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MARISTELLA SVAMPA

COUNTRIES Y BARRIOS PRIVADOS

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Director general Ariel Granica
Director de la colección José Nun ÍNDICE
Editor jefe Jorge Siga!
Edición Luis Gruss Introducción 11
Coordinación Cecilia Rodriguez
Corrección Alfredo Cortés Capítulo uno
Dirección de arte Martín Marotta Las nuevas urbanizaciones privadas 15
Diseño de cubiertas e interior Hernán de la Fuente Capítulo dos
Diagramación Verónica Feinmann Clases sociales y diferenciación social 37
Ilustración Miguel Rep
Capítulo tres
Producción Néstor Mazzei
Las dimensiones de la homogeneidad social 58
Derechos exclusivos de la ed1ción en castellano reservados para todo el mundo: Capítulo cuatro
© 2004, Maristella Svampa La vida en Jos countries y barrios privados
© 2004, Capital Intelectual
Franc1sco Acuña de Figueroa 459 (1180) Buenos Aires, Argentina
después de 2001 75
E-mail: clavesparatodos@capin.com.ar Teléfono: (+54 11) 4866-1881
1'edición: 8.500 ejemplares
Epílogo
Impreso en Sociedad Impresora Americana S.A., Lavardén 157, Cap. Fed., en La (in)seguridad en el ojo de la tormenta 98
noviembre de 2004. Distribuye en Cap. Fed. y GBA: Vaccaro. Sánchez y Cía. S.A.
Distribuye en intenor y exterior: D.I.S.A. Queda hecho el depósito que prevé Bibliografía de consulta 106
la ley 11.723. Impreso en Argentina. Todos los derechos reservados. Ninguna
parte de esta publicación puede ser reproducida sin permiso escrito del editor. La autora 111

BTI CAPITAL INTELECTUAL

PRODUCE:
TXT. Revista Textual • Le Monde diplomatique, Edición Cono Sur • MLQTD, Mirá
lo que te digo • Fem, femenina y singular • M irá Quién Vino, Vinos y Gastronomía

305.5 Svampa. Maristella


CDD La brecha urbana- 1'. ed.- Buenos Aires
Capital Intelectual, 2004.
112 p.; 22x14 cm.- (Claves para todos; 18)
ISBN 987-1181-10-8
1. Clases Sociales l. Tftulo
INTRODUCCIÓN

Durante la década del '90 la sociedad argentina sufrió una gran


mutación. Cambios de toda índole, ya anunciados desde media-
dos de los 70, encontraron un impulso exacerbado a partir de la
política neoliberal puesta en marcha por Carlos Menem, entre 1989
y 1991, y continuada luego por sus sucesores. Este modelo, carac-
terizado por la globalización de la economía y la reestructuración
de las relaciones sociales, trajo como consecuencia el aumento de
las desigualdades sociales y la polarización social.
A mediados de los '90, por encima de la creciente diversidad
de posiciones y situaciones, la nueva dinámica de polarización
fue ahondando una creciente brecha social entre, por un lado,
un conjunto reducido de "ganadores" que logró acoplarse exi-
tosamente al modelo neoliberal y, por otro, un conglomerado

l A BRECHA URBANA 11
amplio de "perdedores", marcado por el descenso social y la ¡{j"e las instituciones públicas para garantizar la protección y la se-
descalificación laboral. El resultado fue, entonces, tanto la pro- ( guridad que reclaman diferentes sectores de la sociedad.
fundización de la distancia existente entre las diferentes clases Es entonces en este marco de un notorio aumento de las
sociales como la emergencia de nuevas formas de diferencia- desigualdades sociales y de un proceso de privatización general
ción al interior de éstas, anteriormente consideradas como de la sociedad donde la segregación espacial encontró su impul-
grupos más homogéneos. so mayor. En este contexto de desprotección y desregulación en
En este contexto, la brecha urbana se fue ensanchando de ma- el cual los individuos aparecen dramática y desigualmente librados
nera vertiginosa, hasta constituir una de las notas más distintivas a su suerte, se fue difundiendo un sentimiento de inseguridad y
y perturbadoras de la Argentina de los '90. Así, al ritmo de las de fragilización de los lazos sociales sobre vastos sectores de la
privatizaciones, la desindustrialización y el aumento de las desi- sociedad, que estimulará desde el costado de los ganadores la
gualdades sociales, el paisaje urbano fue cambiando ostensible- adopción de nuevas modalidades de producción del lazo social, a
mente. Los grandes centros urbanos fueron transformándose con través de la privatización de la seguridad. La expansión y consoli-
la expansión de hipermercados, shoppings y multicines, mientras dación de las urbanizaciones privadas {countries, barrios priva-
que el cordón industrial de las grandes ciudades -como Buenos dos, megaemprendimientos) pone de manifiesto, de manera
Aires, Rosario y Córdoba-, iba convirtiéndose en un verdadero emblemática, este proceso.
cementerio de fábricas y de pequeños comercios. En medio de Hemos analizado gran parte de estos temas en una investi-
la euforia neoliberal, las villas de emergencia y los asentamientos gación realizada durante el año 2000, que quedó plasmada en el
se multiplicaron, para cobijar al cada vez más amplio contingente libro Los que ganaron. La vida en los countries y en los barrios
de excluidos del modelo, al tiempo que comenzaron a levantarse, privados {2001 ). Hoy ofrecemos al lector una versión abreviada
para sorpresa de muchos, los muros de la ciudad privatizada, y actualizada de este fenómeno que, como pocos, ilustra el al-
prontamente convertida en el refugio de las clases altas, medias- cance multidimensional de la brecha urbana. Para retomar el
altas y sectores medios en ascenso. abordaje de los ejes centrales de esta problemática hemos in-
Por otro lado, el pasaje a un modelo aperturista basado, entre cluido en el presente trabajo -además de aquellas entrevistas
otras cosas, en la reducción de las funciones del Estado a partir de realizadas en el año 2000- otras nuevas: unas llevadas a cabo
la privatización de sus áreas más importantes, implicó un vacia- durante el año 2002 y las más recientes, del 2004, realizadas por
miento de las instituciones públicas. Dentro del nuevo modelo, el el equipo de Ciencias Sociales del Instituto de Ciencias de la Uni-
Estado resignó el rol que había ejercido bajo el régimen preceden- versidad Nacional de General Sarmiento, al cual pertenezco. De-
te, como regulador y proveedor de bienes y servicios básicos. Es- 110 agradecer muy particularmente a Marina García y Lucía
ta política terminó por generar un efecto de cascada, afectando en Canal, quienes colaboraron en el proceso de actualiza<;:.ión del
diferentes niveles el proceso mismo de producción de la cohesión material. También agradezco a Carla del Cueto y Mariana Ba-
social, como lo ilustra el aumento exponencial de la violencia en rlttlni, quienes participaron en el trabajo de campo en algunas
las relaciones sociales en los últimos años, así como la ineficacia dt las distintas etapas aludidas.

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__________________--._>.<_______
Fue sin duda esta "vuelta al terreno'; como se dice en la jer- CAPÍTULO UNO
ga, lo que nos permitió visualizar de manera más acabada la
dinámica procesual del fenómeno y nos llevó a profundizar cier-
LAS NUEVAS URBANIZACIONES PRIVADAS
tos temas referidos a las nuevas modalidades que asumen las
relaciones entre las diferentes clases sociales, ya sea que hable:
mos de los "semejantes'; que comparten la experiencia de segre-
gación, o bien de aquellos considerados como "diferentes'; ha-
cia los cuales se orientan los dispositivos de seguridad de la ciu-
dad privatizada.
Por último, la inflexión que introdujo la crisis de 2001, así como
la fase de consolidación que registra actualmente este estilo de
vida, nos impulsaron a escribir un nuevo capítulo, con el fin de dar
cuenta de los cambios producidos, pero muy especialmente para
realizar un análisis más global de la estructura de miedos y temo-
res que la propia crisis puso en juego, no sólo en los habitantes
de las urbanizaciones privadas sino, de manera más general, en
toda la sociedad argentina.

EL PASAJE A UN NUEVO TIPO URBANO


Hemos dicho que en las últimas décadas, la entrada acelerada
a un nuevo tipo societal trajo como consecuencia la instalación
de un modelo de exclusión social, definido por el aumento de
las desigualdades y la polarización social. Una de las expresio-
nes más claras de esta dinámica global excluyente fue la con-
solidación de un nuevo patrón socioespacial. El fenómeno es
de tal envergadura que los estudiosos del tema, como S. Sassen,
M. Castells o Peter Marcuse, sostienen que asistimos a la emer-
gencia de una nueva configuración urbana (la "ciudad postor-
dista~ la "ciudad global'; la "ciudad cuarteada"), caracterizada -en-
tre otras cosas- por la expansión de una nueva periferia, que
presenta enormes contrastes respecto del modelo anterior, vi-

MARISTELLA SVAMPA LA BRECHA URBANA 15


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sibles en el aumento de la segregación interna y los procesos sea su nombre en distintos puntos del continente); por otro lado,
de dualización espacial. mediante la autosegregación residencial de las clases altas y me-
Estos cambios socioespaciales están presentes en grado dife- dias-altas. De modo que, la brecha urbana ilustraba entonces la
rente en todas las sociedades. En términos más esquemáticos, distancia social y traía consigo la consolidación de un modelo
el actual proceso urbano ha sido descripto como el desplazamien- de socialización, basado en el escaso contacto entre grupos socia-
to de un modelo de "ciudad abierta", básicamente europeo, les diferentes, tanto desde un punto de vista social como racial.
centrado en la noción de espacio público y en valores como la ciu- Posteriormente, a partir de los años '80, con el agravamiento de
dadanía política y la integración social, hacia un régimen de "ciu- las desigualdades sociales y la entrada a un nuevo tipo societal,
dad cerrada", más asociado al tipo norteamericano, marcado las diferentes formas de fragmentación social y segregación es-
por la afirmación de una ciudadanía patrimonialista centrada en pacial se fueron profundizando, como bien lo muestran la multi-
la figura del contribuyente. En fin, este nuevo modelo s~ñala la plicación de condominios -los barrios residenciales con seguridad
tendencia a la separación de clases medias superiores y las cla- privada, inspirados en el modelo norteamericano- en países como
ses altas, a través del desarrollo de un urbanismo de las "afin.i- México, Venezuela y Brasil.
dades" (Donzelot:1999), esto es, de una búsqueda creciente de ho- Ahora bien, durante más de un siglo, la matriz social argenti-
mogeneidad social. na estuvo marcada por un fuerte dinamismo económico y una
Mientras en ciertos casos el nuevo patrón socioespacial vino tendencia a la incorporación social. Esto no significaba, empero,
a profundizar los fenómenos de segregación social y urbana pree- que no hubiera -sobre todo en el norte del país- polos de desa-
xistentes, en otros creó las condiciones económicas y sociales para rrollo marcados por una matriz social más rígida o un modelo más
su puesta en marcha. Así por ejemplo, en Estados Unidos, la se- tradicional de las relaciones sociales. Tampoco implicaba negar la
gregación residencial de las clases medias superiores, basada en existencia de brechas sociales, visibles sobre todo en los extre-
la vivienda unifamiliar y la seguridad privada, acompaña desde mos de la sociedad e ilustradas tempranamente, por un lado, por
temprano la historia del país. Sin embargo, este proceso cobró un las villas miseria y, por otro, por las estrategias segregacionistas
nuevo giro en los últimos veinte años, a través del notorio incre- desarrolladas exclusivamente por las clases altas. Sin embargo,
mento de las gated communities (comunidades cercadas), sobre lo específico del"modelo argentino" era representado menos por
todo en aquellos estados donde se registra un mayor porcenta- estas formas extremas de exclusión y segregación, y más, mucho
je de inmigrantes, entre ellos, California y Florida. más, por la dinámica expansiva de la economía y la sociedad, pro-
En América Latina, de manera más acentuada que en otros lu- tagonizada por el colectivo amplio de las clases medias así como
gares, la fractura urbana constituye una ineludible marca de ori- por vastos sectores de las clases populares.
gen. En efecto, con el proceso de urbanización, la fractura social En suma, la tendencia a la incorporación social y la existencia
se tradujo en formas específicas de segregación: por un lado, a de una lógica más igualitaria hicieron que la brecha social entre
través de la emergencia de verdaderos ghettos de pobreza ("vi- ricos y pobres fuera en nuestro país visiblemente menor que en
llas miseria", "callampas", "cantegrilles", "favelas", o cualquiera otros lugares de América Latina. A título de ejemplo, recordemos

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que en 1950 la participación del sector asalariado en el ingreso
nacional alcanzó su punto máximo con el 46%. En 1974, el país distributiva, la lógica de ocupación de la periferia estuvo orienta-
tenía una distribución de la riqueza similar a la de muchos países da hacia la incorporación de los sectores populares (Torres:1998),
desarrollados: la diferencia entre el escalón más pobre y el más a través de una política de Jateos económicos. Posteriormente,
alto era de 12 veces. Ja expansión de la periferia condujo también a la consolidación ~e
De manera que, originariamente, el tipo urbano dominante en barrios precarios, autoconstruidos, con escasa o nula pr~~enc1a
Argentina estuvo más cercano al modelo europeo-mediterráneo de infraestructura y servicios. En consecuencia, la nueva log1ca de
que al norteamericano; en el modelo europeo la ciudad indus- ocupación del espacio urbano, operada en los '90, se llevó a cabo
trial es el lugar de encuentro privilegiado entre categorías socia- sobre una trama urbana ocupada tradicionalmente por los sec-
les diferentes, soporte necesario de un modelo "mixto" de so- tores populares. . .
cialización, basado en la experiencia de la heterogeneidad social En suma, en Argentina, la nueva configuración espacial, ilus-
y residencial y apoyado desde el Estado. Así, tanto los diferen- trada emblemáticamente por la expansión de countries Y barrios
tes espacios de la sociabilidad barrial (la esquina, la plaza) como privados da cuenta de dos fenómenos mayores: _por u~_Jado,
la forma de integración aportada por la escuela pública, tenían participa de una lógica más global, que plantea la mvers1on del
por objetivo proveer a los individuos de una orientación doble, modelo socioespacial anterior; por el otro, al acentuar los proce-
hacia adentro y hacia afuera de su grupo social y aparecían, por en- sos de fragmentación y dualización social, pone al descu~ie~~ las
de, como los contextos propicios para una socialización más igua- consecuencias de la desarticulación de las formas de sociabilidad
litaria, basada en la mezcla y la heterogeneidad social. Sin em~ y Jos modelos de socialización que estaban en la base de una cul-
bargo, en los últimos quince años este modelo de socialización tura más homogénea e igualitaria.
que encontraba en las clases medias urbanas su protagonista
central y su soporte básico en el Estado, como agente impulsor
de la integración social, entró en colapso. DEL CLUB DE CAMPO A LAS NUEVAS URBANIZACI~NE~ PRIVA~AS
Así, en Argentina, a diferencia de otros países del continente, En primer Jugar debemos reconocer que las urbamzac1on_es pnva-
la autosegregación de las cla~es medias superiores es un fenóme- das en tanto constituyen el fiel reflejo y consecuencia de las
no más reciente. Por ende, para comprender el impacto que esta nue~as brechas sociales abiertas por el modelo neoliberal, han lle-
nueva lógica de ocupación del espacio produjo en nuestro país es gado para quedarse. Sin embargo, una vez dich~ esto, no de~em~s
necesario tener en cuenta los cambios que se han dado en tér- olvidar que los countries o clubes de campo t1ene_n _una_ h1stona
minos de patrón socioespacial, de modelos de desarrollo y de anterior en nuestro país. En efecto, concebidos ongmanamente
lógica de integración social. como "segunda residencia", esto es, para el fin de ~emana o las
En términos de patrón socioespacial, entre 1940 y 1960, esto vacaciones, Jos clubes de campo fueron, durante decadas, espa-
es, durante la primera etapa del modelo desarrollista-populista, cios de sociabilidad privativos de la élite.
caracterizado por la industrialización sustitutiva y una política re- Recordemos que el country más antiguo del país -el Tortugas
Country Club-fue fundado en 1930. En la década siguiente fueron

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apareciendo otros clubes exclusivos, como el Hindú Club y el High-


paciones armadas de izquierda, que llegaron a incluir algunas
1 land (que se creó a partir de un desprendimiento del Tortugas), a
acciones de corte simbólico, en ciertos countries representativos
los que les siguieron el Olivos Golf Club y el Argentino, todos en
1
de la élite oligárquica y militar.
la Zona Norte de la región metropolitana de Buenos Aires.
Durante la época de la "plata dulce", a fines de los 70, llegó tam-
Este estilo de vida exclusivista se reconocía en la valoración
bién el turno de los "yuppies". Su arribo a los countries promovió
de la vida al aire libre y, sobre todo, en la práctica de deportes,
una nueva lucha por la apropiación de los símbolos de la distinción
como la equitación y el golf. Las viviendas de entonces, lejos de
social, en términos de "carrera de las casas", "carrera de autos" y
emular a las opulentas residencias que vemos hoy en día, pre-
viajes al exterior. La competencia incluyó también el estereotipo de
sentaban líneas sencillas y hasta austeras, en donde el estilo pin-
"mujer country", que convertida en un objeto suntuario más, apa-
toresco del chalet californiano de la época alternaba con aquél más
recía exclusivamente dedicada a la vida social y a la beneficencia.
rústico de la llamada "arquitectura autóctona", que alcanzaba a la
Sin embargo, la nueva historia de las urbanizaciones privadas
decoración y al mobiliario. Por último, como estaban pensadas
comienza a fines de los años ochenta, y da cuenta de una verda-
para gozar de un "descanso activo" durante el week-end, las dera transformación del modelo precedente, tanto respecto de
viviendas no estaban equipadas para funcionar como residencias
la multiplicación de la oferta residencial, el cambio y la ampliación
permanentes (Ballent:1998).
del perfil social y generacional de los habitantes, como de las
Sin embargo, ya en los años 70 se registró un primer boom formas de sociabilidad y modelos de socialización resultantes. En
inmobiliario, que no tendría como promotor exclusivo a la élite tra- fin, nos encontramos frente a un nuevo estilo de vida, que sólo en
dicional, sino a una franja exitosa de la clase media-alta, entre ellos
algunos aspectos presenta continuidad con el anterior, principal-
empresarios y profesionales, deseosos de afirmar su consagración
mente en lo que se refiere a las estrategias de distinción social, a
social. La expansión se ve reflejada en la edad media de los clubes
través de la vida recreativa y el deporte.
de campo, que oscila en los 35 años. Como en otros países, esta Para dar cuenta de la acelerada expansión de los nuevos
nueva clase media-alta era portadora de un estilo de vida más emprendimientos, recordemos que, para el caso del Gran Buenos
hedonista y relajado, que buscaba trasladar las comodidades de la
Aires, en 1994 sólo había 1.450 familias asentadas en este tipo
ciudad al "entorno bucólico" del club de campo (pavimentación de urbanizaciones; en 1996, ya eran 4.000 familias (Torres:1998).
de calles, red de cloacas, gas natural). Dicha irrupción fue vivida no
En agosto de 2000, el número de familias llegaba a 13.500. Para el
sin incomodidad por parte de los primeros fundadores, partidarios
ano 2000, la población estimada en las nuevas urbanizaciones
de un estilo de vida tranquilo y poco estridente, en el cual la vida alcanzaba a 150.000 residentes (Vidai-Koppmann:2001). En 2003,
asociativa alternaba con la protección del ámbito privado.
luego de la crisis que siguió a la devaluación, la Federación Argen-
Asimismo, en este período la expansión del fenómeno "coun- tina de Clubes de Campo calculaba que vivían en urbanizaciones
try" no fue ajena al sentimiento de inseguridad que atravesaba privadas unas 300.000 personas (www.ar.seguridadydefensa.com).
una parte de las clases altas, a raíz de la ola de secuestros a em- No olvidemos que uno de los datos que reveló el último cen-
presarios nacionales y extranjeros, realizados por las distintas agru- 10 que realizó eiiNDEC es que casi todos los partidos del primer

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cordón del Conurbano Bonaerense perdieron habitantes. El ca- Es, entonces, en este nuevo contexto que los antiguos coun-
so más elocuente es el de Vicente López, que perdió un 5,3% tries, paulatinamente transformados en primera residencia, van a
de su población y el de San Isidro, que tuvo una baja del 2,5% acompañar la oferta creciente de barrios privados, y dejarán de
(www.indec.mecon.ar). A esto debe sumarse el descenso de la ser considerados exclusivamente como un bien "suntuario", una
población en la Ciudad de Buenos Aires, en un 7, 1%, respecto del "estrategia de distinción", para incorporarse a una nueva lógica
censo de 1991. Una hipótesis lógica lleva a creer que parte de de ocupación del espacio urbano, que protagonizan grupos socia-
~sta población, en todo caso, la de mayor poder adquisitivo, se ha les con ingresos medios-altos y altos, que deciden habitar de
rdo mudando a las urbanizaciones privadas del norte, sobre todo manera permanente los nuevos enclaves privados.
e~ la zona de Pilar. Las cifras que disponemos para el partido de
Prlar revelan que, sólo entre 1993 y 1999 creció un 115%, aumen-
tando de 130.000 a 280.000 habitantes (www.pilarcity.com). TIPOS DE URBANIZACIONES PRIVADAS
Siempre según estimaciones de la Federación Argentina de Las urbanizaciones privadas cuentan con una oferta muy diver-
Clubes de Campo, en 1989 había sólo 140 urbanizaciones privadas; sificada que incluye countries del más diverso cuño; barrios pri-
en 1999, llegaban a 450. En la actualidad, existen más de 600 em- vados de dimensiones muy variables; chacras de varias hectá-
prendimientos, que incluyen una variedad de ofertas inmobiliarias, reas, situadas en regiones más alejadas de Jos grandes centros
entre barrios privados, countries, condominios, dúplex, barrios de urbanos; residencias en "megaemprendimientos" o pueblos
chacras Y pueblos privados. Pese a que ésta es una modalidad privados y, de manera más reciente, modestos condominios
urbana que alcanza a las principales ciudades del país (Córdoba o dúplex.
Rosario, Mendoza), el 90% de las urbanizaciones, esto es, unas 550: Todas estas urbanizaciones tienen en común el cerramien-
se encuentran en los alrededores de Buenos Aires. De ellas, 185 to perimetral y la seguridad privada. Sin embargo, las diferen-
están concentradas en el partido de Pilar (www.urbanizacion.com). cias son notorias: así, mientras que Jos residentes de los barrios
Si bien el fenómeno se inicia a fines del '80 (varios de Jos privados, Jos condominios y Jos dúplex sólo comparten la se-
"nuevos" countries, más exclusivos, empezaron a construirse guridad privada (expensas en común); los habitantes de los
luego de la hiperinflación de 1989), la expansión de este tipo de oountries -y por lo general, de los megaemprendimientos y eh a-
urbanizaciones privadas se vio beneficiada por la creciente comer- oras-cuentan con una variada infraestructura social y deportiva.
cialización de lotes que tuvo lugar a partir de 1996, que planteó La heterogeneidad de la oferta existente se vincula sin duda
menores restricciones cualitativas para ser propietario, así como oon el tipo de destinatario al cual va dirigido, que abarca desde
por la simultánea ampliación de la red vial (el Acceso Norte, el leCtores de las clases altas y medias-altas consolidadas, con un
Acceso Oeste, la Autopista Ezeiza-Cañuelas, la Autopista Buenos Importante capital económico, hasta clases medias en aseen-
Aires-La Plata y, a partir de 2001, el Acceso Bancalari-Benavídez), lO, sobre todo aquellas que tuvieron acceso al crédito durante
que promovió el desarrollo de nuevos "corredores", directamente loe '90. Veamos, pues, más en detalle, cuáles son los formatos
conectados con las nuevas urbanizaciones. más generalizados.

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En primer lugar, están los countries o clubes de campo, que las urbanizaciones privadas. Pese a que podemos encontrar ba-
cuentan con un equipamiento deportivo diversificado (básica- rrios privados orientados hacia las clases medias-altas, aquellos
mente tenis, natación y golf, y algunos, los más exclusivos, que en los '90 estuvieron en el centro de la expansión inmobilia-
equitación y polo -sobre todo en la Zona Norte, donde se en- ria fueron los barrios de pequeñas dimensiones, cuyo valor clave
cuentran los más tradicionales- y hasta deportes náuticos -en reside en la seguridad. Su destinatario privilegiado fueron las cla-
los cercanos al Río Luján-). En algunos casos, cuentan también ses medias en ascenso, las que durante la época de la converti-
con escuelas, capilla religiosa y comercios dentro del períme- bilidad contaron con un fácil acceso al crédito. Aunque los barrios
tro del club.
privados no están obligados a contar con equipamiento deporti-
Por supuesto, encontramos countries de todo tipo: desde vo y recreativo, a fines de la década pasada se fue afirmando la
aquellos de carácter exclusivo y elitista, algunos venidos a me- tendencia de crear algún tipo de instalación deportiva y espacio
nos, otros con un pasado antisemita, hasta los pretenciosos común (por ejemplo, el clubhouse). En la primera etapa, los esti-
countries de las clases medias (el "medio pelo"), o aquellos de los indicaban una suerte de "serialidad de lujo", como señalan
origen étnico. En la actualidad, vivir en un country es un lujo que Velázquez y Singh (1999), tanto por el diseño de las casas, la pro-
pueden darse sólo aquellos que cuentan con altos ingresos, pues liferación de los colores pastel, los inevitables pórticos de entra-
incluye abultadas expensas y, en la mayor parte de los casos, da, así como por el uso del espacio interno. En la actualidad, la
una cuota de ingreso, cuyo valor varía según el nivel social, la tendencia indica una inclinación hacia los estilos, siempre lujo-
antigüedad del club y, por supuesto, el contexto económico. Por sos, pero más personalizados. A finales de los '90, se fue consolidan-
ello mismo, más allá del tamaño de los lotes (que llegan hasta do el sistema housing, es decir, la compra de la casa terminada, en
4.000 metros, para los nuevos, a partir de un mínimo de 600 me- base a formatos predeterminados, con lote incluido. En los últimos
tros, tamaño que sólo se encuentra en los countries más anti- tiempos, aún el sistema de "llave en mano" tiende a responder a una
guos), éste es un formato habitacional destinado a las clases demanda de mayor personalización.
altas y medias-altas.
En tercer lugar, la expansión de las nuevas urbanizaciones pri-
Es necesario distinguir los countries de larga data (década vadas incluye otros formatos, como los barrios de chacras, que es
del '30 y los del '70), que fueron concebidos originariamente co- una modalidad que, en virtud de su extensión y sus característi-
mo "segunda residencia" y se caracterizan por una intensa vida cas (lotes con un mínimo de 5.000 metros), propone un "plus"
social interna así como una diversificada actividad deportiva respecto del estilo de vida del tradicional country o del nuevo
intercountries, de aquellos más recientes (década de los '90), barrio privado, al ofrecer una síntesis de la imaginería rural por la
pensados -salvo raras excepciones- como "primera residencia", conjugación de historia, folklore, ecología e intimidad. A esto se
generalmente opulentos, al mejor estilo hollywoodense de la auma que las chacras se encuentran alejadas de la Capital, en
época menemista.
zonas rurales, lo que hace que la residencia permanente sea casi
En segundo lugar, consideremos los barrios cerrados o pri- Imposible, lo cual le otorga así un apreciado toque de exclusivi-
vados que constituyen sin duda la oferta más difundida entre dad. En la actualidad, hay importantes emprendimientos de cha-

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eras en la zona de Zárate, de Luján, de Open Door, San Antonio de sentada como "la ciudad futura" (Korin: 2003), pese a que como
Areco y San Miguel del Monte. proyecto urbanístico nació en 1972, su lanzamiento comercial
En cuarto lugar, hay que incluir a los megaemprendimien- se realizó en 1998. El presidente del directorio es el conocido em-
tos, llamados también "pueblos privados", "ciudad satélite" o presario Eduardo Costantini, quien tiene su residencia en el
"ciudad-pueblo", que tuvieron un impulso importante a fines de barrio más exclusivo, "la Isla", frente al lago. Hoy sólo hay 7 ba-
los '90, atravesaron un fuerte estancamiento entre 2001 y 2002, y rrios habitados, que reúnen un total de 400 casas habitadas y
hoy conocen un nuevo despegue. Se trata aquí de "urbanizaciones 200 en construcción.
integrales", cuidadosamente planificadas, que proponen integrar En fin, en los últimos años de la década de los '90, comenza-
estética y funcionaljdad. Este nuevo tipo urbano que comenzó a ron a difundirse también los condominios y dúplex, viviendas más
desarrollarse en los años 70 en Estados Unidos son denomina- económicas (construcciones en tira), que comparten el cerramiento
das por Joel Garreau, uno de sus entusiastas defensores, edge y la seguridad, en perímetros generalmente muy pequeños y con
cities, las "ciudades de los contornos". México estuvo a la van- escasos o nulos espacios de recreación. Dentro de esta modalidad
guardia de este tipo de urbanizaciones, con Ciudad Satélite, situado menos costosa, también hay que incluir las torres-countries, que
en las afueras del Distrito Federal, que hace unos años contaba son urbanizaciones que combinan alguna infraestructura propia
con unos cien mil habitantes. Allí se construyó el primer gran cen- de los clubes de campo (espacios verdes y recreativos), con pro-
tro comercial de América Latina y se desarrolló un estilo de vida piedades en torres de departamentos. Estos se encuentran cerca
que emula a Estados Unidos. Desde hace años también se está o dentro de los centros urbanos.
llevando a cabo un proyecto similar en las afueras de la ciudad Por último, hay que añadir que esta nueva periferia se pre-
brasileña de San Pablo, conocido como el complejo de Alfaville senta en forma de red o archipiélago, conformando una serie
(Prevót Schapira:1999). de manchas de mayor o menor densidad, según los casos, en
En Argentina existen varios proyectos de megaemprendi- la trama urbana. En este sentido, podemos distinguir tres ca-
mientos, entre ellos Nordelta, Ayres de Pilar, Estancias del Pilar, tegorías diferentes: una primera, que adquiere la forma de
Pilar del Este y, en el sur, Abril. El mayor de todos es Nordelta, una red densa y bordea los grandes corredores viales, en la cual
situado en la zona de Tigre, que ocupa 1.600 hectáreas y cuenta barrios privados y countries aparecen articulados entre sí, acom-
con 20 barrios privados, de características heterogéneas, cuyo pañados de los nuevos servicios de comercialización y consumo,
propósito es alcanzar diferentes niveles socio-económicos. Es- como los shoppings, multicines y, sobre todo, por los infalta-
to se advierte en el tamaño de los lotes (que van de los 700 bles colegios privados bilingües. Esto sucede en Pilar, en la Zona
metros a la media hectárea); el tipo de vivienda (vivienda indi- Norte del Conurbano Bonaerense, que concentra una gran par-
vidual, departamento en edificio, condominio) y el emplazamiento te de estos nuevos emprendimientos y, en menor medida, por
del barrio (frente a llago o el sector de golf). Pese a que cada ba- el partido de Tigre, que desde 2003 registra una importante
rrio es un espacio cerrado en sí mismo y posee infraestructura expansión, luego de la inauguración del corredor Bancalari-Be-
deportiva y recreativa, éstos comparten el área comercial. Pre- navfdez. Hay una segunda categoría que ilustra otro tipo de red,

26 MARISTELLA SVAMPA LA BRECHA URBANA 27


más dispersa y de menor tamaño donde, a diferencia del pri- Pero hay que tener en cuenta que la construcción de un barrio
mer caso, los barrios privados y condominios aparecen insertos privado o de un country supone un vasto y complejo despliegue
o muy bien conectados con los centros urbanos preexistentes. de agentes, entre los cuales se incluyen abogados, notarios, arqui-
Un ejemplo de ello es el caso de Bella Vista, una tradicional tectos, desarrolladores, agentes inmobiliarios, grupos de inver-
zona de sectores medios-altos, en el partido de San Miguel, al sores, funcionarios públicos de distintas jurisdicciones, es decir,
noroeste del Conurbano Bonaerense. Por último, hay una ter- todo un conjunto de actores económicos, sociales y políticos cuyo
cera categoría que incluye countries más recientes y algunos peso desigual revela un peligroso desequilibrio de poderes en el
barrios privados que se hallan lejos de los corredores princi- momento de legitimar realidades en ciernes o hechos consuma-
pales y, al mismo tiempo, poco conectados con las localidades dos, a la luz de la escasa normativa o la yuxtaposición de encua-
cercanas. Esta situación puede ser ejemplificada paradigmáti- dres legales.
camente por el country San Jorge, situado en la localidad de Hemos dicho entonces que en este proceso intervienen abo-
Los Polvorines, al costado de la ruta 197, en una de las zonas gados y notarios. Efectivamente, son ellos los que promueven una
más pobres del Conurbano Bonaerense. legislación que tienda a encuadrar y legitimar de una vez porto-
das las nuevas formas de dominio que "la realidad" ha venido dic-
EL ENCUADRE LEGAL: LAS INSUFICIENCIAS DEL MARCO REGULATORIO tando. Las posiciones son variadas, aunque en ciertos casos no es
Los acelerados cambios introducidos por todas estas nuevas for- difícil advertir, por detrás de eruditas disquisiciones jurídicas, los
mas de habitar pusieron en evidencia la insuficiencia del marco intereses económicos y políticos que impulsan algunas de las nor-
regulatorio existente, a lo que se añadió la inexistencia de un mativas propuestas.
encuadre legal unívoco. A mediados de los '90, la euforia priva- Una de las figuras clave es el desarrollador urbano, quien
tizadora era tal, que la falta de una legislación única y actualizada debe asegurar una demanda sostenida de estos servicios habita-
que encuadrara legal y jurídicamente las nuevas formas de cionales. Son estos agentes los que alientan un discurso que
dominio incluía también, entre otros, a los cementerios privados multiplica las bondades de un nuevo estilo de vida en un contexto
y los tiempos compartidos. Así, la ausencia deliberada del Es- de seguridad, al tiempo que buscan diversificar la oferta, adaptán-
tado fue sustituida por el dinamismo incontrolado de las fuerzas dola a los ingresos de los diferentes grupos tanto como a las
económicas, encaminado a lograr una mayor rentabilidad para variaciones de la coyuntura económica.
sus inversiones inmobiliarias. Por ende, los negocios se dieron Recordemos que, como formas de dominio, los clubes de cam-
aceleradamente, dejando buenos dividendos para aquellos ac- po se organizaron bajo el sistema de la Ley Nacional de Propie-
tores sociales que estaban atentos a las nuevas reglas del juego dad Horizontal13.512, sancionada en 1948 por el Parlamento
económico y que contaban, además, con ventajas comparativas Nacional, durante el primer gobierno de Juan Domingo Perón. Se-
(como es el caso de los arquitectos, quienes suelen combinar gún esta ley, pensada para los altos edificios de departamentos
el rol de constructor -con o sin relación de dependencia-, con el que comenzaban a poblar las grandes ciudades, las parcelas que
de inversor y residente). componen el sector residencial, así como aquellas destinadas a

29
28 MARISTELLA SVAMPA LA BRECHA URBANA
un área común, constituyen un "todo inescindible", en términos la Secretaría de Tierras y Urbanismo de la Provincia de Buenos
de dominio, uso y goce. Para el caso de los countries cuando se Aires. Esta resolución los habilita para instalarse en zonas urba-
habla de "áreas comunes" se hace referencia a los espacios de re- nas, al tiempo que los obliga a cumplir con los requisitos urbanís-
creación comunes así como a las vías de circulación interna. ticos de cada zona, sin necesidad de respetar la reglamentación
Desde el punto de vista urbanístico el crecimiento de los propia de los clubes de campo. A esta resolución cuestionada por
countries impulsó una nueva regulación. Producto de ésta es el su ambigüedad (la unidad funcional puede pasar de un mínimo
Decreto Ley 8912{77, que regula el uso del suelo en la Provincia de 2 2
de 600m a 300m , entre otras cosas), se le superpuso el Decreto
Buenos Aires, y que contiene varios capítulos (artículos 64 a 67) des- 27/98 de la Provincia de Buenos Aires, que define como barrio
tinados a este tipo de urbanizaciones. En ellos se especifica la cerrado "a todo emprendimiento urbanístico destinado al uso
ubicación de los clubes de campo en "áreas complementaria o residencial predominante con equipamiento comunitario cuyo
rural", para la construcción de viviendas de uso transitorio, "en con- perímetro podrá materializarse mediante cerramiento". Este de-
tacto con la naturaleza". Asimismo se estipula la creación de un área creto establece que los barrios cerrados deberán gestionarse
común de esparcimiento y se establecen sus requerimientos ur- a través de la Ley Nacional 13.512, sin vulnerar los contenidos
banísticos y de infraestructura. En esta dirección, la ley estipula un indicados en el artículo 52 del Decreto Ley 8912/77, u optar en lo
máximo de 350 viviendas para este tipo de urbanizaciones y una pertinente por el régimen jurídico establecido por el Decreto
superficie mínima de 600m2 para cada unidad funcional, así como 9404/86. En fin, no son pocos los especialistas que opinan que la
establece que no podrán erigirse nuevos clubes de campo dentro normativa provincial es de dudosa constitucionalidad, al interve-
de un radio inferior a 7 km de los existentes (restricción que fue nir en una materia que corresponde a la legislación nacional.
sufriendo numerosas excepciones y que en la actualidad no se res- Por otro lado, la Ley 13.512 no contempla la figura de las calles
peta). También exigía al constructor la provisión de servicios de públicas, ya que la propiedad horizontal supone un sol~ predio Y
luz y de agua y cloacas cuando la densidad de viviendas superara no se subdivide la tierra. Las áreas comunes y descubiertas son
las 12 por hectárea a fin de evitar que las napas pudieran contami- concebidas como "pasillos". Sin embargo, el Decreto 9404/86 ex-
narse; así como pavimentos en los accesos y caminos principales, presa la inconveniencia de aplicar la Ley de Propiedad Horizont~l
forestación y recolección de residuos. Por otro lado, el mismo para este tipo de urbanizaciones y crea la posibilidad de qu~ la3
decreto-ley definía también que los cambios normativos sobre las calles puedan continuar en el dominio privado de una ent1dad
condiciones de zonificación de estos emprendimientos eran com- jurídica de cualquier tipo societa_rio ~,ue cong~e~ue a lo~ titula~~s
petencia del municipio. Esto implicaba que cada municipio podía del sector residencial de la urbamzac1on. Esta ult1ma conf1gurac1on
introducir reformas a través del Código de Ordenamiento Urbano, legal es la que propone un proyecto de ley presentado en julio de
respetando el marco jurídico de este Decreto Ley 8912{77, solicitan- 2000 al Congreso Nacional, que algunos denominan como "geo-
do luego la convalidación en la Provincia de Buenos Aires. desia Vip", y que facilitaría a los barrios cerrados la c_ompra ~e
Habría que esperar hasta 1997 para que la legislación inclu- calles públicas a través de una entidad jurídica, orgamzada baJO
yera la figura del "barrio cerrado", a través de la Resolución 74 de la forma de una asociación civil, sociedad anónima u otra forma

30 MARISTELLA SVAMPA 31
~ lABRECHAURBANA
legal, que es la dueña de esas partes comunes y se obliga a cons- to los inversores como los nuevos residentes se vieron beneficia-
tituir a favor de los propietarios de lotes una servidumbre de uso. dos por los bajos impuestos municipales. Una nueva etapa pare-
Por lo que hemos podido indagar, luego de 2001, estas propues- ce haberse abierto en enero de 2004, a partir de una resolución de
tas normativas no han vuelto a tratarse. Sin embargo, en 2003, la Dirección de Rentas Bonaerenses (La Nación, 31/01/2004), que
la Provincia de Buenos Aires creó un registro de urbanizaciones aplicó un alza importante del impuesto inmobiliario a barrios ce-
cerradas que rige desde julio de 2004, con el objeto de poner fin a rrados, countries y emprendimientos similares. La reevaluación
la situación de "ilegalidad" de algunas urbanizaciones. La resolución afectó especialmente al partido de Pilar, que fuera hasta hace
del Ministerio de Gobierno provincial establece que los empren- poco tiempo una suerte de "paraíso fiscal".
dimientos nuevos o aquellos que se estén por construir deben Sin embargo, este cambio apenas constituye la punta del ice-
inscribirse en dicho registro, como requisito previo para su comer- berg que oculta grandes problemáticas y desafíos, que com-
cialización. En fin, dicho registro aparece sobre todo como un ser- prenden desde las relaciones de fuerza propias de un escenario
vicio al consumidor, con la idea de que los futuros compradores complejo en el cual se entrecruzan las distintas jurisdicciones del
tengan la posibilidad de libre consulta, y "se sientan más seguros Estado y los intereses de los capitales privados (los grandes inver-
a la hora de invertir". sores), hasta cuestiones elementales que comprometen la susten-
Recientemente, en el distrito de Pilar, la zona que concentra tabilidad -ecológica y ambiental- del ecosistema, visiblemente
la mayor cantidad de este tipo de emprendimientos, el Concejo afectado por los cambios acelerados que se están produciendo en
Deliberante aprobó también una reglamentación para la radica- la trama urbana.
ción de barrios cerrados y countries. La nueva norma establece
una serie de obligaciones para obtener la aprobación municipal
y la convalidación provincial, entre las cuales figuran la exigen- LOS PROTAGONISTAS DE LA SEGREGACIÓN ESPACIAL
cia de obras de infraestructura (red de cloacas, tuberías de gas, ¿Quiénes son los actores centrales que han protagonizado esta
etc.), la construcción de cercos perimetrales transparentes y ce- huida hacia countries y barrios privados? ¿Es un fenómeno priva-
sión de espacios verdes, libres y públicos a favor de la comuna tivo de las clases altas o alcanza a otros sectores sociales? En es-
(www.pilar.com.ar). te apartado, buscaremos responder estos interrogantes.
Por último, un aspecto que cabe señalar es la relación no siem- En primer lugar, hay que tener en cuenta que los protagonis-
pre fácil de los residentes de countries y barrios privados con los tll centrales de la segregación espacial son los matrimonios jóve-
municipios, respecto del cobro de tasas e impuestos. En este sen- n•, entre 30 y 45 años, con hijos en edad escolar. Por ende, en el
tido, los vecinos se han opuesto de manera sistemática al cobro centro de este nuevo estilo de vida está la imagen de la familia
de un diferencial por zonificación, arguyendo que el municipio no Joven y nuclear, cuya preocupación central es la socialización de
presta los servicios, sino que es el propio emprendimiento quien loa hijos en un contexto de seguridad. A diferencia del modelo
los asegura. En realidad, salvo muy raras excepciones (por enterior-el estilo de vida country privativo de la élite-, en las urba-
ejemplo, el municipio de San Miguel), durante muchos años tan- nizaciones privadas actuales predomina un modelo "moderno" de

32 MARISTELLA SVAMPA 33
pareja, donde es frecuente encontrar que ambos cónyuges desa- Estos grupos incluyen, pues, aquellos sectores que han encon-
rrollan actividades laborales. Por ello, los matrimonios suelen trado un buen acoplamiento -aunque sea temporario- con las
contar con dos autómoviles o bien, uno de los dos, si es necesario, reglas del capitalismo flexible: empresarios, sectores gerenciales,
realiza el viaje cotidiano en charter hasta la Capital. ejecutivos de empresas multinacionales; nuevas ocupaciones,
En segundo lugar, aun si resulta difícil establecer una co- sobre todo en los servicios al consumo y en las nuevas tecnologías
rrelación lineal entre tipos de urbanización privada y sector so- de la comunicación y de la información (especialistas en marke-
cial, el fenómeno de segregación comprende grupos sociales ting, creadores de nuevas categorías de consumo y estilos de
heterogéneos, desde clases altas y medias-altas consolidadas, vida, especialistas en informática, creadores de sitios de internet,
para countries antiguos y recientes, y ciertos barrios privados, has- comunicadores), a lo que hay que agregar toda una serie de servi-
ta fracciones exitosas o ascendentes de las clases medias urba- cios cada vez más personalizados ligados al desarrollo de las
nas, para los barrios privados y ciertos countries antiguos. "industrias de la subjetividad" (diseñadores, paisajistas, terapistas).
Para dar mayores precisiones, es posible establecer una esca- Agreguemos, en tercer lugar que, durante los '90, para el ám-
la, de arriba hacia abajo, contemplando la combinación de capital bito de la Provincia de Buenos Aires, el éxodo involucró a aquellos
económico, capital cultural (credenciales educativas) y capital habitantes de barrios tradicionalmente ocupados por grupos altos
organizacional (carrera laboral y relaciones sociales). Así, en lo y medios-altos, muchos de los cuales optaron, tanto por razones
más alto, encontramos empresarios, muchos de los cuales, ade- de seguridad como por cuestiones económicas, por desprenderse
más de contar con importante capital económico y una densa red de las quintas de fin de semana que poseían en distintas regiones
de relaciones sociales, tienen estudios universitarios. En orden del Con urbano Bonaerense, sobre todo en la Zona Norte (San Isi-
descendente, a éstos les siguen los profesionales independientes, dro, Acassuso, Vicente López, entre otros). Lo mismo sucedió
es decir, aquellos que trabajan por cuenta propia, y poseen, por con aquellos ex residentes de fin de semana, que por motivos
ende, un cierto capital económico. Luego, están aquellos profe- semejantes se vieron impulsados a transformar la residencia se-
sionales en relación de dependencia, con cargos gerenciales y cundaria en única vivienda. Pero los sectores que protagonizaron
altos salarios, sobre todo, de empresas multinacionales. Por de- la verdadera huida a barrios privados y, en menor medida, a coun-
bajo de ellos, es posible situar un sector conformado por cuadros tries, pertenecían a las fracciones más pujantes de las clases
administrativos, con capital organizacional, esto es, empleados je- medias típicas (especialmente, sectores profesionales e interme-
rárquicos, que trabajan en empresas privadas (suerte de interme- diarios estratégicos), en su mayoría provenientes de la Ciudad de
diarios estratégicos, como por ejemplo agentes de publicidad e Buenos Aires.
inmobiliarios, servicios ejecutivos, de ventas, entre otros, típicos Como veremos en este libro, a más de una década de inicia-
sectores medios en ascenso). Por último, existe un grupo menor do el proceso, todo parece indicar que, pese a las diferencias en
de comerciantes exitosos, muchos de los cuales provienen de las términos de capital (sobre todo, económico y social) y la anti-
zonas de influencia de dichos emprendimientos, y que mayorita- güedad de clase, las clases altas y una franja exitosa de las clases
riamente pertenecen a las clases medias en ascenso. medias de servicios devienen partícipes comunes de una serie de

34 MARISTELlA SVAMPA lA BRECHA URBANA 35


experiencias respecto de los patrones de consumo, de los estilos
residenciales; en algunos casos, de los contextos de trabajo; en
CAPÍTULO DOS
otras palabras, de los marcos culturales y sociales que dan cuen- CLASES SOCIALES
ta de un entramado relacional, que se halla a la base de nuevas
formas de sociabilidad. De esta manera, una vez consumada la
Y DIFERENCIACIÓN SOCIAL
fractura al interior de las clases medias y asegurado el despegue
social, los "ganadores" mismos van construyendo, día a día, tras
las primeras incongruencias de estatus, una integración social"ha-
cia arriba".

En la Argentina de los últimos 30 años todos los grupos sociales


IUfrieron grandes transformaciones, y las clases altas no constitu-
yen una excepción. En efecto, en el marco de nuevos procesos
de articulación entre lo local y lo global, el establecimiento de
una alianza con el peronismo triunfante produjo en las élites argen-
tinas, tradicionalmente liberales y profundamente antiperonistas,
una importante recomposición. Así, desde el punto de vista eco-
nómico, éstas atravesaron un proceso de concentración y de trans-
nacionalización, que dejó afuera a algunos, expandió y consolidó
1 otros grupos, y sirvió como trampolín a otros más recientes.
flor otro lado, desde el punto de vista político y cultural, lo más no-
torio de los '90 fue que las clases altas fortalecieron su confianza
dt clase, al encontrar en su adversario histórico, el peronismo,

36 MARISTELLA SVAMPA I.Á I ..ECHA URBANA 37


un aliado inesperado. En este nuevo contexto, de alta rentabilidad competencia, en realidad desarrollan un fuerte colectivismo prác-
económica y de fuerte afirmación política, la élite tuvo, sin embargo, tico. Contrariamente a ello, las clases medias se caracterizan por
que resignar ciertos criterios relativos al nivel social, para aceptar un discurso individualista {afirmación de la libre competencia), pero
la entrada de "nuevos ricos" que el régimen menemista, del cual ella también por un individualismo práctico {visible en la aspiración
era socio fundamental, iba generando. Así, contrariamente a otros a una movilidad social ascendente, mediante el esfuerzo indivi-
períodos sacudidos por grandes cambios, y en virtud de la alianza dual). Por último, las clases populares aunarían {organización
de poder establecida, dicho pasaje estuvo mucho más marcado por político-social mediante), un discurso y una práctica colectivista o
la búsqueda casi eufórica -o al menos placentera- de las afinidades, comunitaria {redes de proximidad y solidaridad).
antes que por la arrogante afirmación de las diferencias. Más allá de los matices que sería necesario introducir en esta
Llegados a este punto, es bueno volver a recordar que los tipología, sobre todo en el marco de un análisis dinámico de las
nuevos enclaves fortificados incorporaron y modificaron el estilo clases sociales, lo que nos interesa poner de manifiesto son las con-
de vida propio de los clubes de campo, caracterizado por una inten- secuencias sociológicas que esta definición general tiene para la
sa vida social y recreativa, estrechamente vinculado a las clases sociabilidad y los modelos de socialización promovidos por las cla-
altas y medias-altas. Es por ello que en este capítulo vamos a explo- ses altas. En efecto, por debajo del individualismo teórico, el colec-
rar tanto las continuidades como las transformaciones que en tér- tivismo práctico que señalan Monique y Michel Pinr;on como típico
minos de estrategias de diferenciación social podemos advertir en de las clases altas, aparece ilustrado en una serie de estrategias
el marco del nuevo estilo de vida. Por otro lado, incluiremos en el sociales encaminadas a la conservación y reproducción social.
análisis la relación que los residentes entablan con otros sectores Estas prácticas incluyen desde los deportes "exclusivos", rea-
sociales, en particular, con los nuevos trabajadores de servicios, que lizados colectivamente, hasta los lugares "de encierro" -como los
diariamente trasponen las puertas del country o barrio privado. clubes selectos y hoy las urbanizaciones privadas-, que permiten
practicar el ostracismo social; abarca también la elección de las
Instituciones educativas, como las escuelas de "élite"; en fin,
SOCIABIUDAD DE LAS CLASES ALTAS V ESTRATEGIAS DE DISTINCIÓN tiende a incluir la gestión del mercado matrimonial, a través del
Para aclarar lo que nos interesa analizar en este capítulo, lo mejor encuentro concertado de los hijos, desde una edad temprana, en
será comenzar por caracterizar las formas de sociabilidad existen- fiestas y recepciones cuidadosamente planificadas. Como podrá
tes. Para dar cuenta de ello nos pueden ser de gran ayuda los es- Imaginar el lector, el corolario inevitable de este estilo de vida es
tudios que, utilizando los conceptos del sociólogo francés Pierre una sociabilidad homogénea, intensa, de carácter mundano,
Bourdieu, realizaron Monique y Michel Pinr;on en el libro Sociología que va adquiriendo rasgos comunitarios, a través de la contigüi-
de la burguesía {:2000). Allí, dichos autores elaboran una tipología dad e interpenetración de los círculos sociales.
para analizar las formas de sociabilidad de las diferentes clases Como relataba un joven profesional de clase alta: "Nos mo-
sociales. Así, consideran que las clases altas, pese a que articulan vemos mucho en los mismos ambientes, somos de ir a la UCA
un discurso individualista, centrado en la importancia de la libre (Universidad Católica Argentina) y en mi clase había cuatro per-

38 MARISTELLA SVAMPA 39
senas de Tortugas. (... )Mi mejor amigo( ... ) en realidad iba al New- Por otro lado, es sabido que ciertos countries cuentan con
man y yo iba a otro colegio, con lo cual él tenía a sus amigos del una trayectoria antisemita. Esto no es casual, pues en Argenti-
colegio y nos saludábamos y en los veranos todo bien y después na el antisemitismo ha sido una pauta cultural propia de las
nunca más lo veía y lo saludaba pero ... Caímos en la facultad, íba- familias tradicionales, en las cuales se combina una vocación
mos todos los días a Tortugas, nos mudamos los dos, vivimos autoritaria y/o militarista con una marcada confesión católica.
cerca. O sea, estamos todos en el mismo lugar: cuando ibas al Así, entre los casos más conocidos, se cuenta que en uno de los
boliche, ibas a los mismos boliches, digamos, más allá de que te countries más antiguos del país se llegó a establecer un "núme-
lo encuentres en Tortugas, te lo encontrás en otros lugares, pero ro clausus" para personas de origen judío. En fin, pese a que
porque hacés cosas comunes" (entrevista del año 2000). hoy el antisemitismo es menos visible que antaño, no son po-
Así, los countries, como componente emblemático de este cir- cos los que observan que en ciertos countries recientes de la
cuito de círculos homogéneos, concebidos originariamente como Zona Norte la exclusividad se ha visto incrementada desde el
espacio privativo de la élite, continúan siendo espacios de produc- momento en que se "desalienta" la presentación de candidatos
ción de pautas y prácticas sociales y culturales que configuran de origen judío.
diferentes grupos de pertenencia y estatus. A las condiciones de admisión no escritas, suele añadirse el
Claro que, entre los ciento treinta countries que existen ac- pago de una cuota social de ingreso, suerte de matrícula que va
tualmente en la región metropolitana de Buenos Aires, los hay de los 5 mil dólares hasta los 30 mil dólares, para los más exclu-
de todo tipo: los de carácter exclusivo y elitista, algunos venidos sivos. Estos valores se han pesificado y disminuido luego de la
a menos, otros con un carácter "étnico", hasta los pretenciosos devaluación. Por ejemplo, un country exclusivo y relativamente
countries de "medio pelo", cuyo carácter imitativo y senti- reciente como el San Diego, tenía una cuota de ingreso de 25
miento de inferioridad respecto de aquellos de mayor "nivel so- mil dólares; sin embargo, a mediados de 2004, ésta era de 36
cial" es evidente. mil pesos.
Ahora bien, tengamos en cuenta que los countries tienden a Asimismo, la necesidad de mantener el"nivel social" termi-
desarrollar una identidad definida, en algunos casos, producto de na por conciliarse con el ingreso -inevitable, aunque "dosificado"-
una larga trayectoria asociativa, visible en pautas sociales y cultu- de los "nuevos ricos", personajes casi siempre provenientes de
rales comunes, más o menos estables, que se expresan paradig- mundo empresarial, la farándula y el deporte. Cada tanto, una ne-
máticamente en las condiciones de admisión, esto es, a través de gativa contribuye a afirmar el sentimiento de pertenencia. Por
un código de restricciones, generalmente no escrito, pero suficien- ejemplo, en el Highland, varios de nuestros entrevistados evoca-
temente (re)conocido por todos. Este código configura, mucho ron, con una actitud entre vindicativa y gozosa, el rechazo de la
más que las reglas explícitas, el nivel social y, por ende, el contorno candidatura de Diego Maradona. Sin embargo, lejos de ser cerrado,
del grupo de pertenencia. Así, durante mucho tiempo, en los más ti Highland fue un country símbolo en los '90, a raíz del ingreso
exclusivos existió el temido sistema de "la bolilla negra", quepo- de numerosos personajes emblemáticos del menemismo. Otro
día dejar afuera al candidato. ejemplo: en una ocasión visitamos el Pacheco Golf, un country de

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creación reciente en el norte del Conurbano, en el que habían ciales y estrategias de distinción. Por ejemplo, a fin de adaptarse
vedado el ingreso a los políticos -sin que ello estuviera for- a la nueva ola, algunos countries optaron por flexibilizar el pago
malmente prohibido-; no obstante, tiempo después aceptaron de la cuota de ingreso; en otros se disminuyó el monto de la mis-
la visita del ex presidente Carlos Menem para que jugara en sus ma; en fin, otros alternaron el debilitamiento de las condiciones
renombrados campos de golf... de admisión, con el refuerzo y progresivo cierre de las mismas,
También es necesario distinguir los countries más antiguos una vez consolidada la estrategia comercial. Las marcas del gran
(década del'30 y los del'70), que no siempre aúnan trayectoria cambio se advierten en la superposición visible de diferentes
con prestigio social, de aquellos más recientes (década de Jos estilos arquitectónicos, que van de las modestas residencias pen-
'90), pues algunos de ellos, muy exclusivos y lujosos, acumula- sadas para el fin de semana, en lotes más bien pequeños,
ron rápidamente prestigio social. Esto se explica por el hecho de construidas hace veinte o treinta años, donde se conjugan la va-
que, mientras Jos countries antiguos tienden a ser más hetero- riedad estilística y la frondosidad de la vegetación, pasando por
géneos desde el punto de vista socio-económico, los más recientes la búsqueda de una "unidad formal", para el caso de ciertos
están destinados exclusivamente a las clases altas y medias-altas. countries elitistas de la década de los ·ao, hasta llegar al fasto
El resultado de estas transformaciones evidentes fue la rápida arquitectónico de las construcciones más recientes, desplegado
recomposición del espacio, caracterizado por una reestratifica- en grandes lotes.
ción jerárquica, que da cuenta de la flexibilización de los criterios Por último, debemos subrayar que, a diferencia de los coun-
de exclusividad, al tiempo que señala el declive de la importan- tries y salvo raras excepciones, los barrios privados están lejos de
cia de la antigüedad. ejemplificar cualquier mecanismo de discriminación por cuestiones
Por otro lado, el proceso de expansión de Jos '90 produjo estatutarias o "sociales". Al contrario, las nuevas urbanizaciones
una importante transformación en los countries, pues condujo privadas se han convertido en el reducto privilegiado de la farán-
a pensar al espacio de recreación, antes restringido al fin de se- dula, se trate tanto de aquellos que provienen del mundo artístico
mana, como un estilo de vida permanente, fuertemente protegido como del deportivo. Más aun, que se hable tan poco de las nue-
(seguridad privada). Sin embargo, pese a que éstos no constitu- vas cuestiones ligadas a las urbanizaciones privadas, que se
yen el centro de la expansión inmobiliaria, pues la mayoría de busque naturalizarlas a través de su mención accidental y apro-

-
sus lotes se encuentran ocupados y el monto de las expensas blemática, como si siempre hubiesen formado parte del paisaje
(entre 500 y 700$) está por encima de la media de un barrio pri- urbano, está directamente relacionado con el hecho de que las
vado, no son pocos los countries antiguos y prestigiosos que, urbanizaciones privadas no son sólo el refugio de empresarios,
a fines de los '90, desarrollaron una política de expansión, para políticos de todo calibre y profesionales exitosos sino también de
lo cual adquirieron, cuando era posible, predios vecinos, que fue- numerosos y reconocidos periodistas, actores y artistas del más
ron rápidamente !oteados y vendidos. Así, el boom inmobiliario variado pelaje. No por casualidad los suplementos countries que
desencadenó una "fuga hacia adelante", que generó la necesi- tienen los dos diarios de mayor circulación en el país todavía hoy,
dad de marcar un cuidadoso equilibrio entre estrategias comer- en 2004, cuentan con una sección dedicada a los "famosos", en

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MARISTELlA SVAMPA
la cual se ofrece el testimonio agradecido de la celebridad en cues- de los suplementos countries que ofrecen dos diarios de nuestro
tión, acompañada de su familia, que elogia la seguridad, y apre- país. Las fotos exhiben las construcciones en sus estilos más di-
cia en términos de valor agregado, el anonimato que le propor- versos, cuidadosamente dispuestas en un entorno verde. Vemos
ciona el nuevo estilo de vida. desfilar distintas imágenes bucólicas que nos muestran a niños
pequeños corriendo por el césped o nos detenemos frente al re-
trato "personalizado" de una familia tipo, niños en bicicleta, ani-
LOS CÍRCULOS DEL PARAÍSO males incluidos, que posan frente a una hermosa vivienda de dos
Hemos dicho que en los barrios privados, salvo en aquellos que plantas. Los artículos desarrollan consignas que las innumerables
presentan un carácter muy exclusivo, residen sobre todo las clases publicidades repiten hasta el hartazgo: "Lo mejor de un pueblo, lo
medias-altas y las clases medias en ascenso. ¿Cómo se mani- mejor de una ciudad"; "vivir con estilo", "la mejor inversión de
fiestan en éstos las estrategias de distinción, a falta de vida recrea- vida", "ciudad verde: una casa al alcance de tu mano". Pese a la
tiva y deportiva, de cuotas de ingreso o de "número clausus"? En estandarización, es posible establecer una jerarquía interna, que
realidad, creemos que la mejor manera de abordar esta temática sitúa en un extremo a los barrios privados semidesérticos, sin
es insertar estatutariamente a los barrios privados en el lugar que Infraestructura social y deportiva y, en el otro, a los nuevos me-
los colocó la retórica publicitaria y marketinera de los años '90, gaemprendimientos, que incluyen el link de golf y el espejo de agua.
dentro del conjunto de las nuevas urbanizaciones privadas. Dicho Pero, aunque el paraíso tenga un único color, éste se despliega
discurso apuntó a producir estilos de vida estandarizados, con- en varios círculos. Así, junto al formato más masivo propio del esti-
densados en determinadas fórmulas que sintetizaban la "nueva lo de vida verde, existe un segundo modelo, de carácter más selec-
calidad de vida", en términos de seguridad privada y contacto to, en el cual se destacan las referencias al ruralismo idílico. Aquí la
con la naturaleza. frontera no alude tanto a la expansión del "verde", como al "cam-
En esta dirección, podemos distinguir por lo menos dos for- po" y su extensión. Su ilustración más clara son los nuevos barrios

--
matos claramente diferenciados: en un primer nivel, amplio y de chacras, que apuntan a recrear parte del estilo de vida propuesto
más masivo, encontramos el estilo de vida verde, que imita cla- por las clases altas: así, extensión, pasado criollo, ecología e intimi- l•
ramente aquel de las clases medias-altas suburbanas norteame- dad se conjugan en un estilo reservado sólo para unos pocos.
ricanas, y que apunta a las clases medias, medias-altas; un se- A esto hay que añadir que las imágenes de la exclusividad pro-
gundo nivel, más selecto, añorado y "exquisito", corresponde pia de la "ruralidad idílica" también encuentran expresión en los
al de la ruralidad idílica, que alude a la vinculación con el pasa- countries más prestigiosos y elitistas, sobre todo cuando estos
do rural del país, y tiene como destinatario a las clases altas y ostentan un clubhouse "de estilo", en algunos casos un antiguo
medias-altas consolidadas. . casco de estancia que reenvía a apellidos tradicionales; aunque
Así, el primer formato, amplio o masivo reafirma como cen- · también puede ser invocada por alguna actividad ligada de
tral el estilo de vida en contacto con el verde. Para ampliar el con- manera connatural al pasado criollo, por ejemplo, el polo, el
tenido de esta fórmula, basta con tomar un ejemplar cualquiera més aristocrático de todos los deportes. Pero la nueva exclusivi-

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dad de fines de los '90 se refleja, antes que nada, en la "tranquili- casa, ni entrar las bicicletas o los juguetes de los niños cua~do
dad" como usufructo permanente, reflejada en la extensión del caía la noche. La ostentación era tal que muchos de ellos termma-
predio (a partir de 5 hectáreas) y en el resguardo de la privacidad, ban asegurando, con visible delectación, que ni siquiera contaban
sin vecinos a la vista. Puede incluir también la cercanía de un pue- con un juego de las llaves de su casa... ., , ,
blo que conserva el encanto de otra época, y permite combinar el Es cierto que parte de este estilo de presentac10n externo
turismo ecológico con el cultural, esto es, el"campo" con la "pieza apuntaba a disipar o a responder por anticipado cualquier esboz?
de museo". En fin, al igual que antaño, pese a las marcadas diferen- de duda o crítica del nuevo estilo de vida por parte de los no-resi-
cias, el modelo "country" de la actualidad conserva sus círculos de dentes (se tratara de familiares y amigos o, como era nuestro ca~o,
distinción, pero yuxtapone al"ruralismo idílico" de la oligarquía de sociólogos). Por otro lado, esta exhibición desenfadada Y reite-
del pasado las imágenes prolijas y recortadas de espacios y jardi- rada de las "ventajas" del nuevo estilo de vida, daba cuenta tam-
nes propios de los suburbios residenciales norteamericanos, sím- bién de una estrategia de diferenciación social, propia de las clases
bolo de la modernidad y de la consagración social. medias ascendentes, deseosas de afirmarse. Asimismo, ésta apa-
recía con frecuencia en los barrios privados, es decir, en aquellos
espacios cerrados en los cuales la seguridad se erige no sólo como
LA SEGURIDAD COMO MARCA DE ESTATUS un valor en sí mismo (como de hecho también lo es en los coun-
Como afirma Mike Davis, "la seguridad es cada vez más un esti- tries) sino como el valor sin más, frente a la ausencia de otras
lo de vida" (citado en Naredo:1998). Los enclaves fortificados que vent;jas factibles de ser convertidas en símbolos de distinció~.
se expandieron durante los años de oro del menemismo, basados Más simple, la seguridad "puertas adentro", en tanto est1_1~ de
en la seguridad privada, fueron configurando también un estilo de vida, permitía cultivar una suerte de natural desp~eocupac1on o
vida per se, que trajo consigo nuevas marcas de estatus. Por en- aristocrático "negligé" respecto de las _normas mas _eleme~~a.le_s
de, la seguridad misma se convirtió, cada vez más, en la marca de seguridad, que bien podía ser sintetizada po_r,la forr:nula v1v1r
por excelencia de la diferenciación social. con todo abierto". Lógicamente, esta ostentac1on cas1 n_o apare-
Por un lado, aún antes de que la problemática de la (in)seguri- era en las clases altas, quienes además de tener naturalizada _la_s
dad estuviera en el centro de la agenda política, la exaltación de la distancias sociales, hace tiempo que están acostumbradas a v1v1r
seguridad intramuros se había convertido en un elemento clave del en ambientes protegidos.
estilo de presentación de los residentes "hacia afuera", muy espe- Por otro lado, es importante mencionar una de las consecu~n-
cialmente, en los barrios privados. Así, era frecuente que los resi- cias que a nivel psicológico trajo aparejado este estilo de v1da
centrado en la seguridad. De modo general, este nuev~ modo
J
dentes manifestaran un sentimiento de libertad notoriamente
desmedido o sobredimensionado. Una de las escenas más repeti- de habitar implicó la puesta en acto de una frontera espac1al, pro- ••
das que nos tocaría presenciar era aquella en la cual los residen- duciendo una rotunda separación entre el "adentro" Y el "afu~ra" ·
tes afirmaban, una y otra vez, que ya no era necesario asegurar La rigidez de esa frontera espacial acentuó los contrastes ~oc1ales
puertas y ventanas, ni cerrar el automóvil estacionado frente a la ya existentes, desdibujando los matices propios del espac1o urba-

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no abierto: así, hacia adentro, se extiende el espacio cerrado, se-
poder adquisitivo que Jos tradicionales residentes de fin ~e ~e~a­
guro y protegido; pero hacia afuera, el espacio abierto aparece co-
na, y con otras preocupaciones e intereses. Esto genero l?g1cas
mo inseguro y desprotegido. Por ende, esta experiencia .de se-
tensiones internas. Así, en consonancia con la etapa del c1clo fa-
guridad intramuros -expresada, como hemos dicho, en muchos
miliar, Jos jóvenes residentes orientaban sus exigencias hacia
a través de una suerte de exhibición desmedida de libertad-, tuvo
demandas de mayor infraestructura, mayor reglamentación Y nue-
su contracara inevitable en la potenciación del sentimiento de la
vos cuadros de sociabilidad, destinadas prioritariamente a la
inseguridad y vulnerabilidad, "puertas afuera". Así, en situaciones
contención de niños y adolescentes, las cuales aparecían muy
de crisis, este sentimiento de vulnerabilidad tiende a exacerbarse,
distantes de Jos intereses de Jos directivos, acostumbrados a preo-
Y el temor crece exponencialmente, generalizando la sospecha y
cuparse más por "el cuidado del link, que por la guardería", se-
la desconfianza. Como veremos en el último capítulo, esto suce-
gún dijera una joven residente de un country conocido. .
dió luego de la crisis abierta en diciembre de 2001.
Sin embargo, más allá de las excepciones y de las tensiones
lógicas, propias de la adaptación al nuevo perfil social Y ~~nera­
cional del residente, la transición se registró sin grandes dificulta-
LA VIDA INTRAMUROS: TRANSFORMACIONES GENERACIONALES
Y SOCIALES des. El cambio se vio facilitado por el hecho de que entre los
nuevos residentes también estaban los hijos de Jos countristas que
La historia de los countries más antiguos en la última década se
regresaban a instalarse al country o bien, a un barrio privado, m á~
caracterizó por un verdadero proceso de cambio generacional y
accesible económicamente, pero cercano al country donde resi-
social, visible en el pasaje y/o desplazamiento de los countristas
den Jos padres. Arreglos como éste se reflejan en el caso del
de fin de semana, por los residentes permanentes. Ya hemos se-
Tortugas, en cuyo entorno se han desarrollado varios barrios
ñalado que los nuevos habitantes pertenecen a un grupo etario
privados, donde viven Jos hijos de los pro~ietarios, que. van de
diferente (matrimonios jóvenes), y remiten no sólo a Jos secto-
visita y aprovechan las instalaciones deportivas y recreativas del
res medios-altos consolidados sino también a clases medias en
club. En otros casos, sucedió a la inversa: fueron las jóvenes pa-
franco ascenso social, muy vinculadas con la estructura económi-
rejas las que alentaron el éxodo de Jos padres, muchos de los cua-
ca y política del régimen menemista. Así, a mediados de Jos '90,
les no tenían experiencia en este estilo de vida.
estas jóvenes parejas llegaron para instalarse, con la idea de apro-
Por otro lado, hay que tener en cuenta el fenómeno de empo-
vechar las oportunidades recreativas que ofrece la infraestructura
brecimiento de amplias fracciones de la clase media típica, que afec-
"country", pero también con una actitud más pragmática que la
de sus predecesores. tó la composición de la población en ciertos countries antiguos. Así,
hace veinticinco o treinta años, a la hora de su lanzamiento, fue-
Como consecuencia de ello, en algunos countries típicos de
ron varios los countries que otorgaron facilidades para la compra
clase media-alta hubo una suerte de inflexión, visible en Jos
de lotes. Esta política continuó durante una parte de los años '80.
cambios en la conformación social interna, pues ingresaron ma-
Fue así que muchos empleados bancarios y otros del sector público
trimonios jóvenes de la clase media de servicios, pero con menor
pudieron tener acceso a una vivienda de fin de semana, en clubes

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MARISTELLA SVAMPA
LA BRECHA URBANA 49
de grandes dimensiones y con imponentes infraestructuras depor- do residentes permanentes y uno de cuyos mayores atractivos es
tivas (ejemplo de ello es el club del Banco Provincia, situado en el el colegio privado de excelencia que se halla al interior del predio.
noroeste del Conurbano). Pero la pérdida de poder adquisitivo que En fin, el contraste que este espacio amurallado ofrece con el entor-
tuvo lugar a mediados de los '80 y el ajuste que llegaría luego a prin- no, jalonado de villas miseria y barrios policlasistas venidos a
cipios de los '90 afectaron de manera determinante a dicho sector. menos, y la existencia del colegio al interior del predio, termina por
Muchos tuvieron que vender la propiedad, pero otros, que habían fijar en el country verdaderas características de ghetto. Para hacer
comprado terrenos, y que aún no habían comenzado a construir, frente a un entorno miserable y la mayor parte de las veces hostil,
acumularon deudas por expensas que superaban el costo del y continuando con una tradición que proviene de los antiguos clu-
mismo (de hasta 20 y 30 mil pesos, en la época de la paridad bes de campo, el San Jorge, como otros countries, cuenta con
peso-dólar), y terminaron por arreglar con la administración del una comisión dedicada a las actividades de beneficencia. Por otro
country, cediendo en concepto de pago el terreno. En estos casos,
la administración estableció una prioridad de compra para los
propietarios linderos, pues la política de los countries antiguos fue
claramente la de expandir la extensión del lote mínimo construido,
para poder atraer sectores sociales de mayor poder adquisitivo.
Los countries de la década del '90, ya hemos dicho, están di-
lado, a fin de minimizar los riesgos en el contacto con el entorno,
incluso antes de la crisis de 2001, el San Jorge fomentó el sistema
de delivery a tiempo completo (todo podía ordenarse telefónica-
mente, desde el servicio de tintorería al del lavado del automóvil),
sin necesidad de trasponer los muros del country.
El segundo caso, el de la micro-ciudad, con todos los servicios
-
rectamente ligados a la actual expansión inmobiliaria y por eso al interior del predio, puede ser ilustrado con el ejemplo del country
apuntan, salvo raras excepciones, a residentes permanentes. Ade- San Diego, el más grande del país, que todavía cuenta con un alto
más, a diferencia de algunos countries antiguos, que durante los porcentaje de residentes de fin de semana. Este rasgo particular
'90 fueron todavía accesibles a sectores de clase media en as- se debe a que el lugar no cuenta con buenos accesos, lo cual no ayu-
censo, los nuevos countries están destinados a sectores de alto da a la radicación permanente de los residentes ni tampoco favore-
poder adquisitivo. En algunos casos, la tendencia al lujo y la ex- ce el desarrollo de un verdadero "entorno country" (que requiere
clusividad que reflejan los han transformado en una nueva opción la instalación de varios colegios privados, para permitir una "ver-
elitista, frente a la "masificación" de los countries antiguos. dadera elección"). Pese a ello, es un country consolidado y exclusi-
Pese a que los countries recientes aparecen como la categoría vo, que concentra empresarios de altos ingresos, favorecidos en los
menos representativa en términos absolutos, algunos de ellos se
han convertido en una suerte de laboratorio, que refleja en estado
últimos tiempos por la devaluación. Así, la "precariedad" del entor-
no, hizo que en el San Diego se desarrollara una importante activi-
] -
-
puro gran parte de las situaciones típicas que pueden atravesar dad comercial. Hoy cuenta con 4 restaurantes, supermercado, -. .

estos enclaves fortificados, que van de la comunidad cerrada a la ferretería, joyería, remisería, heladería, un comercio con productos
microciudad, autocentrada y autónoma. El primer caso puede ser para pileta, locales de internet, cajeros banelco, entre otros. "Duran-
ilustrado a través del San Jorge Village, uno de los más exclusivos . te los fines de semana -como nos dijo un agente inmobiliario- el
del noroeste, situado en Los Polvorines, donde sólo está permiti- San Diego parece la calle Florida ... " (entrevista del año 2004).

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--
14
Un dato novedoso, que comparten tanto countries como barrios try, consagrada exclusivamente a la educación de los hijos Y a la

N
privados, ha sido también la creciente proliferación de actividades vida social. En efecto, interiorizada de la vida social y relacional, la
laborales al interior del predio. Así, se ha ido desarrollando toda una trabajadora "intramuros" aparece más bien como una versión mo-
gama de rubros ligados a los pequeños servicios, que van desde los derna (o actualizada) del modelo tradicional de la mujer country.
más clásicos, como aquellos ligados a la educación (jardines de En fin, todo hace pensar que las actividades laborales "intra-
infantes y guarderías dentro de los countries), hasta aquellos más muros" se verán incrementadas en el futuro cercano, no sólo por
informales y personalizados, que incluyen servicios de chef (delivery, la tendencia de los grandes countries y algunos barrios privados
para fiestas y reuniones), ferias americanas (venta de ropa, zapatos), de constituirse en micro-ciudades, sino también a partir de la
servicios técnicos o profesionales, como clases de gimnasia, inglés, expansión de este tipo de redes, a través de las nuevas ciudades
computación, yoga; en fin, otros nuevos servicios, que convocan la
labor de paisajistas y decoradoras, encargadas del cuidado estéti-
satélites o megaemprendimientos.
16
-----

co de residencias y jardines. Pese a que algunas de estas actividades


ya asomaban en los viejos countries, en realidad la existencia de una LA RELACIÓN CON EL PROLETARIADO DE SERVICIOS
normativa expresa que prohíbe el ejercicio de cualquier actividad Una particularidad que presentan las urbanizaciones privadas es
mercantil al interior de una urbanización concebida con fines re- que se han constituido en una suerte de escenario privilegiado de
sidenciales, contuvo a los mismos en un umbral mínimo de desa- las nuevas relaciones sociales entabladas entre agentes situados
rrollo. Sin embargo, desde fines de los '90, el desarrollo de los en posiciones contrapuestas: por un lado, exitosos profesionales
pequeños servicios intramuros no sólo es tolerado, sino que ha y empresarios, represe-ntantes de las franjas ganadoras de las cla-
encontrado un gran impulso en la nueva red socio-espacial. ses de servicios; por otro lado, un ingente proletariado de servi-
En este sentido, es importante señalar que existe una clara aso- cios, "verdaderos servidores de la clase de servicios en cuestión",
ciación entre extensión de pequeños servicios intramuros y trabajo al decir de S. Lash y J. Urry (:1997).
femenino. En efecto, son las mujeres -profesionales o no- las En efecto tanto los countries como los barrios privados han ge-
que encaran el ejercicio de estos nuevos servicios al interior del nerado una multitud de pequeños servicios: así, proveedores que

.
predio. Así, el fenómeno va configurando un nuevo modelo de mu- provienen de localidades vecinas, tanto como el proletariado de ser-
vicios (jardineros, plomeros, domésticas, niñeras), y trabajadores

--
jer, que podemos definir como el de la trabajadora "a tiempo par-
cial", que -diferencias mediante- apunta a conciliar los dos roles, de empresas constructoras, pasan por el control, e ingresan ]
el de madre y el de proveedora (secundaria), dentro de un nuevo diariamente por la entrada de servicio. Las nuevas urbanizaciones
estilo de vida en el cual el núcleo central continúa siendo la fa- privadas son, en este sentido, usinas generadoras de empleo y, en
milia. Este nuevo modelo se diferencia de aquel otro, bastante algunos casos, motores importantes del desarrollo comercial del
difundido, que es el de la mujer profesional, que trabaja a tiempo entorno, incluso en aquellas zonas en las cuales los countries y
completo fuera del predio, para acercarse -dependiendo del carác- barrios privados presentan una baja densidad. Así, countries de las
ter y regularidad de su actividad- al modelo clásico de mujer coun- dimensiones del Highland, o del San Diego, movilizan diariamen-

52 MARISTELLA SVAMPA LA BRECHA URBANA 53


te unas 1.000/1.200 personas entre personal de seguridad, adminis- como el"mito de las prestaciones de servicios" (Beck: 1998a, p. 93).
tración y demás servicios. Otro country, como el San Jorge Village, En este sentido, muchos tienden a minimizar que, por un lado, la ma-
ya citado, ha dinamizado el comercio de los alrededores, en espe- yoría de los empleos generados son precarios, "en negro" Y de es-
cial, aquellos que conciernen al servicio de delivery en todos sus casa calificación; por el otro, que la elección del personal recae en
rubros. El despliegue de personal es mucho más modesto en el gran parte sobre agencias o empresas (de seguridad, construc~o­
caso de los barrios privados; pero aun así a fines de los '90, cada ras o encargadas del servicio doméstico), por lo cual el ~roletan_a­
unidad familiar contaba con una o dos domésticas, que suele incluir, do de servicios no necesariamente pertenece a la zona de mfluenc1a.
además, una persona que se encarga de los niños. y cuando efectivamente es el caso, esto es, cuando los trabajadores
En el año 2000, un importante directivo de la Federación de residen en los barrios cercanos al country o barrio privado, no hay
Clubes de Campo afirmaba textualmente que cada unidad funcio- que olvidar que forman parte de ese entorno más próximo, ?e es~
nal genera "dos puestos y medio de trabajo", y agregaba: "Una mundo social extraño y ajeno, hacia los cuales apuntan los disposi-
fábrica por ejemplo, la que inauguraron en Pilar con bombos y tivos de seguridad de la ciudad privatizada.
platillos, había hecho una inversión de 40 millones de pesos y Por otro lado, pese a que el discurso de directivos y publicistas,
tenía como personal en total como 40 personas. ¡Y es una fábri- sobre todo a partir de 2001, enfatiza que la mejor garantía de segu-
ca! Un country mediano tiene ese nivel de gente en relación de ridad, además de la acción comunitaria, es dar trabajo a gente de
dependencia, más todo lo que significa la creación de trabajo en la zona, a nadie escapa que el eslabón fundamental de esta rela-
cada una de las casas que se va haciendo, más lo que significa la ción mercantil entre residentes y trabajadores de servicio es la des-
terciarización" (entrevista del año 2000). confianza. Esto se manifiesta en el control cotidiano que sobre ellos
Por lo general, gran parte de los protagonistas sostienen la realiza el servicio de vigilancia. Así, existe una serie de dispositivos
hipótesis del"efecto derrame", en el sentido de que la prosperi- de seguridad, que comprende los típicos métodos de control en la
dad de las urbanizaciones privadas terminará por repercutir sobre entrada y salida del trabajo (revisación de bolsos, para el caso de
las vidas de los vecinos desempleados y pobres. Al respecto, las domésticas; de baúles del auto, para los trabajadores que se mo-
recientemente otra entrevistada decía: "Nordelta va a ser enorme, vilizan en los mismos para transportar sus herramientas). Algunas
va a ser una comunidad donde va a haber aproximadamente 15 urbanizaciones cuentan con métodos más sofisticados, que inclu-
mil familias. Es mucho ya, contando con una población de 15 yen tarjetas magnéticas, cuya lectura desde la garita de control
mil familias, lo que se puede hacer con los barrios vecinos ¿no?". permite establecer la fecha de vigencia del contrat~.
(Integrante de la Fundación Nordelta, año 2004). Así "desde afuera", resulta claro que la segundad desplega- ]
En fin, no sólo los propios protagonistas sino también los me- da en barrios privados y countries está centralmente dirigida •
dios periodísticos parecen incurrir en un prejuicio muy extendido en
el debate público contemporáneo, aquel que considera, como afir-
hacia el proletariado de servicios, que ingresan diariamente a
estos espacios. Como comentaba un jardinero del country San

ma U. Beck, que el gran auge de los servicios se encargará de salvar Diego: "los de seguridad cuidan a los propietarios de nosotros, los
a la sociedad del trabajo, lo que este autor denomina críticamente trabajadores" (año 2004).

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LA BRECHA URBANA
Pero quienes sufren el control y la desconfianza como regla ferentes" (empleados). Así, a diferencia de la ciudad_ abiert~, ~~e
permanente, de manera muchas veces humillante, tanto de parte combina los espacios de mezcla con aquellos de la d1ferenc1ac1on
de los vigiladores como de los propietarios, son las empleadas social y, como tal, se expone a las inevitables confusiones d~ ro-
domésticas. "Nos quejamos a la señora, que nosotras no éramos les y estatus, las urbanizaciones privadas buscan re~roduc1r la
ningunas ladronas, que si era una cárcel sí, que te revisen así, transparencia propia de una usina industrial, a traves del e_s~a­
pero no íbamos a una cárcel. Aparte ella nos conocía. O sea que blecimiento claro y explícito de una jerarquía de roles y posiCIO-
no solamente te palpan, sino que te hacen sacar la ropa, te dejan nes. Como sostiene Amándola, lo propio de las urbanizaciones
con una reme rita finita", rememoraba una empleada doméstica privadas es que en el lugar de la integración social se introduce
del country Aranjuez (entrevista del año 2004). Otros testimonios "el concepto del control de la diferencia" (2000: p. 41 ). Por ello,
recogidos en countries como el Highland confirman esta tensión al interior de un espacio privado, se impone como regla perma-
existente entre vigiladores y empleadas domésticas. Los relatos nente la exhibición de roles y posiciones, como mecanismo de
indican también que mientras los primeros recorren y vigilan la cristalización de las diferencias.
propiedad, y sus rostros pueden aparecer sin previo aviso en la Otro de los aspectos que merecen subrayarse -y explorar a
ventana de un living, para controlar los movimientos en el interior futuro- es que existen pocos lazos de solidaridad_ entre las.diferen-
de las casas; las domésticas, que apenas pueden visitarse entre tes categorías de trabajadores de servicios. En _f~n, adema~ de las
ellas dentro de la urbanización, no sólo deben hacer esfuerzos por empresas constructoras, agencias de colocac1on y tra~,aJadore~
aceptar el ojo vigilante de los agentes de seguridad y las revisa- autónomos, una de las vías usuales para obtener alguna changa
cienes humillantes, sino que aparecen como las únicas responsa- en el country es apostarse en la entrada, desde las 5 o 6 de la
bles en caso de que falte algún objeto de la residencia. En lugares mañana, y esperar a que alguien salga y proponga alguna tarea
donde muchas casas quedan abiertas, preguntaba atinadamente específica, ligada a la construcción, o bien, que alguna que ?tra
una mujer que había trabajado durante cinco años en el San Diego: señora asome la cabeza, para elegir, como en un mercado -gu1ada
"¿quién los vigila a ellos?" (entrevista de 2004). por el azar 0 por las apariencias-, a una entre las tantas postulantes.
"Hacia adentro", otra de las notas más relevantes respecto de
los trabajadores de servicios es la tendencia a hacer explícitamente
visible el carácter mercantil de la relación social. Por ello, el per-
sonal aparece rigurosamente uniformado: desde mucamas con
delantal y cofia, muchas de ellas provenientes de los países veci-
nos, cuyo uniforme difiere de aquél de las baby sitters, la ropa
de trabajo de los jardineros hasta el lustroso uniforme de los guar-
dias de seguridad que circulan por el predio. Por supuesto, esto
no es casual; su objetivo es el establecimiento de un registro
inequívoco que separe los "iguales" (los residentes) de los "di-

56 MARISTELLA SVAMPA 57
LA BRECHA URBANA
CAPÍTULO TRES rior, y más en las rupturas y transformaciones de los modelos de
sociabilidad y socialización anteriores.
LAS DIMENSIONES Dos rasgos mayores apa recen como condición ineludib le de
DE LA HOMOGENEIDAD SOCIAL nuestro análisis. Uno de ellos se ref iere a la tendencia a la homo-
geneidad social como uno de los elementos centrales del nuevo
tipo societal. El otro tiene que ver con la modificación de las dis-
tancias sociales. En este sentido, es necesario contemplar que tan-
to el primero como el segundo son fenómenos ilustrados de
manera paradigmática por las urbanizaciones privadas.

El ALCANCE DE LA SOCIABILIDAD DEL "ENTRE-NOS"


¿Qué consecuencias trae aparejada la tendencia a la homogenei-
dad social, en el marco de un "urbanismo de las afinidades", para
utiliza r la expresión de J. Donzelot? (:1999) La respuesta requiere
contemplar complejidades y matices. En primer luga r, la tenden-
cia a la sociabilidad homogénea debe ser contextualizada en el mar-
co del nuevo entramado urbano. En efecto, si bien es cierto que la
lógica del proceso actua l apunta a la constitución de verdaderos
¿Qué nuevas marcas dejan en los individuos una sociabilidad y una enclaves fortificados que facilitan la sociabilidad del "entre-nos" y
socialización llevada a cabo entre semejantes? ¿Qué significa llevar la práctica generalizada de los " apareamientos selectivos" en todos
una vida "intramuros" y cómo se concilia esta nueva experiencia los órdenes (esto es, de una asociación selectiva entre "semejan-
con la vida "extramuros"? ¿Estas formas de sociabilidad desem- tes") (Cohen: 1997), éstos no aparecen aislados, sino articu lados
bocan inevitablemente en la constitución de comunidades cerradas, con otros enclaves, y más aun, con múltiples servicios que incluyen
al estilo de las élites tradicionales?¿ Qué impacto ha tenido este nue- instituciones educativas y centros de comercialización y consumo
vo estilo de vida en la socialización de niños y adolescentes? ¿Cuál (shopping/multicines). Es así que se va configurando un nuevo
es la visión que los residentes - niños y adultos- desarrollan de la entramado socioespacial, una suerte de red con grados de homo-
"ciudad abierta"? ¿Qué consecuencias ha tenido el mayor contac- geneidad importantes, pero suficientemente amplia en términos de
to entre clases altas, medias-altas y sectores medios en ascenso? cruces e intercambios. De este modo comienza a aparecer un nue-
En este capítulo intentaremos dar un principio de respuesta a vo estilo de vida que participa menos de una experiencia cerrada,
algunos de estos interrogantes mayores, con el objeto de indagar propia de un modelo estrictamente comunitario ligado a la exclu-
menos en la continuidad, como hemos hecho en el capítulo ante- sividad de los pequeños círculos de las élites, que de las nuevas

58 MARISTELLA SVAMPA LA BRECHA URBANA 59


oportunidades y vínculos que aporta la homogeneidad ampliada Por otro lado, como en otros lugares, el fenómeno de las ur-
de la incipiente red socioespacial, que incluye a los sectores medios banizaciones privadas incluyó, hasta no hace tanto tiempo, a
en ascenso y a las clases altas y medias-altas consolidadas. importantes sectores de clase media en ascenso, algunos más
Sin embargo, dicho esto, hay que señalar una vez más que ajustados, con escaso capital económico, pero con acceso al cré-
asistimos a la emergencia de formas de sociabilidad que tienen dito. Así, como ya hemos dicho, la segmentación del mercado
una gran afinidad con el estilo de vida tradicional de las clases trajo como consecuencia la expansión de este tipo de urbaniza-
altas, caracterizado por una sociabilidad intensa, restringida fun- ciones. Con ello también tendieron a proliferar las estrategias de
damentalmente por la contigüidad de los círculos sociales, de los distinción, a fin de marcar las diferentes posiciones en un espacio
cuales el country es sólo uno de ellos. Es cierto que las nuevas social internamente jerarquizado. Sin embargo, aunque no se trate
generaciones que lideran el proceso de segregación espacial verdaderamente de "iguales", los contactos se realizan entre "se-
(sobre todo los jóvenes matrimonios, en los cuales ambos cón- mejantes" ("gente como uno"), que por esa misma razón y pese
yuges trabajan). sói'O se interesan parcialmente en el esti lo de a la diferenciación interna devienen "confiables".
v ida más comunitario que predomina en los countries y barrios Otro rasgo propio es que la sociabilidad, que en muchos casos
más elitistas. Esto se explica tanto por una cuestión de recursos comienza siendo compulsiva (sobre todo en los nuevos barrios
económicos como también por una real escasez de tiempo, a raíz privados, donde la migración al espacio cerrado puede llegar a vi-
de la centralidad que adquieren en una etapa temprana del ciclo virse, en un primer tiempo, como una experiencia de aislamiento
los compromisos familiares y laborales. De todas maneras, esto y desarraigo en relación con la vida social anterior), se encamina
no conduce sin más a la abstención de toda vida social al interior progresivamente hacia una gestión más reflexiva de las relaciones
del country, pues pese a los límites impuestos por las responsa- sociales, esto es, hacia una sociabilidad selectiva entre "semejan-
bilidades, la mayoría de los "nuevos residentes" -incluso allí tes". No es inusual que muchos de estos lazos se generen a partir
donde los dos cónyuges trabajan a tiempo completo- practica de del contacto con los padres de los compañeros de escuela de los hi-
manera más o menos regular algún deporte, y participa de algu- jos, configurando así nuevos grupos de pertenencia. De manera que
nas actividades sociales, o interviene activamente en comisiones la multiplicación de vínculos sociales se realiza en un ámbito cierta-
que involucran tanto el t ema de la educación de los niños (los es- mente acotado, pero no se reduce únicamente al espacio cerrado
pacios de "contención") como, más recientemente, el problema de countries o barrios (relaciones de vecindad o afinidades deporti-
de la seguridad. Así, la voluntad de "encierro", propia de los es- vas), sino que tiende a hacerse extensivo a toda la red.
pacios más elitistas, se combina todavía con la multiplicación de En suma, es en estos términos en los que es posible hablar de
las afiliaciones parciales, buscando mantener un equilibrio, a ve- una integración social "hacia arriba", como un proceso que nos
ces inestable y no siempre planificado, entre la vida de "adentro" habla de la emergencia de un espacio común de sociabilidad que
y la de "afuera", esto es, entre la aspiración de mantener las an- tiene como marco natural la red socioespacial en la que se encuen-
tiguas amistades extra-muros y la exigencia de integrarse a los tran los barrios privados, los countries y los diferentes servicios
nuevos círculos sociales. (shoppings, multicines, discotecas} y, por sobre todo, los infalta-

60 MARISTELLA SVAMPA LA BRECHA URBANA 61


bies co legios privados. En consecuencia, la red misma se consti- de un modelo de socialización caracterizado por la "autonomía
tuye en el lugar de sentido que va estructurando y homogeneizan- hacia adentro", esto es, una libertad protegida, garantizada -se-
do los diferentes círculos sociales. guridad privada mediante-, que genera al mismo tiempo una "de-
pendencia hacia afuera". Veamos entonces las nuevas opo rtuni-
dades y riesgos vinculados a este nuevo modelo.
lOS RIESGOS DE LA SOCIALIZACIÓN HOMOGÉNEA En primer lugar, "puertas adentro", este modelo de la auto-
Las urbanizaciones privadas son espacios de organización y cons- nomía protegida presenta ventajas inmediatas, pues favorece una
trucción de un o rden familiar, donde la socialización de los chicos, independencia precoz, valorada positivamente por los padres que
casi sie01pre en edad escolar, aparece como el eje central de preo- se ven liberados de ciertas obligaciones tradicionales que acompa-
cupación. Ahora bien, el tipo de socialización que promueve este ñan a la crianza de los niños. Al mismo tiempo, dentro del espacio
estilo de vida, dentro de un ambiente protegido y homogéneo, y protegido de estos nuevos "paraísos", los niños disfrutan de g ran-
que muchos der:10minan " m odelo de la burbuja", acentúa la ten- des márgenes de libertad y expansión lúdica en un contexto de
dencia a la homogeneidad social y, al mismo t iempo, disminuye confianza. Sin embargo, esta autonomía precoz provoca situacio-
y transforma cualitativamente el contacto con seres diferente-s. nes de riesgos y efectos colaterales, tanto a corto como a mediano
Por lo general las f am ilias son absolutamente conscientes del plazo, entre las cuales se cuentan trastornos de las conductas
encapsulam iento. Por ello son numerosos los residentes que alu- (como ataques de pánico), accidentes dentro del predio y, en el
den a la "irrea lidad" o "artificia lidad" del modelo, como este extremo, conductas adictivas y actos vandálicos al interior de las
testimonio de un arquitecto que vive en el barrio privado "El La- propias urbanizaciones.
go", de Bella Vista: " Es clarísimo el tema del encapsulamiento. Entre estas consecuencias indeseadas quizá lo que m ás llame
Acá vivimos una realidad que es m uy especial e incluso yo le de- la atención sean los episodios de vandalismo infantil, pues éstos
cía a m i mujer, 'suerte que los chicos todos los días van al colegio, ilustran la convergenci a perversa entre un modelo de socializa-
tienen que salir y pasar por delante de la villa', para que no se crean ción y un nuevo estilo de vida. En realidad la problemática no es
que esto es Argent ina, porque chicos chiquitos que se crían acá nueva, ya que la existencia de episodios reiterados de vandalis-
dentro creen que Argentina es esto, y esto es el 0,00001%." (año mo adolescente aparece muy asociada a la historia de los clubes
2000). Pero la mayoría considera que esto es una consecuencia de campo más antiguos, cuando las urbanizaciones privadas eran
inevitable de la situación de inseguridad que vive el país y, de ma- concebidas como residencias secundarias o de fin de semana. Tal
nera más específica, del colapso de un modelo de socialización es así que casi no existe country que no pueda contar alguna
más igualitario, basado en el contacto con seres diferentes, que historia de vidrios rotos, v iv iendas dañadas y m uebles arrojados
otrora garantizaba el Estado a través de la escuela pública y las a la piscina. Inclusive están aquellos que han tenido que enfren-
marcas de la sociabilidad barrial. tar verdaderos problemas de drogadicción al interior del predio.
Así, este estilo de vida, deno min ad o por los mismos resi- Pero hasta aquí sólo se trataba de adolescentes. Lo novedoso en
dentes como " el m odelo de la burbuja", facilita la implementación la actualidad es la precocidad con la cual se vienen m anifestando

63
62 MARISTELLA SVAMPA LA BRECHA URBANA
estas conductas en niños que, desde muy pequeños, tienen la po- mayoría hace hincapié en los efectos negativos de una "cultura
sibilidad de circular a cualquier hora, sin control de la familia, de la opulencia", de la ausencia de valores, o bien se ocupan de
por los lugares protegidos. cargar las tintas, con lenguaje conservador, sobre los "padres que
Fue el San Jorge Village, uno de los countries más exclusivos abandonan a sus hijos" o las "familias desestructuradas" por los
del noroeste del Con urbano Bonaerense, el que tuvo "el privile- divorcios. Sin embargo, desde nuestra perspectiva, estas situa-
gio" de inaugurar este nuevo fenómeno, con doce actos vandáli- ciones expresan la emergencia de riesgos colaterales, intrínseca-
cos realizados por niños de entre 9 y 12 años, en casas recién mente ligados al modelo de socialización que provee este nuevo
terminadas y a punto de estrenar, todos ellos en un solo mes, estilo de vida. Con ello queremos decir que la dinámica de este
durante el año 1999. Pese a que no tenemos noticias de que se ha- modelo plantea un problemático desequilibrio, que se instala tan-
yan registrado episodios de una virulencia similar al mencionado, to en el exceso como en el déficit: exceso, pues éste alimenta una
son varios los testimonios que han corroborado que los actos de explosión de libertad en un entorno hiper-protegido, y hace que
vandalismo infantil (ataque a la propiedad común) forman parte se adelanten con ello las etapas; déficit, que se apoya en un mo-
del paisaje natural de muchos countries, sea que nos refiramos delo que favorece el debilitamiento del control familiar, problema-
a aquellos más elitistas del noroeste y sur del Conurbano, o a aque- tizando aun más la dificil tarea de conciliar la autoridad de los
llos otros, de grandes dimensiones, que se extienden al noroeste padres con un modelo más democrático de fam i lia. Entonces, si
de la capital cordobesa. tenemos en cuenta que la socialización basada en la autonomía
Frente a este tipo de episodios, la respuesta ha sido, en algu- "puertas adentro" es cada vez más precoz, y ya no se reduce
nos casos, el fortalecimiento de los controles sociales y familia- exclusivamente a los fines de semana, podemos entender el
res. Es frecuente también que las familias exijan a las autoridades porqué de la aparición del vandalismo infantil, antes confinado a
del country o barrio privado que proporcionen algo más que un la población adolescente.
hábitat y asuman un rol como agente socializador, a la manera de En segundo lugar, "puertas afuera", el modelo genera una
una microciudad o una escuela, como bien nos relataba un ex mayor dependencia de los hijos en relación con los controles fa-
directivo del Highland: "Le aclaro que los padres en el country, en miliares hasta bien entrada la adolescencia. En efecto, es normal
una buena parte de experiencias, cuando llegan al club los tiran encontrarse con niños y adolescentes ya crecidos que, una vez
(a los niños) con el triciclo a los tres años y se olvidan del pibe que trasponen las fronteras del country o del barrio privado, no
hasta que cumple los 25. Entonces algunos casos son dramáticos. saben desenvolverse de manera autónoma; niños que de visita en
Muchos padres piensan que el club tiene que ocuparse de todo. la ciudad "abierta" se arrojan a las calles con una ingenuidad y
Pero el club no es un jardín de infantes ni es una escuela ni debe una confianza casi provincianas; niños que evitan el contacto con
hacer cuestiones pedagógicas ni nada; lo único que tiene que el mundo exterior, al que vislumbran superpoblado, estridente y
hacer es prestarles un hábitat" (entrevista del año 2000). agresivo. La pérdida de sentido urbano en sus niveles más
No obstante ello, no son pocos los que minimizan estos ac- elementales fue tal que uno de los colegios privados de Pilar, el
tos de vandalismo e intentan ver en ellos episodios aislados. La Nordbridge, realizó en el año 2001 una campaña vial, "porque se

64 MARISTELLA SVAMPA LA BRECHA URBANA 1111


dieron cuenta de que los chicos que viven acá en la zona, no ra generación nacida y crecida en los countries llegue a la edad
tomaban en cuenta lo que es caminar por una vereda o no res- adolescente y pase a ser el sector mayoritario en los predios for-
petar un semáforo y demás" (testimonio de una residente del tificados. Consecuencias de una experiencia que muy probable-
Barrio Maschwitz Privado, año 2002). mente ya formen parte del presente de muchas urbanizaciones.
Lo cierto es que, por encima del repudio o del temor que los
residentes adultos establezcan en relación con la ciudad abierta,
el "modelo de autonomía protegida puertas adentro" no genera LA CONSTITUCIÓN DE CÍRCULOS SOCIALES HOMOGÉNEOS
en los niños ningún tipo de destrezas o defensas que los ayude a La socialización en la homogeneidad se ve reforzada por el tipo de
desenvolverse con un grado de autonomía relativa en espacios experiencia que aporta la escuela. Recordemos que la expansión
heterogéneos, confusos, ruidosos y altamente contaminantes de barrios privados y countries en la región del Conurbano Bo-
como los de cualquier gran ciudad del mundo contemporáneo. naerense ha sido acompañada por la instalación de numerosos
Esta dependencia resulta incluso más conflictiva en losado- colegios privados bilingües, algunos de ellos de reconocido pres-
lescentes. En efecto, el modelo esclaviza tanto a los padres como tigio, otros sin tradición alguna, la mayoría, sucursales de escuelas
a los hijos, pues mientras los primeros se ven obligados a organi- con sede en Capital Federal (modelo de la sister schoo{). Antes de
zar verdaderos operativos de traslado (no sólo hacia los colegios, la crisis de 2001, el éxodo de sectores altos y medios-altos fue de
sino hacia los shopping y las discos); los adolescentes, por su parte, tal magnitud que los datos correspondientes al año 2000 indica-
ven sobrecargados los controles familiares y restringida notoria- ban que ciertos colegios porteños habían perdido hasta un 20%
mente su movilidad, dadas las largas distancias y el temor a los de su alumnado (Clarín, 13/08/2000). En la época de auge, entre
secuestros. Así, el hipercontrol social, puertas afuera, termina por 1995 y 2000, para el solo partido de Pilar, la población infanti l de
reforzar la tendencia a la homogeneidad. Como nos dijo una resi- los jardines creció un 117%; mientras que los alumnos del EGB
dente del barrio privado "Chacra de Alcalá" de Bella Vista, losado- habían aumentado un 78%. Según estimaciones de la Dirección
lescentes "se van al centro, tienen el micro hasta el boliche, que de Educación Bonaerense, para el año 2001, de los 108 estableci-
los reúne en la estación, así que todos los padres los llevan hasta mientos educativos existentes en la zona norte y oeste del Conur-
ahí a la misma hora, suben al micro, los bajan en el boliche; y es bano, 41 habían abierto sus puertas en los últimos cinco años. (La
el m ismo grupo siempre, les decimos la hora a la que se termina, Nación, 14/04/2001 ).
los cargan y todos los papás los vamos a buscar a la estación La zona con mayor oferta educativa es, por supuesto, la del
entonces es muy... siempre con la misma gente, todos se mueven' partido de Pilar, donde la matrícula en colegios privados, dentro
en los mismo círculos" (año 2000). del entorno country, ascendía en el año 2001 a 4.582 estudian-
Son numerosos los interrogantes y problemáticas abiertas tes, y donde se cuenta además con dos universidades privadas.
en torno a las consecuencias del nuevo modelo de socialización. Por otro lado, hay que distinguir dos tipos de establecimientos:
Algunos de ellos consisten en preguntarse qué sucederá cuan- los que se encuentran en las cercanías de las urbanizaciones pri-
do tenga lugar la explosión adolescente, esto es, cuando la prime- vadas, y aquellos que se encuentran en el interior del predio. Has-

66 lll
MARISTELLA SVAMPA LA BRECHA URBANA
ta 2001, existían 10 colegios dentro de Jos clubes de campo ,yse
proyectabal a construcción de otros 7. tarifas medias, a bajas. Asf, las escuelas estatales recibieron po-
blación proveniente de los colegios de este último tipo (Página/12,
Ahora bien, la tendencia a la homogeneidad social no ex-
clu~: una_ suerte de segmentación dentro del circuito de la edu- 21/03/2002).
En suma, la constitución de círculos sociales con una clara ten-
cacJOn pnvada. Como afirma C. del Cuete (:2004), en la oferta
dencia a la homogeneidad emerge como el corolario inevitable de
country en?ontramos tres propuestas educativas diferentes to-
das de cara~ter bi li ngüe, que van desde el modelo tradici~nal este modelo de socialización. En el caso de Pilar este proceso es
mucho más notorio, pues existen escasos espacios de interacción
de excelencia (colegios antiguos, de reconocido prestigio) propio
común entre los habitantes de la nueva red socio-espacial y la po-
d~ los sector~s medios-altos y altos, el modelo vincular, que si
blación autóctona. Si el colegio privado se convierte en una exten-
b~en no descUJda la formación académica, apunta a sectores me-
sión natural del barrio, también privado, los adolescentes se t ras-
dios-altos que buscan una educación contenedora afectivamente
hasta el modelo mercantil, de muchos de Jos colegios más recien~
ladan en charter hasta los espacios de recreación (los shopping,
tes, que atraen a. Jos sectores de menores ingresos básicamente los locales bailables), que raramente comparten con-los habitan-
por el val.o: de su~ cuotas. Este último, sin definirse ni por el mo- tes" originarios".
Por último, lo verdaderamente significativo para el caso argen-
delo tra~1c1~na~, n1 el v incular, tiende a diluirse en una "cultura de
tino os que, para muchos individuos de reciente ascenso social,
la~.apan_enclas 'propia de lo que Arturo Jauretche denominaba
el med1o pelo" (: 1967). separados hace relativamente poco del fragmentado colectivo de
las clases medias, las ventajas de la sociabilidad en un contexto
~~í, incluso cuando no debemos olvidar la importancia que
de homogeneidad tiene todavía el sabor de la novedad, esto es,
tradiCionalmente ha tenido la educación para las clases medias
emerge como un descubrimiento, una suerte de primera experien-
como factor crucial_ ~e la movilidad social ascendente en el pre-
cia. Después de todo se saben pioneros de un nuevo estilo de
sent~, la ~reocupac1on por la formación aparece atravesada por
vida; pero también por ello mismo muchos son todavía cons-
u~a mqu1etud sobre los altos costos que insume Ja educación
cientes de la historia que dejaron atrás, hecho que aparece más
pnvada de los hijos. Más aun, en momentos de crisis la escuela
marcado en aquellos que han vivido en los '90 un ascenso indi-
emerge como la primera variable de ajuste. Aunque los datos son
vidual, en medio de un proceso de quiebre y reconfiguración no
generales, recordemos que durante los primeros meses de 2002 hu-
sólo social sino también, muchas veces, de índole familiar.
bo un t;as_paso importante de alumnos de las escuelas privadas
En cambio, para sus hijos la cuestión es diferente, pues no exis-
a _las publi:as. Según datos del Gobierno de la Ciudad de Buenos
te un pasado diferente ni novedad que saborear. Así, los benefi-
~~;es, el nume~o as~endía a casi 4.800, esto es, un 4% de la pobla-
cios que proporcionan el country y el barrio privado tienden a ser
Cion e~colar pnm_ana de los colegios privados. Si bien no se trató
rápidamente naturalizados, y la experiencia resultante termina por
de u~ exodo mas1vo, lo que ocurrió fue lo que Jos especialistas de-
configurar vastas partes del universo cotidiano que se continúa
nomman "efecto cascada": el pasaje de matrícula de colegios pri-
y refuerza a través de la escuela (privada), a t ravés de los depor-
vados con cuotas altas a colegios con cuotas medias, y de Jos de
tes (generalmente ligados a la escuela o, en su defecto, al club

68
MARISTELLA SVAMPA 69
LA BRECHA URBANA
de campo), Y a través de los circuitos diferenciados incluidos en ta nueva inflexión de época, la modificación de la distancia so-
la :ed o cercanos a su entorno, como los shopping y los lugares cial vuelve a plantearnos una serie de problemas de confiabilid~~·
bailables. Compromete, por ende, la totalidad de los círculos de que se instalan desequilibradamente o en el exceso o en el d~fl­
sociabilidad existentes. cit, y que en el límite, se hallan en el origen de ciertas patolog.1~s
He aquí planteado uno de los aspectos específicos que la in- 0 trastornos psicológicos, como la hipersensibilidad (la r~acc10~
tegración "hacia arriba" propone para el caso argentino: se trata al contacto con los otros) y, sobre todo, la agorafobia (la Imposi-
de un proceso que, por el momento, nos habla menos de la arti- bilidad de estar en lugares abiertos, los ataques de pánico). Es así
culación real que pueda opera rse entre los distintos sectores como hoy vemos que el temor al espacio abierto en tanto lugar
"ganadores" de la sociedad, que de fa adopción efectiva de un "no protegido" cada vez más desregulado, encuentra su expr~­
único modelo de socia lización en el cual la heterogeneidad social sión máxima en la gran ciudad y el espacio público, y va confi-
se ve cuestionada y la sociabilidad del "entre-nos" aparece natu- gurando una suerte de agorafobia urbana, patología que, como
ralizada al interior de una red socio-espacial amplia y común. bien advierte J. Borja, es más una "enfermedad de clase de la que
parecen estar exentos aquellos que viven la ciudad como una opor-
tunidad de supervivencia" (:2000, p. 119).
¿HACIA UNA CONFIGURACIÓN PSICOLÓGICA POLAR? La problemática de la distancia social puede ser ilu~trada tam-
En términos más generales fa nueva brecha urbana plantea de ma- bién desde otra perspectiva, a través del análisis del t1po de con-
nera ejemplar el impacto que los nuevos procesos sociales han figuración psicológica que la segregación espacial va fijando Y
tenido sobre la gestión de la distancia social. En este sentido es consolidando. Para abordar este tema es interesante retomar el
útil retomar la lectura que el filósofo y sociólogo Georg Sim~ef enfoque procesual de otro gran sociólogo, Norbert Elías, quien
(:1977) realizó sobre el tema de fa distancia como elemento prima- sostiene la correspondencia o articulación recíproca entre las
r~ o de toda. forma de socialización, sobre todo en las grandes estructuras emotivas y cognitivas, por un lado, y las estructuras
Ciudades. S1mmef fue uno de los primeros en señalar que tanto sociales, por el otro. Esto supone afirmar que los proceso.s de cam-
fa pérdida de una sociabilidad comunitaria como fa mercantifi- bios afectan y atraviesan, simultáneamente, ambos n1ve.les. E.n
zación de fas relaciones sociales, son procesos directamente rela- otros términos, que cuando cambian las formas de conv1venc1~
cionados con la extensión de fa economía monetaria en el marco humana y la estructura de los grupos, también cambian la confi-
de las grandes urbes. El corolario de estos nuevos procesos fue fa guración y la forma de las funciones psíquicas del ser humano
modificación de fa distancia social. particular (E lías: 1987, pp. 55-65). . . .
En efecto, rotos los equilibrios sociales anteriores, el individuo Como hemos dicho, el nuevo estilo de VIda 1mplica la puesta en
se vio confrontado con una serie de situaciones marcadas por una acto de fronteras físicas y rígidas que establecen una clara separa-
oscilación mucho más incierta, que iban de la cercanía absoluta a ción entre el "adentro" y el "afuera": esto significa que, por un l~do,
la distancia excesiva, lejos del equilibrio o de una síntesis más 0 ·existen zonas altamente reguladas (el espacio cerrado y prote~1do)
menos armoniosa. Hoy, como en Jos tiempos de Simmef, en es- y, por el otro, zonas desreguladas (el espacio abierto, desprotegtdo).

70 71
MARISTELLA SVAMPA LA BRECHA URBANA
Esta división t rae aparejada la interiorización de un código binario es decir, el hecho de que los seres "diferentes" no sean percibi-
que, alentado por el contraste social, reorganiza la vida cotidiana y dos como personas, sino, sobre todo, como categorías sociales.
la relación con los otros en un registro inequívoco que diferencia el En efecto, la ventaja frente al mundo "de afuera" es su radical
"nosotros" de los "otros"; los "iguales" de los "diferentes". transparencia, pues" adentro" lo diferente no se mezcla; cada per-
Más aun, esto va generando una configuración psicológica sona tiene un lugar preestablecido, según su función social, ilus-
polar que tiende a borrar los matices: "puertas adentro" se de- trado de manera paradigmática por el proletariado de servicio que
sarrolla un ámbito "pacificado", en el cual las regulaciones son diariamente entra y sale, rigurosamente uniformado, se trate de
claras (aunque en muchos casos resulten excesivas) y los códigos la mucama, la niñera, el jardinero o el guardia de seguridad.
de comportamiento, previsibles. En cambio, "puertas afuera", so- Esta tendencia no escapa a la mirada crítica de ciertos resi-
brevuela la amenaza difusa, el otro gana en opacidad y espesor, dentes de urbanizaciones privadas. Por ejemplo, una mujer que
se torna inasible y desconocido, en un contexto de incertidumbre residía en el San Jorge Village comentaba que una de sus ma-
e imprevisibilidad en el que lo diferente se transforma muy rápi- yores preocupaciones era que sus hijos se refirieran al "o_tro"
damente en extraño. Así, el temor se exacerba y se cristaliza en como una clasificación: "Viste que los tratan ... o sea, termman
aquellas zonas oscuras (puentes, accesos) donde Jos riesgos apa- hablando de ellos como si fueran una entidad distinta, no un ser
recen potenciados; zonas que emergen peligrosamente como una humano ... No sé, me pasó una vez algo terrible. Mi hija tenía siete
"tierra de nadie", a la manera de aquellos peligrosos cruces de años, ocho, y vienen a almorzar a casa tres amiguitas y se decían
la Edad Media, donde solían aguardar los temibles salteadores de entre ellas:' ¿y si pasa tal cosa qué es? ¿es hombre, es mujer o
caminos y se sabía que, de un solo golpe y de manera imprevisi- es mucama?' Y estaba la empleada al iado; yo las miré Y les di-
ble, se podía perder la vida. je: 'no, se equivocaron: si es ho~bre o es mujer..;' No, n~,_no,
Por último hay que decir que si esta suerte de configuración psi- (continuaban),'¿es hombre, es mu¡er o es mucama? ... (Por ult1mo
cológica binaria aparece como correlato de la segregación espacial, es la residente que se pregunta) ¿Por qué? ¿Qué es la muca-
esto no significa afirmar que estamos frente a la emergencia de una ma? ¿Es un perro, es un objeto, una cosa, es otra clasificación de
estructura fija y permanente, en términos de psique individual y so- ser humano?" (entrevista, 2000).
cial. En realidad, una y otra deben ser leídas como tendencias que Las representaciones y los lazos que se establecen con "el otro"
adquieren su real sentido en un marco propiamente procesual e his- son básicamente de tres tipos: el primero es de índole económica
tórico. Más aun, el propio El fas se ha encargado de señalar que la (con el proletariado de servicio, sea la doméstica, la baby sitter o
particularidad de la psique humana es su especial flexibilidad o plas- el jardinero); el segundo es "el otro" como objeto de beneficen-
ticidad, su capacidad de adaptación y cambio, en fin, su natural cia (el "pobre", al cual se ve poco pero se ayuda a través de ~?­
dependencia de un modelado social (ídem, p. 54). naciones a comedores, salitas de salud y escuelas). Pero la relac1on
El otro aspecto que queremos señalar está íntimamente re- con ambos, se trate del proletariado de servicio o del pobre, se
lacionado con el anterior. Nos referimos a la "categorización de la desarrolla en contextos regulados y previsibles. Sin embargo, el
diferencia", como la ha llamado, entre otros, G. Amándola (:2000), contraste entre el "adentro" y el "afuera" y la interiorización del

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73
LA BRECHA URBANA
código polar, engendran un tercer tipo de vínculo con el otro, ca-
racterizado por el temor exacerbado, que remite a la imagen de
CAPÍTULO CUATRO
la "pobreza violenta", localizada siempre en los barrios carencia- LA VIDA EN LOS COUNTRIES Y BARRIOS
dos y las villas del entorno. Esta última representación señala el PRIVADOS DESPUÉS DE 2001
pasaje de la "comunidad transparente", donde cada categoría
tiene un lugar determinado, según sea su función en la microso-
ciedad, a la "comunidad del miedo", donde el otro adquiere un
contorno más inasible y una suerte de opacidad amenazante.
En fin, los nuevos procesos de fragmentación social y el retro-
ceso general de las instituciones anteriormente integradoras
fueron generando una nueva estructura de temores e insegurida-
des en los sujetos. Así, las respuestas -individuales y colectivas-
ante la pérdida de cohesión social plantean una serie de dilemas
de confiabilidad e interacción, tanto como la emergencia de una
nueva trama social y psicológica. En sintonía con los nuevos tiem-
pos, la adopción de estilos residenciales, basados en la privatiza-
ción de la seguridad, ilustra el acoplamiento entre un modelo de
ciudadanía patrimonial (el acceso a los bienes básicos se restringe
a aquellos que cuentan con recursos materiales), y una nueva
estructura de temores e incertidumbre, de carácter polar. Leído a DE LA EUFORIA NEOLIBERAL A LA GRAN INCERTIDUMBRE
partir de sus consecuencias políticas y sociales, este estilo de vida La historia de la expansión de countries y barrios privados ha co-
señala sin duda una aspiración comunitaria, cuya base no es nocido diferentes etapas, desde sus primeros inicios, a fines de
otra que el miedo. Como afirma Beck, "la sociedad del riesgo cam- los '80, hasta la actualidad. De manera general podemos afirmar
bia la cualidad de la comunidad". Lejos de proponerse alcanzar que dichos momentos expresan una correspondencia entre los
ideales de igualdad, "la utopía de la seguridad resta negativa y comportamientos sociales y el modelo socio-económico.
defensiva: en el fondo aquí ya no se trata de alcanzar algo 'bueno', Hubo un primer momento, entre 1994 y 1998, en el cual se re-
sino ya sólo de evitar lo peor" (:1998b, p. 55). gistró una suerte de éxodo y hasta una frenética huida hacia las
nuevas urbanizaciones privadas, íntimamente asociada con la di-
námica vertiginosa y radical que caracterizó la implementación
del modelo neoliberal en nuestro país, en la que se sobreactuaron
las oportunidades (la calidad de vida propuesta) y los riesgos (la
inseguridad de la ciudad abierta). Por supuesto, este primer éxo-

74 MARISTELLA SVAMPA LA BRECHA URBANA 75

_.;_ ___ ..,:..,. - ~ ._,.> •. -- - - · ·


do se vio favorecido tanto por la ampliación de los corredores via- Otra cuestión relevante, asociada a la inestabilidad e incerti-
les -que facilitó el acceso a las nuevas urbanizaciones-, como por dumbre propias del modelo neoliberal, pero agravada por la
la posibilidad de financiamiento bancario, convertibilidad median- crisis, era que gran parte de los residentes se mostraban inca-
te. Asimismo, esta opción fue impulsada por desarrolladores, paces de planificar a largo plazo. En consecuencia, lejos de ex-
publicistas, agentes inmobiliarios, que fueron los responsables de presar una gestión reflexiva de los riesgos, muchos alimentaban
la elaboración y difusión del discurso sobre las bondades del una actitud muy pragmática. Esto era visible a la hora de realizar
nuevo "estilo de vida verde", centrado en dos valores mayores: una primera evaluación de las consecuencias del nuevo estilo de
el contacto con la naturaleza y el mejoramiento de la calidad de vida. Así, por lo general, los beneficios u oportunidades eran eva-
vida de los hijos. Por último, la condensación y mercantiHzación luados por sus efectos inmediatos, esto es, en el corto plazo (la
de estos valores en estilos de vida estandarizados encontraron libertad, el contacto con el verde, la seguridad), mientras que los
también su difusión semanal a través de los suplementos riesgos emergentes (accidentes dentro de los predios, problemas
"countries", que todavía reparten los sábados los dos diarios de de conducta de niños y adolescentes, ataques de pánico, temor
mayor circulación del país. exacerbado en la ciudad), aparecían diluidos en una suerte de
Entre 1999 y 2001, el panorama fue cambiando, pues la crisis temporalidad indefinida.
del modelo económico puso en evidencia la inestabilidad e incer-
tidumbre de las situaciones y posiciones de los actores, aun entre
aquellos que se habían constituido en "ganadores" del nuevo 2001-2002: LAS DIMENSIONES DE LA CRISIS
modelo, sobre todo en los sectores sin capital económico propio El estallido del modelo de convertibilidad a final del año 2001 actua-
(clases medias ajustadas, pero también sectores medios y medios- lizó algunos viejos temores, pero también trajo otros nuevos, aso-
altos en ascenso muy ligados al nuevo modelo). En efecto, a me- ciados a este sentimiento de fin de época y materializados luego en
dida que se profundizaba la crisis, las características propias del la devaluación y el aumento de la desocupación y la pobreza.
régimen de convertibilidad (la rigidez y estabilidad del cambio, El colapso comenzó amenazando especialmente a aquellos
como base misma del "contrato social"), fueron acentuando la sectores sociales que se habían beneficiado con el auge de los cré-
incertidumbre, y con ello generando mayor sensación de vulnera- ditos en dólares, muchos de los cuales, además, vieron retenidos
bilidad personal y familiar. No fueron pocos los que comenzaron a sus depósitos y pesificados sus ahorros bancarios. Sin embargo,
alentar la sospecha de que, pese a la brillante carrera, nada estaba salvo para quienes la crisis significó una seria pérdida de ingresos
"asegurado", vislumbrando lo "efímero" del triunfo. Así, una de las o de trabajo, el nuevo cuadro estuvo lejos de provocar un aban-
cuestiones que nos llamó la atención en el transcurso de la inves- dono generalizado de countries y barrios privados. En realidad,
tigación realizada a lo largo del año 2000, plasmada en el libro Los fueron pocos los que regresaron a la ciudad abierta, pues puestos
que ganaron. La vida en los countries y en los barrios privados (2001 ), a evaluar el costo del "estilo de vida country" y en un marco de
fue ese sentimiento de "fin de época" que experimentaban muy es- restricciones económicas, la mayoría buscó ajustar las variables
pecialmente ciertos sujetos de reciente ascenso social. de la economía doméstica (que recayó sobre todo en el cambio

LA BRECHA URBANA 77 .t~


76 MARISTELLA SVAMPA

11~
a colegios privados con matrículas más bajas, y/o el mantenimien- nuevo archipiélago urbano. En primer lugar, encontramos una ca-
to de un solo auto, en lugar de dos). tegoría de urbanización que nace y se desarrolla dentro de esa
Durante 2002, las urbanizaciones privadas atravesaron su pun- gran mancha homogénea, junto a los grandes corredores viales,
to más bajo en el mercado, ya muy deprimido desde el año como sucede en ciertas zonas de Pilar. Allí, las redes amplían ca-
2000. Así, entre los precios de cotización de viviendas de los dis- da vez más su tamaño y sus interconexiones constituyendo un en-
tintos emprendimientos solicitados hacia mediados de 2001 y los tramado más homogéneo, lo cual hace que nos encontremos con
valores requeridos en septiembre del 2002, la caída promedio fue urbanizaciones -sobre todo barrios privados- que limitan a su vez
del 56%. También se verificó un comportamiento similar en los con otras urbanizaciones privadas, algunas de ellas más antiguas.
precios por metro cuadrado de los terrenos, que cayeron un pro- En segundo lugar, existe una categoría intermedia, compuesta por
medio del 66%. La construcción en countries y b¡:itrios privados aquellos countries y barrios privados que se encuentran en una
decayó en un 30% (www.grupocountry.com). red más dispersa (como en el noroeste y en el sur del Conurbano),
Una de las notas más importantes del período es que la cri-

.,...
donde los predios limitan directamente con barrios precarios o
sis potenció la sensación de inseguridad, actualizando ciertas imá- asentamientos. En otros casos, aun en aquellos de la zona norte,
genes fantasmáticas de la amenaza de una "invasión". El2002 sucede que en las cercanías se sitúan aglomeraciones muy pobres
fue, para los countries y barrios privados, el año de "el Gran Mie- (como sucede con el Highland y el Tortugas, el Martindale y el Mi-
do". En efecto, luego de la ola de saqueos de diciembre de
2001, entre enero y mayo de 2002, circuló el rumor de que grupos
de saqueadores (que los residentes asimilaban a los piquete-
ros) habían intentado copar countries y barrios privados, y que
raflores, por dar sólo algunos ejemplos). En tercer lugar, están
aquellos que aparecen acantonados, como verdaderas fortale-
zas amuralladas, literalmente cercadas por barrios empobrecidos

1
y villas miserias (como el San Jorge Village, el Olivos Glof Club y,
una invasión no sólo era posible, sino tal vez, inminente. Ahora en menor medida, el San Diego). Fue especialmente en estas dos
bien, aunque sólo en algunos countries "el Gran Miedo" tuvo una últimas categorías, es decir, en aquellas urbanizaciones en las que
expresión exacerbada, la mayoría de las urbanizaciones privadas el entorno más directo revela un gran contraste y diferencia so-
"tomaron sus prevenciones". cial, donde el sentimiento de amenaza y exposición frente al "otro"
No olvidemos que una de las particularidades del caso argen- alcanzó proporciones delirantes.
tino es que el proceso de segregación espacial es relativamente Así, en algunos countries conocidos de la zona norte y no-
reciente, y que éste se lleva a cabo sobre una trama urbana ocu- roeste, como el Miraflores y el San Miguel del Ghiso, se elabora-
pada tradicionalmente por los sectores populares, lo cual acentúa ron y llegaron a ensayarse cinematográficos planes de evacua-
hiperbólicamente los contrastes sociales. De modo que la in- ción, al tiempo que se repartieron volantes con instrucciones -bé-
crustación de nichos de riqueza junto a extendidos bolsones de licas- acerca de qué hacer en el caso de que las "hordas" de in-
pobreza tiende a aumentar la visibilidad de las distancias sociales. vasores derribaran los muros y se adentraran en predios y resi-
Pero, una vez dicho esto, es necesario recordar, como estableci- dencias. En el Highland, donde la norma número uno sigue sien-
mos en el Capítulo Uno, que existen diferencias dentro de este do "no afectar la tranquilidad de los residentes", sin ser tan

78 MARISTELLA SVAMPA LA BRECHA URBANA 79


aparatosos, no fueron menos alarmistas. Según el testimonio de a hablar de "paranoia" e "histeria" en los countries (véase La
un administrativo del club (entrevista realizada en 2004), se rea- Primera, 22/02/2002, o Noticias, 29/03/2002). Hasta el diario La
lizaron "trabajos de inteligencia" que indicaban que podían ser "in- Nación se vio obligado a sentar posición y desde una severa edi-
vadidos por la gente de afuera". Este "trabajo de inteligencia" torial realizó un llamado a la prudencia, criticando "las campa-
fue el fruto de diversas reuniones realizadas entre la policía y ñas alarmistas" al afirmar "que no hay motivo para suponer que
los directivos del country, a partir de las cuales se tomaron varias el riesgo al que están expuestos los countries sea mayor al que
medidas. Así, el country se hizo cargo de la reparación de 5 ó 6 afronta diariamente el resto de la población del país", y que "de-
vehículos de la policía, también se colocó un patrullero frente a be restarse fundamento a los nerviosismos exagerados, a las
la puerta principal y, por último, a la manera de las ciudadelas for- reacciones neuróticas y a las actitudes de recelo generalizado"
tificadas de la Edad Media, se abrieron dos o tres pasajes de sa- (22/03/2002).
lida, en el caso de que una situación de invasión exigiera un aban- Finalmente, como es sabido, al igual que en el célebre poema
dono rápido del predio ...
Sin embargo, los rumores comenzaron el mismo 19 de diciem-
bre. En el San Jorge, situado sobre la ruta 197, los telefónos de los
residentes sonaron exactamente a las 6 de la mañana, con una
advertencia: "Váyanse del country porque van a venir a saquear".
de Cavafis, "Esperando a los bárbaros", éstos nunca llegaron ...
En realidad, sólo en el exclusivo country San Diego, situado
en Moreno, uno de los epicentros de los saqueos de diciembre
de 2001, se registraron ciertos episodios, según nos comentó
el grupo de mujeres encargadas de la acción social del club,
..-
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•••
11
Allí no hubo simulacros de evacuación, pero se hicieron varias reu- entrevistadas en 2004: el primero fue un "piquete" protagoniza-
niones con el jefe de seguridad a fin de preparar a la gente. Fi- do por un grupo de personas para pedir a la gente del country
nalmente, se eligió un responsable por cuadra, "como para ir que intercediera ante las autoridades por el caso de una viola-
avisando a las otras lo que está pasando" (testimonio de una ción; el segundo fue la visita de "un camión con treinta perso-
residente, año 2002). nas" pidiendo alimentos. El grupo de mujeres, que estaba traba-
En ciertos barrios privados de Pilar, como en el Galápagos, jando desde hacía un año repartiendo alimentos en comedores de
situado al costado de la Panamericana, a principios de marzo los los barrios lindantes y otros cercanos al country, cuenta: "les
residentes recibieron una circular en la cual "se preguntaba mostramos el remito de las cosas que entregamos y así como
quiénes estaban dispuestos a armarse y defender el barrio, si es vinieron, se fueron".
que venían personas de afuera. Nosotros -cuenta una ex residen- En rigor, la hipótesis del saqueo o de la invasión carecía de
te, que acababa de volver a la ciudad, en una entrevista realizada toda base de sustentación real. Tampoco ninguna agrupación pi-
en 2002- no considerábamos que fuera probable, pero lo que quetera había contemplado tal posibilidad (más aun, muchas se
pasó es que muchos vecinos se armaron". mostraron muy críticas ante los episodios de saqueo), ni esto
Como no son pocos los periodistas que residen en estos lu- había sido registrado o siquiera evaluado por ningún organismo
gares, la tentación pudo más y la noticia del "gran miedo" se de inteligencia del Estado (declaraciones de Juan José Alvarez,
filtró para llegar hasta conocidos semanarios, que comenzaron entonces secretario de Seguridad Interior, él mismo residente del

80 MARISTELLA SVAMPA LA BRECHA URBANA 81

..
S1
exclusivo country Tortugas, revista Veintitrés, 29/02/2002). Esto tar sus ganancias? Para comprender la verdadera dimensión de
quiere decir que el rumor fue muy probablemente alimentado por estos episodios no basta con referirnos al rol cumplido por las
sect?res interesados en realizar buenos negocios con la proble- a
agencias de seguridad y la policía y mucho menos la imagina-
mática de la (in)seguridad. ción voyeurista de ciertos medios revisteriles. En realidad, tal
En este sentido, los datos son más que elocuentes: durante manipulación fue posible porque en la base existe un componente
2002 la vigilancia privada se convirtió en un servicio en alza y psicológico esencial relacionado con la materia primaria de los
sus consultas se incrementaron en casi un 100%. En varias urba- miedos que puede activarse en situaciones de grandes crisis.
nizaciones privadas los consorcios decidieron cambiar el servicio Entendámonos bien: toda gran crisis viene acompañada por
de seguridad y optaron por agencias más reconocidas. Las medi- el fantasma de la disolución social. Portador de una amenaza fun-
das de seguridad se reforzaron: se acrecentó la vigilancia y el pa- damental, éste suele condensarse en imágenes que reflejan la
trullaje perimetral en las horas nocturnas, se optó por seguridad posibilidad de la pérdida del control del territorio. Es esto lo que
de tipo perimetral en lugar de seguridad móvil, se establecieron genera el miedo a la invasión, un fantasma que recorre la historia
redes de seguridad entre urbanizaciones vecinas y las precau- de la humanidad, que cuenta con registros diversos e inflexio-
ciones en los ingresos se hicieron más estrictas. En el caso de
los countries más grandes la vigilancia se extendió a los accesos
en las bajadas de las autopistas y en las garitas se colocó personal
con equipos más sofisticados.
nes particulares, y constituye la base de todo tipo de rumores
apocalípticos acerca de saqueos generalizados -robos, incendios,
violaciones, muerte-.
Argentina ha vivido dos situaciones límite que pusieron en ac-
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••••
De este modo las propuestas de seguridad tendieron a hacer- to la experiencia de disolución del vínculo social: la primera fue
se más sofisticadas y completas. Muchos countries empezaron a en 1989, con la hiperinflación, que desencadenó una ola de sa-
implementar sistemas de tecnología de punta, como circuitos de queos a supermercados y provocó la salida anticipada de Raúl Al-
cámaras de video, complementadas con barreras infrarrojas y fonsín; la segunda fue en diciembre de 2001, con el colapso del
de microondas. También en algunas urbanizaciones se elevaron modelo de convertibilidad, que desembocó en nuevos saqueos y,
los muros, se empezaron a utilizar alambres reforzados, o se elec- seguidamente, en las jornadas del19 y 20 de diciembre que obli-
trificaron directamente los alambrados perimetrales. garon a la renuncia de Fernando de la Rúa y abrieron un nuevo es-
cenario político.
Así, en la Argentina contemporánea el temor a la disolución
EL MIEDO A LA DISOLUCIÓN SOCIAL social encuentra su materialización dramática en los saqueos a
¿Acaso fue todo un producto de la exageración de los medios de los supermercados, que constituyen por ello mismo la base pa-
comunicación, como dijeron entre sonrisas algo forzadas algunos ra la manipulación del "gran miedo". Más aun, como afirman
de nuestros entrevistados, al recordar de manera un tanto vergon- Neufeld y Cravino, "a medida que avanzaba el año 2001, las seme-
zante los imaginativos planes de evacuación? ¿O fue sólo una janzas y vínculos entre 1989 y el presente -por 2001-, permitían
invención de policías y agentes de seguridad, ávidos de aumen- la aparición de nuevos rumores, dando vitalidad al fantasma

82 MARISTELLA SVAMPA LA BRECHA URBANA 83


de los saqueos y recreando los límites de la legitimidad social" do el sentimiento de invulnerabilidad "puertas adentro". Que fue-
(:2002, p. 19). La frase que sintetiza este temor resonó en las ran los habitantes de urbanizaciones privadas quienes desarrolla-
calles de Buenos Aires desde la mañana del19 de diciembre de ran el "gran miedo", que sirvió de base al rumor sobre invasiones
2001: "Ya vienen, ya llegan. Se comenta que están saqueando y saqueos generalizados, tampoco es casual. Recordemos que
acá cerca", decían los comerciantes en cada barrio porteño, desde la fractura espacial no sólo ensancha las distancias sociales, sino
Boedo a Villa Crespo, mientras se disponían apresuradamente a que, como explicamos en el capítulo anterior, siguiendo a Elías (:
bajar las persianas. 1994), suele generar una configuración psicológica polar (segu-
De este modo, entre fines de 2001 y los primeros meses de ro/inseguro; adentro/afuera) que desdibuja los matices. Por ende,
2002, se conocieron al menos dos episodios de "gran miedo" que, la sensación de seguridad "intramuros" tiene su contrapartida en
situados casi en las antípodas en términos de clases sociales, y el aumento de la sensación de inseguridad "extramuros". De
por supuesto posteriores a los saqueos, generaron rumores de manera que, con la acentuación de la crisis y la recesión, el sen-
nuevos saqueos, esta vez generalizados.
El primer caso se refiere al rumor que circuló por los barrios del
Conurbano Bonaerense durante la sangrienta jornada del 20 de
diciembre de 2001. "Ya llegan. Vienen en un colectivo viejo", decían
timiento de vulnerabilidad no sólo se potenció o sobredimensio-
nó, sino que terminó por saltar la barrera o el mismo muro de
los countries. En otras palabras: la amenaza no sólo se proyectó
"hacia afuera" (los accesos, las bajadas, las rutas inseguras), sino
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••••
algunos (testimonios recogidos en 2003 y 2004). En esa ocasión, en también "hacia adentro", cristalizando la idea de que una invasión
innumerables barrios del Gran Buenos Aires los vecinos salieron de y un saqueo dentro de los predios fortificados eran inminentes.
sus casas, bloquearon la cuadra, erigieron improvisadas barricadas Algo similar, aunque en un contexto macro-económico dife-
con fogatas que mantuvieron encendidas durante toda la noche y rente, ya había ocurrido en 1989, luego de los saqueos vinculados
esperaron armados hasta los dientes a las bandas de "saqueado- a la hiperinflación. En efecto, según nos comentaron en el Tortu-
res" que supuestamente vendrían de otros barrios (o tal vez, de la gas (en una entrevista realizada en agosto de 2000), este rumor de
otra cuadra) a robar y prender fuego sus hogares... Sin embargo, ni invasión llegó hasta los countries; lo mismo sucedió en los barrios
la policía ni la prensa registraron hecho delictivo alguno o situa- del noroeste del Conurbano Bonaerense y en Rosario. Allí, se-
ciones de violencia (robos, incendios, violaciones ... ) que hicieran
suponer que los rumores eran ciertos. Por supuesto, la manipula-
ción no fue casual. Este rumor fue generado por las propias fuerzas
gún cuenta A. Gravano (:2003), "la policía fomentaba el enfren-
tamiento entre barrios". Se vieron imágenes de jóvenes parape-
tados detrás de barricadas ostentando palos y armas de fuego.
-
de seguridad, interesadas en impedir cualquier movilización hacia Los policías -además de advertirles sobre la "amenaza" lindante-
el centro de la ciudad. Al alimentar la idea de un enfrentamiento les habían incluso sugerido el uso de vinchas para poder identifi-
entre barrios, es decir, de una "guerra de pobres contra pobres", carse claramente entre uno y otro bando barrial (p. 18). En esta
lograban mantener a la gente "encapsulada" en su territorio. oportunidad tampoco los hechos confirmaron los rumores y, sin
En segundo lugar la crisis interpeló a aquellos que habían ele- embargo, "nuevamente, la amenaza de la guerra parecía produ-
gido la autosegregación y que, durante los '90, habían alimenta- cir la paz" (ídem, p. 20).

84 MARISTELLA SVAMPA LA BRECHA URBANA 85


En definitiva, con diferentes intencionalidades, unos y otros se do-espacial para Argentina, las llamadas "damas de la caridad"
montaron sobre este temor fantasmático a la disolución social que organizaban fundaciones, cuya finalidad era realizar actividades
atraviesa toda sociedad en momentos de gran crisis: mientras que de beneficencia en conexión con las parroquias de la zona. Fue-
en un caso se apuntó a controlar la posible movilización de los ron ellas las encargadas de introducir y difundir en los countries
barrios al centro, alimentando la idea de un enfrentamiento entre la figura de la "caridad" como pauta cultural de los sectores altos
barrios, en el otro se buscó explotar el temor exacerbado de los y medios-altos. Es así que aún hoy en los countries los niños co-
más privilegiados, con el objeto de multiplicar las ganancias. mienzan desde temprano a familiarizarse con la cultura de la be-
neficencia. Por ejemplo, aun en aquellos menos distinguidos o de
"medio pelo" suelen hacerse donaciones de juguetes y vestimen-
LA REAFIRMACIÓN DEL MODELO ASISTENCIAL ta, y fiestas para el día del niño y fin de año.
Una vez disipado el "gran miedo", quedó, más palpable que nun- Sin embargo, pese a que las actividades ligadas a la asistencia

,..•••-
ca, el temor más cotidiano a los robos y secuestros. Hubo, en social cuentan con una larga historia, en los últimos quince años,
ese sentido, inflexiones importantes, visibles en cuatro estrategias en una sociedad en la que el número de empobrecidos y excluidos ' fl•
mayores: la primera consistió, como hemos visto, en reforzar la sufrió un explosivo incremento, el lugar de la "ayuda social" (bajo

••
seguridad; la segunda, en fortalecer la acción social en las zonas formas tales como la "beneficencia", el "voluntariado" o el "traba-
de influencia, sobre todo en los barrios linderos o cercanos más jo solidario") cambió notablemente. Amén de ello, en consonancia
precarios; la tercera, en adoptar un perfil bajo, tratando de no con la dinámica neoliberal de los '90 el Estado argentino fue conso-
hacer gala de lujo ni ostentación alguna con autos descomunales lidando un modelo asistencial dirigido hacia las poblaciones exclui-
o joyas valiosas (es decir, con todo aquello a lo cual los había acos- das; ilustrado hoy paradigmáticamente por los Planes Jefes y Jefas
tumbrado de manera inmoderada la década menemista). Finalmen- de Hogar. Lo particular es que en la implementación de esta políti-
te, y de manera marginal, la estrategia fue privilegiar a la gente de ca de "contención social", que apunta a incluir al excluido en tanto
la zona a la hora de incorporar trabajadores para los diferentes excluido y que es recomendada y controlada por los organismos
servicios que requieren las urbanizaciones privadas.

-
multilaterales, también tienden a participar una serie de agentes
Como ya hemos hablado de la primera estrategia nos deten- sociales, como ONGs, fundaciones privadas y empresas.
dremos ahora en la dimensión asistencial, para volver luego a con- Un aspecto importante de esta política ha sido la focaliza-
sideraciones más específicas sobre el impacto de ciertos hechos ción territorial. Tareas tales como el acopio de alimentos y ropas
sobre el exacerbado sentimiento de seguridad característico de para comedores de la zona, donación de instrumental y material
los '90. a escuelas, salitas de salud y hospitales, implican hoy un mayor
Es preciso recordar que la historia de los countries está aso- control y seguimiento de las organizaciones donantes en relación
ciada al modelo "clásico" de asistencia. En efecto, cuando los clu- con la población asistida.
bes de campo eran concebidos como residencias secundarias y De manera específica, en las urbanizaciones privadas la asis-
todavía era inimaginable un futuro de pobreza y segregación so- tencia social se realiza a través de diferentes modalidades.

86 MARISTELLA SVAMPA 87
LA BRECHA URBANA
Pueden ir desde las organizaciones más informales, como los tries y barrios privados, en medio de la homogeneidad social, y
grupos de mujeres, que suelen definir su tarea como solidaria o la "realidad" del exterior que da cuenta de las diferencias socia-
de ayuda a los más necesitados; la comisión directiva de los clu- les y la existencia de la pobreza. Como afirma C. del Cuete {: 2004),
bes, que destina fondos a diferentes instituciones {directamente en este tipo de acción solidaria se trata menos de tender vínculos
o a través del municipio); hasta las fundaciones, organizaciones reales entre unos y otros, que de "hacerles ver" a los "afortuna-
formales que cuentan con mayores recursos y personal. La dos" la otra cara de la realidad, la de la pobreza extrema; o, en
mayoría de las fundaciones se halla enmarcada en un modelo el lenguaje eufemístico de los protagonistas, el mundo de los
tradicional de asistencia, como la Fundación del Country San Jor- "menos afortunados".
ge que existe desde 1998 y colabora con hospitales y escuelas En todo caso, luego de 2001, la experiencia del "gran miedo "y
del entorno, además de organizar una conocida feria anual, o la profundidad de la crisis dejaron varias lecciones con respecto a
la Fundación del Pilar, fundada en el año 2000, que tiene cone-
xión con diferentes countries y barrios privados de la zona {pero
no pertenece a ninguno de ellos). Sin embargo, otras presentan
los "menos afortunados". Como nos dijo una trabajadora califica-
da del Olivos Golf Club cuando le preguntamos acerca de cómo
se había vivido la crisis de 2001: "Allá estaban como locos. Una -
~-·o
..
una configuración de nuevo tipo, más ligada a la acción profe-
sional del llamado Tercer Sector, como es el caso de la más
reciente Fundación Nordelta {que pertenece al megaemprendi-
miento del mismo nombre), que se propone ejes de acción -ade-
más del comunitario- en torno a la capacitación y formación
de la población o barrio asistido.
noche de ésas que decían 'ahí vienen, ahí vienen', se reunieron
los del directorio y querían fundar un comedor ya, afuera, para
la gente del barrio, para que no les vayan a entrar... " {entrevista
de 2004). Por ello mismo, las tareas de asistencia social encontra-
ron un nuevo impulso, a través de una suerte de focalización te-
rritorial forzoza, orientada a los barrios aledaños. Esto implicó
-
•••
••
Por último, desde hace años, gran parte de las instituciones campañas solidarias, algunas fomentadas por los medios de co-
educativas privadas {y algunas estatales) han incorporado la "ta- municación, que incluyeron realización de cenas y eventos espe-
rea solidaria" a sus actividades extra-curriculares. Esto se obser- ciales para recaudar fondos para comedores, escuelas y salitas de
va particularmente en las escuelas del entorno "country" a las salud cercanos, así como también mayores fondos de parte de
que asisten los hijos de los residentes de urbanizaciones priva- las comisiones directivas de los clubes.
das. La actividad más extendida en esta oferta educativa es la de- Ahora bien, pese a las diferencias, sean de antiguo o nuevo ti-
nominada "non uniform day", que se realiza una vez por mes, po, los diversos modelos de asistencia establecen una distancia
día en el cual se permite a los estudiantes asistir sin uniforme a crítica en relación con la actual política social del Estado {sobre to-
cambio de alimentos, ropa o juguetes usados, libros o dinero, que do, respecto de los planes Jefas y Jefes de Hogar), y particular-
luego son donados a los barrios pobres de los alrededores. El mente con las organizaciones piqueteras. Como afirma M. García,
objetivo de esta acción se inscribe en una tensión originaria que "lo político aparece como una esfera extraña, distante, considera-
atraviesa el modelo de socialización propio de estas urbanizacio- da como una opción incorrecta y nociva, casi una trampa, en la
nes: entre la "irrealidad" que viven los niños residentes en coun- que las prácticas manipulatorias predominan" {:2004, p. 3). En de-
&11
88 MARISTELLA SVAMPA LA BRECHA URBANA 89

11
finitiva, el modelo que proponen coloca en el centro la imagen del pra de lotes en barrios privados consolidados, cuyos precios ha-
pobre "merecedor", cuya trayectoria da cuenta de un esfuerzo por bían sufrido una gran caída pero que durante 2003 y 2004 irían
recuperar la "cultura del trabajo", a diferencia de aquellos que "se recuperando gran parte del valor que habían tenido durante la
sientan a esperar la asistencia de los programas sociales". Por ello época de la convertibilidad.
mismo es un modelo con componentes disciplinarios importan- Por otro lado, si bien durante 2002 los vecinos de las urbani-
tes, que incluyen desde el control y seguimiento estricto de los zaciones privadas no participaron del clima de efervescencia po-
recursos (por ejemplo, la cantidad de alimentos que se entrega lítica y mucho menos de las experiencias de autoorganización
semanalmente a un comedor), hasta el discurso rt:Jás "democra- colectiva que conocieron las clases medias, sobre todo en la ciu-
tizador" de las Fundaciones que, bajo la dinámica de talleres acti- dad de Buenos Aires, no por ello fueron ajenos al clima de visible
tudinales, tiende a subrayar la necesidad "del acompañamiento" impugnación y rechazo a la clase política. Fue así que los escra-
a la población asistida (ídem, p. 4). ches e insultos a los políticos también llegaron a los countries. A
título de ejemplo, recordemos que el propio Carlos Menem fue en
2002 objeto de un escrache en uno de los countries más exclusi-
HACIA UNA "REALPOLITIK" vos de Córdoba, cuando asistió a un casamiento. Todavía en el
Luego de la crisis, las clases altas argentinas multiplicaron las año 2003, en el Olivos Golf Club, cuyos campos de golf estuvieron
••
••
guardias y los acompañamientos, al tiempo que optaron -como entre los favoritos del ahora repudiado elenco menemista, Eduar-
afirmamos más arriba- por adoptar una estrategia de "bajo perfil", do Menem y su hijo fueron insultados por un socio-propietario;
que consistió básicamente en reducir la ostentación. Algunos y poco tiempo antes lo mismo le había sucedido a Alberto Kohan.
se resignaron a guardar los autos lujosos en el garaje y prefirie- Finalmente, también en este período comenzaron a difundir-
ron moverse en autos más económicos para no llamar la aten- se una serie de hechos que ponían en evidencia las falencias de
ción ni provocar alguna situación de inseguridad. Como consigna los dispositivos de seguridad al interior del predio. Accidentes
un agente inmobiliario del country San Diego, ciertos residen- de niños, robos en el predio, o aun los episodios de vandalismo
tes "se bajaron de los BMW y los Mercedes y andaban en autos infantil, son algunos de ellos. Pero sin duda fue el crimen de María
normales, por miedo a los secuestros. Solamente los sacaban Marta García Belsunce, ocurrido en el exclusivo country El Carmel
para andar dentro del country" (junio de 2004). Pero, a medida
que el"gran miedo" se fue disipando y los individuos comen-
zaron a adaptarse al nuevo contexto de inseguridad económica-
en octubre de 2002, y la increíble trama de encubrimiento que tra-
jo aparejada, el hecho que más conmovió la "tranquilidad" de los
countries, devalando como pocos los límites impensados de un
-
financiera, no fueron pocos los que decidieron invertir en la com- estilo de vida elitista donde la ilusión de seguridad absoluta tien-
pra de inmuebles -por ejemplo, aquellos que recuperaron parte de a acoplarse perversamente con la impunidad de clase.
de sus ahorros-, a la espera de que la inversión diera sus frutos No olvidemos que los dispositivos de control y de vigilancia
en un futuro no muy lejano. Así, ante la imposibilidad de encon- propios de estos enclaves fortificados se orientan hacia el exte-
trar otras soluciones confiables, comenzaron a invertir en la com- rior (el"otro", al cual se teme, está afuera, no adentro). Es cier-

90 MARISTELLA SVAMPA LA BRECHA URBANA 91



toque existen controles orientados hacia el interior, pero éstos países -aunque con menos exacerbación que en el nuestro- lle-
tienen por objetivo la observación y el seguimiento de los traba- gó para quedarse, como fiel reflejo y consecuencia de las nuevas
jadores de servicios que ingresan diariamente al country (tareas brechas sociales instaladas por el modelo neoliberal. Por eso
que son realizadas por los vigiladores). Así, las modalidades de mismo, la actual es una fase de consolidación del modelo.
seguridad orientadas hacia los "semejantes" suelen reducirse al En primer lugar, la construcción conoció una fuerte suba. A ni-
control de la velocidad de los automóviles (para proteger a los vel nacional ésta lleva acumulado, de enero a mayo de 2004, un
niños que circulan libremente por el predio), pues en definitiva crecimiento del 21,1%. La mayor tasa de crecimiento está centra-
uno de los supuestos de este estilo de vida es tanto la "con- da "en la construcción de viviendas en barrios cerrados y en zo-
fianza hacia el semejante" como la preservación de la "tranqui- nas con alto poder adquisitivo", según informó ellndec. Sólo
lidad" de los residentes.
durante el pasado año se construyeron más de 4.000 casas en ba-

-.
En todo caso, el día del crimen de María Marta García Belsun- rrios privados y countries que bordean la Capital (Clarín, 27/2/2004).
ce, en el que nadie vio nada y el único control existente era el de En los primeros cinco meses de este año el número de operacio-
la puerta de entrada del country, puso de manifiesto las limitacio- nes ya había crecido un 40% (revista Noticias, 15/04/2004). Sin tra- ~·
nes de la seguridad "puertas adentro", pensada a partir de esta ••

••
tarse de un nuevo boom, las construcciones encuentran un sos-
distinción simplista entre "semejantes" (los residentes) y "dife- tenido ritmo de crecimiento, sobre todo en determinadas zonas.
rentes" (los que viven afuera, pero también trabajan en el coun- Lo que volvió a dar un impulso a la construcción fue, además de
try). En este nuevo horizonte muchos residentes sin duda deben la reducción de los costos luego de la devaluación, la ventaja com-
preguntarse cuáles son entonces los límites de la confianza den- parativa que ofrecen ciertas construcciones en urbanizaciones pri-
tro de la "comunidad del miedo". Asimismo, las historias de vadas respecto de una similar en un buen barrio de la Capital. Por
asaltos a mano armada producidos al interior de los predios for- otro lado, en los últimos tiempos se ha venido también afirman-
tificados (en countries del Conurbano y otros del noroeste de la do la tendencia de alquilar residencias en los countries durante la
capital cordobesa), donde se sospecha la complicidad de los ser- temporada de verano. Este segmento del mercado, que ha visto
vicios de seguridad privada, terminan por instalar la desconfianza
en un nuevo registro, actualizando la pregunta acerca de quién
vigila a los vigiladores.
subir la demanda y ha aumentado el valor del alquiler entre un
10% y 15% el último año, concierne sobre todo a los clubes que
cuentan con una buena infraestructura deportiva y grandes lotes
-
(La Nación, suplemento countries, 25/09/2004).
En síntesis: una de las características esenciales de esta etapa
LA CONSOLIDACIÓN DE LA BRECHA URBANA es que las elecciones de los residentes, lejos de ser azarozas, se
En el año 2003 se inició una nueva etapa, como lo revela la reacti- orientan sobre todo a aquellas urbanizaciones "integrales" (los
vación de la demanda. Sin duda la estabilización económica y megaemprendimientos), y a aquellos barrios cerrados y countries
política que comenzó a perfilarse desde mediados de 2003 cons- más consolidados. Otro elemento fundamental a la hora de elegir
tituyó un nuevo incentivo para un estilo de vida que como en otros es la calidad de los accesos. Así, algunas zonas se vieron bene-
11
92 MARISTELLA SVAMPA LA BRECHA URBANA 93
ficiadas por la apertura de nuevos corredores viales (el Acceso en los countries y barrios privados, aun después de la devaluación
Bancalari-Benavídez fue -un incentivo para las urbanizaciones que y el default. Han podido observar que las amenazas tienen que ver
se encuentran en el partido de ligre, hoy en franca expansión). No con la inseguridad de cada día (robos, secuestros), antes que
hay que olvidar que, como consignan residentes y agentes inmo- con supuestas invasiones encabezadas por masas de pobres y
biliarios, "el público se mueve por corredores. Es deci~, que hambrientos. Pero no por ello se descuida la ayuda social; antes
quienes emigraron hacia Pilar provienen principalmente de Bel- bien, se procura focalizarla en los barrios aledaños. Por otro lado,
grano, Palermo y Barrio Norte; con el Oeste sucede lo mismo: los tan "temidos" piqueteros se manifiestan en la ciudad, y no pa-
Caballito, Flores y Liniers son los sectores de donde proviene el recen tener mucho interés en derribar los muros de la ciudad
70% de los compradores" (La Nación, suplemento countries, en privatizada para interpelar la tranquilidad de los "ricos" o el ano-
www.construirydecorar.com). nimato de los "famosos". En este contexto, las urbanizaciones pri-
El destinatario de la oferta sufrió ciertos cambios respecto del vadas volvieron a ser revalorizadas como una suerte de fortaleza
perfil social típico de los años '90. Según el informe de una cono- protegida y distante, frente a una ciudad cotidianamente desga-
cida constructora recogido por la revista Veintitrés (25/3/2004), el
consumidor final parece ser más el industrial y el"empresario
rrada por los conflictos sociales. •~
En realidad, la reactivación del consumo y la inversión des-
pyme" (beneficiado con la devaluación), que el joven profesional
exitoso de altos ingresos, empleado en una empresa multinacio-
borda el fenómeno específico de countries y barrios privados, so- '•
111
bre todo si nos referimos a las clases altas, las cuales al parecer han
1
nal. Como nos comentaba un agente inmobiliario instalado en el vuelto a recuperar la seguridad ontológica, esto es, la confianza en
country San Diego, el comprador actual es un "ahorrista dolari- sí mismas, luego del cataclismo. Un índice claro de esta recupera-
zado". Al no haber posibilidad de crédito bancario, la compra es ción de la confianza es que, como indica prolijamente un artículo
al contado, "aunque -subraya- muchos de los compradores no aparecido en La Nación, en la sección de "Economía & Nego-
lo hacen como inversión, sino a manera de resguardo". Otros cios", del 27/6/2004 (L. Ferrarese, "En qué gastan los que más
agentes inmobiliarios afirman que el cliente se ha vuelto más exi- ganan"), una encuesta realizada a personas que pertenecen al es-
gente, como lo muestra la personalización de la elección, que trato económico alto revela que "el 53% pudo retomar su estilo de
se manifiesta inclusive en el sistema housing (casa llave en ma- vida anterior a la crisis de diciembre de 2001 y un 47% contó que,
no). También es preciso señalar que los inversores particulares después de un largo tiempo de restricciones, está volviendo a com-
perdieron terreno en el mercado inmobiliario de las urbanizacio- prar cosas para darse gustos". Pese a ello, a la hora de invertir las
nes cerradas, a partir de lo cual terminaron por consolidarse los conductas continúan siendo conservadoras, orientándose a la com-
grandes inversores. pra de casas. Los consumos, por su parte, apuntan al mejora-
En fin, sin la euforia típica de la era menemista, parecen sur- miento del interior de los inmuebles antes que a "la ostentación",
gir varias lecciones "de vida" relativas a las oportunidades y a los que -como añade oportunamente la articulista- "genera temores".
riesgos que aporta este nuevo estilo residencial: por un lado, los En definitiva, a la manera de otros países latinoamericanos,
residentes e inversores han comprobado que hay "vida posible" en una sociedad atravesada por profundas desigualdades y con

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MARISTELLA SVAMPA LA BRECHA URBANA 95
la problemática de la inseguridad en el ojo de la tormenta, las cla- más r.ico se queda con el 44,5% de la riqueza producida Y man-
ses más ricas han tomado sus recaudos al adoptar sofisticados tiene una distancia de 50 veces con el sector más pobre. Por últi-
dispositivos de seguridad que les permiten ponerse a prudente mo, hay otro dato significativo: la salida de la convertibilidad Y la
distancia del otro y, al mismo tiempo, reafirmarse en su estilo de devaluación redujeron la economía, perjudicando notoriamente
vida. Esta recuperación de la confianza es asimismo visible en la a los sectores más pobres y produciendo a la vez una mayor
consolidación de las grandes marcas de lujo, que dan cuenta del concentración de la riqueza en los sectores más altos. Semejante
aumento del consumo ostentatorio en ciertas zonas de la Capital, nivel de desigualdad -concluye este informe- representa un triste
donde residen las clases más acomodadas. Muchos de estos récord: todos los sectores -tanto los más pobres como las franjas
negocios que abarcan los rubros de vestimenta, automóviles, vi- medias bajas y altas, que suman el 90% de la población- perdie-
nos y joyerías, cuentan no sólo con seguridad privada sino con ron. Todos transfirieron ingresos al sector ubicado en la cúspide
acceso restringido. De igual modo, si hacemos referencia al actual de la pirámide.
repunte del mercado inmobiliario en la ciudad de Buenos Aires, Finalmente, la dinámica regresiva continúa. Con ello, la brecha

éste comprende sobre todo los "proyectos de lujo". Un releva-
miento reciente indica que existe una explosión inmobiliaria que
abierta en los '90, cuyas consecuencias más notorias fueron la frag-
mentación social y la segregación espacial, encuentra hoy su '•
111

se está dando en un pequeño radio de 44 manzanas, situadas vuelta de tuerca, es decir, se reafirma y termina por consolidarse.
entre Barrio Norte y Palermo, donde hoy hay 14 edificios lujosos
en construcción (Clarín, 11/01/2004, Informe Mercado Inmobilia-
rio). También encontró un nuevo impulso el alquiJer de oficinas ti-
po A (las más selectas) destinadas a empresas, las que, en térmi-
nos de ocupación, recobraron los niveles previos a la devaluación.
Estos indicadores sirven para ilustrar, pues, la recuperación
de la seguridad de clase en un contexto de crecimiento econó-
mico y, a la vez, de aumento de las desigualdades. En efecto, la
contracara de esta realidad puede ser ejemplificada con el dato, •
conocido hace unos meses, que revela que Argentina tiene hoy la
peor distribución de la riqueza de los últimos 30 años (Consulto-
ra Equis, A. López: 2004). Lejos estamos de aquellos índices que
en 1974 nos colocaban al mismo nivel que ciertos países euro-
peos. Los datos de diciembre de 2003 indican para todo el país
que el10% más rico se queda con el38% de la riqueza nacional
y gana 31 más veces que el10% más pobre. Esta brecha se ahon-
da si hacemos referencia al Conurbano Bonaerense, donde el10%
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EPÍLOGO de Jos predios fortificados, quienes tendieron a exacerbar sus
temores pese a Jos altos muros y las multiplicadas vigilancias.
LA (IN)SEGURIDAD En segundo Jugar, la experiencia de la crisis fue de un nivel tal
EN EL OJO DE LA TORMENTA de radicalidad que puso al desnudo y frente a toda la sociedad,
el alcance de la mutación llevada a cabo durante los '90. Más
aun, trajo la sospecha de que, más allá del ingreso a un perío-
do de cierta "normalidad institucional", visible a partir de 2003,
la crisis había terminado por instalar una nueva lógica social
que mostraba abiertamente las consecuencias perversas de di-
cha mutación.
Seamos claros. Hace tiempo ya que Argentina es un país
marcado por la fragmentación social y la segregación, en cuyo
interior coexisten numerosas y disímiles sociedades, con moda-
lidades de regulación y recursos profundamente desiguales. Sin
embargo, durante los '90, no fueron pocos Jos actores sociales que
trataron de minimizar los efectos negativos de estas grandes trans-
formaciones, a partir de un discurso centrado en las supuestas
bondades del modelo neoliberal (estabilidad, modernización, pri-
vatización). El Estado sufrió una reducción drástica en su rol
~a crisis generalizada abierta en diciembre de 2001 im r· . d como productor de la cohesión social, visible en la privatización
hzamie t · P 1co un es- de bienes y servicios básicos que afectó la calidad de la salud, la
h n n o lm~ortante: el_ pa~~je a un nuevo umbral cargado de
b o das y amblv~Jentes significaciones sociales y políticas, visi- educación y la seguridad. Así, con el correr de los años, la pérdi-
res en 1~ ce~trahdad que adquirieron las demandas de seguridad da de recursos y competencias del Estado, sumado al cuadro de
Y las asplracl~~es de igualdad. Cerraremos este libro, entonces, desindustrialización y desempleo, trajo aparejado, entre otras
con una _refl~x~~~ en dos movimientos, acerca del entrecruzamien- cosas, el aumento de la violencia social y la experiencia de la in-
to y la dlsoclaclon de estos valores y demand seguridad ciudadana.
Argentina de hoy. as presentes en la La crisis abierta en 2001 puso al desnudo el carácter virulento
1) En prime~ lugar, la crisis y el agravamiento de la miseria co- que estas formas de la violencia social podían adoptar. Uno de sus
locaron_a la socl_e_dad toda en una suerte de gran tembladeral, que rasgos más particulares es que ésta puede presentarse como fuer-
ace~t.uo la fra~lhdad de_las situaciones Y la inestabilidad de las za vertiginosa y fluctuante, capaz de atravesar, aunque sea por un
p_oslclones s~clale~. Nadie pareció estar exento de las consecuen- breve instante (una ráfaga, un movimiento "express") cualquier
Cias de esta mflexlón, ni siquiera los "afortunados" habitantes frontera social. El corolario de ello ha sido que la seguridad se con-

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virtió, más que nunca, en el bien más preciado de gran parte de la
sociedad argentina. ma. Sin embargo, no es menos cierto que entre uno y otro extre-
Este cambio de umbral tuvo claras consecuencias sobre las mo se insertan los barrios enrejados, donde reside~ las clases
urbanizaciones privadas. Hasta antes de la crisis, el anhelo de medias y medias-bajas, cuya tendencia al acantonamiento defen-
comunidad había tenido dos tópicos recurrentes: por un lado, el y
sivo es visible en las cada vez más altas reja~ pa~edones,
estilo de vida remitía a las imágenes bucólicas que alternaban la acompañados, en algunos casos, de garitas ?e_v1g1lanc1a. .
evocación del verde con la onda new age; por otro lado, aludía La desigualdad fue de este modo mult1pllca~do sus regl~­
al ideal de la microcomunidad perfectamente regulada, materia- tros. Convertida en un valor de cambio, la segundad se consti-
lizada en reglamentos obsesivos que los propios residentes se em- tuyó en un bien caro y preciado, cuya sola posesió~ marca_ fuertes
peñaban en transgredir. Sin embargo, luego de 2001, quedó claro fronteras sociales y, más aun, diferentes categonas de Ciudada-
q_ue la ~topí~ de ~ste_ nuevo estilo de vida no es otra que la segu- nía. Así, los residentes de countries y barrios privados representan
r~dad sm mas. Mas Simple, los contenidos reales de estas aspira- el triunfo de un modelo de ciudadanía restringi~o, de cort~ pa-
Clones comunitarias no tienen que ver con una definición de "lo trimonialista, montado, por un lado, sobre la f1g~ra del CIUda-
bueno", sino con la necesidad de protegerse ante "lo peor". Esta- dano contribuyente, y por el otro, sobre la exigencia de auto~,re­
mos, pues, ante lo que Beck denomina una "comunidad del miedo" gulación. Pero, como bien sostiene G. Améndola (:2000), s~
(:1998b}, cuyo objetivo es la seguridad concebida en un sentido autorregulan los que pueden. Y para los que no pueden, esta
puramente negativo y defensivo. el Estado." .
No por casualidad la seguridad privada se convirtió en los En otros términos, en el marco de un modelo de soc1edad que
últimos años en uno de los segmentos más exitosos del mercado ha mercantilizado el acceso a los bienes básicos -entre ellos 1~
del miedo. En la actualidad, sólo en la provincia de Buenos Aires seguridad- existe una amplia franja de la población que expen-
las agencias de seguridad privada (que pertenecen, en su ma- menta la disminución de su status ciudadano. Son_entonces aq~e­
yor_ía: a militares -conocidos represores algunos de ellos- y ex llos sectores sociales que, en su mayor parte, v1ven en bamos
pol1c1as} suman más de 700. Se estima que a nivel nacional esta- enrejados y, en menor medida, en los ghettos pobres, los que hoy
rían trabajando de custodios privados aproximadamente unos cien dirigen sus reclamos al. Estado. Dichas demandas, que han colo-
mil hombres, o sea "22 mil más que los que suman la policía cado la problemática de la (in)seguridad en el ojo de la tormenta,
Bonaerense Y Federal juntas" (Clarín, 10/09/2002}. Sólo sectores poseen un carácter legítimo, en tanto y en cuan~o r~claman al
de poder adquisitivo alto y muy pocos de clase media pueden Estado -actualmente vaciado de recursos y restnng_1do s:vera-
pagar los servicios de este verdadero "ejército paralelo". mente en sus competencias luego de 15 años de neohberallsm?-
La brecha urbana ilustra así la creciente fragmentación social, que asuma su función de garantizar la seguridad de maner~ m-
que en sus antípodas se manifiesta, por un lado, en las ciudade- tegra/ e igualitaria. Sin embargo, una vez dicho est_o, la realidad
las fortificadas que habitan las clases altas y medias-altas y, por el nos muestra que en la actualidad estos reclamos tienden a pre-
otro, en los ghettos pobres que cobijan a los excluidos del siste- sentar un carácter acotado y negativo, disociándose de una voca-
ción verdaderamente republicana.

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LA BRECHA URBANA 101
Dos hechos recientes pueden servirnos para ilustrar el avance
que hoy re~istra en el pais esta concepción negativa y defensiva cinos del barrio Parque Horizonte, situado en el sur de la ciudad
~e la segu~1dad y, al mismo tiempo, advertirnos acerca de su pe- de Córdoba, decidieron armarse "para defenderse de la ~elincuen­
l1gro. El Prrmero es el movimiento (y la persona) de Juan Carlos cia". La decisión fue tomada luego de que uno de los vec1nos fuera
Blumberg. Esta figura a quien algunos quisieron convertir en una gravemente herido en la vereda de su c~s.a ~or do~ personas
que intentaron robarle su automóvil. La notrcra 1mpa~to ?e tal ma-
suerte de fiscal de la república, pero que rápidamente se convirtió
en un intolerante defensor de polfticas de mano dura, encabeza :e
nera en la justicia que hasta el fiscal federal de la provmc1a
có a "pedirles cordura", afirmando que era un error Y que la gen-
acer-
marchas que, en el origen, eran muy ambivalentes, pues no sólo
repre~entab~n una visión punitiva o represiva de la justicia y la te no se puede armar en respuesta a una situación de violencia".
segundad, srno también una legítima demanda de ciudadanía, "Estamos sitiados", fue una de las respuestas que dio uno de
colocando el acento en la transparencia y el buen funcionamiento los vecinos consultados por un medio periodístico. Redo~lando
de las instituciones republicanas. la apuesta, los vecinos adelantaron que se estab~n orgamzando
. Sin embargo, como en otros países latinoamericanos (en Mé- "para hacer justicia por mano propia" y que, a~emas, estaba~ ev~­
XIco Y Paraguay hubo marchas similares), este nuevo movimiento luando "cerrar las calles con portones, como s1 fuera un barno pn-
que nuclea el reclamo de sectores medios y medios-altos perjudica- vado, y controlar a los que entran y salen" (La Nació~, 15/0~/200~).
dos por el aumento de la "inseguridad ciudadana", termina siendo Días más tarde, luego de que en una asamblea barrral el Jefe drs-
portador de una concepCión netamente represiva de la seguridad, trital de la policía se comprometiera a poner en marcha un nuevo
en _desmedro de una visión más integral. Estas marchas y convoca- operativo de seguridad, los vecinos decidieron tomarse un mes
torras, apoyadas e impulsadas por los grandes medios de comuni- para evaluar el plan propuesto (La Nación, 22/09/2004). .
cación Y que interpelan al Estado como responsable de la situa- Así, esta segunda historia nos advierte sobre el ~el1groso
ción de inseguridad, han generado una rápida respuesta de parte espacio que se abre cuando el Estado no puede garantrzar la se-
del poder político a través del endurecimiento de la legislación guridad a aquellos sectores que se encuentran ~xpuestos a las
penal Y de un importante programa de seguridad que dispone una eventuales amenazas que presenta la ciudad abrerta en un con-
mayor presencia policial en la vía pública, asi como una depuración texto de polarización social y aumento de las des_igu~ldades. En
de las fuerzas policiales, sobre todo en la conflictiva provincia de estos casos, pese a la tendencia creciente al enreJamre~to, suce-
Buenos Aires. De esta manera la evolución que han tenido las con- de que los sujetos quedan librados a la sola fuerza del mredo.
vocatorias Y reclamos de Juan Carlos Blumberg nos está indicando 2) En segundo lugar, la crisis no potenció solamente la estruc-
el alcance del giro realizado, al tiempo que nos anticipa algo acer- tura de temores e incertidumbre, visibles en la demanda_d~ segu-
ca de la ~uerza po.lítica que puede llegar a tener una concepción de ridad. El estallido del modelo de convertibilidad, en d1crembre
la segundad vac1ada de una verdadera aspiración republicana. de 2001, hizo posible también que vastos sectores sociales com-
El segundo hecho puede parecer anecdótico pero, en realidad, prendieran de golpe, como si fuera una revelación, que la brecha
resulta muy inquietante. El15 de septiembre de este año, los ve- social que se había abierto durante los '90 era profundam:~te
ilegítima. Este cuestionamiento, que trajo aparejada una crrt1ca

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LA BRECHA URBANA 103
radical de la globalización neoliberal en su versión vernácula, es- dichas políticas hoy se ven fortalecidas por la indiferencia Y apa-
tuvo en la base de la afinidad desarrollada entre las clases medias tía de los llamados sectores "progresistas", tanto como por las
que se movilizaron durante 2002 y las organizaciones de deso- limitaciones dogmáticas de ciertos sectores movilizados ligados
cupados que desde hacía años venían trabajando en sus barrios a los partidos de izquierda (Svampa: 2004). El horizonte se torna
en la recomposición de los lazos sociales. Lo particular aquí es que más oscuro si tenemos en cuenta que las respuestas del gobierno
durante 2002 -algunos dirán, apenas un flash-las clases medias actual más allá de los ampulosos discursos políticos, son también
movilizadas a través del cuestionamiento a la representación del parci~les y acotadas, en tanto y en cuanto suponen el m.anteni-
sistema institucional, expresaron un doble reclamo, portador tanto miento de un modelo socioeconómico que está en el ongen de
de un fuerte anhelo de igualdad como de una exigencia de verda- tales niveles de inseguridad y exclusión.
dera refundación de las instituciones republicanas. Pero en una En suma, los hechos más recientes parecen confirmar que la
sociedad donde se sacrificaron los derechos más elementales de demanda de seguridad, reducida a una concepción negativa V
las personas en nornbre de la salvación de una minoría, la apela- defensiva, terminó por imponerse por sobre cualquier anhelo
ción al igualitarismo apareció dotada de una nueva radicalidad, de igualdad.
Y trajo consigo la suspensión de todos los contratos (político, eco- Muchos pensarán que el legado de la crisis fue el caos, el
nómico, social). De igual modo, la demanda de recuperación del cataclismo. Pero eso significaría ver solamente una parte de la rea-
Estado, con el fin de reinventar desde abajo sus instituciones, lidad. La crisis fue también portadora de un anhelo de ciudadanía
pronto sufrió las tentativas de cooptación por parte del sistema e igualdad que planteó como demanda la necesidad de refundar
institucional, y terminó siendo objeto de una apropiación ilegíti- la sociedad, de pensar una nueva institucionalidad, sobre la base
ma por aquellos mismos partidos políticos -y aquellos dirigentes- de programas verdaderamente abiertos y de principios ~niver­
que fueron responsables de su vaciamiento. sales. Ese legado que afirma de manera contundente que mngu~a
Lo cierto es que muchos de los que habían salido a la calle, sociedad con aspiraciones de integración y de justicia soc1al
primero impulsados por una demanda de reparación, luego exi- puede construirse sobre la base de la exclusión de una parte de
giendo participación e igualdad, optaron por volver a replegarse ella nos está diciendo también que ningún nuevo contrato so-
en el espacio privado. Más aun, algunos podrán argüir que durante cial,puede ser realmente duradero si cuenta con una concepción
2003 la demanda de igualdad tendió a desdibujarse y deslegiti- de la seguridad que expulsa de su seno todo ideal de igualdad.
marse, en algunos casos a distorsionarse, pese al reclamo activo
de los actores más excluidos. En realidad, las responsabilidades
de su desdibujamiento remiten a una contienda política por de-
más compleja, en un escenario donde intervienen y se entrecru-
zan activamente el poder económico, sus voceros políticos y
mediáticos, y la política disciplinadora y represiva del gobierno
actual para con los sectores más desfavorecidos. Asimismo,

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www.ar.defensayseguridad.com Maristella Svampa es Licenciada en Filosofía por la Universidad


Nacional de Córdoba y Doctora en Sociología por la Escuela de
www.urbanizacion.com Altos Estudios en Ciencias Sociales (EHESS) de París. Es inves-
tigadora-docente en el Instituto de Ciencias de la Universidad
www.grupocountry.com Nacional de General Sarmiento e investigadora del Conicet. Es
profesora de posgrado sobre Teoría social contemporánea y Aná-
www.construirydecorar.com lisis de los movimientos sociales en ldaes y Flacso. En el año
2000 obtuvo la cátedra Simón Bolívar de la Universidad de París
Diarios La Nación, Clarín y Página/12. 111, Nouvelle-Sorbonne, del Instituto de Altos Estudios en Améri-
ca Latina.
Revistas Veintitrés, La Primera y Noticias. Ha publicado los siguientes libros: El dilema argentino, "Civi-
lización o Barbarie". De Sarmiento al revisionismo peronista (1994);
La Plaza Vacía. Las transformaciones del peronismo (1997, con D.
Martuccelli); Desde Abajo. La transformación de las identidades so-
ciales (2000, editora), Los que ganaron. La vida en Jos countries y
barrios privados (2001) y Entre la ruta y el barrio. La experiencia de
las organizaciones piqueteras (2003, con S. Pereyra).

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