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Investigue en cualquier fuente, todo lo que se puede relacionar

con los trastornos del ánimo, LA ANSIEDAD, DEPRESION, Y EL


SUICIDIO causas y consecuencias.

Los trastornos del estado de ánimo son trastornos de la salud mental


caracterizados por la existencia de alteraciones emocionales, consistentes en
periodos prolongados de tristeza excesiva (depresión), de exaltación o euforia
excesivas (manía), o de ambos.

El diagnóstico del trastorno del estado de ánimo se realiza en los casos en que la
tristeza o la euforia son demasiado intensas, aparece acompañado de otros
síntomas característicos y de la limitación de la capacidad de llevar una vida
normal a nivel físico, social y laboral.

Si únicamente se sufre depresión, se denomina trastorno unipolar. Otros


trastornos del ánimo, llamados trastornos bipolares, incluyen episodios de
depresión que alternan con episodios de manía. La manía sin depresión (llamada
manía unipolar) es muy poco frecuente.

Causa

Puede existir variación en las causas de los trastornos del estado de ánimo, sin
embargo, se pueden agrupar las causas en dos tipos:
 Factores biológicos

 Factores psicológicos

Entre los factores que pueden causar los trastornos del estado de ánimo están las
aminas biogénicas y la regulación neuroendocrina.

La razón por lo que las aminas biogénicas constituyen factores causales de los
trastornos del estado de ánimo se debe a que una serie de sistemas
neurotransmisores cumplen un papel importante en la regulación afectiva.

Un ejemplo de esto es el hecho de que el trastorno de la depresión se relaciona a


la serotonina, una amina biogénica neurotransmisora.

En cuanto a la regulación neuroendocrina esta puede originar trastornos del


estado de ánimo cuando ocurre una hipersecreción de cortisol, entre otras cosas.

Depresión
La depresión es un trastorno mental frecuente, que se caracteriza por la presencia
de tristeza, pérdida de interés o placer, sentimientos de culpa o falta de
autoestima, trastornos del sueño o del apetito, sensación de cansancio y falta de
concentración.

La depresión puede llegar a hacerse crónica o recurrente y dificultar


sensiblemente el desempeño en el trabajo o la escuela y la capacidad para
afrontar la vida diaria. En su forma más grave, puede conducir al suicidio. Si es
leve, se puede tratar sin necesidad de medicamentos, pero cuando tiene carácter
moderado o grave se pueden necesitar medicamentos y psicoterapia profesional.

La depresión es un trastorno que se puede diagnosticar de forma fiable y que


puede ser tratado por no especialistas en el ámbito de la atención primaria.

Causa

Salvo algunos casos de depresión asociada a enfermedades orgánicas


(enfermedad de Parkinson, tuberculosis, etc.), la depresión se produce
generalmente por la interacción de unos determinados factores biológicos
(cambios hormonales, alteraciones en los neurotransmisores cerebrales como la
serotonina, la noradrenalina y la dopamina, componentes genéticos, etc.), con
factores psicosociales (circunstancias estresantes en la vida afectiva, laboral o de
relación) y de personalidad (especialmente, sus mecanismos de defensa
psicológicos).

Consecuencias

Las consecuencias de la depresión pueden darse en tres grandes áreas:


psicológica, física y social. La principal consecuencia es la tristeza, sensación de
vacío o ganas de llorar. Asimismo, además de la tristeza, se da una falta de
interés por actividades que antes se disfrutaban.

De la misma manera que aparece tristeza y desmotivación, puede provocar


también dificultades a nivel social, disminuyendo la relación con otras personas y
aumentando el aislamiento. También puede rebajar la capacidad de disfrutar de lo
que uno hace en la vida, de su día a día.
A parte de lo mencionado, pueden aparecer problemas físicos como dolores,
alteraciones del sueño, ansiedad e inquietud o sentimientos de culpabilidad, así
como dificultades para concentrarse. La investigación también ha constatado
problemas cognitivos (del pensamiento) que pueden estar influenciados por
diversos aspectos, como la edad en la que aparece la depresión o la duración de
la misma.

El Suicidio

El suicidio, ponerle fin a tu propia vida, es una reacción trágica a situaciones de


vida estresantes; más trágica aún porque el suicidio puede prevenirse. Si estás
pensando en suicidarte o conoces a alguien que esté teniendo sentimientos
suicidas, aprende a identificar los signos de advertencia del suicidio y a
comunicarte para buscar ayuda y tratamiento profesional de inmediato. Puedes
salvar una vida; la tuya o la de otro.

Puede parecer que tus problemas no tienen solución y que el suicidio es la única
forma de poner fin al dolor. Pero hay algunas medidas que puedes tomar para
mantenerte a salvo y volver a disfrutar de la vida.
Causas

El suicidio y los comportamientos suicidas generalmente ocurren en personas con


uno o más de los siguientes factores:

 Trastorno bipolar.

 Trastorno límite de la personalidad.

 Depresión.

 Consumo de drogas o alcohol.

 Trastorno de estrés postraumático (TEPT)

 Esquizofrenia.

 Historial de abuso sexual, físico y emocional

 Cuestiones de vida estresantes, como problemas serios a nivel financiero o


en las relaciones interpersonales

Las personas que intentan suicidarse con frecuencia están tratando de alejarse de
una situación de la vida que parece imposible de manejar. Muchos de los que
cometen intento de suicidio están buscando alivio a:

 Sentirse avergonzados, culpables o una carga para los demás.

 Sentirse como víctimas.

 Sentimientos de rechazo, pérdida o soledad.

Consecuencias

 Las consecuencias del suicidio para la familia son tan devastadoras que provocan
serios destrozos en la vida de los sobrevivientes, introduciéndoles en un duelo, por
regla general, muy traumatizante y prolongado. Algunas de las expresiones más
destacadas, como muy bien destaca Pérez Barrerto, serían las siguientes:
Tristeza y rabia

En la primera fase de shock predomina un fuerte sentimiento de tristeza que


coexiste con síntomas físicos, dolores precordiales, hipersensibilidad, sentimientos
de irrealidad, trastornos de apetito y sueño… Luego aparecerá una fase de rabia
que puede ir dirigida hacia uno mismo por no haber sabido o podido evitarlo, hacia
los médicos por no haber sido capaces de impedir la trágica decisión del ser
querido, hacia el suicida por haberse dado por vencido y haber rechazado la
ayuda que se le prestó o se hubiera estado en disposición de prestarle en sus
momentos más depresivos o hacia el mismo Dios, cuya ausencia en semejante
trance no se comprende… No faltará la angustia y el desconcierto por no haber
previsto el fatal desenlace, la frustración por no haber tenido oportunidad para
saldar las diferencias con el difunto, las fantasías acerca de los motivos que le
llevaron a su autodestrucción, la invasión de pensamientos obsesivos y de
recuerdos del fallecido.

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