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1-ARISTÓTELES: La felicidad era para él la aspiración suprema de todos los

seres humanos, el fin último al que el ser humano tiende de modo natural, y
aquello por lo cual deseamos todas las demás cosas.

La felicidad consistía más bien en un tipo de vida.

Prudencia y virtudes del carácter, acompañadas de cierta suerte en la vida,


eran las claves de la felicidad.

2- EPICURO: la felicidad, decía Epicuro, consistía sencillamente en el placer y


la ausencia de dolor. Y no hay más.

Hay que elegir siempre aquellas acciones que nos reporten un placer mayor y
más duradero y que nos eviten la mayor cantidad posible de dolor.
La felicidad consistía fundamentalmente en alcanzar un estado de placer
reposado y duradero, ahuyentando las penas y las preocupaciones que
perturban nuestra paz.

Eso no quería decir que hubiera que renunciar a los placeres de la buena
mesa, del buen vino, del tacto... pero si era necesario ordenar los y su peritar
los al máximo placer: el bienestar físico y espiritual duradero.
LOS ESTOICOS: la felicidad consistía la paz y la tranquilidad del alma, había
que renunciar a todo aquello que provoca en nosotros en tranquilidad, como el
deseo de placeres y de bienes externos que no depende de nosotros el
conseguirlos o no.

Era necesario alcanzar el dominio de las propias pasiones como el amor, el


odio, la ambición de cosas, la ira, el temor, los afectos...

El camino de la felicidad estaba en cierta indiferencia y desapego frente a las


cosas del mundo exterior y en el control de las propias emociones y deseos.

EL BUDISMO: para alcanzar la vida feliz y la sabiduría es fundamental estar


conscientes, lo cual significa acordarnos de nosotros mismos, de que
existimos, de quiénes somos, de que sentimos en cada instante.

Los budistas aspiramos alcanzar el contento existencial, a disfrutar del mero


placer de vivir por el mero hecho de estar vivos; pero en relación a las
injusticias ya la marcha del mundo, hay que estar siempre insatisfecho. 

Los budistas dicen que somos lo que pensamos y que una mente dominada
conduce a la felicidad y que, a veces, nuestro peor enemigo son nuestros
propios pensamientos.

SPINOZA: uno no sabe quién es el mismo si no prueba coma si no


experimenta. Solo experimentando y probando sabemos quiénes somos.

La clave de la felicidad está en dar con aquello que me hace crecer, y en evitar
aquello otro que me empequeñece.
La alegría es la prueba de que algo aumenta la potencia vital que yo soy, y por
tanto me conviene, la próxima me perfección.

NIETZSCHE: solo los que están cansados de vivir, los que no aman la vida y
los mediocres aspiran esas cosas. La vida para Nietzsche no es reposo, ni paz
coma ni quietud, ni descanso. Y coma por el contrario, es siempre lucha,
riesgo, aventura, pasión.

El dolor y el sufrimiento, no son inevitables, sino que forman parte de la vida y


juegan un importante papel en ella. La vida es placer y alegría, pero también es
dolor y sufrimiento, y a pesar de ello es hermosa, digna de vivirse.

Si la vida es para siete aventura, riesgo coma ansia de superación y lucha


contra los obstáculos, la felicidad está en el aumento de vida y de poder que
experimentamos en esa lucha constante. La felicidad para siete es el placer
asociado al aumento de la fuerza vital que hay en mi experimento cuando luchó
contra el mundo por llegar a ser yo mismo o cuando me atrevo con obstáculos
y dificultades que aplastan a otros y venzo, o cuando supero la adversidad y el
dolor, cuando soy capaz de inventar y de crear nuevas maneras de ser coma
modos nuevos y originales de vivir y de ver las cosas, diferentes a las de la
mayoría.

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