este proceso histó-
lacion es sociales . rico las realidade s sociales son obj etivadas e interioriza das . De
18 19
La s nu evas socio logias 1. A.lgunas oposic'i one s clási cas de la s ciencias socia les

una parte, remiten a mundos objetivados: los indiv iduos y lo s gru- los procesos de construcció n de la rea lida d social. (mom.enu! .de
po s se s irven de palabras. objetos , reg las . ins tituciones, etc., lega- reconstrucción). Decir que una cas a es «constru ida» Signi f ica
dos po r las gene racione s anterio res , y los trans form an a la vez que s imp lem ente que es producto del trabajo humano y que no ha es-
crea n otro s nu evos. A su vez, estos recursos objetiva dos y, po r tado ahí dura nte toda la etern idad ; y no que no exi ste, sino todo lo
tanto, exteri o res a lo s individ uos. lim itan su acción. al tiempo qu e contrario . Los cons tructivism os son, por lo tanto , nuevas formas
o frece n puntos de apoyo a d icha acción . De o tra parte, estas reali- de reali smo qu e se di stingu en de las formas cl ás icas de po sitivis-
dades sociales se ins crib en en mundos subj etivos e in terio rizados , mo en que cues tionan lo dado y dejan margen a una diversidad de
constitu idos especialmente po r fo rrna s de sens ib ilidad, de pe rcep- realidade s cuyas relaciones deben se r objeto de re flex ión . N o se
ción. de representación y de conocim iento. Los modos de a pren- trata m ás que de conve rgenc ias de orientación s istem atizadas en
d izaj e y de socializac ión hacen posible la interiorizaci ón de los fo rmu laci o nes s in téticas . La s po sturas de 105 auto res qu e aquí
universo s ex teriores, y las prácticas individuales y co lec tivas de • consideramos divergen en un a serie de cues tione s m ás o menos
los actores conduce n a la objetivación d e lo s universo s interiores. relacionadas. part icu larm en te :
Se trata del doble movimiento s istem at izado por Jean-Pau l Sartre
( 1905 - 1980) en el desarro llo critico de la fil oso fia d ia léctica de .1 -No se di sta ncian por igua l de un a conce pción tra di cional de
Hegel (17 70-1 831) , de interiorización de lo exterior y ex teriori- la historicidad: la vis ió n evo lucionista, esto es, la vis ión unidirec-
za ción de lo interior' », Si los m undos social es exterio res se carac-
te rizan por una relati va d iver sidad, los mundos interi ores también
se revel an (más o menos) p lura les.
l
,t'
cional y unidimens ion al (l as d ife re ntes d imens ion es de la socie-
dad evo luc iona n globa lmente en el mi smo se ntido ) de los movi-
m ie ntos de la historia.
Estas perspecti vas de ben d istinguirse de aque lla s segun las I - Tratan de di sti nta manera la do ble cues tión, por un a parte,
cua les la re al id ad social no sería «m ás que representaci o nes» . ,1 de la permanen cia o la discontinuidad de un m ism o actor a lo
Esta es un a tent ación , por ejem plo. de trabajo s que se si túan entre
la ps icol ogí a y las ciencias de la comun icación , como los de Paul
•• largo de los diferentes period os de su vida y, po r o tra. de la uni-
dad o fragmentación de su ide ntidad en un mis mo mom ento.
Watz tawi ck, que a vec es tamb ién se de nom inan cons tructivis- - No conceden la mi sm a importancia a la reflexividad socio-
tas !". A d ifer encia de los cons tru ctivism os de los qu e hablamos lógica --es de ci r, la reflexi ón so bre uno mi smo . su activida d, las
aqu í, estas orientac iones tienden a pasar por alto lo s mecanismo s •
"

-t
herramientas utilizadas o su re lación con la investigación- en la
de o bjetivación, de materializació n y de estabi lizaci ón de las rea- construcc ió n de l obj eto soc io lóg ico.
lidades soc iales , y especi al mente la manera en que lo s o bje tos -No tienen tod as la m ism a posición en cua nto a las relacio-
que habitan nue stro un iverso constituyen consrreñimientos y pun- ne s entre las fo rm as eruditas de conoci miento de la re alidad so-
to s de apoye pa ra nuestros actos . S i bien es cierto qu e las repre- ci al (propias de los soc ió logo s) y las fo rmas co munes (p ro p ias de
senta cio nes de sempe ñan un pap el im portante en la cons trucci ón , lo s actores): al gunas pro pu gnan «la ruptura ep istemológi ca»
I
de la realidad social, no agotan esta realidad en ab soluto . Por lo
dem ás. los enu nc iados según los cuales el mundo soc ia l no es más
.1 , entre ambos tipos. m ientras que otras se interesan principalm ente
por lo que los aprox ima.
J
que product o de nuestras represen tac io nes coq ue tea n con formas " - A lg unas se p rese ntan como cons truccio nes de seg undo
de esce pti cismo, y aun de nihi lismo, en cuan to a la existencia del grado, en la exp resión de Alfre d Schütz ( 1899- 1959)18 --esto es,
mu ndo, po co co mpat ible s co n los o bj etivos científico s. Si las com o m odelizaciones eruditas a partir del co noc im iento ordi na rio
pe rspect ivas co ns tructivistas, tal y como las entend emos aq uí. su- y de la interacción cotid ia na de los ac tores: cons trucciones de
pon en un mom ento de de-co nstrucción --esto es, de cuestiona- construcciones , por tanto- , m ientras que ot ras int eg ran relacio-
miento de lo que se presenta como dad o , natural , atem po ra l, ho - ne s m ás amplias en el espa cio y en el tiempo en tre acto res. de las
m ogéneo y/o necesari o-e, de spué s reclaman la investigació n de cua les és tos no siem pre son conscient es , y que no pa sa n por int e-
~=-
20 ~-
21
Las nu ev as sOc1 ologias
ra~c iones d irectas: en cada uno de estos do s po los no se tiene la
misma ag udeza visual para las d iferentes d imension es del mu ndo
social.
2. Estructuras sociaLes
- Por último , si bie n todas trata n de superar la op osición
entre m acroso~ io logí as y micrcsccic togías. entre aprehender las
en Las interacciones
~ st ruc t u~~s SOC iales eng loblantes y el aná lis is de los ac tos y de la
in tera cci ón ca ra a cara de los actores, lo hacen de dist inta manera
dependiendo de si parten de las estructuras o de las interacciones ~
en es~e sentido. la diferencia de po sturas identif icada en el punt~
anterior se suma a la cuestió n de las rel aciones macro/m icro.

En los ca pitu los que siguen trataremos de esbozar a la vez las


convergen cias y las especific idades de diverso s enfoq ues cons-
rrucn vrsta s.

Comenzaremos nue stro examen de los planteamientos consrructi-


vistas co n tres autores (Norbert Elias , Pierr e Bourd ieu y Anthony
Giddens) que han trabajado en co nte xtos temporales y nacionales
diferentes. Aunque, estrictame nte hablando. no se trata de nuevos
autores . en los últimos d iez año s han despertado crec iente interés
en una co mun idad soc iológ ica en bu sca de puentes entre lo obje-
tivo y lo subjetivo o lo co lectivo y lo indivi du al. Esto s tres au tores
II tienen la particularidad de seguir co ncediendo cierto predominio
a las estructuras soc iales y a los aspe ctos macrosociales de la rea-
I lidad. al tiempo que integran de d iversas formas las d imension es
I subjetivas e interaccionalcs. Exami naremos sus principales apo r-
taciones, as í como ciertas críticas que cabría hacerles.
I 1. Un pionero muy actual: No rbert Elias

Nac ido en 189 7 en Alema nia. No rbert Elias se exilió en Francia


en 1933 Ydespués en Gra n Breta ña, don de desarr oll ó su actividad

--
académi ca p rincipa lmen te en la Universidad de Leic ester. Muri ó
en Ams terdam en 1990. A Norbe rt Elias se le co noce so bre tod o
22
23

1
La s nuevas so cictc q ías 2. Estructuras socia les e n las interaccione s
por. ~us trabaj ~s de socio log ía histórica sobre el proce so de civili- en su fi losofia tardia y qu e consisten en «la bú squeda de una sus-
zacron : n Oc cidente , pero también ha investigado cuestiones con- tancia que responda a un sus tant ivo» ! (el hecho de considerar a
temporanea s (sobre los gru pos socia les o el deporte). priori que, tra s las palabras que uti lizamos, existen reali dades ho -
mogéneas perfectamente delimitadas). De la misma manera, Elias
observa que , tras los sustantivos que empleam os (como «indivi-
1.1 Las dendas sodales: duo» o «sociedad» ), consideramos automáticam ente que existen
entre el compromiso y el distandamiento sus tanc ias , «cosas visibles y tangibles»:'. Es esto por lo qu e «e l in-
dividuo y la soc iedad nos parecen do s cos as diferentes, como si se
En ~o~prolmiso y dista~ciamjen to: ensayos de sociolog ía del co- tratas e de una me sa y una silla» (ibid.).
n ?cm:lJ~nto , No rbert Elias pre senta una reflexión so bre el estatus Norbert Elias propone entonces que uti licemos las armas de
c len~l flc.o del conocimie nto soci o lóg ico en el que él sitúa sus in- la histori a, pu es, para él, la rep rese ntación de un yo separado , ex-
vesn gaciones «empírico-teó ricas». Si bien pertenecen al ámbito teri or a la sociedad, tal y como la co noce mos hoy, no ha existido
de las ciencias, para Elias , las ciencias sociales se distinguen de en todas las épocas ni en todas las soc iedades. Así, «n ues tra p ro-
las naturales en. dos gran des propiedades especifi cas rel ac iona- pia concepción familia r, nuestra propia imagen del hombre, han
das: 1) Sus .« obJetos» son .al mismo tie".lPo «suj etos» que tienen aparecido relativamente ta rde en la historia de la humanidad; pri-
r~presentaclOne~ de su Vida : n. la soc iedad (a diferencia, po r mero, len tamente y por un br eve periodo en círculos restri ngidos
e~~mplo, de los ata mos de los. físicos). 2) Los investigadore s tam- de las soc iedades de la Antigüedad ; después, a partir del periodo
bien forman parte del obj eto de estudio. que denominamos Renacimiento (f inales de l siglo XIV y princi-
. E~to le ~onduce a definir la po stura del inves tigador de las pios del xv) en las sociedades occidentaleso". A continuación es-
ciencias ~oc lal e.s en ~ na .dialéctica entre el distanciamiento y e l bo za un es tud io de la gén esi s hi stóri ca de una problemática de la
compromIso. Distan ciami ento porque, como en toda ciencia, el in- conciencia de l yo y d e la interi oridad (en oposici ón a los demás y
vestlga~or que busca el rigor debe desmarcarse de las ideas pre- a la exterioridad) en la filo sofia occ ide ntal, particularmente con
concebidas (l~s suyas, las d~ los actores que estudia o, más en ge- el decisivo momento del pensamiento de René De scartes (15 96-
neral, de las Idea s predominantes sobre la cuestión ana lizada). 16 50) Y su famoso «pienso, luego existo». No obstante, en una
perspectiva históri co- social, est as co ns trucc iones f ilo só f icas se
Co mpromiso «po rque, si para comprende r la estructura de una
molécu la no es necesario saber lo que significa sentir co mo uno
l. consideran sí ntomas d e transformaciones sociales mayo res, de
de sus áto,?o~, para comprender cómo fun cionan los grupos hu-
manos es .Ind lspensable a~ ceder a la experiencia íntima que los ,ji evoluciones de la estructura de la personalidad propia de un «es-
tado» concreto del «proces o de civilizac ión occide ntal».
hombrestien en de su pr opi o gru po y de otros grupos» (ibíd.). •• Recurriendo siempre a la historización, en esa misma obra estu-
dia có mo, en función de las épocas y las sociedades, la representa-
ción de la identidad de las person as varía en la.relación entre la refe-
1.2 Supe rar la oposición entre individuos y soci edad rencia al nosotros y al y o. También observa hasta qué punto ha
aumentado la parte correspondiente al yo y a la individua lización en
La critica de la opos ició n clásica entre indi viduos y so ciedad se las soc iedades contemporáneas que considera mos «desarrolladas» .
presenta como un o de los hil os co nductores de los trabajos de Este proceso es soc ial en el sentido de que caracteriza las estructuras
Elias. de la personalidad asociadas a los tipos de relaciones entre los hom-
. Cues tionar esta oposic ión signif ica en p rim er lug ar d istan- bres que actua lmente predominan en el ámbito occide ntal.
eramos de las tendencias sus tancialistas asociadas a nuestros usos Estas diferentes vías de investigación no s co nducen a una ten-
habitua les del lenguaj e, tendencias ya seña ladas por Wittgenstein tativa, qu e aún hoy pa rece orig ina l, de so brepasar la oposición in-

24 25
¡
Las nuevas soci ologí as 2. Estru ct uras sociales e n la s in teracciones
divi duos/sociedad en el cam po de las cienc ias so ciales. A s í, el No obstante, el tej ido soc ial es tá atravesado po r numerosas
individuo no se cons idera una entida d exterior a la socieda d, ni la formas de interrelaci ón que se entrecruzan. Elias de no mina «con-
soc iedad una entidad exterior a los individuos, por lo que la socie- fig uración» (a veces también se la denomina «fi guraci ón» o «fo r-
dad no se co nci be como la sim p le suma de unidades individuales maci ón» ) las formas especificas de interdependencias que ligan
(individualismo metodológico), ni co mo un co nj unto indepen- unos individuos a otros. Estas pueden se r va riables: de la partida
d iente de actos indi viduales (holismo). Para Elias, el objeto de es- de cartas ---« cuatro hombres sentados alrededo r de una mesa para
tudio de la soc io logia son los individuos ínterdep endientes. Es en jugar a las cartas co nstituy en una co nfi guración. Su s actos son in-
esta per spect iva do nde las ideas de ind ividuo y soc iedad pued en rerdepe ndientesa s-c- a l pa ís o a las relacion es internacion ales. Lo
recuperar un sentido soc iológico, pe ro subo rdinado a la idea de in- que diferen cia es ta s co nfigurac iones es la longitud y la co m pleji-
terdependencia : «El co nc epto de ind ivid uo se refiere a hombres dad de las ca de nas de interrelac iones que asocian a los ind ivi-
inte rde pe ndientes , pero en s ingular, y el co ncepto de so ciedad a duos. Co mo obse rva el historiador Roger Chartier. el analista de
hom bres interde pendientes, pero en plural »". Este tipo de en foque las interdependen ci as considera que «las d ependencias que vin-
es part icu larmente esclarecedor en el an ális is de la singularidad culan a los ind ividuos entre sí no se limitan a aq ue llas que és tos
de un individuo co mo Mozart. En el inacabado Mozart: sociolo- p ueden experimenta r y percibir co nscientementee". Por ejemplo,
gía de un gen io", Elias muestra al músico, «burgués en la soc ie- un campesino brasileño y un agente de bolsa neoyorquino que es-
da d cortesana», pe ro también ca si un sirviente, de sgarrado entre pecu la sobre el curso de las materias pri mas no so n necesaria-
las normas aristoc ráticas de la sociedad co rtesana y las de las mente conscientes de las cadenas de int erdependencia que les
capas burguesas ascendentes. Estos músicos cortesanos disponian vincu lan. Vo lvemo s aqu í a una de las divergen cias de los enfo-
ento nces de márgenes de e lección muy real es -c-espec ialmente qu es constructivistas : las socio logi as mas estructu ra les extien den
relaci onados con la po sib ilidad de camb iar de señor, debido a la su campo de visió n más all á de la co nciencia y del co nocimiento
exi stenc ia de numerosas cortes en Al emania y Au stria- , si b ien de los ac tores indivi dua les. pero al precio de per der ag udeza vi-
preestructurados por las fo rmas de in terdepe ndenci a en las que sua l para las interacciones y las percepci one s cot idianas .
los mú sicos estuvi eran ins ertos . Hablar de dep ende ncias recíprocas no equivale ne cesari amente
a hablar de relac iones iguales o equ ilibradas. Aunque son co ncebi-
bles interde pe nde ncias basadas en inte rcamb ios eq u ilibrados, las
1.3 Formas de interdependencia. margenes de libertad co nfiguracione s ana lizadas por Elias se caracteriza n en ge neral por
y estructuras de la personalidad la desigualdad la dominación y el poder. Elias no concibe el poder
como una sustancia qu e fuera poseída por alguien. sino como una
Así pues, la idea de int erdependencia es importante en el disposi- característica asociada a las relacio nes de interdependencia: «En la
tivo te órico de Norbert Elias. Puede ejemplifi ca rse mediante una medida en que dependemos de otros que no dependen de nosotros.
ana log ía del aj edrez : «Cerno en el aj edrez , toda ac ció n realizada tien en poder sobre nosorrosa '". Pero si las relaciones son desigua-
en una independencia relativa rep res enta una j ugada sobre el ta- les, cada uno es tá co nstreñido por ellas en distinta medída. As í,
blero soc ial. que indefecti b lem ente dese nca dena una contrajuga- Elias muestra en La sociedad cortesana có mo Luí s XIV (el Rey
da de otro in di viduo (en el tablero socia l en realidad se trata de Sol), s i bien tiene un ma rgen de acción mayor que los dem ás acto-
muchas j ugadas y co nt rajugadas rea lizadas po r m uc hos indivi- res de la soci eda d francesa de su época, no pued e hacer tod o lo que
du os) , qu e limitan la libertad de acció n del primer j ugador> ". Oc quiere porque tamb ién está inserto en la red de interdepe nden cias
esta ma ne ra. la sociedad se co nci be co mo un tej ido cam biante y de la sociedad cortesana. La idea de interd epe nden cia y la correla-
mó vil d e mú lti p les in terde pe nde ncias que vinc ula n recíproca- tiva de margen de acción arrojan nueva luz sob re el manido tema
mente a los ind iv iduos. de l papel del «gran hombre» en la historia.

26 27
Las n uevas socio logias 2 . Est ructura s scc tates e n las inte raccion es
Las últimas o bser va c io ne s no s permiten entreve r el interés 1.4 Interdependend a O interacció n
de estos con ceptos para superar o tra o po s ic ió n cl ásica q ue ti ene
re sonanci as di rec ta m en te po lít icas : libertad o determinismo . ¿Qué cabe decir de la idea de inte rde pendenc ia en relació n con la
Segú n Elias, no se puede a bordar es te d e ba te en térm ino s de de interacción cara a cara, y cuá l es su lugar respe cto a la opos i-
todo o nad a : «Ex is te un tej ido de int e rd epende ncias e n cuy o in- ción ma cro /micro en la soc io log ía?
terior e l ind iv id uo enc ue ntra un marge n d e acci ón indiv idua l y La idea de interd ependencia . aunq ue está más ligada al po lo ma-
qu e a l m ismo t ie m po im pone lí m it es a s u libertad d e e le c- crosocial. comprende form as de relación que van de las más macro
ción ) l l . De esta forma, e l gra do de a uto nomí a (y. po r lo tan to , (el me rcad o económico mundial ) a las más micro (una partida de
de depe ndenc ia) d e cada ac to r se debe deter m in ar en cada ca so cartas). con vistas a so brepa sar esta oposic ión. No obstan te, no se
m ed iante un a ná lis is soc io lóg ico concre to. Po r o tra pa rt e. Elias debe co ncebir estas dimensiones como sus tanc ias dadas de un a vez
observa q ue las cadenas de inte rd epe ndenc ia se han a la rgado en para siempre. So n nociones relativas . esto es. cada una se define en
nuestras soci edades m odernas, m á s com p lejas. y q ue e l ind ivi - relación co n la otra . Por ejemp lo, si bien una ciudad puede conside-
d uo se halla en e l cruce de un nú me ro rnavcr de red es de in te- rarse micro respecto al me rcado mundial. será macro respe cto al cara
r rel aci on es. ~ a cara de dos pe rsonas. Ahora bien. la idea de inte rdependenci a tien-
A demás, la idea de interde pendenc ia nos permite abandonar de a dar la prim ad a al todo frente a las parles en el estu dio de una
un a visión causal un id ireccional exc esivamente si m p lista de lo s unida d social. com prendidas las un ida des más pequeñas como una
proc esos socia les . del tipo A causa B. Se tra ta más bien de inte- partida de cartas, mientras que la noc ión de configuració n se refi ere
rrelaciones de los actos individua les. y no de relaciones en se nt i- a «la figura glo bal , siempre. cambiante que forman los j ugado res»! ",
do ún ico. En las ciencias soc ial es esta interrelación de e lementos Esto lleva a Elias a polem izar con «las teorías de la acción y de la in-
frecuentem ente se ha expresado en la idea de s istema . Decir que reracci ón», incapaces de acceder, SCb~ él, «a los aspec tos de las re-
cienos elementos «form an un s istem a» sign ifica que ac tú an unos laciones humanas que aportan el ma rco de sus interacciones »!".
sobre o tros y en relación reciproca. No obsta nte , frecue ntemente Pero ¿ pueden las ideas de interde pendencia y configurac ión
se atrib uye demas iada cohere nc ia y estabilidad a lo que vinc ula a sustitu ir tota lmente a la de interacci ón. como sugiere Elias? No pa-
los elemento s (un sistema tiene lim ites y está se para do de otros rece que sea pos ible . S i la noc ió n de interdependencia arroja luz
sis temas ). Por e llo El ias prop on e sustitu ir la idea de s iste ma por la so bre cadenas de interrelacion es m ucho más largas que la interac-
de config urac i ón, «que no evoca la ide a de una entida d com p leta- ción di recta de los ind ivid uos (no es prob a ble q ue el cam pesino
me nte -cer ra da en sí mi sm a o do tada de una armonia inman ent e» bras ileño y e l age nte de bo lsa neoyo rkino es tén reunidos alguna vez
(ib id.). en una interacción cara a ca ra), es menos sensib le a la fluidez de
Pero las interde pendencias en las que se hall an inmersos lo s ciertas situaciones de la vida cotidiana que . como muestran las 50-
ind ivid uos no actúan ún icamente como constreñi mientos exter- ciologi as inte racc ionistas, pueden contri bu ir a hacer, deshacer y
nos; ta mbién intervi en en en la form ac i ón de las estructuras inter- desp lazar las interdependencias ya co nst itui das . La idea de interde -
nas de s u personalidad. Así , el ind iv id uo se verá inserto toda su pe nde ncia, pese a su ut ilidad todavía no ha agot ado la esp inosa
vida en una serie de redes de relacion es preexiste ntes (fam ilia , cues tión de la art icul aci ón de lo macro y lo micro.
g ru po socia l, pa ís, etc .), q ue fre cuentemente so n fru to de un a
larga histo ria y que contribuirá n a modelar sus forma s de sens ib i-
1.5 La histo riddad y las t ramp as evoLud onis ta s
lidad y pensami ento . Es ahí do nde intervi ene la noción de hábito ,
ant ig uo térm ino de orig en lat ino . El háb ito es, para Elias, una im - Elias co ncede un lugar cen tral a la histori cidad: los hombres, sus

--
pron ta so cia l so bre la per son a lid ad, u n producto de diferent es m od os de relación y las formas de sens ib ilidad qu e con llevan son
con fi gurac iones en cuyo seno actúa el indi vid uo !".

28
productos históri cos, cuyas ca racterí sti cas varían en fu nc ión de

-'-
29
l as nu evas sociologías 2 . Estruct uras sccte te s e n las interac d on es
las épocas. Esta histo ricida d no se co nc ibe de ma nera fi na lista es Iarmente en lo que co nc ierne a los trab aj os que ha publicad o a
decir. que la histori a de las socieda des humanas no es tá orientada partir de los años ochenta.
a un fi n predeterm inado . Para el. la histo ria de la human idad «se
o~gi?a en ,?úl~ipl es proyectos, pero sin proyecto, y se di rige a
múlnpl es fin ali dad es, pero s in fi na lidad})15. S in em ba rgo, no 2.1 Un constructivismo estructura lista
salva com pletamente todas las trampas evolucionistas, pues tien-
de a reducir los movimi entos de las historias humanas a una vi- Pierre Bourdieu define el co nstru ctivismc estructu ra lista como la
s ión unidireccion al y un id imension al. Es es ta tentaci ón lo que le co nj unc ió n de lo o bj etivo y lo subjetivo : «Con estructural ismo o
lleva a propugnar «una teoría obj etiva de la evoluc ión de la soc ie- estructuralista quiero deci r que, en e l prop io mundo soc ial, (...]
dad}) ' 6 'y a concebi r la historia occiden ta l mediante la categoría ex isten estructuras objetivas independ ientes de la co nciencia y la
hom og énea de «p roceso de civilizaci ón». Al privileg iar e l largo voluntad de los agentes. que son capaces de orientar o co nstreñi r
plazo . lo global y la supues ta unidad del movimiento histó rico es sus prácticas o sus repr esentacion es. Por constr uct ivismo me re-
~enos ~ens ible a lo qu e la historia tiene de heterogéneo, errático, fiero a la gé nesis social. por un lado, de los patrones de percep -
di scontinuo y co ntradicto rio . ció n, pensamien to y acc ió n que co ns tituyen lo que denomino ha-
b ítus y. po r otro. de las es tru ctu ras sociales , en pa rt icu lar de lo
que denomino cam pos a -".
2. El constructivismo estructura lista No obstante , en es ta dob le dimensión , obj et iva y constru ida,
de Pierre Bourdieu de la realidad social, s igue conce diéndos e ci erta primací a a las es-
tructuras objetivas. Ello ha co nduc ido a Pierre Bou rd ieu a d istin-
Pierre Bourdieu na ció en 1930. De fo rmación fil osófica. actua l- guir dos momentos en la invest igac ió n, un pri mer momento obje-
~e n te es ~ate drático de socio logía del Coll eg e de france. Ha sa - tivisra y un segundo mome n to subj envi sta : «De un lado , las
b ido. r.e umr a tres de lo s p.a dres fundado res de la soci olog ía, qu e estructuras obj etivas que el sociólogo co nstru ye en el momento
trad icio nal mente se co nsideraban op uesto s: Karl Marx , Emile obj etivis ta , pasando por a lto las rep resentac io nes subjetivas de los
Du rkh eim y Max Weber ( 1864- 1920). age ntes, son el fundamento de las rep resentaciones su bj etivas y
. Si a Pie~re Bourd ie u se le conoce es pec ia lmente po r sus traba- I cons titu yen lo s co nstreñ imientos estruc tu rales que pe sa n sobre
las interacciones. Pero , de o tro . no se puede ignorar estas repre-
JOS ya relativamente an tiguos en col aboraci ó n con Jean -Cl aude
Passe ron sobre los mecanismos escolares de rep rod ucción soc ial !,
I
sentaciones, particularmente s i se quiere dar cuenta de las luchas
- Les Héritiers ' ? y La Rep roduction 18_, además ha desarrollado cotid ianas. individuales y co lectivas. que inten tan tran sformar o
una o bra multi form e en num er oso s ámbitos . proc urando qu e la
e laboración teórica nu nca esté co m pletamente de sli gada de la in-
i co nservar esas es truc turas >. ( ib id., p. 150 ).
Esta prioridad cronol ógica y teó rica de la di men s ión obj etiva
ves tiga ció n. As í. sus estudios no se red ucen al aná lisis de la re- i de la realidad en parte tiene sus raíces en una re flexi ón ep istemo-
p~od ucc ión de las estructura s sociales -que . po r ot ra parte, ni lóg ica. elaborada po r Pierre Bo urd ieu, Jean-C laude Chambo re-
Pierre Bo urdieu ni Jean -C lau de Passeron han enten di do nun ca
co mo una reproducc ión id éntica-c-, s ino q ue abarcan m uchos
otros as pec tos. Es te es el cas o. por ejemp lo, de una obra colec tiva
I don y Jean-C laude Passeron en 196 8 en El oficio de soci óíogo";
y co nti nuada después po r Bo urdieu. En el núcleo de esta orien ta-
c ión está la idea de «rup tura ep istemo lóg ica», ruptur a en tre el co-
qu e ha dirigido , La Mís ére du mo nde !", centrada en la man era en noci m iento c ientífic o de los sociólog os y la «socio log ia es pontá-
q ue las form as soc ia les de sufrimiento modif ica n la s ubjetividad nea» de los actores soc ia les, lo que aprox ima las cie nc ias sociales

--
de lo s ind ivid uos. Lo qu e ha denominado «c c ns truc tivismo es- a las de la naturaleza . Una de sus fuen tes es el imperativo soc io ló-
truc tu ral ist a- sintetiza bien la orig ina lidad de su en foq ue. particu- g ico de ro mpe r co n <el as ideas preco ncebi da s» de los acto res pro-
~;ñ
30 31
Las n uevas sociologías
puesto por Du rkheim en Las reglas del método sociológico. No
ob stante . pe se a la reafirmaci ón de es te principio, el enfoque de
- 2. Estru cturas soctates e n las i nt eracciones
c ontinu idad en la vida de la pe rsona. Transponibles , p ue s las d is-
posici ones ad~uiridas merced a ciertas experiencias ( fam i ~ iare~,
Bourdieu - aun que só lo fuera po r e l segundo momento subjeti- por ejemplo) tienen e fec tos sobre otras esferas de la expenencra
vis ta- frecuentemente aparece en los pormeno res de l aná lisis (la pro fesional. po r ejem plo); és te es un el emento prim ordial de la
más complejo qu e una simp le dicotomía ent re e l co noc im iento unida d de la person a. Po r últim o. sis tema , pues es tas di sposicio-
erudito y el com ún . nes tienden a estar unifi cadas. Pero, para Bourdieu, la unidad y la
contin uida d de la persona. que suelen ser efect o de l habirus, no
son gene ralm ente las que la pe rsona se imagina consciente y re -
2.2 Dos nociones clave: hab itus y camp o trospectivament e - lo que den om ina <d a ilus ión bi ogr3fica)~2 4-,
sino una unidad y una co nt in uida d en buena medida inconscien-
Según Pierre Bourdieu, «el principio de la ac ción histórica, en el tes. reconstruidas po r e l sociólogo (en funci ón de la situa ción en
caso del artista. de l sabio o del go bernante tant o como del obrero el ámb ito de las clases sociales , de las posicio ne s ins titu ciona les,
o del funcionario, no es un sujeto que se en frenta a la socieda d
como un obj eto consti tu ido en el exterior. No reside ni en la con- I
j
de las sucesivas experiencias en diferentes cam pos, etc.• y, por
tanto, tam b ién de la trayec tori a en el mundo soc ia l). Esta perspec -
ciencia ni en las cosas, sino en la rel ación entre do s esta do s de lo riva se di stingue de las qu e ex am inarem os más adelante (ca pítu lo
soc ial, esto es . la historia objetivada en las cos as --en forma de S). según las cuales las dispo sici ones e iden tidad es de la persona
institucio nes- y la historia encamada en los cuer pos --en form a estarían fragmentada s de sde el principio, lo qu e harí a mas probl e-
de es e sistema de di sp os icion es perdurables que den om ino ha b i- mát ica la cuestión de su unificació n.
tuS»22. Así pues, es la uni ón del habitus y de l campo , de <d a histo- Además de un ificadores. (o s habitus individuales son singu la-
ria hecha cuerpc» y « la historia hec ha cosa» lo q ue aparece como res; pues si hay clases de habitus (hab itus próximos en cuanto a
el m ecanismo princ ipa l de producción del mundo soc ial. Tratan - las co nd icio nes de vida y la trayectoria de l grupo soc ial de pe rte-
do de hacerl o operativo para los trabaj os empírico s, Bourdi eu es- nencia. po r ejemplo) y, por lo tanto, habitus de clase. cada habi tus
peci fic a aqu í el doble movimiento cons tructivista de interio riza- indi vidual com bina de manera especifica una d ivers ida d (mayor o
ció n de lo exterior v de exteriorización de lo interior. menor) de experiencias soci ales". Pero ¿se limita el habitus a re-
El habi tus es, Po r así decirlo, las es tructu ras soc iales de nues- producir las estructuras socia les de las que es producto? El habi -
tra subjetiv idad, qu e inicia lmente se cons tituye n en virt ud de tus está cons tituido por ( princip io s generadores». es to es, que un
nuestras prim eras ex perienc ias t habítus prim ari o) y. más ta rd e, poco a la mane ra de un prog rama de ordenador (pero un progra-
de nue stra vida adulta (habitus secun da rio). Es la forma en que ma en cie rta medida ca pa z de au to corregirse), debe a portar di s-
las estruc tu ras sociales se graban en nuestra mente y nu estro tintas respuestas en las diver sas situacio nes a partir de un conjun-
cuerpo por interio rizació n de la ex terio ridad. Bourdieu define to limitado de pauta s de pensamiento y acción . Así , tiende a
enton ces la idea. con m ás precis ión que Elias, como un «s istem a reproducir ant e si tu ac io ne s hab ituales y p uede cond uc ir a innova-
de di spo sici ones perdurables y rranspo nibles e-". Disposiciones , cio nes cua ndo se hall a frente a situac iones in só lita s.
es to es, incl inaciones a pe rcibir, se ntir, hacer y pensar de una de - Lo s cam po s cons tituy en el momento de exterioriz aci ón de la
term inada m anera. inte rioriza das e incorporadas, cas i siem pre de interioridad. Se refieren a la forma en que Bourd ieu concibe las
forma inconsci ent e, po r cada indiv iduo de pen diendo de las cond i- ins tituc iones no com o s us tanc ias . sino de manera re lacional.
ciones obj etivas de su existe nci a y de su trayectori a social. Perdu- como configuracio ne s de relaciones entre acto res ind ivid ua les y
rables , pues aunq ue estas di sposicio nes pu eden modi f icar se du- colectivos ( Bo urd ieu prefier e hablar de agentes para indi car tanto
rante nu est ras expe rie ncias. están fue rt em ente enr aizadas en qu e ac tú an como que no actúan libremente). El campo es una es -
nosotro s y tienden a resistir e l cam bio. ma rcando así una cierta

32
fera de la vida socia l que ha ido co brando au tonomía a través de

---
33
l a s nueva s sc ctctc qias 2. Est ructuras socia le s e n las interaccio ne s
la histori a en to rno a re lacione s sociales, intereses y recursos pro- c1 uidos de la mayor parte de lo s ca pitale s leg ítim os ). Lo qu e
pios. dife re ntes de los de otro s cam pos. Las pe rso nas no se m ue- Bo urd ieu deno m ina campo de po der es un lugar donde entran en
ven por las mi smas razones en e l cam po econó mico, en el artí s ti- relació n cam pos y ca p itales : es ahí donde se enfre nta n los do mi-
co. el periodí stico . el po lítico o el deporti vo . Cada cam po es a l nantes de d ife rentes cam pos. ( un cam po de luchas por el po der
m ism o tiem po un campo de fuerzas -caracterizado por un a dis- entre los que detentan distin tos poderes »?".
trib ución des igual de los recursos y, po r lo tanto , por una corre la-
ci ón de fue rzas entre dom inantes y dominado s- y un ca mp o de
luchas --en e l que los age ntes sociales se enfre ntan pa ra conser- 2.3 la dimensión simbóli ca del orden soci al
va r o transfo rmar esta correlación de fuerza s. Para Bo urdi eu. en
esa s luchas puede estar en juego la propia defini ción del campo y Si Pie rre Bourdieu ha reten ido de la o bra de Marx particularmen-
su de limitaci ón (¿q uie n tiene der echo a participar" , etc.). lo que te qu e la realida d social es un conj unto de rela cion es de fuerzas
d istingue es ta idea de la habitualmente m as cerrada de s istema. entre g rupos sociales históricamente enfrentados. de la obra de
Cada cam po se cara cte riza po r relaciones de com pe tencia ent re Weber ha retenido que la realidad socia l es también un conjunto
sus agentes ( Bourdi e u tambi én ha bla de mercado ), aunque la pa r- de rela cion es de significado, que tiene una dimensión simbólica.
tici pa ci ón en el juego im plica un m ín im o de acuerdo sobre la Para el , las representaci on es y el lenguaje pa rticipan en la cons-
ex istencia de l cam po. trucción de la realidad socia l, si bien no constituyen toda la reali-
Cada campo se caracteriza por mecanismos especifica s de ca- dad .
pitalizaci án de su s recursos legitimas. A sí pues, según Bourdieu. Según Bourdieu, es necesario que se cumplan ciertas Condi -
no hay una so la clase de capital, como tiende a ocurrir en Marx y ciones soc iales externas a las representac iones y a los propios d is-
lo s m arxista s (el capita l económico), sino un a multiplicidad de cursos para que éstos tengan cierta e ficac ia sobre la realida d, con-
cap ita les (cultural, político. et c.). Po r lo tanto, no ex iste una re- diciones favorables prev iame nte inscritas en las mentes y en las
presentación un idim ens ional del espacio soci al - como en lo s ins titucio nes. Este es el caso. po r ejemplo. de lo q ue denomi na
m arx istas. donde el conjunto de la soc iedad se concibe fu nda - «tos efectos de la recría»:" , es decir. los efectos que puede tener
m enta lm en te en tomo a una visión econó mica del cap italismo-e-, una teo ría fi lo só fi ca y/o sociológ ica sobre el mundo social (por
s ino una representació n pluridimensional, estando comp ue sto el ejem plo, la teoría marxi sta de la lucha de clase s) ; estos e fec tos
espacio social po r d ive rsos campos auton ómos, cada uno de los imp lican que los agentes se ap rop ian de elementos de esta teoría y
cu ales defi ne modos de dominació n es pecíficos. De esta m aner a, que esta pueda apoyarse en las institucione s. Se trata de otra mo-
no no s ha lla mo s ante un ca pitalismo (e n el sentido económico). da lidad de relación ent re e l conocim iento erudito y el com ún; en
caracterizado por una forma determina nte de dominac ión (da ex - un movim ient o qu e va del uno al ot ro, pa rte de las teoría s socioló-
plotac i ón capi tal ista»), s ino ant e cap ital izac iones y dominaci o- gicas del pasado puede integra rse progres ivamente en el obje to de
nes: re lacione s as imétri cas entre ind ivid uos y gru po s esta ble cida s análisis de los soció logos de hoy.
en be neficio de los m ismos. algunas de las cuales cruzan d iferen- El tener en cuenta la dimens ió n sim bó lica de la realidad soc ial
tes ca mpo s, como la do mi nació n de las muj eres po r lo s hom- no ca rec e de cons ecuenc ias sobre la mane ra de conce bir las re la-
bres' ". A l m ismo tiem po, es tos m odos de cap ita lizació n so n autó - ciones de dom in ación (de asi metría de los recursos) entre indivi-
nom os, a vec es compitiendo entre sí (por ej em p lo. el co nfl icto du os y g rupos. Es ahí do nde interv iene la noción de viol encia
cl ásico entre quienes det ent an el cap ital econó m ico y el ca pita l simbólica. Las di ver sa s formas de domin aci ón , a m en os que recu -
cu ltura l. hom bres de negocios e int electuales) y se v inculan po r rran ex clus iva y continuamente a la fue rza armada (que, a su vez ,
diversas formas de im bri cac ión (c iertos ag entes acumulan ca pita-

---
imp lica un a dim ensió n sim bó lica, porque se per cibe y exp res a de
les econó m icos, cu lturales y po líticos, m ientras qu e otros son ex-

34
determinada manera). de ben es tar leg itimadas. esto es, cobra r un

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35
Las nuevas so ci ologia s 2. Estr ucturas socia les en (as interacci o nes
sentido positivo o, en todo caso, co nvertirs e en «natu ra les», de Bo urdieu opone una relación p rác tica con la p rácti ca a esta
fo rma que lo s propios domi nados se adhieran al orden dominante, relación teórica e in te lectual con la acción que num er osos filóso-
al desconocer sus me cani smos y su carác ter arb itrario (no natural, fos y soció logos atribuyen erróneamente a l ag ente, un iversalizan-
no necesario y. por lo tanto, históric o y tran sformable). Es este do su pro pia po sición de ob servador reflex ivo . Para él. actuamo s
doble proc eso de reconocim iento y descon ocimient o 10 que cons- en un mundo que «imp one su presen ci a. con sus urgen cias, las
tituye el princ ipio de la v iolenc ia sim bó lica y, por tanto , de la le- cos as que hay qu e hacer o decir. las cosas que se hacen pa ra ser
git imac ión de la s dist inta s dominaciones-". Por ejem plo, e l profe- dichas, qu e imp o nen direct amente lo s ge stos o las palabras s in
sor que anota «brillante» o «torpe» en los deberes qu e le ~re senta de sp lega rse j amás como un cspe ct éculo »>", Para toda una serie de
un alum no está remitie ndo a una j erarquia socia l (e l «brillan te» actos incl uso podemo s «ir de la práctica a la prácti ca s in pasar po r
frecuentemente califi ca a quienes detentan el cap ital cultural legi - el discurso y por la conc ienc ia» (i bíd.• p. 124 ).
timo y el «to rp e» U los ex clu idos) , y este ges to casi siem pre se~á Pierre Bourdieu distingue cl aramen te do s po sturas: la de l o b-
rec onocido por el. alumno como un juic io so bre su comp etencia se rvado r, que re flexiona y razon a sobre la acción, y la del agente
perso nal e ign orado como expresión de una dominac ión social. que actúa, «apremiado» por «el fueg o de la acci ón». con sus ur-
gencias. Par a él, la acción obedece a «una lógica que no es la de la
l ógica» (ib id ., p. 144 ), una lógica práctica , en cierto sentido
2.4 Una sociología de la acción: la lógica de la práctica «presa de aquello de lo que se trata» {ib id.. p. 154). El tener en
cuenta la relación práctica con la práctica !leva a Pierre Bo urdieu
U no de los aspectos peor co noc idos de la socio log ía de Pierre a exami nar una competenc ia de los agentes que pa ra él es funda-
Bourdieu es su soc io logía de la acc ión , esbozada en 1972 en s u mental: el sentido práctico, inscri to en el cu erp o y en tos movi-
Esq uisse d 'une théor íe de la pratíque'? y de sa rrollada en 1980 en mientos de l cuerpo , y q ue no se ejerce más que en la situación
Le Sens pratiqu e. conc reta. ante prob lemas prácticos (s e trat e de un jugador de te nis
S igu iendo es pecial mente la f ilo so tia de Wittge nstei n y de durante un partido , de un obrero con la máquina . de un po lítico en
M erleau -Ponty ( 1908 -1 96 1), es ta soc io log ía de la acción parte un m itin o de un f ilósofo en un co loquio). Parte integ rante de l ha-
de un a crítica de los enfoques inte lectualistas , esto es, de las teo - bitus, el sentido práctico permite al ac to r economizar re tlexión y
ría s de la acci ón que reducen ést a al punto de vista intelectua l de energ ía en la acc ión ; es un operador de la eco nom ía de la prácti -
aquel que la obser va , en detri m ento del p unto de vi sta pr ác tico ca.
de qui en a ctúa. Así , «e l inte lcctua lismo es tá inscrit o en e l La soc iol ogía de la acción propuesta por Pierre Bourdieu es
hech o de introducir en el obj eto la relación intele ctual co n el ob - una de las pocas que se interesa n por la cues tió n de las lógica s
jeto , de sustituir la relación prácti ca con la práctica por la re~ación prácticas, s i bien cabe preguntarse, como hacen Paul Ladrier e-" y
con el objeto que es prop ia del observa dor»!' . En este se ntido, el A lain Cai ll é-", si no tiende a «c argar un poco las tintas en la otra
ín telectual ismo es un objetivism o que percibe la acción des de el d ire cción » . A si , una crítica demasiado unilatera l de los modelos
exterior y desde arr iba co mo un objeto de co noc imiento , s in del actor refl ex ivo podría hacemos caer en otro ses go ide ntifica-
tener en cuenta la relac ió n del ag en te con su acci ón. Uno de los do por el soc ió logo estadounide nse H aro ld Garfinkel-": tomar a
efectos del objetivi sm o de la postura inte lectualista es , como ha los ag entes socia les por «idio ta s cu ltura les» (c ultural dopes) .
mostrado Bemard Lacroi x' ". dotar a priori a los objetos así co n- Opo ne r de manera excl usiva y excesivamente dicotómica la rela-
ceb idos de sde el exterior y analizados por e l soc iólogo (la URS S, ción intelectual y la re laci ón práctica con la práctica es no tener
Fran cia. el Estado , la políti ca municipa l, la clase obrera , etc .) de en cuenta que la refl exiv idad (1a reflexión sobre lo que se está ha-
una homogeneidad y una co ns istenc ia. co mo s i fueran co sas, que c iendo), si b ien no es un paso obligado de toda acc ión, no siem pre
no poseen. está ausente de las co nd uc tas prácticas. aun cuando es tén domina-

36 3'7-
Las n uevas sc ctc tcqfas 2. Est ruct uras socia les en (as i nteracciones
das po r cuestio nes pra gmá ticas . Por lo tanto, lo que no es ta clara- gicos como los de G érard Althabe-", que tienen en cuenta la par-
mente estableci do es el lugar de una reflexividad p ragmática en la ticipac ión del investigador en las relaci ones soc iales que observa
soc iología de la ac ción - por ej emplo, los constreñimíentos más y, po r lo tant o, ins isten en la integ rac ión de las re lacion es invest i-
o me no s apremiantes asociados a la situación dejan más o menos gador/inves tigados en el anál isis .
marge n a formas de refl exividad por pane del act or. No obsta nte,
Bourdieu no pasa po r a lto co mpletam en te esta d imensión , en es-
pecial cuando se deti ene en los periodos de cris is, p ues, en esos 2. 6 El peso determina nt e de las estru ctu ras objetivas
casos, al dejar de ser válidos «los aj us tes r utinarios», entra en
juego la refl exividad del ac eor' ". Co nce de r el predominio a las es tructuras (estructuras de las me n-
La cuestión del tran scurso de la acción ha sido reabierta , apo- tes y cuerpos. así como de las cosas y las inst itucion es) cond uce a
yándose en nuevas fue ntes , por las problemáticas de la acción en Bourdieu a pasar po r alto el peso de la interacción cara a cara en
proceso -una acción seguida de cerca en un encadenami en to de lo s proc esos de cons trucc ió n de la rea lidad social. Para él, las in-
secuencia s de actos- que han surgido estos últ imos años en Es - teraccio nes «oculta n las es tru cturas que se desenvuelven en
tado s Unido s, como, por ejemplo, las investigaciones de Lucy ellas)4l y por tanto no cons tituyen más que (d a actua lización co-
Sucbma rr " , y en Francia, como las de Isaac Josep h en la RATplq yuntural de la relaci ón objetiva»?'. Lo más frecuen te es que ten -
o los análisi s propuesto s po r Pierre Livet y Laurent Th évenor'". gan un papel más pasivo q ue activo en la formació n del mundo
social. Dicho presup uesto teórico le conduce a ser menos atento a
lo que ocurre, lo que refuerza s u marginaliza ción. Por lo demás,
2.5 Una sod ologia reflexiva Pierre Bo urd ieu ha recurri do relativamente poco a la descripción
de situaciones cara a cara (au nq ue sí en el caso de las interaccio-
La sociologia de la práctica no nos ha introdu cido so lamente en la nes de ve.nd~dores y compradores de casas. po r ejemplo-").
cuestió n de la reflexividad de l agente , sino también en la del so - La prio ridad que concede a los aspectos obj etivos de la rea lidad
ció logo. Es po r un movimi ento de re flexividad (vol viendo a sí también le co nduc e a veces a reac tiva r el par aparie ncia/realidad lo
mism o y a su ac tividad) co mo el soc iólogo pu ede evi tar los erro-
res ligados al inte lectual ismo: tomar su prop ia relación intelectual
con elobjeto de análisis po r la relación del agente co n su acción.
.
que tendería a alejar su soc io logía del enfoque construcnv ista. Por
ejemplo. así. ocurre en su reflexión sobre <da ilusión bioer áfica»
donde co nsidera el yo <da más real, en apariencia, de las rea lida-
.
Po r lo tant o , la ca pac idad del soció logo de tener en cuenta su rela- des))46. Por lo tan to, el análisis de la construcc ión soc ial de la reali-
ción co n su o bjeto co nstituye uno de los med ios de mej o rar la ca- dad se ve un tanto limitado por dicha oposición entre una rea lidad
lidad eientifica de s u trabajo . De ahí la imp ortancia de lo que ,,:erdade ra (o~jetiva) y una rea lidad falsa (subjetiva), pues la dial éc-
Bourdi eu de nom ina una objetivación p articipante, pue s la objeti- nca de lo subjetivo y lo objetivo apare ce bloqueada. Una perspecti-
vación (e n este caso, en e l sentido de co noc imiento cientifico) de va co nstructivis ta más deci dida concebiria, a la ma nera de Schütz
la rel ación subje tiva del sociólogo co n su obj eto (s u parti cipación (véase el ca p. 3), «rea lidades múltipl es», aunque entre estos diver-
en e l o bjeto que analiza) forma part e de los requi sitos para que su sos aspectos de la rea lidad social se pueda tratar de distinguir los
análisis sea ciennfíco- ". Así pues, la soc io log ía de Bou rdieu es segm entos más o me nos só lidos , retomando. por ej em plo, los tres
una soc io log ía retl exiva que invita al soció logo a un trabajo de criterios propu estos por Lau rcnt Th évenor'": ám bito de validez (en
auto -socio-an álísts (de su relación con el objeto , que pu ede est ar el espac io), estabilidad temporal y g rado de obj eti vaci ón (objetos e
vinculado a su lugar en e l ca mpo int ele ctual, a su propi a trayec to- instituciones que las encaman) de esas realidades.
ria social, etc .) a f in de hacer su investigación má s rigurosa . Esta La so cio log ía de Bou rdicu, qu e ta mb ién es fruto del trabajo
orientació n refl ex iva pr esen ta co nvergencias co n trabajos etno ló- co lectivo de un equipo de investigac ión. aparece como una de las
-;;;-
38 ~-
39
Las nuevas socio logi as 2. Est r uct u ras s oci ales e n la s interacciones
m ás s ign ifi cativas que ha conoc ido Francia después de la guerra. cas --que es tablecen leyes generales, con independencia de los
tanto por sus desarr o llo s teóricos com o por la d iver sida d de sus con textos .
apo rtaciones em pí ricas. Sus relaci ones con los p lanteami entos Grigno n y Passeron muestran qu e los enfo ques de las cu ltu ras
co nstr uctivistas so n co mp lej as: ha contribu ido a su enriq ueci- pop ulares tienen a oscilar entre dos desvi aciones: 1) el populis-
m iento. a l tiempo que ha continua do encuadrá ndo los en un dispo- mo, que, sac ralizando las culturas po p ulares como si po seyeran
sit ivo constrictivo en beneficio de las estructuras objetiva s. un a autosuficiencia sim bólica (de sentido), olv ida las característi-
cas qu e deben a las re laciones de dominación entre las clase s en
que están insertas, y 2) ellegitimismo (o do minocentrismo), que
3. Desarrollos críticos del constructivismo estructuralista únicament e cons idera las prác tic as po p ulares j erarqu izad as res-
pect o a las form as dominantes, las más legítimas soc ia lmente,
Jean-C laude Passer on . coautor de las prim eras formu lac iones de como s i las ac tividades de los domina do s s iemp re se refirieran a
aquell o que todavía no se den ominaba «constructivis mo estructu- las de los dominad ores. En las cienci as socia les el populism o se
ral ista», y Miche l Dobry, que ha a plicado algunos de sus esque - ha entendido frec ue nte mente como un a rehabi lita ci ón de las cu l-
mas de an áli sis, so n do s de los autores que han realizad o inter e- turas popular es, muchas veces negadas en tanto que cultu ras es ·
santes desarrollos críticos de esta perspecti va. pe cífica s por los aná lisis legitim istas: así, en fu nción de las nor-
mas dominan tes, parece inc ong ruente cons ide rar la petanca una
prácti ca cultu ra l con el mi smo título . por ej emplo , que asistir a un
3. 1 Estructuras de domin ación y prácticas populares: conciert o de Mozart. Por su pa rte, la cri tica de llegitim ismo to ma
Ias cuesti ones de Claude Grignon del popul ismo la muy weberiana ob servación de que «un a cultura
y Jean-Cla ude Passeron dominad a s igue fu ncionando com o cultu ra. es to es, co mo sup re-
macia sim bólica de una condi ci ón socia l, independi ent em ente de
Cla ude G rigo n es di rector de inve stigació n d el In stituto Naciona l sus relaciones de sigu ales con otras cu ltura s) (Passero n, p. 80) .
d e Investigaciones Ag ro nómica s y Jean-Claude Pa sseron direc- Estamos ante un cues tio nam iento de l legitim ismo en tanto que et-
tor de es tudios en la Escue la de A ltos Estudios en Ciencias So- nocentrísmo de clase , es decir. en ta nto qu e jui cio de las prod uc-
cia les en Marsella. En Lo culto y lo populur'", han p lan teado una ciones de los m edi os popular es excl usivamente en funci ón de lo s
serie de cuestiones, rel acionadas con sus propias experiencias en crite rios do minantes. Este etnocentri smo puede culm inar en un
la inve stigación, a las socio logías (la de Bourdieu en tre ell as) a racismo de clase -e-aut éntica negación de humanidad, si las críti-
las que re procha n en genera l un tratam iento inadecuado de las cas al raci smo del antropól ogo C laude L év i-Strauss se extienden
culturas pop ulares. Esta s conside raciones metodológicas y teóri- a las relacion es entre g ru pos sociales de la mi sma sociedad - ,
cas co bran se nti do, en el caso de Pa sseron, en rel aci ón con una q ue excluiría a las clases popu lares del uni ver so humano de la
renovaci ón orig inal de la refl exi ón epi stemol óg ica en las cien- cu ltura par a reducirlas al orden de la naturaleza ; de ahí qu e las
c ias soc ia les. Ha s istem atizado su s aná lisis en Le Raísonnement descripciones clás ica s de cam pes inos y de obreros los releguen al
soctoíogtque -" , asim ismo en di scr epancia con las an teriores for- salvaj ismo y la an ima lidad . Pero, a la inversa. el popu lism o ign o-
mulaci ones de El oficio de soci ólogo. escrito con Pierre Bour- ra el peso de las relacione s de dominación so bre lo s universo s de
di eu y Jean-Cl aude Ch am boredo n , que tendía a aprox im ar las sign if ic ados elaborados en los grupos popu lares, qu e no so n
cie ncias sociales a las de la na turaleza. En la actualidad Passeron «esencias», es deci r. entida de s ind ependientes del resto de las re -
d istingue cl aramente las c ienc ias soc ia les ---com o ciencias his- laciones sociales . A de m ás. los intelectual es populistas no ev itan
tóricas , cuyos en unci ados teóricos nunca está n com p letamente s iem pre el etn oc en tris m o de clase , proyectando en sus descrip cio-
des ligad os de contextos es pe cí ficos- de las cie ncias nomológi- nes , co n frecuencia estetizantes , de los modos de vi da popular es

40 t;i'-
Las nuevas sociologias 2. Estructuras sociales e n las interacciones
sus pro pias conce pc ion es artísti co-intelectuales. A sí pues, es en los mecanismos de de pend encia que las vinc ulan a las sociedades
la ambivalencia de las prácti cas popular es respecto a las estr uctu- oc c identa les. sino ta mbién en fu nc ión de sus propias lóglcas'",
ras de dominación donde G rignon y Passeron ponen el acento. coi nc iden asimi smo co n ciertas orie ntac iones de G rignon y Pas-
Pero ¿qué se ntido co bra n es tos aná lis is frente a las aportac io- seron.
nes de Bou rdi eu? La soc io log ía de la dom inación sim bó lica no
ap arece en Gri gnon y Passero n s ino como una dimensión de la in-
vestigación de las culturas populare s. Seg ún ellos , se ría un error 3.2 La plasticid ad de Las es tructuras:
contem plar las produccio nes po pulares -c-como a veces tiende a La soci oLogia de Las cri sis politicas de Mi chel Dob ry
hacer Bo urdi eu- excl us ivame nte en sus re lac io nes con las for-
m as cultu rales dom inante s. Por ejem plo, medir las ac tiv ida des de M ichel Dobry, profesor de ciencia politica en la Univers idad de
lo s miembros de las cl ases popu lares úni ca mente con un instru - Parí s X- Nanterre , inscri be sus trabaj os en el de sarrollo de los de
me nt o leg itim ista como la no ción de cap ital cultural (q ue se re- Pierre Bou rdi e u. Sin em bargo , tanto la es pecif ic idad de su objeto
fi er e a apro piac ión de lo s recurso s cultural mente legí timos com o pri nc ipal (las cris is po liticas) com o la confro nt ación de los con-
los títu los académicos, los gustos artísticos, etc. ), e ntraña conce- ceptos de Bourd ieu con otra s ori entac iones más interaccionistas
b irl as só lo ne gat ivament e, «en términos de ob stác ulos, lim itac io- - por ejem p lo, la del economista norteameri cano Thomas Sc he -
nes, exclusión, p rivaci on es, au se ncia de elec ción no consuma- lling en La estrateg ia del confl ícto'", la de Peter Be rger y Thom as
ció n y no práctica , etc.) (G rignon, p. 117). Ento nces «só lo qu eda Lu ckm ann o la de Er ving Go ffma n- hac en qu e su Soc iologie
reduc ir, con aire afl igido , tod a diferenc ia a privación , tod a alteri- des crises poíítiques' " ava nce por el cam ino de un constructivis-
dad a in ferioridad » (J.-e. Passeron. pp . 36-37 ). La soc io log ía de mo más equili bra do en cuanto a las relacion es entre las es tructu-
Bo urd ieu no evitaría sie mpre las tra mpas dornin océntricas, aun- ras sociales y las interacci on es. No se trata aqu í de presentar en
que sus aná lisis de las p rácticas pop ulares a vec es pa re zcan má s de talle un apa rato conce ptu al com p lejo. en cuyo a poyo se m ovili-
com plej o s, part icu larm e nt e cuando se ve o bl igado a tener en zan una se rie de ejemplos históricos, sino s imp lem ente de ver qu é
cuenta la dob le d imens ión de depe ndencia (en relac ión con las inflexione s apo rta este enfoq ue al constructivismo es tructu ra lista .
formas legit im as de habl ar) y de au tonomía «da afirmaci ón de El aná lis is de las crisi s polí ticas frecuentemente se ve atrapa-
una contra-leg itimida d ling üist ica») en su análisis de los leng ua- do en la opo sición entre un a sociología de las es tructuras y un a
j es popularcs-". sociolog ía de la acción. Así , para ciert os autores, «las coyuntu ras
Así pues, Grig no n y Passeron nos invita n a la crítica de las po- deci sivas se opo nen a las más rutinari as en un ra sgo co ncreto: por
sibles desviaciones legi timistas y popul istas que amena zan toda " natu raleza", las primeras corresponde rían a un aná lisis en térm i-
sociología de las prácti cas popul ares y, má s en ge neral, muestran nos de decisión, elecc ión o, más en ge nera l, de acció n in tenc ional
que e l co nce pro de dominación , aunque es mu y im portante po r de lo s ac tor es de la cris is, sea n és tos individuos o grupos, m ien-
cuanto ap unta a la es ta bi lizació n de relacion es asimétricas entre tras que las se gundas requeri rían en foque s dirigidos a captar las
indivi d uos. gr upos o soc iedades, no es un concepto omn isciente es tructu ras [...J y ap lic ar esq uemas de aná lisis determ ímstas»".
que ag ote el anális is de las prá ct icas sociale s. Sus anális is conver- De una parte, es ta pe rsp ecti va im pide ver de qu é mane ra infl uyen
gen con c iertos trabaj os soc io lóg icos, co mo los de Fran coi s de las estructuras socia les sobre los periodo s de cris is y, de otra, vis-
Singly sobre la di ver sidad de razon es por las que la gente no res- lumbrar la vulnerabilida d de las es tructuras sociales que actúan
po nde en las enc ues tas de opin ión, qu e no se reducen a un a falta en los contextos más rutinarios.
de competencia cultu ra lleg iti ma>'. En la cienc ia po lítica, las esti- Dobry a prehen de las es tr uctu ras sociales en el m ar co de
m ulantes invest igac iones de Jean -Fran co is Bayart sobre la s soci e- Bourdieu, bajo el doble ángulo de los sectores sociales autóno -
da des afric anas, qu e de ben com prenders e, no só lo en relación con m os y del Irabitus. En lo qu e co nc ierne a los sectores , «la exi sten-

-~
42 4'3-
Las nueva s so cio logia s
cia , en la mayor parte de los sistem as socia les modernos, de una - 2. Es t r ucturas soci ales en las i nte ra ccio nes
la critica de u na forma ac tual de evo luc ionismo que se da partícu -
multip lic idad de es feras o d e campos s oc ia les diferenciados, larmente entre los historiadores: la tende nci a a considerar un pro -
inextricablem ente unidos y. al mi smo tiempo , más o menos autó- ceso de ac ció n co lectiva a partir de su desen lace y a establecer
no mo s, [es] lo que const ituye e l hecho estructural fundamental mecánicame nt e un a relación di re cta entre los resultad os observa-
para la inte ligib ilidad de los proc eso s de cri si s po lítica que pue- do s y las s up uestas ca us as, ignorando lo s aspe ctos más ac ciden-
""
den aparece r en es tos s iste m as»>". Pero es tos s iste m as sociales tados e inciertos de la acc ión durante su de sa rro llo' ".
com p lej os se carac teriz an por una c ierta p lasticidad, es dec ir, sen- Po r el mo mento, la empresa origina l de articulac ión de las di -
sibilidad a las ac cio nes de los actores y a los proceso s de movi li- me nsione s mac ro y m icro prop uesta por Do bry ha sido desarro -
zaci ón co lectiva -de ah ¡ que las coyunturas de cris is sean posi - llada sobre todo en su vert iente teórica. Entre s us pnmeras ap lica -
bles . En cuanto a los ha bitus. Dobry mod ifi ca las formu laciones ciones empí ricas, m ás allá de cierto im pac to sob re las ob ras
de Bourd ieu en e l sentido de co nceder un pe so mayor tanto a las france sas dedicadas a la acc ión colec tiva, señale mos el análisis de
coyunturas como a las sit uaci ones cara a cara . Para él, «en (os in- la crisis política de mayo de 1877 propuesto por Wi lly Pe lletier!".
tercambios entre habitus y situ aciones, el com portam iento de los
primeros no es ne ce sariamente homogéneo » (ibid., p . 244 ). Lo
que le co nduce a proponer <d a idea de que el hab itus pueda deter- 4. La teoría de la estructuración de Anthony Giddens
m inar, con un peso varia ble según los contextos sociales, las con-
ductas y las representaciones» (ibld. p. 24 7) . Investigad or britán ico, A nthony G iddens actua lmente es di rec to r
Por (o ta nto, concibe las coy unturas de crisis al m ismo tiempo de la Lond on Schoo l of Economics, despu és de ha ber en señado
com o transf ormacion es del esta do de los sistem as socia les com - soci o logía en la Un ive rs idad de Cam bridge . La ob ra de Giddens,
plejos y como movilizacion es multisectoriaíes, esto es, movi liza- a diferencia de la de Eli as o la de Bourdieu, es so bre todo teó rica.
ciones qu e se de sarrollan s im ultáne ame nte en varios sec to res so- Gíddens tambié n ha in ten tado combinar, en el seno de una teoria
cia les. las crisis po líticas se caracteriz an por unaJluidez p olitice, de la estructu ració n. una soci o log ía de la s es truc turas socia les
co n di ferente s co mponentes com o la desector ízaci án coyuntural y de la ac ción . algunas de cuy as articulaciones abordaremos a
del espacio social (una es ta bilidad m enor de las fronte ras entre continuación. El conc epto de estructuraci ón no s presenta las es-
los sec tores soc iales ) , la incertidumbre es truc tural (se borran o tru cturas socia les desde e l ángulo del movimien to . Giddens lo de -
con funden los puntos de re ferencia habituales de cálcu lo político ) f ine as í: «Proces o de las relaciones sociales que se estructuran en
y por procesos de desobjetivac í án (pérdida de obj etivídad de as- el tiempo y e l es paci o a través de la dualida d es tructu ral»?".
pectos anteri ormente esta bles de la rea lidad so cia l). Este tipo de
an álisis implica una ate nc ión es pec ia l a las in terpretaciones, a la
activ idad tácti ca , los cálcu los, previsiones e intercambio s de los 4. 1 La dualidad es t ruct ural
actores, que ti enen lugar en esc enarios, esto es, en lugares de inte-
racció n d irecta (cada sec to r comporta va rio s esc enario s) . Así La ide a de la dualidad estructural pu ede ex pres arse de diferentes
pues, Dob ry se interesa por las múlti ple s formas en que ca lcu lan maneras. Primeramente se puede pro poner «que las propiedades
los actores, insertos en d ive rsos contextos; pero, al añadir «cuan- estru ctu ra les de lo s sistem as sociales son a la ve z cond ic iones y
do ca lculan» >", apunta a un aspecto nuevo qu e hasta el momento resu ltados de las actividades rea lizadas po r los agentes que for-
ha tratado po co: las situacio nes do nde el co mportam iento de los man parte de es tos sistem as» (ibid.) . Se trata de una visión circu-
actores no puede co m pre nders e median te la idea de cá lcu lo lar de la construcción del mu ndo social, cu ya s dimensiones es-
(sobre esta d im ensió n, véase la noció n de agape o amor en L uc tructurante s son a la vez anteriores a la acción, como s us

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Bo lta n ski , cap. 5). Por el contrario, ha cont inuado su aná lisis con condiciones, y po steriores, com o sus p rodu cto s. Estos aspectos

---
45
Las nuevas sociologias
es tru ctu rantes. a trav és de los cuales el invest igad o r intenta captar - 2. Est ructuras soci a les en te s in teraccione s
ner a di scursiva » y presenta sem ej anz as con la ide a de rutina
de qué m an era «se esta blecen las relaci ones soc iales en el tiempo [ibid.) . La fronter a entre es tas dos moda li~des ~e com pe tenc ia
y el es pacio». se di stingu en de la acció n hum ana, situada aquí y son impreci sas y ca m b iantes. Po r el contrano, Giddens observa,
aho ra, per o a l mi smo tiempo , «no existen m ás allá de la acción» en refere ncia a la teoría psicoanalí tica de S igmund Freud ( 1856-
presente. Herramienta a bstra cta conce bida por G id dens a f in de 1939 ), que ( existen barr eras. en particul ar la repres ión , entre la
ca ptar lo que, un a vez establec ido, no se inventa en cada nueva in- co ncienc ia d isc ursi va y el incons ciente». el cual incl uye (d as for-
teracción . la única reali dad empíricamente ca pta ble de lo estruc- mas de co noc imiento o im pulso comp letamente reprim idas o que
tu ral es su actualizac ión en la acció n y la in tera cci ón . Pero cabe no apa recen en la conciencia m ás que deformad as » (ibid.). El in-
ve r la idea de ( dualidad estructu ral» desde otro ángulo : en el sen- consciente constitu ye uno de los lím ites de la com pe tenc ia de los
tido de que (d o es tructu ra l siem pre con st riñ e y posi bi lita al m ismo actores hum anos.
tiempo» (ib id .) y, po r lo tan to, remite conj untamente a las nocio- Reconocer la competencia hum an a, au nq ue limitad a. pe rmite
nes de co ntreiiimiento y comp etencia. Por ejemplo, el aprend izaj e a Gi ddens no concebir ríg idamente las relaci on es entre conoci-
de la lengua materna constri ñe nue stra capacidad de expresión y miento común y conocim ient o erudit o del m un do social: «Cuan-
limita nuestras posib ilidades de co nocimi ento y acción, pero, al do se trata de la reflexi ón soci oló gica documentada no hay nin gu -
m ism o tiem po , no s proporci ona un a hab ilidad, haciendo pos ible na line a de demarcación clara entre los ac tores «com unes» y los
toda un a serie de actos e intercam bios. es pec ialistas. Por supues to, h'!y. lineas de ~ema rcac ió~, .~ ero .so.n
ne cesariamente imprecisa s » {ibid. ). A de m ás, en una vrsron di n á-
mica de esta com unicación ob serva que las teoría s de las ciencias
4. 2 La competencia de los actores: soc iales «se entrelazan m ás o m enos con las teorías al uso » de los
con denda práctica y condenda discursiva acto res. Esto no significa que los actores y los investigadores uti-
licen los m ismos crite rios para sus a nál is is. Giddens habl a de
Parte int egrante de una socio logia de la acció n, la teo ría de la es- «criterios de cre d ibi lida d », utilizado s po r los actores para dar
tructura ció n nos p resenta acto res social es competentes, dond e la cuenta de lo que hac en . y de «c riterios de valide z» , a los que se
competenc ia se entiende com o ( tod o aque llo qu e los actores co- re fi eren los investigad ores de las cienc ias soc ia les para apoyar los
nocen (o creen) , de mane ra tácita o discu rsiva, sobre las ci rc uns- resultad os de sus tra bajos o j uzgar los de los dem ás. Se ha inten-
tancias de sus actos y de los demás, y que utilizan en la prod uc- tado desarro llar v af in ar este en foque contem plando al mi smo
ci ón y re prod ucción de la acci ón» {ibid.) . Es ta com petencia pon e tiem po las analogías y las d ifer enc ias, las continu ida des y las dis-
de relieve es pecialmente una cap acidad ref lexiva por parte de lo s co nti nui dades, pero tam b ién las interrel aci on es, en un proceso de
acto res hu m an os, «ocupa da constan tem ente en el flujo de las con- realimentación recíproca (e ntre ac to res e inve stigadores) , de los
ductas coti dianas », es decir, qu e so n ( capaces de co mprender lo conocim ie ntos socia les de los actores y de los inves tiga dores de
que hacen mientras lo hacer» {ibi d.} . Pero es ta «reflexividad só lo las ciencias soci ales'".
o pe ra en parte a nivel discursivo» y, den tro de la com petenc ia hu -
mana, G iddens di stingu e la conciencia di scursiva y la conc ienc ia
prácti ca. La conciencia discursiva rem ite a «todo aquello qu e los 4. 3 Las consecuencias no intendonales de la acci ón
acto res pueden ex pres ar de m an era verba l (oral o escrita )» (ib íd.).
es deci r, a lo que se reduce habitualmente la idea de conc ienc ia . Par a Anthony Gidden s, «las p ropi edades es truc tu radas de los sis-
La concienci a práctica . idea más original, co mp ren de «todo temas sociales se extienden, en el tiempo y el es paci o, mucho mas

--
aquello que los actores conoce n tácitam ente. to do lo que sa ben allá del contro l que pueda ejer ce r cada acto r» (ib íd .). Por cons i-

---
hacer en la vida soc ial sin poder expresarlo directamente de rna-

46
guiente , las consecuencias no intencionales de la acción constitu -
47
la s nue va s s oci olo gi as 2. Estructura s s oci ales e n (as in t eracci one s
yen, con el inconsciente, uno de los pri nci pa les lím ites de la com- de la evo lución general los movimientos de las sociedades huma-
pe tenc ia de los ac tores sociales. nas. Con mucha frec uenc ia, esta dirección de la historia no es m ás
Con este conc e pto, G iddens integra en su teoría de la estruc- que la generalizació n de un aspecto es pe cifico de la acción de la
turación una idea clás ica de la sociologia, desd e el func iona lis mo historia. que confu nde «la evoluc ión genera l con una evo luci ón
de Robert Merton y sus «consecuenc ias imprevi stas de la acc ió n especí fic a» (ib íd .). Hallamos aqu í conve rgencias con la tentativa
social» hasta el ind ividua lismo metodo lógico de Raym ond Bou- de Raymond Boudon de res ti tu ir un lugar al azar y al desorden,
don y s us «e fectos perverso s» . ¿De qué se trata? «En el transcur- cues tionando las teorías con pret ens iones universalistas de ca m -
so de la acción s urgen sin cesar consec ue ncias no deseadas por bi o, de desarroll o o de la modernizaci ónv",
los act ores y, de m an era retroactiva, es tas consecue ncias no inten- No o bstante, con su critica G iddens retoma, en ciertos aspec-
cionales pu eden convertirse en las condiciones no reconocidas de tos, el cuestiona mi ento aún más radi ca l y s istem át ico de los evo -
ulte rio res acciones» (ib id). Asi pue s, lo qu e propone G iddens es lucionism os, formulado, apoyándose en la obra del f ilósofo Frie-
un a ver dadera di al éctica de lo intencion ad o y lo no intencionado , drich Nietzsche ( 1844- 1900 ), por el f ilóso fo-histo ria do r Mic hel
donde lo intencionado es tá atrapado en com p lejas se cuenc ias de Foucault ( 1926- 1998 4). En co ntra de las «génes is linea les », qu e
actos que se le escapa n y q ue llevan la acc ión más lej os de lo qu e intentan «reu nir en un tod o cerra do en si m is mo la di ver sidad, al
él pretende. Gi d de ns pone el ej em plo de la luz y el ladrón . El fin y al ca bo red uci da. de l tiempo» , Fou cau lt trata de devol ver su
actor enciende la luz de su casa al en tra r, alertando al ladrón que lugar a lo discontinuo, lo errático, lo heterog éneo , lo singu lar y lo
está allí, qu e huye y es detenido por la pol icía para acabar en la accidenta l, es to es, «m ostrar las d isp ersiones y las di fer enc ias e' ".
cárcel. Ahora b ie n. la in tención del ac to r só lo era iluminar su
casa. La idea de las consecuenc ias no intenciona les de la acción
intenta responde r a la siguie nte pregunta : «¿Cómo es qu e un acto 4.5 Sistema, i nt egrad ón social e integradón sis t é mica
tan banal como apre ta r un in terr uptor ha podido de sencadenar o Lo micro reabsorbido por Lo macro
una serie de ac ontec im ient os , al gu nos de los cua les es tán muy
lej os, tant o en el es pacio co m o en el tie m po, del acto de sencad e- G idde ns critica los análisis clásicos de las socio logías fun ci ona-
nante?» ( ibld.). Esta noc ión se convierte as í en un media dor e in- li sta s y, p ar ticul armente la id ea de / un ción . Med iante un a m etá-
clus o en una sue rte de conductor de acc iones e interacciones co ti- fora biologi st a que identif ica un sistema soc ial con un cue rpo
dianas ha ci a co ntextos espa cio -t empora les má s amplio s, s in qu e . humano do tado de funciones natu rales, las exp lic ac iones fun cio-
a:diferenc ia de la noción de interdep end enc ia de Elias, la serie de na les pasan po r a lto, seg ún él, la compe te ncia y la ac tiv idad inten-
acci ones se considere un conjunto. cional de los actores , y pref ieren atrib uir una lógica y una racio-
na lidad autosuficientes al propi o sis te ma social. As í creen «ha be r
resue lto un a cuest ión» , donde sim p lem en te se «ha planteado un
4.4 Critica del evoludonism o problema» (i bid. ). No obs tante. G iddens no ev ita la tentación de
cons idera r las pa rt es de un conj unt o soc ia l en referen cia a un
Si Giddcns co ncede gra n im po rtanc ia a la hist oria y a la dim en- todo; de ahí que rec urra a las nociones de «s iste ma social», «inte-
sión tem poral de la acción soci al , se m uestra muy crítico res pecto graci ón sis t émic a» e «int egraci ón soc ial» . El sistema social se de-
al evoluci on ism o, esto es, «la te ndenc ia a asociar la temporal idad fin e como la «formac ión , a tra v és del es pac io y de l tiempo , de
a un a secuenc ia linea l y, por lo tant o . a co ncebir la historia como model os re gu larizados de relaci ones sociales concebidas como

-_.-
s i es tuviera an imada por un m ovim iento cuya d irección fuer a per- práct icas reproduc idas» (ib id.). Por tanto, es un todo es ta bleci do
ce ptible». Uno de los peligros del evo luc ion ism o es lo qu e deno- lo que tiene en mente , aunq ue precisa que los s iste mas socia les
m ina <d a visió n unidi reccional» , qu e com prim e en una sola línea «rara vez poseen la un idad interna que caracteriza a ciertos siste -

48 '"'49-
I l as nu e vas socio logi as
I ma s fisico s y biológicos) (ibíd.). La integración so cial designa lo
qu e es propio de las situaciones de interacción, es deci r. «la reci -
3. Interacciones
procidad en tre actores en las circunsta ncias de copresenc ia» , y la
nuegrac í án s istémica ex tiende su ámbito, expresando ( la rec ipro-
en las estructuras sociales
cidad entre actores y co lectiv ida des en condic io nes espacio-tem-
porales más amp lias. más a llá de la copresenc ia» (ibid.). Gidde ns
pretende haber «s ob re pasado» la di sti nc ión m icro/macro co n
estos co nceptos. Parecería más bien que sus esquemas co nce ptua-
les mantienen la tensión entre e l interés por las ac tivida des co ti-
dianas de los actores y e l proyecto de conce birlas en función de
un rodo que necesari am ent e se les im pone . De nu evo encontra-
mos aqu í la di fi cult ad de cons id era r de man er a equ ilibrada los
p rocesos de copro ducción de las partes y del todo.
Con G iddens hemos visto un a te nta tiva teórica original para
sa lir de los dualismos clásicos de las ciencias soc ia les , pe ro no
parece que las sol uciones esbozadas es tén completament e a la al-
tura de sus ambic ione s. En una cienc ia empir íco-te ár íca como la
soc io logía , es ind uda ble que los problemas no pueden resolverse
de forma exclusivamente teórica.
: Nuestro recorrido por la problemáti ca co ns tru ctivis ta conti nua
con va rios autores que. s i bien parten de lo s ind ividuo s y su in-
teracci ón. tie nen en cuenta entidades m ayores que esto s indivi-
• du o s y sus intercambio s cara a ca ra (i nst ituciones. organizacio -
• nes, re de s. normas. et c.), que se convierten en cons treñim ientos
en las acti vi dades cotidia nas de construcción de l mund o socia l.
A lgunos de esto s soció logos h an desarro llad o s us tra bajos desde
lo s añ os sesenta e n Estados Un idos ( Peter Berger. Thoma s
Luc kmann y Aa ron Cicoure l). mi entras qu e o tros se han a fi rm a-
do má s re cientem ente (M ichel Cal len, Bruno Latour y John El s-
ter). pero tienen en com ún ha ber despertado interés en los años
oc henta y princip ios de los noventa. en el momento en que las
o r ientaci o nes m ás «c uali tativa s » y m ás «interaccio n istas» te-
nían más éx ito qu e previamen te. No obstante. aquí no tratare-
mos más que tra bajos qu e int entan sa lir de l nive l m icrosoci ol ó-
gico es tr icto y que, por lo tan to , tam bién intentan evita r las
di cot omías tradicional es.

~-
50
La s n uevas soctc tcqias 3 . Inte racci ones e n la s est ruct uras sociales
- La sociologia fenomenológica de Alfred Schütz
1. La construcdón sodal de la realidad
de Peter Berger y Thomas luckmann
De origen austriaco, Schütz se e ncuent ra en e l cruce de las preocu-
Peter Berger y Thomas Luckm ann so n profesores de socio log ía paciones de la socio logia de Web er y de la filosofí a fen omeno lógica
en Es tados U nidos y A lem ania respectivamente . Su libro - La de Edmund Husser (1859-1938)1 . Después de exiliarse en Estados
construcción social de la realidad , subtitu lado Un tratado de so- Unidos e n 19 39, su int erés por la cuestión de la acd ón le lleva a ex-
ciología del conocimiento-, publicado orig ina lmente en Esta dos plorar la tradición pragmática de la filosofía estadounidense (J ohn
Unidos en 1966 y rei mpreso consta nte m ente, se ha convert ido en . Dewey, WiUiam J ames o George Herbert Mead)Z, así como la socio -
una obra de referenc ia . Be rger y L uc kmann fueron alum no s en logia e nto nces predomina nt e de Talcott Parsons (1902-1 979) . Entre
Esta dos Un idos de un au to r cl ásico de las ciencias socia les : AI- las aportaci ones, principalmente teóricas y metodológicas de
[r ed Sc hü tz, ini ci ad or de una sociolog ía «fe no meno l ógica» . Schütz, s ~ pued e mencionar esquemáticamente:
- « l os objetos del pe nsamiento construidos por los investiga-
1.1 Un constructivismo fenomenológico : dores de las cie ncias sociales se fundan sobre los objetos del pensa-
La aporta ci ón de Alfred Schütz miento co nstr uidos por el pensa miento corrie nte del hombre res-
pecto a su vida cotidia na e ntre sus semej ant es y a ésta se refie ren.
A d iferenci a de! constructivismo es tructuralísta propugn ado po r De esta forma, tas construcciones e mpleadas por el investigador de
Pierre Bourdieu, qu e parte de las estructuras soc iales, se puede aso- las ciencias sociales son, por as¡ deci rlo, construcciones de segundo
ciar a Berge r y a Luckmann con un constructívismo feno menológi- grado: constru cciones de las const rucciones edificadas po r los acto-
co , que parte de los ind ividuos y sus intera cciones. Desde este punto res en la escena social cuyo comporta miento observa e l científico y
de vista, la aportación de Schütz (véase el rec uadro m ás adelante) es trata de explicarlo a l tie mpo que respet a las reglas del procedimien-
im portante y marca especialmente la introducción (<<El probl ema de to cientif icc »>,
la socio logía del co nocirniento») y el primer ca p ítulo del libro (ed.os -Por lo tanto, el conocimie nto erudito de t mundo social se
fundament os del co nocimiento en la v ida co tidiana»). apoya e n e l conocimiento ordinario: «Toda interpretación de este
En la introd ucción. Berger y Lu ckmann amplían e l ámb ito de mundo se a poya en una reserva de experiencias previas - las nues-
la sociolog ía del conocimiento, prev iam ente demasiado limitado tras o las que nos tra nsmiten nuest ros padres o profesores- ; bajo
a l co noci m iento teóri co . al conocim iento común y, desde ahí, al la forma de "conocimien tos disponibles", estas expe rie ncias funcio -
conj unto de proceso s de construcción soc ial de la realidad . Insp i- nan como pautas de refe rencia» (i bíd.), e n un stock de conocimien-
rado s p o r Sc hütz , parten del conocim iento en la vida co tid iana y tos dispon ibles .
de su rict ivaci ón en las s ituaciones cara a cara. En es ta per specti - - El conocimient o común se caract eriza por su tip icidad: «lo
va, «la realidad de la vida co tidia na contiene pauta s de tip ifica- que se experimenta en la percepción actual de un obj eto se t rans-
ción en función de las cuales los otros son ap re hendidos y vtrata- fiere [...] a todo objeto similar, percibido únicame nte en cuanto a
do s" en los inte rcamb ios cara a cara. As í, yo conc ibo al o tro co rno su tipo» (ibid .). Particu larmente media nt e el lenguaje que han he-
ho m bre, europeo, compra do r, ti po alegre, etc. » (ib id.). Estas tipi- redado de generaciones anteriores, los act ores llevan a ca bo una ti-
ficacion es reci procas de lo s ac tores « form an parte de una " nego- piftcadón del mundo social: «Cuando int roduzco una carta e n el
ciac ió n" continua en la si tuación cara a cara. En la vida co tidiana, buzón, es pero que unas persona s desconocidas, denominadas carte-
ta l " negoc iac ión" probab lem ente es tá a su vez pre-dispues ta de ros, actúen de una manera ti pica que en parte desco nozco, con el
una man era típica , como en el proceso mercantil entre comprad o- res ultado de que la ca rta llegue al destinatario en un tie mpo tí pico
res y vende dores» . razonable» (tbtd.).
-5'2 53

¡
Las nuevas soctot oq ías

El mundo al que se refie re e l conocimient o coti diano es de


ent rada un mundo intersubjetiva y cultural. porque no es solamente
- 3. Interacci o nes en las es t ructuras sociale s
los 2 (cd.a sociedad como realidad objetiva») y 3 (vl.a sociedad
com o realidad subjetiva »). De es ta ma ne ra. dan una de las fonnu-
el mio. sino ta mbién de ot ros hombres. ent re ellos tos que me han laciones m ás sistem áticas de un programa constructivista en las
precedido. y está constit uido por sig nificados que se ha n sedimen- cienci as sociales , recurriendo , más a llá de Sch ütz , a autores tan
tado en la historia de las sociedades humanas (ibid.). diferentes como Marx . Durkheim. Simm e l. Weber, Mead, Sartre,
- No hay homogeneidad ni del lado de los acto res ni deLlado del parsons o Goffman .
mundo social en el que participan: 1) El stock de conocimientos dispo- En pri mer lugar, la sociedad es para ellos tanto una realidad
nibles no es el mismo para cada actor: hay una «distri bución social deL objetiva , es de cir, exterio rizada ( inde pend iente de los actores que
conocimie nto» ligada a la situación biogróficamente determinada de la producen) como objetivada (constituida por mundo s de objetos
cada uno (ibíd.), y 2) el mundo de la vida cotidia na está estructurado separados de los sujetos). Es es te doble proce so de ex terioriza-
en «diversos niveles de realidad», en realidades múltiples'". ción y obj et iva ción, en la m ed ida en que se apoya en el cono ci-
-Schütz comprende la idea centra l de acción «en el senti do de la miento com ún tipif'icador y en las interacciones ca ra a cara, lo
conducta humana, en tanto que prevista por su actor, esto es. la con- qu e al imenta los proceso s de institucionalización en se ntido am -
ducta basada en un proyecto preconcebidoa' : la idea de proyecto. plio: «La ins titu ciona lización se m an if iesta cada vez que las cla-
orientada aLfut uro, lleva emparejadas las de candencia y motivos. ses de actores efectúa n una tipif icación recíproca de las accione s
- Por últi mo. Schütz diferencia e l conocimie nt o er udito del hab ituales. [...] Hay que subrayar la reciproc ida d de las tipifica-
mundo social. propio del sociólogo, y el conocimient o común en el ciones institucionales y la tip ici dad de las ac ciones, pero también
que se apoya. El investig ador de las ciencias socia les que observa el de lo s actores en las ins titu cio nes. [... ] La propia in stitución tip ifi-
mundo soci aL se guía por un siste ma pertinencias diferente del del ca a la vez a los actores y las acciones ind ividuales. [...] Por ejem-
actor que toma parte directamente en la acción (lo que es pertinen- plo, la in stitu ción de la ley determina qu e en determinadas cir-
te para uno no lo es necesariamente para el otro); el erudit o. que cunstancias se cortarán ca be zas y que unos tipos específico s de
quiere conocer, y no actuar e n la situación observada, se ve obliga- individ uos ejecutarán la se nte ncia (lo s verdug os o miem bro s de
do a distanciarse de ella y. para ello, recurre al stock de conocimien- una cas ta impura o vírgenes que hayan pa sado de una edad o los
t os disponi bles de su discip lina científica (su corpus de reglas de designados por un o r ácu lo)» (ib íd.). Así pue s, las instituciones
procedimientos, métodos, t écnicas, conceptos y modelos)". adquier en cierta solidez y es tabilidad me rced a la acc ión de la his-
Para terminar con algunas criticas dirigidas a (a sociología fe- toria, a través de fenómenos de cristalización de las tipificaci o-
nomenológica de Schütz, hay que señaLar ciert os prob lemas, en par- nes y los hábitos. y de su se dimentación en el curso de l tiempo
ticular. el riesgo de cent rarse excesivamente en el actor individua l, (es pecialm ente, pero no só lo . en res er vas comunes de co no c í-
su conciencia y sus proyectos en la interpreta ción del mundo socia l, miemos, co mo e l lenguaj e qu e no mbra la realidad). A demás, las
as¡ como la tentación de reducir todo el campo de las ciencias so- instituc io nes deben especializarse en un proceso de división del
ciales a una construcción de seg undo grado. trabajo, y los prop ios actores de se mpeñan, en función (y dentro)
de cada instituc ión . roles sociales diferenciados (ib íd.). Para man-
tenerse, los un iverso s institu cionales requieren legitimaciones de
orden cogn itivo y normativo , es to es, formas sim bó licas que per-
1. 2 l a so ciedad como rea li da d objetiva y s u bj etiva miten su conoc im iento (p rác tico y teórico) y que les confieren
valor. La ins tituc ionalizació n no es en ab so luto irreversible ; por
Para Berger y Luckmann. «la sociedad es una producción huma- lo tamo, pueden ex istir fo rmas de desin stituc íonaliza ct án.

--
na. La soc iedad es una realidad obj eti va . El ho mbre es una pro- Es ta lectura construc tivista de la realidad social se opone a los
du cc ión soc ial»: de ahí los títulos complementarios de los ca pitu- modelos sist ém ico - func io nali stas (en términos de s istem a, de
54 55
Las nuevas socio logi as 3. Int e racci one s e n La s est ructuras s oci ales
funci on es y de integración) en el sentido de que (d a integra ción los modos de obj eti vación e inst itucionalizaci ón, el m arco de una
no de scansa en las institu ciones , s ino en su legitimació n» ( ib íd .) socio logía del conocim iento a un ext end ida a una construcción de
y, por tanto, no hay una « func ionalidad» ni una co hesió n «s ist é- segu ndo grado .
mica» a priori en el seno de las in stituciones o entre las insti tuc io-
nes de un a soc ieda d. sino un tra baj o sim bó lico para atri b uir les co-
her en cia. Por otra parte, el énfas is que ponen en la objetiv idad 2. La so d o logia cogni ti va de Aaron V. Cicoure l
construida del m undo social distin gue el enfoque de Berger y de
Luckmann de los más su bjetivistas, como el de Paul Watzfaw ick. Nacido en 1928, Aaron V. C ico ure l es pro fesor de sociologí a en el
en com paración con los cuale s Lu ckmann ha comenta do qu e departamento de Ciencia Cognitiva de la Universidad de Ca lifor-
«Berger y yo cas i so mos m ateria lista 5»l . nia en San Di ego . Lo mi sm o q ue Har old Garfi nkel (na cido en
Para estos dos a utores. la socieda d también es una realidad 19 17), con qu ien in ició la corriente de la sociología norteam erica-
subjetiva, es decir, ínterioriza da a través de la socialización. Es ta na denomin ada etn om eto dolog la - m uy de batida en lo s años
socialización se de fine como (d a insta lación cong ru ente y exten- ochenta-o fue alumno de Sch ütz. C ico urel ha desarrollado una
sa de un ind ividuo en el m undo objetivo de una socieda d o de un obra m u ltiforme de d imensiones metodológ icas, teóricas y empí-
sec to r de la misma». La socialización p rim aria se prod uce duran- ricas (es pecialmente en los ám bitos de la del incuencia j uvenil, la
te la infancia, po r lo que es más marcada, mientras que la soc ial i - escuela y el hosp ital). Dentro del m ovi m ient o etnometodológico,
zaci ón secu ndaria tiene lu gar en lo s a prendi zaj es po st eriores. nos centraremos en ci ertas inves tigaciones suyas, ya que es él
Como la ins tituc ionalización, la socialización se carac teriza por qu ien ha ido más lej o s para salir de un marc o au n dem as iado inte-
un doble pro ceso de conservación y transformación. Uno de sus raccionis ta e identi fi car nu evos punto s de contacto con los aspe c-
vectores es «e l recurso de la conversació n» ; «m antie ne continua- . tos macrosociales de la rea lidad.
mente la real idad a l tiempo que la modif ica si n cesar. Hay el e-
m entos que se abandona n o se añ ad en, de b ilitando ciertos secto -
res de la re al ida d (...] y re forzando otros » (ibíd .). En fin , tan to en 2.1 El pun to de pa rti da et nomet odológk o
el p lano del mund o objeti vo co mo en el de l subjetivo , su aná lisis
po ne el acento en la diversidad como característica de nue stros Haro ld Garfinkel tam bién fue alumno de Talcott Parsons, que se
contextos con tempo ráneos, en lo qu e denominan pluralismo de propu so art icular una m acrosociolog ía sistém ico-funciona lista in-
re alidades e identidades . teresada en la estabil ida d del orden soc ial y un a teoría de la ac-
La s ínte s is prog ramática pro puesta por Berger y Luckm ann ción q ue tu v iera en cuenta las moti vaci ones de los actores. G ar-
ha susc itado interés en las cienc ias socia les es tos últimos años, finkel ha int entad o abordar es to s problemas de ot ra man era. En
pe ro ta mbién críticas. En el primer aspec to ca be c itar lo s trab aj os 1967 publicó su Studies in Ethnomethodology" , que se considera
de sociología econó m ica de Mark G ranoverte r y Richa rd Swed- el libro «fu ndacio nal» de la emo rnetodclogia.
be rg o de C lau de Dubar sobre la socia lizac ió n. En cua nto a las En el propio t érmino etno metodo logía, «etno» sugiere que un
críticas, se les ha reprochado q ue «po nen las re laci on es interindí- miem bro d ispone de conoc imientos de sentido com ún respecto a
viduales en la bas e de toda obj erivaci ón»> y que , invocando una su soc iedad y «me todo log ía» se re fie re a la a plicación de méto-
soc io log ía del conoc im iento, olvida n que el objeto de la soc io lo- dos o rd inari os po r d icho mi embro . La no ción schütziana de
g ía «v a m uch o más allá de la cu ltu ra del se ntido común» de los creencias de sentido co mlÍn, así como la de miem bro (y no indivi-
actores.'. Vo lvemos a encontrar aqu i las lim itaciones de Sch ütz. duo o actor) -de o rigen parsonia no--, dotado de comp etencias
No obstante, es pos ible q ue , en últ im o término , los análisis de que remite n particularm ent e al domin io del lenguaj e en una co -
• • • • •r,8" :e;r:=g er y Lu ckmann de sborden , particularm ente en el aná lis is de
56
lectividad da da , permiten entrever que la preoc upación por la es-

-'--
57
Las nue vas sociologi as 3. Interacciones e n las e structura s so cia le s
ta bil idad d el o rd en socia l no ha desap arecido y qu e es po sible r esion al es tienen de cono ci mient o pr áctico». Es to no s ign ific a
establecer vínc ulos con lo s as pec tos más macro socia les. Sin em- que los consi der e idénticos, pues, r~to m a n.do los anali,sis de
ba rgo , a di fe rencia de Pa rsons, las investigacio nes de Garfinke l Schütz , tam bién tiene en cuenta sus diferencias en el ca pítu lo 8
van d irigi das so bre tod o a la acc ión pract ica , a las inter acc ion es (<<Las prop iedades ra cionales de las actividad es científ icas y de
coti d ianas y a las fo rm as de razonamien to prácti co, pues, como sentido com ún») .
indica Louis Quéré, Garfinke l cons idera q ue «e l orden , la reg u la- A raiz de los trabajos de Har vey Sacks y Emmanuel Sche-
ridad. la congruenc ia qu e muestran los fenóm eno s soc iales so n glotf, la investigac ió n emorneto dol ógica se ha de s~~r?lI ado parti-
resu ltado de op eracione s intera ctivas realizada s en el m o m ento n ~ . culannente en e l ám b ito mi cro soc io l ógico de l an álisis de la con-
Po r eso , al contrario qu e en «c ie rtas interpret ac iones de Du rk- l,;ersación.
he im {...] la rea lidad objetiva de los hechos socia les [se con c ibe]
com o la real izaci ón conti nua de act ivid ad es conc er ta das de la
vida diarias ". 2.2 La sod ologia cognit iva
Los es tu d ios etnometodológicos enfocan (d as actividades co-
tidianas en tanto qu e m étodos de los m iembros para ha cer es tas por su part e, en el contexto etadounide nse, Aaro n V. Cicoure l ha
ac tiv idades visiblem ente raciona les y com un ica bles para todos orie ntado sus trab aj os hacia un a soc io log ía cogn itiva . Esta ates ti-
los f ines prácticos; esto es, descriptibles (accountable) como or- gua un trip le interés por el lenguaj e, el sign if icado y el conoc i-
ganizac io nes de activ ida des ordi narias. La refl exivi dad de es te fe- miento (de ahí el calificat ivo de cog nitiva s', En el ce ntro de sus
nó meno es un rasgo sing u lar de las acc iones y las circ unstanci as investigacion es se hallan las nociones de:
prácticas. d el conoc im iento de sen tido co mún de las es tructuras -s-Pro ced ímientos interpretativos, «para arti cular las ideas de
sociales y de l razona m iento sociológic o práctico» (ibíd .). A unque los fe nomenólogo s y de los etnometodólog os y relac ionarlas co n
lo s m iem bros no est án describi endo sus ac to s constantemente , trabaj os so bre la adquisición y el uso del lenguje, la mem oria y la
Garf inke l ins iste en que los fenó me nos soc iales so n susceptibles atenció n o, en genera l, con lo que conc ierne al proce samiento de
de de scripción , es to es, pueden se r obj eto de la reflexiv idad y la la in formac ión» (i bíd. ) .
tematizac ión po r parte de los m iem bros. Así, este modo de abo r- -s-Comp etencia ínteracciona í, «que permite pre cisar las re la-
l·~
dar los proceso s soc iales nos puede llevar de la desviación identi- cio nes entre los proce so s cognitivos, la aparición de contextos y
fic ada por Garfink el -cons iderar a los acto res «idiotas cultura- los voca bu larios de des cr ip ción (accounting vocabular íes)»
les» (cultural dop es), hiperco nfo rm es con las normas soc iales (ib id.).
preesta blec idas y ape nas reflex ivos-e- a otra, en es te cas o inte lec- El aná lis is soc io lógic o se ab re igua lmente al cam po de la co-
tua lista, an aliz ada por la soc io logía de la prácti ca de Pierre Bour- municación no verba l (e n el estu dio del len g uaje de los sordos,
di eu . Si la refl exivid ad de los m iem bros no pu ede elim inarse a erc.), qu e no cabe red uc ir al mode lo de la comunicación verba l
priori de sus conduc tas pract icas, es indudab le qu e no es só lo a (ib id ., cap. 5).
pa rtir de ella co mo pu eden com prende rse es tas últimas. Por ta nto, Cicoure l m ue stra que, en sus act ivida des cogni tivas, los acto -
asociar los problem as plan teados por Bo urd ieu y Garfinkel qu izá res y los investigadores se ven obl ig ados a apoyarse en procedi-
supond ría elabo rar una econo mía práctica de la reflexividad , va- mientos interpret ativos com unes . Por tanto , e l invest igador no
ria ble según las situ acio nes . pue de «ha ce r objetivas sus observac io nes má s qu e exp licita ndo
En lo qu e concierne a las relaciones entre el co noci m iento las propiedades de los procedimientos interpretativo s y su depen -
erudito y el conocim iento com ún del m undo social, Garfin ke l denc ia de ellos en la investigación» (ib íd .). De esta fo nna, la p re-
esta int eresado sob re todo en las se mejanzas entre los dos órdenes tens ión de objetividad científica im plicaría, en e l caso de las cien-

---
de conocim ie nto, en lo qu e las «investigac iones sociológ icas pro-

58
.,
---
cias sociales , un im perat ivo de reflexividad sociológica . En fin , al
59
las n uevas soci ologi as 3. Inte racciones e n La s estructuras socia le s
trata rse de «e xplici ta r el papel del conoc im iento y del contexto en mía re lat iva de cad a nive l de análisi s» y se es fue rza por tener en
el es tu dio de la es tructu ra soc ial» (ib íd.), se plant ea la cuestió n de cuenta <da int eracción de los di ferentes n iveles» (ibid.). Para ello,
las rel acion es con los as pectos ma crosociales, es pecia lmente a propone una idea orig inal: «Los miembro s de un grupo o de un a
través de los pro cedim ientos de «adquisició n de la es tructu ra so- soc iedad han creado sus propias teorías y métodos pa ra llevar a
c ial» en el tra nscurso de la socializac ión (ib id ., ca p. 2) . ca bo es ta int egraci ón » entre lo mi cro y lo macro y, por lo tanto.
Desde m edi ado s de los ochenta se observa un interés cr ec ien- sus activ ida des cotid ianas incorporan «un se ntido de la integra-
te po~ la dimensión cogn it iva de la acción soc ia l. Cabe mencionar, ción micro-mac ro» (ibid. ). Este trabajo de los actores para garan-
por ejem p lo, a Jean G . Padioleau o los tra bajos de Bemard Co- tizar vías de com unic ación entre lo m icro y lo m acro puede desig-
nein, insert os part icularmente en los debate s de las ciencias cog- narse adec uada me n te co n la noc ión d e res umen (s ummary),
n ~.t~v~s (en espe~ial las disciplinas biológicas, psicol ógicas, lin- siendo los resúm enes modos de procesami ento de la in fo rmació n
gu isucas ? de la I.nteli gencia artific ial). Pero en e l tip o de di alogo «q ue trans fo rman m icroacontec im ientos en macroestructu ras »
que .Conem m anti en e con la s cienc ias cognitivas, cabe preguntar- (ibld.). Así, el mé dico inte rp re ta y res ume las in fo rmaciones qu e
s~ 5 1 un o no se hall a ante un nu evo riesgo de na turalismo - por le propo rc io na su pacient e en una histo ria médi ca qu e pu ed en ut i-
ejemp lo, en la investigación de puentes con la etol og ía (e studio t lizar otros pro fesional es de la san ida d y que será cons ide rada un
del co m portamiento de los animale sje--; que tienden a rea line ar dato en el se no de las in stituci on es mé d icas, agregable a otros
las cienc ias socia les con las naturales. datos (p or ejemp lo, en las investi gaciones epidemiol ógicas) . En
las insti tuciones de la enseñanza se puede observar proceso s sim i-
lares en los res úmenes de interacciones que const ituyen los expe -
2.3 Nuevos puentes entre lo micro y Lo macrosodal di entes académi cos, reunidos posteri ormente en ba lances que es -
, ta blecen los resultados d e un a gene ració n y que , a su vez,
, Desde principios de los ochenta, C ico ure l se ha interes ado parti- constituyen datos para el estudio de la movi lidad soc ial.
"
I cu lannente por un a reformulaci ón de la cuestión de las relacio nes Dentro de la co rrient e etn ometod ológica, es tas per sp ecti vas
1, entre los as pectos mi cro y macro de la re alidad social. han sido criticadas por Emmanu e l Sc heglofft''. Desde el punto de
Para Cicourel, «una mi cr osociologia no puede pret ender es ru- , vista es tricta mente microso ciol ógico , Sc hegloff plan tea el doble
I
.'
" d iar la interacci ón social como un producto local y autos u fici en -
te, de la m isma man era que los teóricos de la m acrosoc iologí a no
t riesgo «de int roducir prematuramente vínc u los con las macrova-
riables» y de «no es peci ficar adecuadam ente el fenómeno inte -
'p ueden ignorar los proces os microsociales e", au nque só lo sea raccional» (ib id. ). Es to no ha im pe d ido a C ico urel de sarroll ar sus
porque, im p líc itament e y sin problematizarl o, cada n ivel util iza investigac iones sobre la imbricación de los contextos en las act i-
.c om o p untos de apoyo element os tomados a l otro nivel. Por ej em - vidades socia les. teniendo en cue nta particularm ente las dimen-
p lo, el invest iga dor mi cro situar á su observación participant e de sio nes int eractiva s, cogn it ivas. lingüísticas e ins ti tucio na les , al
un pequeño grupo de actores en un con tex to ins ti tuc ional y cultu- tiempo qu e invita al investigad or a que int egre en s us análisis el
ral más amp lio , que dará por se nt ado y no cuestio na rá. m ientras prop io contexto de la inve stig ación en un ac to de refl exividad so-
que el soc ió logo macro agregará las resp ue stas a un cuestionario ciológica, a fi n de gara ntizar la validez contextual (ecological va-
pres upon ien do la compe tenc ia cognitiva y d iscursiva de los acto- lid íty) de sus da tos resp ecto a los contextos co munes en la vida
res entrevistados, pero sin to m ar la por objeto . Ah ora bien , en los cotidiana. En relación con estas preocupaciones, C ico urel m an -
res ultados d e la inves tigac ió n ambo s e lim ina rá n las «in terferen- tie ne desde ha ce varios años un debate con Bourdieu en el que ha
cias» macro o m icro, a pesar de que en parte cons tituyen la base propuesto. por ejemplo, una ap ropiac ión criti ca del concepto de
de su trabajo . A l mi smo tiempo, la perspectiva de la integra ci ón de i habitus. ten iendo en cuent a principa lme nt e lo s as pectos interacti-

-
• • • • • • 10 mi cro y lo m acro sugerida por Cicourel recono ce (d a autono - J
60
vos, cog ni tivos y lingüísti cos !'.
Las nuevas sociologias 3. In t eraccio nes e n las es t ru ctu ras socia les
prese ntan co mo «c ie ntíficos» , «v erdade ros» y «raciona les», en
3. La sociologia de la ciencia y de la técnica oposición a otros es tigmatizados como «no cient íf icos», «fa lsos»
de Michel Callan y Bruno Latour e « irracionale s»), pero no de sembocan en un re lativismo absoluto
según el cua l la id ea de verdad ca recería de sentido, pu es Bloor
Mi chel Ca llo n, ingeniero de fo rm ac ió n, y Bruno Latou r, pro fesor ma ntiene esta noción .
de filoso fia, son los inspiradores de l Ce ntre de Sociologie de l' In-
novation (CS f) de la Esc ue la Nac iona l Superior de Minas de París.
En lo s años ochenta han desarrollado un nuevo marco de aná lis is 3 . 2 la construcció n social de los hecho s d entifi cos
a part ir de un conjunto de investigaciones emp íricas en los ámbi-
tos c ientíficos y técnicos. In ici al m ente han util izad o recurso s Bruno Latour escrib ió su primera ob ra, que fue publ icad a en
conceptuales de do s ám bitos; de un lado , la fi lo so fla de la cienc ia, ing lés en 1979 u, en colaborac ión con e l soció log o brit ánico Steve
ex tend ida gradua lmente a otros campos, ela bo ra da por Miche l Woolgar. Durant e do s año s compa rt ió la v ida co tidiana de los in-
Se rres ' ", del q ue han to mado el co ncepto de tradu cción , y, de vest igadores de l laboratorio de neu roendocri nología del profeso r
otro , el progra ma fuerte de sociología del conocimiento ini ciado Robe rt Guillemin en California . El análisis elabo rado a partir de
por el fil óso fo-sociólogo ing lés David Bloor!>. es ta etnografia de la boratorio, q ue desc ribe los procesos sociales
de la construcción de los dat os cient íf icos , se sitúa baj o los do bles
au sp icios de Bloor y de la etno meto do log ía .
3.1 El program a fuerte en La sodolog1a de la ciencia
Para los a uto res, la co nstrucción soc ia l de la cienc ia incl uye
facto res, dimensiones y niveles muy heterogéneos que no pueden
Las perspe ct ivas esbozadas po r David Bloo r han servido de refe-
se r ca ptados por conce pc io nes episte m ológicas que dan por su-
re nci a a una ser ie de trabajo s soc io lógicos, ant ro pológicos o eco-
puestas la ciencia, la verdad y la razón . La s nociones de inscrip -
nóm icos so br e la cie nc ia y la técnica, particularmente en e l
ción litera ria e ínscr íptores les pro porc ionan un prim er hilo con-
m un do ang lo-americano , publicados en la rev ista So cial Studies
ductor, pue s un laboratorio produce gra n var ie dad de m aterial
ofScience. y que Michel Ca llo n y Bruno Lat our han de sa rroll ad o
escrito (desde los gráficos rea liza do s por los ap ara tos hasta los ar-
de manera origi nal en Francia . De es te prog rama fue rte ha n re te-
nido especialmente d os princip ios !": ticu lo s científ icos), y su activ ida d puede considerarse como una
serie de ope rac iones de tran sformación de ciertos tipos de enun-
- El princi pio de imparcialidad «ante la verdad o la fa lse dad, ciados en otros ti pos de enunciad os con dist intos gra dos de facti-
la rac ionali dad o la irraci onalida d, el éx ito o el frac aso) de las cidad . En este contexto, un hecho sería un enunc iado que no es
construccione s científ icas es tud iadas. Por lo tanto , al ana lizar una negado por los par es opues tos . Más en ge nera l, la géne sis históri-
controvers ia cientí f ica, no se deb e priv ilegiar de entra da e l enfo- ca de un he cho está jalona da de con trov ersias científ icas, es trate -
que que tradi c ionalmente se co ns ide ra «vencedor» o «v erda de ro» gia s d iversas, publicac iones que contienen formas retóricas de
(de ahí , po r ejem p lo, la im parcialidad resp ecto a Pasteur y a sus persuasión , vínculos con organismos f ina ncieros o intereses pro-
de sa fo rtunado s competidores). fesionales, en la misma m edi da en que se con fig ura en las ac tivi-
-t-Y, en es.ta línea, el pri ncipio de simetría, qu e s ign if ica q ue da des cotidianas de l la boratorio , por ejem p lo, en las conversacio-
«Ios mism os tipos de causa s deben exp lic ar las cree nc ias "ver da- nes in form ales. Por (o tanto , la construcc ión de un hecho
de ras" y las " falsas"». científ ico no re m ite so lamente a un trab ajo int electu al y discurs i-

Es to s pri ncip ios im ponen un «relativ ism o metod o l ógi co »,


respecto al objeto de aná lis is (el estu d io de conoci m ientos que se
-6'2
que son mater ializacion es de de bat es anteriores . Esta persp ect iva
no conduce a dudar de la so lidez de l hecho científ ico así consr ru i-
_.-
vo, si no que m ovili za otras prácticas, así com o técn icas y obj eto s,

63
Las nu evas socio logi as 3. I nterac cio ne s en las es t ructuras sociales
do , pe ro los soció logo s deb en recuperar las co ndi ciones socia les, La noc ión de red se ref iere al es tab lecim iento, nu nca defi-
(os co ntextos y los dispositivos a través de los cuales este hecho nit ivo y en co nstan te proce so de tra nsfo rmació n, de relaciones
co bra forma. se hace. y que, una vez admitido el ú ltimo, se o lvi- entre las pe rs onas y [os objetos. Pero el establec im iento de for-
da n poc o a poco . mas de la vida soc ia l debe con s iderars e mas un pu nto de llega-
da que un pu nto de partida del análisi s. Se trata de reab rir las
caj as negras (lo q ue se da por sup uesto y no se cu estiona, como
3.3 Traducción, desplazamientos y redes un hecho cie nt íf ico, una técnica, un proced imiento o una insti-
tuc i ón ), ce rradas por los acto res . La red es e l resultado más o
En el desarro llo critico de este primer tra bajo. M iche l Ca lla n y menos so li d ific ado de l proce so d e trad ucc ió n y de c ie rre de
Bruno Latour han ido fijando un aparato conc eptua l m uy critico caj as neg ras; <d a palabra in di ca qu e los recurso s est án co ncen-
con tendencias cl ásicas de la socio logía como el sistemo- func io- trado s en dete rm in ados lugares - los nodos- , pero que estos
na lismo o las opo s iciones rep roducción/camb io y mi cro/macro . nodo s est án co necta dos entre s í por mallas ; gracias a estas co-
La noción de traducción se halla en el cen tro de su d ispos itivo ne xione s, (os recursos dispersos se co nvie rte n en una red qu e
teó rico. Lo s acto res (i ndivi dua les y colectivos, human os y no hu- parece ex te nde rse po r doquier» !". La s redes s ociotécn icas -
manos) consta ntemente están traduc iendo sus lenguaj es, sus pro- que preci same nte asocian recurso s que habi tua lm ente se ca lif i-
blemas, sus ide nti da des o sus inte reses en los de otros . Es a través can de «soc ial es» , «ec onóm ic os). «c ientíf icos» o «t écnic o ss-c-
de este proceso como se co nstruye y deconstruye el m undo, se es- son las que principalmente ha n llamado su ate nci ón! ". La red
tabili za y de sestab iliza. Por esto, <d a identidad de los actores y sus implica un trabajo previo de eq uiparac ió n de recurso s heterogé-
respectivas magn itudes son hipótes is permanentes en las co nt ro- neos , qu e le s hace conmensurables y le s perm ite fu ncionar jun-
verstas» !" y cabe hablar de ínter-defi nic i ón de los actores . Contra tos . La soli dez de las a lia nzas que consti tuye n redes parece de-
la rig idez sociológ ica de las nociones de «s istema» o «funcio- pe nder sobre todo del número de a lia do s mov ilizados y de las
nes », Calla n y Lat ou r nos inv itan a segu ir a los actores en sus asociaciones rea lizada s' ". A sí pues, las nocio nes de traducción
múltiples activ idades de traducc ión (o, mej o r, de íntertraduc- y de red ofrecen una vía para salir de la opos ición macro/micro ,
ci ón ), sobrepasando las fronteras predefinidas de los sistemas y reve lando los proc esos po r los que los mi croactores estruc turan
las func io nes, e incl uso redefi nién dolas. En esta pe rspe ctiva, la ma croactores, glo ba lizan do e inst rumentalizando su acción , o,
lista de actores p ertin entes (i ndividuos , g rupos u objeto s), así al co ntrario, por los qu e c ie rtas entidades son deco nstruidas y
como sus prop ieda des y sus regl as del juego, nunca están dad as de toca lizada s-" .
una vez por toda s. La s cadenas de traducción son modifica da s Este un iverso co nceptual se apoya en una s istematización de
por diferen tes actividades : es trateg ias rivales, con fron taciones los principios de im pa rcialidad y simetria de David Bloor. Co n el
par a p roba r fuerza s , actividades de mo vilización y enro lamiento, principio de simetría g eneralizada, que es propio de una antropo -
elaborac ió n de dispositi vos para interesar a otros y de p untos de logía s imé trica, no só lo se trata de la m isma manera la verdad y el
p aso obligados a f in de establecer alianzas y asociaciones ent re error, a los vencedo res y a los venc idos de la historia de las cien-
actores, y la aparición de p orta voces de estas asoc iacione s. cias, sino a la soc iedad y la natu ra leza . a los humanos y los no hu-
Tradu cir, esto es, desplazar: «des p lazamiento s de fines o de in- ma nos; y el objeto de la invest igación no es ya la co nst rucc ión so-
tereses, o de dispositivos, seres hu man os, larvas o inscri pciones» !". cial, co mo en David B loo r, sino la socionatura leza . Igualmente.
En la interdefi nición de los actores hay un interdesplazam íento . Al se observa a veces una tendencia a la disoluci ón de la noción de
abandonar el esquema binario reproducción/cambio, la noc ión de verdad científ ica. A sí, en oca siones, Lato ur reduc e la cienc ia a

-- --
desplazamiento permite concebir toda una serie de practicas co tidia- «relaciones de fuerza ), negando la existenc ia de «re lac iones de
nas que provocan cam bios en situacio nes más o menos estables. razóm,22. Por su parte, Catlorr" afirma que ninguna exp lica ción

64 65
Las lluevas sc ct otcqtes 3. Int e raccio nes e n las e structuras sociales
sociológ ica es má s o m enos váli da qu e otra y que es la «convic- claro que , en los análisis de Ca llon y Latour, los universos cientí-
ció n» lo que (a d ife renc ia en cada caso. ficos pare cen universo s como los otros, qu izá demasiado como
La im aginación sociológica desp leg ada y los tra bajos empí ri- los otros. Otro s en foques, el de Pierre Bou rdieu en particu lar, han
cos producido s no han dejado de tener efecto en las cienc ias so - ;, propues to que si bien el campo científ ico po see ca rac terísticas
cia les. Por ejemplo , en el ámbito de la cie ncia política. Paul Bacot co munes con los otros campos sociales (riva lidades , es tra tegias,
se ha servi do de la socio logía de la tradu cción pa ra ela borar un int er eses profes ion ales. m ecanism os de cap italizac ión y de dom i-
enfoque origina l de la potítízacion com o extensión de la co nfíicsí- naci ón . erc.) , tamb ién manifiesta la autono m ía y la especifi cidad
v ídad'". Por lo dem ás, el contacto con los escritos de Ca llo n y La- de «un juego social en el que la idea ve rda de ra está dot ada de
tour pa re ce ha ber dot ado de mayor flexibil idad y de un ca rácter fuer za», lo que har ía posible <da apa rición de es os productos so-
más co nstructiv ista a la sociología de las o rganizacio nes de Er- ciales, relativam ente ind e pen d ien tes de sus condiciones soc iales
ha rd Fricdb erg -", pe se a la rigidez que conlleva mantener un ve- de producción. que son las verdades cient ífic as»." ,
ca bulario s ist émico- funcionalis ta en la estela de los tra baj os de También se cuestionan otro s elementos teó ricos propue stos
Michel Crozier. Per o la nueva socio logía de la cienc ia no ha esca- po r Callon y Lat our. A sí, Francis C hateaurayna ud ha señalado el
pado a reacciones más negativas. carácte r reductor de una lectura de la so lidez y la estabilidad de
los vínculos sociales sim plemente a través del nú mero de recursos
reunidos>' . Igualm en te ca be preguntarse si la preca ución m etodo-
3.4 Interrogante s lógi ca de no estudiar el es tablecim iento de un m undo más qu e a
posteriori, com o resultado de los proceso s ana lizado s (reapertura
Son las po sturas ep istem o lógicas de Callo n y Lat our (su relación de las cajas negras ), no impide captar aq ue llo que estos proceso s
un tan to relativista con la ide a de verdad científica) las que han deben a priori a las for mas de preestablec im iento de la realidad
su scitado las críticas más incis ivas y las que verdaderame nte (en las mentes y en las cosas). Ahora b ien, no se p ue de abrir todas
cons tituyen uno de lo s puntos más déb iles de sus tra bajos. Seña- las caj as negras (en e l tiempo y el es pacio ) al mi smo tiempo . Por
lemos la forma en que Fran cois André Isambert ha cuestionado la su parte, E rhard Friedb erg critica la ind istinc ión de los actores hu -
d imens ión a utorre futanre de las tentacion es rela tivista s en el ca so ma nos y no hum anos, que impide dar cuenta de las es pecificida-
de una c iencia soci al que da cuenta de las otras cienc ias : «Bru no des de l comportamiento humano 30. Ad emás, la dis tinción hu ma -
Latour no puede invocar a la ra zón qu e ha re pudiadoo-". Sin dud a, nos /no humanos. igual que la propia defin ición de hum ani dad, no
las .cosas son algo más com plej as y más b ien hay que señalar una es idént ica en todas las situaciones, como ha mostrado Fra nc is
va ci lación (variable, según los momento s) en los tra bajos de Ca- Chateauray na ud 3 1 . A sim ismo. hay qu e señalar que la ambic ión
BOl) y Latour entre una ep istemolog ía relativista (q ue no haga de de tratar de la m ism a maner a lo s po los humanos- sociedad y ob-
la idea de verdad c ientí f ica un horizonte regu lador del conjunto jetos -natura leza ti en de a pa sar po r alto las ap ortaciones de las
de las prácticas científ icas y, por lo [anta, de su prop ia investiga- corrien tes compre hens ivas de las cienci as soc ia les (c o m o las de
ció n) y un rela t ivismo estricta mente me todológico (que se lim i- Webe r y Sc hü tz), que precisamente ha n inten tado sacar las con-
te a poner en te la d e juicio la cuest ión de la ve rdad únicamente sec uenc ias de una doble constat ac ió n: 1) qu e dentro de l polo hu-
en lo que resp ecta a l ámbito c ie nt íf ico objeto de su aná lisi s so - m an o s-soci edad se desarro lla una act ividad s im bó lica q ue co n-
cio lóg ico ). tri buye a co nstituir la realidad de este po lo y sus relaciones con
En la encrucijada de las cuestione s e p istemo lógica s y teóri- e l pol o objetos- na turaleza, y 2 ) que lo s soc ió log os es tá n situa -
cas, alguno s autores como Bej amin Mata lon acus an a es te tipo de dos dentro de l polo hum ano s-soci edad (en este sentido , no es tán

--
trabajos de ign orar la es pecifici da d de la c iencia por su negativa a a la misma dist anci a de los pescad ores y de los moluscos de
di stingui r los aspectos socia les y los as pec tos cognitivos?". Está Saint-Jacq ucs estu diados ).
- -'6 6 E
67
Las nuevas sod otogias 3. Inte racciones en las estructuras socia les
sumo , de reciprocidad, códigos de honor, normas de castigo . de
4. Jan Elster. los limites de la racionalidad cooperación, de di stribución, etc . Estas normas no so n excl u-
individualista y el cemento de la sociedad ye ntes ; en un momento determinado, lo s indi viduo s pueden
«creer en diversa s normas que quizá tengan implicaciones con-
Nacido en N orue ga en 1940, Jon Elster es profesor de ciencia po- tradictorias pa ra la s ituación en cues ti ón» (ib ld. , p. 129). Lo s
líti ca y soc iol og ía en la Uni versidad de Chicago . Bajo la dirección ejem p los analiz ados en el lib ro se refi er en a probl emas d e ac-
de Raymond Aro n ( 1905-19 83), leyó una tesis sobre Marx en 197 1 ción co lectiva y ne gociaci ón so ci al. Se presentan tres grandes
y formó parte de lo que en Es tados Unidos se denominó en los cas os : 1) ciertos com po rtam ientos so n ex p lica bles s im p lemente
años och enta «marxismo analítico» , donde se agrupan una se rie a partir de cálc ulos ind ividua les de op tim iza ción de la situació n,
de autores qu e ha n util izado las herrami en ta s del ind iv id ual ismo 2) la no ción de no rmas sociales es la que mej or permite co m-
me tod o lógi co para leer a Marx>" A sí pues , se sitú a en los már- pren d er los co m po rtami entos difer entes y 3) otros actos dep en -
genes del p aradigma indi vidualista y de la teoría de la elección derían más bien de motivacion es mix tas , qu e com b ina n en dife-
raciona l, con la que se le aso ci a. Desde es ta p er sp ectiva ha tra- rentes ge o metrías y din ámi cas la rac iona lidad individual y las
bajado sobre lo s límites de la ra c íonal íded' ". Su s inve stigacio- e,
normas soc iales .
nes tien en un fu erte com ponen te teórico , mi entras que lo s ejem - ;• El proyecto de Jon Elster parec e vacilar entre dos vías:
p los tratados frecu entemente so n ca sos típicos de la vida • - La primera, que ide ntifica la nec esidad de superar las anti -
cotid iana, imaginados y sim pli f icados por el investigador (en la nomias clásicas de las ciencias soc ia les , parece q uedarse en el
tradición de la f ilo so fia ana lítica an glo- americ ana), o materiales umbral del análisis de los pro cesos de cop roducción, conte ntán-
tomados de trabaj os de otros autores y elabo rados en un aná lisis do se co n proponer do s en foques com p lementarios (e lecc ión ra-
secundario . cionaVno rm as sociales) , pero no art ic ulados .
En El cemento de la sociedad>' va más lejo s en la investiga- - La segunda, que pri meramente aborda el estud io de la co-
ción de los límites de una racionalidad individualista en las cien- producción intentando identificar interre laciones (particularmen-
ci as soci ales. Las herramientas que ap orta la teoría de la el ecció n te, en el caso de las motivaciones mi xtas) .
racional, ce ntrada en la búsqueda de l interés racional y personal Parti endo de una orientaci ón más b ien indi vidual ista, ot ros
por parte de los ind ividuos , le parecen insu f icie ntes para tratar la .·• autores ha n tratado de supe rar ciertas limitac iones de este marco
cues tión de la posibilídad del orde n soc ial, bajo el doble ángulo teórico . En prímer lugar hay que citar a un clásico de las ciencias
de la coo rdi nac ión de la s ex pec ta tivas estableci das en tre los di fe - soci a les , redescubierto en los años och enta, el soc iólog o alemán
rent es actores y de la exis tencia de formas de co operac ión. A sí Georg Simme l ( 1858- 19 18). Si mmel consideraba que « las formas
pues , ha buscado recu rsos adi cional es en una teoría de las nor- sociales» , si bien tien en su ori gen en «actos individua les» , «una
mas soc iales, pues «las normas soc iales aportan una importante ve z co nst itu id as, actúan sob re el individuoa ' ". Otro tanto se
categoría de motivación para la acció n, que no se pu ede reduci r a pued e decir de Thomas Sc he lling en una investigación sobre las
la racionalidad ni a nin gún otro mecani smo de optimizaci ón» rel ac ione s mi cro/m acro -". Schelling también sostiene qu e «e n
(ibíd., p. 15). Las normas sociales son modos colectivos de com- las s ituacio nes en qu e el co mportamiento o la elecci ón de las pe r-
portamiento qu e se imponen según una lógica en buena med ida sonas depende del com portamiento o la elecc ión de otras perso-
mecáni ca, a veces inconscien te, y qu e ejercen una sue rte «de in- nas, no suele ser posible llegar a agregados por la mera adi ción o
flujo so bre el es p íritu debido a las fuertes emociones que su vio-
lación pu ed e des pe rtar» (i bíd ., pp . 98 - 100). Jon Elste r examina
·
,•
ex trapolación. Para es tablecer es te v íncu lo , normalmente tene-
mos que considerar el sistema de interacción entre los indiv iduos

--6'8 --
ento nces una serie de normas soc iales qu e podrían cons ide rarse y su ento rno, o entre los indi v iduos y la colecti vidad» . Ento nces,
de terminantes pertine n tes de ci ertas ac tividades: normas de co n- la trampa no está so lame nte en el ho lismo (csacar concl us iones
r
·
;
\
69
La s nu eva s socio logi as
prem aturas en cuanto a las intenc iones de lo s individu os a partir
de ob servacion es re lati vas a ag regados»), sino tamb ién en un in- 4. Construcción de grupos
dividualismo es trecho (c sacar concl usiones prematu ras en cuan to
a l comportam iento de los agregados Ca partir) de las intenciones y categorización social
individuales»).

1
¡

s
,•
¡

Le Petit Robert da do s defin iciones de la palabra construction: 1)


«hacer un objeto comp lejo» (por ejemp lo, «construir un barco ,
a utom ó viles, m áquinas») y 2) (hacer existir (un sistem a comp le-
,• j o) organizando elementos mentales» (por ejemplo , «c ons trui r
una nove la, un poema, un drama») ", La construcción soc ial d e la
f
rea lidad precisa mente reúne los do s proceso s: de un lado, un pro-
ces o de materializaci ón, obj etivac ión e institu ci onal ización y, de
otro, un trabajo m ental de pe rcepc ión, rep resentación y tipifica-
ción. Esta articu lación está es pecialmente clara en el cas o de las
clases sociales , donde la exi stencia de gru pos sociales no carece
de vínc ulos co n las operac iones cognitivas de clasificación y ca-
tego rización. Ahora bien, durante much o tiempo, estos do s ó rde-
ne s se han considerado por sepa rado . Los soc ió logos se interroga-
ba n sobre las clases socia les (¿qué es una clase social? ¿Ex iste la
clase obrera'! ¿A qu é clase pertenece ta l indivi du o" , etc.) , m ien-
tras que los lógicos. los estadísticos o los psicól ogos se inte resa -
ban por las ope raciones y los inst ru ment os (erudi tos u ordinarios)
de clasificación. En Francia, ha sta los añ os ochenta no se han es-

--
ta bleci do s istem áticamente puentes entre los dos ámbitos. En
am bos caso s, se ha recurrido frecuentemente a la histo ria a fin de

70 71
Las nuevas sccto tcqi as 4. Cons tr ucción de gru pos y ca teg oriz ación social
apo rtar nue va luz. Adem ás, al contrario que en debates anteriores . formac i ón» . Por lo tan to, un «proces o de autode fin ició n» contri-
estas nuevas perspectivas no efectúan distinciones «de natura leza» buye a la co nstrucción de la clase obrera inglesa . Esta construc-
entre las no cione s de clase soc ial, grupo social o categoría soc ial. ció n aparece entonc es como un proceso de unifi cación . en la en-
crucij ada de elementos objeti vos y de representa c iones
1 subj etivas: «Po r cl ase ent iendo un fen ómeno histórico, que uni fi -
1. Una obra de refe rencia: La form ación ¡, ca acontecimien tos se parados y sin re lación aparente. tanto en la
de la clase obrera en Inglaterra, ¡ objetividad de la experienci a como en la conc iencia» . La forma -
de Edward P. Thompson ¡ ción de la clase se nutre es pec ialmente de la experi enci a co lecti-

Los «marxism os» frecuentemente han contrib uido a dar una visión
, va, en el tra baj o. pero tambi én en la fam ilia , en las re laciones de
vec indad y en la rel igi ón . Ade más , la clase no se de fine aislada-
j
objetivista y econom icista de las cla se s sociales ; és tas existen «ob- mente, s ino «en sus rel aciones con las otras clases» . La clase «es
jctivamente», pues est án insertas en «la infraes truc tura ec onó m ica» una rel ación . no u na cosa» . En sum a. es apoyánd ose en las expe-
de la socieda d (ccstado de las fuerzas producti vas», «re lac iones de riencias co lec tivas y co n la opos ició n de otros gru pos com o , en un
producci ón. y/o «divis ión del rrabajo»): aunque, en las vers iones proceso de unifi cación, aparecen intereses co munes: «Se puede
meno s mecanicistas, esta ( determ inación» no se ejerce má s que en
1 hab lar de clase cuando hay ho mb res que , a partir de experiencias
últim a in stan cia y la superestructu ra ide ológica y po lítica tiene
efecto s recíprocos so bre la «base material». Sirv iéndose de las he -
1f comune s (que com pa rten y que pertenecen a su he rencia) , perci-
ben y articu lan sus intereses en común , en opos ición a otros hom-
rramientas de la historia soc ial y dentro de un horizonte que aún se bres , cuyo s interes son d iferent es de lo s suyos (y, en general,
reclama marxista, el historiad or británico Edward P. Thompson op uesto s)» . La conciencia de clas e, ide nti f icada com o la m an era
(1924-1 99 3) intentó invertir esta perspectiva en su libro ya clás ico en que las experiencias co lec tivas «se traduce n en términos cultu-
La fo rmación de la clase obrera en Ingla terru-, publicado en 1963, ra les y se encarn an en tradiciones, sistemas de valores y formas
qu e constituyó un importante punto de referencia en la elaboració n institucion ales ) , consti tu ye una dim en sión importante , aunque no
de nu evas investigaciones so bre las clases soc iales. exclus iva , de la fo rma ci ón de la cl ase . Con la noción de co nc ien-
cia de c lase se tien en en cuent a íes formas ins titucionales, lo qu e
re lativiza la se paraci ón clás ica en la histori a soci al entre «la clase
1.1 La clase como for mación histórico-s ocial ob rera» (que sería un «hecho objetivo» ) y «el m ovimiento obre-
rol> (que sería s u «expresión organ izada») .
Aqu í sól o prete ndem os es bozar a grandes rasgos cóm o enfoca las Desde e l punto de vista metodológico. la obra de Thompso n
c lases una invest igaci ón histórica de gran ampl itud, ce ntrada en también es una invitació n a evitar una rec onstrucción del pa sad o
los años 1780- 1840. demasiado gu iada por lo s resultados de l proceso histórico, esto
Par a Thompson, la clas e es «una formac ió n social y cultural» , es. de «una lectura de la histori a a la luz de preocupacion es ulte-
product o dé' un proce so histórico . Esta conc e pció n se afir ma en riores y no de cómo esta se ha des arro llado» , lo que cond uc iría a
prime r luga r contra «c ierta ortodoxia marxi sta», «seg ún la cual la ret ener úni camente a «aquellos que han triunfado , es decir, cuy as
clase o brera de al gu na manera nac e por un proceso de generaci ón asp iraci ones anticipan la evo luc ión po steri or » y a olv idar «los ca-
espontánea de se ncadenado por las nuevas fuerzas productivas y llejo nes sin salida, las ca usas perdidas e incluso a los perdedores»
las nu evas re lacione s de producc ión» . Por e l contrario, «la pala- en una visión evoluc ionista de la historicidad (ib id) . De ahí la im-
hra " fo rm ación" indica que el objeto de es te estudio es un pro ce- portancia que concede a los grupos de artesanos, qu e no corres-
so act ivo, puesto en march a por agentes tanto como por condicio- ponden a la imagen de los obreros fa brile s qu e ha predominado
ne s. La clase obrera [...] ha s ido parte ac tiva de su propia mucho más rardc .

-"'72
Las n ue vas socio logías it. cc nstrucctco de qr u nc s V cat eg orizació n socia l
cursivas pro piam ente dichas, a part ir de una extensión analógica de
1.2 Desarrollos y deb ates la no ció n «lenguaje del tra baj o»: «No so lamente las convers acio-
nes de los obreros o los d iscurso s teóricos sobre el tra bajo, sino
Las preocupaciones constructivis tas de Th c mp son , que rompe n tamb ién el conj unto de disposicion es ins titucio na les, gestos ritu a-
con di versas fo rmas de econom icism o o de de termini smo tecno- les. métodos de trabajo. formas de lucha, cos tum bres y actos qu e
lógi co , han sido particu larmente di scutidas y de sarrollad as en et confier en una form a int el igible al mundo ob rero »'. Pero si estos
ámbito an gl o-americano (aqui nos lim itaremo s a me ncionar la re- enfoques se presentan como cngloba nres y no como una profundi-
v ista de historia britá n ica Past und Present y el nombre de Eri c zac ión de l análi s is de ciertos as pectos de la realidad soc ial, se co rre
Hobsbawm o la soc io logía de Char les T illy) . el riesg o de reduc ir la form ación del mundo socia l a su nivel dis-
Tam bién se han señalado ciertos lími tes del tra bajo pionero de cursivo , extendido de una manera má s o menos analógica. No obs-
Thompson. lo que ha conduci do a despl azam iento s te órico s. En tan te. se pue de tratar de introducir las dimensiones cognit ivas, di s-
pnmer lugar. es necesario mencionar lo que se ha den om inado el curs ivas y/o interaccionales de la form ac ión de (os gru pos sociales
«g iro lingüístico » en los años ochenta de los historiadores ang lo- en lo s procesos sociales de objetivació n más am plios. Este es el
americanos, entre los que ca be destacar al bri tán ico Gare th Srcd-
¡, cas o cuando se cons ideran los modos de institucional ización de las
man Joncs y al norteamericano Wi lliam H. Sewe ll. Esta reorie nta- categorías de percepción y de acc ión, qu e forman parte de la cons-
ción tiene es pec ialme nte en cuenta e l hec ho de que , por ejemp lo, .t.r:ucc ión de la clase obrera fran cesa, como, por ejemp lo, las divisio-
las noc iones m ismas de clase o inter és comú n fueron obj et o de nes categoriales y profesionales en su relación con la noci ón de
una elaborac ión di scursiva por parte de los actores, que contri bu- clase", e l marxismo". el ana rcosindicalis rno y el sindicalismo revo-
yeron as í a crearlas. Más en gen eral, este gru po de historiado res lucionario '", o la distinción entre lo sindi cal y lo político I 1.
está próximo a una hipóte sis co m o la for mulada re cientemente Por otra pa rte. la critica historiográfica j eminisla, en particu-
por el so ció logo Bemard La hire, segú n la cua l las práct icas socia- lar la de Joan Sco n 12 , ha puesto el acento en el ca rác ter m arcada-
les en conj unto «y a es tá n urd ida s por las prácti ca s lingüísticaso': mente m asculino de la construcción de las clases ob rera s, poco
lo que no s ign ific a que tod o sea só lo d iscurs ivo . Garcth Stedman per cibido po r Thompson e incluso re forzado en su escritura, con-
Joncs ha pro puesto tratar la clase más bien com o «una realidad side rada también mu y ma scul ina. En fin , seña lem os. con Yannick
d iscursiva» que s ustanc ial" . De es ta forma. co nve rge con los aná- Le Maree, la importan cia de lo s int ercamb ios entre las el ites
lisis f ilos óficos de Pa ul Ricoeur so bre lo s procedimientos de na - obreras y otras eli tes intelectuales y políticas en la formación de
rra<.;ión de l mundo (e n tend ida com o «s íntes is de lo het erog éneo ») la clase o brera ingl esa . «que Thompson no ha va lorado, demasia -
y la elaborac ión de identidades narrativas (para pers onas, grupos do preocup ad o por ju sti ficar la elab oraci ón interna dc la conc ien-
o ins titucio nesj>. Además. ha dirigido su atención al «nive l de l cia de clase » !': un enfoque demasiado internali sta de la construc-
di scurso cotidiano . en la construcc ió n de la cl ase (ibíd ., p. 2) , ció n d e la clase que, además, no tiene en cue nta e l hecho de que la
coinc idi endo co n las sugere ncias de l so ci olingüis ta de la intera c- pro pia se pa rac ión interno/externo es a la vez un a de las hip ót es is
ción John Gumpcrz cuando escribe : « Estam os aco stum brados a y uno de los productos de los proc esos es tu dia dos.
cons iderar el sexo. la etnici dad y la clase soc ial com o par ámetros
dado s y límites en cuyo interio r formamo s nu estras identidades
soc ia les . El es tu di o de l le ng uaje como d iscu rso int eraccional 2. Luc Boltanski y la objetivación de Los gr upo s
muestra que es tos parámetros 00 so n cons tantes sobreente nd idas ,
s ino productos de un proceso de com unic ac i ónx". Ref iriéndose a En Les Cadres. La Farmat íon d 'un groupe soc ial r' y. de spués, en

--
la antropo logí a cu ltu ra l. William H. Sewe ll ha intent ado identifi- un trabaj o so bre (La d énonciati o n»!", L uc Boitan ski de sarrolla y
car fo rmas socia les de objetivaci ón , sin lim itarse a las forma s di s- sistem atiza un enfoque constructivis ta de los grupos sociales . Al
ti
74 75
l a s n uevas socio logias 4. Construc ción de grupos V categorización socia l
principio tomó elementos de la soc io log ía de Pierre Bourdieu. como grupo exp líc ito, con un nombre, organizac iones , portavo-
con qui en trabajaba en aquellos momentos, pero inscribiéndolos ces, siste m as de re prese nt ac ión y de valo re s» (ibíd ., p . 51).
cada vez de form a más radical en un m a rco constru ctivista. La in- ¿C óm o? : «Exam in ando el p roceso de reagrupamien to, de inclu-
fluenc ia de Bourdieu se refiere tanto a la reflexión sobre las lu-
chas de las clasificaciones sociales (esto es, las luchas sim bó licas
1 sió n y exclusión, del que es prod ucto, y ana lizando el p roceso so-
cial de definición y delimitación qu e ha ac om pañado a la forma-
J
en tom o a la def inición de las clases, sus fronteras , sus po siciones l_" ció n de l grupo y qu e, a l objetivarlo , ha contr ibuido a hacerlo
respectivas o el lugar que ocupan en ellas los diferentes indivi- -~ existir en el m un do de lo sob reente nd ido» (ibid ., p . 52). Así pues ,
duo s) en la sociedad france sa conte m po rá nea, corno a la contribu- no te ne m os un grupo objetivo , sino obj etivado. Al remitir el
ción de los mecanismos de repre sentaci ón política (la apari ción grupo «c uadros» actualmente a un co nj unto dc individuos dispa-
de portavoce s) a la existencia de los g ru pos . res (en c ua nto a sus trayectorias sociales y académ icas , ti po s de
fun ción en la e m pre sa, etc. ), se pone e l ace nto en la doble dimen-
sió n simbólica (un proceso colec tivo y confl ictivo de defini ción y
2.1 De La crítica de Lsusta nda Lis mo a la historia de limitaci ón del grupo) y p olítico" (de ins tituc io nalización de l
de un grupo sociaL: eL caso de Los cuadros en Franda i gru po a través de portavoces. s indica tos y político s espec ialm e n-
! te) de su homogeneiza ción rela tiva, de la producción sociohist óri-
E l enfoque propu esto por Boltanski se aparta de las problematiza- !, ca de « La cohesión de un conj unto imprec iso- (títu lo de la con-
ciones clási ca s de lo s grupos soc iales (¿cómo se define el grupo clusión), en el periodo que va de los años treinta a los sesenta.
«c uadros»? ¿Q ué es un cuadro? ¿C uá ntos cuadros hay " , etc.), que Este es tud io , su ste ntado e n una base hi stórica y em pí ric a, centra-
e n general parten de la exi stencia del grupo como una cosa bien do e n un grupo social conc reto, nos invita a contemplar más e n
delimitada y delim itab le, enraizada en el orden económ ico y/o gene ral las cl as es sociales como productos de una dia léctica his-
técnico. Sigu iendo a Wittge nstein, se esfu erz a por em a nciparse tórica ent re heterogeneidades preconstituidas y reconstitu idas, y
de l sustanc íalísmo (e.la bú squeda de un a sustanc ia que responda a forma s s im ból icas e institucionales de unifi cación .
un s ustan tivo»), en el cas o de un gru po «c uadros» , que cons tituye Después de la publicación de Cadres , el propio Bourd ieu ha
una especificidad franc esa . De sde luego , no se tra ta de negar la pro fund izado su conc epción de las clas es en un sentido má s cons -
ex is tenc ia de un grupo como <d os cuadros», qu e se presen ta com o
tal e n los di scurso s y las instit uc ione s (<<¿qué cie nc ia so be ra na po-
.,, truc tivista 17. Especialmente propone introducir una di st inción
entre la ciase p robable -c-ec lasc teó ric a» o «cl ase sobre el papel» ,
dría permit irse contes ta r la realid ad de un princ ipio de identidad que alude a «g ru pos de agentes qu e ocupan po sicione s se mejan-
a l qu e dan c ré dito los ag entes soc iales?», pregunta Boltanski) , tes y que, e n condi ciones sem ejantes y som eti dos a condiciona-
si no de tener e n cu enta «las di ficultade s cas i insuperabl es con la s m ientos se m eja ntes, es mu y probable que muestren di sposiciones
qu e tro p ieza el trabaj o de defini ción y el estab lec im iento de c rite- e int ereses se m eja ntes y, por tan to , sus prácticas y tomas de posi -
rios "objetivos':»!" y, po r tanto, de concebir la realidad de es te ci ón sean se m ejantes» (ibi d. , p. 4)-, Y la clase mo vilizada - la
gru po de un modo que no sea obj e tiv ista. Bolt anski recurre enton- clase «actua l» o «real» , dotada de portavoces, de in sti tu ciones y
ces a la historia, qu e le permite desnaturalizar la exi stencia de l de representaci ones com unes . A diferenc ia de la separac ión cl ási-
grupo «c uadros>" que hoy no s parec e ta n «na rural », y aprehender ca e n la tradición marxi sta entre «la clase en sí» (objetiva) y «la
el proceso soc iohis tó ric o de su naturalización : «Para salir del cír- clase para s i» (subjetiva), el paso de la primera a la segunda no es
cu lo e n que est án encerrados unos debates int erminables e infruc- ine lud ib le. A sí, «la aproximación de los más cerc a nos nunca es
tuo so s so bre la " posición de clase" de los cuadros , primero es ne- necesa ria ni ine ludible (p ue s la com petenc ia inmediata p ued e re-

--
ces a rio renunciar a una "definic ión previa" del g ru po y tomar por presen tar un obstáculo) y la aproxim ació n de lo s más lej a nos
obj eto la coyu ntu ra histórica en la que se han formado los cuadros

76
nunca es impos ible : si hay m ás po sibilidades de movilizar en el

-'-
77
Las nuevas scct ot oq ta s 4. Construcción de grupos v categorización so cial
mi smo g ru po rea l al conjunto de obreros que al conj unto de pa- «individ ua l» es al m ismo tiempo un a de las hi pótesis y uno de los
trono s y de obre ros, e n un a crisis internaci onal, por ejem p lo, se produc tos de los procesos de colectivización/singularizac ión es -
puede producir una reagrupación basada e n los lazos de la identi- tudiados.
dad nacional» (ibíd .). Se es tá más próximo de ciertas observacio- Este artícu lo de Bo ltanski se apoya en fue nt es de trabajos an-
nes de l propio Marx so bre <d os pequeños campesinos» , que po- • teriores. Asimismo, puede n citarse, en el ámbito norteameri ca no.
drían se r considera dos un a clase por la se mejanza de sus las investigaci ones de Wil ham L. F. Fe lstine r, Richard L. A be l y
«c ondiciones económicas» , pero q ue no la co nstituirían por la au- Austin Sarar so bre la génesis y la trans formación de los confl ic-
se nci a de u n «ví nc ulo naci on al » y de una «organización políti- ros>'. En cua nto a los temas económicos, hay que m encionar los
ca »: ". aná lisis que La urent T h éven ot ha rea lizado sobre los instrumen-
tos de configuración de la realidad, de finiendo la noc ión de inves-
tir de forma como «el costo so establecimiento de una re lac ió n es -
2. 2 Oenunda s y La const rucci ón de grupos ta ble durante cierto tiempoo- ", aná lisis que, en ciertos as pecto s ,
retoman las investigacio nes clás icas de Sirnmel sobre «la conti-
En «La d éno nc iation», Boltanski investiga la se paración e ntre el nuidad de lo s se res colectivosw-",
ac to ind ividual y la acción colectiva, analizando un conj unto de
cartas de p rotesta, de las más «individuales» a las m ás «co lect i-
vas» , rec ib idas por el diario Le Monde . Contra la dicotomía in di- 3. La categorización social
vidual/co lec tivo , el corpus de las cartas se distribuye en un conti-
nuo que va de lo particular a lo general, de lo s individuos a los Par alela me nte, y en re lación con las nuevas formas de conceb ir
colectivos, y de la habladuría a la acc ión política . En lo que se los gru pos socia les , la actividad cognitiva e institucio na l de ca te-
sue le de nom inar asuntos, entre los q ue el «asunto Dr eyfu s> es un go rización y clasificació n social ha sido objeto de investigaci ón
caso par adi gm át ico, se operan desplaza m ientos en tre e l caso par- en los a ños ochenta .
ticu la r y el Inte r és general, lo si ng ular y lo co lectivo , qu e contri-
buyen a hacer y deshacer grupos . C uando, a part ir de la denuncia
de una inju sti cia, se de sa rrolla n movilizaciones en to mo a causas , 3. 1 La actua lidad d e La herenci a du rk hei miana:
se e mpl ean ciertas tecnologías so cia les p reconstitui das (como Mary Oouglas
formas de acc ión co lectiva, t écnicas j uríd icas, procedim ientos de
desíngularizaci ón, etc.) «para constituir personas co lectivas obje- Un as pecto de la obra de Durkheim es e l estudio de la s repre-
tiv adas y pa ra vinc u lar las personas indi vidual es a las co lec ti- se ntaci ones co lectivas y. más parti cula rm e nte, la s formas de
vas»! ". Así , se construye n equivalencias e ntre las pe rsonas a fin clasi f icación . Asi, en un artícu lo esc rit o co n Ma ree¡ M e uss-!
de que surja un interés común. E n esta pe rspectiva, la actividad de (cons ide rado uno de los fu nd adores de la a ntropo logía franc e-
un delegado si ndica l consiste en buena medida en «selecciona r sa) , esboza una histor ia de las ca teg orías de la lógi ca. atr ibu-
entre la m ultitud de litigios cotid ianos los co nflictos suscepti bles yendo a éstas un origen social. Según estos autores, e n las de -
de elevarse a la categoría de reivind icación co lec tiva e, inse para- n ominad as «so cied ade s primitivas» , las prim e ras formas de
bl ement e, en un proceso de est ilización, movili zación y forma- clasificación que se e m p lean «están organ izadas de acuer do
ció n, [... ] transformar los conflictos personales en que los ac to res con un mode lo proporci onado po r la sociedad » ; no obstante ,
se ve n envueltos individualmente y con todas sus propiedades, 10- «una vez que existe es ta organización de la ment alidad colecti-
ve rs iones e int ereses diversos [... J e n con fl ictos categoriales»

--
va , es suscep tible de actuar so bre su ca usa y contrib u ir a modi -
( ib ld ., p. 16) . En es te marco , ca lificar la acción de «colectiva» o fi ca rl a» (ibid ., p . 184 ).

78 79
las nuevas sociologías 4. Construcció n de gru pos y categorizació n socia l
La antropóloga británi ca Mary Douglas ha reacti vado esta d i-
mensi ón de la tradici ón durkheimiana interesándose po r las rela-
ciones entre los actos indi viduales, las forrna s col ecti vas de clas i- 3.2 ALain nesrosteres. Laurent Thévenot
fi caci ón y las in stituciones so ciales> . El trabaj o de M ar y
Do ug las se opo ne al ind ividua lismo de los téoricos de la elecc ió n
,
r
y Las cat egorías soci oprofesi on aLes

rac io nal , que interpretan la acción colec tiva mediante cálcu los de
costeslb ene f icios in dividual es. Seg ún Mary Douglas, si en deter-
i En lo s años oche nta, A lai n Dc srosi eres y Laurent Th évenot, ad -
ministradores del INS EE, cuy a inte rve nc ió n fue impo rtante en
-1
m inadas circ unsta nc ias puede darse el cálculo in dividua l, tam - la e labo rac ió n de la n ueva nomenclatura de las pro fes iones y
bién hay algo anterior a es te cálculo : «las clasificac iones que nos
"j catego rías sociop ro fes io nales de 1982, investigaro n la catego ri-
perm iten pensar siem pre nos vie ne n dadas al mi smo tiempo que
nuestra vida socia l» , se tra te de «peque ño» o «g ra nde», «caro» o
"
~,I zac ión s ocia l e n la s es ta d ísticas . Para le lamente, Boltan ski y
Th évenot ha n llevado a cabo en tre no espec ia listas una investi-
t
«barato», «interesante» o «no interesante», «be llo» o «fe o», «ver- ga ci ón d e tipo exp erimenta l sobre la s re lacio nes ent re las for-
da de ro» o «falso» , «obre ro» o «burgu és», «j us to» o «injusto» . mas cotid ianas de clas ificac ió n y la s eru d itas como las qu e em -
Por ejem plo, incl uso en el cá lculo comercial es necesario ten er en pl ea el IN S EE25. El conjunto de esto s tra bajo s se ha sintetizado
cue nta (da ad hesió n normativa a la propia ley del mer cado» en un breve libro so bre Les Catégo r íes socioprofes íonnelies-" ,
(ibid.). Es tos anál is is retoman otras inves tigaciones que as oc ian la En el caso de A lain De srosiere s, es tas inve stigaciones se han
cuestión moral de lo s valo res y el problema técn ico de los ins tru- integ rado en una obra m ás am p lia sob re la hi storia soc ial de las
mentos de medida capaces de apreh enderlos, como el trabajo de es tadí sticas -"
Alessandro Pizzomo so bre las identidades co lectivas en que se "1
, Un o d e los aspecto s más interesantes de esto s trabaj o s es
apoyan los cálculos in div iduales (véase más ad elante) o la exp lo- hab er m ostrado cómo el probl ema de la catego rización soc ia l
rac ió n reali zada por Boltan sk i y Th évenot de las fonnas ge neral es (re introd ucir e l mundo soc ia l en las catego rías ) permite es ta-
de just if ica ción y de justic ia entend idas como modos de equip ara- blecer conexi ones entre tres senti dos de la idea de rep resenta-
ció n de personas y cosas (véase el cap ítulo 5). ció n: 1) «Un a re presen tació n científ ic a y té cn ica en el se nti do
Las formas co lect ivas y preestab lecidas de clas ificac ió n, de la rep resen tatividad es ta d ística»; 2 ) «una representaci ón po -
so bre las qu e no nos interrogamos cuan do deb emos realizar una lítica [...], la de los int erlocuto res soc ia les q ue en una mesa de
clas ificación en la vid a co tid iana, no s permiten «econo m izar negociación [...] rep res enta n d iver so s g rupos pr ofe sionale s de
ene rgía cog nitiva» , p ues, para pensar, «es necesario olv ida r co nti- los que so n mandatarios», y 3 ) «una rep re sentación cognitiva»,
nuamen te determinadas cosas» , ya qu e «n o se pued e prestar la «una im agen men ta l que tam bién s irve co tid ianamente a cada
misma atenc ión a todo» (ibid .). Es tos modos de cl asificación son uno d e no sotros para ident ifi carse e identifí ca r a las pe rso na s
pa rte integran te de toda instituci ón socia l, en el sentido amp lio de co n las que se rel aciona»:". A hora bien , estos tres sen tidos «re-
':!
«agrupació n soc ia l legitimada» (una familia, un jue go o una cere- miten a tres operacione s di fe re ntes qu e tien en en común equi-
monia ), aunque só lo sea porque ésta «requiere una def inición qu e parar a las personas» (ib íd .) , qu e , de es ta fo r-ma, se vue lve n
fu nda su ve rda d en la razón y en la naturaleza» (ib íd.), que la na - co nmensurables (me nsurables en un mi smo es p acio, iden tifica-
turaliza. Si los individuos construyen colec tivamente las institu- ble s co n noc iones co m unes ). D e es ta forma , e l análisis de la
ciones y las clas ific ac iones que llevan asociadas, éstas les da n los e la bo rac ió n y los uso s de las categorías estadísticas reve la «las
principios de iden tificación que les permitirán pensarse a sí mis- relaciones en tre el proceso social y polític o de co ns trucció n de
mos y pensar el mundo . No obstante, en el proce so de coproduc- una id entidad co le ctiva, la eq uiparación de perso nas que esta-

-- 81--
ción de lo individual y lo co lectivo , Mary Do uglas, como buena blece la nomen clatura y las imág enes menta les de es ta catego-
durkhcimiana. sigue concediendo pri oridad a lo colectivo. ría» ( ibid ., p . 35) .
80 ,,
--;
las nuevas scctct cqtas 4 . Co nst rocct c n de gr u pos 'f cat ec ort aací ón so cial
za qu e e l de g rupo , el d e Estado. etc . Son co ns trucc iones me nta -
4. Nuevos trabajos sobre los grupos y las categorías les que permiten vincular entre sí acto s que forman series y, de
esta forma. prestan cierta pre visibilidad a la vida soc ia h)Jo.
En estos últ imo s años ha cre cido en el ámbito de las cienc ias so-
c iales el interés por los g rupos y las cla sifi cacion es sociales. Se -
ñalare mos alg unos de estos trabajos. 4.2 EL enfoque gen ético

, El enfoque gen éti co de los gr upos soc iales y de los modo s de cla-
4. 1 ALe ssandro Pizzorno y La cuestión de Las identidades sificación y, más en general, de otros objetos soc iales ha co noci-
do cierto desarrollo en Francia desd e los años oc hen ta, a raíz de
Soc iólogo y politólogo italiano. A les sandro Pizz om o ha bu scado lo s trabajos de Lue Boltanski , Alain Desrosiere s y Laurent Th é-
una forma de ev itar los ca llejones sin salida de los enfoques utili- venot. En los años noventa incl uso se le ha consagrado una revis-
taristas (en térmi nos de cálculos de costes/beneficios indi vidua- ta inte rdisc iplinar: Gen éses . Sciences sociales et histoire . Esta
les) de la partici pación en la acc ión colec tiva, se trate de una vo- línea de investigacion es tiene en cue nta una observación de Marx
tac ión o de la intervención e n los movim ientos soc ia les. De en su análisi s del «fetic hismo de la mercancía»: «La refl ex ión
ac uerdo con los aná lisis utilitaristas, el ind ividuo, a fin de «e legir sobre las formas de la vida soc ial y, por co nsigu iente , su análisis
el método más rac ional, debe co mparar los co stes» de las di feren- cient ífico, sigue un ca mino completamente opuesto al mov imien-
tes posibilidades que se le ofrece n; aho ra bien, ((¿có mo puede ha - to real. Esta co mi enza despu és, con los datos establecidos, con los
cerlo si carece de una me dida co mún. de un valor que haga posi- resultado s de l desarroltow" (la cursiva es mia). Para no tom ar
ble la comparae í ónv»> . Para responder a esta pregunta pr opone la es tos «resultados» co mo algo natural, dicho s trabajo s int entan
noción de ide ntidad, en el dobl e sentido indi vidual y co lec tivo, arrojar luz so bre su de sarrollo. Aquí nos limit aremos a señalar
pu es, de al guna manera, vincularse a un co lect ivo (iden tidad co- brevemente algunos de los trab aj os más destacables:
lectiva) se co nside ra una de las formas de vincularse a si mism o - El soció logo estado unidense Eviatar Zer ubavel ha real iza-
(ide ntidad individu al) . A s í. «para poder det erminar cuáles so n do uno de los aná lisi s má s origi nales. en una dob le referenc ia
sus intereses y calc ular costes y ben efici os, el sujeto agente debe durkh eimi ana y sch ütziana, de la formac ión históri ca de una me-
aseg urarse de su ident idad med iante la pertenencia a un co lectivo dida estandari za da de tiemp o a esca la mundi al (ad opc ión JeI
unific ador. De esta forma recibirá los criterios qu e le permi tirán Greenwich Afean Tim e y de un sistema internaci ona l de husos ho-
defi nir sus interes es y do tar de sentido a su acc ió n». Pero la s rari os)J:! .
identidades y los intereses no se dan con indepe ndencia de la ac- - El historiador G érard Noi riel ha prop uesto una síntes is cri-
tiv idad. de los actores. sino que «la po litica, co mprend ida co mo la tica de múltiples trabajos históri cos, soc iológicos, etnológicos o
producción de ide nt idades co lect ivas, define y rede fin e sin ce sa r económicos sobre la clase obrera en Francia desde una óptica
los interese s de los ciudadanos» (ibid., p. 359). Así pu es, contra co ns tructivista'" . Después, ha ampliado su ca mpo de intereses a
una lectura objetiv ista, Pizz om o insiste en la d imensión activa del la confi guración de lo «naciona l»!".
p roceso de identificación co lectiva, que «(00 se lim ita a reu nir los - El econo mista Robert Sa láis ha estudiado la apari ción y la
intereses sociales preexistentes», sino que «los selecciona, los in- instituc iona liza ci ón de la categ oría de «desempleoe -", inves tiga-
forma , lo s inven ta e incluso, si es ne cesario, lo s ign ora o los c ión que ha sido co ntinuada por el soc iólogo Christian Topal ov' ".
apl asta) (ib íd., p. 362). En esta perspecti va, el individuo, lo El enfoque genético ha co ntribuido a renova r las ciencias so-
mismo que los g rupo s o las inst ituciones, no es a lgo dad o: « El • cia les en conj un to, permitiendo establecer vínculos inte rdiscipli-
co ncepto de individuo es una construcció n de la misma naturale- narios de carác ter marcadamente heu rístico, pero tamb ién tiene
82 83
l a s nuevas sociologi as
lim itac iones. En particu lar, presenta este doble peligro: 1) la bús-
queda (infinita) de lo s «o ríge nes» (remontándose a un pa sado 5. Individuos plurales
cada vez más remoto) y 2) encerrar el análisis de las prácticas
soc ia les en el pasado (lo preconst ituido), o lvidando e l proceso
pres ente y la apertura al po rvenir, que también so n propios de la
hi storicidad. Foucault identifica claramente esta doble tram pa
cuando opone el en foque genea lógi co , sens ib le a los «c om ien-
zo s innombrab les » , y « la inves tigaci ó n del origen », «p ues detrás
de la s cosas hay " otra cosa" , no su se cre to esencial y s in fec ha.
s ino el sec reto de que carecen de esencia o de qu e s u existenci a
fu e cons trui da poco a po co a part ir d e figuras que le res ultaban
ajenas»?".

El car ác ter plural de cada indi viduo, de sus de seos, intereses, re-
curso s cog n itivos y afectivos o de sus identidades ha suscitado
estos últimos año s cierto interés en las cie ncias soc iales, y la
doble cuestió n de la co ntinuidad en el tiempo y la unidad en el es-
pa cio del indi viduo parece cada vez más problemáti ca y, por lo
tanto , c ues tionable. En estos trabajos, los indiv id uos actúan en
mú lt ip les escenarios en la vida cot id iana de ac uerdo con lóg icas
d iver sa s, se enfrentan a experiencias pl urales y, por lo tanto ,
movilizan aspec tos di ferentes, a veces contradicto rio s, de su
persona .
Este movimiento aún incipiente no carece de antecedentes en

··,
la h istoria del aná lisis social, si b ien, como ha mostrado Mary
Douglas ", buena parte de las corrientes de la filo sofía oc cidental.
· y después las ciencias soci ales, han susc rito , con frecu en cia im -
plícitamente, modelos (co nscientes o no ) de perman encia de la
unidad de l actor o del ag ente. Por supues to, entre los enfoq ues di-
ferentes cabe recordar la noción de reserva de conocimientos dis-
ponibles , asociada a la de realidades múltip les de Schütz. George

--
Herbert M ead (186 3-1932), filóso fo pragmatista americano y p si-

84 '8"5--
có logo socia l que ha tenido cierta infl uencia en las diversas for -
Las n u eva s scc ío tcq ta s 5 . Indi vid uos plurale s
ma s de socio logía int er accioni sta de Estados Unidos, también ha cotidianos, lo q ue denom ina el orden de la interacción, conceb ido
propuesto ide as interesantes pa ra nuestro propósito . En sus inves - como un ámb ito de la v ida soc ia l analiza ble de man era aut ón oma,
tigaci on es sobre los proceso s de construcción social del yo, ha de - critica «e l punto de vista reduccionista segú n el cual los elemen-
j ado m argen a la pluralid ad : «Los tipos de relación que man tene- tos macro social es de la sociedad. como la propia sociedad, serian
m os varían de acu erdo con los difer entes ind ividuo s; so mos un a com puestos -co n exi st encia interm itente- de aque llo qu e
cosa para un hombre y otra pa ra ot ro . También hay pa rte s del yo puede ob servarse en la realidad de los encuent ro s, una suerte de
que no exis ten má s que en relaci ón a s í m ismo [...] H ay una gran ag regación y extra po lación de los efectos interaccionales» ; eso
d ive rsidad del yo qu e corres ponde a diferentes reaccion es soc ia- sería con fundir «lo qu e surge de la situación con lo que ocurre en
les [... ] En cierto sent ido , es normal u na persona lid ad m ú hi p lea ", la situ ac i óne ". Respondi endo a las críticas de los int eraccionista s
En la tra di ción soc io lógica, esta reflexión se retomara pri nc ip al- más rad icales que le critican un es tructuralismo excesivo, Go ff-
mente con la no ció n de roles sociales . Pa ra Mead. esta diversidad man también obse rva que <d os ind ividuos no inventan el mund o
del yo acaba por «arm onizarse» en un «yo com p leto» (ib id.. pp. del ajedrez cada vez que se reúnen para j ugar [...] ni el sistema de
122- 123) med iante m ecani smos qu e sólo están esbozados . circu lació n pe atona l cuando se desplazan por la calle)'. D e es ta
Más recientem ente , las críticas d irigidas a la genera lizació n mane ra, ha desarro llado en el ám bito del interac cion ism o nortea-
del vocabulario del inte rés y del cálculo en las cienc ias sociales, merican o , espec ia lm ente en sus ú lt im os trabajos, una posición
como las de l econom ista norteam ericano A lbert Hirschm an'' o las m ati zada que integra los límite s de la interacción . Por ejemp lo, en
de A la in Ca ill é" y el equipo de l MAU S S (Movimien to Antiuti lita - Frame Analysis (1 9 74 ), la ob ra en qu e nos centrar emos aquí, indi-
rista en las C ienc ias Sociales) han abierto el ca m ino a un a con - ca: «N o m e ocupo de la es tru ctu ra de la vida soc ial, sino de la es-
ce pción menos un idim ension al y más plur idimensiona l de los ac- tructura de la experie ncia ind ivid ual de la vida social. Person al-
tor es soc ia les. mente, do y prioridad a la sociedad y cons idero sec un darios los
Pero la anti no mi a un idad/ fragm entación de l ind ivid uo tam - com prom isos ind iv idua les: po r cons iguiente , es ta obra no trata
bién está relacionada con el modo en que el investigador recog e más qu e de lo secundario s" . Una de las cues tiones consta ntes en
los dat os. Jean -Ma rc Wel ler- ha mostra do que el emp ico de entre - la inves tigac ión de es te soc ió log o es la de la identidad del suj eto ,
vistas tiend e a favorecer una visión coher ente y estable de la per- cuy o trata m ien to, se gún A lbert Og ien , «oscila perm anentem ente»
sona, mientras que la obs ervación directa y continua de acti vida - entre la posición de « la uni dad» y la de «la frag m entaci óne".
d es o rd inaria s aporta un a vis ió n más heterogénea : de ah í la Frame Anaiy sis es un a ob ra es peci alm ente interesante en esta
necesidad de una reflexi vidad sociológica qu e pe rm ita deli mi tar perspecti va.
m ejo r el ám bito de validez de los mate riales emp írico s tratados. La noci ón de marco es tá en el centro de los numero sos an áli-
A.continuac ión vam os a cons iderar breve m ente a lgu nos d e sis microsoci ológicos (e spe cialmente , a parti r de anéc dota s to m a-
los enfo ques m ás siste m áticos de la pluralización del actor. da s de la prensa ) que Goffman no s prese nta en su lib ro . Según él,
«toda de fi nici ón de un a s itu ac ió n es tá construida según (os prin-
cip ios de or gani zación que estructuran los aco ntecim ientos - al
1. Erving Goffman y la organización de la ex pe rie nci a m enos los qu e tienen carác ter social- y nuestro propio compro-
m iso subj etivo . El t érm ino «m arc o» des ign a es os elem entos b ási-
El soc iólogo estadounidense Erving Goffman ( 1922-1 9 82) ce ntró coso De sde ese punto de vista, «a ná lisis de m arc os » es sinónim o
sus inve stigaciones en las inte rac cio nes cara a cara de la vida co- del es tu dio de la organi zac ión de la expe riencia»!". Por tanto, los
tid iana . emp leando m et áforas teatrales como recursos conce ptua- marcos aluden a las di ferentes formas qu e to m a la p re-disposi-
ción de nu es tras expe rienc ias soc ia les y, m ás exactame nte, a los

---
les (e scena , públ ico , per sonaj e, rol , decorado s, puesta en escena,
etc .). Pero si a Go ffman le inte res an espec ialm ente lo s enc uentro s marcos cognit ivos de re ferenc ia de nuestras ac tividad es di arias .
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la s nueva s so ciologías 5. In divid uo s plurales
No obstan te, estos marcos no sólo se apoyan en un trabaj o cognitivo, Erving Go ffman también nos llama la atención sobre las activi-
sino que éste se sustenta de diversas maneras en el mundo exterior, dades que estánjuera de los marcos, pues, j unto al «segmento de la
es pecialm ente en «prem isas organizaciona les» (ib íd., p . 242) que actividad enmarcada y que ofrece a los pa rticipantes establec idos un
tienden a reactivar formas mentales de orientación en la situación y foc o de atención ofi cial», «en el mismo esce nario aparec en simu ltá-
compo rtamiento s adec uados. Por su parte, el término secuencia neam ente otros gé neros, otras líneas de actividad (com prendidas las
(strip) designa «una actividad en curso, inclu yendo acciones reales comunicaciones en sentido estricto), al marge n de las que se produ-
o fictici as, cons idera das desde el punto de vista de aquellos que cen o ficialmente) (ib íd.), que movilizan «una atenc ión peri férica) .
est án involucr ados subj etivameme en ellas» . De mane ra sintética, La multiplicidad de los marcos en los qu e pueden disponerse
para el análisis de marcos, «toda se cuencia de actividades está inser- las experien cias del ind ividu o nos conduc e a un a vis ión fragmenta-
ta en un ma rco y es vu lnerable a las transform aciones suces ivas qu e da de és te . Por ejemplo, en los análi sis de co nversaciones, «aunq ue
llevan a ca bo una es tratific ación de la reali dad»!': el pronombre "yo" remita al hab lan te, y aunque éste sea una enti -
A cont inuación examina remos brevemente a lgunas de las no - dad biográ fíca precisa. no sign if ica que , cada vez qu e le citem os,
ciones pro p uestas por Goffm an para afinar su teoría. Un ma rco estem os incluye ndo la entidad co mo tal en todo s sus aspecto s. Por
p rimario es aquel «q ue , en una situ ac ión dada, nos per mite co nfe- el contrario, hay que cons iderar a quien hab la com o un conj unto de
rir se nti do a un as pecto determinado que. en otro caso , ca recería cosas di ferentes, cuya un ión obe dece , al me nos en parte, a nuestras
de s ign if icado»! ", Cada marco lleva asociada s reglas es pecí f icas. cree nc ias cultura les en materia de identidad» (ibíd.). Si los indivi-
Esto s marco s pri marios son vulnerables a la activida d de los acto- duos son p lurales, también debe hab er form as de unificaci ón , aun-
res, a transfo rmacion es que añade n estratos com p lementarios de que no sea mas que a través de (o que el f ilóso fo Paul Ricoeur de -
realida d a las situ ac io nes en j uego : nomina la identidad na rrativa (la persona ex iste por y en su
- El modo (key) de s igna «un conj unto de convencio nes en narrac i ón) !", Como m uestra Roben Castel, Goffm an tien e en cuen-
v irtud del cual una ac tivida d dada, que ya posee senti do po r la ta otra forma de consolidació n del yo - analizada en el caso límite
a plicac ión de un marco prim ari o, se transforma en o tra actividad de las «instituciones totales) (com o los hos pi ta les ps iqu iátri -
que tom a la primera como modelo, pero que los part icipantes COS) 14_ : «El yo no com ienza a ex istir por si mis mo más qu e en los
consideran mu y diferente» (ib íd .); éste es e l ca so , po r ejemplo , intersticios entre las difere ntes instituciones» !". Así, el pluralismo
cuando se a prend e una tarea (rep itiéndo la) o cuando se f inge. Tal institucional y situacional permitiría cierta distancia respecto a los
de splazamie nto cons tituye una modalízac i ón. di ferentes roles soc iales que desempeñan los individuos. As í, pe r-
-"-Lasf ahricaciones se refi er en a «los es fuerzos del iberados, in- sona lidade s múltip les y un idad de la perso na no apa recen ni como
dividu ales o colectivos. destinados a de sori entar la act ividad de un sustanc ias dadas ni co mo tesis necesariamente opues tas , sino como
ind ividuo o conj unto de individ uos y qu e llegan a confu nd ir sus productos complementarios (e inter relacion ados), co nfigurados en
ideas sobre las cosae» (ibíd.); entran aquí todas las posibi lidades de el curso de las interaccione s cotidian as : «El yo no es por tanto una
eng año entre los acto res (desde la mera m istif icación al comp lot). entidad medio ocu lta tras los aco ntec im ientos, sino un a f órmula
El e nmarcado no s iem p re se produc e autom áti camente y cambiante para gestionarse a trav és de los mismos» !".
puede su frir/al/os (a mbigüedade s, errores, du das y controversias
sobre los marco s pertinentes), susce pt ibles de conducir a los par-
tic ipa ntes a depu rar lo s marcos, es to es, a clarificar el marco de la 2. La 50dol091a de la experienda de Fram;ois Dubet
act ividad en curso (cap. 9), o a su ruptura, cuando no saben tratar
las circ unstancias y por tanto éstas pe rturban su co m portam iento Fran coi s Dubet , p rofesor de soc io logía en Burdeos, es uno de los
(se produ ce el pánico , la risa histér ica o el lla nt o) en el curso de animado res del CA DIS (Centro de Análisis y de Intervención So-

--8'8
una acció n (ca p. 10).

-;
~ /
..
ciológ ica), grupo creado por A lain To urai ne . No obstante, su 50-

89
l as nuev a s so ctc toqias 5. Indi viduo s ot urates
ciolog ie de t 'exp érience'? constituye un desp lazam iento s ign ifi- los an áli sis de G . H . Mead, Erving Go ffman o la et nografia de las
ca tivo respecto a la sociolog ía to urai niana. fo rm as de vida populares en Ingl at erra propuesta por Rich ard
Touraine afirm ó ha ce tiempo una di me nsió n constr uctivista al Hoggart -", D ubet da p istas inte res antes sobre la gé nesis social de
tomar por objeto «la producci ón de la soc iedad por sí mi smax ' ". un suj eto . Según él, «la dis tancia respe cto a sí m ismo, lo que hace
No obstante, esta orien tación es tá inserta en una visión evo luc io- del actor un sujeto, tam bién es social, se co nst ruye socialmente en
nista, y aun profét ica, de la historia qu e limita extraord inariam en- la heter ogeneidad de lógi cas y raci on a lidad es de la acci ón»! ' . De
te sus po sibilidad es. La socio log ía de la acción desarro llad a po r esta forrna, sería «la pl uralidad de la experiencia» lo qu e crearia
Touraine des de los años ses enta no es una soc io logía de la acc ión «d istanciam ie nto y se parac ión» (ibíd., p . l 7), una reserva crít ica
localizada, a través de secuencias de acc ione s e interaccion es, que impediría «a l indiv iduo ide ntificarse totalm ente con su ro l o
sino un enfoque de ma rcos históri cos generales de la acc ión. En su po sic ión» (i bíd., 129) . Esta subj etivida d no es más (ni men os)
una co nce pción evolucionista de la h istoria m uy sem ejant e a la de rea l que la fragmentación de l ind ividuo en el transcurso de su s ex-
Marx , se suceden tipos de soc iedades caracterizados por un con- periencias m últiples, sino qu e sim plemente consti tu ye «la mirada
flicto social central (sociedades industria les y, más rec iente me nte, s ubj etiva d irigida al yo», «en la m edida que dota de sentido y co-
postindustriales). A l tra tar de de scrib ir los movimientos sociales herenci a a un a experienc ia por natural eza di spersa» (i bid ., p .
po rtado res del futuro, la tar ea del soció logo revi ste un cará cter 184); es to es soc ia lme nte pos ible gracias a la diversida d de las ló-
proféti co . Los invest igadores del CAD IS , como Fran cois Dubet gicas de ac ció n y de las d imensiones del mundo social, así como
en su es tu d io sobre La Gal ére de los jóvenes m ás dominados t", a sus tension es. A sí, en últi mo té rm ino y s igu iendo a M ichael Po-
ha n tend ido a atenuar el aspecto profético en be nefic io de una llak. tenemos «la imagen de una ide ntida d social disociada en su
postura m ás analítica . La ruptura con la fil osofia tourai niana de la fu ero inte rno y co nstru ida com o un pro ceso , como la pue sta en
histo ria es todav ía más marcada en la Sociologie de t 'exp érience , relación de principi os heterogéneo s» (ib íd. , p. 177).
pues se trata de «renunciar a la prop ia idea de sujeto h istó rico» (p.
25 9) Y a la lectura de la h istoria co mo una suces ión de «tip os de
sociedad» (p p . 150-1 51 ). 3. Jon Elster y las problem áticas del yo múltiple
La ob ra de Dub et no carece de defectos - por ej emplo, su lec-
tura re duc tora de Elias, Berger, Luckm ann o Bourdieu-c-, pe ro Jo n Els ter ha explorado lo s márgenes de la teoría de la elección
aq ui nos centraremos en sus propuestas novedosas a pa rtir de la racional confrontan do una serie de re flex ione s de f ilóso fos, eco-
noció n de experiencia , de fini da como «una activ idad cogn it iva» , nomista s, psicól ogo s, de un matemático y de un po litó logo (é l
«una manera de construir la rea lidad y, sobre todo , de «verificar- m ismo) en torn o a la hipótesi s de un yo m útüp te",
la. de exp erimentarla» (p . 93). Esta soc io logía, que concibe «la M edian te esta s aportaciones se ponen de ma nifiesto diversas
experiencia com o una com binac ión de lógi cas de acción, lógicas fi gura s más o menos radi cales o d ébiles de la división de l yo . EIs-
que vincu lan al ac tor con cada una de las d im en sion es de un s iste- ter las resu m e así en su int roducc ió n:
ma» (p . 105) , ro mpe con las nociones de s istema y de ac to r. Por lo - La pri mera f igu ra remite sim p lem ente a un yo int egrado de
qu e resp ecta al sistem a, «no hay uni dad en e l conj unto social [... ] mane ra im pre cisa, al origen de los fracasos. Elster emp lea la ana-
cada lógi ca de acc ión remite a dementas autónomos " del" sis te - logí a de una empres a con unidade s do tadas de cierta auto nomía .
ma socia l» y (da noción de sistem a social se lim ita a la m era cons - Entonces se ña la que «durante largo tie m po pu eden coex istir pací-
tatación de la cop resencia de esos elementos» (p . ISO). «El act or» fi camente dive rsas opi nio nes si pe rtenecen a sectores de la vida
también es tá «dividido», su yo «d isociado», en las tens io nes e im - di ferentes » (ibíd ., p . 4) .
bricac iones entre las tres lóg icas de acción (i ntegración , estra te - - La segu nda f igura se refiere a prob lemas tratados fre cuen-

--'9ii'"
gia y su bjetivaci ón) identif icadas por Dub et. E n la encrucija da de

¡o' -

temente por la fil oso na anglo-americana (la denomi nada «f iloso-

-- -
91
l as nuevas scctotoqías 5. Individ uos plu ral es
tia analítica» : el autoengaiio y la debilidad de /a voluntad. El que en busca de recursos (interiorizados o exteriorizados) diversos y a
se engaña a sí mi smo cree cualquier cosa opuesta a aquello qu e tiene veces contrad ictorios. Cada individuo accedería a un repertorio
buenas ra zones para creer, lo qu e puede inducir un debi litamiento com puesto po r instrum en tos dis pares, lo que contribuye a da r un a
de la vo luntad; es to es, la elección de lo peor con conocimiento de visió n menos homogene izante y más heterogénea de los indivi-
ca usa . Estamos entonces ante el con flic to interno de una per sona duos. A contin uac ión expondrem os sucintamente algunas nocio-
ante do s deseos o co nvicciones, uno de los cuales aparece clar a- '-,-: nes re lac ionada s.
mente como el más pe rtinente o el mejor, y s in embargo opta por .La socióloga Ann Swidler ha tratado de reintegrar las formas
el ot ro . cultu ra les en la acción cues t ionando el concepto tradicional de
- La tercera figura se ref ier e al desgarram iento entre varios cultura com o un conjunto ho mogéneo e integrado por valores y
de seos, lo que Elster deoomioayos fáusticos . normas que de terminaría e l comportamiento de indiv iduos y gru-
- L a cuarta fi gura 00 introd uce un a se paració n horizontal pOS24. As í, ha propuesto un a defini ción de cultu ra como «u na caj a
sino vertical en el yo , con yos jerárquicos, vinc u lados por un de herramientas (too/ kit) que contiene s ím bo los, historias, ritua-
orden de prefer encias. les y rep resentac iones del mundo, que las per son as pueden uti li-
-c-La quinta figura pone el acento enyos sucesivo s en el tiem - zar en diversas configuraciones pa ra resolver diferentes tipos de
po y en cambios de identidad qu e obstaculizan la contin uidad de problemas» , co mo «c om ponentes culturales » de la cons trucc ión
la perso na. de «e strategias de acciór» (ibid., p. 273). La noción de estrategia
- La se xta figura esboza y os pa ralelos , aso ciados a vidas pa - no im p lica necesa riam ente «un p lan form ulado de m an era cons-
ra lelas de una m isma persona. ciente », sino que a lude a «una m aner a general de organizar la ac-
- La sé ptim a fi gura integ ra la herenci a fre ud iana , con las di s- c ión» , in cl uyendo hábito s y rep resentaciones previo s (ibí d., p .
unci ones entre co nciencia, el p reco nsc íente (in termedie respecto 27 7). Dentro de ta les rep ertorios O cajas de herramientas, que
a la conc iencia y al inconsciente) y el inconsciente , así co mo el pueden contener «sím bolos antagónicos», los actores «seleccio-
el/o ( las pul sio ne s inc onsc ientes), el y o y e l supery ó (i ns tancia nan diferentes elementos para elaborar líneas de acción». A s í
que actúa inc onsc ientemente sobre el yo y se de sarro lla po r la in- pues, un comp lejo c ultural proporciona a los actores «un reperto-
teriorización de las prohi biciones parentales) . rio de com petenc ias» que a l m ismo tiempo <d im ita el espacio de
- La octava figura alude al conflicto ent re e l yo económico y las estrateg ias d isponi bles » (ibíd ., p. 2 84 ).
el yo social, el horno oeconomicus y el horno soc íologicus. En es ta m isma línea, e l antropólogo l ean -Loop Amselle sos-
- Finalmente, la noven a figura, la más radi ca l, defiende una tiene, contra un a «visión es enc ialista de la cu ltu ra», la idea de una
teoría del no y o, según la cual el yo rem itiría a elem ento s dispares reserva de práct ica s «de las qu e los actores se sirve n para renego-
qu e no tendrían unidad en sí mismos más allá de la convicción del ciar constantem ente su identida do-" . «En función de tal o cua l co-
ob servador (el propio yo o los demás) y qu e, po r tanto, constituiría yuntura po lítica» los com po nentes de esta reserva so n moviliza-
una ilusión. Esta es la perspectiva que ha formalizado el budismo ta l do s por los actores (i bid., p . 13). Por tanto , la identida d de un
y com o (o presenta el economista francés Serge- Cristoph Kolm" . act or o grupo de actores se co nci be como el resultado provisional
de una negoci ación entre eleme ntos d ispares y la noci ón de lóg í-
cas híbridas po stu la «u n si nc re tis mo orig inario, una m ezcla »
4. La nodón de repertorio (ibid., p. 248).
Por su parte, el histori ador bri táni co G eo ffrey Lloyd critica la
En diverso s secto res de las ciencias sociales se ha difundido la noción de «m enta lidades», muy emp leada en las cie nc ias soc iales
noción de repertorios - próxim a a la de stock de co nocimientos e hist óricas-". Mi entras que esta no ción de mentalidad tiende a
dispo nibles de Sch ütz-, a los qu e acudirían individuos y grupos presuponer cierta coherenc ia y es ta b ilida d de «pautas re currentes
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las nuevas scctctcq íes 5 . Indivi d uos plu ral es
y omnipresentes de ideas, creencias y comportam ientos» (ibld., p . demás y en respuesta a las peticiones de explicación de otros
2 10 ), la investigación histórica le muestra «en los propios indivi- miembros de la co lec tividad. Presentan la hipótesis de que sobre
duos , en nuestra soc iedad, en la Grecia antigua , en la China an ti - es tos debates pesan fuertes constreñi rnientos de legitimidad y ge-
gua , entre los dorset , modos muy dife rentes de ra zonami ento en el neralizaci ón de los argumentos utilizables, que conduc en a las
proce so de exp res ión del pensamiento, las cree nc ias, los argu- personas a ir má s allá de la s itu ac ión conc reta en la qu e se ha llan.
mentos, la justificaci ón , y ello en árnb itos muy di spares del di s- En es ta perspectiva han modeli zado los reg istros generales de jus-
curs o» (ibíd., p . 2 18) . La diversidad de cree nci as y de acti vidades tificació n que actualm ente se emplean en las actividades cotid ia-
observadas no permite «atri buir (a un mi smo ind ividuo o gru po nas . y ca da uno de di chos regi stros se refi ere a una concepc ión di-
de individuo s) una m entalidad únic a y determinada» (ib íd. , p. ferente de l bien com ún y de la justicia en una ciudad . Para llevar
210) Y no s invita a dirigir nuestra atención a la pluralidad de con- a ca bo esta fo rmalizaci ón han acud ido a los autores clásicos de la
textos de comunicación. filo sofia política que han desarrollado conce pc iones de lo qu e po-
Este tipo de ori entación no care ce de riesgos. como ha señ a la- dría denominarse una ciudad j usta . Es tos autores no han «inventa-
do Mi chel Dobry: imponer una «un iform idad s inc róni ca» de los do» los regi stros, pe ro se les cons idera gramá ticos del vínc ulo po-
rec ursos di sponibles en un momento dado (para un actor o grupo lítico, es de cir, se supo ne que han sistem atizado y explicitado la s
de actores), o lvidando los «dilem as práctico s qu e se les presentan conc epciones de la just icia qu e parecen ímplicitas en la vida coti-
a los actores» en el transcurso de la acci ón-". Po r ello , frecuente- diana. A conti nuación, Boltanski y Thévenot propone n una pri-
mente se pone el acento en la es tricta interacción entre la selec- mera validac ión em pírica de su cons trucción señalando plantea-
ción de recursos pre constituidos y la lógica de las situ aciones. miento s sem ej antes a las diferentes ci udades justas en guías
contem poráneas . En este doble proceso han identificado se is re-
gistro s de justificaci ón pública (la lista no es exhaust iva, aunque
5. La diversidad de regimenes de acci ón para los autores el número de registros ne ce sariamente sea lim ita-
en Luc Boltanski y Laurent Thévenot do); cada ciudad propu gna un a manera de me dir la grandeza de
las personas (u n princip io de equivalencia propio), de ahí la no-
Lu c Boltanski y La ure nt Th évenot, directores de estudios de la ción de economias de la grandeza :
Escuela de Es tud ios Supe riores en Ciencias Sociales de París y - La justificación cí vica (Rousseau, 171 2-1778 /guía sind i-
animadores del Grupo de Soc iol og ía Política y Moral , han e labo- cal), basada en la vo luntad colectiva y la igua ldad.
rado uña soc io logía de la justificación pública que se ha amp liado - La j ustificación indu strial ( Saint-Simon. 1760- 1825 /guía
en un enfo que m ás general de los regímenes de acción sus cepti- de la productividad), ba sada en la ef icacia y la com petenc ia .
bles de. carac terizar la acción de los individuos en una socieda d - La j usti f icaci ón doméstica (Bossuet, 1627- l 704/guía de la
como la nuestra. Su s o rienta ciones se han ap licado con éxito al buena v ida), ba sada en las relacione s de conf ianz a personal es que
campo de la econo m ía en la nueva «econom ía de las convencio- vi nc ulan , a travé s de una serie de cadenas de rel aciones , a los
nes»!". miembros de una co lectividad.
- La justificación por la opinión (Hobbes, 1588- 1679/guía de
las relac iones públicas) , basada en e l re conocimiento por parte
5.1 La justificación pública de los demás.
- La justificación mercantil ( Sm ith, l 723-1 790/guía para
En De la j ustifi cation-", Boltan ski y Thévenot inve stigan las dis - triunfar en los negocios), ba sada en el mercado .
putas qu e provocan la crítica y la justificación de las perso na s en - La justificación inspirada (San Agu stín , 25 4-43 ü/gu ía de la
los ámbitos p úblicos , esto es, potencialmente a la vis ta de los creativ idad), que establece un ví nc ulo inmediato entre la persona

94 9S •
l a s nuevas socio logias S. Individuos plu rale s
y una totalidad (po r ejemplo, Dios p ara los mí sticos o el Arte para exteriorizados (las s ituaciones preestablecida s po bladas de obje-
los artistas). tos) como se con cibe es ta act ividad. Así pue s, lo qu e ha atraído la
Estos reg istros obedecen a dos consrreñimicntos com unes que ate nc ió n de los auto res so n las denuncias reciprocas de diferentes
establecerían su legitimidad -e-e ntendida no en el sentido ha b itua l reg is tros de j ustificació n y los comp romisos es ta blecidos entre
en la socio logía de «leg itimaci ón- o licitac ión a poste riori de las ellos.
re lacio nes de dominación, sino como un horizon te genera l de El m od elo de j ustificación pública ha suscitado ciertos deba-
se ntido que sirve de refe rencia a los actores en el transcurso de sus tes . Un problema que se aborda fre cue nte m en te se refiere al
act os- en los ámbito s públicos de nu estra sociedad: 1) un cons- grado en que los acto res poseen co mpetenci as de j usti fi cación.
treñim ien to de común humanidad, que reconoce un a natura leza En este ámbi to no está clara em píricamente [a igualdad de capac i-
hum ana com ún a los m iembros de la ciuda d y 2 ) u n constreñi- da des y parece más aj ustada (a idea de un acceso m ínimo de cada
m ient o de orden sobre es ta hum an idad. es decir, una jerarquía va- uno . No obst ante, co n frec uenc ia se producen do s contras entidos:
riable que depende de las pruebas de gra ndeza y que no su po ne 1) algun os a uto res leen el mode lo como una descrip ci ón del
subhum anidades esta blec idas como en las sociedades de cas tas. mu ndo tal como es (por lo que el m undo sería «justo»): sin em -
Estos registro s no só lo rem iten a princip ios de j ustic ia, sino tam - ba rgo , se trata m ás b ien de cóm o se cap tan las acc iones a través
bién a mu ndos de objetos (po r ejem plo , un cro nó me tro en el ám - de l se ntido ordinario de la justicia m oviliza do po r las per sonas en
bit o industrial) qu e s irven de apoyo a las de mostracione s. D e esta el encuent ro de mundos de objetos y, por lo tanto , de una cons-
mane ra, los autores p lantean la hipótesis de que cada actor de trucción de seg undo grado; y 2) el m od elo intentaría eng lo bar
nuestra sociedad tiene ac ceso a es tos m odos de j ustificac ión, los todas las s itu ac iones con las nociones de j ustificación y justifica-
cuales forman parte de competencias comp artidas . ción. Por el co ntra rio , Boltan ski y Th éveno t indican en su epíl ogo
Est as modalidades comunes de cri tica y j ustificac ió n tamb ién que no pretenden «dar cuenta de la conducta de los actores en
es tán presentes en los trabajos de (as ciencias sociales, por lo qu e tod as las situaciones en que puedan ha lla rse», pues «l os momen-
la sociolog ía de la crítica , que investi ga (as soc io logías criticas tos de d isputa co nsti tuyen interr upc iones en los actos llevad os a
tanto de los acto res como de los inves tigadores , tam bién es una ca bo con otras pe rso na s; por co ns iguiente, deb en ubicars e en un
sociología reflexi va qu e co ntribuye a hacer ex p líc ita s las di m en- curso de acci ón que, tan to an tes co mo des pués del momen to de
siones normativas imp lícita s en las socio logías erudita s. De esta j uici o, se desarro lla más allá de los constreñimien tos de la refl e-
m ane ra, la tradi ciona l divis ión reivindicada por la socio logía xió n y la j ustificac ió n» (ib id., p . 42 5). Por tanto , se a bre un
entre los juicios de va lo r y los j uicios de hecho no parece tan ta - cam po de po is ib ilida des para una soc iolog ía más amplia de regí-
jant e, si bie n sigue s iendo un hor izonte regulad or de la act ivida d menes de acción , de la que el régi men de j ustif icación pú blica no
científi ca, aunque só lo sea porque esta s discip linas utilizan for- se ria más que un modelo reg ional.
mas de evaluac ión de com portam ientos y de procesos sociales El modelo de la j ustif icac ió n se ha ap licado en diferen tes ám-
que tienen un a doble di mens ión - técnica (siste mas de me di da) y bitos emp íricos como un a constru cción sistemática que no exi ste
moral (s istemas de va lo res)- qu e es dificil di sociar co m pleta - com o tal en la realidad observada, pero que sirve de herram ien ta
men te . en la investigaci ón-". Claudette Lafaye y Laurent Th évenot han
S i es tos regi stros se consideran prod uctos histórico-sociales, ex plo rado (as posib ilidade s de un reg istro de j usti f icación eco ló-
las inves tigacio ne s realizad as han dej ado de lado es te cam po in- gica - t. Jo que m uest ra que la investigació n de las form as de j usti-
me nso para cen trarse en la actividad cotid iana de los actores , em - ficación es ta a bierta al trabajo de los ac tores. El ca rác te r p lural de
plean do esa s formas generales precon stitui das. Es en el enc ue ntro los individuos, junto con la diver sidad de los modos de justifica-
de (as formas ínte r íor ízadas (la com pe tenc ia par a util izar argu- ción em pleados por cada uno en d ife ren tes s itu aciones ha sido ob -

--%'
mentos y mover se en los mu ndos de objetos) y los disposi tivos jeto de es tud io por pa rte de La faye en el caso de los actores con
--IIII¡
97 4
Las nuevas sociología s 5. I ndividuos plu rales
«do ble etique ta» (por ejemplo, alca ide/agente de la adm inistra, - La violencia (en su concepto lím ite de «desencadenami en -
ci ón local) , cuya identidad frecuentemente equ ívoc a es fue nt e de to de fu erzas », un es tado de disp uta que tam bién qu eda fuera de
ten s ion es y de recon strucciones de ideruid ad ". la equivalencia) .
...".' Paz
',.
5.2 Otros regime nes de acción accesibles
a un mismo in divid uo
~
,
"
'1
r rectitud ágap e (amor)

De la misma man er a que Cla ude Grign on habla de ( conceptos Eq uivalenc ia (me sura) No equivalenc ia
api son ado rav' ". se podría denominar sociologías ap isonado ra a
, ,. (des -mes ura)
e
una serie de socio log ías qu e ap rehenden el mundo so cial con un
vocabu lario un iforme de descripción, interp retac ió n y ex plica- '-~ j ustic i a -j us l ifícaeion viole ncia
ción . vál ido en tod as las situac iones. De es ta ma nera, tienden a re -
~
du cir en un m ismo plano s ituac iones muy diferentes. Por el con- ~ Disputa
trario, la soc io logía de los regímenes de acción qu e se es boza hoy '~
."
a partir de los trabajos de Boltansk i y Thévenot bu sca recuper ar r-:. A contin uac ió n Boltansk i exp lora las osc ilaci ones de un régi-
los ac cidentes de l terreno y proponer conj untos conc eptuales di- men de acción a otro , y ello en difere ntes m omentos y s ituac iones
fcre ntes en funci ón del tipo de situ ación y, por tanto, reconstru ir de la vida cotid iana.
un en foque g loba l pa rtiendo de la elaboración de modelos regio- Th évenot ha analizado las relacio nes de proximídad entre per-
naícs>' . Cada régimen de acción intenta dar cuenta de la acción en sonas y entre per son as y cosas que, a diferencia del regi st ro de
ciertas situaciones a tra vés del bagaje mental y gestual de las per- just ifi cación domésti ca. so n locales y particulares, y no se hacen
sonas, en la d inámi ca de aj uste de las pe rsonas entre e llas m ismas nec esa riament e generales y públicas. Las denom ina rég imen de
y co n las cosas. recurriendo a apo yos preconstitu idos a la vez in- fa m ílíarídad": La s invest igaciones de Christian Be ssy y Fra nci s
ternos y externos a las personas, Si bien toda una seríe de proble- Cha teauraynaud sobre el cuerp o a cuerpo de las per sonas con los
ma s de las ciencias sociales pueden reforrnularse en es te marco , obj eto s en el caso de las técni cas, rec urriendo particularmente a la
és te no prete nd e cub rir todo el cam po de la soc io log ía, pues. a la fenomen ología de la percepci ón de Merleau-Ponry, tienden a con-
m ane ra sc hütz iana, se presenta como una «c iencia de la ciencia verge r con es te ca mpo de investigaci ór r'".
de los ac tores». ". Aparte del régimen de justificación pública , se Se ha n es bo zado otros regimenes de acc ión. As í, a parti r de
han elab orado otros regím enes de acción : los es critos de l f ilóso fo conte mpo ráneo Ernmanuel Levinas, se ha
Boltan sk i ha es bozado un cuadro de cuat ro reg ím en es de ac- model izado un rég imen de inte rpelació n ética en el cara a cara o
ción a partir de un doble eje equ iva lenc ia (m esura)/no equivalen-
i
i de co mpasión (P. Cor cu ff y N. Depraz). Esquemátíc ame nte , se re-
cia (d es-mesu ra) y pa z/disputas: fiere al hecho de se nt irse «pres o» , en la prácti ca y de manera no
- Laj usticia-j ustijicación (un estado de disp uta que recurre a .·· 1
,' nece sariamente reflexiva , de un senti m iento de responsab ilidad
princip ios genera les de equivale nci a). , res pec to a la an gu st ia del ot ro, en el cara a cara y la proximidad ti-
- La rectitud (equivalencia tácita entre las personas y las cosas 1":
-'.
¡¡ sica. A partir de la obra política de Maquiavelo (I469 ~15 27) , se ha
en las rutinas y, por tanto, en la paz; no está activada la crít ica). '; ! form alizado otro régime n de acció n: el régimen maquiavélico o tác-
- El ágape o amor (d on gratuito sin expec tativa de reciproci- ,.- I tico-estratégico (Grupo de Estud ios Maq uia vé lico s del CERJEP
dad, inserto en la tradición teológica cris tiana, una desviaci ón de de Lyon ), En es te cas o se intenta una re ubicac ió n de com porta-

-'--*
la equivalencia en la paz ). mi entos es tratégicos que hoy d ía ocupan un espacio demasiado
- - :iR
98 99 •
l a s nu evas socio log ia s
general , de validez inde te rminada , en lo s análisis de las ciencias
soc iales . Conclusión
Co n tales instru mentos sería po sib le arroj ar luz sobre d iversas
d ime nsiones de las activ idades sociales . como las cuest iones de la
domi nación y del pode r, que hasta el momento má s b ien se han .,~.

soslayado. En cualquier caso, tos regímen es de acc ión ac ce sibles ~-


, .'~

a los acto res de nue stras sociedades probablemente no son ilimi - ·r.,
tados. por lo que la sociolog ía de los reg ímenes de acción se prc- •,
senta como una puesta en orden de la diversidad de rec ursos u ti- •. ¡' ,

lizad os por los actores, así co mo de las prop iedades de la acción. [


La pro fundización de esta perspe ct iva pasa especialmente por una
exp lo rac ió n más sistem ática de los pasos entre reg ímen es de ac -
1
ción, esto es, por relaciona r los d iferentes aspectos (in teriorizados
y exterio rizados) de la realidad social. Se trata de ten er en cuenta ,•-;.
la heterogeneidad interna de la acción , al tiempo que se iden tif i- ,,'::t
can sus articulaciones.

Al término de este recorrido sintético y necesariamente par cial


por las nuevas sociologías debatidas en la década de los oc henta y
la prim era mit ad de los novent a, es necesari o hacer algunas preci-
sienes.
En primer lugar, la elecció n de cons iderar auto res, conceptos.
resu ltados de investigaciones o debates a partir del hilo conductor
del construct ívismo soci al nos ha cond ucido a dejar de lado ot ros
trabajos característi co s de eso s años, pero que ha n tratad o me nos
directamente el problema de la superación de las ant inomi as tra-
d iciona les en las ciencias soc iales . Por lo tanto, el marco concep-
tual nos ha obliga do a no ten er en cuen ta una serie de investiga-
ciones interesantes. Por la misma razón só lo ha sido posib le tratar
mu y por encima las nuevas relacio nes entre las ciencias soc iales y
la f ilosofía. No obstante, señalemo s las discusiones y los présta-
mo s de c iertas orientac iones fil osó ficas, y en part icular de la ú lti-
ma f ilos o fía de Wittgenstein (espe cial mente su tratamiento de los
problemas plan tead os po r los usos del lengu aje), de la fenomen o-
logía del cuerp o de Mau rice Merlea u- Ponry, de las formas orig i-

--
nale s de cuestionar la histo ria elaboradas por Mich el Foucau lt. de
la aten ción a la narrac i ón de Paul Ricoeur, de la de construcción

100 B;BUOTE CA
-
v NAL
Oc r1iAESTROS
-~
Las nue vas socio log ia s Concl us i ón
promovida por Jacq ues Derrida, de la filo sofía de la ciencia de contro lado del razonami ento co mpa rativo, pero es ta validez
M ich e l Serres, de la teori a de la acc ión co munica tiva de Jürgen nunca puede con sid erarse ilimitad a . Aa ron V. Cic ourel pre sta es-
Habermas o de las teo rías norteameric anas de la j usticia co mo las pecial at en ción al ámb ito de validez de los co ntextos de investiga-
de John Rawl s y Mich ael Walzer. ció n, a sus discrepan cias, así co mo a sus pro ximidad es respecto a
En el plano episte mo lógico tam bi én se han propues to nuevos los contex tos co tidianos de acc ión; de ahí la importa ncia que co n-
eleme ntos que demu estran que, sa lvo algunas excepciones, los cede a una reflexividad sociológica . En e l marco de estas perspe c-
enfoques co nstruc tivi stas no van acompañados de un ultrarrel at i- tivas se pu ede eval uar las verda des científicas según su mayor o
vismo . Más b ien se pretende un nuevo uso de las noc io nes de ver- menor validez y su construcció n más o menos riguro sa (por lo
dad científica y de realidad. Las verda des científicas, que a su tan to, no estamos ante una ind ist inción relativista radical del tipo
vez no aluden más que a una parte de los usos sociales de la no- «todo vale»). Pero si las ve rdades socio lóg icas son plurales tam-
ción de verdad (mientra s que los otros usos se apoyan en la ética, b ién es para da r cuenta de los aspectos pl ura les de la realida d so-
el amor o la estética, po r ejemplo) aparecen plurales, situadas his- cial , que puede n d ist ingu irse principalmen te en función de su so-
tó rica y socialmente, p rovisiona les , pero la noción de verdad lidez. Los criterios p ropuesto s po r Lau rent Th évenot para
sigue siendo un horizonte regulador del trabajo científico, que se «conferir formaos son especialmente inte resantes a la hora de es-
apoya en un repertorio de criterios-reglas·metodos-conceptos-de- tablecer esta so lidez: ámbito de validez. estabilidad temporal y
bates heredado de la tradición sociológica. Más en concreto, re- grado de objetiva ción .
flexiones epistemológicas muy dive rsas y que no se sitúan todas Si los análisis co nsrructivistas tienen su origen en la lógica del
en el ámb ito ccns tructivista, como las de Aaro n V. Cicourel ", trabajo científico, con sus limitaciones y reglas prop ias, no care-
Jean -C laude Passeron ", Raymond Boudon", Pierre Rolle" o Er- cen de vincu los co n co nsideraciones éticas y politicas. En primer
hard Friedberg", convergen en el cuestionamiento de una ep íste- luga r, ni las tentaciones recurren tes de una postura de superiori -
mologia binaria (e n tom o a la oposición verdadero/falso) en be- da d respe cto a los actores ni la constatación de la variabilida d his-
neficio de una epistemología de ámbitos de validez (validez de las t órica y socia l de sus ideales de emancipación lleva n necesari a-
observaciones y discursos recogidos por el investigador, de las téc- ment e a la soc iolog ía a un escepticismo generalizado respecto a
nica s empleadas, de los conceptos propuestos o de las propi as todos los ideal es. Por el co ntrario, según afirma Jean-Lo uis Fa-
condic iones de la investigación). De esta forma, no habría enun- biani, ( es ana lizando el proceso ideo lógico co tid iano que retoma
ciados soc iológ icos que pud ieran calificarse de ver daderos o fal- y recompone los ideales en pugna co n las circunstancias co mo el
sos en general , sino de verdaderos o falsos en cie rta me dida , en soc iólogo, aba ndona do e l di le ma relativista, vue lve a aprende r
ciertas co ndic io nes, en ciertas circu nstanci as , que precisamente el respeto»". De ot ra parte, al histori zar y desnaturalizar aquello
hay qu e.tratar de ex plic itar mej or para da rles mayor rigor cie ntífi- que parece «natu ral» o «necesario», que está ah í «desde toda la
co . En su crítica de las pretensiones un iversali stas de di versas teo- etern ida d» , la sociolog ía desfa taliza, según el termino de Pierre
rías de l ca mb io social, Raym on d Boudon h a pu esto el acento Bourdieu". Desd e luego , la soc io logía nos muestra que no todo es
sobre la «vali dez local » de las teorias soc io lógicas. Pierr e Roll e posible a consecue ncia de las limitaciones (exterio riza das e inte-
indi ca que, en el caso de un modelo teó rico, es necesario determi- ríoriza das) fruto de l pro ceso socio-históric o ante rior, pero «lo que
nar «las co ndicio nes, más o me nos restrictivas» en las que se apli- el mundo social ha hecho , el mundo soc ia l pu ed e, arm ado con
ca ; yen las ciencias soc ia les el error cons istiría principalmente en este conoc imiento, deshacerloe". Así pues, el soc iólogo cons tru c-
«e l de sconoc imi ent o de los límites» de los instrumen tos teóri cos tivisra es capaz de investigar las cajas negras, retomando una ex -
emp leados (ibld ., pp , 64 · 65) . Jean -Cl au de Passer on y Erha rd presió n de M ich el Ca llon y Bruno Latour, ce rradas por los acto-

--
Friedb erg proponen una amp liación del ám bito de validez de p ro-
posicion es socio lógicas siempre local izadas, mediante el empleo

102 ' ..
:""". ,I
~
' 4 ..,
res y, en particu lar, los p oderosos (como « los fundamento s

-,- -
naturales de la des igua ldad», «la natura leza fem enina», «las leyes

103
l a s n ue vas so ci o lo gi a s No t as
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16 lbí d .
"...
~~
.:--
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se économique de s conventíons, Pa ris, PUF, t 994 .
4 1 ( Sur l'objecnvaríon participante», Actes de la recherche en scien-
~
17 Parí s. M inu it, 1964. ces sociales, 23 , septiemb re de 1978 .

-m - _"'i' Ie,iI
10 7
l as n ue vas scctc toqí es
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Nata lie De praz. «L ethn ologue, un phénomé nologue qUl s ' tgnore? l'ap-
Not a s

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..-;¡;;;;
loa
j 10 9
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--=-:-::
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Conclus i ó n
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