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Fuerza Ion dipolo

Son las que se establecen entre un ión y una molécula polar. Presenta en la solvatación
cuando el NaCl se disuelve en agua por la atracción que existe entre los iones Na+ y Cl- y
los correspondientes polos con carga opuesta de la molécula de agua. Esta solvatación
de los iones es capaz de vencer las fuerzas que los mantienen juntos en el estado sólido.
La capa de agua de hidratación que se forma en torno a ciertas proteínas y que resulta
tan importante para su función.
Fuerza ion – Dipolo Inducido Tienen lugar entre un ion y una molécula apolar.
La proximidad del ion provoca una distorsión en la nube electrónica de la molécula apolar
que se convierte (de modo transitorio) en una molécula polarizada. En este momento se
produce una atracción entre el ion y la molécula polarizada.
Presenta en la interacción entre el ion Fe++ de la hemoglobina y la molécula de O2 , que
es apolar. Esta interacción es la que permite la unión reversible del O2 a la hemoglobina y
el transporte de O2 desde los pulmones hacia los tejidos

Este tipo de interacción se da entre un ion y una sustancia que tenga un momento dipolar
permanente.

Un ejemplo es cuando se disuelve cloruro de sodio en agua. Recordemos que el modelo


que explica las propiedades del NaCl es el de interacción iónica; y el agua presenta un
momento dipolar permanente.
FUERZA DE DISPERSIÓN

Las fuerzas de dispersión, también conocidas como fuerzas de dispersión de


London, en honor al científico Fritz London, son unas fuerzas de tipo
intermolecular. Dichas fuerzas tienen lugar entre moléculas de tipo no polar, donde
pueden encontrarse dipolos.
Cuando se representan los orbitales de átomos y moléculas, la distribución de los
electrones, es decir, la densidad electrónica, es el valor promediado en el tiempo.
Lo que da origen a la atracción entre moléculas vecinas son las oscilaciones
respecto a dicho valor promediado en el tiempo. Los átomos de los gases nobles
nos proporcionan el ejemplo más sencillo. En promedio, la densidad electrónica
debería ser esféricamente simétrica alrededor del núcleo atómico. Sin embargo, la
gran parte del tiempo, los electrones tienen una distribución asimétrica; en
consecuencia, de esto, una parte del átomo tiene una densidad electrónica mayor
y en otra la densidad electrónica es menor.
El lado o extremo en el que el núcleo se encuentra parcialmente expuesto es
ligeramente más positivo (δ+), y el extremo hacia el que la densidad electrónica se
ha desplazado tiene una carga parcial negativa (δ-). Dicha separación de cargas
se conoce como dipolo temporal. El núcleo parcialmente expuesto de un átomo
atrae densidad electrónica de un átomo vecino y es este dipolo inducido entre las
moléculas lo que representa la fuerza de dispersión entre los átomos y las
moléculas. Sin embargo, un instante después la densidad electrónica ya se ha
desplazado, y las cargas parciales que causan la atracción se han cambiado.

La intensidad de la fuerza de dispersión depende de cierto número de factores.


Sin embargo, dar un enfoque cualitativo y predictivo debe considerar que las
fuerzas de dispersión se relacionan con el número de electrones que se
encuentren en el átomo o en la molécula. Así, bajo dicha base, es el número de
electrones el que determinará la facilidad con la que se puede polarizar la
densidad del electrón y a mayor polarización, son más intensas las fuerzas de
dispersión. A su vez, la intensidad de estas fuerzas intermoleculares determina el
punto de fusión y el punto de ebullición de la sustancia: cuando más intensas son
las fuerzas intermoleculares, más altos son los puntos de fusión y de ebullición.

Ejemplos
En la vida diaria hay innumerables ejemplos de las fuerzas de dispersión de
London sin necesidad de aventurarse, en primera instancia, al mundo
microscópico.

Uno de los ejemplos más comunes y sorprendentes, se encuentra en las patas de


los reptiles conocidos como lagartos y en muchos insectos (también en
Spiderman).

En sus patas tienen unas almohadillas de las cuales sobresalen miles de


pequeños filamentos. En la imagen puede apreciarse una lagartija posando sobre
la pendiente de una roca. Para lograrlo, hace uso de las fuerzas intermoleculares
entre la roca y los filamentos de sus patas.
Cada uno de esos filamentos interacciona débilmente con la superficie por la que
escala el pequeño réptil, pero dado que son miles de ellos, ejercen una fuerza
proporcional al área de sus patas, lo suficientemente fuertes para que
permanezcan adheridas y puedan escalar. Las lagartijas también son capaces de
escalar superficies lisas y perfectas como las de los cristales.

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