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El sistema nervioso somático es parte de un todo mayor, el sistema nervioso, garante del
control y la gestión de la gran mayoría de las funciones vitales de nuestro cuerpo, captando los
estímulos del ambiente y los del propio organismo para transmitir, procesar la información y
generar respuestas eficaces en función de lo que cada situación requiera.
Desde el punto de vista anatómico, el sistema nervioso puede dividirse en dos partes:
El sistema nervioso central (SNC), que incluye el encéfalo y la médula espinal; y el sistema
nervioso periférico, que comprende el conjunto de nervios y ganglios que conectan el SNC con
el resto de nuestro organismo.
El sistema nervioso periférico puede dividirse, desde un punto de vista funcional, en dos
partes: El sistema nervioso autónomo, que se compone de fibras sensoriales y motoras que
conectan el sistema nervioso central (SNC) con los órganos viscerales, la musculatura lisa y las
glándulas secretoras; y el sistema nervioso somático, que regula las funciones voluntarias del
organismo y del que daremos más detalles a continuación.
El sistema nervioso somático (SNS)
Este sistema está asociado con el control voluntario de los movimientos corporales, así como
del procesamiento de la información sensorial que llega de los sentidos (vista, oído y tacto). El
sistema nervioso somático se compone de nervios aferentes o sensoriales y nervios motores o
eferentes.
Los nervios sensoriales son los encargados de transmitir las sensaciones corporales al SNC y los
nervios motores son los responsables de enviar las órdenes del SNC a los órganos del cuerpo,
estimulando la contracción muscular.
Los 43 segmentos de nervios de los que está compuesto nuestro organismo se encuentran en
el sistema nervioso somático. Cada segmento está formado por un nervio sensorial y otro
motor. Del total, 31 emergen de la médula espinal (nervios espinales), mientras que los 12
restantes lo hacen desde el cráneo (nervios craneales).
Los nervios de los que está compuesto el sistema nervioso somático se pueden clasificar en
función del lugar de donde entran y salen en: nervios craneales, los que emergen directamente
del cerebro o a la altura del tronco cerebral; y nervios espinales, los que emergen de la médula
espinal.
Nervios craneales
Existen 12 pares de nervios craneales en el sistema nervioso somático, que emergen del
encéfalo y tienen como objetivo transportar la información sensorial, controlar ciertos
músculos y regular algunas glándulas y órganos internos.
1. Nervio olfativo
Se encarga de recibir la información sensorial olfativa para transmitirla al bulbo olfatorio, una
estructura del cerebro que se encarga de procesar y codificar dicha información para enviarla a
estructuras superiores del cerebro.
2. Nervio óptico
4. Nervio tróclea
Inerva el músculo oblicuo superior del ojo y su principal función es controlar los movimientos
oculares (hacia arriba y hacia abajo, y también hacia afuera).
5. Nervio trigémino
Cuenta con una porción sensitiva y otra motora, y se encarga de recibir información somato
sensitiva (sensaciones táctiles, de dolor, etc.) de los receptores de la cara y la cabeza, además
de controlar los músculos de la masticación.
Su función es controlar el movimiento del músculo recto lateral, permitiendo la abducción del
ojo (giro en dirección opuesta a la nariz).
7. Nervio facial
Contiene fibras tanto sensitivas como motoras, se encarga de recibir información de los
receptores de la lengua (gustativa) e información somatosensorial de las orejas, y gestiona los
movimientos de los músculos del cuello y la cara implicados en las expresiones faciales.
8. Nervio vestibulococlear
9. Nervio glosofaríngeo
Este nervio emerge del bulbo raquídeo del encéfalo y recibe información gustativa de la parte
posterior de la lengua, información somatosensorial de las amígdalas, la faringe, el oído medio
y la trompa auditiva. También está implicado en la deglución.
Emerge del bulbo raquídeo e inerva la faringe, el esófago, la laringe, la tráquea, los bronquios,
el corazón, el estómago, el páncreas y el hígado. Recibe información sensitiva de todas estas
glándulas y participa en procesos cardíacos y digestivos, enviando información a órganos y
músculos.
Es un nervio motor que está formado por la unión de una raíz espinal y otra neurocraneal.
Controla músculos del cuello y la cabeza que se usan para su movimiento.
Nervios espinales
De los 31 pares existentes, 8 de ellos son cervicales, 12 torácicos, 5 lumbares, 5 sacros y uno
coccígeo (situado a nivel del suelo pélvico). Todos ellos son mixtos; es decir, tienen una parte o
raíz sensitiva, donde se encuentra el ganglio espinal; y otra parte motora. Estas dos raíces se
unen y forman el tronco del nervio espinal, que emerge del canal vertebral por el agujero
intervertebral correspondiente.
En su trayecto, cada nervio espinal emite cuatro ramos: los meníngeos, que inerva las
meninges de la médula espinal; los comunicantes, que conectan con los ganglios simpáticos y
se encargan de llevar información al cuerpo relacionada con el estrés y las respuestas clásicas
de lucha o huida; los posteriores, que inervan los músculos profundos del dorso del tronco y la
piel; y los anteriores, que inervan los músculos y la piel del resto del tronco y de los miembros.
Funciones
Las principales funciones del sistema nervioso somático se pueden reducir a las siguientes:
transmitir información sensorial al cerebro y conectar el sistema nervioso central con los
órganos, los músculos y la piel; enviar y transmitir órdenes a los músculos para producir
movimientos voluntarios; y activar movimientos del cuerpo involuntarios o reflejos.
Los trastornos que afectan al sistema nervioso somático pueden incapacitar gravemente a la
persona que los sufre. A continuación, se citan algunos de los más habituales:
1. Hernia de disco
La hernia de disco se produce cuando uno de los discos de la columna vertebral se daña. El
disco puede desplazarse de su sitio (herniarse) o romperse por lesión o un esfuerzo. Esto
genera un exceso de presión sobre los nervios espinales, provocando dolor, entumecimiento o
debilitamiento en el paciente.
Las hernias pueden producirse a cualquier altura de la médula espinal y los síntomas variarán
en función de donde ocurra la lesión o el desplazamiento de disco. Cuando los síntomas se dan
en las piernas, el trastorno recibe el nombre de ciática.
2. Neuralgia
La neuralgia es un dolor que afecta a los nervios de la cara, el cráneo o el cuello, a causa de
una irritación, compresión o infección de los mismos. Es una de las neuropatías (enfermedades
del sistema nervioso) más frecuentes.
Los síntomas más habituales son el dolor más o menos intenso en distintas partes del cuerpo,
similar a una descarga eléctrica. Este dolor aparece y desaparece de forma repentina,
normalmente debido a estímulos inocuos como lavarse la cara o masticar, y suele durar unos
minutos.
3. Estenosis espinal
La estenosis espinal implica un estrechamiento y una constricción del canal espinal (que aloja a
la médula espinal) por causa de la artritis que provoca el sobre crecimiento de los huesos de
las vértebras y el ensanchamiento de los ligamentos. Cuando el crecimiento es excesivo, puede
haber pinzamientos y compresiones en los nervios de la columna, lo que provoca en el
paciente dolor y pérdida de sensibilidad.
Las causas más habituales de estenosis espinal son: el envejecimiento, la artritis (de huesos y la
reumatoide), condiciones hereditarias (como la escoliosis o un canal espinal estrecho) y
tumores, lesiones o fracturas vertebrales.
El sistema nervioso autónomo, también llamado sistema nervioso vegetativo, es una de las dos
divisiones que se han realizado del sistema nervioso a nivel funcional. Este sistema se encarga
de conectar las neuronas del sistema nervioso central con las del resto de sistemas corporales
y órganos, formando parte tanto del sistema nervioso central como del periférico. Su función
básica es el control de los procesos internos del organismo, es decir de las vísceras, siendo los
procesos regidos por este sistema ajenos a nuestra voluntad.
Las conexiones con los diferentes órganos diana de este sistema son tanto motores como
sensitivos, habiendo tantas referencias como aferencias. Se trata pues de un sistema que envía
información desde las partes del encéfalo hasta los órganos, provocando en ellos una reacción
o actuación específica mientras que a la vez recapta información sobre su estado y la envía el
encéfalo, donde podrá ser procesada y actuar en consecuencia. A pesar de esto, en el sistema
nervioso autónomo predomina la presencia de aferencias, es decir, que mayoritariamente su
función es la de emitir señales en dirección a los órganos.
Las neuronas del sistema nervioso autónomo que conectan con los diversos órganos del
cuerpo lo hacen por norma general a través de los ganglios, habiendo neuronas pre y pos
ganglionares. La actuación de la neurona pre ganglionar se debe siempre a la acción de la
acetilcolina, pero en la neurona que interactúa entre el ganglio y el órgano diana la hormona
liberada variará según el subsistema (acetilcolina en sistema nervioso parasimpático y
noradrenalina en el sistema nervioso simpático).
Función principal
El sistema nervioso autónomo es uno de los sistemas más vitales para mantenernos con vida,
debido principalmente a la función que realiza.
También nos prepara para hacer frente a situaciones concretas mediadas por el entorno, como
la secreción de saliva o enzimas digestivas ante la visión de alimentos, la activación ante
posibles amenazas o la desactivación y regeneración del sistema a través del reposo.
Como parte del sistema nervioso encargado de controlar el correcto funcionamiento visceral
inconsciente, el sistema nervioso autónomo o vegetativo se encuentra inervando la mayoría
de órganos y sistemas corporales, con la excepción de los músculos y articulaciones que rigen
el movimiento voluntario.
Concretamente, podemos encontrar que este sistema controla la musculatura lisa de las
vísceras y de diversos órganos como el corazón o los pulmones. También participa en la
síntesis y expulsión la mayor parte de secreciones hacia el exterior del cuerpo y parte de las
endocrinas, así como en los procesos metabólicos y los reflejos.
Algunos de los órganos y sistemas en los cuales tiene participación este sistema son los
siguientes.
1. Visión
El latido del corazón y la presión sanguínea son elementos fundamentales para el ser humano,
que se rigen de forma inconsciente. De este modo, es el sistema nervioso vegetativo quien se
encarga de regular estos elementos vitales que nos mantienen con vida segundo a segundo.
3. Pulmones
Si bien somos capaces de controlar la respiración hasta cierto punto el hecho de respirar de
forma continua no es consciente, así como por norma general tampoco lo és el ritmo con el
que necesitamos inhalar. Así, la respiración también está parcialmente controlada por el
sistema nervioso autónomo.
4. Tubo digestivo
A través de la alimentación el ser humano es capaz de adquirir los diversos nutrientes que
necesita el organismo para continuar funcionando. Si bien la conducta de comer es controlada
conscientemente el proceso por el cual el tubo digestivo transforma el alimento y adquiere de
él los componentes necesarios no, siendo el conjunto de actuaciones que el organismo realiza
durante la digestión involuntario y regido por parte del sistema nervioso autónomo.
5. Genitales
Las lágrimas, el sudor, la orina y las heces son algunas de las sustancias que el organismo
expulsa al medio. Su secreción y expulsión se debe y/o puede alterarse en parte debido al
funcionamiento del sistema nervioso autónomo. Lo mismo ocurre con la secreción de enzimas
digestivas y saliva.
Siendo una de las divisiones del sistema nervioso autónomo, el sistema simpático se encarga
de preparar al organismo para la acción, facilitando la respuesta de lucha o huida ante
estímulos amenazadores. Para ello produce una aceleración de algunos sistemas del
organismo e inhibe el funcionamiento de otros, realizando un gran gasto de energía en el
proceso.
La misión de esta parte del sistema nervioso autónomo es preparar al organismo para
responder de forma ágil ante situaciones de riesgo, restando prioridad a ciertos procesos
biológicos y otorgándoselos a aquellos que nos permiten reaccionar con agilidad. Es por eso
que su función es de características ancestrales, aunque no por eso es menos útil; se adapta a
las situaciones de la vida moderna y puede ser activado por ideas relativamente abstractas,
como la certeza de que llegaremos tarde a una reunión de empresa.
Esta rama del sistema nervioso autónomo es la que se encarga de volver a un estado de
reposo tras un período de gran gasto energético. Se encarga de regular y desacelerar el
organismo, permitiendo recuperar energía a la vez que permite el funcionamiento de diversos
sistemas. Dicho de otra forma, se encarga de la regeneración del organismo, aunque también
interviene en la generación del orgasmo, algo que no parece tener mucho que ver con el resto
de funciones con las que comparte raíz biológica.
3. Sistema nervioso entérico
Si bien el sistema nervioso parasimpático también tiene una influencia clara en el tracto
digestivo, existe una subdivisión del sistema nervioso autónomo que se especializa de forma
casi exclusiva del sistema por el cual incorporamos nutrientes a nuestro organismo. Se trata
del sistema entérico, que inerva el tubo digestivo y regula su funcionamiento habitual.
Como se encarga de uno de los sistemas más importantes para la supervivencia, el sistema
nervioso entérico tiene que ser fundamentalmente automático, y preocuparse
constantemente por mantener el equilibrio bioquímico que existe en los diferentes medios del
organismo, adaptándose a las alteraciones que puedan producirse dependiendo de lo que se
ingiere, del estado de activación, de las hormonas que circulan por la sangre, etc.
Ahora bien, el sistema nervioso simpático es el que se encarga de una serie de tareas
muy concretas: regular y activar nuestros reflejos y reacciones. Es, como ya hemos
indicado, ese centro orgánico que nos permite reaccionar ante cualquier estímulo
emocional “no neutro”. Como lo es, por ejemplo, toda situación de estrés, ya sea leve
o intenso.
A su vez, está conformado por una cadena de 23 ganglios que parten del bulbo
raquídeo y que se conectan a ambos lados de la médula espinal y a los órganos que
inervan.
Por otro lado, este sistema está conformado por dos tipos de neuronas. Las primeras
son las pre ganglionares, las cuales, se conectan con la médula espinal y el propio
ganglio. Así, para poder llevar a cabo sus funciones necesitan de un neurotransmisor
muy concreto: la acetilcolina.
Por su parte, el otro tipo de neurona que rige el sistema simpático es la pos ganglionar,
la cual necesita noradrenalina para poder comunicarse entre el ganglio y el órgano que
inerve (corazón, hígado, estómago, intestinos, pulmones, etc.)
Área de salida: el sistema simpático parte como hemos señalado del bulbo raquídeo,
núcleo que regula todo un amplio espectro de funciones inconscientes para nosotros,
pero vitales para nuestra existencia.
Área cardíaca superior, con todas las ramas vasculares viscerales relativas a los plexos
carotideos, la zona submaxilar, la faringe, laringe, etc.
El área simpática torácica: una región que abarca cada lado de la columna vertebral,
incluyendo articulaciones, nervios intercostales, etc.
El área lumbar, incluido el músculo psoas, la vena cava inferior, etc.
Área pélvica, la cual recorre desde las zonas del sacro hasta el recto.
Para toda persona que padezca estrés en su día a día, le será de gran interés saber qué
ocurre en su propio organismo en estas situaciones. Es más, si padecemos algo tan
común como hipertensión también puede ser relevante conocer cómo media en este
caso el sistema nervioso simpático en relación con nuestra salud.
Para concluir, tal y como decía el filósofo Henri-Frédéric Amiel nuestro cuerpo es el
templo perfecto de la naturaleza. Es algo que nos ha sido dado, sin embargo, es
obligación nuestra cuidarlo y también estudiarlo. Solo así podemos llegar a
comprendernos mejor, a entender por qué somos como somos y por qué surgen
determinados problemas o condiciones cuando menos lo esperamos.
El óxido nítrico (NO) se forma del aminoácido L-arginina por una familia de
enzimas, las sintasas de NO (NOSs) y desempeña muchas funciones
biológicas. El NO se sintetiza en neuronas del sistema nervioso central donde
actúa como neuromodulador en la memoria, coordinación en reactividad
neuronal y flujo sanguíneo y modulación del dolor. En el sistema nervioso
periférico se libera por nervios no adrenérgicos y no colinérgicos. Estos nervios
median algunas formas de vasodilatación neurogénica y regulan funciones
gastrointestinales respiratorias y genitourinarias. Las NOSs contienen hemo y
comparten homología con la citocromo P-450 reductasa. Se conocen tres
isoformas NOS, dos constitutivas: neuronal y endotelial y una inducible por
estímulos inmunológicos (nNOS, eNOS e iNOS, respectivamente). El objetivo de
este estudio fue explorar la expresión e inmunolocalización de nNOS en
cerebros aislados de ratas Wistar macho. Encontramos expresión moderada de
esta enzima en núcleos basales, mientras que en rinencéfalo y tractos
olfatorios se encontró abundante expresión. En la corteza cerebral no se
localizó esta enzima.