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Matrimonio y familia
HUMANAE VITAE
La ley natural iluminada y enriquecida por la Revelación divina son los principios
de la doctrina moral sobre el matrimonio. Limitar el problema de la natalidad a
perspectivas parciales de orden biológico, psicológico, demográfico o sociológico
no sería correcto, sino que hay que considerarlo a la luz de una visión integral del
hombre y su vocación natural, terrena, sobrenatural y eterna.
Esta doctrina fundada sobre la inseparable conexión que Dios ha querido y que el
hombre no puede romper, entre el significado unitivo y el significado procreador
del acto conyugal. Salvaguardar ambos aspectos esenciales, unitivo y procreador,
es así el acto conyugal conserva íntegro el sentido del amor mutuo y verdadero, y
su ordenación a la altísima vocación del hombre a la paternidad.
No es un verdadero acto de amor en las relaciones entre los esposos con recto
orden moral el acto conyugal impuesto al cónyuge sin considerar su situación
actual y sus legítimos deseos. Usar del don divino de la transmisión de la vida
destruyendo su significado y su finalidad, aunque sea parcialmente, es contradecir
el plan de Dios y su voluntad. Usufructuar el don del amor conyugal respetando las
leyes del proceso generador significa reconocerse no árbitros de las fuentes de la
vida humana, sino más bien administradores del plan establecido por el Creador.
La vida humana es sagrada, desde su comienzo compromete directamente la
acción creadora de Dios.
Estas enseñanzas, no serán quizá fácilmente aceptadas por todos, pues la Iglesia
es “signo de contradicción”, pero no deja por esto de proclamar con humilde
firmeza toda la ley moral, natural y evangélica como su depositaria e intérprete.
Defendiendo la moral conyugal en su integridad, la Iglesia, defiende la dignidad de
los cónyuges, mostrándose amiga sincera y desinteresada de todos los hombres a
quienes quiere ayudar desde su camino terreno a participar como hijos a la vida
del Dios vivo, Padre de todos los hombres.
verdadera felicidad más que en el respeto de las leyes grabadas por Dios en su
naturaleza.