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)
Tabú. Sexo, identidad y subjetividad
erótica en la antropología
Routledge, Londres y Nueva York, 1995.
estudiar las relaciones de parentesco, evidenciando su parcialidad al dar negación del involucramiento con los
la promiscuidad, el incesto o la mono- cuenta de cómo todo conocimiento mismos, lleva implícito su estatus sub-
gamia, ¿por qué olvidó o negó la antropológico se encuentra posiciona- ordinado y la perpetuación de un dis-
sexualidad de los propios antropólo- do también genérica y sexualmente. curso colonialista.
gos? En la introducción, Don Kulick En este sentido, para varios autores Las condiciones históricas, políticas
considera que la principal razón de el silencio disciplinar acerca del deseo y económicas que han y continúan
esta reticencia ha sido la forma en que en el campo es una forma en que los posibilitando que los antropólogos
la antropología fue constituida como antropólogos pueden eludir asuntos realicen trabajo de campo en determi-
ciencia objetiva dedicada al análisis de tales como la jerarquía, la explotación nados países y comunidades y con
las costumbres de los otros, por lo que y el racismo. Para otros, en cambio, el ciertos grupos humanos, son el resul-
la biografía y la posición del investiga- vínculo erótico-sexual entre antropó- tado de historias de colonización y ex-
dor no se constituyeron en objeto de logo y nativo, en ocasiones, no disuel- plotación por lo que este hecho no
reflexión. De ahí que podamos decir ve la diferencia y contrariamente, puede ser eludido cuando se analizan
las relaciones eróticas entre antropólo-
gos e informantes.
Otra de las razones de la ausencia
de una reflexión sobre las experiencias
eróticas de los antropólogos fue el
desdén que la disciplina ejerció hacia
las narrativas personales, y otra no
menos importante es la fuerza de la
presencia de la dicotomía intelec- "
to / emoción, que supuestamente dis-
tingue a la ciencia de otras formas de
conocimiento y que permanece en la
base de la epistemología antropológica.
que el conjunto de los artículos de ilumina las desigualdades en términos Desde esta perspectiva, las emocio-
Tabú posibilita el cuestionamiento de raza, estatus socioeconómico, edu- nes son secundarias en la construcción
de algunos mitos de la disciplina antro- cación y posición en la jerarquía social. teórica. Sin embargo, como es señala-
pológica como el de la objetividad, la El silencio acerca de la subjetividad do por Gearing (p. ), en el trabajo
imparcialidad o la neutralidad, a partir erótica de los antropólogos también de campo como en toda nuestra vida,
del reconocimiento de las condiciones ayudó a ocultar o disimular las condi- las sensaciones, las emociones y el in-
históricas, culturales y políticas que po- ciones colonialistas que hicieron telecto operan simultáneamente en la
sibilitan, en primer lugar, el encuentro posible la continuidad del discurso estructuración e interpretación de
con el otro y en segundo lugar, estruc- unidireccional acerca de la sexualidad nuestra experiencia de mundo, por lo
turan y limitan la interacción. del otro, manteniendo el comporta- que es indispensable transformar el
Reflexionar sobre el deseo sexual en miento sexual de los nativos como el modelo de observador participante
el campo puede hacer tambalear la re- punto irreconciliable de diferencia desapasionado en un actor compro-
lación investigador-investigado al bo- entre nosotros y ellos. metido emocionalmente con los suje-
rrar la línea entre rol profesional y rol El predominio en la antropología tos con los que trabaja.
personal así como las bases y la pro- del énfasis en la distancia y las diferen- Los ocho capítulos que conforman
ducción del conocimiento antropo- cias que nos distinguen de los sujetos el libro —cada uno fue escrito por un
lógico y, lo que es más importante, a los que estudiamos tanto como la autor diferente—, pueden agruparse a
Desacatos -
partir de la reflexión que estos antro- Blackwood y Bolton, ambos de trabajo de campo. Estos temas se rela-
pólogos realizaron sobre su propia orientación homosexual, imaginan el cionan con la posición sexual del et-
experiencia. Así, los trabajos de Killick campo desde perspectivas distintas. La nógrafo dentro del campo más que la
(capítulo ) y Altork (capítulo ) explo- perspectiva de Blackwood (capítulo ), sexualización del campo en sí misma.
ran el poder estructural que el imagi- es la de un campo que excluye o inclu- El tema central del trabajo de Dubisch
nario sexualizado de los antropólogos ye su identidad lesbiana; en tanto se (capítulo ) son “sus reacciones a ser
implícitamente otorga a las nociones siente marginada del mundo hetero- una mujer extranjera en Grecia”, lo
de campo y etnógrafo. Ambos autores, sexual en general, no acepta las divisio- que la lleva a reflexionar acerca de la
al escribir acerca del “sexo en campo”, nes metafóricas de una antropología antropóloga en dos posibles vertien-
literalmente refieren a la relación de la heterosexualmente estructurada. Para tes: como actor sexual y como objeto
sexualidad en el campo, no obstante, Bolton (capítulo ), en cambio, el cam- sexual en ese contexto; un aspecto im-
cada uno asume una posición distinta. po es un campo gay que imagina inter- portante de este trabajo es el delicado
Killick —varón heterosexual— proble- activo consigo como etnógrafo, lo que balance resultante de la relación entre
matiza la ampliamente aceptada cons- no obsta para que discuta si es ético uti- “el que sabe” y “el que es investigado”.
trucción de un sujeto masculino, lizar los encuentros sexuales privados A partir de una sorpresiva visita que
heterosexual, que tiene la posición de como información antropológica. Am- uno de sus informates le hiciera, Du-
control, respecto de la representación bas posiciones redundarán, indudable- bisch reconoce la sutil jerarquía que
del campo como femenino. Altork mente, en el tipo de información que se había establecido entre ellos.
—mujer heterosexual— se representa cada uno como etnógrafo recoge y el Gearing (capítulo ) da cuenta de la
el campo como andrógino, y reflexiona tipo de análisis que produce a partir de violencia sexual presente en las rela-
sobre la necesidad de cambiar la rela- ésta. Estas diferentes perspectivas ilus- ciones heterosexuales en St.Vicent y
! ción y los roles de género, permitiendo tran la razón por la que la etnografía analiza las implicaciones de su matri-
así la posibilidad de realizar una prácti- no puede ser definitiva, pues cada tex- monio con su principal informante en
ca de campo más “sensual” y “sensorial”. to corresponde a la perspectiva de un el curso de su trabajo de campo. Ex-
Mientras que para Altork se trata de antropólogo, en una espacio específico, plora, también, cómo estos aspectos
permitir que la experiencia del campo en un momento particular del tiempo influyeron la información relevada en
penetre en el antropólogo, la propues- y en su singularidad. Los trabajos de su trabajo sobre el género y la sexuali-
ta de Killick refiere a la penetración del Altork, Blackwood, Bolton y Killick re- dad. Su deseo es que las revelaciones
antropólogo en el campo. El posicio- velan explícitamente que, mientras que que hace en torno a esta experiencia
namiento de estos autores tanto “del” los conceptos y relaciones entre el cam- ayuden a iluminar las estructuras pa-
como “dentro” del campo tiene dos ni- po y el etnógrafo usualmente tienen triarcales que operan tanto en la vida
veles: uno personal y otro metafórico, una expresión metafórica permeada profesional de las antropólogas como
que se influencian mutuamente. Tales por el género masculino o femenino, la en los lugares en donde hacen su tra-
posiciones indudablemente conducen a apreciación del campo como un cam- bajo. El trabajo de Morton (capítulo
reflexionar acerca del papel que juegan po sexualizado supone una compleji- ) pone el énfasis en la manera en que
las imágenes metafóricas en el mante- dad mayor, con muchas más aristas. ella, como sujeto sexualizado, tenía
nimiento de las relaciones jerárquicas Los autores del otro conjunto de que negociar continuamente su posi-
entre la empresa antropológica y el trabajos, reflexionan en torno a la ma- ción: como antropóloga, como madre,
mundo del cual derivan su saber, así nera como el campo y la gente que lo como esposa y como mujer extranjera
como la manera en que estas imáge- habita los afectó como sujetos sexua- deseable, en Tonga. Moreno, por su
nes influyen el tipo de información les, de ahí que se ven obligados a parte, describe cómo fue violada a ma-
que los etnógrafos consideran de valor confrontar temas no incluidos en los no armada en Etiopía, por quien era
en términos de interés antropológico. discursos antropológicos en torno al su asistente de campo (capítulo ).
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