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Si el control unilateral es tan letal y el aprendizaje mutuo tan poderoso, ¿por qué no
optamos todos por el modelo de aprendizaje mutuo? ¿Por qué no abandonamos
nuestra arrogancia ontológica para adoptar una actitud humilde? La elección parece
obvia y, sin embargo, no lo es para la gran mayoría de las personas. Muchos individuos,
en particular aquellos que tienen autoridad, son ejemplos rotundos de control
unilateral.
Argyris y Schon descubrieron que, cuando se les pregunta a los directivos de empresa,
cómo se comportarían en ciertas circunstancias, las respuestas que dan habitualmente
es la “teoría enunciada”, un modelo de acción congruente con sus valores explícitos. La
mayoría de ellos aseguran comportarse con el modelo de aprendizaje mutuo.
No obstante, al observar la conducta de miles de directores de empresa, Argyris y
Schon, revelaron que la manera en que dicen comportarse es considerablemente
distinta de la manera en que realmente lo hacen. A la verdadera línea de conducta que
aplican los directivos, estos autores la denominan “teoría en uso”. La mayoría de ellos
se comportan de acuerdo con el modelo de control unilateral.
La teoría en uso es incompatible con la teoría enunciada, por lo que si desean mantener
su conducta, esta divergencia debe permanecer oculta, si sale a la luz es insostenible.
Teoría en USO:
Este modelo se rige por cuatro variables de gobierno, que los individuos procuran
satisfacer:
1. Conseguir el propósito, definido en el modo que el agente lo supone.
2. Minimizar derrotas y maximizar victorias (sentido amplio).
3. Minimizar la expresión de sentimientos negativos.
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Profesora: María Victoria Chaves
Materia: Liderazgo y Negociación
4. Ser racional.
Estrategias de acción:
Asociadas a las variables de gobierno descritas, se desarrollan las siguientes estrategias
de acción:
1. Establecer un control unilateral del entorno y de las tareas, para protegerse a uno
mismo y a los demás miembros de su equipo.
2. Defender las ideas sin entrar en enfrentamientos directos. Si se mantiene un control
unilateral existirán mayores probabilidades de salir victorioso.
3. No molestar ni disgustar a los demás incitándoles a adoptar una actitud defensiva.
Rutinas Defensivas
Rutinas defensivas:
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Profesora: María Victoria Chaves
Materia: Liderazgo y Negociación
Las rutinas defensivas ayudan para que los miembros de un grupo mutuamente
refuercen sus actuales creencias y supuestos, y supriman el disentimiento o los puntos
de vistas opuestos a los del grupo.
Las rutinas defensivas aseguran que los modelos mentales de los miembros del grupo,
permanezcan ocultos, mal formados y ambiguos. Así el aprendizaje grupal se ve
afectado más allá de los impedimentos del aprendizaje individual"
- Tome asiento, Mercedes -invita Claudia-. En nombre de todos los integrantes del
departamento, le doy la bienvenida. Espero que su trabajo con nosotros le resulte
interesante y pleno de satisfacciones. Es el primer día de Mercedes como investigadora
asociada en Block, Barnes y Co., empresa de estudios demográficos. Claudia es su
manager. Después de intercambiar saludos, Claudia entra en tema.- Soy partidaria de la
política de puertas abiertas –explica-. Si usted tiene un problema o una sugerencia,
venga a verme. Siempre quiero estar al corriente. No necesita guardarse nada,
especialmente si se trata de críticas o ideas sobre cómo mejorar la conducción del
departamento. Estoy convencida de que la comunicación abierta mejora nuestras
relaciones y promueve el trabajo en equipo. Me enorgullezco de incorporar sólo
investigadores con autonomía, personas capaces de tomar iniciativas y caminos
innovadores, aun si estos caminos escapan a la descripción de sus tareas habituales.
Siempre hay espacio para mejorar. Por lo tanto, la aliento a decir siempre lo que piensa,
a asumir riesgos y a hacer preguntas. Estoy aquí para servirla y ayudarla. ¿De acuerdo?
Un rato más tarde, Mercedes sale a almorzar con dos de sus nuevos compañeros,
Cecilia y Gustavo. Después de pedir la comida, Gustavo le comenta a Cecilia lo
acontecido a otro miembro del equipo.
Hoy a Norberto le dieron duro. Le trajo a la jefa una propuesta para reorganizar la
carga de trabajo del departamento. Pobre, él fue tan entusiasmado y ella lo sacó
volando. “Guárdese sus brillantes ideas”, le dijo Claudia, “aquí mando yo. Vuelva a su
oficina y a su investigación, ese es el trabajo por el cual le pagamos”. - Gustavo
ríe cínicamente. Confundida, Mercedes mira a Gustavo. Cecilia le reprocha:- Vamos,
Gustavo, no espantemos a Mercedes en su primer día.- No, no hay problema -dice
Mercedes-. Pero estoy desconcertada. Claudia fue muy insistente acerca de cuánto
aprecia las sugerencias. Los otros cruzan una mirada cómplice:- Ah, te dio el discurso -
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Profesora: María Victoria Chaves
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suspira Gustavo-. Seguro que te contó también de la política de puertas abiertas. Y eso
de que las críticas son bienvenidas y que ella está aquí para servirte, bla, bla, bla. ¿No es
cierto?- Exactamente -asiente dice Mercedes, preocupada.- Mercedes, te voy a contar
la verdad sobre cómo son aquí las cosas -explica Cecilia-. Claudia les dice eso a todos los
empleados nuevos. Es posible que hasta se lo crea. Pero no es así como actúa. Te
aconsejo que te cuides de ella. Dile sólo lo que ella quiere oír. Evita a toda costa las
controversias y ni se te ocurra ir a su oficina sin una cita previa.- Cuidado con las ideas
de cambio -agrega Gustavo-. La única iniciativa que a ella le gusta es que tengas tu
trabajo al día. Guárdate tus ideas acerca del funcionamiento del departamento. Es
mucho más saludable mantener la boca cerrada, como Norberto lo acaba de descubrir.
Y no te creas ni por un segundo ese asunto acerca de que ella está aquí para servirte.
Ella espera que hagas tu trabajo correctamente y sin molestarla. Más bien piensa que
eres tú quien está aquí para servirla a ella.- Y lo más importante -sigue Cecilia- haz como
que las cosas funcionan en la forma que Claudia te dijo. Hay que fingir que la
comunicación es fluida, que somos un equipo muy unido, que somos la gran familia de
Block, Barnes & Co. El que no juega este juego, rápidamente se mete en problemas.-
Ahora que sabes la verdadera historia -dice Gustavo con otra sonrisa cínica-, te doy la
bienvenida a nuestro departamento. Sigue nuestro consejo: cuídate de Claudia y vas a
tener éxito en Block, Barnes & Co.
La cultura de Block, Barnes & Co. tiene normas implícitas comunes a muchas
organizaciones: códigos de conducta contradictorios, paradójico se incongruentes.
Haga que su superior piense que usted no tiene problemas, aun si los tiene.
Asuma riesgos, pero no vaya a equivocarse.
Mantenga a los demás informados, pero oculte los errores.
Diga la verdad, pero no traiga malas noticias.
Triunfe sobre los demás, pero haga que parezca que nadie ha perdido.
Trabaje “en equipo”, pero recuerde que lo que cuenta en realidad es su
desempeño individual.
Exprese sus ideas con autonomía, pero no contradiga a sus superiores.
Sea creativo, pero no altere los procedimientos tradicionales.
Prometa sólo lo que puede cumplir, pero nunca diga “no” a los pedidos de su
superior.
Haga preguntas, pero nunca admita ignorancia.
Piense en el sistema global, pero preocúpese sólo de los resultados de su área.
Piense en el largo plazo, pero preocúpese sólo por la obtención de resultados
inmediatos.
Actúe como si ninguna de estas reglas existiera.
Una gran mayoría de las organizaciones parecen operar en base al ocultamiento y con la
pretensión de que lo que está pasando no es lo que en realidad está pasando. Para
sobrevivir en este tipo de culturas, hay que sortear contradicciones imposibles. Más
aún, hay que fingir que esas contradicciones no existen, lo cual hace imposible
discutirlas o modificarlas. No es sorprendente entonces que el nivel de estrés termine
por generar infartos o depresiones. El ocultamiento y la represión de la realidad son las
semillas de todas las enfermedades mentales y psicofísicas. Ciertos patrones de
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Conclusiones
Rutinas defensivas organizacionales
Las ideas de Argyris se derivan de las de Gregory Bateson. Argyris llama “rutinas
defensivas organizacionales” a ciertos patrones de conducta delos miembros de una
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Las rutinas defensivas pueden causar estragos en todo tipo de organización, desde una
corporación multinacional hasta una empresa familiar. No sólo atentan contra los
resultados económicos; también perjudican las relaciones entre las personas y su salud
mental. “Las comunicaciones de doble vínculo impiden que emerjan tanto la confianza
mutua como la iniciativa”, escriben de Vries y Miller, “estimulan el rencor, esconden los
conflictos y propician una atmósfera de falso consenso. Para los subordinados, lo más
fácil es rendirse y renunciar a toda iniciativa. La parálisis en la acción se vuelve un lugar
común”. Las rutinas defensivas conducen a la manipulación y a los juegos políticos. Los
miembros de la organización están más interesados en mantenerse a cubierto (salvar
las apariencias), que en solucionar los problemas. Sus principales esfuerzos tienen por
objeto aumentar su influencia, evitando la posibilidad de ser descubiertos en un error.
El objetivo principal no es evitar el error. El objetivo es evitar que se descubra cualquier
error. Como “la mejor defensa es el ataque”, la mejor manera de no llamar la atención
sobre las propias acciones es buscar culpas en las acciones de los demás. Las
interacciones se vuelven desconfiadas y paranoicas. Argyris escribe: “A medida que los
participantes propagan y perpetúan las rutinas defensivas, las inconsistencias, los
artificios y la ceguera para con el propio ejercicio de esas rutinas, se vuelven parte de la
trama de la cultura organizacional”.
Bibliografía:
Jimenez Murillo (2006) Psicología de las relaciones de autoridad y poder. Buenos Aires:
UOC
Kofman, F. (2001). La empresa consciente. Buenos Aires: Grito Sagrado.
Senge, P. (2016). La quinta disciplina. Buenos Aires: Granica.
Kofman, F. (2008). Metamanagement. Buenos Aires: Grito Sagrado.