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EXAMEN FÍSICO DEL PIE

El pie, es parte del sistema musculo- esquelético que recibe y distribuye el peso del
cuerpo al caminar o correr.

Está compuesto por 26 huesos diferentes, los cuales están relacionados por 30
articulaciones unidas por ligamentos y cápsulas articulares; se incluyen músculos y
tendones que envuelven al pie.

Anatómicamente el esqueleto del pie se descompone en:

1. TARSO: astrágalo, calcáneo, escafoides, cuboides y 3 cuñas;

2. METATARSO: 5 metatarsianos y

3. DEDOS: formados por 14 falanges.

El pie presenta las siguientes articulaciones:

1. Mediotarsiana o de Chopart: formado entre el astrágalo- calcáneo y el


escafoides-cuboides.

2. Tarso Metatarsiana o de Lisfranc: entre las cuñas y los metatarsianos.

3. Metatarso falángicas: entre los metatarsianos y las primeras falanges de los


dedos.

4. Interfalángicas: Proximal: entre las falanges primera y segunda; Distal: entre la


segunda y tercera falange.

Para los efectos clínicos patológicos, el pie también se divide en tres partes:

- Retropie: formado por el astrágalo y calcáneo.


- Mediopie: formado por el escafoides, cuboides, cuñas y base de los metatarsianos.
- Antepie: formado por la parte media y distal de los metatarsianos y los dedos.

En el pie encontramos además, dos sistemas de arcos:

1. Arco longitudinal interno: Es el más marcado, es más fuerte y él solo arco real del
pie. Se inicia en el calcáneo, sigue en el astrágalo, escafoides y termina en los
sesamoideos de la cabeza del primer metatarsiano.
2. Arco anterior: Sólo existe a nivel de la articulación de Lisfranc, no es visible a la
inspección.

La exploración del pie es importante, debido a los múltiples trastornos que producen las
malformaciones de estos.
Anamnesis. Debe ser minuciosa y comprobada, comprende:

1. Antecedentes hereditarios y familiares.


2. Antecedentes personales.
3. Enfermedad actual: Dos son los grandes grupos en los que hay que prestar atención:

a) Traumatismos: Fecha, hora del accidente, tratamiento de urgencia, compromiso de


otros órganos o sistemas.
b) Ortopédico: Incidir en el dolor, impotencia funcional, bloqueos, deformidades,
crepitación, choque, trastorno vásculo-nervioso, trastornos tróficos.

Inspección. Con el paciente de pie sobre un plano duro, observaremos:

a) El paralelismo de los pies. Si las puntas están dirigidas muy hacia fuera: pie plano
valgo; puntas dirigidas hacia dentro: pie zambo.

b) La altura del arco longitudinal interno. La disminución de la altura prácticamente no


permite ver el arco y el borde interno; se observa como una línea recta sobre el plano
duro; se produce en el pie plano. Su aumento se observa en el pie cavo.

c) Si las cabezas de los metatarsianos no se disponen en forma de arco convexo,


dorsalmente. En el pie plano transverso hay una depresión o hundimiento en la cara
dorsal del pie (metatarso caído).

d) Con el enfermo de espaldas, observamos el talón de Aquiles y el borde posterior del


talón; si el pie está en posición de valgo, hay una desviación hacia fuera del talón; si el pie
presenta una deformidad en varo, hay una desviación del talón hacia dentro.

Con el enfermo sentado podemos completar la inspección y realizar la palpación y la


movilidad.

A la inspección, el pie presenta una serie de malformaciones que podemos resumir en la


forma siguiente:

– Malformaciones globales congénitas (pie equino varo).

– Malformaciones globales adquiridas (pie plano, valgo y cavo).

– Malformaciones de los dedos (polidactilia, sindactilia, hallux valgus).

– Lesiones de la piel (callosidades, úlceras plantares).

– Tumefacción inflamatoria localizada (enfermedad de Köller, gota).

– Otros signos (enfermedad de Lederhane, osteoporosis de Sudeck).


Palpación. La palpación en la práctica diaria se realiza junto con la inspección. Se lleva a
cabo comprobando las características de una tumefacción, su extensión y consistencia;
se comprueba la presencia de aumento de la temperatura y se buscan puntos dolorosos.

Las alteraciones más comunes son:

– A lo largo del arco longitudinal: pie plano.

– En las articulaciones metatarso falángicas: poliartritis crónica, metatarso caído y hallux


valgus.

– En el talón, a nivel de la tuberosidad interna: espolones calcáneos.

– Sobre el calcáneo: osteomielitis y apófisis del calcáneo, bursitis retrocalcánea y osteítis


tuberculosa.

– En los canales pre y retromaleolares: artritis tibiotarsianas.

– En el tendón de Aquiles: tendinitis aquiliana.

Movilidad. El pie puede realizar movimientos de abducción y aducción, así como de


pronosupinación.
Para realizar estos movimientos se requiere de las articulaciones subastragalina y la
mediotarsiana. El resto de las articulaciones del tarso y metatarso tienen poca movilidad.
Para examinar la articulación subastragalina se sujeta la pierna con una mano y el talón
con la otra, se desplaza este último hacia dentro y hacia fuera y se compara con la
articulación simétrica. Si el movimiento está disminuido o abolido, hay lesión de la
articulación.

La articulación mediotarsiana se explora sujetando el talón con una mano y con la otra
sujetamos el ante pie, formando una pinza con el pulgar y el índice, y le imprimimos
movimientos de pronación y supinación. La ausencia de estos movimientos permite
diagnosticar una tarsitis, frecuente en la gota y en la poliartritis crónica.

La anulación de los movimientos de la primera articulación metatarso falángica nos hace


sospechar o comprobar el hallux rigidus.

EL PIE DESDE EL PUNTO DE VISTA PATOLÓGICO

Además de todas las afecciones osteomioarticulares que pueden encontrarse también en


otras partes del sistema, el pie como órgano esencial de la sustentación, puede presentar
alteraciones que le son propias, como son: el pie varo, el pie cavo, el pie calcáneo, el pie
valgo, o las combinaciones de estos como el pie varo equino, el calcáneo valgo, etc.

Pero más frecuente que todas estas alteraciones es el pie plano, que resulta de la caída
de los arcos longitudinal y transverso del pie con la consiguiente deformación de la
arquitectura ósea del mismo.

Otra de las alteraciones frecuentes del pie es el llamado hallux valgus, conocido
vulgarmente como “juanete”, que consiste en una desviación del dedo gordo del pie casi
siempre consecutiva a un descenso de la bóveda plantar de antigua fecha, algunas veces
como consecuencia del uso de calzado demasiado estrecho.

Exámenes complementarios

En las afecciones de los pies existen exámenes especiales que nos ayudan en el
diagnóstico de insuficiencia plantar, causa frecuente de otras afectaciones del pie, el
tobillo, las rodillas e incluso, las caderas. Entre ellas:

– Podoscopia: es un sistema de refracción que nos ofrece una imagen de la planta, de


color más pálido en las zonas de apoyo.
– Podograma: huella plantar.

– Fotopodograma: más especializada.

– Podoestatigrama: técnica más sofisticada.

– Radiofotopodograma.

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