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COLEGIO CHAMPAGNAT-POPAYAN

Comunidad de los Hermanos Maristas de la Enseñanza


“Innovamos en el presente, para afrontar el futuro”

EL ROMANTICISMO EN ESPAÑA

El Romanticismo se caracteriza por la creación de obras profundas e íntimas y su lema como movimiento cultural es la
libertad en todos sus frentes.

El Romanticismo es una reacción contra el espíritu racional y crítico de la Ilustración y el Clasicismo, y favorecía, ante
todo.

En el mundo de la literatura, el Romanticismo fue un movimiento cultural que se produce al final del siglo XVIII, pero que
no termina de establecerse del todo en la cultura, hasta el siglo XIX y partiendo de varios países europeos.

El Romanticismo en España es tardío y breve ya que el realismo tuvo mayor fuerza y predominó desde mediados del siglo
XIX. Así que podríamos considerar que el romanticismo literario se desarrolla desde en la primera mitad del siglo XIX y
el posromanticismo hasta la década de los 70 del siglo XIX. El romanticismo literario español es confuso y complejo. Se
pueden considerar dos tipologías en la literatura: el romanticismo tradicional y el liberal. El romanticismo tradicional
defiende valores tradicionales normalmente asociados a la Iglesia y a la Patria. Y el romanticismo liberal o revolucionario
se apoya en el historicismo y la dialéctica hegeliana.

ROMANTICISMO LITERARIO

El romanticismo literario se caracterizaba por la entrega a la imaginación, a la subjetividad, a la libertad de pensamiento,


expresión y a su amor a la naturaleza de manera expresa. Básicamente, fue une estilo de vida que se contraponía las normas
de la época y que se expresaba a través de la literatura.

En una época en donde la razón y la intelectualidad tenían los papeles más importantes, la imaginación, y la sensibilidad
era una forma de expresar el desacuerdo con los parámetros que dictaban la sociedad. En esa época, el ser humano,
necesitaba salir de generaciones de normas y dictaduras que les hacía pensar de una determinada manera. Debido a eso, el
romanticismo, se caracterizaba por los sentimientos, la razón de ser y los impulsos del ser humano, basados en la libertad.

El término “romanticismo”, proviene de “romance” o “semejante al romance” y ése término no fue puesto por aquellos que
lo practicaban, sino por aquellos que trataban de burlarse de la tendencias de las personas comportarse y a sentir como
ocurría en las novelas románticas. En esa época estaban muy de moda, las novelas románticas y asemejar los sentimientos
de los seres humanos, con los de los personajes ficticios de una novela, fueron concluyentes, para establecer el periodo del
romanticismo.

Esta corriente, fue impulsada por un tipo de literatura, a la que entonces se le consideró, literatura romántica y que impulsó
esta generación.

Características del Romanticismo:

Rechazo del Neoclasicismo: que se inspiraba en temas de la Antigüedad Clásica. La literatura romántica recupera la Edad
Media y el Renacimiento en sus temáticas y las referencias a nombres y espacios reales. En el estilo literario este abandono
del Neoclasicismo se traduce en una mezcla del verso y la prosa o la alternancia de lo cómico y lo dramático en el teatro.

Nuevo lenguaje: Aparece un nuevo estilo más enfático y expresivo con el uso de las formas, exceso verbal e ironías.
Aparece un vocabulario romántico con el uso de expresiones como “sonrisa infernal”, “gasas transparentes”, ” profundos
fosos”, “maldición”…
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“Innovamos en el presente, para afrontar el futuro”

Temas románticos: Subjetivismo, amor y sentimientos, ansia de felicidad y posesión de lo infinito, naturaleza e historia,
la religión, conflictos sociales, rechazo de la vida y culto a la muerte (tumbas, cementerios, almas, espíritus…) Pesimismo
y atracción por lo nocturno y misterioso.

El “yo” antes de todo: Como decíamos anteriormente en este tipo de estilo literario lo que va a prevalecer en el mundo es
ese fanatismo desenfrenado por la superación del mundo a través del yo, en donde el hombre se va a aislar de forma
consciente para poder pensar y dejar aflorar todos sus sentimientos de manera natural en la soledad. Allí nacerán el
sufrimiento, el dolor y la propia pasión que el autor va a reflejar en todos sus textos y obras. Es por eso que la razón queda
desplazada por todos los sentimientos generales. Esto lleva sin duda a otra característica propia de este movimiento como
lo es el Irracionalismo.

Libertad: El héroe de todas las historias es una persona libre completamente de la sociedad donde se hace necesario volar
y dejar todo para que la propia expresión sea la verdadera protagonista. Así es como se convierte en un ser muy rebelde en
donde se rechazan todas las reglas establecidas.

Idealismo: Junto con todo lo anterior, nace la idealización del mundo. El estilo romántico es de aquellos que se encuentran
en desacuerdo con lo que sucede e idealizan el mundo de manera tal que hacen que todo lo que sucede hoy en día no sea lo
correcto. Por eso mismo se evaden del mundo actual y viven muchas veces en mundos paralelos pensando que el pasado ha
sido mejor o que el futuro lo será cuando se alcancen todas las características y libertades que ellos consideran que debe
tener el mundo perfecto.

Naturaleza: La naturaleza toma una especial importancia para los románticos ya que los une con la vida y hace que sus
estados de ánimo en general cambien o se fundan lo que hace que difieran de los sentimientos que tienen en la gran ciudad.
Allí se pueden pasar noches y varios días en completa soledad con sus propios sentimientos.

ESCRITORES ROMÁNTICOS ESPAÑOLES

Ángel Saavedra, El duque de Rivas: Conocido escritor, poeta, dramaturgo y político del romanticismo español, que
además ostentaba el cargo de Duque. Llegó a ser presidente del gobierno durante dos días. La más famosa de sus obras es
Don Álvaro o la fuerza del sino (1835), se le atribuye que fuese la primera obra de romanticismo en España.

José de Espronceda: Nacido en Almendralejo en 1808, es considerado el escritor más representativo de la primera etapa
del romanticismo español. Murió a la edad de 34 años a causa de la difteria, justo cuando iba a casarse. Algunas de sus
mejores obras son El estudiante de Salamanca, Canción del pirata, o muchos de los poemas cortos que aparecen en su obra
Canciones.

Mariano José de Larra: Sin duda alguna, uno de los escritores más conocidos del romanticismo español, junto con
Becquer, Espronceda o Rosaía de Castro. Larra fue un febril escritor que destacó por su ironía, mordacidad y capacidad
crítica en todo tipo de escritos, ensayos y artículos periodísticos. Entre sus artículos más conocidos están Vuelva usted
mañana, El castellano viejo o El casarse pronto y mal. Entre sus novelas, destacamos El doncel don Enrique el Doliente y
Hernani o el honor castellano.

Gustavo Adolfo Bécquer: Uno de los escritores del romanticismo (en este caso de su período tardío) más conocidos y
reconocidos, aunque algunos ya le clasifican dentro del posromanticismo. No tuvo éxito en vida y solo tras su muerte se
reconoció su talento. Algunas de sus obras más emblemáticas son sus Rimas y Leyendas, Cartas desde mi celda o Libro de
los gorriones.
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EL REALISMO EN LA LITERATURA ESPAÑOLA


Durante el siglo XIX se desarrollan en Europa dos movimientos literarios que surgen como oposición al idealismo y al
individualismo románticos. Estas dos corrientes literarias son el Realismo y el Naturalismo. A España llegarán a partir de
la segunda mitad del siglo XIX.

EL REALISMO Y EL NATURALISMO EN ESPAÑA


El Realismo nace como contraposición a la exageración y el apasionamiento románticos y se centra en los problemas
políticos y sociales que trajo consigo la Revolución industrial. La intención de los escritores románticos es intentar
transformar y mejorar la sociedad de su tiempo a través de la literatura. Guiados por estos fines, estos autores consideraron
que la novela era el género literario idóneo para sus propósitos. El público, mayoritariamente burgués, también prefería este
género, ya que encontraban representados en las novelas sus intereses e inquietudes.

Los principios básicos del Realismo son:


– La literatura debe ser imagen de la vida. La creación del escritor debe reproducir la realidad (ambientes, vestidos, formas
de hablar…) de manera fidedigna.
– Destaca un interés por lo psicológico (análisis del carácter y la conducta de los personajes).
– Se denuncian los defectos y los males que afectan a la sociedad (pobreza, explotación, analfabetismo…) y se ofrecen
soluciones para erradicarlos.
– Destaca la sobriedad en el estilo, para reproducir la realidad de manera sencilla.

El Naturalismo aparece en el último tercio del siglo XIX como resultado de una e evolución del pensamiento y de las
técnicas realistas. Digamos que es una especie de “Realismo exagerado”.

El Naturalismo se caracteriza por:


– Considerar que la vida y la conducta de los individuos están condicionadas por su herencia genética y su entorno social.
– Tratar los aspectos más degradados de la sociedad.

FUENTES DE LA LITERATURA REALISTA.


La novela realista vivió un gran auge en Europa a lo largo del siglo XIX; destacan especialmente las aportaciones de las
literaturas francesa y rusa.
• La novela realista en Francia: destacan sobre todo Stendhal, Honoré de Balzac, Gustave Flaubert y Émile Zola.
• La novela realista en Rusia: destacan los escritores M. Dostoievski y León Tolstoi.

LA NOVELA REALISTA
La narrativa realista se caracteriza por estos rasgos:
– Objetividad: El autor lleva a cabo un análisis riguroso de la realidad, ofreciendo un retrato exacto de lo que observa.
Por tanto, se elimina todo lo subjetivo, imaginativo y fantástico.
– Personajes: El novelista siente un gran interés por la psicología de los personajes y analiza la influencia del entorno en
el comportamiento humano. Se retrata sobre todo a la burguesía y a la clase obrera.
– Escenarios y ambientes: Descripción detallada y rigurosa del lugar donde suceden los
– hechos. Se retratan, principalmente, dos escenarios: Ambientes refinados y elegantes, para la burguesía; y zonas
industriales y barrios marginales, para la clase obrera.
– Narrador: Normalmente, es omnisciente, es decir, conoce el pensamiento de los personajes y los acontecimientos que
suceden a su alrededor. El escritor expresa sus opiniones críticas a través del narrador.
– Temas: Se abordaron los conflictos sociales y políticos propios de su tiempo: las diferencias sociales entre clases, las
condiciones de vida de la clase obrera, el caciquismo.
– Lenguaje: Cada personaje emplea el registro lingüístico propio de su condición social, es decir, su forma propia de
hablar. Los diálogos se convierten, así, en un elemento importante.
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– Estilo: Se busca un lenguaje objetivo, preciso, sencillo y claro.

REALISMO Y NATURALISMO EN ESPAÑA.


En el Realismo español se suelen diferenciar tres etapas literarias: la etapa prerrealista, la etapa propiamente realista y la
etapa naturalista.

El Prerrealismo: El Prerrealismo empieza a mitad de siglo con la publicación de La Gaviota, de Fernán Caballero,
seudónimo de Cecilia Böhl de Faber. En esta obra se cuenta la azarosa vida sentimental de una joven.
Las novelas de esta etapa presentan un tono costumbrista y un propósito moralizador. Los autores prerrealistas no
profundizaron en el análisis psicológico ni en la crítica social, sino que prefirieron el detalle colorista y pintoresco, y la
defensa de los valores tradicionales.
El principal representante de la corriente prerrealista es Pedro Antonio de Alarcón, autor de cuentos y novelas. Su novela
más célebre es El sombrero de tres picos, donde desarrolla un asunto folclórico.

El Realismo: La etapa propiamente realista comienza en 1870 con la publicación de La Fontana de Oro, de Benito Pérez
Galdós, y se caracteriza por el afán de retratar con intención crítica la realidad coetánea. En general, el narrador adopta una
actitud más objetiva, y los personajes son objeto de un retrato psicológico más minucioso.
Destacan tres autores:
• Juan Valera. Su obra más importante es Pepita Jiménez, novela epistolar en la que se relata el amor entre un seminarista
y la prometida de su padre.
• José María Pereda. Compuso novelas ambientadas en su Cantabria natal, como Sotileza o Peñas arriba, en las que elogia
la vida rural y critica el progreso.
• Galdós Su obra novelística es muy extensa y fue el propio Galdós quien la clasificó de la siguiente manera: Episodios
Nacionales (Son 46 volúmenes sobre la historia de España durante el siglo XIX: Trafalgar, El dos de mayo, Zaragoza…),

Novelas de la primera época (Se tratan problemas políticos y religiosos y se profundiza en el estudio psicológico de los
personajes. También se observa la contraposición entre lo tradicional y lo liberal e innovador: La Fontana de oro, Doña
Perfecta, Marianela, La familia de León Roch…), y Novelas contemporáneas (Se acercan más a la estética naturalista y
tienen como tema principal la descripción de ambientes y personajes característicos del Madrid
de su época: Fortunata y Jacinta, Misericordia, La desheredada, Miau, Tormento…).

El Naturalismo.
El éxito de las novelas de Zola tuvo como consecuencia la aparición en España de los primeros textos naturalistas a partir
de 1881, año de publicación de La desheredada, de Galdós. En el Naturalismo se recrean los aspectos más sórdidos de la
realidad. Los personajes son víctimas de su condición física, de la herencia genética y del medio en el que viven. Estos
factores determinan su destino y les impiden ser libres.

Los autores más destacados son:


• Emilia Pardo Bazán. Fue la más destacada defensora del Naturalismo en España. Entre sus novelas sobresalen Los
pazos de Ulloa y La madre naturaleza; ambas se sitúan en el mundo rural gallego y plantean el tema del determinismo
del medio.
• Vicente Blasco Ibáñez. Es autor de obras como La barraca o Cañas y barro, que se ambientan en tierras valencianas y
desarrollan tramas próximas al folletín, marcadas por la violencia y la fatalidad.
• Leopoldo “Alas” Clarín. Es autor de dos novelas, La Regenta y Su único hijo, así como de numerosos cuentos y relatos
breves. Entre estos destacan títulos como Pipá, Doña Berta o ¡Adiós, Cordera! Su obra más importante es La Regenta,
una de las mejores novelas del siglo XIX. En ella se hace un análisis minucioso y detallado del ambiente hipócrita y
corrupto de Vetusta, ciudad trasunto de Oviedo, en la que se desarrolla la acción.

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