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“Amar te duele”, “Aunque me haga esto, yo sé que me quiere” o “Para amar hay
que sufrir”. Muchas veces escuchamos estas frases que justifican la violencia en la
pareja. La violencia en noviazgos jóvenes existe, y muy seguido. Los casos más
trágicos los vemos a diario en las noticias, pero también conocemos relaciones
cercanas donde hay violencia.
Estos tipos de violencia están definidos en la Ley Nacional 26.485, donde además
se establece que los tres poderes del Estado (Ejecutivo, Legislativo y Judicial), en
todos sus niveles (nacional, provincial y municipal), tienen la responsabilidad de
adoptar medidas para garantizar el derecho de las mujeres a una vida libre de
todo tipo violencia. Es un derecho.
¿Qué se puede hacer para salir del ciclo de la violencia o ayudar a una persona
que pueda estar atrapada en un noviazgo violento? Las secciones “Si me pasa a
mi” y “Si le pasa a un amigo” tienen la información necesaria para dar el primer
paso.
Las señales de alerta
Son conductas que nos advierten que la relación de pareja es desigual y no se
basa en el respeto hacia la otra persona sino en un abuso de poder de un@ sobre
el otr@. Son signos que pueden pasar desapercibidos, porque la violencia muchas
veces se naturaliza y se percibe como algo “normal”, pero con el tiempo estos
indicios pueden aumentar su potencial dañino.