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Nombres y matrículas de las participantes

1-Damiana Milagros Martínez Mueses:2014-3300026


2-Jazmín Martínez Ramírez:2017-3100670
3-mayuri de Jesús mota:2017-3101532
4-Kelsia de la Cruz:2017-3300451
5-Natividad Cruz Pérez:2018-3300167
6-Crismelix Javier Selmo:2018-3300660
7-Catalina sor Félix Jiménez:2012-3301455
8-Brenda Y.Moronta:2017-3300827
9-Lucis Ferreras:2015-3100076
9-Mery Mersania Castro:2015-3300168
Desarrollar los siguientes temas:
1- Sistema Nervioso Somático,

2 -Sistema Nervioso Autónomo,

3 - Sistema Nervioso Simpático,

4-Sistema Nervioso Nitrergico

1. El sistema nervioso Somático

El sistema nervioso somático es parte de un todo mayor, el sistema nervioso, garante del
control y la gestión de la gran mayoría de las funciones vitales de nuestro cuerpo, captando los
estímulos del ambiente y los del propio organismo para transmitir, procesar la información y
generar respuestas eficaces en función de lo que cada situación requiera.

Desde el punto de vista anatómico, el sistema nervioso puede dividirse en dos partes:
El sistema nervioso central (SNC), que incluye el encéfalo y la médula espinal; y el sistema
nervioso periférico, que comprende el conjunto de nervios y ganglios que conectan el SNC con
el resto de nuestro organismo.

El sistema nervioso periférico puede dividirse, desde un punto de vista funcional, en dos
partes: El sistema nervioso autónomo, que se compone de fibras sensoriales y motoras que
conectan el sistema nervioso central (SNC) con los órganos viscerales, la musculatura lisa y las
glándulas secretoras; y el sistema nervioso somático, que regula las funciones voluntarias del
organismo y del que daremos más detalles a continuación.
El sistema nervioso somático (SNS)

El sistema nervioso somático es el responsable de captar la información sensorial del entorno,


empleando para ello los receptores sensoriales que tenemos repartidos por nuestro cuerpo
(principalmente en la cabeza, la piel y las extremidades) y esa información se transmite hasta
el sistema nervioso central (SNC), que se encarga de ejecutar las órdenes a través de las
neuronas motoras que conducen los impulsos nerviosos a los músculos esqueléticos.

Este sistema está asociado con el control voluntario de los movimientos corporales, así como
del procesamiento de la información sensorial que llega de los sentidos (vista, oído y tacto). El
sistema nervioso somático se compone de nervios aferentes o sensoriales y nervios motores o
eferentes.

Los nervios sensoriales son los encargados de transmitir las sensaciones corporales al SNC y los
nervios motores son los responsables de enviar las órdenes del SNC a los órganos del cuerpo,
estimulando la contracción muscular.

Los 43 segmentos de nervios de los que está compuesto nuestro organismo se encuentran en
el sistema nervioso somático. Cada segmento está formado por un nervio sensorial y otro
motor. Del total, 31 emergen de la médula espinal (nervios espinales), mientras que los 12
restantes lo hacen desde el cráneo (nervios craneales).

Composición del SNS

Los nervios de los que está compuesto el sistema nervioso somático se pueden clasificar en
función del lugar de donde entran y salen en: nervios craneales, los que emergen directamente
del cerebro o a la altura del tronco cerebral; y nervios espinales, los que emergen de la médula
espinal.

Nervios craneales

Existen 12 pares de nervios craneales en el sistema nervioso somático, que emergen del
encéfalo y tienen como objetivo transportar la información sensorial, controlar ciertos
músculos y regular algunas glándulas y órganos internos.

Estos son los doce pares de nervios craneales:

1. Nervio olfativo
Se encarga de recibir la información sensorial olfativa para transmitirla al bulbo olfatorio, una
estructura del cerebro que se encarga de procesar y codificar dicha información para enviarla a
estructuras superiores del cerebro.

2. Nervio óptico

Recibe la información sensorial visual para transmitirla a regiones cerebrales superiores


encargadas de la visión.

3. Nervio motor ocular interno

Controla los movimientos oculares y regula procesos como la dilatación y la contracción


pupilar.

4. Nervio tróclea

Inerva el músculo oblicuo superior del ojo y su principal función es controlar los movimientos
oculares (hacia arriba y hacia abajo, y también hacia afuera).

5. Nervio trigémino

Cuenta con una porción sensitiva y otra motora, y se encarga de recibir información somato
sensitiva (sensaciones táctiles, de dolor, etc.) de los receptores de la cara y la cabeza, además
de controlar los músculos de la masticación.

6. Nervio motor ocular externo o abducen

Su función es controlar el movimiento del músculo recto lateral, permitiendo la abducción del
ojo (giro en dirección opuesta a la nariz).

7. Nervio facial

Contiene fibras tanto sensitivas como motoras, se encarga de recibir información de los
receptores de la lengua (gustativa) e información somatosensorial de las orejas, y gestiona los
movimientos de los músculos del cuello y la cara implicados en las expresiones faciales.

8. Nervio vestibulococlear

Es un nervio aferente de tipo sensorial y es responsable del equilibrio y la función auditiva.

9. Nervio glosofaríngeo
Este nervio emerge del bulbo raquídeo del encéfalo y recibe información gustativa de la parte
posterior de la lengua, información somatosensorial de las amígdalas, la faringe, el oído medio
y la trompa auditiva. También está implicado en la deglución.

10. Nervio vago

Emerge del bulbo raquídeo e inerva la faringe, el esófago, la laringe, la tráquea, los bronquios,
el corazón, el estómago, el páncreas y el hígado. Recibe información sensitiva de todas estas
glándulas y participa en procesos cardíacos y digestivos, enviando información a órganos y
músculos.

11. Nervio accesorio espinal

Es un nervio motor que está formado por la unión de una raíz espinal y otra neurocraneal.
Controla músculos del cuello y la cabeza que se usan para su movimiento.

12. Nervio hipogloso

Se encarga, principalmente, de gestionar los movimientos de la lengua.

Nervios espinales

El sistema nervioso somático se compone de 31 pares de nervios craneales. Estos nervios


conectan a órganos y músculos con la médula espinal; se encargan de transmitir la información
sensorial y visceral hasta la médula y de ésta a las glándulas, y a la musculatura esquelética y
lisa. Inervan todo el cuerpo, a excepción de la cabeza y algunas partes del cuello.

De los 31 pares existentes, 8 de ellos son cervicales, 12 torácicos, 5 lumbares, 5 sacros y uno
coccígeo (situado a nivel del suelo pélvico). Todos ellos son mixtos; es decir, tienen una parte o
raíz sensitiva, donde se encuentra el ganglio espinal; y otra parte motora. Estas dos raíces se
unen y forman el tronco del nervio espinal, que emerge del canal vertebral por el agujero
intervertebral correspondiente.

En su trayecto, cada nervio espinal emite cuatro ramos: los meníngeos, que inerva las
meninges de la médula espinal; los comunicantes, que conectan con los ganglios simpáticos y
se encargan de llevar información al cuerpo relacionada con el estrés y las respuestas clásicas
de lucha o huida; los posteriores, que inervan los músculos profundos del dorso del tronco y la
piel; y los anteriores, que inervan los músculos y la piel del resto del tronco y de los miembros.

Funciones
Las principales funciones del sistema nervioso somático se pueden reducir a las siguientes:
transmitir información sensorial al cerebro y conectar el sistema nervioso central con los
órganos, los músculos y la piel; enviar y transmitir órdenes a los músculos para producir
movimientos voluntarios; y activar movimientos del cuerpo involuntarios o reflejos.

El proceso es el siguiente: las neuronas sensitivas o aferentes transmiten los impulsos


eléctricos al sistema nervioso central y el cerebro; después, estos estímulos son procesados
por el sistema nervioso central; y por último, las neuronas motoras o eferentes se encargan de
recibir la señal para enviarla a músculos y órganos.

El sistema nervioso somático, además de gestionar los movimientos voluntarios de los


músculos, también controla actos reflejos en los que no hay una intervención directa del
cerebro. Esto ocurre cuando una vía nerviosa se conecta directamente a través de la médula
espinal. Por ejemplo, el reflejo de retirada cuando ponemos la mano en un fuego y nos
quemamos o el reflejo de la rodilla, cuando nos golpean con un martillo a la altura del tendón
rotuliano.

Enfermedades del SNS

Los trastornos que afectan al sistema nervioso somático pueden incapacitar gravemente a la
persona que los sufre. A continuación, se citan algunos de los más habituales:

1. Hernia de disco

La hernia de disco se produce cuando uno de los discos de la columna vertebral se daña. El
disco puede desplazarse de su sitio (herniarse) o romperse por lesión o un esfuerzo. Esto
genera un exceso de presión sobre los nervios espinales, provocando dolor, entumecimiento o
debilitamiento en el paciente.

Las hernias pueden producirse a cualquier altura de la médula espinal y los síntomas variarán
en función de donde ocurra la lesión o el desplazamiento de disco. Cuando los síntomas se dan
en las piernas, el trastorno recibe el nombre de ciática.

2. Neuralgia

La neuralgia es un dolor que afecta a los nervios de la cara, el cráneo o el cuello, a causa de
una irritación, compresión o infección de los mismos. Es una de las neuropatías (enfermedades
del sistema nervioso) más frecuentes.

Los síntomas más habituales son el dolor más o menos intenso en distintas partes del cuerpo,
similar a una descarga eléctrica. Este dolor aparece y desaparece de forma repentina,
normalmente debido a estímulos inocuos como lavarse la cara o masticar, y suele durar unos
minutos.
3. Estenosis espinal

La estenosis espinal implica un estrechamiento y una constricción del canal espinal (que aloja a
la médula espinal) por causa de la artritis que provoca el sobre crecimiento de los huesos de
las vértebras y el ensanchamiento de los ligamentos. Cuando el crecimiento es excesivo, puede
haber pinzamientos y compresiones en los nervios de la columna, lo que provoca en el
paciente dolor y pérdida de sensibilidad.

Las causas más habituales de estenosis espinal son: el envejecimiento, la artritis (de huesos y la
reumatoide), condiciones hereditarias (como la escoliosis o un canal espinal estrecho) y
tumores, lesiones o fracturas vertebrales.

2. Sistema Nervioso Autónomo

El sistema nervioso autónomo, también llamado sistema nervioso vegetativo, es una de las dos
divisiones que se han realizado del sistema nervioso a nivel funcional. Este sistema se encarga
de conectar las neuronas del sistema nervioso central con las del resto de sistemas corporales
y órganos, formando parte tanto del sistema nervioso central como del periférico. Su función
básica es el control de los procesos internos del organismo, es decir de las vísceras, siendo los
procesos regidos por este sistema ajenos a nuestra voluntad.
Las conexiones con los diferentes órganos diana de este sistema son tanto motores como
sensitivos, habiendo tantas referencias como aferencias. Se trata pues de un sistema que envía
información desde las partes del encéfalo hasta los órganos, provocando en ellos una reacción
o actuación específica mientras que a la vez recapta información sobre su estado y la envía el
encéfalo, donde podrá ser procesada y actuar en consecuencia. A pesar de esto, en el sistema
nervioso autónomo predomina la presencia de aferencias, es decir, que mayoritariamente su
función es la de emitir señales en dirección a los órganos.

Las neuronas del sistema nervioso autónomo que conectan con los diversos órganos del
cuerpo lo hacen por norma general a través de los ganglios, habiendo neuronas pre y pos
ganglionares. La actuación de la neurona pre ganglionar se debe siempre a la acción de la
acetilcolina, pero en la neurona que interactúa entre el ganglio y el órgano diana la hormona
liberada variará según el subsistema (acetilcolina en sistema nervioso parasimpático y
noradrenalina en el sistema nervioso simpático).

Función principal

El sistema nervioso autónomo es uno de los sistemas más vitales para mantenernos con vida,
debido principalmente a la función que realiza.

La principal función de este sistema es el control, como ya hemos indicado anteriormente, de


los procesos inconscientes e involuntarios, como la respiración, la circulación sanguínea o la
digestión. Se encarga de mantener en forma y activados los procesos propios de los órganos
internos y las vísceras, a la vez que permite la detección y el control de problemas internos.

También nos prepara para hacer frente a situaciones concretas mediadas por el entorno, como
la secreción de saliva o enzimas digestivas ante la visión de alimentos, la activación ante
posibles amenazas o la desactivación y regeneración del sistema a través del reposo.

Cualquier organismo con la complejidad de los animales vertebrados necesita de un sistema


nervioso completo, con sistema nervioso central y sistema nervioso periférico, para coordinar
las diferentes partes del organismo. Y entre los invertebrados también encontramos sistemas
nerviosos sencillos, y otros complejos, como el del pulpo. Esto se debe a que entre los
animales es necesario adaptarse a los cambios del entorno rápidamente, al moverse, a
diferencia de los hongos y las plantas.

¿Qué controla el sistema nervioso autónomo?

Como parte del sistema nervioso encargado de controlar el correcto funcionamiento visceral
inconsciente, el sistema nervioso autónomo o vegetativo se encuentra inervando la mayoría
de órganos y sistemas corporales, con la excepción de los músculos y articulaciones que rigen
el movimiento voluntario.

Concretamente, podemos encontrar que este sistema controla la musculatura lisa de las
vísceras y de diversos órganos como el corazón o los pulmones. También participa en la
síntesis y expulsión la mayor parte de secreciones hacia el exterior del cuerpo y parte de las
endocrinas, así como en los procesos metabólicos y los reflejos.

Algunos de los órganos y sistemas en los cuales tiene participación este sistema son los
siguientes.

1. Visión

El sistema nervioso autónomo rige la apertura de la pupila y la capacidad de enfocar la mirada,


conectando con los músculos del iris y del conjunto del ojo.

2. Corazón y vasos sanguíneos

El latido del corazón y la presión sanguínea son elementos fundamentales para el ser humano,
que se rigen de forma inconsciente. De este modo, es el sistema nervioso vegetativo quien se
encarga de regular estos elementos vitales que nos mantienen con vida segundo a segundo.

3. Pulmones

Si bien somos capaces de controlar la respiración hasta cierto punto el hecho de respirar de
forma continua no es consciente, así como por norma general tampoco lo és el ritmo con el
que necesitamos inhalar. Así, la respiración también está parcialmente controlada por el
sistema nervioso autónomo.

4. Tubo digestivo

A través de la alimentación el ser humano es capaz de adquirir los diversos nutrientes que
necesita el organismo para continuar funcionando. Si bien la conducta de comer es controlada
conscientemente el proceso por el cual el tubo digestivo transforma el alimento y adquiere de
él los componentes necesarios no, siendo el conjunto de actuaciones que el organismo realiza
durante la digestión involuntario y regido por parte del sistema nervioso autónomo.

5. Genitales

Si bien el acto sexual en sí se realiza de forma consciente, el conjunto de elementos y


reacciones fisiológicas que permiten su realización son controlados fundamentalmente por el
sistema autónomo, que rige procesos como la erección y la eyaculación. Además, estos
procesos se complican cuando se experimenta una sensación de miedo o ansiedad, algo que lo
vincula con varios estados fisiológicos.

6. Secreción de enzimas y de residuos

Las lágrimas, el sudor, la orina y las heces son algunas de las sustancias que el organismo
expulsa al medio. Su secreción y expulsión se debe y/o puede alterarse en parte debido al
funcionamiento del sistema nervioso autónomo. Lo mismo ocurre con la secreción de enzimas
digestivas y saliva.

Partes del sistema nervioso autónomo


Dentro del sistema nervioso autónomo podemos encontrar una serie de subdivisiones de gran
importancia, que realizan funciones diferenciadas. Concretamente destacan el sistema
nervioso simpático y el parasimpático, que realizan funciones opuestas con el fin de permitir la
existencia de un equilibrio en la actividad del organismo.

También se puede encontrar un tercer sistema, el sistema entérico, que se encarga


principalmente del control del tracto digestivo.

1. Sistema nervioso simpático

Siendo una de las divisiones del sistema nervioso autónomo, el sistema simpático se encarga
de preparar al organismo para la acción, facilitando la respuesta de lucha o huida ante
estímulos amenazadores. Para ello produce una aceleración de algunos sistemas del
organismo e inhibe el funcionamiento de otros, realizando un gran gasto de energía en el
proceso.

La misión de esta parte del sistema nervioso autónomo es preparar al organismo para
responder de forma ágil ante situaciones de riesgo, restando prioridad a ciertos procesos
biológicos y otorgándoselos a aquellos que nos permiten reaccionar con agilidad. Es por eso
que su función es de características ancestrales, aunque no por eso es menos útil; se adapta a
las situaciones de la vida moderna y puede ser activado por ideas relativamente abstractas,
como la certeza de que llegaremos tarde a una reunión de empresa.

2. Sistema nervioso parasimpático

Esta rama del sistema nervioso autónomo es la que se encarga de volver a un estado de
reposo tras un período de gran gasto energético. Se encarga de regular y desacelerar el
organismo, permitiendo recuperar energía a la vez que permite el funcionamiento de diversos
sistemas. Dicho de otra forma, se encarga de la regeneración del organismo, aunque también
interviene en la generación del orgasmo, algo que no parece tener mucho que ver con el resto
de funciones con las que comparte raíz biológica.
3. Sistema nervioso entérico

Si bien el sistema nervioso parasimpático también tiene una influencia clara en el tracto
digestivo, existe una subdivisión del sistema nervioso autónomo que se especializa de forma
casi exclusiva del sistema por el cual incorporamos nutrientes a nuestro organismo. Se trata
del sistema entérico, que inerva el tubo digestivo y regula su funcionamiento habitual.

Como se encarga de uno de los sistemas más importantes para la supervivencia, el sistema
nervioso entérico tiene que ser fundamentalmente automático, y preocuparse
constantemente por mantener el equilibrio bioquímico que existe en los diferentes medios del
organismo, adaptándose a las alteraciones que puedan producirse dependiendo de lo que se
ingiere, del estado de activación, de las hormonas que circulan por la sangre, etc.

3. Sistema Nervioso Simpático


 El sistema nervioso simpático es una de las ramas del sistema nervioso autónomo.
Recordemos, en primer lugar, que estamos ante un tipo de estructuras que se
encargan de un gran número de funciones involuntarias. Es decir, tareas como el
control de la frecuencia cardíaca, la digestión, la sudoración, etc. son dimensiones que
regulan tanto el sistema nervioso simpático, como el parasimpático o el entérico.

 Ahora bien, el sistema nervioso simpático es el que se encarga de una serie de tareas
muy concretas: regular y activar nuestros reflejos y reacciones. Es, como ya hemos
indicado, ese centro orgánico que nos permite reaccionar ante cualquier estímulo
emocional “no neutro”. Como lo es, por ejemplo, toda situación de estrés, ya sea leve
o intenso.

A su vez, está conformado por una cadena de 23 ganglios que parten del bulbo
raquídeo y que se conectan a ambos lados de la médula espinal y a los órganos que
inervan.

 Por otro lado, este sistema está conformado por dos tipos de neuronas. Las primeras
son las pre ganglionares, las cuales, se conectan con la médula espinal y el propio
ganglio. Así, para poder llevar a cabo sus funciones necesitan de un neurotransmisor
muy concreto: la acetilcolina.

 Por su parte, el otro tipo de neurona que rige el sistema simpático es la pos ganglionar,
la cual necesita noradrenalina para poder comunicarse entre el ganglio y el órgano que
inerve (corazón, hígado, estómago, intestinos, pulmones, etc.)

Las áreas del sistema simpático

Por otro lado, es importante saber cómo se estructura el sistema simpático.


Conocemos cómo se conecta, veamos ahora cómo se distribuye:

 Área de salida: el sistema simpático parte como hemos señalado del bulbo raquídeo,
núcleo que regula todo un amplio espectro de funciones inconscientes para nosotros,
pero vitales para nuestra existencia.

 El área simpático cervical, donde se sitúan toda la formación nerviosa de la cabeza y el


cuello.

 Área cardíaca superior, con todas las ramas vasculares viscerales relativas a los plexos
carotideos, la zona submaxilar, la faringe, laringe, etc.

 El área simpática torácica: una región que abarca cada lado de la columna vertebral,
incluyendo articulaciones, nervios intercostales, etc.
El área lumbar, incluido el músculo psoas, la vena cava inferior, etc.
Área pélvica, la cual recorre desde las zonas del sacro hasta el recto.

¿Qué pasa en tu cuerpo cuando se activa el sistema nervioso simpático?

Para toda persona que padezca estrés en su día a día, le será de gran interés saber qué
ocurre en su propio organismo en estas situaciones. Es más, si padecemos algo tan
común como hipertensión también puede ser relevante conocer cómo media en este
caso el sistema nervioso simpático en relación con nuestra salud.

Ahora bien, el mecanismo de actuación del sistema simpático en cualquier situación de


peligro o de ansiedad es uno de los procesos más complejos a la vez que llamativos.

Veamos a modo de esquema cómo reacciona ante un estímulo amenazante:

 Favorece la liberación de adrenalina y noradrenalina en la sangre a través de los


riñones. La finalidad de ello es simple: necesitamos más energía y activación para
poder reaccionar, y esa energía exige por ejemplo que el hígado produzca más glucosa.
Aumenta la frecuencia cardíaca para aportarnos más oxígeno y nutrientes a través de
la sangre.
 Se produce la bronca dilatación: es decir, necesitamos más oxígeno y nuestros
pulmones trabajan al máximo rendimiento.
 Todas las actividades relativas a la digestión se enlentecen. No podemos olvidar que
este proceso exige una gran energía y en momentos de estrés y alarma, esta tarea es
secundaria. Lo único que quiere el cerebro es que reaccionemos, que nos enfrentemos
a ese estímulo o bien que huyamos.

 A su vez, y no menos interesante, el sistema simpático produce la midriasis o


dilatación pupilar. De este modo, esta reacción inconsciente nos permite aumentar el
campo visual y reaccionar con mayor seguridad.

Para concluir, tal y como decía el filósofo Henri-Frédéric Amiel nuestro cuerpo es el
templo perfecto de la naturaleza. Es algo que nos ha sido dado, sin embargo, es
obligación nuestra cuidarlo y también estudiarlo. Solo así podemos llegar a
comprendernos mejor, a entender por qué somos como somos y por qué surgen
determinados problemas o condiciones cuando menos lo esperamos.

4-sistema nervioso nítrergico

El óxido nítrico (NO) se forma del aminoácido L-arginina por una familia de
enzimas, las sintasas de NO (NOSs) y desempeña muchas funciones
biológicas. El NO se sintetiza en neuronas del sistema nervioso central donde
actúa como neuromodulador en la memoria, coordinación en reactividad
neuronal y flujo sanguíneo y modulación del dolor. En el sistema nervioso
periférico se libera por nervios no adrenérgicos y no colinérgicos. Estos nervios
median algunas formas de vasodilatación neurogénica y regulan funciones
gastrointestinales respiratorias y genitourinarias. Las NOSs contienen hemo y
comparten homología con la citocromo P-450 reductasa. Se conocen tres
isoformas NOS, dos constitutivas: neuronal y endotelial y una inducible por
estímulos inmunológicos (nNOS, eNOS e iNOS, respectivamente). El objetivo de
este estudio fue explorar la expresión e inmunolocalización de nNOS en
cerebros aislados de ratas Wistar macho. Encontramos expresión moderada de
esta enzima en núcleos basales, mientras que en rinencéfalo y tractos
olfatorios se encontró abundante expresión. En la corteza cerebral no se
localizó esta enzima.

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