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literatura del romanticismo

El Romanticismo fue el movimiento artístico, cultural y literario que se


produjo a finales del siglo XVIII en Inglaterra y Alemania, extendiéndose
luego a otros países de Europa y América.

El Romanticismo rompió con las ideas de la Ilustración y el Neoclasicismo y


buscó destacar a través de la música, el arte y la literatura la emoción que
despiertan los espacios agrestes, la naturaleza y la melancolía que genera. Sus
principales representantes se valieron de lo increíble, lo onírico y lo
inverosímil para la creación artística.

No hay que confundir el término “romántico” con su significad

El Romanticismo fue un movimiento artístico y cultural que tuvo


lugar a finales del XVIII y principios de XIX y que se rebelaba
contra el razonamiento y la visión más científica del mundo
postulada por la Ilustración para anteponer las emociones y el
mundo subjetivo del artista y poeta. En esta lección de
unPROFESOR queremos hablar acerca de los principales
géneros del Romanticismo en la literatura ya que fue una
corriente que innovó sobremanera en la creación artística y que
investigaba sobre otras maneras de hacer literatura. La poesía y
el drama fueron los dos géneros por excelencia del movimiento
romántico, sin embargo, también hubo autores que cultivaron la
prosa y que tienen que ser reconocidos.
El realismo literario es una corriente estética que supuso una ruptura con
el romanticismo, tanto en los aspectos ideológicos como en los formales, durante la
segunda mitad del siglo XIX. Se extendió también a las artes plásticas en Latinoamérica,
lugar donde hasta entonces no había gran proliferación en este arte. Este se caracterizaba
por una extensa y muy detallada información de los personajes, paisajes, escenas, etc. De
esta forma, podían ser imaginados con mayor facilidad.

Los 3 géneros del romanticismo más


cultivados
Rompiendo con la tradición neoclásica seguida durante
la Ilustración, el Romanticismo nace como un movimiento
que antepone al creador, al poeta, a la persona y a esa
parte menos tangible del ser humano: las emociones, la
pasión, el dolor, el amor, los sentimientos, etcétera. Por
tanto, pasamos de una concepción racional y objetiva de la
literatura para ahora adentrarnos en un tipo de corriente
que se decanta por mostrar lo más interno y profundo de la
creación artística y del ser humano.
Para poder dar cabida a esta nueva tendencia literaria, se
comenzaron a cultivar algunos géneros que fueron los
principales durante este movimiento literario. Nos
encontramos ante un movimiento, no solo artístico, sino
ideológico y que cuenta con unas características muy
detalladas como la exaltación de los sentimientos, la visión
subjetiva del mundo, la presencia de aspectos mágicos o
fantasiosos en las narraciones, la defensa de la
individualidad tanto personal como de nación, etcétera.
Para poder reflejar esta nueva visión del mundo,
aparecieron géneros del Romanticismo que fueron los
más usados entre los poetas de este movimiento. Estos
fueron los siguientes:
 Poesía: fue uno de los géneros más destacados
dentro del movimiento romántico porque permitía al poeta
la máxima expresión de sus emociones y de sus
sentimientos con un uso del lenguaje más depurado que
era capaz de transmitir lo que el poeta deseaba contar.
 Teatro o drama romántico: otro de los principales
géneros del Romanticismo fue el teatro o el drama y uno
de los grandes representantes a nivel mundial fue
Shakespeare que escribió, entre otras muchas obras, la
conocidísima historia de amor de Romeo y Julieta.
 Prosa: este es el género que menos se cultivó
durante el Romanticismo pero que también tuvo a algunos
autores que usaron este canal para comunicar sus ideas y
su visión del mundo.
Para entender mejor cuáles fueron los géneros del
Romanticismo más importantes, a continuación
analizaremos cada uno de ellos de forma concisa e
indicaremos las características y autores más importantes.
Géneros literarios del Realismo
Novela Teatro poesia
Todos los cambios que se experimentaron durante la época
de la Ilustración se vieron reflejados de una forma muy
evidente en la literatura. Aparecieron nuevos temas y
géneros del Realismo literario que rompieron con las
normas anteriores y crearon nuevas bases artísticas sobre
las que crear este nuevo mundo que estaba a punto de
nacer.
La lírica, género predominante durante los siglos
anteriores, empezó a cultivarse menos y, por contra, se le
dio una mayor importancia a la novela y a la narrativa.
El motivo era que la literatura dejaba de ser únicamente un
objeto artístico o estético para convertirse en un espacio
ideal para intervenir en la sociedad y en sus habitantes.
Por tanto, dentro de los géneros literarios del Realismo
debemos destacar la novela como el más cultivado y el
favorito de los autores que seguían esta corriente. Estas
novelas solían tratar temas contemporáneos y, de esta
forma, conseguían que los lectores fueran testigos de su
presente y que, así, pudieran comprender mejor el mundo
en el que vivían.
Otro de los motivos por los que la novela se erigió como el
género más usado en el Realismo literario fue porque,
gracias a que la extensión puede ser ilimitada, permitía
que el autor se detuviera en los asuntos que creía
importantes. Por tanto, podría relacionar hechos ocurridos
en el presente, describir de forma larga y tendida los
espacios en los que se desarrolla la acción, analizar la
personalidad de cada personaje y mostrar diferentes
posiciones ideológicas y políticas, etcétera. Como ya
hemos dicho anteriormente, el Realismo concebía la
literatura como un medio en sí mismo: el autor que escribía
estaba llevando a cabo algo así como una investigación
científica de la realidad. Por tanto, el texto narrativo era su
propio laboratorio, su mesa de operaciones.
La novela  es un género específico de novela practicado en España durante el
movimiento artístico denominado como Realismo que tiene como objetivo representar de
forma minuciosa y objetiva una realidad contemporánea muy concreta: la vida cotidiana y
los problemas de la sociedad burguesa de la segunda mitad de siglo XIX.

El simbolismo....
 Movimiento artístico, principalmente literario y de artes plásticas.
 Se originó en Francia en la década de 1880.

Géneros del simbolismo


 La novela
 El teatro
 La lírica
 Su objetivo era la búsqueda interior y la búsqueda de la verdad universal

Entre el concepto y la metáfora


Carlos Elío Mendizábal
Mucho se ha hablado y se ha escrito sobre la prosa de María Zambrano, cuestionándose hasta
qué punto su discurso es un discurso filosófico y hasta qué punto se trata de un discurso
literario. No es fácil, en este sentido, encuadrar sus textos en una categoría o en otra, incluso
no toda su obra responde a los mismos propósitos. Algunos de sus libros como “Claros del
bosque” o “De la Aurora” constituyen un intento evidente de alejamiento de la razón
discursiva, un internamiento deliberado en un ámbito inaccesible desde el punto de vista del
sentido del texto y en el que resulta arriesgado internarse cuando se hace con un espíritu
analítico y acostumbrado a escudriñar conceptos. Es preciso dejarse llevar por las imágenes,
navegar entre los símbolos, intuir las esencias de unas experiencias personales que
difícilmente son comunicables debido a su carácter inefable. Por eso, nuestra autora, recurre
al lenguaje originario, al lenguaje mito-poético, que es el único capaz de sugerir cierto tipo de
experiencias intraducibles al discurso lógico. Se trata de un esfuerzo por nombrar lo
innombrable, por decir lo indecible.¿No es ésta la tarea de la poesía? ¿Estamos todavía en la
filosofía? Paralelamente a su vocación filosófica surge pronto en María Zambrano una
atracción especial por la literatura, en su obra son numerosas las referencias al mundo
literario: San Juan de la Cruz, Cervantes, Galdós… Existe, en nuestra autora, una preocupación
por la palabra que va más allá de su “utilidad al servicio del intelecto”. María Zambrano, se
enfrenta a la palabra como expresión de vida, para ella, la palabra es revelación, es aire y es
fuego: “Por abstracta, solamente “cosa del intelecto”, que la palabra se nos aparezca, lleva
aliento y fuego sutil, tiempo inasible”. Las palabras de María Zambrano trascienden el decir
estrictamente filosófico, no es el suyo un lenguaje al uso de carácter filosófico, sus precisiones
terminológicas están envueltas en un halo de sugerentes imprecisiones poéticas. La atracción
hacia el mundo literario, y más concretamente hacia la poesía, hizo que nuestra autora se
relacionase con un gran número de escritores, fundamentalmente poetas, tanto en España
como fuera de nuestro país. Antes de la guerra civil española o durante el tiempo del exilio
algunos de ellos coincidieron y compartieron amistad con la filósofa malagueña. Así tenemos
que hacer referencia a toda una brillante generación poética, como es la generación del 27,
Rafael Alberti, Federico García Lorca, José Bergamín, Luis Cernuda, Emilio Prados…y otros
poetas que sin estar encuadrados dentro de esta generación desarrollaron su obra por aquel
entonces, como León Felipe o Miguel Hernández. Incluso algunos posteriores como es el caso
de JoséÁngel Valente o Jaime Gil de Biedma. Fuera de España habría que citar los nombres de
Octavio Paz, Lezama Lima, Pablo Neruda… Las relaciones que mantuvo, María Zambrano, con
el ámbito literario a lo largo de toda su vida, no sólo constituyen un indicador de la
importancia que nuestra autora otorga a la literatura y más concretamente a la poesía, sino
que en cierta forma explican la génesis de todo su planteamiento filosófico. No se trata por lo
tanto de una mera construcción teórica lo que María Zambrano quiere expresar a través de su
razón poética, es una necesidad de unificar en un solo lenguaje toda una experiencia vital. Y es
que la literatura, por sí sola, nos pone en contacto con aquellos aspectos de la realidad que
muchas veces se escapan a la estricta racionalidad. En el ámbito de la literatura, en general, y
en el de la poesía, en particular, nos encontramos con muy diferentes concepciones acerca de
cuál deba ser el propósito que persiga el autor de una obra literaria y de cuál deba ser el papel
asignado a la misma. Entre estas diferentes maneras de entender lo estético encontramos
numerosos ejemplos de autores y de obras que son conscientes del papel que juega el arte en
relación a la verdad y que sin abandonar el ámbito de lo estético o quizás por ello, buscan algo
más. Buscan adentrarse por los territorios de la reflexión y de la contemplación especulativa.
Tras el sueño romántico la poesía se vuelve más consciente de su papel, en este proceso son
claves las figuras de ciertos poetas como Edgar Allan Poe, Charles Baudelaire y sobre todo Paul
Valery. Respecto de este último autor dirá María Zambrano: “Y en este camino de la poesía
consciente, Paul Valery significa un paso decisivo y quizá la identificación más total hasta ahora
de pensamiento y poesía, desde el lado poético, en su culto a la lucidez”. Frente al absolutismo
de la metafísica la poesía opone a su vez su propio absolutismo. La poesía se basta a sí misma.
Estamos en presencia de la “poesía pura”, poesía que aspira a constituirse como un todo, que
aspira a expresar con precisión la esencia de las cosas. La poesía adquiere así su rango frente a
la metafísica y también frente a la ética, pues el poeta descifra el mundo y está justificado
frente al mundo. Poesía y metafísica tienen el mismo objetivo pero sus caminos son diferentes.
En nuestra lengua, algunos poetas han querido transmitir ese intento de acercamiento entre la
poesía y el conocimiento, buscando el rigor en el nombrar; así Juan Ramón Jiménez en un
célebre poema reclama para la poesía el conocimiento exacto de la realidad: “¡Inteligencia,
dame el nombre exacto de las cosas!” Por su parte, Luis Cernuda, en su obra “Pensamiento
poético de la lírica inglesa del siglo XIX”, reivindica el valor del pensamiento como componente
esencial de la poesía y, frente a lo que señala como una decisiva carencia de la cultura
española, destaca la función central que la reflexión poética desempeña en la tradición
europea. “Metáfora viva” Desde los orígenes de la reflexión filosófica sobre el lenguaje. Desde
los primeros planteamientos teóricos a cerca de la relación entre pensamiento, lenguaje y
realidad, se ha indagado sobre el valor de la metáfora como medio apto para el conocimiento
de la verdad. La metáfora está ya presente en Aristóteles, quien en su Poética la define como
el “aplicar a una cosa una palabra que es propia de otra”. Definición que sigue estando vigente
y que en gran medida constituye el punto de partida de muchas disciplinas que se plantean las
potencialidades de la metáfora más allá de sus incuestionables virtudes literarias. En el ámbito
estrictamente filosófico, las diferentes concepciones que se han ido configurando
históricamente en relación al papel desempeñado por la metáfora, se pueden agrupar en
torno a dos tendencias contrapuestas, según la importancia que atribuyen a este recurso.
Aquellas que apuestan por otorgar a la metáfora una función comunicativa, en un ámbito
especializado, ajeno a lo que constituye propiamente el núcleo del conocimiento y aquellas
otras que por el contrario apuestan por encuadrar la metáfora dentro de lo que es
propiamente la genuina naturaleza del lenguaje y del conocimiento. Esta dialéctica está en
cierta manera presente dentro de la moderna filosofía del lenguaje. Esta segunda concepción
de la metáfora, como “Metáfora viva”, en expresión de Paul Ricoeur, se contrapone
radicalmente a cualquier forma de entender la metáfora que la asimile a una imprecisión del
lenguaje, o en todo caso a algo que únicamente posee un valor ornamental. En este sentido,
María Zambrano, va a romper con esa manera de entender la metáfora como desviación de un
pretendido lenguaje científico y neutral que nos muestra el mundo. María Zambrano, sigue el
planteamiento nietzscheano que parte de entender que el lenguaje conceptual no es nunca
neutral ya que nos aporta una experiencia del mundo y nos confina en una escala de valores
aceptados como naturales e incuestionables. Por lo cual lo que entendemos como realidad
constituye en definitiva una interpretación de la misma a partir de una herencia cultural y
lingüística concretas. Nietzsche, considera que el origen del lenguaje y del conocimiento no se
encuentra en la lógica sino en la imaginación, en la capacidad que tiene el ser humano para
construir metáforas y símbolos. Su teoría del conocimiento aboga por unir pensamiento y vida,
rompiendo así con la contraposición entre mundo sensible y mundo inteligible. Para Nietzsche,
conceptualizar es petrificar aquello que está vivo, privar al mundo de su dimensión cualitativa,
de su pluralidad y su riqueza. Solamente a través de un lenguaje metafórico podemos expresar
lo que está vivo, el devenir, el cambio… María Zambrano, como Nietzsche, va más allá de
considerar la metáfora, exclusivamente, como una figura retórica; para nuestra autora la
metáfora tiene un alcance ontológico, constituye un elemento indispensable para acercarnos a
la vida. Dentro de su razón poética es la metáfora el instrumento que hace posible desentrañar
la realidad, que hace posible la emergencia del ser oculto a través de la palabra originaria.
Porque es mediante la metáfora como el ser humano toma primero conciencia de sí mismo y
del mundo en el que se encuentra inmerso. La metáfora del corazón utilizada por María
Zambrano constituye lo que la “gran razón del cuerpo” es para Nietzsche, cuando en “Así
habló Zarathustra” proclama con énfasis “Más razón hay en tu cuerpo que en tus
pensamientos más sabios” . Frente al “pienso luego existo” cartesiano, frente al absolutismo
de la razón, María Zambrano aboga por las “razones del corazón”. Y las razones del corazón no
se expresan a través de conceptos, el lenguaje del corazón se manifiesta mediante imágenes,
símbolos, mediante metáforas.

El lenguaje de la poesía: nada es lo que parece


A menudo, cuando leemos un poema tenemos que pararnos a pensar
qué significa, qué quiere decir, porque no siempre se utiliza el lenguaje
con su significado literal sino que se juega con otros significados para
darle mayor expresividad al lenguaje. Es lo que se llama
lenguaje figurado o lenguaje connotativo
En este capítulo diferenciaremos el símbolo —como el gran continente— y la metáfora —uno
de sus contenidos—, y, específicamente la metáfora poética, instrumento principalísimo de la
razón poética e interpretación comparativa propia que hace el poeta o creador respecto de un
símbolo

Definición
El símbolo es una figura retórica muy parecida a la metáfora y la alegoría
en que consiste en la sustitución de una palabra por otra. Es decir, el
símbolo es un término que representa o sugiere otra realidad ausente en
el texto. El símbolo puede nacer de una asociación lógica, histórica,
emotiva o de semejanza. El símbolo también puede ser polisémico. En la
literatura aparece con frecuencia en la poesía a partir del siglo XIX por
influencia de los simbolistas franceses. En la poesía española, Juan
Ramón Jiménez, Antonio Machado y Federico García Lorca utilizaban
muchos símbolos en su poesía.

Ejemplos
Dos ejemplos del símbolo de la cultura popular: la balanza es símbolo de
la justicia y la paloma es símbolo de la paz.

Un ejemplo del símbolo en un poema aparece en "Balada de la placeta",


de García Lorca. En este fragmento del poema el "doblar de campanas" y
"una rosa de sangre y una azucena" simbolizan la muerte:

¿Qué es la sinestesia?
Sinestesia es una palabra que viene del griego syn – que
significa unión y anestesia  que significa sensación, la traducción textual sería
“percibir juntos”.
Es una condición neurológica en la que dos o más sentidos corporales
están acoplados. Estas combinaciones y asociaciones de los sentidos
pueden resultar en una mayor conciencia de los sentidos, una mayor
creatividad y un fuerte recuerdo de la memoria. Se le considera un
fenómeno de procesamiento sensorial irregular, y no llega a ser un
trastorno de procesamiento.

La sinestesia también puede ser definida como “una condición de

percepción en la que la estimulación en una modalidad sensorial

provoca una sensación concurrente en otra, una

Ejemplos de sinestesia
Cuando tienes sinestesia, lo notarás fácilmente porque tus sentidos pueden
entrelazarse, dándote una percepción del mundo en una dimensión
adicional. Quizás cada vez que muerdes un alimento, también sientas su
forma geométrica: redonda, afilada o cuadrada.

Cuando te sientas emocionado por una persona puede que al cerrar tus
ojos notes ciertos colores jugando en tu campo de visión. Asimismo, es
posible que estés leyendo estas palabras con una serie de voces en tu
cabeza, caracterizando cada oración con una identidad propia como lo
harías con una persona con la que estás hablando en la calle

percepción que se percibe como real

El neoclasicismo fue el movimiento artístico principal del llamado Siglo de Las Luces.


Se busca con ahínco la verdad demostrable libre de cualquier adorno, floritura u opinión
personal. Sus creadores levantaron edificios al estilo del arte grecorromano que, por
entonces, empezaba a aflorar en las incipientes excavaciones arqueológicas. Son
limpios, serenos, lineales y, a veces, repetitivos hasta la saciedad. Y es así porque el
orden es, a la par, encumbrado como un estado donde es posible el progreso. Con estos
mimbres se van levantado casi todas las características del neoclasicismo más
importantes donde prima la imitación, la racionalidad, la estructuración y el espíritu
positivista con afán de demostrar cualquier axioma.  

Géneros literarios Neoclásicos.


El ensayo.
El teatro.
Conclusión
La novela.
La lírica o poesía.

La lírica o poesía.
Principales representantes:
 Los autores utilizaban el verso
 Se exponía una nueva moral
 La fábula fue la forma poética más utilizada
 Los temas a tratar eran: la naturaleza, los aspectos culturales y los
sentimientos
 Se utilizaba un lenguaje muy ligero o demasiado retórico o artificial
 LA POESÍA LÍRICA EN EL SIGLO XX
 Se caracteriza por dos elementos fundamentales:
1.- LIBERTAD CREADORA tanto en los 2.- COTIDIANIZACIÓN DE LA POESÍA:
temas tratados como en la forma del en un doble aspecto:
verso. En este último aspecto destacan: # El LENGUAJE: se introduce en la
# Empleo del verso libre (sin rima ni poesía expresiones, giros y palabras de la
medida) lengua cotidiana. Podría decirse que se
# Alteración de los esquemas métricos y "prosifica", al menos en este sentido de lo
las estrofas de la poesía tradicional y cotidiano. Parece muchas veces que el
clásica. poeta está "hablando" con el lector
Los dos factores anteriores no impiden que el # Los TEMAS: aparecen son de la vida
mismo poeta en un mismo libro de poemas cotidiana sobre todo en la ciudad: las
componga un soneto o unas redondillas calles, los cubos de basura, los objetos
según el esquema clásico. habituales que pueblan la ciudad

LOS TEXTOS NARRATIVOS. LA NOVELA COMO GÉNERO


La novela es la manifestación literaria más extensa y perfecta del discurso
narrativo, aquel por el que alguien cuenta una historia a una persona o
personas que están en un entorno más o menos próximo según los casos. La
novela como texto narrativo presenta los siguientes rasgos:
1. EL NARRADOR Y EL PUNTO DE VISTA.
2. 2. LA HISTORIA NARRADA.
LAS MODALIDADES DISCURSIVAS DEL RELATO.
3.

El teatro.
 Se hacía con el fin de enseñar
 Se expresaban de manera directa y fácil las ideas
 Las historias representadas debían se creíbles
 Tenía una repercusión social y moral

Principales representantes:
Corneille
Racine
EL TEATRO
I.- EL TEATRO: EL TEXTO DRAMÁTICO
Llamamos teatroa aquellas obras literarias que son escritas para su
representación por unos actoresen un escenario. Sus rasgos más
característicos son el uso del diálogoyque no aparece la figura del narrador. En
el teatro conviene distinguirentre obra dramática,o texto literario, y la
representación teatral sobre un escenario, con actores, vestuario,
decorados, etc

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