Está en la página 1de 11

DESARROLLO DE COMPETENCIAS DESDE LA PERSPECTIVA LABORAL

Los procesos de formación basada en competencias desde la perspectiva


laboral.

María Irigoin y Fernando Vargas (2002), señalan que los procesos de formación
basada en competencias son bastante nuevos y parecen surgir, principalmente,
de dos orígenes:

a. De la necesidad del trabajador o trabajadora de obtener un servicio


de formación para superar un resultado de evaluación que
demuestra un dominio insuficiente de la competencia;

b. De los procesos de modernización de los sistemas de formación que


ven en el enfoque de las competencias un referente válido para
optimizar los insumos del diseño curricular y organizar el proceso
enseñanza/aprendizaje en torno a la construcción de capacidades
para llegar a ser competente (Irigoin, María y Fernando Vargas;
2002: Pág. 177),

El aprendizaje basado en competencias y su relación con el contexto


productivo

Esta nueva forma de concebir el aprendizaje está ligada de forma inmanente al


contexto productivo, así lo sustentan los siguientes principios:

1. Al educar se fomenta a través del aprendizaje la efectividad del talento


humano en sus diferentes dimensiones: Intelectual, afectiva, volitiva,
otras;

2. Los conocimientos científicos tecnológicos tienen valor cuando se


proyectan en capacidades operativas o comportamientos;

3. La mejor forma de aprehender los conocimientos científicos y


tecnológicos es descubriéndolos y redescubriéndolos en la práctica;

4. La competencia laboral integra conocimientos, habilidades y actitudes de


forma coherente y aplicada a situaciones determinadas.
Las competencias desde la perspectiva académica y la perspectiva laboral

En las dos áreas las competencias implican conocimientos teóricos, prácticos y


de actitudes; es decir un saber hacer en situaciones determinadas. De esta
manera:

1. Perspectiva académica: Desde esta perspectiva las competencias son


complejas capacidades integradas en diferentes grados que la escuela debe
formar en los estudiantes para que puedan desempeñarse como sujetos
responsables en variadas situaciones y contextos de la vida social y personal,
sabiendo hacer, actuar y disfrutar convenientemente; evaluando alternativas,
eligiendo las estrategias adecuadas y haciéndose cargo de las decisiones
tomadas. En este ámbito escolar se pretende formar un estudiante
competente distinguido por ser perseverante, con iniciativa, responsable,
flexible, independiente, con motivación intrínseca, tolerable a la frustración.

2. Desde la perspectiva laboral: Desde esta perspectiva las competencias son


el conjunto identificable y evaluable de conocimientos, actitudes y habilidades
relacionadas entre sí, que le permiten al individuo desempeñarse
satisfactoriamente en situaciones reales de trabajo según estándares
utilizados en el área profesional. Otra definición al respecto es la expuesta
por Richard Boyatzis (1982), define la competencia laboral “…como una
característica subyacente de una persona la cual puede ser un motivo, un
rasgo, una habilidad, un aspecto de su imagen personal o de su rol social o
un cuerpo de conocimientos el cual, el o ella usa” (Vargas Zuñiga, Fernando:
2002; Pág. 4).

En el ámbito laboral el individuo competente es aquel que: Desarrolla


talentos; aporta valor a la organización; integra competencias cognitivas,
metacognitivas, tecnológicas, sociales con actitudes y valores; demuestra
sus competencias de manera individual y en equipo; no se bloquea ante los
problemas; busca siempre la forma de hacer las cosas mejor; utiliza
eficazmente los recursos y las situaciones que se le presentan; sabe
comprender y persuadir; es proactivo y creativo.

De esta manera el trabajo competente está conformado por una compleja


mezcla de las propiedades, las tareas y la capacidad desarrollada por la
persona para desplazar todo ese cúmulo en su vida laboral.
Formación de las competencias laborales

La formación basada en competencia laboral se encamina al desarrollo de


conocimientos, habilidades, capacidades y actitudes a través el proceso
formativo.

En los últimos años las instituciones educativas han dado mucho énfasis a la
formación de competencias laborales. Señala Fernando Vargas Zuñiga, (2004):
“…que es indudable que el surgimiento del enfoque de competencia está
relacionado con las transformaciones productivas ocurridas a partir de la década
de los ochenta. La mayor exposición a la competencia mundial y la presión por
el mejoramiento de la calidad y la reducción de costos fueron estrategias que
rápidamente se difundieron desde el Japón hacia el occidente.” (Vargas Zuñiga,
Fernando: 2004; pág. 7).

Las empresas ante el fenómeno globalizador se enfrentaron a la necesidad de


subsistir en el mercado produciendo ventajas competitivas. El nuevo panorama
producía la difusión veloz y masiva de mejores prácticas organizativas e
innovaciones tecnológicas.

Esto dio como resultado que se diseñaran estrategias empresariales hacia el


mejoramiento de la competitividad que culminaron produciendo elementos de
diferenciación a partir de la estructura organizacional y de la incorporación de
elementos que antes sólo hacían parte de su ambiente. De esta manera se
construyeron redes de colaboración entre la función productiva y otros agentes
claves como los proveedores, contratistas, clientes, consultores, trabajadores, y
otros. Se diseñaron verdaderas estructuras virtuales que no daban primacía a
los activos físicos y financieros sino otros intangibles muy valiosos, como el
conocimiento, la formación, la capacidad de innovación, el manejo del mercado,
los sistemas de motivación, y otros. Uno de estos elementos claves en esta
nueva forma, era el componente humano, que colabora con la organización para
alcanzar los objetivos de la empresa. Es así, como el surgimiento del enfoque de
competencia laboral tiene un estrecho vínculo con la estrategia de
competitividad, que ve en el recurso humano el medio para diferenciarse en el
mercado.

De esta manera, el enfoque de competencia laboral surge para ofrecer respuesta


a la necesidad de mejorar permanentemente la calidad y pertinencia de la
educación y la formación de recursos humanos, frente al desarrollo de la
tecnología, la producción y subir de esta forma el nivel de competitividad de las
empresas y las condiciones de vida y de trabajo de la población.
En este marco de referencia se presenta la siguiente definición de formación
basada en competencias laborales, la cual puede ser descrita como:

“…un proceso abierto y flexible de desarrollo de competencias laborales que,


con base en las competencias identificadas, ofrece diseños curriculares,
procesos pedagógicos, materiales didácticos y actividades y prácticas laborales
a fin de desarrollar en los participantes capacidades para integrarse en la
sociedad como ciudadanos y como trabajadores.” (Vargas Zuñiga, Fernando:
2002, Op. Cit. Pág. 75).

Aspectos que facilitan la formación en competencia desde la perspectiva


laboral

1. Prepara capital humano, es decir trabajadores calificados, técnicos de


nivel superior, de acuerdo a las necesidades del sector productivo y de
servicios.

2. Incorpora al sector productivo personal calificado y especializado en las


acciones y tareas específicas certificadas por las empresas.

3. Facilita la actualización de docentes y de planes de estudio de las


Instituciones Educativas de acuerdo a las necesidades de RRHH de las
empresas.

Ventajas que ofrece la formación en competencia desde la perspectiva


laboral

1. Para los alumnos

1.1. Tiene acceso a la realidad productiva y laboral.

1.2. Conoce desde temprano su futuro campo laboral

1.3. Mejora la participación en el aula

1.4. Posibilidades de promoción en la empresa

1.5. Recibe incentivos

1.6. Mejora su autoestima


1.7. Obtiene experiencia en los aspectos relacionados las competencias
personales y laborales

2. Para la Institución

2.1. Imparte especialidades de acuerdo a la demanda laboral.

2.2. Esta en contacto permanente con las empresas.

2.3. Involucra al empresario en la formación profesional creando un


proceso de cogestión formativa con las empresas.

2.4. Se actualizan y modernizan los contenidos de los programas de


formación profesional.

2.5. Se identifican las necesidades del mundo laboral pudiendo actualizar


los contenidos teóricos impartidos en las aulas.

2.6. Posiciona a la Institución en el mercado laboral, fortaleciendo la


imagen en beneficio de los egresados

3. Para las empresas

3.1. Contribuye al mejoramiento de la productividad y competitividad de la


empresa.

3.2. Aporta los conocimientos y la tecnología actualizada en la formación


de los jóvenes durante el proceso de aprendizaje.

3.3. Forma personal capacitado acorde a las necesidades y filosofía de la


empresa.

3.4. Se compromete en la formación de capital humano calificado.

3.5. Permite planificar la dotación y rotación del personal con suficiente


tiempo.
Competencias Establecidas por la ONU para administración de los
recursos humanos (RRHH)

1. Valores Centrales

1.1. Integridad

1.2. Profesionalidad

1.3. Respeto por la diversidad

2. Competencias Centrales

2.1. Comunicación

2.2. Trabajo en equipo

2.3. Capacidad para planificar y organizar

2.4. Responsabilidad o capacidad de dar cuenta

2.5. Orientación al cliente

2.6. Creatividad

2.7. Interés tecnológico

2.8. Compromiso con el aprendizaje continuo

3. Competencias de Gestión

3.1. Visión

3.2. Liderazgo

3.3. Capacidad de fortalecer a otros.

3.4. Capacidad para gerenciar el desempeño

3.5. Capacidad para construir confianzas

3.6. Capacidad de juicio y de toma de decisiones


4. Valores Centrales

4.1. Integridad

4.2. Profesionalidad

4.3. Respeto por la diversidad

5. Competencias Centrales

5.1. Comunicación

5.2. Trabajo en equipo

5.3. Capacidad para planificar y organizar

5.4. Responsabilidad o capacidad de dar cuenta

5.5. Orientación al cliente

5.6. Creatividad

5.7. Interés tecnológico

5.8. Compromiso con el aprendizaje continuo

6. Competencias de Gestión

6.1. Visión

6.2. Liderazgo

6.3. Capacidad de fortalecer a otros

6.4. Capacidad para gerenciar el desempeño

6.5. Capacidad para construir confianzas

6.6. Capacidad de juicio y de toma de decisiones


EL PAPEL DE LA EDUCACIÓN SUPERIOR Y LA FORMACIÓN DE
COMPETENCIAS

Antes de referirnos al desarrollo de la formación de competencias en la


educación superior es necesario precisar el papel que cumple esta institución
educativa en este nuevo siglo. Para esto recurrimos a la valiosa exposición que
al respecto hace la UNESCO en la Declaración

En los albores del nuevo siglo, se observa una demanda de educación


superior sin precedentes, acompañada de una gran diversificación de la
misma, y una mayor toma de conciencia de la importancia fundamental
que este tipo de educación reviste para el desarrollo sociocultural y
económico y para la construcción del futuro, de cara al cual las nuevas
generaciones deberán estar preparadas con nuevas competencias y
nuevos conocimientos e ideales. La educación superior se enfrenta en
todas partes a desafíos y dificultades relativos a la financiación, la
igualdad de condiciones de acceso a los estudios y en el transcurso de
los mismos, una mejor capacitación del personal, la formación basada
en las competencias, la mejora y conservación de la calidad de la
enseñanza, la investigación y los servicios, la pertinencia de los planes
de estudios, las posibilidades de empleo de los diplomados, el
establecimiento de acuerdos de cooperación eficaces y la igualdad de
acceso a los beneficios que reporta la cooperación internacional.
(UNESCO; 1998: Pág. 1)

En este documento se señala que la Educación Superior tiene un papel


importante en la preparación de las nuevas generaciones con nuevas
competencias y nuevos conocimientos e ideales. De forma igual señala, como
uno de los desafíos y dificultades de estas instituciones la formación basada en
las competencias y la mejora y conservación de la calidad de la enseñanza.

La Educación Superior y sus transformaciones para la formación en


competencias en el siglo XXI

La Educación Superior se ha abocado a grandes transformaciones ante el


panorama mundial al cual nos hemos referido en líneas anteriores. Estos
cambios deberán centrarse en la adquisición de competencias por parte de los
alumnos. Según el Proyecto Tuning, los logros del estudiante deben expresarse
en niveles de competencia, ya que el crédito no es un indicador suficiente para
esto.
Debido a lo anterior, la Educación Superior debe dar mayor importancia a los
resultados del aprendizaje, en aquello que los estudiantes son capaces de hacer
al finalizar el proceso educativo y en los procedimientos que le permitirán seguir
aprendiendo de forma autónoma a lo largo de su vida. Por tanto, los planes de
estudio basado en un enfoque de competencias permiten construir una visión
integrada de la formación del profesional en la Educación Superior al partir de
una delimitación de competencias complejas o integradoras.

Razones que justifican la formación basada en competencias en la


Educación Superior

1. La formación por competencias facilita el desarrollo de los cuatro pilares


del aprendizaje del siglo XXI: Conocer y aprender a aprender, saber
hacer, saber ser y saber vivir en paz con los demás.

2. La capacidad de la formación por competencias de abordar el currículo


como texto, como prácticas docentes y como evaluación de los
aprendizajes suministra a la renovación curricular una potencia
complementaria que inicia a ser apreciada.

3. Las competencias proporcionan una metodología y un lenguaje común


que permitirá incrementar la legibilidad, comparabilidad y competitividad
de los títulos profesionales.

4. Cada vez más pluralizado el uso de las competencias para la equiparación


de mallas curriculares y la certificación y recertificación de profesionales.

5. La Educación Superior tiene un importante papel al contribuir con la


condición del conocimiento en construcción que se logra con la formación
en competencias.

Exigencias para la formación y desarrollo de la competencia profesional en


la Educación Superior

De acuerdo con la Dr. Viviana González Maura (2006), en su artículo: “La


formación de competencias profesionales en la universidad. Reflexiones y
experiencias desde una perspectiva educativa”, las exigencias para la formación
y desarrollo de las competencias de esta institución son las siguientes:
1. Atención tutorial diferenciada en el desarrollo profesional del estudiante:
La competencia laboral es construida por el sujeto en el proceso de su
formación y desarrollo de manera individual aún cuando siempre se
realiza en condiciones sociales. Es por esto que se requiere de parte del
docente y los tutores una atención diferenciada en el proceso de
educación de la competencia profesional en los centros de formación
profesional y en los centros laborales.

2. Reconocimiento del alumno como sujeto de su formación profesional y del


profesor como orientador y modelo educativo en el proceso de formación
y desarrollo de la competencia profesional del estudiante.

3. Concepción participativa y dialógica del proceso de enseñanza-


aprendizaje: La competencia profesional debe sustentarse en una
metodología participativa de enseñanza-aprendizaje y en una
comunicación dialógica entre docentes y estudiantes, tutores y
profesionales.

4. Concepción formativa de la evaluación del aprendizaje: La evaluación se


concibe en su dimensión formativa, centrada en el proceso de
construcción y desarrollo de la competencia profesional a través de la
autoevaluación y la heteroevaluación en el desempeño de tareas
profesionales.

La Educación Superior y la acreditación de competencias

El mercado del trabajo como hemos mencionado tiene la necesidad de la


formación de profesionales competentes. La acreditación de competencias debe
tener tres características necesarias para ser útil en el mercado de trabajo; ellas
son:

a. Visibilidad para los empleadores y las asociaciones profesionales, es


decir que se sepa cuáles son las habilidades concretas que esa
acreditación indica;

b. Transferibilidad de un sector educacional a otro, de manera que las


competencias adquiridas en el aprendizaje en el trabajo sirvan para
continuar estudios en la formación profesional, y que las habilidades
adquiridas en la educación general, debidamente complementadas
con conocimientos técnicos o práctica laboral, sirvan para la inserción
en el mercado de trabajo;
c. Que puedan trasladarse de un tipo de puesto de trabajo a otros, de
una empresa o sector a otro, o en otras palabras, que sean
reconocidas transversalmente en el sistema ocupacional.” (Checchia;
Beatriz y Mariana Fernández; 2005: Pág. 3)

Con base a estas palabras volvemos a reiterar que los productos de los centros
de formación y educación son las competencias profesionales de sus
estudiantes, de manera que los profesionales egresados una vez inmersos en el
campo laboral se conviertan en un verdadero recurso humano.

También podría gustarte