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Historia[editar]

Se considera generalmente que el neoclasicismo se inicia con una obra


de Stravinsky, Pulcinella (con referencias a Pergolesi, 1920), y obras sucesivas, como en
el Concierto para piano e instrumentos de viento (con referencias a Bach, Händel y Scarlatti,
1924), la Sonata para piano (con referencias a Bach, 1924), la Serenata en La para piano (con
referencias que van desde Scarlatti a Debussy, 1925), el Capriccio para piano y orchestra (con
referencias a Weber, 1929), el Concierto Dumbarton Oaks (con referencias a Bach,
1938), The Rake's Progress (con referencias a Mozart, 1951), Perséphone (con referencias
a Gluck, 1934), El beso del hada (con referencias a Chaikovski, 1928), Oedipus Rex (con
referencias que van desde Händel a Verdi, 1927), Apollon (con referencias a Lully, 1928), Jeu
de cartes (con referencias a Rossini, 1937) y que se cerrará con los Requiem Canticles, obra
en que las referencias son al propio dodecafonismo, y que muchos consideran como una obra
puramente tal.
Muchos músicos en esos años escribieron obras que podrían considerarse adscritas a esta
tendencia. Prokofiev, por ejemplo, en 1918 ya había compuesto un antecedente claro,
la Sinfónica clásica. Ravel firma obras de difícil adscripción estilística, siempre entre el
impresionismo y el neoclasicismo, su vinculación no obstante con esta última estética es
especialmente expresa en "Le tombeau de Couperin", "Valses nobles y sentimentales", "La
Valse" y sus 2 conciertos para piano.
En Francia, por esos años, el Grupo de los Seis está en actividad y tres de sus
integrantes, Francis Poulenc, Arthur Honegger y Darius Milhaud puede considerarse que
componen obras neoclásicas. También lo hacen Henri Sauguet y Charles Koechlin. El
neoclasicismo gozaría de una amplia presencia en Italia, donde encontramos a Alfredo
Casella, Gian Francesco Malipiero, Ildebrando Pizzetti o Giorgio Federico Ghedini.
En España, las obra más características de esta tendencia serán de Manuel de Falla: El
retablo de maese Pedro y el Concierto para clave y cinco instrumentos. Luego, la generación
del 27 le seguirá. Ernesto Halffter con la Sinfonietta (1927), su hermano Rodolfo, con el
ballet Don Lindo de Almeria y las Sonatas del Escorial, y Gustavo Pittaluga y Salvador
Bacarisse.
Otro de los compositores tradicionalmente considerado neoclásico es Hindemith, que se fija al
inicio sobre todo en el barroco. Obras suyas como das marienleben o la serie de
los Kammermusik irán evolucionando hasta su obra maestra Matías el pintor.

Análisis musicológico[editar]
Según la musicología actual, el término "música clásica" se refiere únicamente a la música
del clasicismo (1750-1803 aprox.), inspirada en los cánones estéticos grecorromanos de
equilibrio en la forma y moderación en la dinámica y la armonía...
Comúnmente se llama "música clásica" al tipo de música que se contrapone a la música
popular y a la folclórica. Esto puede comprobarse en los medios de comunicación, en las
revistas de divulgación musical y los folletos que acompañan a los CD de música académica.
Para definir ese tipo de música que se relaciona con los estudios
en conservatorios y universidades, los musicólogos prefieren el término "música académica".
Como los antiguos griegos y romanos no pudieron inventar maneras de conservar la música
(mediante soportes gráficos como partituras o soportes sonoros como grabadores), el
neoclasicismo de los siglos XVIII y XIX como resurgimiento de las
artes clásicas grecorromanas (arquitectura, escultura, pintura) no alcanzó a la música. De
todos modos los músicos de fines del siglo XVIII, influenciados sin duda por el arte y la
ideología de la época, trataron de generar un estilo de música inspirado en los cánones
estéticos grecorromanos:

 notable maestría de la forma,


 moderación en el uso de los artificios técnicos (en el barroco, el contrapunto y
la armonía habían llegado a un punto que el público consideraba extravagante),
 suma reserva en la expresión emocional.

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