Está en la página 1de 2

Realizado por: Liliana Paulina Lara Moreno

Eugenio de Santa Cruz y Espejo

Eugenio espejo, nació en Quito, el 21 de febrero de 1947. Sus padres lo llamaron Luis Chusig cuyo
significado en lengua quichua es “lechuza”. Más tarde toma el nombre de Eugenio de Santa Cruz y Espejo.
Su padre fue Luis Santa Cruz y Espejo; y su madre fue Catalina Aldaz. De descendencia indígena por su
padre y mulata por su madre.

Sus estudios los realizó con los padres Dominicos y luego con los padres Jesuitas, antes de su expulsión
por parte de Carlos III. Se graduó como maestro en la Universidad de San Gregorio el 8 de junio de 1762.

La experimentación y el raciocinio fueron dos pilares de su pensamiento. Se inquietó por la filosofía y


luego de muchos estudios se graduó de maestro de filosofía. Con la lectura aprendió varios idiomas, entre
ellos el francés, el latín y el griego, y su querencia máxima: la literatura.

Fue director de la primera biblioteca pública de Quito, a raíz de la expulsión de los jesuitas de España y de
Ultramar en 1767, que constaba de 40 mil volúmenes.

Ingresó a la facultad de medicina en la Universidad de San Fernando, donde se graduó como medicó en
1767, luego de lo cual realizó varias investigaciones y estudios sobre la viruela. Escribió el periódico
“Primicias de la Cultura de Quito”, el 5 de enero de 1792, que tuvo 7 ediciones.

Otro de sus escritos fue “El Nuevo Luciano”, un diálogo entre dos personajes, donde Eugenio Espejo critica
el sistema de enseñanza de la oratoria como el “causante de que ignorásemos verdaderamente el alma
de la poesía, que consiste en la naturalidad, moderación y hermosura de imágenes vivas y afectos bien
explicados” (Espejo 1981: 19)

Critica el modelo educativo de los padres Jesuitas, pero no está en contra de la Iglesia, pues es bien sabido
que fue un ferviente católico, devoto de la Santísima Virgen.

Criticaba también la selección de saberes y el modo de transmitirlos y lo que podríamos llamar su función
social, en lenguaje de la época, su “utilidad para la república”.

Juzga el sistema educativo de la época, donde según Espejo, se perdía el tiempo aprendiendo lenguas
muertas como el latín y el griego que no son útiles para la vida, en lugar de aprender lenguas modernas
como el francés y el italiano.
Refiriéndose a la enseñanza de la historia y la geografía, criticaba el hecho de que no se las enseñaba con
el propósito de conocer nuestra historia y ampliar nuestro conocimiento, sino únicamente con el fin de
que se conozcan los nombres de ríos, regiones o lugares para poder insertarlos en sus poemas, no existía
una correcta información y no se guardaba un esquema temporal. Sólo se enseñaba lo que para ellos se
debía conocer.

Referencia:

• Fernández C. (2014). El Nuevo Luciano de Eugenio de Santa Cruz y Espejo. Un diálogo americano
sobre el estilo oratorio y la educación. Recuperado de:
file:///C:/Users/user/AppData/Local/Temp/El_Nuevo_Luciano_de_Eugenio_de_Santa_Cru.pdf
• Diario El comercio (6 de enero del 2015). Espejo, prototipo de la Ilustración, teórico de la
educación. Recuperado de: https://www.elcomercio.com/blogs/la-silla-vacia/espejo-prototipo-
ilustracion-teorico-educacion.html

También podría gustarte