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TERAPEUTICA Y MANEJO INTEGRADO DE PLAGAS

MANEJO INTEGRADO DE MALEZAS

DR. SERGIO DE OLIVEIRA PROCÓPIO


M.Sc. JESUS JUARES DE OLIVIERA PINTO
Dra. MARIANE D'ÁVILA ROSENTHAL
TERAPEUTICA Y MANEJO INTEGRADO DE PLAGAS

1. INTRODUCCIÓN
El origen del ser humano, la práctica y el ejercicio de la agricultura son cronológicamente
coincidentes, según Deuber (1992), en el inicio de la existencia era todo considerado bien
diferente, donde había un jardín, al cual eran aplicadas todas las formas de cuidado y cultivo
y eran actividades agradables al hombre. En consecuencia de la caída bíblica del hombre las
cosas se alteraron en términos armónicos, donde el cultivar la tierra para el hombre pasó a
ser un trabajo arduo y difícil. En ese contexto es que entran las plantas invasoras o malezas,
comentadas como estructuras vegetales con espinos, tóxicas, incómodas e indeseables.

La ciencia denominada de Herbología o malherbología trata del estudio de las “malezas”, u


organismos vegetales que causan interferencia económica con las actividades humanas,
involucrando una estructura multidisciplinar, que se basa en el estudio y control de las
mismas.

Debido a la rápida evolución y a la complejidad de esta ciencia, se volvió difícil de conceptuar


adecuadamente el término que se utiliza como “malezas”.

Los conceptos actuales de plantas invasoras o malezas se basan en la relación “de no


deseables” establecida entre la ocurrencia de esa especie vegetal y las actividades agrícolas
desempeñadas por la acción del hombre moderno. Esto reporta el hecho de que
momentáneamente podría ocasionar una interferencia negativa sobre los objetivos humanos,
pero por otro ángulo de raciocinio lógico, puede ser analizado y observado como útil, o así
mismo de naturaleza promisoria, revelándose no como un organismo concurrente, de manera
temporal y espacial, pero su control como una alternativa proveedora/adicionadora de valor
económico a actividades exploratorias agrícolas.

Las malezas pueden tornarse importantes y potenciales hospederas para plagas,


enfermedades y nematodos que atacan los cultivos. Algunas especies pueden interferir en la
cosecha manual o mecánica, dificultando las operaciones de secado y beneficiamiento de
granos y semillas, también aumentando los costos operacionales de limpieza de los granos,
semillas y fibras. Esa sumatoria de interferencias, puede ocasionar pérdidas en las
producciones de los campos y aumento de los costos, y determinadas especies de malezas,
cuando presentes pueden todavía, reducir el valor de las propiedades agrícolas. En fin, esas
plantas indeseables, necesitan del empleo de diversas técnicas en su manejo.

Varios sinónimos son utilizados en la tentativa de denominar o caracterizar textualmente una


“maleza”. Entre estos sinónimos, los términos utilizados con mayor frecuencia en las referencias
bibliográficas, incluyen expresiones como, hierbas dañinas, plantas dañinas, especies
invasoras, plantas invasoras, malezas, plantas silvestres, hierbas o plantas indeseables.

Se hace importante reforzar el concepto de que maleza puede ser una planta aislada o una
población, con dependencia directa del tipo de daño que está siendo originado o el simple
hecho de ser en aquel determinado sitio y momento, estructuras vegetales consideradas
inconvenientes.

Algunos autores todavía recalcan que la utilización de la expresión “hierbas dañinas” puede
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estar siendo utilizada de forma equivocada, una vez que alrededor de 20% de esas especies
no son de naturaleza herbácea, siendo entonces caracterizadas botánicamente como
arbustivas o hasta arbóreas.

La extensa área geográfica continental de Brasil, proporciona una regionalización de


denominaciones y asociación de términos para definir a la misma estructura u organismo
vegetal. Para que sea evitada o minimizada la utilización de términos que se refieren a cosas
ambiguas, la más correcta, entretanto no tan rápida manera de identificar una maleza,
consiste en la utilización de características morfo-fisiológicas, uso de claves analíticas e
ilustraciones especializadas, y se referir a la maleza por su denominación por su especie y su
nombre científico. No debe ser olvidado que trabajamos con poblaciones de plantas y no con
cultivos que presentan sus descriptores morfológicos, estables, homogéneos y definidos.
Alteraciones fenotípicas, así como variaciones en el ciclo de los cultivos, también deberán ser
consideradas. Con esto seguramente estaremos evitando distorsiones entre formas de
control.

Surge entonces en este contexto dentro de la amplia conceptuación de malezas, la necesidad


de subdividir términos, o quién sabe, hasta proporcionar maneras de agrupar por
características específicas, las malezas dentro de la realidad del sector agropecuario y
urbano.

Vargas & Roman (2000), presentan como características que refuerzan el carácter de una
"maleza”, el hecho de que aún en ambientes adversos al desarrollo vegetal, presentan rápida
germinación y crecimiento inicial, sistema radical abundante, gran capacidad de extraer
nutrientes y agua del suelo, alta eficiencia en la utilización de agua y gran producción y
diseminación de propágulos.

Las menciones más frecuentes utilizadas por los investigadores que trabajan directamente
con esos estudios involucran las relaciones causales responsables por generar perjuicios
directos o indirectos, destacando entre ellos perjuicios de orden cualitativa y cuantitativa
sobre granos y semillas, originados por la competencia establecida entre la maleza y el
cultivo implantado en una determinada área o localidad, por factores clasificados de acuerdo
con su naturaleza en bióticos y abióticos, como por ejemplo, agua, luz, CO2, nutrientes y
espacio físico.

La sub-división por caracterización de las malezas en verdaderas y comunes proporciona la


aclaración de dudas conceptuales. Clasificar malezas como verdaderas significa decir que
presentas determinadas características que les asegura la categoría de infestantes. Por su
vez, comunes serian entonces aquellas malezas que no poseen la habilidad de establecerse
y sobrevivir en condiciones adversas. Pertenecen a otras especies cultivadas que no la
actualmente implantada, siendo por su vez remanecientes del cultivo anterior realizado en la
misma área geográfica.

Otros criterios también pueden y deben ser utilizados para clasificar las malezas. Uno de
esos factores consiste en la duración del ciclo vegetativo, donde las malezas pueden ser
clasificadas en anuales, bianuales o perennes. Sumado a esta idea podremos clasificar las
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malezas de acuerdo con sus características botánicas, a través de variaciones en la


estructura foliar, observadas en la forma y tamaño, clasificándolas en hoja estrecha y hoja
larga.

2. CARACTERÍSTICAS DE LAS MALEZAS


- Elevada capacidad de producción de propágulos y mecanismos alternativos de
reproducción
Determinadas especies invasoras pueden valerse de más de una forma para garantizar la
perpetuación. Una de las formas de garantizar su perpetuación es produciendo un elevado
número de semillas (vía seminífera), que bajo condiciones favorables de germinación
establecen una comunidad de plántulas, evolucionando posteriormente a una extensión de
áreas formadas por plantas adaptadas a la condición local. De otra forma, la comunidad de
plantas puede evolucionar diseminándose a través de estructuras vegetativas como
tubérculos, bulbos, estolones y rizomas interligados o no, que podrán estar localizadas tanto
en la superficie, cuantos en diferentes profundidades del suelo.

En campos de arroz, según Amaral y Pinto (2003), varias especies de malezas,


pertenecientes al género Cyperus, popularmente conocidas por junquillos, son encontradas
causando expresivos perjuicios en la producción comercial de arroz. Estos autores describen
que, por ejemplo, la especie Cyperus esculentus, se multiplica predominantemente por
tubérculos, que presentan grande capacidad reproductiva, donde un único tubérculo puede
originar hasta 1.000 nuevos tubérculos en apenas una zafra. La especie Cyperus difformis
por su vez, según estos autores es rizomatosa, y la especie Cyperus iria se multiplica
exclusivamente por semillas.

Figura 1. Cyperus flavus (Vahl) Ness. Figura 2. Cyperus esculentus L. Figura 3. Cyperus esculentus.

- Desuniformidad del proceso germinativo y capacidad de germinar y emerger a


diferentes profundidades
La existencia de un único período de germinación, según Oliveira Junior & Constantim
(2001), facilitaría mucho el control de las malezas. La presencia de dormancia en las semillas
de las malezas, en nivel fisiológico o estructural, asegura la perpetuación de la especie en
escala temporal (mecanismos de dormancia) y espacial (distribución a lo largo del perfil del
suelo), brindando garantías de escalonamiento del proceso germinativo, garantizando la
perpetuación de la especie, e impidiendo que las semillas que constituyen el reservorio
natural de semillas del suelo, denominado de banco de semillas del suelo (BSS), pierdan su
viabilidad.
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Amaral & Pinto (2003) describen que las semillas de arroz dañino - rojo y negro- (Oryza
sativa L), presentes en las áreas de cultivo de arroz comercial presentan el mismo ciclo o son
ligeramente más precoces que los cultivos más representativos de cada región productora. El
grado elevado de dormancia que puede mantener viables las semillas por varios años junto al
suelo y el desgrane natural, son factores que contribuyen decisivamente para la infestación
creciente en cultivos subsecuentes en la misma área.

Bienech-Arnold et al. (2000) dicen que la dormancia es un atributo común para muchas
poblaciones de malezas y el número de plántulas establecidas está relacionado directamente
con la dormancia de sus semillas. Entretanto, el tiempo de emergencia de las malezas con
relación a la emergencia del cultivo, también depende de la dinámica de la dormancia de la
población de malezas y la pérdida natural de la dormancia no debe ser confundida con la
germinación de la semilla, pues son procesos diferentes desarrollados durante el proceso de
maduración fisiológica, concomitantemente (Bewley & Black, 1994), pero siendo capaces de
ser pronosticados separadamente (Bienech-Arnold et al., 2000).

Eira & Caldas (2000) conceptúan dormancia como un estado fisiológico en el cual la
germinación es bloqueada por un mecanismo que puede estar relacionado a la propia
semilla, en oposición a la falta de germinación debido a las condiciones ambientales
inadecuadas, pudiendo ser inducida por efectos ambientales y/o maternas durante el
desarrollo o después de la dispersión, y consiste en diversos mecanismos diferentes, que
paralizan el desarrollo en cualquier etapa necesaria para la germinación, como por ejemplo,
imbibición, activación del metabolismo y crecimiento visible. Braccini (2001) relata que el
fenómeno de la dormancia consiste en un método de manutención del BSS (Banco de
Semillas en el Suelo), y como método de distribución de la germinación en el tiempo, y que
contribuye decisivamente para la longevidad de las especies de malezas propagadas por
semillas. De esta forma, se vuelve prácticamente imposible la erradicación total de esas
plantas de una área de cultivo, en virtud de la dormancia presentada por ciertas especies de
invasoras, lo que según Eira & Caldas (2000), reflejan la importancia ecológica de la
dormancia basada principalmente, en el bloqueo de la germinación cuando las condiciones
ambientales son adecuadas para la germinación, pero las perspectivas de futuro
establecimiento y crecimiento de las plántulas no son promisorias.

Se puede básicamente hacer referencia a dos tipos básicos de dormancia en semillas:


dormancia exógena (física, química y mecánica) refiriéndose a la dormancia impuesta por
factores relacionados al tegumento y dormancia endógena (morfológica y fisiológica)
referentes a la inhibición del proceso germinativo, impuesta por condiciones inherentes a los
embriones. Se puede destacar que muchas veces las semillas no presentan la capacidad de
germinar debido a que se presentan no aptas al desencadenamiento del proceso germinativo
debido a la presencia de dormancia del tipo morfológica, o sea, por la presencia de
embriones inmaturos o no diferenciados después de haber perdido el contacto físico con la
planta progenitora, post-madurez fisiológica. Se puede todavía hacer referencia a la
dormancia impuesta por caracteres físicos, como por ejemplo, presencia de tegumento
impermeable a la penetración de gases o agua, elemento activador del proceso germinativo.
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Se entiende por dormancia química aquél tipo donde el tegumento presenta substancias
solubles en agua, que impiden el crecimiento vegetal, denominados inhibidores, siendo
necesaria la eliminación de eses elementos para que se desencadene el proceso
germinativo. Dormancia fisiológica por su vez, se refiere a la inhibición del proceso
germinativo debido a bloqueos metabólicos en el embrión, reforzado por la baja
permeabilidad del tegumento interno a gases, incidencia de altas o bajas temperaturas,
reguladores de crecimiento y luz.

Es de suma importancia el reconocimiento técnico de la diferencia que existe entre los


términos fisiológicos, dormancia y quiescencia. El término quiescencia se refiere al
mantenimiento de la semilla en el proceso de reposo fisiológico, debido a la ausencia de
condiciones favorables al desencadenamiento del proceso germinativo, siendo una
importante estrategia alternativa para la manutención de la viabilidad (Murdoch & Ellis, 2000).
Bajo distintas profundidades, los propágulos pueden permanecer en la forma quiescente
hasta retornar las condiciones favorables al desencadenamiento del proceso germinativo.
Algunos hechos correspondientes a la preparación del suelo pueden favorecer
extremamente, según Amaral & Pinto (2003), la diseminación de los propágulos tanto en el
sentido vertical como horizontal. El hecho de que una única planta-madre puede originar una
gran cantidad de tubérculos, como por ejemplo, la especie Cyperus. esculentus L., y una vez
que sean separados de la planta progenitora por la acción de fraccionamiento físico por una
operación de arado y de rastra, tendrían multiplicación instantánea en progresión geométrica,
y una vez rota la característica de dormancia en estos tubérculos, barrera fisiológica a la
acción del herbicida, aún con la muerte de la planta-madre, estaría asegurada la
perpetuación de la especie, por la activación de nuevas estructuras propagativas.

- Habilidad competitiva
Las plantas inicialmente de carácter silvestre, fueron mejoradas genéticamente a través de la
acción humana, con el objetivo de aumento de productividad, promoviendo entonces la
pérdida de la agresividad natural, y consecuentemente la capacidad de sobrevivir y competir
frente a las adversidades impuestas, en sus más distintos niveles. Como consecuencia de
eso, las malezas presentan mayor capacidad de extracción y provecho de los recursos
ambientales cuando comparadas a las especies cultivadas.

La competencia por recursos limitados o no de manera directa o indirecta, ocasionada por la


presencia de la comunidad de malezas y los cultivos implantados puede ser descrita de dos
maneras, en competencia del tipo espacial, al cual es generada por la dominancia física de
una especie sobre las otras, simultáneamente y todavía una segunda clasificación que
podríamos denominar como competencia temporal, que viene de la competencia a lo largo
del período en que los cultivos se encuentran en desarrollo. Ecológicamente, Gazziero et
al. (2001), hacen referencia a que las malezas verdaderas son menos exigentes en los
factores de crecimiento con relación a las plantas cultivadas, lo que les confiere grande
capacidad de competencia.

Vargas & Roman (2000) dicen que las plantas que emergen y se establecen primero en una
área, tienden a llevar ventaja en relación a la competencia. Estos autores también apuntan a
que la competencia que se establece entre las malezas y las plantas cultivadas como, por
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ejemplo, en el cultivo de la soya, es considerada importante principalmente en los estadios


iniciales de desarrollo de los cultivos, por ocasionar posibles pérdidas en la producción, que
pueden ser en algunos casos superiores al 80% o aún, en casos extremos, tornar inviable la
operación de cosecha.

- Viabilidad de los propágulos en condiciones desfavorables


Esta condición hace referencia, por ejemplo, a la supervivencia o almacenamiento de la
especie en ambientes o situaciones en que condiciones adversas de pH, salinidad, déficit o
exceso hídrico no alteran o impiden que propágulos se mantengan viables por períodos
indeterminados de tiempo, garantizando la perpetuación natural de la especie. Esto se debe
al hecho de que para que la especie sea perpetuada es necesario mantenerse bajo la forma
quiescente, hasta que se vuelva a repetir condiciones ambientales favorables, como por
ejemplo la suplementación o provisión satisfactoria de luz, agua o pH favorable.

- Facilidad de diseminación de los propágulos


Según Oliveira Jr. & Constantim (2001) se trata de una importante y potencial característica,
por el hecho de que podrá ocurrir tanto por medios propios como por el auxilio de agentes
externos. Agentes naturales como viento (diseminación anemocora), agua (diseminación
hidrocora), animales (diseminación zoocora) y el hombre (diseminación antropocora), se
encargan de conducir propágulos hasta áreas donde no se encuentran representadas las
plantas progenitoras, caracterizándose, por lo tanto como introducción en áreas inicialmente
exentas, o aún colaborando con incremento en las áreas donde su presencia ya está
caracterizada.

El hecho de que sean introducidas podrá ser todavía de carácter voluntario por la acción del
hombre, cuando introduce en áreas exentas de la especie, propágulos viables que
contaminan por la introducción o manejo de áreas de pastero, lo que afecta el carácter
positivo de incremento económico. Cuando es de naturaleza involuntaria, por su vez, se
refiere a la depreciación de áreas agrícolas, respondiendo por lo tanto como factor de
reducción del valor económico.

Figura 4. Semillas de Sonchus oleraceus L.


- Alta tasa de crecimiento y desarrollo inicial
Oliveira Jr. & Constantim (2001) apuntan que algunas características fisiológicas diferentes
de las malezas, como por ejemplo, el metabolismo fotosintético de esas especies,
respondiendo por diferentes formas de captación del COB2B, lo que proporciona
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consecuentemente mayores tasas de crecimiento por unidad de tiempo y mayor eficiencia


en producción de biomasa seca de esas especies.

Amaral & Pinto (2003) mencionan que la especie Cyperus difformis, maleza frecuentemente
encontrada en áreas de producción de arroz en Rió Grande do Sul, se caracteriza por
presentar un desarrollo inicial muy vigoroso y cuando presente en alta infestación, puede
causar sensibles perjuicios a la producción de arroz. Por otro lado, la especie Cyperus iria,
también frecuentemente encontrada en áreas de producción de arroz, aunque con lento
desarrollo inicial, es extremamente agresiva, frente a la alta infestación que ocurre por unidad
de área. Pero en suelos fértiles, dicen estos autores que las plantas crecen más
vigorosamente y acaman con relativa facilidad, perjudicando más la producción de arroz.

3. PERJUICIOS DIRECTOS E INDIRECTOS CAUSADOS POR LAS MALEZAS


La interferencia de las malezas en la vida de agricultores es independiente de la dimensión
del área cultivada, ocasionando reducción en la calidad del producto final y elevando los
costos de producción, consecuentemente, proporcionando reducción directa en la
rentabilidad económica. Según Deuber (1992), con relación a la siembra convencional, la
presencia de malezas dificulta el manejo agrícola, volviéndolo más difícil y caro, debido a la
necesidad de utilizar una preparación más intensa del suelo y de labores adicionales durante
el ciclo del cultivo.

Perjuicios del orden de 4,5 billones de reales son mencionados por Vidal & Merotto Jr. (2001)
en el Departamento de Rió Grande do Sul, debido al costo de control y interferencia de las
malezas en los diversos cultivos agrícolas, correspondiendo directamente a,
aproximadamente, 5% del Producto Interno Bruto de ese Departamento. Los perjuicios por su
vez, generados por las especies dañinas pueden ser clasificados de acuerdo con su
naturaleza y de acuerdo con las consecuencias generadas, en directos e indirectos.
Como perjuicios, pueden ser mencionados:

a) Interferencia en la salud humana


Las malezas pueden interferir, de varias maneras sobre la salud humana, no necesitando que
toda la planta estructuralmente este representada, pero que algunas características
morfológicas o fisiológicas estén representadas. La presencia de sustancias tóxicas por
ejemplo puede variar, según Deuber (1992), en diferentes niveles de intensidad entre hojas o
frutos, donde la ingestión a propósito o no, podrá causar alteraciones metabólicas en los
individuos o aún evolucionar para un cuadro clínico letal. Esto también puede ser expreso por
ejemplo, promoviendo la infección de seres humanos y animales domésticos por la ingestión
directa, pudiendo hasta causar la muerte de los seres vivos por intoxicación, o aún
induciendo a la ocurrencia de factores alérgicos y dermatitis por contacto.

b) Parasitismo

c) Reducción de la calidad del producto comercial


Interferencia o presencia de estructuras vegetativas o reproductivas de las malezas,
anexadas al producto para comercialización; semillas de arroz rojo causan depreciación del
valor comercial del arroz beneficiado; frutos de Bidens pilosa en plumas de algodón,
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provocan quiebra de las fibras.

d) Reprobación de lotes comerciales por la presencia de material contaminante


En el análisis de pureza de un lote de semillas, se consideran tres componentes: fracción de
semillas puras, otras semillas y material inerte. Pertenecen a las categorías “otras semillas”
todas las otras semillas y/o unidades de dispersión de cualquier especie cultivada o silvestre,
además de bulbillos o tubérculos de plantas reconocidas como malezas o invasoras (Peske
et al, 2003). El material inerte por su vez corresponde dentro de este mismo análisis a las
semillas y unidades de dispersión de especies cultivadas y silvestres que no corresponden a
la especie en examen indicada como predominante en la muestra.

En el comercio nacional e internacional de semillas esa determinación “otras semillas” es


utilizada principalmente para determinar el número de semillas de especies nocivas. Son dos
las categorías de semillas nocivas: Nocivas toleradas, aquellas cuya presencia en la
muestra es permitida dentro de límites máximos específicos y globales establecidos por ley;
Nocivas prohibidas, cuya presencia no es permitida en los lotes de semillas. Ex: coquito,
arroz negro, cuscuta, etc. La presencia de una de esas semillas en la muestra es suficiente
para el rechazo del lote.

En el Departamento de Santa Catarina (SC), localizado en la región sur del Brasil, por
ejemplo, Eberhardt et al. (2003), Afirman que son cultivados aproximadamente 135 mil
hectáreas de arroz irrigado, en el sistema pre-germinado, y a pesar de la conocida eficiencia
de este sistema de producción en el control de arroz-rojo, parte significativa del área está
contaminada por esta maleza, debido al uso de semillas contaminadas, manejo del agua
inadecuado, uso intensivo del suelo y la dificultad del control químico. Por pertenecer a la
misma especie del arroz cultivado y por la grande incidencia, hoy en los cultivos de arroz
irrigado, Amaral & Pinto (2003), relatan que se trata seguramente de la especie de maleza
que preocupa a todos los segmentos involucrados en el sistema de producción de arroz,
particularmente el sector de semillas, donde el arroz negro es semilla prohibida y el rojo, en el
Departamento de Rió Grande do Sul (RS), es tolerada hasta un máximo de 2 (dos) semillas
por muestra de 500 gramos de semilla de la especie cultivada.

e) Interferencia en las vías urbanas


Pueden impedir la visibilidad normal de transeúntes, como también, no permitiendo que el
tránsito de vehículos ocurra de manera segura y oportuna, por la presencia física de
estructuras botánicas de porte elevado o no deseado, o aún por la ocurrencia accidental o
provocada, por quemadas en autopistas urbanas y rurales.

f) Reducción del valor económico de áreas urbanas o rurales


Deuber (1992) menciona que cualquier tierra que se encuentre infestada o invadida por
malezas, tiene su valor grandemente reducido, especialmente si esas especies son
perennes, como la bremura (Cynodon dactylon) en áreas de cultivos anuales o el lechero
(Peschiera fuchsiefolia) en una pastura. Indica también, que algunas especies perennes
pueden inviabilizar la explotación agrícola en determinadas áreas u obligar al agricultor a
cambiar de área agrícola.
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g) Causar interferencia en recursos hídricos


Canales de navegación (dificultando el desplazamiento de embarcaciones), canales de
irrigación (interfiriendo en la distribución y flujo normal del agua y también impidiendo el
funcionamiento de equipos como por ejemplos bombas de succión), y/o locales de
abastecimiento de agua para centros urbanos. Uno de los perjuicios más significativos, según
Deuber (1992), consiste en elevar la pérdida de agua de los lagos y represas, vía
transpiración, que es extremadamente más significativa que cuando comparada a la pérdida
por evaporación.

h) Interferencia directa sobre la salud humana


Pueden abrigar parásitos/hospederos de agentes patogénicos, así se vuelven nichos para
insectos de hábitos urbanos como, por ejemplo, mosquitos y otros insectos que son vectores
de enfermedades.

i) En áreas destinadas a las actividades pecuarias


Compiten directamente con pasturas en implantación o ya establecidas, o aún provocando
problemas de orden nutricional en animales por el consumo indirecto debido estar presentes
en la misma área destinada al consumo animal, causando problemas de orden toxicológica.
No menos importante, Deuber (1992) muestra que la presencia de plantas tóxicas en
pasturas presentan potencial posible de resultar en enfermedades, o aún causar la muerte de
animales ahí creados, representando también un serio perjuicio a la pecuaria.

j) Diseminación de plagas y de enfermedades


Las malezas, según Deuber (1992), pueden hospedar un gran número de insectos,
nematodos, ácaros y ser portadoras de enfermedades diversas, promoviendo pérdidas
ocasionales a los cultivos por esas plagas/enfermedades que representan un perjuicio
adicional extremamente importante.

Vargas & Romam (2000) mencionan que además de los aspectos negativos, bajo el punto de
vista botánico y ecológico, generados por la ocurrencia de las malezas, estas también
presentan algunas ventajas, como por ejemplo, representar fuentes alimenticias para
animales silvestres, reservorios potenciales de plantas útiles y de depósitos de germoplasma;
valor medicinal y/o apícola; cobertura protectora del suelo, minimizando problemas erosivos;
potencialmente capaces de realizar reciclado de nutrientes y extraer metales pesados e injerir
poluyentes en manantiales.

4. COMPETENCIA ENTRE MALEZAS Y PLANTAS CULTIVADAS


Se entiende por competencia el evento que se establece entre las malezas y especies
vegetales cultivadas, en la búsqueda directa o indirecta, por recursos ambientales limitados
(agua, luz, nutrientes), que garanticen su crecimiento y desarrollo, siendo que esta búsqueda
podrá ocurrir en el mismo espacio físico (competencia espacial), y/o aún bajo diferentes o
simultáneos, períodos de tiempo (competencia temporal), pero que, todavía confieren
perjuicios a ambos los individuos involucrados, y el suceso depende directamente de la
capacidad de captación de recursos.

Gazziero et al. (2001), mencionan que entre los factores competitivos pueden haber
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modificaciones por las condiciones de suelo, clima local y prácticas de cultivo, y donde se
establezca una limitación en los factores como luz, agua, nutrientes y espacio, habrá
competencia.

Puede aún sub-dividir el término competencia en intra-específica e inter-específica. Un


ejemplo característico de intra-especificidad en áreas orizícolas se refiere a la presencia de
arroz rojo y negro, que pertenecen a la misma especie del arroz cultivado (Oriza sativa), más
que interfieren directamente en la calidad final del producto (grano o semilla). Este tipo de
interferencia intra-específica requiere la adopción de diferentes sistemas de implantación y
manejo de los cultivos, así como la utilización de prácticas diferentes de control,
principalmente en la fase inicial de formación de la población de plantas, período considerado
crítico durante el establecimiento de los cultivos. Todavía, entre el cultivo del arroz y especies
del genero Echinochloa, a pesar de que hoy ya es posible observar tolerancia a ciertos
principios activos entre ecotipos, la inter-especificidad permite formas de control más
eficaces, impidiendo que la reducción en la calidad del producto final sea tan expresiva, o por
lo menos reducida.

Pitelli (1985) por su vez, diferencia competencia bajo dos diferentes formas: actual y
supervivencia. Se entiende por actual a la competencia que se establece cuando dos o más
plantas están conviviendo en el mismo ambiente y disputan los mismos recursos del suelo y
del aire, mientras que la competencia por supervivencia, es la capacidad de una
determinada población en establecerse y perpetuar en un determinado local. Este autor aún
hace referencia al hecho de que la competencia actual es más importante, cuando el local
aún no ha sufrido tan intensa acción del hombre o está representada por especies que
presentan ciclo de desarrollo largo. La supervivencia por su vez, según este autor, asume
un papel más importante, cuando estas malezas se encuentran en ambientes perturbados
por acciones agro-silvopastoriles.

Se debe diferenciar los efectos dañinos de la competencia de los de la alelopatía. La


alelopatía es la interferencia directa ocasionada por la liberación de substancias
denominadas aleloquímicas (metabólitos secundarios) en el ambiente, que pueden ser
incorporadas o no, que presentan potencial para impedir o interferir en el crecimiento y/o
desarrollo normal de las especies cultivadas, promoviendo una o más interacciones de orden
bioquímica y por consecuencia, fisiológica. El fenómeno alelopático podrá establecerse entre
los cultivos y las malezas, entre cultivos o aún a partir de coberturas muertas.

El hecho de que el mejoramiento genético haya posibilitado eliminar o reducir el carácter de


agresividad de las especies cultivadas, y favorecer el aporte de fotoasimilados y reducir la
estructura vegetativa, hace con que las especies dañinas lleven, generalmente, una cierta
ventaja sobre la comunidad de plantas cultivadas.
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Figura 5. Competencia por luz entre plantas de soya y (Nicandra physaloides (L.) Pers.

Según Oliveira Jr. & Constantim (2001) entre los factores que pueden afectar el grado de
interferencia entre malezas y especies cultivadas, pueden ser mencionados factores
relacionados directamente al cultivo, a la comunidad infestante, y relacionados directamente
al ambiente.

5. PERÍODOS DE INTERFERENCIA
Durante el período que la especie cultivada es implantada en el área destinada al cultivo y
permanezca hasta lograr el objetivo a que fue destinada, observase que períodos distintos
son caracterizados como períodos de interferencia, variando apenas los niveles e intensidad
de la interferencia establecida por especie cultivada. A pesar de eso, es necesario observar
cual será la intensidad de la interferencia en función del período y extensión de convivencia
maleza-cultivo.

Se destaca que el efecto de la competencia no se restringe a las fases iníciales del


establecimiento de los cultivos, todavía, procesos importantes pueden ser descritos como
relacionados a la germinación de semillas y emergencia de las plántulas normales, que
conformarán la población inicial, crecimiento y desarrollo de las plantas, y por fin interfiriendo
directamente en la productividad final.

Bienech-Arnold et al. (2000) mencionan que el resultado de la interferencia entre el cultivo y


las malezas depende de la habilidad de cada población de captar recursos. Mencionan como
atributos que confieren a la población esta habilidad, la capacidad de captar energía
rápidamente cuando comparado a la especie competidora, y la capacidad de establecer un
gran número de plántulas.

La selección y el conocimiento de la historia del área de cultivo (composición cualitativa y


cuantitativa de la flora), la procedencia de la semilla y su calidad (poder germinativo y vigor),
la adopción de procedimientos referentes a los cultivos a ser establecidos, originada de
intensos procesos de acompañamiento experimental, contribuyen directamente para
favorecer la adaptación del material genético que será utilizado.

La capacidad de combinación de áreas de cultivo con menor incidencia de malezas y semillas


de alto poder germinativo y vigor, contribuyen para la minimización de la competencia,
teniendo en cuenta el hecho de que las plantas de los cultivos estarán más aptas en la
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búsqueda o captura de factores indispensables al crecimiento y desarrollo del cultivo, aunque


muchas veces no consigue superar o igualarse la capacidad natural de la maleza.

Adoptar medidas de análisis de vigor como índice de velocidad de emergencia de los cultivos
refleja directamente la acción de factores que cuando presentes, pueden interferir
directamente en el proceso de formación de la población de plántulas. Se destaca debida
importancia al hecho que en la fase inicial de establecimiento del cultivo, pasada la fase
donde la planta es nutrida apenas por las reservas contenidas en la semilla, se considera el
período crítico donde los cultivos sufren mayores interferencias, que si no son minimizadas a
tiempo, podrán provocar la ocurrencia de procedimientos como por ejemplo, la resiembra del
cultivo, que causa aumento de los gastos con costos de implantación y podrá también
comprometer la productividad final, volviéndose fundamental conocer la historia del área de
cultivo, los estadios fenológicos de los cultivos y de las malezas, bien como la agresividad de
cada maleza, en términos de extracción de nutrientes, agua y captación de luz. De esta
manera es de responsabilidad del técnico tomar las debidas medidas preventivas, con la
finalidad de evitar que sean alcanzados daños en extensiones irreparables, en consecuencia
de la interferencia de malezas.

Pitelli y Durigan (1984) mencionan que para caracterizar períodos críticos de interferencia de
malezas en cultivos, es necesario el conocimiento de tres conceptos:

- Período total de prevención de la interferencia (PTPI): “período a partir de la


siembra o de la emergencia, en que los cultivos deben ser mantenidos libres de la
interferencia de malezas, para que la producción no sea afectada cuantitativamente
y/o cualitativamente”.
- Período anterior a la interferencia (PAI): “período de tiempo, después de la
siembra, en que los cultivos pueden convivir con la comunidad de malezas, antes que
la interferencia se instale de manera definitiva y reduzca significativamente la
productividad del campo”.
- Período crítico de prevención de la interferencia (PCPI): “período comprendido
entre el final del PAI, hasta el momento en que las malezas que vengan a emerger no
irán más interferir en la productividad del cultivo”.

La convivencia entre las malezas y los cultivos implantados y establecidos puede aún ocupar
una misma área de cultivo, sin que se establezca entre ellas, una interferencia que podrá
tomar el rumbo de irreversibilidad de la producción, y cuando eso ocurre, aún no es necesario
adoptar ninguna forma de control.

Según Vargas & Roman (2000), durante el período crítico de prevención de la interferencia
para los cultivos de soya, se debe llevar en cuenta la utilización de una forma de control que
sea eficiente para las malezas, evitando que sean alcanzados los niveles de daño económico
(NDE), lo que corresponde a costos más elevados de control con relación al valor de las
pérdidas. Por lo tanto, para que tengamos suceso en el control, deben ser consideradas las
incidencias poblacionales de planta(s) dañina(s), la disponibilidad aparente de recursos
bióticos y abióticos, la época de establecimiento de la población de malezas y la(s) especie(s)
dañinas(s) presentes por área. No menos importantes para el suceso del control, estos
TERAPEUTICA Y MANEJO INTEGRADO DE PLAGAS

autores mencionan, que deberán aún ser considerados el tiempo de competencia y


condiciones climáticas.

6. MÉTODOS DE CONTROL DE MALEZAS


Los métodos de control están agrupados en culturales, biológicos, físicos/mecánicos y químicos,
y además, todos ellos presentan sus ventajas y desventajas. La utilización exclusiva de un único
método raramente es adecuada para promover un control eficiente y económico, se vuelve
importante considerar la integración de los métodos, y valerse de la incorporación de un
conjunto diversificado de medidas y constituir un programa específico de manejo, tomando los
debidos cuidados para que no se vuelva antieconómico, ineficiente o aún imposible.

6.1. Métodos preventivos para control de malezas


La expresión básica para quien convive con malezas consiste en la adopción de medidas, que
promuevan una convivencia harmónica, evitando que sean establecidas especies con potencial
para causar alguna forma de competencia, capaz de causar alteración económica indeseable.
Luego deberá consistir en la utilización de prácticas que eviten la introducción, el
establecimiento y la diseminación de especies dañinas indeseables en áreas que aún no fueron
infestadas por ellas. La adopción de medidas preventivas se debe basar en el conocimiento de
los procesos básicos de reproducción y de diseminación de las plantas, para promover
interrupciones en los ciclos biológicos.

Las medidas preventivas deben ser caracterizadas como alternativas de control donde el
productor deberá valerse del bajo costo de aplicación y fácil ejecución, donde el suceso
dependerá de la acción conjunta del responsable técnico por la ejecución del manejo, de las
características propias de la práctica y de las especies dañinas.

El uso de semillas de plantas cultivadas, libres de semillas de malezas debe ser siempre el
primer paso de cualquier programa. El uso de semillas de plantas cultivadas contaminadas
representa el medio más común de diseminación de malezas en los cultivos. La adquisición de
lotes comerciales de semillas con alta calidad fisiológica y física, es el principal paso para la
implantación de un área de cultivo. Para eso deben ser adquiridas semillas certificadas o
registradas de cultivos recomendados por la investigación. Semillas de alta calidad proporcionan
una mejor población de plantas cultivadas, posibilita mejorar el aprovechamiento de abonos y
correctivos, reduciendo los problemas causados por invasoras y, consecuentemente,
aumentando la productividad, hecho que puede determinar la sostenibilidad agrícola. Semillas de
calidad, con ausencia de semillas de cualquier especie dañina, representan menor agresión al
ambiente, por la consecuente reducción en el uso de herbicidas.

Para la adopción de medidas preventivas es de fundamental importancia considerar cual es la


especie cultivada, y los tipos y asociaciones de práctica que deberán ser utilizadas, como por
ejemplo limpieza de canales de riego y drenaje, de líneas de bardas y de orillas de caminos,
limpieza del equipo de uso agrícola y cuidados en el movimiento y en el manejo de animales de
pastoreo, formas de dispersión eficaz, e impedir la entrada de propágulos de especies dañinas
en las áreas y re-infestación por resiembra natural.

6.2. Métodos culturales para el control de malezas


TERAPEUTICA Y MANEJO INTEGRADO DE PLAGAS

Figura 6. Diferencia de crecimiento inicial entre dos cultivares de soya sembradas en la misma fecha (A =
rápido cubrimiento del suelo; B = lento cubrimiento del suelo).

El control cultural consiste en la utilización de prácticas agrícolas que favorezcan la


competitividad de la planta cultivada sobre las malezas, principalmente en la fase inicial de su
establecimiento, y/o que prevengan o supriman el crecimiento y el desarrollo de las malezas.
Deberá ser establecida una sistematización de etapas, como preparación adecuado del suelo,
selección del sistema de cultivo, selección del método y de la época de siembra, selección de
cultivos adaptados, uso del espacio y de la densidad de plantas recomendada, y de nutrientes
del suelo, uso de la práctica de rotación de cultivos.

Figura 7. Manejo químico de la paja de plantas de milleto (A = antes de la desecación; B = Después de la


desecación). Impedimento físico de la emergencia de malezas.

6.3. Método biológico para control de malezas


El control biológico puede ser definido como el resultado de la acción de parásitos, predadores o
agentes patogénicos que mantienen la población de malezas en densidad inferior a aquella que
podrá ocurrir en la ausencia de aquellos organismos. El objetivo principal de este método de
control es de solamente mantener la población de infestantes en densidades tolerables, abajo
de los niveles de daño económico. La utilización del control biológico para malezas es muy
restricta. Esto porque durante el cultivo acostumbran aparecer varias especies dañinas de
diferentes familias, mientras que los agentes de bio-control son bastante específicos, ejerciendo
acción sobre una única especie o, máximo, sobre un grupo de plantas bastante relacionadas.
Además de eso, en el caso del uso de hongos como agentes, la eficiencia del método biológico
es muy dependiente de condiciones de ambiente, como humedad relativa. Bajo condición de
baja humedad relativa, el desarrollo de hongos es reducido, limitando la eficiencia del control.
TERAPEUTICA Y MANEJO INTEGRADO DE PLAGAS

Fusarium avenaceum Fusarium avenaceum + Silwet (0,4%)


Figura 8. Daños en Rubus strigosus provocado por la aplicación de Fusarium avenaceum con o sin adición
de surfactante organosiliconado.

Los agentes biológicos (insectos y hongos) son selectivos en su acción de control y sus
actividades están restringidas a una única especie dañina. En la situación del cultivo de arroz
con una flora dañina mixta, el control selectivo de una sola especie no resolverá el problema
global. Además de esto, agentes biológicos acostumbran operar lentamente en el control de
invasoras.

6.4. Método físico-mecánico para el control de malezas


En este método, se utilizan implementos manuales o mecanizados para eliminar las malezas;
todavía, su uso es poco viable después de la instalación del cultivo. Es un método que puede
ser utilizado en situaciones particulares, tanto de forma aislada como combinado con otros
métodos. Se puede mencionar las pequeñas propiedades como situaciones viables para
utilización de ese método, donde la siembra en líneas posibilite el uso de carpidas durante el
período entre la emergencia y la inundación definitiva de los cultivos.

Frecuentemente, el control mecánico es ineficiente en especies con mecanismos especiales de


supervivencia y en malezas perennes con sistemas subterráneos profundos. Pueden ser
necesarias operaciones reconsideradas para controlar eficazmente todas las especies
infestadas. Por otro lado, las carpidas mecánicas no remueven plantas junto a las hileras de
arroz, a no ser que ellas sean complementadas por operaciones de retirada manual. Caso el
suelo este muy seco, el carpidor desliza sobre la superficie del mismo sin enterrar las especies
dañinas. Caso el suelo este muy húmedo, el carpidor mecánico se hace ineficiente.

6.5. Método químico para control de malezas


Para la estructuración de un programa de control químico, deben ser considerados factores
posibles de afectar la eficiencia en el control de malezas, como por ejemplo propiedades físico-
químicas de los herbicidas, características de las plantas, factores relacionados al ambiente y
aquellos relacionados a la tecnología de aplicación.

Por tratarse de un método que involucra el uso de productos químicos, implica, como precondición
para su empleo, conocimientos técnicos suficientes sobre la acción de los herbicidas,
principalmente para atender dos requisitos fundamentales: alcanzar máxima eficiencia biológica y
causar mínimo impacto ambiental. El empleo de herbicidas debe cercarse de una serie de
TERAPEUTICA Y MANEJO INTEGRADO DE PLAGAS

medidas que van desde los problemas relativos a las derivas, que pueden alcanzar cultivos
vecinos y/o blancos indeseables, hasta intoxicaciones sufridas por personas y animales, además
de otras consecuencias al ambiente, muchas veces irreversibles. Herbicidas recomendados para
determinados cultivos pueden no ser selectivos para otros y cuidados especiales deben ser
tomados cuando de la aplicación de productos no selectivos (desencantes). En los últimos años,
ocurrió incremento acentuado en el uso de herbicidas no selectivos no apenas en cultivos de
arroz como en soya y otros, debido, principalmente, al aumento en el uso de la siembra directa o
del cultivo mínimo. Eso también acrecienta mayor potencial de daño a la vegetación natural y al
ambiente.

7. MANEJO INTEGRADO PARA CONTROL DE MALEZAS


El término “Manejo Integrado de Plagas” (MIP) fue creado en la mitad de los años 60 por
entomólogos, teniendo como principal objetivo reducir el uso de productos químicos en la
agricultura, pero precisamente los de insecticidas. Existen muchas definiciones de MIP, pero
todas tienen en común la visión de la “combinación de tácticas de control”. Los objetivos del
manejo integrado, son:
a) Racionalización de los costos de producción;
b) Preservación de la salud del consumidor;
c) Reducción del riesgo de intoxicación del aplicador;
d) Manutención del equilibrio ecológico y la preservación del medio ambiente.

El término “manejo integrado” es la unión de dos factores: la integración y el manejo. La


integración seria la utilización de varios métodos de control disponibles, sean culturales,
mecánicos, biológicos y químicos, de forma harmoniosa. Esa integración necesita también de
la utilización de conocimientos de la fisiología de cultivos y de la biología de las malezas,
objetivando obtener ventajas competitivas de los cultivos frente a sus invasoras. El manejo
está relacionado con la toma de decisión, que depende mucho del monitoreo. Tal concepto
también nos lleva a una idea de “convivencia”, en el sentido de la presencia de malezas hasta
un límite en que no interfiera negativamente en la actividad humana. Es importante tener en
mente que el manejo integrado debe ser adaptado a cada local y situación, no existiendo más
aquella universal “receta de torta”.

Los conceptos y objetivos de “manejo integrado de malezas” (MIM) son los mismos utilizados
por entomólogos y fitopatólogos: alcanzar máxima producción, calidad del producto
cosechado, economía y minimización de impactos ambientales negativos. Es bueno recordar
que, para se obtener éxito en el manejo de malezas, es necesario conocimiento
multidisciplinar, pudiéndose destacar las siguientes áreas: identificación y biología de las
malezas, fisiología vegetal, nutrición mineral de plantas, cultivos disponibles, períodos de
interferencia de las malezas en los cultivos, física y química de suelos, máquinas y
implementos agrícolas, épocas y técnicas de plantío, métodos de control de malezas,
herbicidas disponibles para los cultivos (mecanismo de acción y otras particularidades),
tecnología de aplicación de herbicidas, de análisis y evaluación de impactos ambientales,
entre otras.

8. PRINCIPALES MALEZAS INFESTANTES


Debido a las dimensiones territoriales del continente sudamericano, en que se registran
TERAPEUTICA Y MANEJO INTEGRADO DE PLAGAS

grandes variaciones de clima, suelo, tipos de manejo y plantas cultivadas, la diversidad de


especies vegetales dañinas presentes es mucho más grande. En la Tabla 1 son destacadas
las especies de malezas más frecuentes en la región Centro-Sur de Brasil.

La importancia de las plantas en la capacidad competitiva con los cultivos, bien como la
importancia de estas en el reciclaje de nutrientes, puede ser observada en la Tabla 2, la cual
presenta el contenido medio de macro nutrientes y carbono y la relación C/N de la parte
aérea de algunas malezas. Se percibe que cada especie presenta habilidad específica de
absorber y acumular determinados macronutrientes.

Las Tablas 3 y 4 describen las principales diferencias entre las malezas Sorghum halepense
(sorgo de Alepo) y Sorghum arundinaceum (capim-falso-massambará), bien como entre
Cyperus rotundus (coquito) y Cyperus esculentus (cortaderita), respectivamente.

Figura 9. Bidens pilosa L. Figura 10. Bidens pilosa L. en el cultivo de la soya

Tabla 1. Principales especies de malezas de ocurrencia en la región Centro-Sur de Brasil.


Nombre común Nombre científico
Baquiaría Brachiaria decumbens
Panicum Panicum máximum
Digitaria, Pata de gallina, Arrocillo amargo Digitaria horizontales
Baquiaría, pasto mermelada Brachiaria plantaginea
Cadillo, Abrojo Cenchrus echinatus
Pata de gallo Eleusine indica
Premura, bermuda, grama Cynodon dactylon
Sorgo de halepo, pasto Johnson Sorghum halepense
Pasto-falso-massambará Sorghum arundinaceum
Coquito Cyperus rotundus
Cortaderita Cyperus esculentus
Camotillo Ipomoea sp.
Chiori Amaranthus spp.
Verdolaga Portulaca oleraceae
Santa Lucia Conmelina sp.
Falsa-serralla Enilia sonchifolia
Serralla Sonchus oleraceus
Barba de chivo, hierba de chivo Ageratum conyzoides
Leche leche, Euphorbia heterophylla
Rábano, rábano morado, mostaza Raphanus raphanistrum
Poalla blanca, ipecacuana Richardia brasiliensis
Torito Acanthospermum hispidum
Sanana, amor seco Bidens pilosa
Malva taporita Sida sp.
TERAPEUTICA Y MANEJO INTEGRADO DE PLAGAS

Tabla 2. Valores de macronutrientes, carbono y relación C/N de la biomasa seca de la parte aérea de
algunas malezas.
Mal N (%) P (g/kg) K Ca Mg S (g/kg) C (%) C/N
eza (g/kg) (g/kg) (g/kg)
Conmelina bienghalensis 2,10 0,23 1,83 1,16 0,72 0,29 38,70 18,43
Cyperus rotundus 2,45 0,30 1,90 0,39 0,40 0,30 45,90 18,73
Brachiaria decumbens 1,33 0,16 1,17 0,42 0,48 0,19 43,30 32,55
Brachiaria plantaginea 1,47 0,13 1,65 0,27 0,57 0,19 41,60 28,30
Digitaria horizontales 1,82 0,13 2,18 0,28 0,50 0,16 40,70 22,36
Panicum maximum 2,03 0,11 2,00 0,46 0,38 0,13 45,60 22,46
Bidens pilosa 2,52 0,47 2,34 0,93 0,75 0,11 36,90 14,64
Ipomoea acuminata 2,17 0,28 2,41 1,23 0,46 0,11 42,70 19,67
Euphorbia heterophylla 2,38 0,70 2,20 0,81 0,52 0,19 37,20 15,63
Ageratum conyzoides 1,40 0,21 1,82 0,76 0,69 0,15 40,70 29,07
Raphanus raphanistrum 2,80 0,22 1,90 1,32 0,60 0,57 37,20 13,28
Richardia brasiliensis 2,45 0,18 2,19 2,64 0,82 0,19 37,80 15,42
Sida colordifolia 2,31 0,15 4,02 3,06 1,17 0,12 51,40 22,25
Fuente: Souza et al. (1999).

Tabla 3. Diferencias básicas entre Sorghum halepense (sorgo de halepo, pasto Johnson) y Sorghum
arundinaceum (falso sorgo de halepo).
Características Sorghum halepense Sorghum arundinaceum
Altura 80-160cm 100-250 cm
Inflorescencia Erecta Pendiente
Ciclo Perenne Anual
Reproducción Rizoma y semillas Semillas
Nocividad Muy nociva Poco nociva
Fuente: Copersucar (1982).

Tabla 4. Diferencias básicas entre Cyperus rotundus y Cyperus esculentus


Características C. rotundus C. esculentus
Inflorescencia (color) Marrón Amarilla
Altura 25-35 cm 30-80 cm
Rizomas (color) Escuro Branco
Tubérculos (cantidad) Muchos Poquísimos
Hojas (color) Verde-escuro Verde-claro
Resistencia al arranquio Mucha Poca
Bulbo basal Desarrollado Imperceptible
Red de tubérculos Presente Ausente
Semillas viables Raras Comunes
Hábitat Suelos bien drenados Suelos bien drenados
Control químico Difícil Fácil
Fuente: Copersucar (1982).

8.1. Descripción de algunas especies de plantas infestantes de los cultivos


a) Brachiaria decumbes
- Familia: Poaceae (Gramineae)
- Nombre vulgar: braquiaria
- Origen: África
Planta perenne, muy macolladora, erecta, de 30-100cm de altura. Hojas densamente
TERAPEUTICA Y MANEJO INTEGRADO DE PLAGAS

pubescentes, de 10-20cm de largo. Reproducción por semillas, rizomas y estolones (Lorenzi,


2000). Sus semillas pueden presentar viabilidad de hasta ocho años; la mayoría presenta
dormancia inicial y puede germinar en diversas profundidades (0-8cm). Esta especie presenta
difícil control de sus semillas, debido la germinación irregular y prolongada.

Después la emergencia, B. decumbens, por ser una especie que presenta ruta fotosintética C 4,
presenta rápido crecimiento, principalmente en condiciones de alta temperatura y humedad.
Hay respuestas de esta planta a la fertilización fosfatada, e investigaciones demuestran que 30
a 40% del nitrógeno contenido en ella proviene de fijación biológica, en asociación con
microorganismos del suelo (Kissmann, 1997). B. decumbens es considerada como tolerante
a suelos ácidos y con altos contenidos de aluminio y hierro (Kissmann, 1997).

Otra característica de agresividad de B. decumbens es el hecho de esta planta presentar buena


tolerancia a la baja luminosidad, consiguiendo desarrollarse y producir semillas en poblaciones
casi “cerradas”, o que presenten pequeños rayos de luz.

b) Panicum máximum
- Familia: Poaceae (Gramineae)
- Nombres vulgares: Panicum, pasto-colonial
- Origen: África e India
Planta perenne, robusta, macolladora, erecta, de 1-2m de altura. Colmos con densa pilosidad
en los nudos. Hojas glabras, de 20-70cm de largo. Reproducción por semilla y rizomas (Lorenzi,
2000). Sus semillas presentan baja viabilidad inicial, aumentando después de un período de
dormancia. Las plantas originadas de semillas son bastante debilitadas y presentan lento
crecimiento inicial; la ocurrencia de períodos de sequía después de la emergencia elimina
buena parte de las plantas jóvenes. Después de esta fase inicial, el crecimiento pasa a ser
acelerado, principalmente en condiciones de alta temperatura y luminosidad (metabolismo C4).
La planta presenta buena adaptabilidad a diferentes tipos de suelos y soporta cortos períodos de
sequía, pero no prolongados o largos períodos en suelos inundados. Presenta buena tolerancia
al sombreado, pero baja tolerancia a heladas (Kissmann, 1997).

c) Digitaria horizontalis
- Familia: Poaceae (Gramineae)
- Nombres vulgares: Digitaría, Pata de gallina, Arrocillo amargo
- Origen: regiones tropicales de América y de África
Planta anual, erecta, herbácea, muy macolladora, de 30-80cm de altura. Colmo con
enrasamiento en los nudos. Hojas de 6-12cm de largo. Reproducción por semillas (Lorenzi,
2000). Muy agresiva en suelos fértiles, es una de las primeras infestantes a aparecer
después de la preparación del suelo, de septiembre a noviembre, en la región Centro-Sur de
Brasil. D. horizontalis es bastante prolífica, pudiendo producir hasta 150 mil semillas por
planta, que pueden germinar después de su maduración. Todavía, si enterradas
profundamente en el suelo, permanecen viables en estado de dormancia durante muchos
años (Lorenzi, 1982). Cuando libre de competencia, una única planta puede producir hasta
700 macollos, los cuales cubren un área circular de, aproximadamente, 3m de diámetro,
pudiendo su sistema radicular alcanzar hasta 2m de profundidad y 4,5m de diámetro; todavía,
si crece en alta densidad poblacional, puede ni siquiera macollar, presentando hábito
TERAPEUTICA Y MANEJO INTEGRADO DE PLAGAS

esencialmente erecto (Lorenzi, 1982).

d) Brachiaria plantaginea
- Familia: Poaceae (Gramineae)
- Nombres vulgares: braquiaria, pasto-mermelada
- Origen: probablemente africana
Planta anual, herbácea, macolladora, erecta, de 50-80cm de altura. Colmos en contacto con
el suelo pueden presentar enraizamiento en los nudos. Hojas glabras, de 10-25cm.
Reproducción por semillas (Lorenzi, 2000). Sus semillas presentan baja viabilidad luego
después de la maduración, pero la viabilidad puede aumentar por muchos años caso la
semilla consiga sobrevivir a períodos de baja temperatura. En el campo, solamente germinan
las semillas localizadas en la superficie del suelo; aquellas localizadas más profundamente
en el perfil, normalmente, permanecen dormantes. En suelos bien preparados, después del
humedecimiento, ocurre germinación de la mayoría de las semillas próximas a la superficie
del suelo. Todavía, en suelos con baja humedad, apenas un pequeño porcentaje de semillas
conseguirán germinar. El sombreado del suelo dificulta la germinación de las semillas, pero
puede no impedir el crecimiento de las plantas ya existentes, dependiendo del grado de
ocurrencia. La planta emergida soporta condiciones de sequía moderada, y con nuevas
lluvias ocurre rápido crecimiento vegetativo (Kissmann, 1997). Presenta metabolismo
fotosintético del tipo C4.

Su control puede ser hecho, con eficiencia, por carpidas manuales o mecánicas y también
por el método químico. Todavía, el control mecánico debe ser realizado luego después de su
emergencia, y la preparación del suelo debe ser superficial, para no traer nuevas semillas a la
superficie. La destrucción de las plántulas sin revolvimiento del suelo reducirá la reinfestación
de esta invasora en la misma temporada. Con la ocurrencia de lluvias hasta 48 horas
después de la carpida si el tiempo está fresco y el suelo húmedo - podrá haber el
“prendimiento” de muchas plantas, lo que causará, nuevamente, la reinfestación del cultivo
(Kissmann, 1997).

e) Cynodon dactylon
- Familia: Poaceae (Gramineae)
- Nombres vulgares: bremura, bermuda, grama, grama de burro, grama bermuda
- Origen: África Tropical, Europa, Ásia, India y Malasia son posibles regiones de origen
Planta perenne, herbácea, de hábito de crecimiento rastrero. Su reproducción ocurre
principalmente por rizomas y estolones. Es una especie de “vida larga”, aún bajo condiciones
adversas. Soporta suelos ácidos y alcalinos y tolera alta salinidad y condiciones extremas de
sequía; todavía, desarrollan mejor en períodos de alta temperatura y humedad. Esta especie es
severamente afectada por heladas y prácticamente no se desarrolla a la sombra (Kissmann,
1997). Presenta metabolismo fotosintético C4. Sus rizomas pueden localizarse en hasta 30cm
de profundidad en el suelo, no siendo capaces de emerger a más de 20cm (Lorenzi, 1983)
(Tabla 5), pero los rizomas situados en regiones más profundas del suelo, cuando traídos a la
superficie, presentan elevadas capacidad de brotación (Tabla 6).
TERAPEUTICA Y MANEJO INTEGRADO DE PLAGAS

Figura 11. Cynodon dactylon (L.) Pers.

Tabla 5. Emergencia de rebrotes de bremura (Cynodon dactylon) a partir de rizomas localizados en varias
profundidades.

Fuente: Lorenzi (1983).

Tabla 6. Brotación de rizomas de bremura (Cynodon dactylon) después de ser mantenidos durante 90
días en cuatro profundidades del suelo.

Fuente: Lorenzi (1983).

El control químico de esta planta también puede ser asociado al control mecánico. Sus rizomas
son sensibles al secado por el sol; exposición por cuatro días puede reducir la germinación en
75% (Tabla 7).

Tabla 7. Brotación de rizomas de (Cynodon dactylon) después de secado al sol por diferentes períodos.

Fuente: Lorenzi (1988).

f) Cyperus rotundus
- Familia: Cyperaceae
- Nombres vulgares: Coquito, cebollita, junquillo, capin-ajo, ajo-bravo
- Origen: probablemente India
Planta perenne, erecta, de 10 a 60cm de altura. Hojas basales en número de 5-12 (Lorenzi,
TERAPEUTICA Y MANEJO INTEGRADO DE PLAGAS

2000). Su principal mecanismo reproductivo es a través de tubérculos y bulbos subterráneos.


Su reproducción por semillas es poco significativa menos de 5% de las semillas formadas son
viables (Kissmann, 1997). El Coquito puede desarrollarse en suelos con diferentes texturas y
en un amplio rango de pH. Todavía, suelos muy salinos son inadecuados a su desarrollo.
Según Lorenzi (1982), un hectarea completamente infestado de Coquito puede extraer del
suelo, por año, el equivalente a 815kg de sulfato de amonio, 320kg de clorato de potasio y
200kg de superfosfato simples. Bajo bajas temperaturas, el crecimiento y la multiplicación de
las plantas se retrasan y según Kissmann (1997), no se conoce otra especie vegetal que
tolere temperaturas más altas que C. rotundus. Además de eso, el Coquito soporta períodos
prolongados de sequía o de inundación, pero los tubérculos pierden la viabilidad si disecados
(Tablas 8 y 9). La parte aérea de la planta es sensible al sombreado, pudiendo hasta morir
bajo períodos prolongados, pero la parte subterránea no es afectada (Tabla 10). Esta especie
vegetal presenta metabolismo fotosintético de tipo C4.

La multiplicación de sus tubérculos es extremamente rápida, llegando a ser considerada


“explosiva”. En condiciones favorables, se ha observado la tasa de producción de tubérculos es
de uno a cada dos días (después del inicio del florecimiento), y la densidad máxima observada
fue de 8.700 tubérculos por m2 o 40 t/m2, siendo que, alrededor de 90% quedan localizados en
la camada superficial del suelo (primeros 15cm) (Tablas 11 y 12). Otro aspecto que dificulta el
control de esta infestantes es la dormancia de tubérculos (provocada por dominancia apical) y la
dormancia de gemas de un mismo tubérculo, las cuales pueden ser activadas caso la parte
aérea de la planta sea muerta o danificada. Se estima que, para cada planta emergida de C.
rotundus, exista en media 12 tubérculos en el suelo.

Tabla 8. Efecto de la exposición al sol sobre la viabilidad de tubérculos de Cyperus rotundus.

Fuente: Leihner (1979), mencionado por Arévalo y Bertoncini (1995).

Tabla 9. Germinación de tubérculos de Cyperus rotundus en función del tiempo de disecación por el sol.

Fuente: Lorenzi (1986).

Relatos en la literatura apuntan que la tasa de crecimiento de áreas infestadas con esa
TERAPEUTICA Y MANEJO INTEGRADO DE PLAGAS

especie está en alrededor de 10% a año. Esta maleza en el suelo compite con las plantas
cultivadas por factores vitales, como también la mayor parte del perjuicio causado es
atribuida a efectos alelopáticos negativos. Se debe observar siempre las condiciones de las
plantas de Cyperus rotundus y las condiciones climáticas en el momento de la aplicación de
los herbicidas, pues “plantas estresadas” y condiciones climáticas desfavorables dificultan el
control de esta invasora (Tabla 13). Todavía, para el control de esta infección apenas el
control químico no basta; el MIM debe ser utilizado con todas sus herramientas disponibles.

Tabla 10. Efecto del sombreado en la producción de tubérculos de Cyperus rotundus, producidos a los
139 días, a partir de un único tubérculo original.

Fuente: Arévalo y Bertoncini (1995).

Tabla 11. Número medio de tubérculos de Cyperus rotundus encontrados por metro cuadrado en diversas
profundidades del suelo.

Fuente: Lorenzi (1986).

Tabla 12. Intensidad de infestación de Cyperus rotundus en cañaverales de la región de Araras-SP, en la


profundidad de 0-40cm (datos medios de 10 locales, muestras de 1m2).
P

Fuente: Bacchi et al. (1984).

Tabla 13. Control de Cyperus rotundus con glyphosate a 2kg/ha en función del potencial hídrico de las
plantas y de la humedad relativa del aire.

Fuente: Lorenzi (1986).

9. MECANISMO DE ACCIÓN DE HERBICIDAS


El control químico es el método más utilizado dentro del MIM, en razón de haber innúmeros
TERAPEUTICA Y MANEJO INTEGRADO DE PLAGAS

productos eficientes registrados para los cultivos. Además de eso, es un método económico y
de alto rendimiento, en comparación con otros. En consecuencia de eso, cultivos como la
soya y el maíz, tradicionalmente sembrados en grandes áreas, asimilaron muy rápidamente
esta tecnología.

A seguir será presentada breve descripción de los principales grupos de herbicidas utilizados
en los cultivos de la caña de azúcar, divididos en cuanto al mecanismo de acción.

a) Herbicidas reguladores de crecimiento


Las auxinas sintéticas 2,4-D y MCPA revolucionaran el control de especies dañinas de hoja
larga en cereales en la década de 40, habiendo sido usadas largamente desde entonces en
diversos cultivos.

Los reguladores de crecimiento provocan cambios metabólicos y bioquímicos en las plantas.


El mecanismo de acción involucra los sistemas enzimáticos carboximetil celulasa y RNA
polimerasa, que influencian la plasticidad de la membrana celular y el metabolismo de ácidos
nucleicos. Altas concentraciones de eses productos en las regiones meristemáticas del tallo o
de la raíz reducen la síntesis de ácidos nucleicos en plantas sensibles, pero, cuando en bajas
concentraciones, estimulan estos procesos, proporcionando intenso crecimiento celular. El
aumento anormal de DNA, RNA y proteínas resulta en divisiones descontroladas de las
células, lo que se verifica por el crecimiento anormal de las plantas sensibles. El
crecimiento descontrolado de las células provoca epinastia de hojas y tallos, además de
interrupción del floema, lo que impide la translocación de los fotoasimilados.

Los síntomas de las plantas bajo efecto de estos herbicidas son epinastia, curvatura del tallo
y de ramas y, finalmente, paralización del crecimiento y clorosis de los meristemas, seguidos
de necrosis. Las hojas de dicotiledóneas presentan encrespamiento y adquieren coloración
verde-oscura. La muerte de las plantas sensibles ocurre lentamente, algunas veces después
de cinco semanas.

La selectividad depende de varios factores, como el arreglo del tejido vascular en haces
dispersos, la metabolización y la exudación vía sistema radicular.

- 2, 4 – D
Pertenece al grupo químico de los fenoxiacéticos, su nombre químico es é ster o sal amina
del ácido clorofenoxiacético. Es absorbido principalmente vía foliar, pero también presenta
absorción radicular, sobretodo en la formulación amina, siendo por eso recomendado
principalmente en post- emergencia. Presenta traslocación apo-simplástica (vía xilema y
floema). Controla específicamente dicotiledóneas. En el coquito (C. rotundus), presenta
solamente control de la parte aérea. Es muy utilizado en mezcla con el herbicida glyphosate o
glyphosate en aplicaciones de pre-siembra para desecación de malezas en el sistema de
siembra directa. Su persistencia mediana en el suelo en dosis recomendadas es alrededor de
cuatro semanas, en las condiciones tropicales, siendo su degradación principalmente
microbiana. Se debe tomar cuidado con cultivos sensibles próximas al área de aplicación, pues
es un herbicida muy volátil, principalmente la formulación éster.
TERAPEUTICA Y MANEJO INTEGRADO DE PLAGAS

- Picloran
La sal trietanolamina del ácido 4-amino 3,5,6 tricloropicolínico tratase de un producto
extremamente activo sobre dicotiledóneas, siendo muy utilizado en mezclas con o 2,4- D, y
también con otros compuestos, para controlar arbustos y árboles. Presenta pka = 2,3; Kow =
1,4 a pH 7,0 y 83,2 a pH 1; y Koc medio de 16ml/g de suelo. Es débilmente absorbido por la
materia orgánica o arcilla. Presenta larga persistencia y fácil movilidad en el suelo, pudiendo
acumularse en la capa freática superficial, en suelos de textura arenosa. También, en razón
de su larga persistencia en el suelo puede permanecer activo en la materia orgánica
proveniente de pasturas tratadas con este producto (Rodrigues & Almeida, 1998). Debe ser
observado el período residual para el cultivo de especies altamente sensibles (vid, tabaco,
tomate, pimentón, algodón, etc.), que pueden presentar serios síntomas de toxicidad, hasta
aún cuando cultivadas en suelos abonados con estiércol proveniente de pasturas tratadas
con picloram y pastoreadas luego después.

b) Herbicidas inhibidores de la enzima ALS/AHAS


La introducción en el mercado de los herbicidas inhibidores de la enzima acetolactato sintasa
(ALS) ocurrió en 1982, con el lanzamiento de la molécula chlorsulfuron para uso en cereales
(Saari et al., 1994). Actualmente existe en el mercado los grupos de herbicidas
imidazolinonas, sulfonilureas y sulfoanilidas, que inhiban a la ALS y son empleados para
control selectivo de malezas en varias cultivos. A pesar de químicamente diferentes, los
herbicidas del grupo de las imidazolinonas tienen modo y mecanismo de acción semejantes a
los de las sulfonilureas, o sea, inhiben la enzima ALS o AHAS. Estos herbicidas son potentes
inhibidores del crecimiento vegetal. Plantas tratadas presentan crecimiento paralizado casi
inmediatamente después de la aplicación. Las moléculas pertenecen a ese grupo son
sistémicos y recomendadas para control de mono y dicotiledóneas en pre y/o post-
emergencia. Su persistencia es de moderada a larga en el suelo.

Los herbicidas derivados de las sulfonilureas presentan altos niveles de control de


dicotiledóneas, y algunas moléculas reciente s presentan buen desempeño en gramíneas con
el uso de dosis extremamente-1 bajas, como lo metsulfuron-metil, que presenta actividad en
dosis a partir de 2 g haPPde ingrediente activo.

Las moléculas de ese grupo pueden ser activas tanto en aplicaciones foliares cuanto en
aplicaciones de suelo. Actualmente, existen varias moléculas de ese grupo en el mercado y
varios análogos en pruebas.

Las sulfonamidas o sulfoanilidas presentan acción pre-emergente sobre amplio espectro de


malezas de hojas largas. Las gramíneas, de modo general, no son afectadas debido al
metabolismo rápido de la molécula. Son sistémicos, a pesar de ser absorbidos a través de las
raíces.

El mecanismo de acción de esos grupos de herbicidas es la inhibición no competitiva de la


enzima acetolactato sintasa o acetohydroxi sintasa en la ruta de síntesis de los aminoácidos
ramificados valina, leucina y isoleucina; esa inhibición interrumpe la síntesis proteica, que por
su vez interfiere en la síntesis de DNA y en el crecimiento celular. Los síntomas de las
TERAPEUTICA Y MANEJO INTEGRADO DE PLAGAS

plantas bajo efecto de los herbicidas inhibidores de la ALS incluyen paralización del
crecimiento, amarillamiento de los meristemas y reducción del sistema radicular; las raíces
secundarias presentasen cortas y uniformes. Las plantas mueren, normalmente, en un
intervalo de 7 a 10 días.

Los herbicidas inhibidores de la ALS son muy usados, en razón de su baja toxicidad para
animales, alta selectividad para los cultivos y alta eficiencia en bajas dosis (Hess, 1994;
Ahrens, 1994). Los herbicidas clasificados como inhibidores de ALS se volvieron una
herramienta de gran importancia para los cultivos, debido a su alta eficiencia y su reducido
impacto ambiental negativo (Saari et al., 1994).

En el Brasil ya fueran identificados biotipos de B. pilosa y Euphorbia heterophylla resistentes


a esa clase de herbicida.

- Halosulfuron
Pertenece al grupo químico de las sulfonilureas, su nombre químico es methyl 3-chloro-5-
(4,6- dimethoxypyrimidin-2-ylcarbamoylsulfamoyl)-1-methylpyrazole-4-carboxylate. Es
absorbido solamente por las hojas, con translocación simplástica (vía floema), siendo
recomendado solamente para el control de C. rotundus en post-emergencia. La aplicación
debe ser hecha cuando las plantas de C. rotundus estén en pre-floración. El producto debe
ser aplicado con surfactante (a base de nonil-fenol-etoxilado, o preferentemente a base de
polioxietileno amina) en la concentración de 0,5% v/v. Pueden ser necesarias dos
aplicaciones al año, para control satisfactorio. Presenta persistencia mediana en el suelo
(dosis recomendadas) alrededor de 32 días.

- Flazasulfuron
Pertenece al grupo químico de las sulfonilureas, su nombre químico es 1-(4,6
dimetoxipirimidin)-2-il)-3-(3-trifluorometil)-2-piridisulfunil) urea. Presenta acción en pre y post-
emergencia, con traslocasión apo- simplástica (vía xilema y floema), siendo recomendado
para el control de gramíneas, hojas largas y Cyperus rotundus. En relación al control de
Cyperus rotundus, la aplicación debe ser hecha cuando las plantas estén en pre-floración,
pudiendo ser necesarias dos aplicaciones al año, para control satisfactorio de esta especie.
No presenta buena eficiencia en el control de Brachiaria decumbens, pero es bastante
eficiente sobre Digitaria horizontalis. Para efecto pre-emergente, necesita de buena humedad
del suelo. La persistencia mediana en el suelo es muy variada, dependiendo de la humedad
del suelo, de la temperatura y del pH.

- Trifloxysulfuron Sodium
Pertenece al grupo químico de las sulfonilureas, su nombre químico es 1-(4,6-
dimethoxypyrimidinyn- 2-yl)-3-[3-(2,2,2-trifluoroethoxy)-2-pyridylsulfonyl]urea. Presenta acción
en pre y post-emergencia, con traslocasión apo-simplástica (vía xilema y floema), siendo
recomendado para el control de gramíneas, hojas largas y C. rotundus. En relación al control
de Cyperus rotundus, la aplicación debe ser hecha cuando las plantas estén con 10 a 15 cm
de altura y antes de la floración, siendo bastante eficiente en la reducción del banco de
tubérculos del suelo de esta especie. No presenta buena eficiencia en el control de
solanáceas.
TERAPEUTICA Y MANEJO INTEGRADO DE PLAGAS

- Imazapic
Pertenece al grupo químico de las imidazolinonas, su nombre químico es ácido 2-[4,5-dihidro-
4- metil-(1-metiletil)-5-oxo-1H-imidazol-2-il]-5-metil-3-piridina carboxílico. Presenta acción en
pre y post- emergencia, con translocación apo-simplástica (vía xilema y floema), siendo
recomendado en el control de gramíneas, hojas largas y plantas perennes de difícil control,
como C. dactylon y C. rotundus

- Imazapyr
Pertenece al grupo químico de las imidazolinonas, su nombre químico es ácido (+/-)-2-[4,5-
dihidro- 4-metil-4-(1-metiletil)-5-oxo-1H-imidazol-2-il]-3-piridina carboxílico. Presenta acción
en pre y post- emergencia, con translocación apo-simplástica (vía xilema y floema). Intervalos
de dos horas sin lluvias después de su aplicación son suficientes para su absorción por las
malezas. Puede presentar período efectivo de control en el suelo (residual) de hasta 150
días.

El ácido nicotínico 2-(4-isopropil-4-metil-5-oxo-2-imidazolina-2-ilo) (imazapyr) presenta


solubilidad en agua de 11.272ppm; pka = 1,9 a 1,36; kow = 1,3; y koc no disponibles
(Rodrigues y Almeida, 1998). Es débilmente adsorbido por los coloides del suelo. Presenta
lenta degradación en el suelo, esencialmente por vía microbiana, en condiciones aeróbicas,
no se procesando en condiciones anaeróbicas. Bajo condiciones de campo, la persistencia
biológica es dependiente, sobre todo, de la dosis y de los factores ambientales, con
degradación más rápida en clima caliente y húmedo. Aunque estudios de laboratorio indiquen
que imazapyr tiene alto potencial de moverse en el perfil del suelo, los estudios de
disipación muestran que el tiene residuos declinando a niveles no detectables en el suelo en
períodos de 3 a 7 meses después de la aplicación en suelos tropicales y en seis meses a dos
años en clima templado, sin alcanzar grandes profundidades. Es registrado en Brasil para
control no-selectivo de la vegetación en áreas no cultivadas, como: margen de carreteras,
alambrados, ferrovias, áreas municipales e industriales, etc. Es también recomendado para:
cultivos de la caña-de-azúcar, para el control de el coquito (Cyperus rotundus) en canales de
viñaza y, también, en áreas de siembra, debiendo ser aplicado 60 días antes de la siembra
de la caña; áreas de reforestación con el pino (Pinus taeda); cultivos de la siringueira; y para
erradicación de troncos/restos de eucalipto. Es altamente eficiente en el control de la Typha
angustifolia.

- Imazethapyr
El ácido 2 - {4,5 - dihidro - 4 - metil - 4 - (1 - metiletil) - 5 - oxo - 1H - imidazol - 2 - ilo} - 5 -
etilpiridinacarboxílico presenta solubilidad en agua de 1.400 ppm; pka = 3,9; y kow = 11 a pH
5,0 y 31 a pH 7,0. Es débilmente adsorbido en un suelo con pH alto, pero esta absorción
aumenta en pH bajo, siendo, también, poco lixiviado (Rodrigues y Almeida, 1998). Presenta
lenta degradación en el suelo (media-vida de 60 días), pudiendo causar toxicidad a algunos
cultivos de invierno que sean cultivadas en sucesión a la soya tratada con este herbicida (Silva
et al., 1999). El maíz y el sorgo son muy sensibles a los residuos de imazethapyr en el suelo.
Esta registrado en Brasil para uso exclusivo en los cultivos de la soya. Se recomienda la
aplicación en post-emergencia precoz, estando las dicotiledóneas, en estadio cotiledonar, con
hasta cuatro hojas, y las monocotiledóneas, entre uno y cuatro hojas, lo que generalmente
TERAPEUTICA Y MANEJO INTEGRADO DE PLAGAS

ocurre entre 5 y 15 días después de la siembra de la soya. Controla con eficiencia diversas
especies de malezas: E. heterophylla, B. pilosa, Hyptis suveolens, Ipomoea grandifolia, además
de otras.

Figura 12. Controle de arroz rojo (Oryza sativa L.) por herbicidas del grupo de las imidazolinonas (A) y testigo
infestada (B).

- Nicosulfuron
El 2-(4,6-dimetoxipirimidina-2-il-carbamoilsulfamoil)-N,N-dimetilnico-tinamida; producto que
presenta solubilidad en agua de 360 ppm a pH 5 y 12.200 a pH 6,85; pka = 4,3; kow = 0,44 a
pH 5 y 0,018 a pH 7; y koc medio de 30ml/g de suelo a pH 6,5. No se tiene informaciones
sobre su absorción y lixiviación en el suelo. Cuanto a su persistencia en condiciones del
Brasil, se sabe que cultivos de soya, girasol, algodón y fríjol podrán ser sembradas 30 días
después de la aplicación del nicosulfuron; trigo, arroz y papa, 45 días después de la
aplicación; y tomate, 60 días (Rodrigues y Almeida, 1998). En Brasil, está registrado para los
cultivos de maíz, siendo utilizado en post-emergencia en área total. Controla gramíneas,
inclusive el sorgo de halepo, pasto Jonson (Sorghum. halepense), y diversas especies de
dicotiledóneas. En el momento de la aplicación, las plantas de maíz deben estar con dos a
seis hojas; las malezas dicotiledóneas, con dos a seis hojas; y las gramíneas, con hasta dos
macollos. La aplicación debe ser hecha estando el suelo húmedo y con las malezas en pleno
vigor vegetativo. La ocurrencia de lluvias una hora después de la aplicación afecta la
eficiencia de este herbicida. Su mezcla en el tanque con atrazine aumenta significativamente
el espectro de control de malezas.

c) Herbicidas inhibidores de enzima EPSPs


Los herbicidas inhibidores de la enzima 5-enolpiruvilshikimate-3-fosfato sintasa (EPSPs)
actúan inhibiendo esta enzima en la ruta de la síntesis de los aminoácidos aromáticos
esenciales fenilalanina, tirosina y triptofano, que son precursores de otros productos, como
lignina, alcaloides, flavonoides y ácidos benzoicos. Esas moléculas inhiben la EPSPs por
competición con el substrato PEP (fosfoenolpiruvato), impidiendo la transformación del
shikimato en corismato.

Los herbicidas inhibidores de la EPSPs presentan amplio espectro de control - prácticamente


no hay selectividad. Son aplicados en post-emergencia, por no presentar actividad en el
suelo, debido a la conjugación con sesquióxidos de hierro y aluminio. Son translocados vía
simplástica y no se debe cortar la parte aérea de las plantas tratadas durante la primera
semana después de la aplicación, a fin de mejorar la eficiencia de translocación en el sistema
radicular.

Los síntomas de las plantas bajo efecto de eses productos incluyen amarillamiento de los
TERAPEUTICA Y MANEJO INTEGRADO DE PLAGAS

meristemas, necrosis y muerte de ellas en días o semanas. La translocación es mejorada


cuando las plantas están expuestas a la luz y con alta actividad metabólica. La absorción de
ese producto por las plantas es lenta; así, la ocurrencia de lluvia en intervalo de tiempo menor
que 4-6 horas puede reducir su eficiencia.

Estos herbicidas están siendo usados de forma no selectiva, pero, con la llegada de las
plantas transgenicas, ellos pasaran a ser opción para el control selectivo de las malezas en
los cultivos transformadas genéticamente.

Por presentar limitado metabolismo por las plantas y bajo residual, esos herbicidas son
considerados productos con baja probabilidad de seleccionar especies resistentes. Todavía,
biotipos de Lolium rigidum y Eleusine indica resistentes al glyphosate ya fueran identificados.

- Glyphosate
Pertenece al grupo de los derivados de la glicina, su nombre químico es N-(fosfonombretil)
glicina. Presenta solamente absorción foliar y translocación simplástica (vía floema). No
selectivo a los cultivos. Es recomendado en pos-emergencia de las malezas. Es extremamente
absorbido por los coloides del suelo, permitiendo la siembra de los cultivos luego en seguida a
su aplicación, siendo muy poco lixiviable. Su degradación es principalmente microbiana.

Figura 13. Plántulas de Synedrellopsis grisebachii Hieron & Kuntze tolerantes al herbicida Glifosate.

Figura 14. (Commelina benghalensis L.) tolerante al herbicida glyphosate.


TERAPEUTICA Y MANEJO INTEGRADO DE PLAGAS

Figura 15. Tolerancia de Hydrocotyle bonariensis Lam .al herbicida glyphosate.

d) Herbicidas inhibidores de la fotosíntesis II


Los herbicidas pertenecen a los grupos triazinas, triazinonas y uréas substituidas son
inhibidores del fotosistema II (FSII). Ellos causan inhibición del FSII, uniéndose a la proteína
D1, en el sitio donde se acopla la plastoquinona "Qb" (Figura 1). Estos herbicidas compiten
con la plastoquinona "Qb" parcialmente reducido (QbH) por el sitio en la proteína D1,
ocasionando la salida de la plastoquinona y interrumpiendo el flujo de electrones entre los
fotosistemas. La asociación de las moléculas herbicidas con la proteína se da con
aminoácidos diferentes del sitio, lo que impide que plantas resistentes a determinado
herbicida o a un grupo de herbicidas sean resistentes a los demás herbicidas.

La muerte de las plantas sensibles ocurre debido al rompimiento de las membranas, causado
por la peroxidación de los lípidos. La clorosis foliar es resultado del rompimiento de las
membranas.

La tasa fotosintética de las plantas tratadas con esos herbicidas declina en pocas horas
después del tratamiento. Aparentemente todos son absorbidos igualmente por las raíces y no
causan ninguna señal de toxicidad en estas, pero la absorción foliar varía entre los diferentes
grupos. Cuando esos productos son aplicados en post-emergencia, es necesario buena
cobertura foliar de la planta, siendo, a veces, indispensable la adicción de coadyuvantes. La
translocación es vía xilema y, por eso, plantas perennes solo son eliminadas cuando tratadas
vía suelo.

En general, estos herbicidas son fuertemente absorbidos por los coloides orgánicos y
minerales del suelo y presentan poca o mediana movilidad en el perfil del suelo. Por esas
razones, las dosis recomendadas, cuando aplicadas directamente en el suelo, son variables
para cada tipo de suelo.

El uso de mezcla de herbicidas inhibidores de la fotosíntesis con otros productos debe ser
hecho con cuidado. Es común ocurrir efectos sinérgicos cuando se aplican inhibidores de
fotosíntesis en mezcla con otros herbicidas, insecticidas o fungicidas inhibidores de la
colinesterase. En algunos casos puede haber pérdida de la selectividad. La selectividad de
estos herbicidas es proporcionada por metabolismo, absorción, translocación diferencial y por
posición.
TERAPEUTICA Y MANEJO INTEGRADO DE PLAGAS

Los síntomas de las plantas sobre el efecto de estos herbicidas aparecen inicialmente en las
hojas más viejas, incluyendo clorosis en las internervaduras y en los bordes de las hojas, que
progresan para necrosis. Los síntomas son bastante parecidos con el de los herbicidas
disruptores de membranas. La diferencia es que los síntomas de los inhibidores de
fotosíntesis tardan más en aparecer.

El número de malezas resistentes a este grupo de herbicida es bastante grande en otros


países.
Ese hecho indica que estos productos deben ser usados en conjunto con técnicas de
prevención de la resistencia.

Figura 16. Herbicidas inhibidores del flujo de electrones y respectivos locales de acción.

- Diuron
Pertenece al grupo químico de los derivados de la urea, su nombre químico es 3-(3,4-
diclorofenil)- 1,1-dimetilurea. Presenta absorción principalmente radicular, pero también vía
foliar, y translocación apoplástica (vía xilema). Presenta período efectivo de control medio
(residual) de 40 a 70 días, variando de acuerdo con las características físico-químicas del suelo,
las condiciones climáticas y la dosis aplicada. Necesita de humedad en el suelo para un buen
funcionamiento. Las dosis recomendadas son diferentes para cada tipo de suelo, siendo ellas
dependientes principalmente de su CTC efectiva, del contenido de mataría orgánica, de la
textura del suelo y también del período efectivo de control deseado. Su degradación es
principalmente microbiana.

Figura 17. Fitotoxicidad en plantas de algodón por el efecto del herbicida diuron.
TERAPEUTICA Y MANEJO INTEGRADO DE PLAGAS

- Ametryn
Pertenece al grupo químico de las triazinas, su nombre químico es 2 etileno-4-isopropilamino-
6- metiltio-s-triazina. Presenta absorción vía radicular y foliar y translocación apoplástica (vía
xilema), siendo la simplástica (vía floema) mínima. Es recomendado en pre o post
emergencia inicial, en aplicación aislada o en mezclas con otros herbicidas. El período
efectivo de control en el suelo varía de 50 a 70 días. Dosis recomendadas son diferentes para
cada tipo de suelo, siendo ellas dependientes principalmente de la CTC efectiva, del
contenido de la materia orgánica, de la textura del suelo, del pH y también del período
efectivo de control deseado.

- Tebuthiuron
Pertenece al grupo químico de los derivados de la urea, su nombre químico es N-(5-(1,1-
dimetiletil)- 1,3, 4-tiadiazol-2-il)-N,N’-dimetilurea. Es absorbido vía radicular, con translocación
apoplástica (vía xilema). Recomendado solamente para uso en pre-emergencia. Presenta
amplio espectro de control, siendo eficiente en el control de las diversas especies de
gramíneas y de dicotiledóneas. Presenta largo período efectivo de control (120 días) en las
dosis recomendadas, todavía su persistencia mediana en el suelo en la dosis recomendada
varia de 2 a 3 años. Presenta acción aún en suelos con menor humedad. Son necesarias
dosis diferentes para cada tipo de suelo. Es degradado químicamente, pudiendo tener la
participación de microorganismos.

- Hexazinone
El hexazinone pertenece al grupo químico de las triazinonas, teniendo como nombre químico
3- cyclohexyl-6-(dimethylamino)-1-methyl-1,3,5-triazine-2,4 (1H, 3H)-dione. El hexazinone es
absorbido vía radicular y foliar, con translocación apoplástica (vía xilema) y, en menor
intensidad simplástica. Las dosis recomendadas de ambos son diferentes para cada tipo de
suelo, siendo ellas dependientes de la CTC efectiva del suelo, de la textura y del contenido
de materia orgánica. La degradación del hexazinone se da principalmente vía microbiana,
pero también puede ser debido al a foto-descomposición.

- Metribuzin
Pertenece al grupo químico de las triazinonas, su nombre químico es 4-amino-6-(1,1-
dimetiletil)-3- metiltio-1,2,4-triazin-5(4H)-ona. Es absorbido vía radicular y foliar, con
translocación apoplástica (vía xilema). Recomendado para uso en pre y post-emergencia.
Presenta amplio espectro de control, siendo eficiente para control de diversas especies de
gramíneas y de dicotiledóneas. Necesita de humedad en el suelo para su funcionamiento.
Son necesarias dosis diferentes para cada tipo de suelo.

- Atrazina
El 2-cloro-4(etilamino)-6-(isopropilamino)-s-triazina (atrazine) presenta solubilidad en agua de
33 ppm, pka = 1,7, kow = 481; y koc medio de 100 ml/g de suelo (Rodrigues y Almeida,
1998). Es adsorbido por los coloides de la arcilla y de la materia orgánica, y tanto más cuanto
mayor es su contenido en el suelo; el proceso es reversible, dependiendo de la humedad, de
la temperatura y del pH del terreno. Es poco lixiviable, no siendo común ser encontrado en
los suelos cultivados en profundidad superior a 30 cm. Su degradación en el suelo es, en
parte, microbiana, pero también química y física. Presenta persistencia mediana en el suelo
TERAPEUTICA Y MANEJO INTEGRADO DE PLAGAS

en las dosis recomendadas de 5 a 7 meses, en condiciones tropicales y subtropicales,


pudiendo ser mayor que 12 meses si usado en dosis elevadas. En condiciones de campo, ha
sido observado toxicidad en avena sembrada hasta 150 días después de la aplicación de
atrazine en los cultivos del maíz. Es muy utilizado para los cultivos del maíz, siendo, también,
recomendado para caña-de-azúcar, café, frutales, cacao, pimienta-del-reino, etc. Tabaco y
trigo son muy sensibles a la atrazina. Cuando aplicado en post-emergencia, el tiene su acción
bastante mejorada con la adición de aceite mineral, siendo más eficiente para controlar
malezas recién-emergidas (plantas con 1-2 pares de hojas). Es muy utilizado en mezclas con
otros herbicidas en cultivos de maíz, caña-de-azúcar, frutales y otras. Las plantas de maíz
poseen la capacidad de metabolizar la atrazina absorbida, transformandola en hidroxitriazinas
por la hidroxilación por la acción de bienzoxazinonas, presentes en toda la planta de maíz. La
atrazina es muy eficiente en el control de malezas dicotiledóneas, presentando eficiencia
apenas regular para diversas monocotiledóneas. En los cultivos de maíz, es muy utilizado en
preemergencia, cuando en mezcla con el metolachlor, formando la “Primestra”, y también en
post-emergencia precoz, cuando en mezcla con aceite mineral (Primaceite) para control de
dicotiledóneas y en mezcla en el tanque con el nicosulfuron, en áreas con infestación mixta.

Figura 18. Fitotoxicidad en plantas de soja por efecto del herbicida atrazine.

- Bentazon
El 3-isopropil-2,1,3-bienzotiodiazinona-(4)-2,2-dióxido (bentazon) presenta solubilidad en agua
de 2.300.000 ppm; kow = 0,35; y koc medio de 34 ml/g de suelo. Es adsorbido por los coloides
orgánicos y minerales del suelo, presentando lixiviación muy reducida, en el suelo por esta
razón, pero por el rápido proceso de degradación en el suelo. En los terrenos cultivados no es
encontrado en profundidades superiores a 20 cm. (Rodrigues y Almeida, 1998). Es registrado
en el Brasil para los cultivos de maní, arroz, fréjol, maíz, soya y trigo. Es utilizado
exclusivamente en post-emergencia, debido a la reducida absorción radicular. Se recomienda la
adición de aceite mineral al caldo, para facilitar la absorción por las malezas. La eficacia es
mayor en temperaturas altas y se reduce abajo de 16ºC, razón o por la cual, en el invierno, el uso
de aceite mineral se vuelve más necesario. Controla diversas especies de hojas largas anuales,
entre ellas Acanthospermum australe, Bidens pilosa, Ipomoea grandifolia, Rhaphanus
raphanistrum, Conmelina bienghalensis, además de otras.

Debe ser aplicado sobre malezas en el estadio de 2 a 4 hojas, estando estas con buen vigor
vegetativo, evitando períodos de sequía y humedad relativa del are inferior a 60%. Es común
ser utilizado en mezcla, en el tanque, con herbicidas recomendados para controlar malezas de
hojas largas, cuando la infestación del terreno incluye especies que le son tolerantes. No actúa
sobre gramíneas, una vez que son comunes a las combinaciones con graminicidas post-
TERAPEUTICA Y MANEJO INTEGRADO DE PLAGAS

emergentes; en estas condiciones, se aplica, preferentemente, primero el graminicida y, en un


intervalo de tres días, el bentazon.

e) Herbicidas inhibidores de pigmentos


Los grupos químicos isoxazolidinona e iridazinonas componen l clase de herbicidas llamada
de inhibidores de pigmentos. Las plantas susceptibles a los herbicidas inhibidores de
pigmentos pierden el color verde después del tratamiento con estos herbicidas. El síntoma
evidente por las plantas tratadas con estos herbicidas es la producción de tejidos nuevos
totalmente blancos (albinos), algunas veces rosado o violeta. Estos tejidos son normales,
excepto por la falta de pigmentos verdes (clorofila) y amarillos (Ross y Childs, 1998).

Los herbicidas inhibidores de pigmentos actúan en la ruta de la biosíntesis de carotenoides,


resultando en la acumulación de phytoeno y phytoflueno, con predominio del phytoeno, que
son dos precursores, sin color, del caroteno. La producción de nuevos tejidos albinos, por las
plantas tratadas, no implica que estos herbicidas inhiban directamente la síntesis de clorofila.
La pérdida de la clorofila es resultado de su oxidación por la luz (foto-oxidación), debido a la
falta de carotenoides que la protegen de la foto-oxidación.

Después de la síntesis de la clorofila, esta se vuelve funcional y absorbe energía, pasando


del estado singlet para el estado triplet, más reactivo. En condiciones normales, la energía
originada de la forma triplet es disipada a través de los carotenoides. Así, cuando los
carotenoides no están presentes, la clorofila que está en el estado triplet no disipa energía e
inicia reacciones de degradación, en las cuales ella es destructiva (Abernatly, 1994). La
inhibición de la síntesis de carotenoides lleva a la descomposición de la clorofila por la luz,
como resultado de la pérdida de la fotoprotección proporcionada por los carotenoides a la
clorofila (Moreland, 1980). Debido a ese proceso, la clorofila no se mantiene sin la presencia
de los carotenoides, que la protegen disipando el exceso de energía.

El local de acción más estudiado es donde actúa la enzima phytoeno deshidrogenase. La


inhibición de esta enzima provoca el acumulo de phytoeno. El herbicida clomazone parece
tener un único local de acción y no causa acumulo de phytoeno, pero si de gossypol y
henygossypol. La inhibición de la enzima IPP (isopentyl pirophosphato isomeraza) es el local
probable de acción de ese herbicida (Abernatly, 1994). Otras alteraciones provocadas por
esos productos son: reducción de la síntesis proteica, pérdidas de proplastídios y
degradación de los ribosomas 70S. Esos herbicidas también poseen efectos sobre la
reacción de Hill (Morekland, 1980).

El crecimiento de la planta continua por un cierto tiempo, todavía, en razón de la falta de


clorofila, ella no consigue mantenerse, así, el crecimiento cesa y empieza a surgir manchas
necróticas. Es importante destacar que estos herbicidas no tienen efecto sobre carotenoides
sintetizados antes de su aplicación. De ese modo, tejidos formados antes de la aplicación del
herbicida no se muestran blancos inmediatamente, pero, debido a la necesidad de
renovación de los carotenoides, ellos desarrollan manchas cloróticas, que progresan para
necrosis (Abernatly, 1994).

Esos herbicidas presentan translocación en las plantas vía xilema y pueden persistir por
TERAPEUTICA Y MANEJO INTEGRADO DE PLAGAS

largos períodos en el suelo, afectando cultivos sucesivos. La selectividad a cultivos se da por


la translocación reducida y por la detoxificación de las moléculas del herbicida.

Esta clase de herbicida presenta baja toxicidad para animales y no existen casos registrados
de malezas resistentes (Abernatly, 1994).

- Isoxaflutole
Pertenece al grupo químico de las isoxazolidinonas, su nombre químico es 5-ciclopropil-4-(2-
metilsulfonil-4-trifluorometilbienzoil)-isoxazole. Es absorbido predominantemente por el
meristemo apical de las plántulas, por las raíces y el cuello de las plantas sensibles, con
translocación apoplástica (vía xilema). Es recomendado principalmente en pre-emergencia,
pudiendo provocar blanqueamiento de las hojas de las plantas cultivadas. Presenta período
efectivo de control variando de 60 a 90 días, conforme el tipo de suelo y la dosis. Son
recomendadas dosis diferentes para cada tipo de suelo. Su degradación es, principalmente,
microbiana, siendo también química.

- Clomazone
Pertenece al grupo químico de las isoxazolidinonas, su nombre químico es 2-(2-clorofenil)
metil-4,4- dimetil-3-isoxazolidinona. Presenta absorción, predominantemente por el
meristemo apical de las plántulas, por las raíces y por la base de las plantas, con
translocación apoplástica (vía xilema). Recomendado en pre o post-emergencia inicial, puede
causar “blanqueamiento” de las hojas de las plantas cultivadas. Presenta período efectivo de
control de 70 a 100 días, dependiendo de la dosis y del tipo de suelo. Presenta degradación,
principalmente, microbiana, todavía, en condiciones anaeróbicas, también química.

f) Herbicidas inhibidores del Protox


Los herbicidas que pertenecen a los grupos difeniléteres, ariltriazolinonas y el herbicida
oxadiazon son clasificados como destructores de membranas, siendo usados en pre-
emergencia (ariltriazolinona) y post-emergencia para controlar malezas de hojas largas.

Los herbicidas de ese grupo pueden penetrar por las raíces, por los tallos y por las hojas de
plantas jóvenes. Poseen baja o ninguna translocación. Necesitan de luz para presentar
máxima actividad; en la oscuridad presentan baja acción. Las partes tratadas mueren en dos
o tres días. Debido a la baja translocación, es necesario buena cobertura foliar. En el suelo,
presentan alta absorción por la materia orgánica.

Fueron necesarios varios trabajos para entender el mecanismo de acción de estos


herbicidas. Primeramente, fue demostrado que la formación de gran cantidad de oxígeno
singleto, reconocidamente capaz de iniciar el proceso de peroxidación de los lípidos. En
seguida se comprobó que el pigmento involucrado era la protoporfirina IX, un precursor de
la clorofila. Después, se demostró que la protoporfirina IX es acumulada fuera de los
plastideos, en tejidos tratados con los difenilésteres, e interactúa con el oxígeno y la luz
para formar el oxígeno singleto. Por fin, se descubrió que la enzima inhibida por los
herbicidas del grupo de los difenilésteres era la protoporfirinogenio oxidase, conocida
simplemente por la abreviatura Protox.
TERAPEUTICA Y MANEJO INTEGRADO DE PLAGAS

Todavía, quedaba una cuestión crucial a ser constatada: si la protox es inhibida, como es
que la protoporfirina IX estaría siendo acumulada, ya que esta es formada después de la
acción de la protox? La respuesta surgió con la descubierta de que el protoporfirinogenio IX
sale del cloroplasto cuando la protox es inhibida y se acumula en el citoplasma. La oxidación
enzimática ocurre entonces en el citoplasma, y la protoporfirina IX formada en él, es
usada como substrato, en ese local, para la enzima Mg-quelatase, que se localiza en los
cloroplastos y es responsable por la formación del Mg-protoporfirina IX. La protoporfirina IX
formada en el citoplasma, sin Mg, interactúa con el oxígeno y la luz para formar el oxígeno
singleto y empezar el proceso de peroxidación de los lípidos de la plasmalema.

La acumulación rápida de la protoporfirina IX sugiere un descontrol en la ruta metabólica de


la síntesis de la misma. La explicación más acepta es la inhibición de la síntesis del grupo
hene, precursor en la planta de los citocromos, que es sintetizado a partir de la
protoporfirina IX con la interferencia de la Fe quelatase. El grupo hene es conocido por la
acción de control en la síntesis del ácido aminolevulínico (ALA), a partir del glutamato. Con
la inhibición del protox en el cloroplasto, la síntesis de hene es también inhibida, dejando de
haber el control sobre la síntesis de ALA. Las consecuencias del descontrol son el aumento
rápido del protoporfirinogenio IX, la salida para el citoplasma, la oxidación por el protox en
el citoplasma, la formación de la protoporfirina IX, el aparecimiento del oxígeno singleto y la
peroxidación de los ácidos grasos insaturados de la plasmalema.

Los primeros síntomas de estos herbicidas son manchas verde-oscuras en las hojas, que
progresan para necrosis. Cuando usados en pre-emergencia, los síntomas aparecen en el
momento en que las plántulas emergen.

- Sulfentrazone
Pertenece al grupo químico de las ariltriazolinonas, su nombre químico es N-8[2,4-dicloro-5-
[4- (difluorometil)-4,5-dihidro-3 metil-5-oxo-1 H-1,2,4-triazol-1-il]fenil] metanosulfonamida.
Presenta absorción principalmente radicular y translocación apoplástica (vía xilema), todavía,
con pequeño movimiento por el floema. Es recomendado en pre-emergencia. Presenta
elevado espectro de control de diversas gramíneas, dicotiledóneas y ciperáceas. Puede
presentar elevado período efectivo de control, llegando hasta 180 días. Altamente absorbido
por coloides orgánicos. Su degradación es principalmente microbiana.

Figura 19. Fitotoxicidad de sulfentrazone en soya, cultivar CEP 12 (A) en comparación con plantas de soya
cultivadas en área sin aplicación del herbicida (B).
TERAPEUTICA Y MANEJO INTEGRADO DE PLAGAS

- Fomesafen
El 5-{2-cloro-4-(trifluorometil)fenoxi}-N-metilsulfonil-2-nitrobienzamida presenta solubilidad en
agua de 600.000 ppm; pka = 2,7; kow = 794; y koc medio de 60 ml/g de suelo. Adsorción y
lixiviación sin información. Persistencia alta en el suelo en la dosis recomendada, con media
de vida de dos a seis meses (Almeida y Rodrigues, 1998). Observar un intervalo mínimo de
150 días entre la aplicación del fomesafen y la siembra de maíz y, o, sorgo. Es registrado en
el Brasil para los cultivos de soya y fréjol. Controla grande número de especies de hojas
largas anuales, entre ellas Acanthospermum australe, Amaranthus hybridus, Euphorbia
heterophylla, Bidens pilosa, Ipomoea grandifolia, además de otras. Es recomendado para uso
en post-emergencia de las invasoras, en el estadio de 2 a 4 hojas. Debe ser aplicado con las
malezas en buen estado de vigor vegetativo, evitando períodos de seca, horas de mucho
calor y humedad relativa del aire inferior a 60%. Adicionar al caldo el coadyuvante
recomendado por el fabricante. Requiere una hora sin que ocurran lluvias después de la
aplicación, para asegurar la absorción por las malezas. Es común ser utilizado en mezcla con
el fluazifop-p-butyl, para el control en post-emergencia de malezas dicotiledóneas y
gramíneas.

- Lactofen
El 1’-(carboetoxi) etil-5-(2-cloro-4-(trifluoro-metil) fenoxi)-2-nitrobienzoato presenta solubilidad en
agua de 0,1 ppm; pka = 0; kow no-disponibles; y koc medio de 10.000 ml/g de suelo. Es
fuertemente adsorbido por los coloides orgánicos y minerales, presentando muy baja lixiviación
en el perfil del suelo (Almeida y Rodrigues, 1998). El lactofen es disipado en el suelo en menos
de siete días y pierde su actividad en menos de tres semanas, no afectando los cultivos
siguientes. Es registrado en el Brasil para los cultivos de soya, arroz y maní. Controla gran
número de especies de hojas largas anuales, incluyendo algunas especies problema, como
Euphorbia heterophylla, Sida rhombifolia, Conmelina bienghalensis, además de otras. Es
recomendado para el uso en post-emergencia de las malezas, en el estadio de 2 a 4 hojas. El
producto provoca toxicidad al cultivo de la soya, con clorosis y necrosis foliar y reducción y
crecimiento, pero el cultivo se recupera. Es común ser utilizado en mezcla en el tanque con
otros herbicidas, con el objetivo de aumentar el espectro de control de malezas de hojas largas,
también, cuando la infestación del terreno incluye especies que le son tolerantes.

g) Herbicidas inhibidores de la respiración


- MSMA
Pertenece al grupo químico de los arsenicales orgánicos, su nombre químico es
metanoarseniato ácido monosódico. Presenta absorción únicamente foliar y translocación
restricta, simplástica (vía floema), cuando hay concentración de almidón en los órganos de
reserva. Es recomendado solamente en post- emergencia, no siendo selectivo a la mayoría
de los cultivos. Es muy utilizado en chorro dirigido en post- emergencia tardía. Es también
muy usado en el “repase químico”. No presenta residuo en el suelo (para cultivos sucesivos),
a pesar de tener media-vida alrededor de 180 días es completamente absorbido e inactivado
por los coloides del suelo. Condiciones ambientales como la alta intensidad luminosa,
temperaturas altas y alta humedad relativa del aire generalmente incrementan la eficacia de
los metanoarseniatos (Nimbal et al., 1996). Presenta degradación microbiana.

h) Herbicidas inhibidores de la ACCase


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Los compuestos de este grupo aparecerán en el mercado de herbicidas a partir de 1975 y,


hasta hoy, nuevos productos están siendo desarrollados. Son muy utilizados para el control
de gramíneas anuales y perennes. Las principales características de este grupo de herbicidas
son las siguientes:
Son utilizados exclusivamente en post-emergencia, para control de gramíneas anuales y
perennes. La selectividad varía entre especies de gramíneas, tanto para malezas cuanto para
cultivos. Las especies no-gramíneas son todas resistentes.

Son rápidamente absorbidos por las hojas de las plantas. La translocación varía entre
especies, pero ocurre tanto por el floema cuanto por el xilema. Para la actividad máxima ser
alcanzada, hay siempre necesidad de la adición de un surfactante o coadyuvante.
Son muy efectivos cuando aplicados sobre plantas no-estresadas, en fase de rápido
crecimiento; la eficiencia disminuye cuando las gramíneas están creciendo en condiciones de
déficit hídrico.

La muerte de las gramíneas susceptibles es lenta, requiriendo una semana o más para la
muerte completa. Los síntomas incluyen rápida parada del crecimiento de las raíces y de la
parte aérea y cambio de pigmento en las hojas dentro de dos a cuatro días, seguida de
necrosis, la cual comienza en las regiones meristemáticas y se difunde por toda la planta.
Presentan lenta degradación en el suelo.

En dosis normales, los herbicidas de este grupo no presentan actividad suficiente para el
control de gramíneas en pre-emergencia. Solamente diclofop tiene registro para uso en el
suelo. De modo general, para que actué en el suelo, es necesaria una dosis tres veces mayor
que la requerida para la acción en post-emergencia.

Mezclas en el tanque de esos graminicidas específicos con latifolicidas han traído una serie
de problemas de antagonismo. Entre los herbicidas que ya mostraron acción antagónica,
pueden ser mencionados: sulfonilureas, imidazolinonas, MCPA, 2,4-D, 2,4-DB, dicamba,
acifluorfen, bromoxynil, bentazon y metribuzin; probablemente ellos afectan la absorción
foliar. Distanciándose las pulverizaciones por algunos días, el problema es minimizado y,
hasta aún, eliminado.

A pesar del poco tiempo de uso, ya existen malezas que adquirieron resistencia a los
inhibidores de la biosíntesis de lípidos. El caso más reportado es el ocurrido en Australia con
la especie Lolium rigidum, que mostró resistencia al diclofop-methyl y resistencia cruzada a
otros graminicidas específicos, a las sulfonilureas y al trifluralin.

La enzima afectada por estos herbicidas ocurre también en las células animales; por eso, de
modo general, ellos son tóxicos para mamíferos (clase toxicológica de I a III, predominancia
de la clase II) y, también, para peces.

La inhibición de la biosíntesis de lípidos explica perfectamente la reducción en el crecimiento,


o aumento en la permeabilidad de la membrana y los efectos ultra-estructurales observados
en las células. Fue descubierto, en 1987, que la acción de los graminicidas específicos era
sobre la enzima Acetil Coenzima-A Carboxilase (ACCase). Esta enzima, encontrada en el
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estroma de plastideos, convierte el Acetil Coenzima A (Acetil-CoA) en Malonil Coenzima A


(Malonil-CoA) por la acción de una molécula de COB2B al Acetil-CoA. Esta es una reacción-
clave en el inicio de la biosíntesis de lípidos, y muchos autores juzgan es esta reacción la que
dosifica el ritmo de la biosíntesis de lípidos. La enzima Acetil Coenzima A Carboxilase
(ACCase) es, en la realidad, un complejo de tres dominios: una biotina carboxilase que
promueve la carboxilación de la biotina con carbonato (CHO3), lo cual es una reacción
dependiente del ATP; la transcarboxilase, que transfiere el CO2 de la biotina para o Acetil-
CoA; y la proteína transporte de la biotina (BCP), la cual es ligada covalentemente al grupo de
la biotina por un espaciador móvil, que permite a la biotina moverse entre los dos centros
catalíticos (Hess, 1995). La ACCase de maíz ya fue aislada, purificada y parcialmente
caracterizada. Cuando el substrato Acetil-CoA es substituído por Proprionil-CoA, la enzima
funciona, pero la eficiencia disminuye por la mitad.

- Sethoxydim
El 2-1-etoximino-butil-5-2 (etiltio)-propil-3-hidroxi-2-ciclohexeno-1-ona-presenta solubilidad en
agua a pH 4,0 de 25 ppm y la pH 7,0 de 4.700 ppm; pka = 4,16; kow = 45,1; y koc medio de
100 ml/g de suelo (Rodrigues & Almeida, 1998). Absorción y lixiviación sin informaciones,
teniendo una media-vida en el suelo de 4 a 11 días, dependiendo de las condiciones
climáticas y del tipo de suelo. No perjudica a los cultivos siguientes que sean instaladas en el
terreno 30 días después del tratamiento. Es un herbicida registrado en el Brasil para algodón,
eucalipto, fréjol, girasol, gladíolo, soya y tabaco; se encuentra en fase de registro para piña,
zanahoria, lino y yuca. En otros países, es recomendado, también, para los cultivos de alfalfa,
maní, colza, sésamo, café, banana, cítricos, manzana y en hortícola (batata, sandia, melón y
frutilla). Se supone que sea selectivo para todos los cultivos que no son gramíneas. Controla
gramíneas anuales y algunas perennes, como Cynodon dactylon, si bien que exige dosis más
altas de aplicación. Debe ser aplicado en pos-emergencia de las malezas, por ser la foliar la
principal vía de absorción del producto.

Es necesario adicionar al caldo coadyuvante, lo que acelera su absorción, no siendo


perjudicada la acción del sethoxydim por una lluvia que ocurra una hora después de su
aplicación. Presenta corta persistencia en el suelo, no perjudicando cultivos sensibles que
sean instaladas en el terreno un mes después del tratamiento.

- Haloxyfop-methyl
El metil 2-{4 (3-cloro-5- (trifluorometil-2-piridinoxi)} fenoxi-propanoato-presenta solubilidad en
agua de 9,3 ppm; pka = 4,3; kow = 11,7; y koc medio de 33 ml/g de suelo. Es
moderadamente adsorbido por los coloides del suelo; en suelos livianos, en condiciones de
alta pluviosidad, puede haber lixiviación del producto. La acción residual del producto en el
cultivo es de 30 a 40 días. Es utilizado, en el Brasil, para los cultivos de soya, fréjol y
eucaliptos.

Cuando usado en la dosis de 120 g/ha i.a., controla gramíneas anuales, de reproducción por
semillas, desde joven hasta un adelantado estadio de desarrollo. En dosis altas (120-360
g/ha i.a.), tiene acción sobre rebrotes de gramíneas anuales que hayan sido cortadas, como
es el caso normal en cultivos perennes. En las dosis de 360 - 600 g/ha i.a., controla
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gramíneas perennes, como Cynodon dactylon y Sorghum halepense, pudiendo requerir


reaplicación en el caso de rebrotes (Rodrigues & Almeida, 1998). Es rápidamente absorbido
por las hojas, no siendo perjudicada su eficacia por lluvias que ocurran una hora después de
su aplicación. Es compatible con otros herbicidas usados en post- emergencia para control de
hojas largas, como bentazon, acifluorfen, fomesafen y lactofen, permitiendo la aplicación de
los dos en una solo operación, con excepción del 2,4-D; en este caso, hay que observar un
intervalo de diez días entre el empleo de uno y de otro.

Cuando mezclado con herbicidas recomendados para uso en post-emergencia que controlan
malezas de hojas largas y que ya contengan en su formulación un adyuvante, no se debe
adicionar aceite mineral al caldo, para aumentarle la fitotoxicidad.

- Fluazifop-butil
El propionato de 2-(4 (5-trifuorometil-2-iloxipiridina)-fenoxi-n-butila presenta solubilidad en
agua de 2 ppm; pka = 0, kow = 0,8; y koc medio de 5.700 ml/g de suelo. No presenta
movilidad en el suelo, tiene una persistencia mediana de 30 días (Rodrigues & Almeida,
1998). Es registrado en el Brasil para los cultivos de lechuga, algodón, cebolla, zanahoria,
soya, tabaco, tomate, café, eucalipto, cítricos, pino y rosas. Controla grande número de
especies de gramíneas anuales en estadio de hasta 4 macollos y algunas perennes. Es
recomendado para uso en post- emergencia, debiendo ser aplicado en el inicio del desarrollo
de las malezas. Debe ser aplicado con las plantas en buen estado de vigor vegetativo,
evitando períodos de falta de agua, horas de mucho calor y humedad relativa del aire inferior
a 70%. No debe ser mezclado con herbicidas que controlan dicotiledóneas, a no ser el
fomesafen, por incompatibilidad fisiológica, debiendo ser utilizado secuencialmente, con
intervalo superior a cinco días.

- Clethodim
El (E,E) - (+/-) - 2 - {1- ((3-cloro - 2 - propenil oxil) imino) propil} - 5 [(2 - etiltio) propil] - 3 -
hidroxi - 2 - ciclohexeno - 1 - ona - presenta solubilidad en agua de 5.520 ppm; pka sin
información; kow = 15.000; y koc desconocido. No presenta solubilidad en el suelo, tiene una
persistencia muy corta, de dos a tres días (Rodrigues & Almeida), 1998). Es un herbicida
graminicida, sistémico, altamente selectivo para los cultivos de la soya y otras dicotiledóneas,
como algodón, maní, fréjol, arveja, cebolla, zanahoria, soya, tabaco, tomate, café, eucalipto,
cítricos, pino y otras. Destacase por su amplio espectro de acción en el control de gramíneas
anuales, perennes y zoca de cultivos de gramíneas, comunes en rotación de cultivos como la
soya. Tales como: raygras, maíz, avena y trigo. Es recomendado para uso en post
emergencia, debiendo ser aplicado al inicio del desarrollo de las malezas (4 hojas hasta 6
macollos, cuando provenientes de semillas, y con 10 a 40 cm., cuando provenientes de
rizomas). Debe ser aplicado con las malezas en buen estado de vigor vegetativo, evitando
períodos de sequía, horas de mucho calor y humedad relativa del aire inferior a 60%.

i) Inhibidores de puntos de crecimiento


Las cloroacetanilidas han sido uno de los grupos de herbicidas más usados en el mundo.
Desde el lanzamiento del primer herbicida de ese grupo, en 1954 (CDAA), el uso de
cloroacetamidas está siempre aumentando. En Estados Unidos de América del Norte, es hoy
el grupo de herbicidas más utilizado, por causa del uso extensivo en soya y maíz. A pesar del
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uso continuo por tantos años, no existe aún relatos del aparecimiento de gramíneas que
tengan adquirido resistencia a esos herbicidas. No existen informes también sobre aumento
de biodegradación en el suelo. Las principales características de los herbicidas del grupo de
las cloroacetamidas son:
• Controlan plántulas de muchas gramíneas anuales y algunas dicotiledóneas antes de
la emergencia o aún plántulas, luego después de la emergencia. En áreas tratadas
con cloroacetanilidas, las semillas inician el proceso de germinación, pero no llegan a
emerger, y, cuando lo hacen, exhiben crecimiento anormal. En combinación con otros
herbicidas, las cloroacetanilidas pueden auxiliar en el control de dicotiledóneas, pero,
aisladamente, el control no es consistente. El mayor uso de las cloroacetanilidas está
ligado al control, en pre-emergencia, de malezas gramíneas y conelináceas.
• En razón del efecto de esos herbicidas estar ligado solamente a plántulas, es muy
difícil el estudio de la translocación. Los datos existentes indican translocación muy
pequeña.
• Las cloroacetanilidas son aparentemente absorbidas por las raíces (dicotiledóneas) y
por las partes encima de la semilla (principalmente gramíneas).
• Gramíneas demuestran inhibición de la emergencia de la primera hoja del coleóptilo;
ciperáceas demuestran inhibición de la parte aérea; en dicotiledóneas (por ejemplo, el
algodonero, el efecto inhibitorio causado.

- Metolachlor
El 2-cloro-N-(2-etil-6-metilfenil)-N-(2-metoxi-1-metiletil) acetanilida (metolachlor) es
registrado en el Brasil para caña-de-azúcar, fréjol, maíz y soya, siendo usado en otros países,
también, para cultivos de maní, papa, girasol, sorgo y plantas ornamentales. Controla,
esencialmente, gramíneas anuales y algunas perennes de reproducción por semillas, las
conelíneas y un número reducido de latifoliadas. Para aumentar el espectro de acción sobre
estas especies, es común mezclarlo con latifolicidas, como atrazine, cyanazine, metribuzin,
etc. En razón de su absorción foliar ser casi nula, es utilizado apenas en pre-emergencia de
las malezas. Por el hecho de su absorción ser casi total por el coleoptilo de las gramíneas y
por el epicotilo de las dicotiledóneas, es esencial que su aplicación sea hecha antes de la
completa emergencia de las plantas. Presenta solubilidad en agua de 488 ppm; pka = 0; kow
= 794; y koc medio de 200 ml/g de suelo. Es fuertemente adsorbido por los coloides de arcilla
y materia orgánica; por esta razón su lixiviación es débil, excepto en suelos arenosos. Debido
a la sensibilidad del metolachlor, a la foto-degradación y a la volatilización, su eficacia
quedaría comprometida si aplicado en suelo seco y no ocurre una lluvia de intensidad
superior a 10 mm en el espacio de cinco días (Rodrigues y Almeida, 1998). En fréjol, no debe
ser utilizado en suelos arenoso, por provocar toxicidad a los cultivos. En maíz, es largamente
utilizado en mezcla con la atrazine.

j) Interruptores de mitosis
Herbicidas interruptores de la mitosis pertenecen al grupo de las dinitroanilinas (trifluralin,
pendimethalin y oryzalin). Estos productos interfieren en una de las fases de la mitosis, que
corresponde a la migración de los cromosomas de la parte ecuatorial para los polos de las
células. El efecto directo de los inhibidores de la mitosis es sobre la división celular, teniendo
como consecuencia el aparecimiento de células multi-nucleadas (aberraciones). Estos
herbicidas inhiben el crecimiento de la radícula y la formación de las raíces secundarias. Son
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eficientes apenas cuando usados en preemergencia, porque su acción principal se manifiesta


por el impedimento de la formación del sistema radicular de las plantas. Estos herbicidas
provocan la ruptura de la secuencia mitótica (prófase > metáfase > anáfase > telófase) ya
empezada (Hess, 1990). Todos estos compuestos (grupo de las dinitroanilinas) interfieren en
el movimiento normal de los cromosomas durante la secuencia mitótica. El fuso cromático es
formado por proteínas microtubulares denominadas tubulinas. Estas proteínas son
contráctiles, semejantes a la actimiosina encontrada en los músculos de los animales, y
responsables por el movimiento de los cromosomas en las varias fases de la mitosis. Las
dinitroanilinas inhiben la polimerización de estas proteínas y, consecuentemente, la formación
del fuso cromático y movimiento de los cromosomas en las fases de la mitosis (Figuras 3a y
3b).

Principales características de los inhibidores de la mitosis:


• Paralizan el crecimiento de las raíces.
• Poseen poca o ninguna actividad foliar.
• Presentan de moderado a muy bajo movimiento en el suelo.
• Todos los herbicidas de este grupo presentan de moderada a baja toxicidad para
mamíferos.
• Presentan óptima acción en el control de gramíneas.

- Trifluralin
El trifluralin es un herbicida que presenta excelente acción sobre las gramíneas anuales y
perennes oriundas de semillas. Es recomendado para los cultivos de soya, algodón, fréjol,
arveja, alfalfa, quiabo, cucurbitáceas, brásicas, tomate, pimentón, ajo, cebolla, remolacha, y
otras. Por ser un producto volátil -4 (presión de vapor = 1,1x10PPmm Hg), sensible a la luz
y de solubilidad en agua extremamente baja (0,3ppm a 25oC), necesita ser incorporado
mecánicamente al suelo luego después de su aplicación (Rodrigues & Almeida, 1998). Es
fuertemente absorbido por los coloides de la materia orgánica y poco por los de la arcilla; en
suelos ricos en materia orgánica, la fuerte absorción puede impedir la absorción del trifluralin
por las raíces de las plantas, motivo por el cual no es aconsejable su uso en estas
condiciones. La lixiviación, así como el movimiento lateral en el suelo, es muy reducida.
Presenta pka = 0; kow = 118.00; y koc medio de 7.000 ml/g de suelo. Es absorbido
principalmente por la radícula y prácticamente en el se transloca la planta; es fuertemente
adsorbido por los coloides del suelo y muy poco lixiviado. La dosis recomendado varía de
acuerdo con las características físico-químicas del suelo. Presenta degradación lenta en el
suelo, pudiendo, en algunos casos de rotación de cultivos (fréjol/maíz) en áreas de baja
fertilidad y mal manejadas, causar daños a los cultivos siguientes, provocando inhibición del
crecimiento radicular de esta.

k) Herbicidas inhibidores del fotosistema I


Son herbicidas derivados del amonio cuaternario (paraquat y diquat), siendo largamente
utilizados como desecantes en la “siembra directa”, en aplicaciones dirigidas en diversos
cultivos, en varias partes del mundo y, también, como desecantes, en pre-cosecha para
diversos cultivos. Características generales de los formadores de radicales libres:
• Son solubles en agua y, por eso, formulados en solución acuosa.
• Son cationes fuertes.
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• Son rápidamente absorbidos e inactivados por los coloides del suelo.


• Son rápidamente absorbidos por las hojas; lluvias después de 30 minutos de su
aplicación no más influyen la eficiencia del control de las malezas.
• La acción de estos herbicidas es mucho más rápida en la presencia de la luz de que en
la oscuridad.
• Usualmente, la muerte de las plantas debido a la acción de estos herbicidas es tan
rápida en la presencia de la luz que no da tiempo a que ellos se trasladen en la planta.
• La toxicidad del paraquat es muy alta, para mamíferos.

Pocas horas después de la aplicación de estos herbicidas, en la presencia de luz, se verifica


graves daños en las hojas de las plantas tratadas (necrosis del limbo foliar). Estos compuestos
poseen la capacidad de captar electrones provenientes de la fotosíntesis y formar radicales
altamente tóxicos. El sitio de acción del paraquat y del diquat (captura de los electrones) está
próximo al de la ferredoxina. Vale resaltar que este no es el único sitio de acción de estos
herbicidas, por la pequeña fitotoxicidad de estos productos es observada, también, en la
oscuridad. En esta condición, estos herbicidas capturan los electrones provenientes de la
respiración, para formar los radicales tóxicos. Los radicales libres del paraquat y del diquat no
son los agentes responsables por los síntomas de fitotoxicidad observados. Estos radicales son
inestables y rápidamente sufren la auto-oxidación. Durante el proceso de auto-oxidación son
producidos radicales de superóxidos. Estos superóxidos sufren el proceso de dismutación, para
formar el peróxido de hidrógeno. Este compuesto y los superóxidos reaccionan, produciendo
radicales de hidroxil y oxígeno libre (singleto). Estas substancias promueven la degradación de
las membranas (peroxidación de lípidos), ocasionando el vaciamiento del contenido celular y la
muerte del tejido.

Herbicidas inhibidores de la fotosíntesis bloquean parte del flujo de electrones antes del
paraquat (impidiendo la formación de los radicales libres). Como esperado, los inhibidores de la
fotosíntesis retardan la acción del paraquat y del diquat, atrasando el aparecimiento de los
síntomas de fitotoxicidad. Este hecho provoca mayor acción final de estos herbicidas (mejor
efecto de profundidad), cuando mezclados con los herbicidas inhibidores de la fotosíntesis. La
mayor acción de esas mezclas puede ser explicada por el hecho de que, con la reducción de
los daños iniciales (menor velocidad de la reacción para formar radicales), pasa a ocurrir mayor
translocación del paraquat o del diquat en las plantas tratadas.

- Paraquat
El 1,1’-dimetil-4,4’-piridilio ion (dicloreto) es un herbicida totalmente soluble en agua, que
presenta pka = 0; kow = 4,5; y koc estimada de 1.000.000 ml/g de suelo. Es inactivado al
entrar en contacto con la tierra, por completa absorción del cátion a la arcilla; este, con doble
carga positiva, forma complejos con los locales de carga negativa, de donde no es removido
aún con lavados de solución saturada de sales, solo siendo recuperado por fragmentación de
la arcilla con ácido sulfúrico 18 N. Por esta razón, su lixiviación es nula. Su descomposición
microbiana en el suelo es muy lenta. Usado extensivamente como desecante en “siembra
directa”. Es también muy utilizado en mezcla con el diuron, formando el Gramocil. En pre-
emergencia de cultivos, pero en post-emergencia de las malezas. En aplicaciones dirigidas
en cultivos de maíz, algodón, café, frutales y otros. Como desecante, en pre-cosecha, para
diversos cultivos. Para limpieza de áreas no cultivadas.

10. CARACTERISTICAS FÍSICO-QUÍMICAS DE LOS HERBICIDAS


Los herbicidas presentan algunas características físico-químicas que, juntamente con las
condiciones ambientales y las características físicas, químicas y biológicas del suelo, r igen su
TERAPEUTICA Y MANEJO INTEGRADO DE PLAGAS

comportamiento en el ambiente. Estas características son diferentes para cada herbicida,


mismo para aquellos pertenecientes al mismo grupo químico. Las características más
importantes de los herbicidas a ser conocidas son: solubilidad en agua (sw), presión de vapor
(pv), coeficiente de sorción estandarizado para el carbono orgánico (Koc), media-vida en el
suelo (T½), foto-degradación, logaritmo del inverso de la constante de disociación del ácido
(pKA), coeficiente de distribución entre octanol y agua (kow). El conocimiento de esas
características de los herbicidas es de fundamental importancia para el suceso en su utilización.
Por la análisis de esa característica, más los factores climáticos y edáficos, es que se
determinan, por ejemplo, la necesidad de incorporación del herbicida, los aumentos de dosis del
herbicida para cada tipo de suelo, la posibilidad de un siembra de otros cultivos subsecuentes,
el riesgo de contaminación de lenzo freático, el riesgo de fitotoxicidad a cultivos etc.

a) Solubilidad en agua (sw)


Esta característica determina la cantidad del herbicida que es disuelta en agua, o sea, que
estaría disponible en la solución del suelo, pudiendo ser absorbida por raíces y semillas en
germinación, ser adsorbida a los coloides del suelo, ser degradada, volatizada o lixiviada. La
solubilidad en agua (sw) es normalmente expresa en partes por millón (ppm) a 20 o 25ºC y a
pH 5 y 7. Un herbicida de baja solubilidad, como el diuron (42 ppm a 25ºC), necesita de
mayor contenido de humedad en suelo para su actuación, cuando comparado con el
tebuthiuron (2.500ppm a 25ºC). Todavía, herbicidas de alta solubilidad, como el hexazinone
(29.800ppm a 25ºC), cuando utilizado en períodos de alta precipitación, pueden causar
toxicidad a los cultivos, principalmente en suelos arenosos. La mayor solubilidad del
herbicida, normalmente, le predispone a ser más lixiviado, además de presentar menor
tiempo de acción en el suelo, pero muchas veces eso no ocurre, pues la lixiviación es el
período efectivo de control no están solo en función de la solubilidad en agua (sw) del
herbicida, pero también de otros factores, como la absorción de herbicida a los coloides del
suelo, a su persistencia en suelo y la intensidad de lluvias del período.

b) Presión de vapor (pv)


Esta característica indica el grado de volatilización del herbicida, o sea, la tendencia del
herbicida de perderse en la forma de gas en la atmósfera, cuanto mayor la presión de vapor
(pv) del herbicida, mayor es su grado de volatilización. La presión de vapor (pv) es
normalmente expresa en mmHg a 25ºC. La volatilidad de los herbicidas aumenta en
condiciones de alta temperatura y en baja humedad relativa del aire, siendo, por lo tanto,
estas condiciones impropias para su utilización. La mayoría de los herbicidas comerciales no
presenta volatilidad alta, no necesitando ser incorporados al suelo después de su aplicación.
Todavía, algunos presentan alta presión de vapor (pv), como el trifluralin (1,1 x 10-4 a 25ºC),
principalmente se comparan con el herbicida isoxaflutole (7,5 x 10-9 mmHg a 25ºC). El
trifluralin es un herbicida extremamente volátil, necesitando ser incorporado luego después de
su aplicación; ya el isoxaflutole es un herbicida prácticamente no-volátil.

c) Coeficiente de sorción estandarizado para el carbón orgánico (koc)


El coeficiente de sorción estandarizado para el carbón orgánico (koc) muestra la tendencia
del herbicida de salir de la solución del suelo y ser sorbido por los coloides de la fracción
orgánica de este. El koc es calculado a partir de otro coeficiente o coeficiente de sorción (kd)
siendo este un estimador de la sorción total del suelo (fracción orgánica y mineral), y en su
TERAPEUTICA Y MANEJO INTEGRADO DE PLAGAS

cálculo se lleva en consideración el porcentaje de carbono orgánico del suelo (obtenido por el
análisis del suelo). El koc es obtenido por la siguiente fórmula:
koc= kd. 100/ % CO

El cálculo del koc es complejo, y lo que se usa en la práctica es una base de datos, que
proporciona los valores de koc para la mayoría de los herbicidas registrados en el Brasil;
todavía esta práctica es discutida, pues hay grande variación de forma como el CO se
presenta en los suelos y del modo como interactúa con la fracción arcilla.

Cuanto más bajo el valor de koc de un herbicida, significa que este es poco sorbido en el
suelo, teniendo una tendencia de permanecer en la solución y presentar características de
mayor movilidad. También, bajo valor de koc indica mayor tendencia del herbicida ser
lixiviado, pero, como ya fue observado anteriormente, otros factores están envueltos en ese
proceso. El trifluralin es un ejemplo de un herbicida que presenta alto koc (7.950ml/g), siendo
prácticamente inmóvil en el suelo. Este es el principal motivo por el cual el trifluralin debe ser
incorporado al suelo, pues el no consigue alcanzar la profundidad en que ocurre la
germinación de la mayoría de las semillas de malezas. El conocimiento del valor de koc de un
herbicida, asociado al conocimiento de la CTC efectiva, del contenido de materia orgánica del
suelo y de la textura mineralógica, es de extrema importancia en la determinación de la dosis
a ser recomendado. La mayoría de los herbicidas utilizados en pre-emergencia requieren
diferentes dosis para cada tipo de suelo, en razón del comportamiento diferenciado que
presentan en el suelo.

d) Media-vida en el suelo (T½)


Esta característica puede ser definida como el período de tiempo en días necesario para que
el 50% de la concentración inicial presente del herbicida en el suelo desaparezca; por lo
tanto, indica la persistencia del herbicida en el suelo. Guimarães (1992) define persistencia
como la habilidad que un compuesto tiene de retener la integridad de su molécula y
consecuentemente, sus características físicas, químicas y funcionales en el ambiente. El
concepto de media-vida en el suelo (T½) no está relacionado directamente al período de
eficiencia del herbicida en el suelo, pero si à su degradación. Por ejemplo, un herbicida puede
continuar presente e íntegro en el suelo, aún sin actuar, por el hecho de el estar fura de la
profundidad de absorción de las raíces o por estar adsorbido fuertemente a los coloides del
suelo.

La media-vida en el suelo (T½) se correlaciona directamente con la velocidad de degradación


del herbicida; esa degradación puede ser biológica, química o fotoquímica. La degradación
microbiana (biológica) es la mayor responsable por la descomposición de la mayoría de los
herbicidas comerciales. Por esa razón, herbicidas que se acumulan en mayores
profundidades del suelo tienden a tener mayor residualidad (persistencia), en consecuencia
de la menor cantidad y actividad de los microorganismos en esas camadas del suelo.
También, en períodos secos y fríos normalmente los herbicidas presentan mayor
persistencia, en comparación a períodos calientes y lluviosos. En estas condiciones además
de observarse mayor actividad de los microorganismos, se puede también constatar mayor
velocidad de las reacciones químicas, principalmente hidrólisis. La dosis aplicada también
influye directamente en la media-vida del producto en el suelo.
TERAPEUTICA Y MANEJO INTEGRADO DE PLAGAS

En la práctica, conocer la media-vida en el suelo (T½) de los herbicidas es de fundamental


importancia, tanto en niveles de análisis y evaluación de impactos ambientales, como
también agronómicamente. Esta característica proporciona indicios del período efectivo de
control (conocido en la práctica, erradamente, por residual), pero principalmente de posibles
problemas en cultivos sensibles sembrados subsiguientemente.

e) Coeficiente de distribución entre octanol y agua (kow)


También llamado de coeficiente de partición, representa la proporción de las cantidades de
un compuesto que presentan afinidad con un solvente orgánico apolar (octanol) y el agua. En
términos de valores de este coeficiente, cuanto mayor el valor del -kow-, mayor la lipofilicidad
del herbicida. Normalmente, los valores de kow presentan correlación inversa con la
solubilidad en agua. Para la mayoría de los herbicidas se verifica correlación directa entre el
kow y la persistencia (mayores valores de kow reflejan herbicidas con mayores potenciales
de persistencia).

Herbicidas lipofílicos presentan absorción folia más eficiente y rápida que los hidrofílicos. Las
substancias apolares pueden disolverse y difundirse a través de los componentes lipofílicos
de la cutícula, siendo esta la principal barrera a la penetración de los herbicidas en la hoja. El
valor del kow de un herbicida puede también ser un indicio de la necesidad de adición de
surfctante o aceite emulsionable al caldo de aplicación. De ese modo, un herbicida hidrofílico
con la adición de un adyuvante, también puede penetrar por la ruta lipofílica de absorción y
aumentar, así, la eficiencia del producto.

De modo general, el kow es más utilizado como indicador do potencial de acumulación del
compuesto en los organismos vivos. Cuanto mayor el kow del herbicida, mayor es la
posibilidad de su acumulación en niveles tróficos mayores en la cadena alimentar.

Es bueno resaltar que el valor del kow de un herbicida puede variar en función del pH. Eso
ocurre en consecuencia de la diferencia del kow entre formas ionizadas y no-ionizadas,
estando ese control en función principalmente del pH. Por eso, el análisis del kow de un
herbicida debe ser realizado juntamente con la del pKa (logaritmo del inverso de la
disociación del ácido), lo que será visto en el próximo ítem, y la del pH de la solución.

f) Logaritmo del inverso de la disociación del ácido (pKa)


Este parámetro muestra el valor de pH en el que las formas ionizada y no-ionizada del
herbicida ocurre en iguales concentraciones, respondiendo, cada una de las formas, por 50%
de la concentración total del compuesto. En términos de herbicida en el suelo, el pKa del
compuesto determina el pH en el cual el presenta el máximo de absorción a los coloides del
suelo. El herbicida ametryn, muy utilizado en caña- de-azúcar, presenta valor de pKa de 4,0.
En la práctica, eso significa que, cuando se aplica el ametryn en suelos con pH próximo a 4,0,
ocurrirá elevada tasa de absorción de este herbicida por los coloides del suelo, siendo
necesaria la utilización de mayores dosis para obtenerse el efecto deseado.

Otras verificaciones prácticas son el caso de los herbicidas aplicados en post-emergencia


que presentan, por ejemplo, pKa de 4,0. Si el caldo de pulverización esta con pH 7,0, la
TERAPEUTICA Y MANEJO INTEGRADO DE PLAGAS

solubilidad de este herbicida puede aumentar debido a su alta disociación, ocurriendo


reducción del kow, o sea, el herbicida pasaría a presentar características hidrofílicas y no
más lipofílicas, pudiendo, de esa forma ser perjudicada su absorción foliar.

Es importante destacar que un compuesto puede presentar más de un valor de pKa, en


consecuencia de esto presentar más de un radical ionizable en su estructura molecular.

g) Foto-degradación
Ocurre cuando determinado rango de la radiación solar es absorbida por el herbicida, lo que
lleva a excitación de sus electrones, generando energía capaz de deshacer ligaciones de la
molécula. Ese hecho puede inactivar la molécula del herbicida, ocasionando pérdida total del
producto. Cada herbicida es sensible a longitud de ondas específicos, en general en el rango
de ultravioleta. En la práctica, la foto- degradación (foto-descomposición) es un problema
mayor para herbicidas que tengan picos de absorción, arriba de 295nm, pues longitudes
debajo de esta son muy difíciles de ocurrir naturalmente, debido a la absorción por las
moléculas de ozono en la atmósfera.
Normalmente, la foto-degradación ocurre cuando el herbicida se encuentra depositado en la
superficie del suelo, siendo agravada en condiciones de suelo seco. El herbicida trifluralin
(pico de absorción de luz en 376nm) presenta foto-degradación si expuesto a los rayos
solares. Además del elevado valor de kow, responsable por el pequeño movimiento del
herbicida en el suelo, y de la elevada presión de vapor, este es otro hecho que indica la
necesidad de incorporación del trifluralin al suelo.

En la Tabla 15 se encuentran algunos de las principales características físico-químicas de


algunos herbicidas.

Tabla 15. Características físico-químicas de algunos herbicidas

* 2,4-D formulación éster.


** 2,4-D formulación amina.

11. FACTORES ANATOMICOS Y MORFOLÓGICOS DE HOJAS QUE INFLUYEN LA


ABSORCIÓN DE HERBICIDAS POST-EMERGENTES
El conocimiento de los mecanismos de penetración de los herbicidas en los tejidos vegetales
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es fundamental para el suceso del control químico de las malezas. Los herbicidas pueden
penetrar en las plantas a través de sus estructuras aéreas (hojas, tallos, flores y frutos) y
subterráneas (raíces, rizomas, estolones, tubérculos, etc.), de estructuras jóvenes (radículas
y caulículos) y, también, de las semillas (Silva et al., 2000). Todavía, son las hojas el principal
órgano de las malezas envueltas en la penetración de herbicidas aplicados en pos-
emergencia.

La morfología de las plantas, principalmente de las hojas, influye en la cantidad del herbicida
interceptado y retenido, pero son las características anatómicas de estas que prácticamente
determinan la facilidad con que esos productos serán absorbidos (Hess y Falk, 1990).

En superficies foliares que poseen bajo contenido de cera epicuticular (ex.: Beta vulgaris), las
gotas del caldo con herbicida pulverizada cubren grandes áreas, produciendo varios
depósitos en las depresiones arriba de las paredes anticlinales. Cuando el mismo herbicida
es aplicado del mismo modo sobre una hoja con altos niveles de cera epicuticular (ex.: C.
dactylon), ocurre menor porcentaje de la superficie foliar cubierta con el herbicida,
reduciendo, así, el número de células en contacto con el producto (Hess y Falk, 1990).
Las hojas presentan varios niveles de desarrollo de tricomas y glándulas, que pueden variar
con la especie. Abutilon theophrasti, por ejemplo, posee tricomas simples y complejos y
Chenopodium album posee alta densidad de tricomas glandulares en la epidermis adaxial. En
consecuencia de eso, en esta especie las células de la epidermis propiamente dicha pueden
encontrarse totalmente ocultas (Hess y Falk, 1990). Tricomas presentes en la superficie foliar
pueden interceptar gotas pulverizadas, impidiendo que ellas alcancen la epidermis
propiamente dicha. Hasta aunque cuando los tricomas son simples y ocurren en baja
densidad se verifica la adherencia de gotas sobre ellas. La eficiencia de la absorción de
herbicidas por los tricomas y su translocación para las células epidérmicas aún son
parcialmente desconocidas (Hess y Falk, 1990). De acuerdo con Hull (1970), pequeña
absorción puede ocurrir vía tricomas. Todavía, Hess & Falk (1990) afirman que en la mayoría
de los trabajos realizados por diversos autores se observa relación negativa entre la
adherencia de los herbicidas en los tricomas y su eficacia.

En cuanto a la cutícula, esta es la principal vía de absorción de los herbicidas aplicados en


post- emergencia, siendo su conocimiento de importancia fundamental en los estudios de
absorción. El uso de surfctantes siliconados ha contribuido para la quiebra de la tensión
superficial del caldo de pulverización en la hoja, ocasionando así mayor distribución del
producto, permitiendo que las estomas pasen a tener también importante papel en la
penetración de los herbicidas. Según Audus (1976), la tensión superficial máxima para que
ocurra fácil penetración del caldo aplicada en las estomas es de 30 dinas cm-2. Otro hecho
ligado a la penetración de los herbicidas por las estomas es que la cutícula sobre las células-
guardia parece ser más fina y más permeable (menor contenido de cera epicuticular),
constituyéndose en una barrera menos rígida a la penetración de herbicidas (Hess y Falk,
1990). Conforme estos autores, esta característica es importante, pues la mayoría de las
especies de malezas presenta estomas sobre las superficies adaxial y abaxial
(anfiestomáticas). Todavía, Silva et al. (2000) y Velini & Trindade (1992) relatan que en la
mayoría de estas especies las estomas se localizan en la cara abaxial de las hojas
(hipoestomáticas). Esos resultados fueron confirmados por Meyer et al. (1973), los cuales,
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realizando conteo del número de estomas en 39 especies, observaron que 16 eran


anfiestomáticas, y el restante, hipoestomáticas. También observaron que, en las
anfiestomáticas, el número de estomas en la cara adaxial era normalmente inferior al de la
cara abaxial. Es importante recordar que en pulverizaciones agrícolas la dificultad de las
gotículas alcanzar la cara abaxial es grande; consecuentemente, se cree que es menor la
importancia de la absorción por las estomas de esta cara (Silva et al., 2000). Otro hecho que
sugiere pequeña importancia de las estomas en la absorción de herbicidas es el hecho de
ellos, en varios horarios del día, se encuentran cerrados, inclusive en aplicaciones nocturnas.
Todavía, Taylor et al. (1980) observaron que las estomas fueron la principal vía de
penetración del herbicida bentazon en hojas de C. album.

La cutícula recubre todas las células de la epidermis de la planta y sirve como interfase entre
el cuerpo de la planta y el ambiente, realizando la protección y la prevención de la pérdida de
agua de los tejidos vegetales (Bukovac et al., 1990). Ella es también importante barrera a la
entrada de microorganismos y agroquímicos, inclusive los herbicidas. Herbicidas que son
diferentes en estructura y polaridad atraviesan con mayor o menor dificultad la cutícula. El
mecanismo exacto de penetración aún no es conocido para todos los productos, pero se
admite que los compuestos no-polares sigan la ruta lipofílica, y los polares, la hidrofílica (Silva
et al., 2000). De acuerdo con estos autores, se supone que los herbicidas lipofílicos se
solubilizan en los componentes lipofílicos de la cutícula y se difunden a través de esta. Ya en
relación a los herbicidas hidrofílicos, se admite que la cutícula tiene estructura porosa, la cual
se mantiene hidratada, dependiendo de las condiciones ambientales, siendo esa agua de
hidratación de la cutícula la ruta de penetración de eses herbicidas. Otras posible rutas de
absorción de los herbicidas polares, mencionada por Velini & Trindade (1992), es a través de
los filamentos de pectina, que pueden cruzar prácticamente toda la cutícula. Estos, desde
que hidratados, pueden actuar como vía de transporte de esos productos.

12. FACTORES METEOROLÓGICOS QUE AFECTAN LA ACTIVIDAD DE LOS


HERBICIDAS
Con los herbicidas actualmente disponibles en el mercado, prácticamente se tiene la solución
para el control químico de la grande mayoría de las malezas que ocurren en los diversos
cultivos. En la práctica, los resultados han sido algunas veces menos satisfactorios, en
función del desconocimiento sobre técnicas y equipos de aplicación y de la desconsideración
para con las condiciones de ambiente (temperatura, humedad del aire y del suelo, viento,
rocío).

La influencia de factores climáticos como temperatura, precipitación, radiación y vientos en la


degradación de los productos químicos es bastante compleja, porque ellos interactúan unos
con los otros. A seguir son hechas algunas consideraciones al respecto de la influencia de
cada factor meteorológico sobre la acción y las propiedades de los herbicidas.

a) Radiación solar
Según Victória Filho (1985), la luz puede aumentar la absorción de los herbicidas, pues
promueve la fotosíntesis y, consecuentemente, el movimiento del herbicida juntamente con
los productos fotosintetizados en la planta. Todavía, en determinadas situaciones, la alta
intensidad luminosa provoca aumento del espesor de la cutícula y también mayor número de
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pelos, que pueden dificultar la absorción de los herbicidas. De acuerdo con Gupta y Lamba
(1978), la translocación de la mayoría de los herbicidas es más rápida en días de sol de que
en días nublados. En el primer caso, desde que no haya otros factores limitantes, las tasas
fotosintéticas y el transporte de metabólicos son mayores, ocasionando transporte más rápido
del herbicida hasta el local o locales de acción. Además de eso, Silva et al. (1997) informan
que la luz influye la abertura de las estomas y, así, puede favorecer la penetración de los
herbicidas por las hojas.

Algunos herbicidas, como el diquat y el paraquat, dependen de la luz para ser activados en la
planta. La actividad y la velocidad de acción de estos son proporcionales a la intensidad
luminosa. Todavía, en condiciones de poca luz estos productos presentan mayor
translocación en las plantas (mayor efecto de profundidad).

La radiación solar emite, juntamente con el espectro visible, ondas con frecuencia encima del
rango del violeta y que, por eso mismo, son llamadas de ondas, o frecuencia, ultravioleta.
Estas ondas presentan la capacidad de alterar moléculas químicas, entre ellas las de los
herbicidas, quebrándolas e inactivándolas. Eso ocurre porque la molécula de un herbicida
absorbe la energía de la radiación, los electrones se excitan y puede ocurrir la ruptura de
ligaciones. Los anillos aromáticos absorben con bastante facilidad la energía del rango
inferior de las ondas ultravioleta. Las moléculas de los herbicidas absorben, con mayor o
menor facilidad, las radiaciones en las frecuencias de 150 a 400nm. De esa forma, los
herbicidas que poseen ese anillo pueden ser fácilmente degradados. Otros tipos de anillos,
muy comunes en los herbicidas modernos, parecen presentar mayor resistencia a la
radiación ultravioleta (Deuber, 1992). En condiciones naturales, es despreciable la cantidad
de luz con largos de onda inferiores a 295nm que alcanza el suelo, siendo esperados niveles
elevados de foto-descomposición apenas para los herbicidas que presentan capacidad de
absorber luz con largos de onda superiores a este valor (Velini, 1992). Todavía, es difícil
cuantificar las pérdidas por foto-descomposición en la superficie del suelo, pues no se
consigue aislar los efectos de esos procesos de los efectos de volatilización (Velini, 1992).

La foto-descomposición, o sea, la fotólisis, ocurre dependiendo del tipo de herbicida y de las


condiciones del ambiente. Cuando el suelo está con la superficie seca, el herbicida aplicado,
caso no llueva o haya irrigación, podrá sufrir degradación inducida por la radiación solar,
especialmente el rango del ultravioleta (Forster y Alves, 1972). Como ejemplo, se puede
mencionar el herbicida trifluralin, que es susceptible a la foto-descomposición, siendo este
uno de los motivos por el cual el debe ser incorporado al suelo luego después de su
aplicación.

Según Deuber (1992), los herbicidas recomendados para aplicación en pre-emergencia,


cuando susceptibles a la foto-degradación, deben ser incorporados al suelo como forma de
garantizar la eficiencia del producto y su efecto residual. La profundidad de incorporación no
necesita ser tan grande, como en el caso de los herbicidas volátiles, pudiendo restringirse al
rango de 2 a 5cm. Esa operación puede ser realizada mecánicamente, con cualquier tipo de
rastra, con irrigación o con el agua de la lluvia. Lo importante es que el herbicida no
permanezca en la superficie, expuesta a radiación solar.
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b) Precipitaciones (humedad)
Las lluvias interfieren en la acción de los herbicidas, dependiendo del momento en que
ocurren, del volumen y de la intensidad. De acuerdo con Hammerton (1967), la ocurrencia de
lluvias pocos días antes de la aplicación de herbicidas aplicados en post-emergencia, por
aumentar el contenido de agua del suelo y lavaría parte de las ceras de la superficie de las
hojas de las malezas, puede aumentar la susceptibilidad de estas a esos herbicidas,
mejorando el grado de control.

Figura 20. Procedimiento de desecación (pré-siembra) en un campo de soya (A= sin ocurrencia de lluvia
después de la aplicación; B = con ocurrencia de lluvia después de la aplicación).
La influencia de la lluvia en la absorción de los herbicidas por la hoja también depende de las
características de cada producto, pues algunos son absorbidos rápidamente, mientras que otros
lo son lentamente. De modo general, aquellos formulados en aceite son menos afectados por la
lluvia que otros vehiculados en agua (Victória Filho, 1985).

El tiempo necesario para que se procese la absorción de los herbicidas aplicados en post-
emergencia por las plantas es de grande importancia práctica, pues representa el período
mínimo sin lluvias que debe ocurrir después de la aplicación para que el herbicida no sea
lavado de las hojas. Esta característica es extremamente variable del producto para producto,
pero generalmente oscila entre 30 minutos, como es el caso del diquat, y 8 horas, como el
caso del MSMA. Todavía, la ocurrencia de lluvias poco antes de alcanzar los períodos críticos
de espera, no significa que los productos serán completamente perdidos. Sargent y Blackman
(1972), mencionados por Audus (1976), demuestra haber proporcionalidad directa entre la
concentración del herbicida en la superficie de la hoja y la velocidad de absorción.
Independientemente de la concentración en que el producto es aplicado, las gotas colectadas
por las hojas tienden a perder agua a través de la evaporación, hasta que se establezca el
equilibrio entre el potencial de agua en lo que resta de la gota y la atmósfera; la
concentración final, en el punto de equilibrio, que probablemente es independiente del
volumen del caldo utilizado, es que interfiere de hecho en la velocidad de absorción (Velini &
Trindade, 1992).

Sun et al. (1996), trabajando con varios surfactantes junto al herbicida primisulfuron en el
control de A. theophrasti, observaron que la presencia de lluvia de 12,5mm 30 minutos
después de la aplicación redujo en casi 70% el control de la maleza, al paso que con adición
de algunos surfactantes siliconados la reducción en el control fue menor que 10% (Tabla 16).

Plantas en estado de estrés de humedad pueden presentar cutícula más espesa, más
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pubescente y, consecuentemente, la absorción de un herbicida deberá ser menor, como


también su translocación, debido à la menor actividad metabólica de la planta. También,
puede haber acumulo de ácido abcísico (ABA) en condiciones de estrés, lo que provocaría el
cierre de los estomas (Victória Filho, 1985). Como la deposición de materiales en la cutícula
ocurre durante el proceso de expansión, hojas formadas en condiciones de deficiencia hídrica
pueden presentar reducida permeabilidad a substancias exógenas, aún después de que
término tal condición de deficiencia.

Tabla 16. Control de Abutilon theophrasti por el herbicida primisulfuron (40g/ha) solo o con adyuvantes 20
días después de la aplicación.

Según Deuber (1992), herbicidas aplicados en pre-emergencia, en áreas de topografía


inclinada, pueden ser arrastrados por la corriente de agua. Esa pérdida también es más
acentuada en suelos arcillosos y muy arcillosos, en los cuales la infiltración del agua es más
lenta y difícil. De esa forma, el agua de la lluvia en exceso corre sobre la superficie del suelo,
arrastrando las partículas menores, principalmente las arcillas, y con ellas parte del herbicida
aplicado. Cuando las lluvias son intensas, el arrastre puede alcanzar distancias considerables
y alcanzar ríos y lagos, en las zonas bajas localizadas en las proximidades del local de
aplicación. También puede ocurrir con gran frecuencia la acumulación de herbicidas en el
fondo de los surcos de siembra y en las curvas de niveles. En estos locales, puede ocurrir
fototoxicidad a las plantas cultivadas, al paso que en los puntos más elevados no se obtiene
control adecuado o, aún, ningún control de las malezas. El mismo problema puede ocurrir
cuando se utiliza riego por aspersión de forma inadecuada.

Según Cobucci et al. (1996), el contenido de humedad en el suelo se correlaciona


directamente con la eficiencia de prácticamente todos los herbicidas. Todavía, para los
herbicidas que necesitan ser incorporados al suelo debido a la mayor presión de vapor (por
ejemplo, trifluralin), en el momento de la aplicación el suelo debe estar seco o poco húmedo,
pues alto contenido de agua en el suelo podrá favorecer su volatilización. Contenidos más
bajos de agua en la camada superficial del suelo favorecen la ligación de las moléculas del
herbicida a la fase sólida por los fenómenos de absorción, reduciendo su pérdida para la
atmósfera.

En suelos húmedos, la competencia entre las moléculas de los herbicidas y las moléculas de
agua por los sitios de absorción de los coloides minerales y orgánicos y/o el aumento del
número de camadas de agua envolviendo tales coloides, reduciendo la intensidad del campo
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eléctrico responsable por la retención del herbicida, hacen con que la absorción sea menor,
condicionando mayores pérdidas por volatilización. Adicionalmente, puede ocurrir el proceso
de condensación, que es el arrastre de las partículas del herbicida hasta la superficie, en
función del rápido movimiento ascendente del agua, cuando el suelo se encuentra húmedo y
la evaporación del agua ocurre de forma intensa; en la superficie del suelo, el producto puede
ser más fácilmente perdido para la atmósfera. Este proceso ocurre en mayor intensidad con
herbicidas que presentan alta solubilidad en agua (Velini, 1992).

En las aplicaciones en pre-emergencia, la humedad del suelo es esencial, una vez que es la
responsable por la dispersión de esos productos en el suelo, alcanzando, de ese modo, las
semillas y/o raíces de las malezas. Normalmente, a medida que aumenta el tiempo entre la
aplicación y la ocurrencia de lluvias o riego, la efectividad del producto disminuye. Si las
malezas germinan antes de la ocurrencia de lluvias, el control podrá quedar comprometido.
Para los herbicidas usados en post-emergencia, la eficiencia de control es máxima cuando
ellos son aplicados en las plantas con elevada actividad metabólica. De ese modo, si usados
en plantas que están sobre déficit hídrico, pueden volverse poco eficientes (baja absorción y
translocación), siendo necesarias mayores dosis de los productos (Cobucci et al., 1996).

La lixiviación, que es el movimiento descendiente de una sustancia en solución a través del


suelo, dependerá, en su magnitud, de la solución del herbicida en agua, del volumen de agua
aplicado al suelo y de las relaciones de absorción entre el herbicida y el suelo (Beltrão &
Azevêdo, 1994). El diuron, por ejemplo, que tiene baja solubilidad en agua (42ppm), es poco
lixiviado, conforme observado por Majka y Levy (1977), con la aplicación de 200mm de agua
en suelo de textura mediana; el diuron no lixivio más que 5cm de profundidad, aún con la
aplicación de dosis elevadas del herbicida.

La lixiviación de un herbicida es uno de los aspectos más importantes de su comportamiento


en el suelo, pues ella determina en grande parte el grado de selectividad y la eficiencia del
control de las malezas. Los factores que determinan el grado de lixiviación de un herbicida
son sus características físico- químicas, las del suelo y del clima. El clima actúa directamente
sobre la lixiviación, por medio de las precipitaciones y de la temperatura. Cuanto más
intensas las lluvias, tanto mayor será la percolación del agua a través del perfil y mayor
será la lixiviación de los herbicidas. Con la elevación de la temperatura, ocurre aumento de
solubilidad de los herbicidas, favoreciendo su lixiviación a través del perfil.

De acuerdo con Guimarães (1992), la humedad favorece la actividad microbiana en el suelo;


en suelos secos, muchos microorganismos pasan al estadio de reposo y se vuelven inactivos,
prácticamente paralizando la degradación de los herbicidas.

c) Humedad relativa del aire


La humedad relativa del aire es probablemente el hecho ambiental que más influye la vida útil
de las gotas de pulverización y la actividad de los herbicidas, principalmente los que tienen
como blanco las malezas emergidas (Marochi, 1997). Victória Filho (1985) afirma que la
humedad relativa del aire influye la absorción y translocación de los herbicidas aplicados a la
hoja, porque afecta directamente el tiempo de permanencia de la gota en la superficie foliar,
como también afecta la hidratación de la cutícula. Baja humedad relativa causa evaporación
TERAPEUTICA Y MANEJO INTEGRADO DE PLAGAS

más rápida de la gota, dificulta la penetración vía cuticular y puede provocar estrés hídrico en
la planta.

La baja humedad relativa del aire, durante y luego después de la aplicación de los herbicidas,
pueden causar la deshidratación de la cutícula, lo que puede provocar reducción de la
penetración de herbicidas solubles en agua. Además de eso, la evaporación más rápida de la
gota de agua puede dejar el herbicida cristalizado en la superficie foliar, sin condiciones de
ser absorbido. Alta luminosidad, aliada a la baja humedad relativa y baja humedad del suelo,
induce la síntesis de la cutícula con el aumento de la camada lipofílica, dificultando la
penetración de los herbicidas (Hess, 1992, mencionado por Cobucci et al., 1996). Cuando la
humedad relativa del aire es inferior a aproximadamente 55%, las plantas desarrollan
mecanismos de defensa para evitar pérdidas de agua, como el cierre de los estomas y la
formación de una película más densa, de “cera”, sobre la superficie foliar, con prolongamiento
de esta para las células de las camadas más internas, principalmente cuando ocurre un
período mayor de días con déficit hídrico.

Para mejorar el contacto entre la superficie foliar y el caldo aplicada, se pueden utilizar los
adyuvantes (aceites minerales o vegetales y surfactantes). Estés productos tienen como una
de sus funciones sacar la tensión que existe entre la superficie foliar y el caldo pulverizado,
dispersándolo sobre el área foliar y, consecuentemente, aumentando la velocidad de
absorción. Sus efectos son más evidentes cuando las condiciones del ambiente desfavorecen
la absorción. Ese aumento en la velocidad de absorción puede disminuir los riesgos de un
lavado de los productos por lluvias que ocurran después de la aplicación (Ruedell, 1995).

Según Ruedell (1995), en las mañanas en que ocurre mucho roció es preferible realizar las
aplicaciones de herbicidas un poco más tarde, pues el exceso de humedad diluye los
productos, lo que es perjudicial para la mayoría de estos, además de facilitar el chorreado del
caldo aplicado.

Nimbal et al. (1996) observaran que no hubo reducción en la biomasa fresca de plantas de
Xanthium strunarium cuando el herbicida MSMA fue aplicado con humedad relativa de 40%;
ya cuando aplicado con 60% de humedad relativa la reducción fue de casi 80%.

La tasa de pérdida de los herbicidas debido a la volatilización de herbicidas varía en función


de la presión de vapor que cada molécula que posee y de las condiciones ambientales. La
volatilización puede ser intensificada o reducida en función de la humedad relativa del aire, de
la temperatura ambiente, de la intensidad de los vientos y del contenido de agua existente en
la superficie del suelo o dentro del mismo. Así, herbicidas recomendados para el uso en pre-
emergencia que poseen presión de vapor mayor que 10-4 mm de Hg a 25ºC, en general,
deben ser incorporados al suelo, para evitar pérdidas por volatilización (Silva et al., 1997). La
incorporación no promueve cualquier alteración en la presión de vapor del herbicida, pero
favorece la sorción del herbicida a los coloides del suelo, creando barreras para que sus
vapores pasen a la atmósfera (Velini, 1992). Taylor (1977), mencionado por Velini (1992),
verifico que en la ausencia de incorporación 90% del herbicida trifluralin aplicado a la
superficie del suelo era perdido en 2-3 días. Con la incorporación del producto a 5-7cm, las
pérdidas por volatilización quedarían reducidas a 3-4% en 90 días.
TERAPEUTICA Y MANEJO INTEGRADO DE PLAGAS

Otra alternativa para la reducción de las pérdidas de herbicidas volátiles seria la adecuada
tecnología de aplicación. El diámetro de la gota de pulverización está directamente
relacionado con la tasa de evaporación, que por su vez está relacionada con la temperatura y
la humedad relativa del aire. Según Marochi (1997), el uso de aceite en el caldo de aplicación
puede reducir las pérdidas por evaporación, aumentando el tiempo de duración de la gota.
Conforme Matuo et al. (2000), el agua es un líquido volátil y puede se evaporar en el trayecto
entre la máquina y el blanco.

De acuerdo con Amsden (1962), mencionado por Matuo et al. (2000), el “tiempo de vida” de
la gota de agua puede ser calculado por la fórmula:
t = d2/80 ∆T
En el que:
t = “tiempo de vida” de la gota (segundos)
d = diámetro de la gota (mm)
∆T= diferencia de temperatura (ºC) entre los termómetros del bulbo seco y bulbo
húmedo del psicrómetro

En la Tabla 17 puede ser visto el “tiempo de vida” de la gota de agua en dos condiciones
diferentes de temperatura y humedad, bien como la distancia que la gota recorre hasta su
total extinción.

En condiciones tropicales, de alta temperatura, el fenómeno de la evaporación de las gotas


de pulverización es bastante problemático, agravándose significativamente en días muy
secos. Aplicaciones con gotas medianas y pequeñas, muchas veces, no llegan a alcanzar el
blanco, desapareciendo antes (Matuo et al., 2000).

Johnstone y Johnstone (1997), mencionados por Matuo et al. (2000), estudiando las
aplicaciones por medio de aeronaves, recomiendan las siguientes condiciones limites:
- Aplicaciones con caldo de formulación líquida en agua, usando gotas de 200 a 500µm
de diámetro y volumen de 20 a 50L/ha interrumpen la aplicación cuando la diferencia
de temperatura entre termómetro del bulbo seco y de bulbo húmedo (∆T) excede 8ºC
o cuando la temperatura excede 36ºC.
- Aplicaciones con caldo de formulación líquida en agua, usando gotas de 150 a 170µm
de diámetro y volumen de 10 a 15L/ha - interrumpir la aplicación cuando ∆T sea
superior a 4,5ºC, o si la temperatura excede a 32ºC.

En aplicaciones nocturnas de herbicidas, la humedad relativa es más elevada y la


evaporación de las gotas de pulverización es drásticamente disminuida. En esas condiciones,
equipos que produzcan gotas de menor diámetro pueden ser utilizados con mayor seguridad
(Matuo et al., 2000). Marochi (1997) comenta que los defensivos aplicados en medio acuoso
sufren influencia tanto de la temperatura como de la humedad relativa del aire (HR). Según
ese autor, la velocidad de evaporación de las gotas pulverizadas puede ser duplicada
cuando:
- La HR cae de 95 para 85%, o de 85 para 70%, o aún, de 70 para 45%.
- La temperatura sube de 10 para 20ºC, o sube de 20 para 30ºC.
TERAPEUTICA Y MANEJO INTEGRADO DE PLAGAS

- El diámetro de las gotas es alterado de 450 para 200µm, o de 200 para 100µm.

Tabla 17. “Tiempo de vida” y distancia de caída de la gota de agua en dos condiciones ambientales
diferentes.

Fuente: Matuo et al. (2000).


d) Temperatura
La temperatura del aire influye de varios modos en la acción de los herbicidas, pues puede
modificar sus propiedades físicas, como presión de vapor y solubilidad, y también afecta los
procesos fisiológicos de las plantas (Beltrão y Azevêdo, 1994). Gupta y Lamba (1978) dicen
que, normalmente, temperaturas bajas (menores que 10ºC) o muy elevadas pueden reducir
el metabolismo de las plantas teniendo como consecuencia la disminución de la acción tóxica
de los herbicidas y del control de las malezas.

De modo general, dentro de los límites fisiológicos de cada planta, la absorción de los
herbicidas por la hoja aumenta con la temperatura. Todavía, cuando esta ultrapasa los limites
fisiológicos de las plantas, la absorción foliar puede reducir drásticamente debido,
principalmente a la deshidratación de la cutícula y cierre de las estomas. Según Cobucci et al.
(1996), la temperatura, de la misma forma que la humedad relativa del aire, ejerce grande
influencia sobre la eficiencia agronómica de herbicidas usados en post- emergencia. Según
estos autores, temperaturas altas pueden aumentar la espesura de la cutícula y afectar la
actividad metabólica de las plantas, además de favorecer la volatilización de las moléculas de
los herbicidas, perjudicando sensiblemente la absorción de estos. Bajas temperaturas
también pueden influir el comportamiento de algunos herbicidas, bien como las propias
malezas, que pueden presentarse con estrés en la época de control.

Dentro de ciertos limites, la elevación de la temperatura puede aumentar la tasa de


transpiración de la planta y, paralelamente, a la cantidad de herbicida absorbido por la raíz y
translocado vía xilema en la planta (Silva et al., 1997). Además de eso, la reducción de la
temperatura puede causar decrecimos en la tasa de absorción de herbicidas por las raíces,
pudiendo ese fenómeno estar relacionado con el aumento de la viscosidad del agua. Nimbal
et al. (1996) observaran aumento de la eficiencia del herbicida MSMA en el control del
Xanthium strunarium cuando aplicado bajo condiciones de alta temperatura. Los autores
atribuyen ese hecho a una posible mayor difusión del herbicida a través de la cutícula y de la
membrana celular, por volverse estas más fluidas, y/o a un posible aumento en la actividad
metabólica de la planta, favoreciendo la translocación del MSMA hasta su sitio de acción.

También el comportamiento de los herbicidas en el suelo puede ser altamente influenciado


por la temperatura. Según Blumhorst (1996), los niveles de degradación generalmente
aumenta con el incremento de la temperatura (hasta 40ºC) y con el incremento en la
humedad del suelo (hasta próximo de la capacidad de campo), debido principalmente al
TERAPEUTICA Y MANEJO INTEGRADO DE PLAGAS

hecho de que esas condiciones aumentan la actividad microbiana. Todavía, normalmente la


degradación es inversamente correlacionada con el aumento de la porción del herbicida en el
suelo.

Van Rensburg y Van Dick (1986) afirman que la temperatura puede ejercer un efecto
indirecto sobre la absorción de herbicidas en el suelo, debido al aumento de la solubilidad de
las moléculas del herbicida, o sea, en temperaturas elevadas, existe tendencia de aumento
de la lixiviación y disminución de la absorción de los herbicidas en el suelo. Según Silva et al.
(1997), la disminución de la temperatura, generalmente, causa mayor absorción del herbicida
en el suelo, pero esa reacción es reversible. Con el aumento de la temperatura del suelo a
través de radiaciones solares, se aumenta la energía cinética de las moléculas de los
herbicidas, volviéndolas más libres de las partículas del suelo. En regiones donde hay
variaciones acentuadas de temperaturas entre el verano y el invierno, aumenta la importancia
de ese factor climático, pues la dosis del herbicida podrá ser aumentada o disminuida,
dependiendo de la temperatura.

La elevación de la temperatura en la superficie del suelo es un factor que intensifica la


pérdida por volatilización de los herbicidas en general (Deuber, 1992). El potencial de
evaporación de los varios herbicidas es principalmente definido por la presión de vapor de
estos, siendo directamente proporcional a esta característica. La presión de vapor se muestra
progresivamente creciente con el aumento de la temperatura (Velini, 1992).La temperatura
del aire también ejerce influencia sobre la “vida útil” de las gotas de pulverización.
Temperaturas altas durante la aplicación pueden exigir el cambio del sistema de
pulverización o la suspensión de la aplicación (Spraying Systems Co., 1999).
Viento

Según Victória Filho (1985), el viento, indirectamente, afecta la absorción de los herbicidas
por las plantas, por el hecho de aumentar la evaporación de la gota de pulverización en la
superficie foliar. También, plantas que crecen en condiciones de mucho viento y altas
temperaturas presentan normalmente cutícula más espesa y más pubescente, la cual dificulta
la absorción de los herbicidas. Todavía, cabe resaltar que la exposición breve de las plantas
al viento puede provocar daños en la cutícula en consecuencia de la acción abrasiva de las
partículas de polvo y permitir absorción más rápida de los herbicidas.

En la aplicación de defensivos agrícolas, la deriva de pulverización es un término usado para


aquellas gotas que no fueron depositadas en el área-blanco. La deriva puede causar la
deposición de los productos químicos en áreas no deseadas, con serias consecuencias,
como:
a) Daños en los cultivos sensibles que estén en áreas adyacentes.
b) Contaminación de reservorios y cursos de agua.
c) Riesgos a la salud de animales y personas.
d) Pérdida de la aplicación (en el control de las malezas).
e) Fitotoxidez a los cultivos.

Muchas variables contribuyen para la deriva de la pulverización. Ella ocurre principalmente


debido al sistema del equipo de pulverización (tamaño de la gota, altura de la punta de
TERAPEUTICA Y MANEJO INTEGRADO DE PLAGAS

pulverización y la velocidad de la operación) y a los factores meteorológicos. Según Deuber


(1992), la deriva puede resultar en una suspensión de partículas muy pequeñas en las
camadas que quedan arriba de los niveles del campo, o del suelo, en que se hizo la
aplicación. Al atardecer, se forman camadas isotérmicas bien estratificadas, en las cuales
quedan retenidas las partículas suspensas. En las áreas con declive, como los bordes de los
ríos y lagos, las camadas isotérmicas acompañan los declives y el herbicida en la forma de
vapor puede caminar grandes distancias. Con la caída de la temperatura, en la noche, ocurre
la condensación y la deposición en otros locales, o sobre otras plantas que pueden ser
sensibles, o no, al herbicida.

La intensificación de los vientos sobre la superficie del suelo tiende a favorecer la


volatilización por el arrastre de los vapores que se forman, reduciendo su concentración en
las camadas junto al suelo.

De acuerdo con Deuber (1992), el arrastre de moléculas de herbicidas, a partir de la


superficie del suelo, puede ocurrir cuando este, esté seco y partículas muy pequeñas son
arrastrados por el viento, formando el polvo. Las moléculas de herbicidas pueden estar
absorbidas a esas pequeñas partículas o apenas depositadas sobre ellas. En locales en que
ocurren vientos fuertes y constantes y el suelo es argiloso o muy argiloso, esa forma de
pérdida puede ser elevada, resultando en pérdida de eficiencia, o sea, control reducido de
malezas. Ese aspecto ha recibido poca atención cuando se consideran las pérdidas de
herbicidas en el ambiente.

La masa de aire tiene gran influencia en la trayectoria de las gotas de pulverización. El


desplazamiento de esas en el aire es regido por la ley de Stokes, que determina la velocidad
máxima de esas gotas en la atmósfera. Gotas pequeñas no pueden caminar con grande
velocidad debido a la resistencia del aire y permanecen mucho tiempo suspensas en el aire,
dando oportunidad para la ocurrencia de la deriva. La Tabla 18 muestra la velocidad máxima
(denominada velocidad terminal) que gotas de diferentes tamaños pueden alcanzar en caída
en el aire. Es importante resaltar que, en la aplicación práctica, la velocidad de la gota es
resultante de la velocidad inicial de lanzamiento determinado por la boquilla (que determina la
velocidad de la gota en los primeros centímetros) y por la velocidad determinada por la ley de
Stokes. Estando el blanco dentro de la distancia de 1m (para gotas de tamaño medio para
mayor), lo que predomina es la velocidad conferida por la boquilla. Con velocidad terminal
muy reducida, las gotas de pequeño diámetro pueden ser arrastradas a distancias
considerables.

Tabla 18. Tiempo de evaporación de gotas de agua lanzadas al aire y velocidad terminal en las siguientes
condiciones ambientales: temperatura de 15ºC, H.R. del aire de 40% y viento de 2 a 6km/h.

Fuente: Santos (1982).

La deriva puede causar serios daños a los cultivos vecinos que sean sensibles al herbicida
TERAPEUTICA Y MANEJO INTEGRADO DE PLAGAS

aplicado, como es el caso de un campo de algodón, sensible al herbicida 2,4-D. Así, la


selección de un herbicida en épocas y locales sujetos a constantes vientos debe llevar en
cuenta la presencia y la proximidad de cultivos sensibles (Deuber, 1992).

Figura 21. Deriva del herbicida paraquat en plantas de maíz.

Figura 22. Deriva de glyphosate en campos de arroz irrigado.

Las gotas que pierden peso o que aún se extinguen en el recorrido de la boquilla del
pulverizador hasta el blanco pueden dejar el ingrediente activo suelto en el aire (partícula
fluctuante), lo cual puede ser captado por la corriente aérea y arrastrado para regiones
distintas (Tabla 19). Ese mecanismo de transporte a larga distancia es el principal
responsable por la contaminación de regiones no agrícolas remotas, como las calotas polares
(Matuo et al., 2000).

Considerando que la velocidad del viento varia a lo largo del día, es importante que las
pulverizaciones sean hechas cuando esta velocidad es pequeña (3 –10km/h). Esas
condiciones ocurren con mayor frecuencia en el inicio de la mañana y en el inicio de la noche.

La deriva puede ser minimizada utilizando pulverizaciones con alto volumen y baja presión,
pues, en este caso, habrá formación de gotas mayores y más pesadas, que derivan con
menor facilidad.

La deriva es una característica inherente a la aplicación aérea, siendo en la mayoría de los


casos más intensa que en la aplicación terrestre, pues las partículas son generadas y
liberadas a una altura que podrá variar entre 2 y 4 metros, además de ser una aplicación
realizada con bajos volúmenes de caldo y gotas menores.
TERAPEUTICA Y MANEJO INTEGRADO DE PLAGAS

Tabla 19. Velocidad terminal, tiempo de caída y distancia recorrida por la gota de agua en función del
diámetro de la gota pulverizada.

* caída de 3 m en aire parado. * Viento de 5 Km./h paralelo al suelo.


Fuente: Brooks (1947), mencionado por Matuo et al. (2000).

f) Práctica para disminuir los efectos negativos de las condiciones ambientales en


las aplicaciones de herbicidas
- No aplicar en condiciones ambientales adversas (humedad relativa del aire baja,
temperatura elevada, vientos con velocidad superior a 10km/h).
- No aplicar cuando las malezas están bajo situaciones de estrés.
- Utilizar formulaciones y/o herbicidas menos sensibles a las condiciones ambientales.
- Preferir los horarios del inicio de la mañana y final de la tarde para realizar las
aplicaciones, o si el herbicida y las condiciones tecnológicas lo permiten, hacer
aplicaciones nocturnas.
- Incorporar herbicidas volátiles (alta presión de vapor) al suelo con poca humedad, en la
profundidad de 5-7cm.
- Incorporar herbicidas sensibles a la foto-descomposición al suelo con bastante humedad
con el uso de rastra en la profundidad de 3-5cm o por irrigación.
- Utilizar, si posible, gotas grandes en las pulverizaciones.
- No ultrapasar la presión recomendada para la boquilla.
- Utilizar los adyuvantes correctos para cada situación.
- En situaciones no-ideales, aproximar la barra lo más próximo posible del blanco, por
medio de dos técnicas: utilizar boquillas con mayor ángulo de abertura y/o aumentar el
número de boquillas en la barra.
- En aplicaciones aéreas, utilizar, cuando disponibles, formulaciones UBV (ultra-bajo
volumen).
- No pulverizar con altas velocidades del tractor/pulverizador.
- Utilizar protectores en las pulverizaciones (ropas adecuadas, sombrero, etc.).
- Si posible, hacer la siembra de “rompe-viento” alrededor de los tablones.
- En situaciones adversas, en que la aplicación del herbicida no pueda esperar, aumentar
la dosis del producto, desde que la variedad del local presente elevada tolerancia al
herbicida a ser utilizado.

13. TECNOLOGÍA DE APLICACIÓN DE HERBICIDAS


a) Aplicación aérea
Realizada por medio de aeronaves agrícolas (principalmente aviones), es utilizada en
grandes áreas agrícolas. Es recomendado para el control en pre-emergencia y/o post-
emergencia inicial. Este tipo de aplicación no es recomendado para control en post-
emergencia mediana o tardía de las malezas, por no conseguir buena cobertura de las
malezas en estadios más avanzados. Para obtener éxito en este tipo de aplicación es
TERAPEUTICA Y MANEJO INTEGRADO DE PLAGAS

necesario observar las condiciones del viento, las corrientes de convección, la temperatura y
la humedad del aire, entre otras.

b) Aplicación tractorizada
Cuando hecha en el área total, es realizada con equipos tractorizados con barras que
normalmente varían de 7 a 20 metros de largura, trabajando en mediana con velocidades de
4 a 10km/h, dependiendo del tipo de máquina y de la topografía del terreno. Las aplicaciones
pueden ser realizadas en pre- emergencia o en post-emergencia inicial a tardía.

La aplicación tractorizada también puede ser realizada en rangos, con la utilización de


“pingentes”, o también con “pistolas” acopladas al pulverizador, los cuales son estructuras
que dirigen la pulverización para el blanco (suelo o malezas), promoviendo mejor cobertura
(disminuyendo el “efecto paraguas”) y protegiendo a los cultivos, debido a la baja selectividad
de algunos herbicidas.

c) Aplicación con mochila


Este tipo de aplicación es usado en áreas de topografía irregular, en pequeñas áreas de
producción, en el control de remolinos de malezas y en el repase de las áreas donde ya fue
aplicado algún método de control de malezas. Los equipos para ese tipo de aplicación
pueden ser pulverizadores de espalda de bombeo manual o presurizado; estos últimos
permiten mayor rendimiento de la aplicación.

La selección de las puntas de pulverización (boquillas) es un factor esencial para el éxito de


la aplicación de herbicidas. En el campo se ha observado que el uso de boquillas
inadecuadas, sumado a la definición del volumen de caldo y a errores en la calibración del
pulverizador, son los principales factores en la mayoría de las veces responsables por los
malos resultados en la aplicación de herbicidas en los cultivos, principalmente en
aplicaciones en post-emergencia mediana y tardía. Tan importante cuanto determinar el
volumen del caldo a ser aplicado, siendo este dependiente principalmente del tipo de
herbicida (sistémico o de contacto), de la especie y del estadio de desarrollo de las malezas,
es conseguir adecuada distribución de este caldo. El tamaño de gota producido por las
puntas de pulverización afecta directamente la cobertura del blanco y la resistencia a la
deriva. Otro punto a ser observado en el momento de la pulverización son las condiciones
climáticas, una vez que la velocidad del viento, la humedad relativa del aire y la temperatura
son factores que afectan directamente la calidad de la aplicación. Además de eso, se debe
observar los aspectos relativos a la calidad del agua de pulverización y a la necesidad de la
adición de adyuvantes al caldo de aplicación en determinados casos. En la Tabla 20 son
presentados los efectos de la adición de adyuvantes al glyphosate en el control de Panicum
maximum.
TERAPEUTICA Y MANEJO INTEGRADO DE PLAGAS

Figura 23. Representación esquemática de gotas de agua sin adyuvante (gota no mojable) y gota de agua
con adyuvante (gota mojable).

En la Tabla 21 son presentadas sugerencias con relación a la altura y espacio entre


boquillas TF- VS4 en función de la distancia en los cultivos de la caña-de-azúcar.

Tabla 20. Control de Panicum maximum en cuatro épocas de evaluación, después de la aplicación de
glyphosate aislado y combinado con adyuvantes en el caldo.

Fuente: Durigan (1992).

Tabla 21. Sugerencias de combinaciones de altura y de espacio entre boquillas TF-VS4 (Spraying Systems
Co.) para uso en caña-de-azúcar.

Fuente: Peressin et al. (1996).

14. CALIBRACIÓN DEL PULVERIZADOR


La calibración del pulverizador tiene como objetivos preparar el equipo para la operación y
TERAPEUTICA Y MANEJO INTEGRADO DE PLAGAS

verificar posibles desgastes de las puntas de pulverización (boquillas).

El procedimiento para la calibración se inicia con la marcación de una franja a ser pulverizada
(en el propio local), de por lo menos 20 metros. Cuanto más larga la franja, mayor la
precisión, siendo lo ideal alrededor de 50 metros.

Se coloca agua limpia dentro del reservorio del pulverizador, hasta la mitad del mismo, pues
la cantidad de caldo afecta la velocidad del pulverizador, principalmente si son considerados
los contrastes, tanque lleno y casi vacío - el valor medio es lo más adecuado.

Con el pulverizador acoplado al tractor, se coloca el motor en funcionamiento acelerando


hasta la rotación que será utilizada para la operación en el campo. Por el hecho de que la
mayoría de las bombas son proyectadas para la rotación nominal de la toma de potencia (540
a 1.000rpm) del tractor, se debe seleccionar la rotación del motor que permita obtener aquella
rotación nominal de la toma, lo que ocurre, para la mayoría de los tractores agrícolas, al
rededor de 1.700rpm en el motor (Balastreire, 1990). Es muy importante recordar que, una
vez regulada la rotación, ella no debe ser alterada durante la pulverización.

Para obtenerse buena pulverización es necesario saber exactamente cual es la velocidad real
del pulverizador. Las lecturas del velocímetro y de algunos dispositivos de medición
electrónicos pueden estar erradas, en virtud del patinado de las ruedas. Postes de alambrado
pueden servir de marcadores fijos. El tractor/pulverizador deberá iniciar el desplazamiento
antes de la marca inicial para que pueda alcanzar y mantener la velocidad de trabajo entre
las marcas (Spraying Systems Co., 1999). Importante es tener en mente que cuanto mayor la
velocidad del viento, menor deberá ser la velocidad de trabajo.

La presión de trabajo del pulverizador es ajustada abriendo la salida del líquido para toda la
barra de pulverización; se trabaja en el tornillo de regulado de la válvula reguladora hasta
obtenerse la presión deseada de trabajo, la cual varía con la boquilla utilizada (normalmente
de 1,0 a 6,0bar). En el ajuste de la presión, se debe llevar en cuenta las condiciones
climáticas y el estadio de las malezas. Es preciso recordar que presiones menores
resultan en gotas mayores (pesadas) y que, cuanto mayor el follaje, más presión es
necesaria para que ocurra la penetración del herbicida.

Calculando el tiempo que el conjunto llevó para recorrer la distancia establecida, con un
cronómetro, se coleta, a través de un recipiente graduado, la descarga media de agua por
boquilla (por lo mínimo dos, una de cada lado de la barra, y se saca el promedio), en el
mismo tiempo que llevó para recorrer la distancia establecida y con la presión de trabajo
también previamente ajustada.

Finalizada la coleta de los datos, el volumen de aplicación por hectárea será calculado por la
siguiente fórmula:
Va = (vb/dp * eb)*10.000
Donde:
va = volumen de aplicaciones (L/ha)
vb = volumen colectado por boquilla no tiempo gasto para recorrer a distancia establecida (L)
TERAPEUTICA Y MANEJO INTEGRADO DE PLAGAS

dp = distancia recorrida (m)


eb = espacio entre boquillas (m).

Para poder calcular la cantidad del herbicida por tanque, se debe saber primeramente, cual
la dosis a ser utilizada del producto comercial (p.c.) por hectárea y también, cual la
capacidad del tanque.
Obtenidas esas informaciones, la cantidad de herbicida por tanque es calculada por la
siguiente expresión:
ht = dh*ct/va
Donde:
ht = cantidad de herbicida por tanque (L o Kg.)
dh = dosis del herbicida (p.c.) por hectárea (L/ha o kg/ha)
ct = capacidad del tanque (L)
va = volumen de aplicación (L/ha)

Es importante recordar que, después de finalizar la calibración, se hubiera cualquier


alteración - en la presión de trabajo, rotación, cambio de marcha, o cambio de boquillas – se
hace obligatoria la realización de nuevos cálculos de calibración.

15. AUMENTO DEL RENDIMIENTO OPERACIONAL DE LA APLICACIÓN DE


HERBICIDAS
Fueron identificados los siguientes puntos críticos que afectan la aplicación de herbicidas:
a) Paradas por problemas de deriva.
b) Utilización de barras de pulverización de pequeña longitud.
c) Utilización de pulverizadores con tanque de baja capacidad.
d) No-utilización del sistema de “caldo listo”.
e) No-utilización de una correcta logística de traslados y reabastecimientos del
pulverizador.
f) Utilización de grandes volúmenes de aplicación.
g) Demora en la organización das equipes de pulverización.
h) Distancias largas de desplazamiento, desde el garaje de máquinas hasta el local de
la aplicación.
i) Falta de inversión en tecnología de aplicación.

Algunas técnicas para obtenerse aumento en el rendimiento operacional de la aplicación de


herbicidas son descritas a seguir.

15.1 Causas y minimización de la deriva


a) Velocidad del viento
La velocidad del viento es el factor meteorológico que presenta el mayor impacto sobre la
deriva, pudiendo, conforme su intensidad, paralizar una pulverización.

Normalmente, la velocidad del viento varía a lo largo del día. El inicio de la mañana y el inicio
de la noche son generalmente períodos en que la velocidad del viento es menor, siendo, por
lo tanto, favorables a la aplicación.
TERAPEUTICA Y MANEJO INTEGRADO DE PLAGAS

La utilización de medidor de viento, o anemómetro, se vuelve un factor importante en la


determinación de la real velocidad del viento, una vez que brinda al encargado de la
pulverización una información más precisa para eventual toma de decisión cuanto a la
interrupción de la aplicación del herbicida.

Se puede también hacer una planificación de la aplicación de herbicidas, de forma que se


evite la pulverización en meses con histórico de vientos excesivos. Agosto, normalmente, es
un mes crítico en las condiciones del Centro-Sur brasileño.

b) Temperatura y humedad relativa del aire


Temperaturas altas y humedad relativa del aire bajas son condiciones que hacen con que
principalmente gotas pequeñas queden propensas a la deriva, debido a problemas de
evaporación. El aplicador debe seguir los límites de esos factores establecidos por el
fabricante de herbicidas, bien como adecuar su sistema de pulverización, como será visto en
los puntos siguientes. La Tabla 22 relaciona el tiempo de duración de gotas de agua en el
aire a su diámetro y a las condiciones meteorológicas.

Tabla 22. Tiempo de duración de la gota de agua en el aire, con relación a su diámetro, a la temperatura y a la
humedad relativa del aire.

Fuente: ICI, mencionado por Marochi (1994).

c) Tamaño de la gota de pulverización


Los sistemas de pulverización que resultan en gotas pequeñas (livianas) son muy
susceptibles a los problemas de deriva. El tamaño de la gota está relacionado con la punta de
pulverización (boquilla) utilizada y con la presión de pulverización.

Existen disponibles en el mercado puntas de pulverización que producen gotas de tamaño


medio a muy grande, mismo en bajo volumen de aplicación, siendo más adecuadas para
evitar problemas con deriva. Todavía, se debe tener cuidado especial para la aplicación de
herbicidas de contacto (poca translocación), que necesitan de excelente cobertura del blanco;
puntas de pulverización que producen gotas grandes no son recomendadas, debido a la
reducción del número de gotas por unidad de superficie.

Con relación a la presión de pulverización, se debe recordar que, cuanto mayor la presión
utilizada, menores serán las gotas producidas y, por lo tanto, mayor el riesgo de deriva. En
períodos con riesgo de deriva se debe preferir trabajar con presiones reducidas, pero dentro
del rango recomendado de trabajo de la boquilla. La distancia lateral recorrida por gotas de
diversos tamaños en condiciones de viento de 5 km/h es presentada en la Tabla 23.

Tabla 23. Clasificación de las gotas y distancia de deriva horizontal sin velocidad inicial, a 3 metros de altura
TERAPEUTICA Y MANEJO INTEGRADO DE PLAGAS

y con viento lateral de 5 km/h.

Fuente: Sartori (1975), mencionado por Marochi (1994).

d) Altura de punta de pulverización con relación al blanco


Cuanto mayor sea la distancia entre la punta de pulverización y el blanco (suelo o planta),
mayor será la posibilidad del arrastre por el viento y/o de evaporación antes de alcanzar el
blanco.

Se debe evitar pulverizar en altura mayor que la recomendada por el fabricante de la punta
de pulverización (la Spraying Systems no recomienda pulverización arriba de 75cm para
puntas de pulverización de 80º y arriba de 50cm para puntas de pulverización de 110º).
Todavía, se debe tomar cuidado con la altura mínima recomendada. Pulverizaciones debajo
de la altura mínima pueden resultar en estrechamiento del rango de deposición, ocasionando
fallas en la aplicación. Algunas alternativas para se trabajar con la barra de aplicación más
cerca del blanco son aumentar el número de boquillas en la barra o utilizar boquillas que
presenten mayor abertura del abanico de aplicación.

e) Velocidad de operación
Velocidad alta de operación puede hacer con que la pulverización sea arrastrada para atrás y
llevada por la corriente de viento ascendente, formando un remolino sobre el pulverizador,
arrastrando las gotas pequeñas y contribuyendo para la deriva (Spraying Systems Co., 1999),
además del aumento del riesgo de intoxicación del operador. No se recomienda la aplicación
de herbicidas con velocidad de operación del tractor arriba de 6 a 8km/h, y en períodos de
vientos más intensos se debe trabajar con velocidad de pulverización menor, o suspender la
aplicación.

15.2 Determinación de las líneas de siembra


Cuando se determinan las líneas de siembra, estas deben ser planteadas objetivando el
mayor largo posible, pero respetando las curvas de niveles del área. Cuanto mayor las líneas
del cultivo, menor será o número de maniobras por área, y, consecuentemente, mayor el
rendimiento operacional de la aplicación de herbicidas.

15.3 Largo de la barra de pulverización y capacidad del tanque del pulverizador


Tradicionalmente, hay predominio de pulverizadores de pequeño porte y baja capacidad
operacional (tanque de 400 a 600 litros y barras de pulverización inferiores a 8,5m de largo).

Considerando los pulverizadores de pequeño porte, Ozeki et al. (1992) observaron aumentos
de 52,6 y 63,0%, respectivamente, en el rendimiento operacional de los pulverizadores, con
la sustitución de la barra de 6m de largo por barras de 10 y 11,5m. Todavía, los mismos
autores advierten que pulverizadores equipados con barra larga (mayor que 15m) sufren
mayor influencia de la capacidad del tanque, debido al alto consumo de caldo, necesitando
TERAPEUTICA Y MANEJO INTEGRADO DE PLAGAS

de tanques de mayor capacidad para mayor autonomía de pulverización y,


consecuentemente, menor tiempo de traslados y reabastecimientos.

El aumento del largo de la barra de pulverización, o mismo la utilización de equipamientos de


grande porte, dependen de las condiciones de topografía de las áreas a ser pulverizadas, así
como de la resistencia del sistema de fijación de la barra en el soporte del pulverizador. Es
aconsejable que haya un sistema pendular de suspensión, para reducir la amplitud de
balance, bien como uso de zapatas para limitar la altura de la barra, evitándose choques de
las puntas con el suelo. Además de eso, en la medida que se aumenta el largo de la barra,
naturalmente se hace más difícil suspenderla y bajarla, surgiendo, por lo tanto, la necesidad
de la utilización de comando hidráulico para su manipulación (Ozeki et al., 1992). Los
equipamientos de baja capacidad operacional preexistentes pueden ser empleados en áreas
de topografía accidentada y/u en acabados en áreas donde se trabaja con pulverizadores de
grande porte.

15.4 Logística de operación


Ozeki et al (1992) recomiendan, para la implementación de una correcta logística de
operación, los siguientes procedimientos operacionales:
- Adoptar el sistema de reabastecimiento con “caldo ya preparado”.
- Minimizar los desplazamientos y traslados por el correcto posicionamiento del
vehículo de reabastecimiento.
- Reabastecer el pulverizador siempre que el volumen del caldo disponible en el tanque
no permita alcanzar nuevamente el vehículo de reabastecimiento, esto es para evitar
que se agote el caldo en la mitad del trabajo.
- Realizar las operaciones de los tractores en un frente de trabajo en bloque,
manteniendo el vehículo de reabastecimiento siempre en posiciones estratégicas y a
corta distancia de los pulverizadores.
- Operar con número de vehículos de reabastecimiento suficiente en función del
consumo del caldo por el equipo de aplicación.
- Limpieza y mantenimiento preventivo de los equipamientos, de modo a evitar las
paralizaciones en el campo durante la aplicación.
- Minimizar el desplazamiento diario de las máquinas a largas distancias.

15.5 Volumen de aplicación


No se debe utilizar volumen de aplicación superior a 200L/ha para aplicaciones en pre y
post- emergencia inicial, siendo ese parámetro totalmente adecuado, cuando acompañado de
la debida tecnológica. Todavía, pulverizaciones con volumen de aplicación arriba de 300 L/ha
se puede hacer necesaria para herbicidas de “contacto”, en aplicaciones en post-emergencia
mediana a tardía.

15.6 Inversión en tecnología de aplicación


- Utilizar filtros de línea en los pulverizadores, disminuyendo la paralización de las
pulverizaciones por el tapado de las puntas de pulverización.
- Utilizar puntas de pulverización adecuadas al tipo de aplicación, al herbicida y a las
condiciones climáticas.
- Equipar el tanque de los pulverizadores con un dispositivo que permita la
TERAPEUTICA Y MANEJO INTEGRADO DE PLAGAS

visualización de los niveles de caldo en el tanque (visor).


- Utilizar anemómetros y termo-higrómetros.

16. MANUTENCION PREVENTIVA Y CALIBRADO DEL SISTEMA DE PULVERIZACIÓN


16.1 Puntas de pulverización (boquillas)
- Diariamente, después de terminar la aplicación, realizar la limpieza de las puntas de
pulverización, utilizando agua limpia y cepillo de cerdas duras. Nunca utilizar objetos
puntiagudos, como alambres, cuchillos, etc.
- Semanalmente, verificar la descarga de cada punta de pulverización, con base la
descarga de una punta nueva (sin uso). Puntas con más de 10% de variación deben
ser substituidas.
- Siempre trabajar dentro de los límites de presión establecidos para la punta de
pulverización a ser utilizada (determinado por el fabricante). Arriba del rango ideal de
presión o desgaste de la punta es acelerado, y abajo del rango ideal el chorro de
pulverización se queda sin fuerza de penetración, además de causar menor abertura
del abanico.
- Durante la pulverización, estar atento a posible tapado de puntas o a que chorros
defectuosos.
- Ajustar el espacio entre puntas y altura de las puntas en relación al blanco, de modo
a obtenerse óptima cobertura del blanco. Barra de pulverización muy elevadas
aumenta el riesgo de volatilización y deriva, muy baja reduce el ancho de la faja de
deposición.

16.2 Pulverizador
- Verificar diariamente el estado y la tensión de la correa de la bomba.
- Verificar, antes y durante la aplicación, si no existen fugas en el tanque, bomba y
mangueras.
- Verificar, antes de la pulverización, las condiciones de cuerdas de sustentación de las
barras.
- Diariamente, averiguar el funcionamiento del manómetro.
- Después de terminar la aplicación, efectuar la limpieza.

16.3 Preparación del Caldo


- Diluir, en recipiente con agua, herbicidas formulados en polvo mojable (PM) y granos
dispersables en agua (GRDA), conforme la recomendación de los fabricantes.
- Colocar directamente en el pulverizador herbicidas en embases hidrosolubles.
- En el caso de mezcla de herbicidas, en la preparación del caldo, colocar una cantidad
inicial de agua en el tanque y adicionar el primer herbicida, después colocar otra
cantidad de agua y adicionar el segundo herbicida, y así sucesivamente, se hay otros
herbicidas.
- Al completar el agua del tanque, evitar la formación y el derrame de espumas
(pérdida del producto).

16.4 Utilización del sistema de caldo ya preparado


Este sistema proporciona mayor rendimiento en las operaciones de pulverización, debido a la
mayor rapidez en el reabastecimiento de los pulverizadores. El sistema de caldo ya preparado
TERAPEUTICA Y MANEJO INTEGRADO DE PLAGAS

está constituido de un camión-tanque normalmente con capacidad para almacenar de 6 a 8 mil


litros, que posee sistema de agitación constante, en el que el caldo es preparada y almacenada
bajo agitación y en grande cantidad; eso evita que a toda parada, para reabastecimiento, sea
realizada nuevamente la dosis de herbicidas, la pre dilución y otros procedimientos, que
disminuyen el rendimiento operacional.

Se observa (Tabla 24) que el tiempo de almacenamiento de los herbicidas ametryn y diuron
(hasta 30 días) en el sistema de caldo listo no les afecto la actividad. Todavía, este hecho
puede estar relacionado con la calidad del agua utilizada en la pulverización y con las
características del herbicida, debiendo evitarse el almacenamiento del caldo por períodos
superiores a 24 horas.

Tabla 24. Porcentaje de control de malezas en relación al testigo infestado, a los 30 días después de la
aplicación (DAP), en pre-emergencia, del caldo ya preparado de ametryn o de diuron, almacenadas
por diferentes períodos.

Fuente: Ramos & Durigan (1998).


*Características del agua utilizada en la preparación del caldo: pH 7,30; tenores de elementos
químicos en ppm: 1,90 de K; 4,00 de Ca; 0,72 de Mg; 0,48 de S; 14,80 de Na; 0,50 de Cl; 0,01 de
Fe; 0,01 de Mn; 0,01 de Cu; 0,03 de Zn.

17. REGISTROS DE CAMPO Y EVALUACIÓN DE LOS TRATAMIENTOS


Para obtener mayor eficiencia en el control de malezas en el cultivo de la caña de azúcar, se
hace necesaria la realización de monitoreo riguroso de todos los tratamientos realizados.

Para eso, deben ser elaborados informes de campo con el historial de la aplicación, a fin de
obtenerse mejor evaluación de los resultados del servicio realizado.

Ese registro de campo debe contener algunos ítems, descritos a seguir, para evitar
equivocaciones en la evaluación de los resultados obtenidos:
En el momento de la aplicación:
- Local de aplicación: hacer, franjas (elaborar mapas).
- Tipo de suelo: análisis física y química.
- Humedad del suelo en el momento de la aplicación: seco, medianamente húmedo,
TERAPEUTICA Y MANEJO INTEGRADO DE PLAGAS

húmedo; Fecha de la aplicación.


- Condición climática en el momento de la aplicación: humedad relativa del aire,
temperatura, velocidad del viento, día nublado o no, aplicación nocturna o no.
- Malezas infestantes: identificación y cuantificación.
- Estadio de las malezas infestantes (post emergencia); caso la aplicación sea hecha en
pre- emergencia de las malezas anotar.
- Cultivar o variedad.
- Estadio de los cultivos: altura (cm.), número de hojas (caso ya emergida).
- Número del corte: si es el primer corte, anotar se es caña-planta de un año o de año y
medio.
- Productos y dosis utilizados.
- Tipos de aplicación: aérea o terrestre (tractorizada o mochila), si tractorizada en área
total o localizada (pingentes).
- Uso de pingentes: en caso positivo, anotar número de pingentes por faja y distancia
entre los pingentes y la línea de los cultivos, bien como altura del pingente hasta la
punta de las hojas de la maleza.
- Tipo de punta de pulverización utilizada (especificar).
- Descarga utilizada (L/ha), velocidad del tractor y presión de pulverización (aplicación
tractorizada).
- Utilización de adyuvante: caso positivo, describir el producto y concentración.
- Distancia de los cultivos.

Después de la aplicación:
- Lluvias después de la aplicación: intensidad y tiempo ocurrido después de la aplicación.
- Descripción de algunos problemas en la brotación.
- Ataque de plagas: descripción de la plaga e intensidad del ataque.
- Selectividad a los cultivos: notas (0 a 100%).
- Eficiencia en el control de las malezas por especie: notas (0 a 100%).
- Período efectivo de control del tratamiento: para herbicidas con acción de pre-
emergencia: días de “residual”.
- Rebrota de malezas perennes: notas (0 a 100%).
- Tiempo de cierre del cañaveral.
- Tiempo de desaparecimiento de los síntomas de fitotoxicidad de los cultivos.
- Lluvias ocurridas hasta el cierre del cañaveral: días e intensidad (determinación de
períodos de “mucho calor - veranillos”).
- Costo del tratamiento por área.

El levantamiento de estos datos proporciona al técnico responsable mejor evaluación del


tratamiento utilizado, teniendo, así, condiciones mejores de selección de herbicidas aislados o
en mezclas. Caso no haya rigor en el monitoreo, la posibilidad de se proceder a juicios errados
sobre determinados tratamientos es muy grande. Otras prácticas importantes en la evaluación
de herbicidas es dejar pequeñas áreas en el local a ser tratado sin aplicación (testigo), lo que
permite fácil evaluación de la eficiencia del tratamiento aplicado.

18. AGRICULTURA DE PRECISIÓN Y EL MANEJO DE MALEZAS


El concepto de “Agricultura de Precisión” se basa en la localización y en la cuantificación exacta
TERAPEUTICA Y MANEJO INTEGRADO DE PLAGAS

de la aplicación de insumos, como fertilizantes, defensivos agrícolas y semillas. Para Donzelli et


al. (1997), la “agricultura de precisión” permitió el descubrimiento sobre todo de lo que el suelo
necesita y cuando necesita, y la colocación de insumos, semillas, abonos, herbicidas,
insecticidas, etc., en los locales correctos.

Según Antuniassi (2000), la aplicación localizada puede significar reducción de más de 60% en
las cantidades de defensivos agrícolas utilizados. Considerando los aspectos ambientales, la
racionalización del uso de defensivos agrícolas debe ser evaluada como uno de los principales
beneficios de la “agricultura de precisión”.

Los más avanzados centros de investigación del mundo están desarrollando la “agricultura de
precisión”. Con relación a la tecnología de aplicación de defensivos agrícolas, están siendo
desarrollados los “pulverizadores de precisión”, que permitan aplicar el producto solamente en
el blanco. Eso ocurre por el desarrollo de la aplicación del GPS (Global Position Systems) en
pulverización. Torres (1997) afirma que a través del GPS es posible monitorear los diversos
tipos de malezas de la propiedad, pudiendo, por medio de un pulverizador especial, aplicar un
herbicida en un punto del área, otro herbicida más adelante y la mezcla de ellos en otro punto,
de acuerdo con el mapa florístico de la franja a ser tratada. También, según este autor, es
posible mapear el suelo cuanto al contenido de materia orgánica y, en cada parte de la
propiedad, aplicar determinada dosis del herbicida en el caldo. Todavía, la precisión alcanzada
por el GPS parece aún ser un poco limitada; de esa forma, actualmente se viene utilizando el
DGPS (Sistema de Posicionamiento Global Diferencial), lo cual permite con que la localización
de un punto en la superficie terrestre llegue a ser menor que un metro.

La detección instantánea de las malezas está siendo actualmente estudiada en la “agricultura


de precisión”. De acuerdo con Antuniassi (2000), dos son las posibilidades de detección de las
plantas. La primera tecnología utiliza sensores ópticos, que identifican las diferencias en la
reflexión de la luz por las diversas superficies encontradas en las áreas agrícolas, como las
malezas, los cultivos, los restos vegetales, el suelo, etc. Una de las dificultades para la
implementación de esta tecnología es la sensibilidad de los sensores que precisan ser
constantemente calibrados, debido a los cambios en la tonalidad de colores de las hojas de las
plantas, de la paja, del suelo, entre otros. Otra dificultad encontrada es en lo que se refiere a la
altura de los sensores con relación a los blancos, ya que en el campo la variabilidad entre
malezas y entre los estadios de estas es muy grande. La otra posibilidad en la detección de
malezas mencionada por Antuniassi (2000) es a través del análisis instantánea de imágenes,
vía cámara de video. Esas imágenes pueden ser procesadas, posibilitando la identificación
inmediata de las malezas, mandando informaciones al sistema de control del pulverizador sobre
su presencia y localización.

19. EFECTOS ALELOPÁTICOS ENTRE MALEZAS Y CULTIVOS


La alelopatia se manifiesta por efectos degenerativos o benéficos, entre plantas o
microorganismos, causados por substancias producidas en el metabolismo secundario,
denominadas aleloquímicos. Las plantas pueden producir aleloquímicos en todos sus órganos:
hojas, tallos, raíces, flores, frutos y semillas. La cantidad de los compuestos producidos
depende de la especie y de las condiciones ambientales. Los aleloquímicos pueden ser
liberados de los tejidos de la planta para el ambiente a través de volatilización, exudación
TERAPEUTICA Y MANEJO INTEGRADO DE PLAGAS

radicular, lixiviación y descomposición de los residuos de la planta.

Según Velini & Negrisoli (2000), el efecto alelopático no es una característica exclusivamente
genotípica, como admiten, erróneamente, muchos investigadores, o sea, el efecto alelopático
no es característico de determinada especie vegetal, pero si de un genotipo estudiado en
determinada condición ambiental.

A acción alelopática puede manifestarse en diversas direcciones: de la maleza para la planta


cultivada, de la planta cultivada para la maleza, entre malezas, entre plantas cultivadas, de
microorganismos para malezas o cultivadas, de malezas o cultivadas para microorganismos y
entre microorganismos. En remolinos con alta infestación de coquito (C. rotundus)
prácticamente no hay desarrollo de ninguna otra maleza.

Pela análisis de la Tabla 25, se verifica la interferencia del coquito en los cultivos de la caña de
azúcar por la inhibición alelopática. El análisis de esta tabla demuestra que los cultivos
mantenidos limpios, por medio de deshierbes manuales, no resultó en aumento de la
producción, demostrando la interferencia en la caña de azúcar por alelo-químicos producidos
por la parte subterránea del coquito. De acuerdo con Kissmann (1997), las toxinas producidas
en los tubérculos del coquito son liberadas más intensamente durante la descomposición de
estos y son parcialmente absorbidas por los coloides del suelo, por eso el efecto alelopático es
más intenso en suelos con baja capacidad de absorción.

Por otro lado, la paja de los cultivos también ejerce acción alelopática sobre algunas malezas.
Al principio, ese efecto era atribuido al impedimento físico (barrera) y también al impedimento al
paso de la luz. Todavía, semillas de especies de malezas que consiguen emerger a grandes
profundidades (10-20cm), en áreas cubiertas con paja, tenían sus emergencias inhibidas.
Estudios realizados por la Coperçucar demuestran reducción de la germinación de semillas de
sanana (B. pilosa) de casi 70%, utilizando extractos y lixiviados de paja de caña de azúcar
(Tabla 26).

Tabla 25. Interferencia alelopática de los órganos subterráneos de Cyperus rotundus en la producción de la
caña de azúcar (caña planta).

Fuente: Lorenzi (1983).

Tabla 26. Inhibición de la germinación de semillas de sanana (Bidens pilosa) por la paja de caña de azúcar.

Fuente: Lorenzi (1983).

Conforme descrito anteriormente, la paja de la caña de azúcar es excelente herramienta en el


manejo de malezas en caña de azúcar. Pero, esta práctica debe ser utilizada con cuidado, pues
la acumulación de paja puede perjudicar también la brotación del propio cultivo, habiendo
TERAPEUTICA Y MANEJO INTEGRADO DE PLAGAS

respuestas diferentes entre las variedades (Tabla 27).

Tabla 27. Efectos de la paja de caña-de-azúcar sobre dos variedades de caña-de-azúcar, acumulada a cada
cinco entrelineas, en el desarrollo de las socas, en varias épocas después del corte de la caña de
azúcar.

Fuente: Lorenzi (1983).

20. IMPACTOS AMBIENTALES EN CONSECUENCIA DEL USO DE HERBICIDAS


En la selección de un herbicida prácticamente solo son llevados en consideración criterios
técnicos y económicos como: eficiencia sobre las plantas-blanco, período efectivo de control
(residual en el suelo) cuando el producto tiene acción pre-emergente, selectividad a caña de
azúcar y su costo. Todavía, antes de tomar la decisión referente a la selección del herbicida, se
puede adicionar también un criterio ambiental. De acuerdo con ese nuevo criterio,
características del herbicida como toxicidad para el hombre y para la vida silvestre, persistencia
en el suelo (Tabla 28), potencial de lixiviación, período de carencia, embalajes hidrosolubles,
metales pesados en su composición y menor dosis, participan de forma decisiva en la definición
del herbicida a ser utilizado.

Un otro factor que puede aumentar los impactos ambientales negativos que viene de la
utilización de herbicidas son las fallas en las aplicaciones, necesitando posteriormente de nueva
aplicación. Para que eso no ocurra, algunos factores son de fundamental importancia en el
cultivo de la caña de azúcar:

a) Utilización de métodos preventivos y culturales; los cuales ya fueran descritos


anteriormente.
b) Identificación correcta de las malezas - principalmente plantas jóvenes, gramíneas hasta
dos macollos y hojas largas hasta dos pares de hojas pues estas son las fases de
acción de la mayoría de los herbicidas con acción en post-emergencia. Todo herbicida
presenta especies que escapan al su control. Una identificación errada hecha
anteriormente puede determinar la necesidad de una segunda aplicación, causando así
aumento de los impactos ambientales negativos.
c) Conocimiento del herbicida a ser utilizado - conocer el mecanismo de acción, como las
exigencias del producto, es de fundamental importancia para el éxito de la aplicación,
como: necesidad de humedad en el suelo, estadio máximo de las plantas blanco,
necesidad de adyuvantes, compatibilidad con otros defensivos agrícolas. La no
observación de alguna peculiaridad exigida puede determinar nueva aplicación y traer
consecuencias ya vistas.
d) Conocimientos sobre tecnología de aplicación - también ya descritos anteriormente.

Tabla 28. Residuos de tebuthiuron después de una única aplicación, en suelos cultivados con caña de azúcar
(mediana de cinco localidades del Estado de São Paulo).
TERAPEUTICA Y MANEJO INTEGRADO DE PLAGAS

Fuente: Eaton, (1977). ND: No detectable.

Tabla 29. Tolerancias permitidas, en los EUA, para algunos herbicidas.

Fuente: Hormann (1977).

En diversos países, fueran establecidas tolerancias de residuos de herbicidas. Los niveles


permitidos para algunos herbicidas en los Estados Unidos son mostrados en la Tabla 29.
21. RESISTENCIA DE MALEZAS A HERBICIDAS
Los agricultores han preferido el uso de herbicidas a otros métodos de control de malezas,
debido, principalmente, a la alta eficiencia y a un costo relativamente bajo. Sin embargo, el uso
indiscriminado e inadecuado de esos productos permitió el desarrollo de muchos casos de
resistencia a esos compuestos por diversas especies dañinas.

La planta es sensible a un herbicida cuando su crecimiento y desarrollo son alterados por la


acción del producto; así, una planta sensible puede morir cuando sometida a determinada dosis
de herbicida. Ya la tolerancia es la capacidad innata de algunas especies en sobrevivir y se
reproducir después del tratamiento del herbicida, aun sufriendo daños. Por otro lado, la
resistencia es la capacidad adquirida de una planta de sobrevivir a determinados tratamientos
con herbicidas que, en condiciones normales, controlan los integrantes de la población.

El uso repetido de un mismo herbicida puede seleccionar biotipos resistentes de malezas


preexistentes en la población, llevando al aumento de su número. En consecuencia, la
población de plantas resistentes puede aumentar hasta el punto de comprometer los niveles de
control, llegando a inviabilizar el cultivo de determinadas especies en el área.

Los primeros casos de resistencia a herbicidas fueran relatados en 1957, en los Estados Unidos
y en Canadá. Muchos otros casos fueran relatados desde entonces, y actualmente hay
aproximadamente 259 biotipos, pertenecientes a 156 especies de malezas, que presentan
resistencia a uno o más mecanismos de los herbicidas en varios países. El mayor número de
casos se refiere a los herbicidas inhibidores de la enzima ALS y a las triazinas. Se cree que el
mayor número de biotipos resistentes a esos grupos sea debido a las altas especificidades y a
la eficiencia de estos y, también, al hecho de ser empleados en grandes áreas en años
seguidos.

La resistencia de malezas a herbicidas asume grande importancia, principalmente cuando el


número de herbicidas alternativos para ser usados en el control de los biotipos resistentes es
limitado, o inexistente. EL número de ingredientes activos disponible para control de algunas
especies dañinas es bastante restricto, y el desarrollo de nuevas moléculas es cada vez más
TERAPEUTICA Y MANEJO INTEGRADO DE PLAGAS

difícil y caro. La ocurrencia de resistencia múltiple agrava aún más el problema, ya que, en este
caso, son dos los mecanismos de acción que precisan ser substituidos. Así, el control de los
biotipos resistentes con el uso de herbicidas es comprometido, lo que restringe esta práctica a
otros métodos menos eficientes.

21.1 Mecanismos que confieren resistencia


a) Alteración del local de acción
Los herbicidas modernos actúan en rutas metabólicas específicas (enzimas) en las plantas.
Alteraciones en esos locales pueden hacer con que el efecto de los herbicidas sea reducido o
hasta aun anulado. Biotipos resistentes pueden ocurrir en una población de malezas como
resultado de mutaciones en el DNA, las cuales provocan alteraciones en el local de acción del
herbicida.

b) Metabolización del herbicida


La planta resistente posee la capacidad de descomponer la molécula del herbicida más
rápidamente de que las plantas sensibles, volviéndola inactiva.

c) Compartimentalización
En este caso, la molécula del herbicida es conjugada con metabólitos de la planta, volviéndolas
inactivas, o es almacenada en locales inactivos, como la vacuola.
21.2 Evolución de la resistencia
La teoría de la evolución de Darwin, por medio de la selección natural, considero el principio de
la selección, en que algunas formas presentan mayor éxito en la supervivencia y reproducción
que otras, en determinado ambiente. El surgimiento de malezas resistentes a herbicidas es un
ejemplo de evolución de plantas como consecuencia de cambios en el ambiente, provocadas
por el hombre.

El uso repetido de herbicidas para control de plantas ejerce alta presión de selección, o sea,
favorece algunos individuos en relación a otros, eliminando algunas especies y favoreciendo
otras. Muchas evidencias sugieren que el aparecimiento de resistencia a un herbicida, en una
población de plantas, se debe a la selección de un biotipo resistente preexistente que, debido a
la presión de selección ejercida por repetidas aplicaciones de un mismo herbicida, encontró
condiciones para volverse predominante. En síntesis, el proceso de la evolución de la
resistencia a herbicidas pasa por tres estadios: eliminación de los biotipos altamente sensibles;
eliminación de todos los biotipos, excepto los resistentes; e inter-cruzamiento entre los biotipos
sobrevivientes, generando nuevos individuos con mayor grado de resistencia.

Figura 24. Evolución de la resistencia de las malezas a diferentes grupos de herbicidas.

21.3 Factores que favorecen el surgimento de la resistencia


TERAPEUTICA Y MANEJO INTEGRADO DE PLAGAS

a) Presión de selección
El uso repetido de un mismo herbicida o de herbicidas con los mismos mecanismos de acción,
altamente eficientes y específicos, y con largo efecto residual, posee alta capacidad de
seleccionar individuos resistentes.

b) Variabilidad genética
Las malezas poseen elevada diversidad genética. La asociación de la variabilidad genética de
las malezas con la adecuada intensidad y la duración de selección hacen inevitable el
surgimiento de plantas resistentes. Los genes que confieren resistencia a determinado herbicida
pueden estar presentes en una población antes que este herbicida sea lanzado en el mercado.

Figura 25. Polimorfismo de plantas de Euphorbia heterophylla.

21.4 Diagnóstico de la resistencia en campo


El agricultor debe tener en mente que el control insatisfactorio de malezas no significa
necesariamente que estas se volverán resistentes. La resistencia es un fenómeno que
evoluciona en un cultivo durante varios años. Es muy importante contactar con un Ingeniero
Agrónomo para evaluar el problema. Cuando hay sospechas de la ocurrencia de resistencia, se
debe, inicialmente, considerar los siguientes aspectos:
a) El producto, la dosis, la época o el estadio de aplicación, la calibración, el volumen de
caldo, los adyuvantes, el tipo de boquilla y las condiciones ambientales fueron
adecuados?
b) Las fallas de control ocurrieron en una especie apenas?
c) Las plantas no son resultado de re-infestación?

Si las respuestas a estas indagaciones fueron afirmativas, deben ser investigados los factores
que llevaron a la resistencia, lo que podrá ser hecho considerando lo que sigue:
a) Últimamente viene siendo utilizado repetidas veces el mismo herbicida, o herbicidas, con
el mismo mecanismo de acción?
b) El herbicida en cuestión viene perdiendo eficiencia?
c) Hay casos de plantas resistentes a este herbicida?
d) El herbicida no perdió eficiencia sobre otras especies?

Si la respuesta a una o más de estas preguntas es positiva, existe la posibilidad de estar


ocurriendo resistencia.

21.5 Como confirmar la resistencia


El método más común es cosechar semillas de las plantas sospechosas de resistencia y de
plantas sensibles provenientes, preferentemente, del área donde no se aplican herbicidas. Se
debe, entonces, sembrarlas en masetas y tratarlas con dosis crecientes del herbicida en
cuestión (mitad de la dosis recomendada, la dosis recomendada y dos veces y después cuatro
veces la dosis recomendada). Las condiciones de aplicación deben ser aquellas recomendadas
por el fabricante. Después del período de tiempo adecuado, se debe evaluar el control.

Análisis bioquímicas, para identificar el mecanismo exacto de la resistencia, pueden ser


TERAPEUTICA Y MANEJO INTEGRADO DE PLAGAS

realizadas en laboratorio. Hay metodologías para estudio de la mayoría de los casos de


resistencia. En la Universidad Federal de Viçosa, fue extraída la enzima ALS de biotipos de
leche leche resistentes y sensibles a los inhibidores de la ALS y fueran estudiadas sus
respuestas a diferentes dosis de esos productos; se constató que la enzima ALS de las plantas
resistentes se volvió insensible a tales productos (Vargas et al., 1999).

En los casos en que hay confirmación de la resistencia, se debe, inicialmente:


a) erradicar inmediatamente las plantas remanentes o usar práctica para reducir la
incorporación de semillas al suelo (desecaciones y roguing).
b) colocar en práctica el programa de manejo de la resistencia.
c) Evitar diseminación.

21.6 Prevención y manejo de la resistencia a herbicidas


Las técnicas de prevención y manejo de la resistencia buscan reducir la presión de selección,
controlar los individuos resistentes antes que ellos puedan multiplicarse y, también, ampliar las
alternativas de control posibles de ser adoptadas. Eso puede ser conseguido con la adopción
de las prácticas comentadas a continuación.

a) Utilizar herbicidas solamente cuando y donde realmente sea necesario


El agricultor debe conocer las malezas y donde ellas ocurren en su cultivo y, a partir de ahí,
usar el herbicida correcto en cada local. La aplicación debe ser hecha solamente cuando sea
necesario, o sea, cuando el nivel de daño económico sea alcanzado, ya que el control antes de
eso no implicará retorno económico.

b) Utilizar herbicidas con diferentes mecanismos de acción


El uso de herbicidas con diferentes mecanismos de acción disminuye la presión de selección;
así, el riesgo del surgimiento de resistencia es reducido. Después de confirmada la resistencia,
el productor debe sustituir inmediatamente el herbicida por otro con mecanismo de acción
diferente, a fin de obtener control eficiente de los biotipos resistentes, impidiendo de ese modo
su multiplicación en el área. La alternancia de mecanismos interrumpe el proceso selectivo que
por ventura pueda estar ocurriendo.

c) Realizar aplicaciones secuenciales


El uso de aplicaciones secuenciales con herbicidas de diferentes mecanismos de acción es una
técnica eficiente para controlar biotipos resistentes en un cultivo.

d) Usar mezcla de herbicidas con diferentes mecanismos de acción y de


destoxificación
La mezcla de productos con diferentes mecanismos de acción proporciona control eficiente por
mayor número de años que la aplicación de estos de forma aislada, ya que la probabilidad de
una maleza se vuelva resistente a los dos mecanismos simultáneamente es dada por el
producto de las dos probabilidades individualmente, siendo, por lo tanto, mucho menor.

e) Realizar rotación de mecanismo de acción


La rotación de mecanismos herbicidas es importante para evitarse la selección de biotipos
resistentes a los mecanismos alternativos, de forma que los productos con el mismo mecanismo
de acción no sean aplicados en la misma área más de dos veces seguidas.

f) Limitar aplicaciones de un mismo herbicida


Hay en el mercado gran número de moléculas de herbicidas, pero, para controlar determinadas
malezas, en algunos cultivos, hay pocos mecanismos disponibles. Sin embargo, el agricultor no
debe emplear en la misma área, más del que dos veces consecutivas, herbicidas con el mismo
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mecanismo de acción.

g) Usar herbicidas con menor presión de selección (residual y eficiencia)


El control de malezas en un cultivo no precisa, necesariamente, ser total. El agricultor debe
observar para los niveles de daño económico y emplear herbicidas que, a pesar de no
proporcionaren control total de las malezas, proporcionan control por encima de los niveles de
daño de la especie.

h) Hacer rotación de cultivos


La rotación de cultivos proporciona mayor oportunidad de usar herbicidas con diferentes
mecanismos de acción en el área. Además de eso, ella proporciona ambientes con diferentes
dinámicas competitivas. Así, una especie dañina que es favorecida por un cultivo puede ser
fuertemente perjudicada por otro; de esa forma, la producción de propágulos o diásporos es
grandemente reducida.

El uso del área con pasturas o producción de forrajeras, generalmente reduce la multiplicación
de las malezas; así, tanto las plantas sensibles como las resistentes tendrán sus poblaciones
reducidas.

i) Promover rotación de métodos de control


El productor debe usar todos los métodos de control disponibles, con el objetivo de prevenir la
resistencia en áreas no afectadas y combatir en aquellas donde ella ya ocurre. Además del
control químico, existen otros cuatro métodos de control de malezas, que fueron discutidos. El
objetivo es obtener el máximo beneficio para el cultivo y el máximo perjuicio para las malezas.

j) Acompañar cambios en la flora


El técnico y el agricultor deben realizar visitas periódicas al cultivo, a fin de conocer y detectar
eventuales alteraciones en la población de malezas. Si la resistencia es identificada en los
estadios iníciales, su combate será más fácil.

k) Evitar que plantas sospechosas produzcan semillas


Todas las prácticas disponibles deben ser usadas para evitar que las plantas sospechosas o
comprobadamente resistentes produzcan semillas o diseminen polen en el ambiente. En razón
de eso, su control debe anteceder o su período de floración.

l) Efectuar rotación de la preparación del suelo


La preparación del suelo, a pesar de ser condenada por algunos individuos, puede auxiliar en el
combate de la resistencia. El revolvimiento del suelo expone las semillas de las plantas al
ambiente y a los predadores, o puede enterrarlas en camadas profundas, o que en algunos
casos es suficiente para inviabilizar su germinación o emergencia. La anticipación de la
preparación del suelo de forma a permitir la máxima germinación de las semillas de las malezas
y el empleo de herbicidas totales antes de la siembra, asociado a la implantación de los cultivos,
irán a controlar las plantas presentes y reducir la infestación y el consecuente incremento de
semillas al suelo.

Los agricultores deben ser incentivados a adoptar las prácticas con el objetivo de prevenir la
resistencia, antes que las fallas de control aparezcan en el cultivo, a fin de minimizar el riesgo
del surgimiento de plantas resistentes.

22. EL HERBICIDA IDEAL


Cuales serian las características del herbicida ideal para la utilización en los cultivos? Por
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nuestra visión, tales características serian:


- No provocar cualquier efecto fitotóxico a cualquier variedad comercial de las plantas
cultivadas.
- Controlar cualquier planta infestante.
- Tener acción sobre las malezas en pre, post-emergencia inicial a tardía, o sea,
controlar las malezas en cualquier estadio de las mismas.
- Presentar período efectivo de control (“residual”) hasta el cierre de las plantas del cultivo
(dosel).
- No presentar efecto residual que perjudique posibles cultivos en sucesión.
- No dejar residuo en el producto cosechado.
- No ser tóxico a los hombres y a la vida silvestre.
- No lixiviar hasta aguas subterráneas.
- Ser degradado después del o cierre del dosel de plantas.
- Tener diversos sitios de acción diferentes, prácticamente impidiendo el desarrollo de
resistencia.
- Poseer embalaje hidrosoluble.
- Ser recomendado en bajas dosis, algunas gramas/hectárea.
- No necesitar de adyuvantes.
- No sufrir el efecto del agua de aplicación, aun siendo esta de baja calidad, dureza, pH
etc.
- Puede ser pulverizado en bajo volumen de aplicación (alto rendimiento operacional).
- Ser absorbido por todas las partes de la planta - hojas, raíces, tallo, flores y frutos.
- Ser absorbido instantáneamente por todas las malezas, pudiendo llover a cualquier
momento después de la aplicación.
- Presentar translocación total dentro de la planta, alcanzando órganos de reproducción
vegetativos de malezas perennes.
- Ser eficiente bajo cualquier nivele de humedad del suelo.
- Ser eficiente en cualquier tipo de suelo - orgánico, arcilloso, arenoso etc. No ser
afectado por cualquier rango de pH del suelo.
- Ser eficiente en cualquier sistema de siembra: directo, cultivo mínimo, siembra
convencional, etc. No ser volátil.
- No ser fotodegradable.
- Ser totalmente compatible en aplicaciones aéreas. No necesitar de incorporación al
suelo.
- Ser de bajo costo.
- Ser compatible con otros defensivos agrícolas usados en el cultivo. No ser inflamable y
combustible.
- Nunca perder su validad.
- No presentar problema de formulación, tapado de boquillas, decantación en el tanque de
pulverización etc.
- Pueda permanecer en caldo preparado por largos períodos sin perder su eficiencia.
- Ser inodoro.

23. EXPOSICIÓN DE LOS TRABAJADORES EN LA APLICACIÓN DE HERBICIDAS


La preparación del caldo más el reabastecimiento de los pulverizadores y la pulverización son
las actividades básicas donde puede ocurrir riesgo de exposición ocupacional. Investigaciones
demuestran que en la pulverización con equipos tractorizados la exposición de los trabajadores
es mayor durante la preparación del caldo y reabastecimiento, mientras con pulverizadores de
espalda la exposición es mayor durante la pulverización.

La exposición de los trabajadores durante la preparación del caldo y/o reabastecimiento de los
pulverizadores ocurre por ocasión de la abertura de los embalajes, medición/pesado del
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producto, transferencia para el pulverizador y contacto con el equipo contaminado. En esta fase,
en que son manipulados productos concentrados, los embases se constituyen en importante
medio para la reducción de exposición (Kunz et al., 1999) (ejemplo: embalajes hidrosolubles).
Ya durante la pulverización la exposición ocurre a través de las gotas de pulverización, que son
arrastradas o lanzadas sobre el cuerpo del trabajador o succionadas por la respiración. El
tamaño y la posición de lanzamiento (altura, dirección, distancia, etc.) de las gotas generadas
por los equipos de pulverización, en relación al trabajador, aliado a las condiciones ambientales,
son factores que influyen en el grado de exposición (Kunz et al., 1993).

Sutherland et al. (1990) observaron que, en relación a la aplicación con equipos de espalda o
mochilas, la distribución de la contaminación por el cuerpo depende del tipo de equipo y que la
contaminación ocurrida durante la pulverización normal fue menos significativa, cuando
comparada a la contaminación provocada por fugas y pulverizadores danificados. Chester &
Woolen (1981), mencionados por Kunz et al. (1993), afirman que la exposición de los
fumigadores con equipos de espalda (donde el producto es lanzado al frente del aplicador)
ocurre de diversas formas: al caminar a través de la vegetación recientemente pulverizada, al
ser alcanzados por las gotas que están aplicando, al regular o destapar la boquilla y cuando
ocurren fugas y transbordado de los tanques de los pulverizadores. Los datos de la Tabla 30
demuestran que el grado de exposición dérmica varía con la actividad desarrollada y el equipo
utilizado. Todavía, se verifico que la menor exposición relativa de los trabajadores en la
actividad de reabastecimiento de los pulverizadores de espalda se debe al sistema adoptado,
que se constituye en un sistema cerrado, una vez que la transferencia del “caldo ya preparado”
es hecha directamente del vehículo tanque para dentro del pulverizador (Kunz et al., 1993).

Kunz et al. (1993) verificaron que en la actividad de reabastecimiento de los pulverizadores la


exposición de los trabajadores está concentrada básicamente en las manos y pies. Ya en la
actividad de pulverización con equipos de espalda la exposición se concentro en los miembros
inferiores - piernas y pies. Según los autores, esa elevada exposición, especialmente de los
pies, se debe a la utilización de estos para aislar (alejar) las plantas de caña-de-azúcar de la
pulverización de los herbicidas.

Algunas medidas pueden ser tomadas con el objetivo de la disminución de la exposición de los
trabajadores a los herbicidas, como:
- Utilización de equipos de protección individual (EPI).
- Entrenamiento para realizar un trabajo seguro.
- Curso de nociones básicas de higiene.
- Utilización del sistema cerrado de transferencia del caldo (“caldo ya preparado”).
- Utilización de cabinas de protección en los tanques.
- Suspensión de la aplicación en condiciones meteorológicas inadecuadas (ej. vientos
fuertes).
- Mantenimiento periódico de los equipos (principalmente pulverizadores de espalda
mochilas).
- Cambio y lavado diaria de los EPI’s.
- El trabajador debe tomar baño después del trabajo (no en agua muy caliente).

Además de eso, la empresa debe realizar exámenes médicos periódicos en esos trabajadores.
Tabla 30. Mediana ± error-patrón de la exposición dérmica potencial de los trabajadores en diferentes
actividades y utilizando diferentes equipos de pulverización en el cultivo de la caña de azúcar.
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Fuente: Kunz et al. (1993).

24. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS


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