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FICHA EPIDEMIOLOGICA

Es el paso que sigue a la notificación. Ya sea que se haga por un médico


epidemiólogo o una enfermera especialmente adiestrada. De un modo general,
la encuesta de cada caso persigue los siguientes propósitos:

-Investigar la posible fuente de infección.

-Investigar la existencia de otros casos, confirmados o sospechosos, entre los


contactos.

-Adoptar medidas de control en el grupo afectado.

-Educación sanitaria.

Por tratarse de una acción importante, los hallazgos deben quedar registrados
en una:

F i c h a E p i d e m i o l ó g i c a. Se llama Ficha Epidemiológica al documento


en el cual se registran todos los datos que tienen importancia epidemiológica y
administrativa respecto de un caso. Estos datos están destinados a tabularse y
ser presentados para su interpretación.

J u s t i f i c a c i ó n: No debe anotarse los datos obtenidos en cualquier papel.


Esto no sirve porque no se rige por ningún sistema. La ficha es necesaria por
las siguientes razones:

a) Porque en ella se ordena en forma sistemática los datos que se desea


recoger;

b) Porque facilita de este modo la investigación;

c) Sirve para evitar olvidos y omisiones;

d) Porque sólo mediante una ficha se investiga lo que estrictamente es


necesario anotar

e) Porque una anotación sistemática permite ser tabulada.


Por constituir la ficha el primer paso de todo un proceso que va a finalizar en
análisis y conclusiones, debe estudiarse muy cuidadosamente.

Hay ciertos principios generales para toda ficha que deben tenerse presentes
desde la partida:

1 Debe existir una definición clara de propósitos;

2 La ficha debe ser adecuada al tipo y calidad de personal que la va a manejar,

3 La ficha debe ser simple.

Aparte de esto, hay otros requisitos que también son importantes: formato,
material adecuado, debe discutirse en conjunto con el personal que la va a
usar. Debe ensayarse antes de entregarse para su impresión definitiva, etc.

A menudo cuando se elabora una ficha el administrador se tienta por incluir


muchos datos. La ficha resulta ambiciosa y se pierde de vista el propósito para
el cual va dirigida.

En general, las fichas epidemiológicas son de dos tipos:

a) De rutina,

b) Investigaciones especiales.

Las fichas de rutina son aquellas que se usan en un Servicio en la investigación


sistemática individual de todo caso infeccioso (o no infeccioso). Cuando ha
ocurrido un brote localizado de una enfermedad en particular suelen elaborarse
fichas especiales y adecuadas al propósito determinado de investigar ese
brote. Sin embargo, cualquier ficha siempre lleva un propósito que debe estar
bien definido.

Una vez que existe un propósito claro, cabe discutir qué datos van a incluirse.
Para ello, debe tenerse presente las siguientes tres condiciones:

1º El dato debe ser útil;

2º El dato debe ser tomado con facilidad, y

3° El dato recogido debe ser confiable.


Si un dato en discusión no cumple con estas tres condiciones simultáneamente
no debe incluirse. De otra manera, se cae en el vicio tan frecuente de elaborar
fichas que después:

a) No se llenan completamente;

b) No se pueden tabular;

c) Se cae en interpretaciones erróneas, porque los datos recogidos no merecen


fe

d) Se tabulan innecesariamente datos inútiles, etc.

Una ficha epidemiológica consta de ciertas partes fundamentales o grupos de


datos con un propósito definido:

1) Datos de identificación (Nombre, edad, domicilio, etc.);

2) Datos cronológicos (Fechas de primeros síntomas, denuncia, etc.);

3) Datos sobre la enfermedad (Clínicos, epidemiológicos, otros). Discutiremos


separadamente cada grupo.

Los datos de identificación aparecen obvios: Nº de ficha, nombre completa,


sexo, edad. El domicilio y el sitio de trabajo tienen importancia para ubicar los
contactos.

La ocupación puede tener mucha importancia para la difusión de la enfermedad


(difteria en una profesora (le escuela, tifoidea en tina manipulador de alimentos,
etc.).

Los datos cronológicos tienen muchísima importancia, especialmente


administrativa. Es discutible si en una ficha para estudio especial vale la pena
incluir las diversas fechas, muchas de las cuales quedan 'registradas en el
Libro de Denuncias o en un tarjetero, cuando éste se lleva. Repetimos que todo
depende de una definición previa de propósitos.

Las fechas que más importan son las siguientes:


• Fecha de primeros síntomas, toda vez que se pueda establecer con
exactitud y facilidad.
• Fecha de primer día de cama, toda vez que sea útil estampar este dato.
• Fecha de diagnóstico, tiene valor para saber con qué prontitud hubo
examen médico, exámenes de laboratorio que confirmen el diagnóstico.
• Fecha de denuncia o notificación, tiene valor para medir en cierto modo
la colaboración de la comunidad y del médico.
• En ciertos casos (viruela, tifus exantemático), tiene muchísima
importancia para deslindar responsabilidades si se acusa al Servicio
Sanitario
• dé no acudir con prontitud. De esta fecha en adelante, los pasos que
siguen son de responsabilidad del Servicio Sanitario.
• Fecha de hospitalización, indica cuándo se hizo el aislamiento en
hospital y el tiempo transcurrido durante el cual los contactos estuvieron
expuestos.
• Fecha de atención médica, puede tener valor para establecer cuánto
tardó el enfermo en obtener atención profesional. A partir de esta fecha,
se puede averiguar cuánto demoró en confirmarse el diagnóstico, en
denunciarse el caso, en aislarse, etc.
• Fecha de primera visita (se entiende visita por el Servicio Sanitario) . La
distancia entre la fecha de denuncia y esta primera visita, mide la
eficiencia del Servicio Sanitario. El tiempo transcurrido entre esta fecha y
las medidas adoptadas también mide eficiencia.
• Fecha de alta clínica, se entiende por tal la mejoría del enfermo. A
menudo este mismo casillero lleva entre paréntesis la palabra
"Fallecimiento", para anotar la fecha de muerte en los casos fatales.
Ambos casos expresan la evolución clínica final de la enfermedad.
• Fecha de alta epidemiológica, siempre es posterior a la fecha de alta
clínica, todo lo cual depende de las exigencias que el epidemiólogo haya
establecido. Se entiende por alta epidemiológica aquella fecha en que se
considera terminado el caso, porque el convaleciente dejó de ser
contagioso (exámenes de laboratorio o plazo fijo arbitrariamente) ; los
contactos fueron vacunados; se adoptaron medidas de saneamiento
ambiental; se hicieron todas las visitas de control necesarias, etc. ,
En resumen, se ve que hay muchas fechas que pueden tener importancia,
especialmente administrativa, para medir la colaboración del cuerpo médico;
para medir la eficiencia del laboratorio, la eficiencia del servicio. La situación de
la localidad y el criterio epidemiológico condicionarán la inclusión o exclusión
de cada una de estas fechas. En general, las que parecen más importantes de
establecer en toda encuesta epidemiológica son: la fecha de primeros síntomas
(o iniciación de la enfermedad), denuncia, aislamiento, alta.

Las otras fechas deben incluirse, toda vez que exista el propósito de hacer
evaluaciones del rendimiento administrativo, que exista seguridad que serán
tomadas correctamente, seguridad que serán tabuladas, etc.

Otro aspecto que es discutible para las fichas de uso rutinario, es si debería
hacerse una ficha para cada enfermedad (tifoidea, difteria, tifus, etc.), o fichas
generales. Parece más conveniente lo último porque todas las enfermedades
tienen elementos comunes que interesan en forma primordial al control.

Hay quienes propician fichas locales, adaptadas a las condiciones de cada


área, zona o provincia, de acuerdo con particularidades epidemiológicas que no
sean generales a todo el país. También merece estudiarse el punto, a fin de ver
si existen fundamentos sólidos para esa proposición.

Datos sobre la enfermedad. Estos datos pueden ser clínicos y epidemiológicos.


Extrañará, seguramente, que una ficha epidemiológica incluya datos clínicos,
pero esto tiene muchas justificaciones.

En primer lugar, tiene importancia anotar el diagnóstico en forma destacada y si


el caso es sospechoso o confirmado. La confirmación diagnóstica es una
cuestión básica y fundamental. En la mayoría de los casos existirá uno o más
exámenes de laboratorio, especialmente bacteriológicos, que confirmen el
diagnóstico: hemocultivo, coprocultivo, exudado faríngeo, aglutinación, etc.
Vale la pena destinar un casillero o una línea para anotar estos exámenes.

Hay ciertos datos clínicos que miden la gravedad de una epidemia, o que
definen la endemia, o que tienen importancia administrativa. Parece
fundamental establecer si un caso de poliomielitis es paralítico o no. Si la
tifoidea en una zona es benigna o grave. Conocer la frecuencia de exantema
en un brote de estreptococia, para informarse sobre la situación inmunológica
de la población. La frecuencia de complicaciones es también importante pira
conocer la gravedad de una epidemia. La duración del cuadro clínico también
mide la gravedad e informa al administrador sobre el problema asistencial:
cálculo del número de camas, horas médicas y otras facilidades que necesita
en la zona.

Tiene importancia analizar el síntoma fiebre: duración, temperatura máxima


alcanzada, caracteres especiales de la curva térmica. Frecuencia de exantema,
sus caracteres principales. Secuelas, su frecuencia y naturaleza (poliomielitis,
otras), para evaluar el daño de la enfermedad y los recursos necesarios para
un programa de rehabilitación.

No debe olvidarse que el epidemiólogo tiene una base clínica en su formación y


en su juicio, por lo tanto, esta información clínica es fundamental para la
correcta formulación de un programa de control o medidas de emergencia
frente a un brote localizado. No será necesario llenar una ficha clínica
completa; pero sí tener -presente algunos datos que son fundamentales, como
los ya señalados.

Datos epidemiológicos. Son aquellos que se refieren al individuo o a su


ambiente y que tienen relación con el origen y difusión de la enfermedad. En
realidad toda la ficha converge a este fin, de modo que sólo quedaría agregar:
antecedentes de contacto con enfermo o sospechoso: alimentos consumidos,
procedencia de los alimentos; dónde estuvo en el período en que se supone
fue infectado; existencia de parásitos, moscas, vectores en el área, enfermedad
entre contactos, etc.

Finalmente, la ficha debe llevar el nombre de quien efectuó la encuesta


epidemiológica, ya que la firma suele ser ilegible, y la fecha cuando se hizo la
visita.

Con frecuencia se cree que hacer una encuesta epidemiológica consiste en


llenar una ficha, buena o malamente. Esto no tiene ningún valor. Es malgastar
material y despilfarrar tiempo y personal. Se entiende que hacer una encuesta
epidemiológica es investigar en forma sistemática, agotar las fuentes-de
información y estampar conscientemente los datos en forma de servir a un
propósito útil. Quien hace la encuesta debe tener interés en lo que está
haciendo, sagacidad y habilidad para investigar, experiencia en el contacto
humano y manejo de formularios, conocimientos y Juicio para evaluar la
información recogida.

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