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Variabilidad de la alimentación del hombre.

El estudio del patrón de consumo de alimentos se refiere a la comprensión de las


costumbres o hábitos que tiene un conjunto de individuos en materia de alimentación. Refleja
un comportamiento promedio, no lo que consume eventualmente sino la mayoría de las
veces. Un patrón de consumo es una actividad predecible, que, al ser identificado en una
población, se puede conocer de manera aproximada lo que consume habitualmente. Es
evidente que la forma como nos alimentamos tiene que ver con nuestra cultura, salud,
capacidad de trabajo y, en general, con el desarrollo de todas nuestras actividades. Son
muchos los factores que inciden en un patrón de consumo alimentario. Podría mencionarse
primero un factor de orden geográfico y cultural. Venezuela ha recibido desde sus comienzos
como nación, la influencia de tres grandes bloques culturales: el local, autóctono de origen
indígena, el español, aportado por los conquistadores y el componente africano, proveniente
de los esclavos que de ese continente llegaron a Venezuela. El ganado vacuno, aporte de los
conquistadores, ganó terreno sobre la ingesta de productos del mar, que eran para ese
momento una parte importante del consumo idiosincrático de alimentos en el país, debido a la
exitosa adaptación del ganado vacuno en estas tierras, trayendo como consecuencia que en
algún momento de la historia local se consumiera más carne bovina en Caracas que en París

 Las oleadas migratorias de mediados del siglo pasado, principalmente de españoles,


italianos y portugueses, han tenido un impacto indiscutible en la conformación del régimen
alimentario de los venezolanos en la actualidad, de tal manera que podemos decir que, por
ejemplo, la comida italiana y sus productos son hoy en día parte esencial de la dieta de los
venezolanos.

El factor económico tiene una influencia evidente, consumimos lo que podemos


comprar. Fenómenos como la inflación y la escasez impactan de manera notable en los hábitos
de consumo y condicionan la determinación de las familias para sustituir o eliminar ciertos
alimentos que anteriormente consumían con regularidad
Factores psicológicos que Inciden en los hábitos alimenticios del hombre.

Los trastornos alimenticios enmarcan varias enfermedades crónicas y progresivas, de


carácter psicosomático, y a pesar de que se manifiestan a través de la conducta alimentaria, en
realidad consisten en una complejidad de síntomas entre los que prevalece una alteración o
distorsión de la auto-imagen corporal, un gran temor a subir de peso y otros problemas
relacionados con la aceptación por parte de otras personas.

1. ¿Qué tipos de trastornos alimenticios existen?

Las más comunes son: Trastorno por atracón: Es el trastorno en donde la persona
siente periódicos deseos de ingerir alimentos de forma descontrolada, sin provocar el vómito.
Bulimia: Trastorno de la alimentación que se caracteriza por períodos en que se come
compulsivamente, seguidos de otros de culpabilidad con provocación del vómito. Anorexia
nerviosa: Trastorno se caracteriza por un rechazo de los alimentos en donde se tiene aversión
a la ingesta de alimentos, no se come, se pierde bastante peso y suele ir acompañado de
vómitos provocados, y va acompañado de otros síntomas somáticos y psicológicos que afectan
a la persona, en el caso de las mujeres, desaparición de la menstruación, problemas
relacionados con la piel, anemia, entre otras.

2.Cuáles son las causas de los trastornos alimenticios?

Existen varios factores, entre los cuales se destacan los psicológicos que pueden
contribuir a los trastornos alimenticios, como la baja autoestima, los sentimientos de
insuficiencia o falta de control de su vida, la depresión, ansiedad, enojo y/o soledad, las
dificultades en las relaciones personales y familiares, la dificultad para expresar sentimientos y
emociones, el haber recibido rechazo por el peso, algún antecedente de abuso físico o sexual,
presiones culturales que enaltecen la figura delgada y rechazan el sobrepeso

3. ¿Qué tratamiento hay?

El tratamiento se centra primero en mejorar los hábitos alimenticios y tratar que la


persona tenga la ingesta necesaria en su alimentación, provocando el buen funcionamiento de
las funciones vitales, centrado este aspecto en medicina y nutrición. En segundo lugar, con el
trabajo desde el área de psiquiatría y psicología se tratan los problemas relacionados con la
ansiedad, la depresión, la baja autoestima y la pérdida de control.
4. ¿Cómo se puede prevenir que ocurran este tipo de enfermedades?

En primer lugar, hay que enseñar desde muy pequeños a los niños de la importancia de
seguir hábitos saludables: que establezcan horarios de comida regulares, evitando saltarse las
comidas y no comer a deshoras y que los padres estén presentes en dos comidas mínimo. De
igual forma se debe rescatar que la dieta sea sana, equilibrada y variada, incluyendo todos los
alimentos necesarios, evitando el dulce en exceso y las grasas saturadas. Es fundamental
ofrecer verduras y frutas de forma variada. También se previene este tipo de enfermedades
generando en los niños confianza, seguridad y amor propio, ya que estos son factores
protectores de la autoestima. Por otro lado, se debe fomentar una buena comunicación dentro
del ámbito familiar, para que el niño se sienta seguro y, de esta manera, sea capaz de buscar
opinión y la ayuda de su propia familia cuando se enfrente a situaciones que le resulten
difíciles o estresantes. Otro consejo es adoptar y mantener unos hábitos saludables que
incluyen la práctica de actividad física y tiempos de descanso que favorezcan los hábitos de
sueño y distracción, para el manejo de otros factores como son la ansiedad y el estrés.

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